No resulta nada fácil analizar futbolísticamente el nuevo capítulo escrito por la selección en las eliminatorias. Por un lado, porque la verdadera medida de un equipo de fútbol también la dan los rivales y la suspensión del partido frente a Brasil nos dejó sin la prueba más seria. Y por el otro, porque el actual estado de euforia condiciona rendimientos individuales y colectivos.Como le ocurre a todas las selecciones, Argentina carece de los tiempos de entrenamiento necesarios para lograr progresos concretos y duraderos en el funcionamiento general. Sus actuaciones, ya sea en las ventanas FIFA o en las competencias cortas, dependen más de las circunstancias, los detalles y la gestión del momento que de la perfección futbolística. Pero aun así, y pensando en el futuro, pueden rescatarse virtudes y defectos que quedaron expuestos ante Venezuela y Bolivia.Leandro Paredes va al piso para intentar recuperar ante Adrian Jusino, en el partido que la selección goleó a Bolivia 3-0 (JUAN IGNACIO RONCORONI/)Quiero centrarme hoy en la base de operaciones del equipo, es decir, la mitad de la cancha. Desde la llegada de Lionel Scaloni, la selección abandonó aquella pareja Javier Mascherano-Lucas Biglia -que si bien sumaba en muchos aspectos no era complementaria en otros, como darle más volumen al juego-, para inaugurar una etapa donde se ha afianzado la dupla Leandro Paredes-Rodrigo De Paul, lo cual da una idea de la pauta que quiere establecer el entrenador y de lo que pretende trazar el equipo en la cancha.Con Messi entendiéndose con todos y el equipo por encima de los nombresEn el fútbol actual las funciones se han extendido. A un jugador no le alcanza con una sola cualidad, necesita tener un mayor conocimiento del juego para abarcar más rubros sin perder eficacia. Paredes y De Paul rellenan muy bien esos casilleros. Tal vez de manera más evidente De Paul, un futbolista muy solidario, de esos que siempre está cuando cualquier compañero mira hacia el costado, porque presiona para recuperar, se ofrece como salida, llega al área rival, tiene despliegue, tiene pase, le pega bien al arco y de algún modo simboliza este presente armónico, triunfal y de buena química que vive el equipo.Rodrigo De Paul, un jugador completo (NATACHA PISARENKO/)El caso de Paredes es distinto. “Si mando a un jugador que no es especialista a defender una estancia es una cosa, si le digo que lo haga en dos metros cuadrados es otra”, explicó alguna vez Johan Cruyff, y en el caso del 5 del París Saint-Germain el precepto se cumple a la perfección. Paredes es un 5 más de construcción que defensivo, que quita por intuición e interpretación del juego antes que por genética, pero es más dependiente del funcionamiento global del equipo para sacar a relucir sus cualidades y que no queden expuestas sus carencias.El abrazo de Lionel Messi con Leandro Paredes tras el 1-0 del 10 ante Bolivia, por las Eliminatorias (NATACHA PISARENKO/)La selección es todavía un equipo al que en determinados momentos le cuesta jugar en bloque, que no achica bien los espacios cuando pierde la pelota en ataque y queda muy largo, con los defensores demasiado lejos. Es cierto que cuando se tiene tanto talento y capacidad para desnivelar arriba -más ostensibles ante adversarios como Bolivia o Venezuela- es muy difícil achicar continuamente para respaldar una posible pérdida en una pared tirada a toda velocidad, pero el resultado es que el rival puede disfrutar de ratos donde no solo gobierna el partido sino que se encuentra contra una Argentina a la que le cuesta contener en defensa.El Messi emocional que se sintió en paz, lloró e hizo llorar a millonesEs en esas circunstancias donde a cualquiera que se mueva por la zona central se le hace un mundo la tarea de recuperación. Más aún para alguien que no es un especialista. La capacidad para cortar es un hábito, un concepto que si bien precisa de cierta dosis de talento se puede ir adquiriendo. En ese trámite se encuentra Paredes. A su favor, en cambio, está el valor agregado de la calidad de su primer pase una vez que recupera. ¿Cuánto tiempo puede estar desmarcado un jugador como Messi? ¿Un segundo, a lo sumo dos? La gran virtud de Paredes es pensar rápido y tener la lucidez suficiente para meter un pase puro, firme, que encuentra libre al receptor y atraviesa al rival antes de que pueda recuperar la posición defensiva. El tránsito a ser cada vez más 5 lo está haciendo sin perder el 10 que lleva adentro, una virtud que compensa largamente las carencias que puede exponer en determinadas situaciones.Giovani Lo Celso, derecha, de la selección de Argentina, presiona a Alexander González, de Venezuela, en el partido por las eliminatorias sudamericanas para la Copa del Mundo, en Caracas, Venezuela, el jueves 2 de septiembre de 2021. (Miguel Gutiérrez, Pool vía AP)Le resta a la selección completar la pata izquierda del medio campo, donde Giovani Lo Celso no parece contar con el aval total del entrenador para crecer en autoestima y hacerse dueño de un puesto para el que se me ocurre que es el jugador ideal. Sin el vértigo o la dinámica de otros, Lo Celso tiene cerebro, imaginación, pausa, y visión panorámica en los 30 metros finales. Su ratificación como titular quizás podría permitirle al equipo repartir mejor el juego por las dos alas (la presencia de Ángel Di María y la tendencia de Lionel Messi por caer hacia ese lado suelen volcarlo hacia la derecha) y darle más fluidez a la elaboración.Para el pedido constante de Messi de juntarse alrededor de la pelota como estilo identificable del equipo, la combinación De Paul-Paredes-Lo Celso aporta todos los ingredientes. El tiempo dirá si es la base para hacer crecer al equipo cuando vayan pasando estos meses de euforia.

Fuente: La Nación

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La industria de la televisión, al igual que muchas otras, se vio extremadamente afectada por la pandemia. Con la llegada del Covid-19 y las restricciones impuestas para evitar contagios, las grabaciones se detuvieron y el negocio sufrió sus consecuencias. En dicho contexto, Adrián Suar y Polka fueron la cara visible de esta crisis.“Fue muy duro para todos los que estamos en Polka, para la industria en general y para mí en particular, pero de a poco se va armando todo de nuevo”, expresó el productor durante su visita a La Noche de Mirtha. “Es muy difícil hacer ficción en Argentina porque no tenemos una industria, sino que tenemos momentos en donde vienen Netflix, Amazon o Dinsey y se empieza a producir”, continuó.Mario Massaccesi, el hombre de las noticias que decidió sanar su pasado: “Con el dolor tuve bastante como para además ocuparme de quién lo generó”“Argentina a veces no tiene posibilidades buenas para generar una industria, más que nada por el dólar. Son cosas que yo conozco por producción: si hay un dólar bueno y competitivo, vamos, de repente cambió el dólar y somos caros, no viene nadie. Entonces en ese sentido no podés”, explicó sobre las idas y vueltas que viven desde hace años a la hora de generar ficción.Según Suar, aquellos que trabajan en la industria están preguntándose de forma constante si es el momento adecuado para comenzar un proyecto o no. “Es el mono tema, ‘¿cómo estamos para producir?’, decís. La respuesta es bien, pero pasan ocho meses y ves que no les podés pagar a la gente”, dijo sobre el impacto de la inflación. “Es muy difícil. Latinoamérica en general es difícil, lo único que nos gustaría es tener por lo menos un poquito de previsibilidad”.“Somos uno de los pocos países que tiene ese flagelo de la inflación, al que Argentina no le puede encontrar la vuelta cuando la mayoría de los países sí”, aseguró el productor mientras que en frente suyo, Diego Peretti afirmaba que la inflación en el país era un negocio para algunos.Suar también se refirió a su visita a la Quinta de Olivos durante el confinamiento. “No me acuerdo si fui dos días después o tres días antes de que se declarara que a partir de tal fecha empezaba el confinamiento total”, explicó. “Yo estaba grabando una tira, Separadas, y ya intuía lo que le iba a pasar a Polka, como a tantas otras empresas cuando parás la maquinaria. Dije, ‘acá se va a poner difícil’ y había solo dos casos en ese momento”.“Fui a hablar con el presidente para ver que iba a pasar, no más que eso”, afirmó. “El presidente trató de ayudar, de colaborar, pero después los hechos…”, agregó sin entrar en detalles.Según el productor, en el set de Separadas reinaba el miedo y la incertidumbre. “Fue una situación muy dura para todos. Las chicas, como todos, estaban muy asustadas”, reveló. A su lado Agustina Cherri, quien era parte del elenco, respaldó sus palabras. “No se entendía nada. Estábamos grabando y todavía no había un protocolo, y era como bueno… ¿te beso?¿ te abrazo? ¿qué nos va a pasar? Estábamos todos muy asustados”, reconoció.En medio del análisis, Suar expresó su solidaridad con Florencia Peña, quien fue duramente criticada por haber visitado la Quinta de Olivos en pleno confinamiento estricto. “No entendí por que se la agarraron con Flor injustamente, fue una vergüenza”, culminó.

Fuente: La Nación

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Cambió todo tras la bandera de cuadros en la final de la undécima fecha del Turismo Carretera. En el autódromo de Rafaela, el de más altas velocidades en el país por la forma de “óvalo” de su trazado, el marplatense Christian Ledesma se llevó una victoria fuera de libreto en la carrera que marcó el inicio de la Copa de Oro, luego de acompañar en el podio a Juan Manuel Urcera (Chevrolet) y Nicolás Bonelli (Ford), que dieron espectáculo adelante y terminaron primero y segundo, respectivamente, pero cuyos autos no pasaron la verificación técnica.En la Chevy del rionegrino detectaron anomalías en la leva, mientras que el Falcon del entrerriano fue vetado por la compresión del motor. Tras ese episodio y la escalada de Ledesma a la cima, Facundo Ardusso (Chevrolet) quedó en el segundo lugar y Nicolás Trosset (Ford) heredó el tercero.Urcera tiene la copa mayor; el piloto de Chevrolet, al igual que Bonelli (Ford, izquierda), será desclasificado por irregularidades técnicas; Ledesma fue declarado vencedor horas más tarde. (Prensa ACTC/)“Fui toda la carrera clasificando. Se hizo difícil después de Buenos Aires [segunda fecha, en la que ganó]. Y este fin de semana nos pusimos muy firmes otra vez. Destaco el trabajo de los ingenieros, porque gracias a ellos el auto evolucionó mucho”, había dicho Urcera, minutos después de festejar el triunfo de punta a punta a lo largo de las 20 vueltas al trazado de 4740 metros, siempre con Bonelli detrás, al acecho. Para los dos, el día terminó muy lejos de la sonrisa que tenían por haber vuelto a los primeros planos y haberse reposicionado en la clasificación “3 de último minuto”, que sumará tardíamente a tres pilotos a los 12 que avanzaron a los playoffs luego de las primeras diez carreras.La Chevy de Ledesma en Rafaela, el autódromo de dibujo más rápido del país. (Twitter @@chledesmaok/)Ardusso se llevó 41,5 puntos para la disputa del título, y lo escoltan el saltense Juan Pablo Gianini, con 31; el arrecifeño Agustin Canapino, con 30,5; el entrerriano Mariano Werner, con 28); el tandilense Leonel Pernía, con 26,5, y el chubutense Marcelo Agrelo, con 23,5. Restan cuatro competencias para la coronación, y Ardusso se debe aún la victoria necesaria para conseguir el cetro: es indispensable para ser campeón haber logrado al menos una victoria final en el año.“Hay que seguir cosechando y ser más competitivos”, había advertido Ledesma, sin conformarse con el tercer puesto en la pista. El referente de Chevrolet no está clasificado para disputar la Copa de Oro, pero la perspectiva es otra para el monarca de 2007 luego de que subiera a la cima por las exclusiones a los dos primeros. De hecho, ahora el marplatense lidera la tabla general de la temporada con 25,5 puntos de ventaja sobre Emanuel Moriatis (Ford) y 34 sobre Juan Martín Trucco (Dodge), por ahora el tercero y último que accederá a la puja por la Copa de Oro.?? Palabra exclusiva de @chledesmaok, heredero de la victoria del TC en Rafaela.? @FeerCaraccioli pic.twitter.com/jQC6bOtVpJ— Carburando (@CarburandoTV) September 11, 2021Por otra parte, fue destacada la tarea de Norberto Fontana en su reaparición: largó último la segunda serie con su Chevrolet y llegó noveno, y en la final siguió avanzando mucho, hasta cruzar la meta 12º. Finalmente, tras las verificaciones mecánicas, quedó 10º.El marplatense Ledesma celebra un tercer lugar que luego se convertirá en un primero; buena noticia en un año negativo para el campeón de 2007. (Prensa ACTC/)La decimosegunda fecha del campeonato de TC, segunda de la Copa de Oro, se desarrollará el 2 y el 3 de octubre en el autódromo puntano Rosendo Hernández.

Fuente: La Nación

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Con la veda electoral vigente, los dirigentes políticos estuvieron lejos de quedarse inactivos este sábado. Si bien algunos dejaron de publicar en sus redes sociales desde el cierre de campaña, otros aprovecharon el último día de las PASO para distenderse y realizar actividades recreativas, que también compartieron con sus seguidores.María Eugenia Vidal, la primera precandidata a diputada de Juntos por el Cambio por la Ciudad de Buenos Aires se mostró con una de sus hijas y las amigas de ella. “Cami, sus amigas y el sol, todo lo que está bien para el sábado a la tarde”, escribió. La dirigente bendecida por Horacio Rodríguez Larreta acompañó el mensaje junto a una fotografía de las cuatro en un bar.En tanto, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, que se juega mucho en esta elección, aprovechó para visitar la Isla Martín García, que pertenece al partido de La Plata, y por ende, a su jurisdicción. Si bien escribió en un escueto mensaje en sus redes, fue su esposa, Soledad Quereilhac, quien dio más detalles.“En la previa de las elecciones, pasamos el día en la isla Martín García, uno de los lugares más hermosos de la provincia de Buenos Aires, y con mucha historia”, manifestó la “primera dama” bonaerense en su cuenta de Instagram. “Un buen lugar también para pasar el Día del Maestro y recordar el ensueño sarmientino de Argirópolis, la capital de los Estados Confederados del Río de la Plata”, agregó. View this post on Instagram A post shared by Soledad Quereilhac (@soledadquereilhac)Por su parte, otro de los que aprovechó el sábado para hacer una actividad lejos de la tensión electoral fue Leandro Santoro, el primer candidato a diputado nacional del Frente de Todos por la Ciudad de Buenos Aires. Santoro eligió la compañía del economista y director del Banco Nación, Claudio Lozano, para ir a comprar libros a Parque Rivadavia.Diego Santilli, el primer precandidato a diputado de Juntos en la provincia de Buenos Aires se limitó a retratar el sábado con una foto familiar. Compartió una imagen junto a su esposa, Analía Maiorana, mate de por medio; ambos sonrientes. “Sábado en familia”, publicó en Instagram.Sumado a ellos, otros dirigentes que también serán protagonistas en la jornada de este domingo como Horacio Rodríguez Larreta, Facundo Manes y Nicolás del Caño, publicaron un mensaje a propósito del Día del Maestro, como lo hicieron, vale aclarar, la gran mayoría de los postulantes.

Fuente: La Nación

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HOUSTON (AP) — Luis Rengifo conectó un jonrón y totalizó tres impulsadas para que los Angelinos de Los Ángeles se impusieran el sábado 4-2 sobre los Astros de Houston.David Fletcher y Shohei Ohtani batearon sencillos consecutivos en el inicio del encuentro. Fletcher terminó anotando en un doble de Jared Walsh, con un out.Los Angelinos se colocaron arriba por 2-0 cuando Ohtani anotó en un rodado en que fue puesto out el venezolano Rengifo.Jo Adell abrió el tercer inning pegando un sencillo, y Rengifo estiró la ventaja a 4-0 mediante su cuadrangular con un out por todo el jardín derecho frente a su compatriota Luis García 10-7.El abridor venezolano de los Angelinos, José Suárez (7-7) permitió tres hits y una carrera en un trabajo de cinco entradas y dos tercios, durante el que recetó siete ponches. Los Astros no pudieron hilar hits después de que Suárez abandonó el duelo y hasta el noveno episodio.Kyle Tucker bateó un sencillo cuando había un out de ese inning, avanzó a segunda en un balk del cerrador cubano Raisel Iglesias y se instaló en la antesala gracias a un pasbol.Iglesias entregó un boleto a Jake Meyers antes de que Garrett Stubbs pegara un doble para impulsar a Tucker y reducir la ventaja a 4-2.Iglesias ponchó al venezolano José Altuve, antes de retirar al emergente Chas McCormick, para conseguir su 31er salvamento.Por los Angelinos, el venezolano Rengifo de 4-1 con una anotada y tres impulsadas. El dominicano Juan Lagares de 1-0.Por los Astros, el venezolano Altuve de 5-0. Los cubanos Yordan Álvarez de 2-2, Yuli Gurriel de 4-0. Los puertorriqueños Carlos Correa de 4-0, Martín Maldonado de 2-0.

Fuente: La Nación

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Algo subyacente, casi imperceptible, está sucediendo en la Corte Suprema de Justicia y puede significar un cambio profundo y definitivo. Ese tribunal, la máxima instancia judicial del país, tiene como función elemental revisar la constitucionalidad de las decisiones de los otros dos poderes del Estado (el Ejecutivo y el Legislativo) y de los jueces de instancias inferiores. Es el tribunal, en definitiva, que interpreta de manera inapelable si la nación política respeta –o no– su Constitución, que es a su vez el único contrato unánime de los argentinos. Lo hace con grandes o con pequeñas sentencias, crea jurisprudencia, resguarda las garantías constitucionales y ordena el a veces desordenado territorio de la política. Por eso es importante cómo se conduce ese tribunal y quién o quiénes lo conducen.El actual presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, terminará su actual mandato de tres años con el último día de septiembre. Otra elección, menos bulliciosa y más austera que la legislativa, está ocurriendo en la cima misma del Poder Judicial. La probabilidad más grande es que el juez Horacio Rosatti suceda a Rosenkrantz como presidente de la Corte, aunque ninguna elección está terminada hasta que la votación no ha concluido. Es así aunque los votantes sean solo cinco, como es el caso de la Corte. Rosatti fue constituyente en el 94. Sus amigos subrayan su apego al espíritu y a la letra de la Constitución. ¿Es necesario hacerlo? “Hubo una campaña en los últimos días para mostrarlo como antiliberal”, contestan. La votación sucederá dentro de los próximos diez días. La primera certeza es que el expresidente de la Corte Ricardo Lorenzetti, que aspiraba a un nuevo mandato al frente del tribunal, no volverá a liderarlo. Lorenzetti fue el último presidente de la Corte con un inmenso poder dentro de la Justicia, ya sea porque administraba los tiempos de la Corte o por su influencia en los jueces de los tribunales inferiores, sobre todo los de la Justicia Federal de Comodoro Py.Al revés, a Rosenkrantz le tocó presidir una Corte en la que las decisiones fueron siempre consensuadas. A muchos les pareció que Rosenkrantz era solo un paréntesis entre dos liderazgos fuertes. Tal vez entre dos liderazgos del propio Lorenzetti. No será así. Si fuera Rosatti el nuevo presidente de la Corte o en el caso menos probable de una reelección de Rosenkrantz, el tribunal seguirá con el estilo colegiado de los últimos tres años. El mismo Rosenkrantz terminó aceptando que ese método consensual, con el que no estuvo de acuerdo al principio, es mejor que un liderazgo absoluto y decisivo. “No habrá más un zar de la Justicia”, dice un funcionario judicial que frecuenta al máximo tribunal.La política prefiere un zar, quizás porque se siente más cómoda con un solo interlocutor. Sea por lo que fuere, jueces, empresarios y políticos oficialistas y opositores trataron de influir en los últimos tiempos para que Lorenzetti regresara a la principal poltrona de la Corte. Tales gestiones no han cesado. Era el candidato de muchos funcionarios de Alberto Fernández (el propio Presidente se reunió con él al menos una vez) y de algunos dirigentes macristas. Ciertos empresarios llamaron a jueces de la Corte hasta el viernes último. La respuesta de los jueces supremos fue la misma para todos: esta elección es una cuestión exclusiva de cinco personas. Otra respuesta es habitual entre los jueces de la Corte: “El método colegiado y consensual llegó para quedarse. No lo cambiaremos”. Lo que parecía un paréntesis con Rosenktantz se convirtió en una tendencia definitiva. Es un cambio significativo.Algunos jueces de la Corte subrayan la importancia de que Rosenkrantz esté llegando al final de su mandato. Lo cumplirá hasta el último día. ¿Raro? ¿Por qué? “Hubo un intento de golpe de Estado cada tres meses en estos tres años”, señala un funcionario del tribunal. Magistrados de la Corte llegaron a sentirse amenazados físicamente y con sus familias en peligro. Es común entre ellos hablar de “operaciones periodísticas” (lo que es una aberración, porque si es una operación no es periodismo) para desestabilizar a Rosenkrantz y para desgastar a otros miembros de la Corte. Pero es cierto que hubo supuestas notas periodísticas que destrataban a Rosenkrantz, a Rosatti y hasta a Juan Carlos Maqueda. La tensión era palpable entre los miembros del máximo tribunal.El papel que jugó Maqueda en este proceso de cambio fue significativo. Su voz es escuchada por los otros jueces porque es el juez decano de la Corte, pero sobre todo porque él no aspira a presidir el tribunal. Ya fue como senador presidente de otro poder del Estado, el Legislativo, en la crisis política e institucional más grave que vivió el país desde la restauración democrática, en 2001 y 2002. Suficiente. Maqueda se apartó de Lorenzetti, con quien había tenido tiempos de muchas coincidencias, aunque también de ciertas disidencias. De hecho, Maqueda fue el único miembro de la Corte que votó por la reelección de Lorenzetti cuando Rosenkrantz fue elegido presidente, en 2018. Pero se cansó. Prefiere un tribunal integrado por jueces en permanente consulta entre ellos que uno liderado por una sola persona.Lorenzetti había trabajado especialmente la relación con los jueces federales de Comodoro Py, aunque no con todos. O no todos se dejaron seducir. Esos jueces son los más iridiscentes del país porque investigan e instruyen las causas que involucran al poder político, fundamentalmente la corrupción. Lorenzetti les dio a esos jueces federales, o a algunos de ellos, el control de la crucial oficina de escuchas telefónicas. Esa oficina pasó a la Corte Suprema para que sus actos (nada menos que escuchar las conversaciones telefónicas de ciudadanos bajo sospecha) fueran transparentes. Jueces y fiscales de Comodoro Py terminaron nombrando a familiares y amigos en esa oficina. El presidente de la Corte tiene ahora poco poder sobre esa dependencia fundamental. Ese es otro cambio que podría suceder. De todos modos, es una mala práctica que la Corte Suprema influya sobre los jueces de instancias inferiores, porque el máximo tribunal es el que revisará finalmente la gestión de esos magistrados. “Los jueces federales se acomodan. Y se acomodarán cuando vean que las cosas han cambiado para siempre en la Corte”, dicen en oficinas de los jueces supremos.El poder, la independencia y el prestigio de la Corte Suprema son indispensables para que funcione bien el sistema político y para garantizar las libertades y garantías de los ciudadanos comunes. El espectáculo de Nicaragua es desolador cuando la Justicia dependiente de la déspota diarquía que gobierna ese país, la de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, ordenó la prisión del escritor Sergio Ramírez. Ramírez es un escritor exquisito, una persona honorable y un hombre bueno, que cometió el delito de denunciar la tiranía que se abatió, otra vez, sobre su país. El gobierno de Alberto Fernández tiene la oportunidad de tomar distancia de Ortega. Solo necesita hacer una cosa: pedirle a Ortega que deje de perseguir a un escritor que solo tiene el poder de la palabra.El poder de la palabra es al que más temen los autoritarios. Cristina Kirchner dijo en el acto de cierre de campaña que había mirado “a Macri en su canal”, en una clara referencia al canal de televisión de LA NACIÓN. Esa versión es una mentira premeditada y con real malicia, porque ella sabe que no es cierto. El rumor que vincula a Macri con LN+ es una mentira interesada desde el principio, que ofende al periodismo independiente. Censurar o difamar a los que solo tienen el poder de la palabra es la práctica más común de los que no creen en las libertades. O de los que le temen a la libertad. Con la amenaza de cárcel para un escritor o con la calumnia a un medio periodístico, con la abolición de la palabra, es como empiezan y terminan las dictaduras.

Fuente: La Nación

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Durante muchos años se la describió como “la musa de Michelangelo Antonioni” y aunque pueda ser que Monica Vitti haya sido en más de un aspecto motor de inspiración del italiano, -además de su pareja y actriz en media docena de sus películas-, la descripción no termina de hacerle justicia. Porque Vitti fue un ícono en sí mismo, una mujer que nunca se subordinó al universo masculino sino que lo transitó con la convicción de saber siempre qué estaba haciendo. “Yo tengo una forma de ver el mundo que cambia cada día, cada hora, cada minuto. El día que no me pase eso me consideraré vieja, perdida para siempre. Yo no nací para la diplomacia, me gusta hablar con todas las palabras. Además, esa es la única manera de entenderse. A veces puedo decir cosas brutales, que pueden aterrorizar a mis mejores amigos y si eso sucede, paciencia. Yo hago mi trabajo con un amor infinito, le dedicó todo lo mejor con la mayor seriedad y honestidad. Lo siento en mi piel, en mis ojos”, decía en 1972. Evelyn Von Brocke, enamorada y feliz con su presente laboral, no descarta irse a vivir a Alemania por sus hijosQuien marcó el rumbo del cine italiano en la década del 60, y 70 nació el 3 de noviembre de 1931 en Roma como María Luisa Ceciarelli. De madre boloñesa y padre romano dedicado al comercio exterior, descubrió la interpretación siendo muy niña, jugando con muñecos y títeres, a los que los hacía “hablar” con diálogos inventados durante horas. En ese momento la familia lo consideraba un divertimento y ella: el universo al que soñaba pertenecer.Cuando se recorre su filmografía, enseguida salta a la vista una división marcada por su ductilidad: de las obras de Antonioni a las comedias con Alberto Sordi. El universo de Monica fue muy amplio. Sin embargo, detrás de ese éxito profesional, de esa mirada seductora y de sus dotes para pasar del drama al humor, existieron también otras realidades. Varios intentos de suicidio, el sentir que necesitaba cambiar cuando su entorno no se lo permitía y la sorpresa de descubrir que estaba muerta en vida.Las muchas vidas de un mitoMonica Vitti, al llegar al hotel Carlton, en Cannes, en 1966 Un día, a mediados de la década del 50, María Luisa se convirtió en Monica y Ceciarelli en Vitti. El apellido, breve y contundente, provenía de acortar el Vittiglia materno. En cambio el nombre fue menos simbólico: provino del personaje femenino de un libro que estaba leyendo en ese momento.Con la convicción de querer ser actriz, Monica se graduó en la Academia Nacional de Arte Dramático y comenzó a hacer obras de teatro. Se dio el gusto de interpretar obras de Shakespeare y de Molière, la fascinaban los clásicos.Su debut sobre el escenario fue en 1953 y un año después llegó una pequeña aparición en el cine no acreditada. El camino fue lento y ella consecuente. Cada año sumaba horas de vuelo en escena y más líneas de guion en películas. “Soy actriz para no morir”, escribió en su autobiografía en referencia a sus múltiples intentos de suicidio, el primero a los catorce años, para luego reafirmar: “Si tuviera el suficiente valor, ya me habría disparado un tiro en la cabeza”.Y es que para la actriz, la ficción siempre fue más atractiva que la realidad. Tener un camino de altos y bajos prefijado, sin sorpresas y con la convicción de que habrá final feliz fue para Monica un deseo que la obsesionó durante toda su vida. De la alegría a la tristeza, de la pasión a la depresión, la montaña rusa de emociones que signó su vida la convirtió en una mujer reflexiva, pero a la vez desconfiada y punzante en el análisis de su entorno. Y por supuesto, la necesidad de entretener al otro para evitar que experimente la misma sensación que ella tenía cada mañana.“Claro que le tengo miedo a la soledad -monologaba en aquella entrevista de 1972-, ¿por qué no reconocerlo? Pero creo, para ser justa, que eso le pasa a todas las mujeres. Sin embargo, cuántos errores cometemos en su nombre, por huirle, por no asumirla, por sentirnos frustradas. Se puede ser viejo a los veinte años y joven a los ochenta, bueno, lo mismo pasa con la soledad. Una puede sentirse angustiosamente sola rodeada por los seres que más nos quieren”.Y enseguida, nuevamente la muerte como angustioso desenlace: “Creo que a lo único que le tengo verdadero miedo, lo único que configura mi verdadera obsesión es la muerte. Por eso odio los viajes en avión, la posibilidad de una muerte gratuita, la insólita exposición a un riesgo que no puede ser controlado en caso de accidente. Con solo decir la palabra ‘muerte’ me siento mal, la imagino como una vieja que me sorprende y aterra, pero no hablemos más de eso, mi vida es otra y por otra parte, la gente no piensa que las actrices puedan estar angustiadas más que por la pérdida de su maletín de belleza”.A pesar de correrle la cara, de esquivarla, de no darle entidad, la parca tenía una sorpresa para ella. Un aviso en forma de nota periodística destacada en uno de los medios más importantes de Francia. Corría 1988, cuando Vitti abrió el diario y descubrió que había muerto.El entierro prematuroEl 3 de mayo de 1988, el prestigioso diario francés Le Monde publicó en su primera edición que la actriz Monica Vitti se había quitado la vida. Al momento de encontrarse con la noticia, ella se preparaba para ir al funeral del actor de teatro Paolo Stoppa, que había fallecido el día anterior en Roma.La información había llegado al periódico de manera telefónica, a pocos minutos del cierre de la edición: “Monica Vitti está muerta. Se suicidó en su apartamento romano (…). Se tragó una dosis letal de barbitúricos. Ingresó en el hospital de urgencias y todos los tratamientos resultaron inútiles”. La contundencia de los datos, sumada a la mala praxis periodística hicieron el resto.Aunque nunca se terminó de conocer de dónde vino la llamada, de acuerdo al medio la publicación surgió luego de un mensaje firmado por Georges Geaume, agente de Vitti en Francia. Sin embargo, este aseguró que no había tenido nada que ver con la información y Le Monde cargó con la culpa de publicar una información sin verificar. Igualmente, tan grave como los datos erróneos fueron las especulaciones del imaginativo redactor: “Detrás de la armonía, había una herida, sin duda disimulada con demasiada modestia. Monica Vitti prefirió abandonar la vida y no lo hemos podido contener”.Al día siguiente, y a partir del revuelo que generó la noticia falsa, el diario se rectificó pero hasta ahí nomás porque aprovechó la autocrítica para vanagloriarse de que la noticia había servido para que la actriz dimensionara el cariño de su público, que solo aparece cuando mueren las estrellas, y por lo tanto ellas no lo pueden saber. Ella no lo entendió de esa manera.“No cabe duda -declaró la actriz días después al diario El País- que dicha historia me ha servido para darme cuenta de la gran responsabilidad que tiene la prensa, ya que la gente tiene tendencia a creer ciegamente en lo que se escribe, y de este modo lo escrito acaba siendo más verdadero e irrefutable que la realidad”. Y a continuación sumó un nuevo ejemplo: “Un día llamé a mi madre y le dije: ‘Hola mamá, te hablo desde Milán’. Y ella me respondió: ‘No es verdad, estás en Venecia porque lo he leído en el periódico esta mañana. Lógicamente mi madre le creyó al diario en lugar de dar por cierto lo que su propia hija le estaba diciendo al otro lado del aparato”.Amor y cineMichelangelo Antonioni junto a Monica Vitti, en el festival de Cannes en mayo de 1960 (WEHRLE/)Monica Vitti y Michelangelo Antonioni se conocieron trabajando. Algunas investigaciones periodísticas aseguran que su primera colaboración con el realizador no fue frente a cámara, sino que prestó su voz para el personaje de Dorian Gray en la película Il Grido (1957). Sin embargo, esta historia fue refutada con el paso de los años.La aventura (1960) y La noche (1961) fueron las primeras colaboraciones oficiales de la pareja, al mismo tiempo que el inicio de una historia de amor entre ambos que duró cinco años. Y aunque la prensa de entonces aseguraba que se trataba de una relación asimétrica y aburrida, ella siempre se encargó de desmentirlo: “Cómo se puede vivir mal al lado de uno de los hombres más lúcidos de su época. Yo odio los encuentros furtivos, mis sentimientos son demasiado violentos como para poder expresarlos en uno o dos encuentros. Preciso tiempo, paciencia, introspección. Vivo en alta tensión todas las horas de mi vida, de manera que me sería imposible convivir con un hombre superficial”.A mediados de la década del 60, Vitti comenzó una relación con el director de fotografía Carlo Di Palma, a quien había conocido durante el rodaje de Deserto Rosso (1964), de Antonioni. Ambos hombres colaborarían inmediatamente después en el clásico Blow Up (1966). Vitti, por su parte, fue la protagonista de los únicos tres largometrajes que Di Palma dirigió entre 1973 y 1976.A mediados de la década del 80, la producción fílmica de Monica Vitti comenzó a decaer. De todos modos, la estrella italiana se dio el gusto de despedirse de la pantalla grande con una película como directora, Escándalo secreto (Scandalo segreto, 1990). Previo a eso, había vuelto a trabajar con Antonioni en El misterio de Oberwald (1980) y protagonizado dos películas dirigidas por su actual marido, Roberto Russo, con el que se casó el 28 de septiembre de 2000, luego de dos décadas de noviazgo.Se la vio por última vez en marzo de 2002, en un estreno en París. Retirada de la vida pública, las últimas noticias en torno a Vitti han sido a raíz de su salud. En noviembre de 2003 fue hospitalizada por una fractura de fémur y poco después se anunció que padecía alzheimer. Desde entonces, su esposo se encarga de actualizar su estado de salud y de desmentir rumores, que desde la prensa continúan acechándola. Pero ella sigue ahí, dando pelea: “La ironía forma parte de mi carácter y no debo evitarla ni esconderla. Es mi válvula de defensa. La ironía es la base que me sirve para deformar la realidad de manera de hacerla soportable, adaptable a mis puntos de vista, a mis necesidades. Muchos amigos me preguntaron cómo pude pasar del cine trágico a la comedia sin sobresaltos. Bueno, la ironía me podría servir para replicarles que en el fondo, las dos actividades son caras de una misma medalla, condenada para colmo, a perderse en el río del tiempo”.

Fuente: La Nación

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Barclays estaba en la suite presidencial de un hotel en Lima con vistas al océano Pacífico (“si no puedo ser presidente, me contentaré con ocupar las suites presidenciales”, solía decir, en tono risueño, a sus amigos), cuando su hermano John le dijo por teléfono:-El juez ha dictado orden de captura. Van a arrestarlo en cualquier momento.John Barclays aludía al padre de ambos, don James Barclays, quien, tras una exitosa carrera como ejecutivo en bancos y automotrices, había presidido el Jockey Club durante dos períodos, y luego se había retirado, pensando en dedicarse a su afición más perdurable, la de viajar y cazar animales, un plan que abortó bruscamente porque la nueva administración del Jockey, presidida por un almirante retirado, lo enjuició por malos manejos de los dineros del Club, y ahora el juez a cargo del caso había encontrado suficientes indicios de culpabilidad como para ordenar su inmediata captura.-Dile a papá que no se entregue -le dijo Barclays, desde su suite, a su hermano menor, John-. Dile que venga enseguida al hotel. Yo lo voy a esconder.En ese momento Barclays no se encontraba a solas en la suite. Estaba con él, haciéndole fotos, el fotógrafo internacional Mario Tarantino, un artista de los retratos, quien había leído los primeros libros de Barclays, traspasados de pura angustia gay, y sentido curiosidad por conocer al escritor y hacerle fotos. Antes de comenzar la sesión, Tarantino abrió los vestidores de la suite y escudriñó con ojo hipercrítico la poca ropa de Barclays, incluyendo sus calzoncillos, que miró con espanto o pavor.-Tienes que aprender a vestirte -le dijo, en tono paternal-. Tu ropa es patética.-Soy un escritor, Mario -se defendió Barclays-. No sé nada de moda.-Cuando aprendas a vestirte, escribirás mejor -dijo Tarantino.Ahora estaban Barclays en calzoncillos y Tarantino disparando sus retratos cuando el escritor le dijo al fotógrafo:-No podemos seguir. Mi padre está en camino. Va a llegar en cualquier momento.-Me hace ilusión conocerlo -dijo Tarantino-. Porque ya lo he conocido bastante en tus novelas.-No conviene, Mario -dijo Barclays-. Mi padre es muy homofóbico. Te ruego que te vayas.Sorprendido, el gran fotógrafo internacional recogió sus equipos sin demasiada prisa, seguramente pensando:-Qué patán este Barclays de interrumpirme así una sesión de retratos.Aún no se había marchado el fotógrafo cuando volvió a sonar el teléfono:-Señor Barclays, su padre está aquí abajo, en la recepción.-Que suba inmediatamente -dijo Barclays.Poco después, Barclays abrió la puerta, hizo pasar a su padre sin darle un abrazo ni un apretón de manos y dijo:-Papá, te presento a Mario Tarantino, el famoso fotógrafo.Se dieron un apretón de manos y Tarantino se despidió con elegancia y coquetería.-¿Es tu amigo? -le preguntó a Barclays su padre.-No, sólo estaba haciéndome fotos.Por supuesto, ya Barclays se había vestido. Su padre no sabía quién era Mario Tarantino: el mundo de la moda no era su mundo.-¿Qué hacemos? -preguntó el señor James Barclays.-No puedes quedarte en tu casa -le dijo su hijo, el escritor-. Van a llegar en cualquier momento a arrestarte. Tienes que esconderte. Tienes que pasar a la clandestinidad.-¿Dónde crees que debo esconderme, hijo?El señor Barclays estaba levemente nervioso, aunque intentaba disimularlo.-Quédate acá hasta que tengamos un plan. Luego a la noche te buscamos un buen lugar para esconderte.De pronto Barclays hijo recordó que el fotógrafo Tarantino tenía un apartamento en una playa cuarenta kilómetros al sur, llamada Punta Hermosa. Lo llamó enseguida. Le dijo:-Mario, necesito pedirte un gran favor. ¿Estás durmiendo en tu apartamento en la playa?-No -dijo Tarantino-. Es invierno y me muero de frío. Estoy en casa de Susana de la Fuente.-¿Puedes prestarme tu apartamento dos o tres días? Después te explico de qué se trata. Es un asunto muy delicado.-Con mucho gusto -dijo Tarantino-. Siempre que mañana sigamos con las fotos que interrumpiste.Esa noche, los Barclays, padre e hijo, salieron de la cochera subterránea del hotel en la camioneta del hijo, se detuvieron en la casa de Susana de la Fuente, recogieron las llaves del apartamento del fotógrafo Tarantino y manejaron hasta Punta Hermosa, donde pasaron la noche tomando coñac.-Papá, necesito preguntarte algo -dijo Barclays-. ¿Eres culpable?-No, hijo. Soy inocente. No le he robado nada al Jockey Club. El almirante que me acusa es un hijo de puta.Pero Barclays no supo si creerle a su padre.-No vas a entregarte -le dijo-. Voy a hablar con mi abogado. Vamos a ganar este juicio. Vamos a ganarlo como sea. Cueste lo que cueste.-Gracias, hijo. Gracias por estar de mi lado. Tu madre es una jodida. No me cree. Cree que soy un ladrón. Casi me ha botado de la casa.-Nadie debe saber que estás acá. No hables por teléfono con ella ni con nadie, papá.Los Barclays, padre e hijo, habían sido enemigos toda la vida, el padre deplorando los libros que publicó su hijo, el hijo maldiciendo los abusos que le infligió su padre, pero ahora las circunstancias aciagas los habían unido en una extraña alianza: la de salvar el honor de la familia e impedir que don James Barclays fuese a la cárcel, acusado de ladrón.-No vas a pasar una sola noche en la cárcel, papá. Confía en mí. Confía en mi abogado.-Por eso estoy acá, hijo. Tu hermano John me aconsejó que me pusiera en manos de tu abogado.Al día siguiente, convocado por el escritor, llegó al escondrijo de Punta Hermosa el abogado de Barclays hijo, dispuesto a salvar de la cárcel a Barclays padre. Se llamaba Henry Gubbins. Era bajo, gordo y cabezón. Era brillante, culto y ambicioso. Era astuto, maléfico e inescrupuloso. Ganaba todos los juicios. Solía decir con delicioso cinismo:-En este país la fuente del Derecho es el dinero.Gubbins escuchó pacientemente el largo alegato de Barclays padre, recibió las carpetas con todos los documentos del caso, aprobó que don James siguiera escondido en Punta Hermosa, le aconsejó que no tratara de salir del país y sentenció:-Esto se arregla fácilmente con cien mil dolaritos.No dijo dólares, dijo “dolaritos”.Don James Barclays arqueó las cejas, sorprendido, frunció el ceño y miró a su hijo, el escritor, quien, a su turno, le dijo a su amigo, el abogado:-No hay problema, Henry. Cuenta con eso.-Si queremos aceitar al juez y al fiscal y asegurarnos de levantar la captura y ganar el juicio, necesito la plata ahora mismo -dijo Gubbins.Barclays padre no parecía dispuesto a pagar nada. Lo acusaban de haberse robado millones de dólares del Jockey Club, pero él sostenía que era inocente y quizás por eso no quería mostrarle dinero al abogado, no fuese a creer Gubbins que don James había desfalcado al Jockey Club.En pocos minutos, Barclays hijo abrió la aplicación de su cuenta bancaria, introdujo los números de la cuenta de Gubbins y le transfirió cien mil dólares:-Ya tienes tus dolaritos, Henry.-Gracias, hermanito. Quédate tranquilo que con este lubricante yo me encargo de aceitar bien a todos.Antes de irse, Gubbins le dijo a don James Barclays:-Usted no va a pasar una sola noche en la cárcel, le doy mi palabra. Y luego vamos a enjuiciar al nuevo presidente del Jockey, el almirante que le ha abierto el juicio, y lo vamos a meter preso a ese cabrón.Gubbins se marchó caminando como si le pesara la cabeza, como si fuera a caérsele. Se metió en un auto negro, blindado, un chofer abriéndole la puerta. Se perdió en la espesa penumbra de la noche, al pie del mar Pacífico.James Barclays pasó dos semanas escondido en el apartamento de Punta Hermosa del fotógrafo Mario Tarantino. Barclays, su hijo, el escritor, reanudó la sesión de fotos y volvió a quedar en calzoncillos, a sugerencia del afamado retratista. Todas las noches, el escritor manejaba hasta Punta Hermosa con comidas y bebidas para su padre: quesos, jamones, salmón ahumado, algo de caviar, whisky y coñac, pero nada de dulces, pues don James alardeaba de ser tan macho que no comía helados ni chocolates ni postres en general, pero bebía café, whisky y coñac como preso político recién liberado.-Papá, dime la verdad, ¿no es tu firma la que está en todas las facturas sobrevaluadas del Jockey? ¿No es cierto que inflaste los montos al doble y al triple por cada compra o servicio, para quedarte con la diferencia?-No, hijo. Créeme. Soy inocente. Es mi firma, claro, pero los montos eran los correctos, no estaban inflados.-El presidente del Jockey dice que transferiste ese dinero a una cuenta en un paraíso fiscal.-Sí, sí, dice que tengo una cuenta en las islas Vírgenes Británicas. Esa cuenta ya no existe, hijo. La tuve un tiempo, pero la cerré.-Si te llevaste un dinero del Jockey, no te voy a juzgar, papá. Pero necesito saber la verdad.-No me robé nada, hijo. Soy inocente. Sírveme más coñac, por favor.Unos días después, el abogado Gubbins le dio una buena noticia a Barclays:-En cualquier momento levantan la orden de captura. Dile a tu viejo que se quede tranquilo. He repartido más aceite que grifo de carretera. Todos bien lubricados, mi estimado.-Gracias, querido Henry. Eres el mejor de todos.Una noche en Punta Hermosa, los Barclays, padre e hijo, salieron a caminar por la playa, bien abrigados, don James fumando un cigarrillo, alcoholizados ambos.-Hijo, te debo unas disculpas -dijo de pronto don James.-No me debes nada, papá.El rumor del mar danzando su extraña danza infinita, las olas lamiendo lánguidamente la orilla pedregosa, el viento húmedo y helado, la sensación de estar a solas, escondidos, en la clandestinidad: todo inducía a deponer las hostilidades, firmar un armisticio e intentar ser amigos, o cuando menos aliados.-Te he hecho la vida imposible -dijo don James Barclays-. He sido muy estricto contigo. Te pido perdón por eso.-No pasa nada, papá. No hay rencores.Pero claro que había rencores, y allí estaban los libros de Barclays, un minucioso inventario de esos rencores contra su padre, contra su familia, contra su país.-Te felicito, hijo, porque, a tu manera, eres un ganador. Ya no puedo seguir jodiéndote la vida. Has ganado. Reconozco que has ganado.-No he ganado nada, papá. Todo es una impostura.-Dame un abrazo, hijo.Padre e hijo se abrazaron brevemente, a orillas del mar.-¿Me perdonas, hijo?-No perdono nada, papá. Hay cosas que no se olvidan. Pero te quiero. Por eso estoy acá.Días después, el abogado Gubbins cumplió sus promesas: el juez dejó sin efecto la orden de captura, don James Barclays regresó a su casa y la justicia lo declaró inocente de todos los cargos.Años más tarde, padre e hijo volvieron a abrazarse, esta vez en una clínica, en la víspera de que Barclays padre muriese de cáncer.-¿No hay rencores? -preguntó Barclays padre.-No hay rencores -respondió Barclays hijo.Luego don James le dijo:-Acércate, quiero decirte algo al oído.Barclays, el escritor, pensó que su padre le diría algo sentimental, un último consejo, el sentido profundo de la vida. No fue así. Le entregó una llave pequeña de una caja de seguridad de un banco. Le dijo que allí estaban todos los datos de una cuenta bancaria en Suiza. Le dijo que el único beneficiario era él, Barclays, su hijo mayor, el escritor, su enemigo de toda la vida.-Es la plata del Jockey -dijo Barclays padre-. Que no se entere tu madre, por favor.Barclays padre murió esa noche, de madrugada, confortado por los auxilios de su esposa y de un cura llevado por ella. Al día siguiente de los funerales, Barclays hijo viajó a Zurich.-Me han invitado a un congreso literario -mintió.

Fuente: La Nación

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Los dos eran huraños y solitarios. Nunca llegaron a ser amigos. Sin embargo, y aunque no le sobraba el dinero, Edgar Degas compró varias obras de su colega Paul Cézanne. Entre ellas Bañista con brazos extendidos, en una exposición de 1895, que décadas más tarde pasaría a la colección de otro pintor: Jasper Johns.En el artista postimpresionista que sería considerado “el padre de la pintura moderna”, precursor del fauvismo y el cubismo, el autor de las célebres bailarinas percibía “la misma trascendencia clásica que él buscaba para su obra”, según recuerdan María Dolores Jiménez-Blanco y Cindy Mack en el libro Buscadores de belleza. Historias de los grandes coleccionistas de arte.Admirado también por Henri Matisse y Pablo Picasso –quien lo definió como su “único maestro”-, Cézanne fue un referente tanto para sus contemporáneos como para las generaciones que siguieron. Especialmente desde la retrospectiva que le dedicó el Salón de Otoño de París en 1907, un año después de su muerte. Su pintura Los jugadores de cartas (1890/95) llegó a ser la más cara de la historia en 2011, cuando la familia real de Qatar pagó por ella 250 millones de dólares.El estaque con tejados rojos (1883/85) se rematará en noviembre (Gentileza Christie’s/)Ahora vuelve a ser noticia gracias a la muestra de dibujos y acuarelas que le dedica hasta fin de mes el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), y la subasta de Christie’s que lo tendrá en noviembre entre sus grandes protagonistas: la obra El estaque con tejados rojos (1883/85), de la colección de Edwin Lochridge Cox, se ofrecerá por un valor estimado entre 35 y 55 millones de dólares. Es uno de los tantos paisajes que pintó, junto con sus bañistas, retratos y naturalezas muertas, además de abocarse a diario al dibujo durante más de medio siglo.Todas esas obras tienen algo en común: la forma innovadora en que el artista expresó su percepción, al integrar la observación directa de los impresionistas con la estructura de la composición clásica. Tras vivir en París y en Auvers regresó a su ciudad natal, Aix-en-Provence. El lugar donde unas simples frutas, montañas y rocas -recreadas de manera única- contribuyeron a cambiar la forma de mirar.Saco sobre una silla (1890-92), uno de los dibujos que exhibe el MoMA (colección privada) (Gentileza MoMA/)“Durante siglos antes de Cézanne, el arte europeo más importante fue el que representaba con mayor precisión el mundo, con exactitud, ilusionismo, elegancia, sprezzatura -explica el crítico Jason Farago en el New York Times-. Cézanne desechó todo eso. En cambio, usó el arte para dar forma al proceso de ver ese mundo, individualmente, tanto con el ojo como con el cerebro”.

Fuente: La Nación

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NUEVA YORK (AP) — Estados Unidos conmemoró solemnemente el 20mo aniversario de los atentados del 11 de septiembre el sábado, lamentando las vidas perdidas y la unidad estadounidense destrozada en eventos que se llevaron a cabo semanas después del fin sangriento de la guerra de Afganistán que fue emprendida en respuesta a los ataques terroristas.Familiares de las víctimas y cuatro presidentes estadounidenses rindieron honores en los sitios donde los aviones secuestrados provocaron la muerte de unas 3.000 personas en el acto más letal de terrorismo en territorio estadounidense.Otros se reunieron para conmemorar el acontecimiento desde Portland, en Maine, hasta Guam, o para realizar proyectos de voluntariado en lo que se ha convertido en un día de servicio en Estados Unidos. Mandatarios extranjeros expresaron sus condolencias por un atentado ocurrido en Estados Unidos pero que cobró víctimas de más de 90 países.“Se sintió como si un espectro maligno hubiera descendido sobre nuestro mundo, pero también fue un momento en que mucha gente actuó más allá de lo normal”, expresó Mike Low, cuya hija Sara Low era asistente de vuelo en el primer avión que se estrelló.“Mientras avanzamos en estos 20 años, encuentro sustento en un continuo agradecimiento a todos aquellos que hicieron más que la gente ordinaria”, comentó el padre de familia ante una multitud reunida en la zona cero que incluía al presidente Joe Biden y a los expresidentes Barack Obama y Bill Clinton.En un video publicado el viernes por la noche, Biden señaló que el 11-S ilustraba que “la unidad es nuestra mayor fortaleza”.La unidad “es lo que va a afectar nuestro bienestar más que cualquier otra cosa”, añadió en su visita a una estación de bomberos voluntarios el sábado luego de depositar una corona de flores en el sitio donde se estrelló un avión cerca de Shanksville, Pensilvania. Más tarde, guardó un minuto de silencio en el tercer sitio, en el Pentágono.El aniversario fue conmemorado bajo el mando de la pandemia de coronavirus y a la sombra del retiro de Estados Unidos de Afganistán, que ahora está bajo el control del mismo grupo Talibán que le ofreció un refugio seguro a los conspiradores de los atentados del 11-S.“Esto es difícil porque uno esperaba que sería un momento diferente y un mundo diferente, pero a veces la historia comienza a repetirse y no de la mejor manera”, afirmó Thea Trinidad, quien perdió a su padre en los ataques y quien leyó los nombres de las víctimas durante la ceremonia en la zona cero de Nueva York.Bruce Springsteen y los actores de Broadway Kelli O’Hara y Chris Jackson cantaron en el evento, pero, por tradición, ningún político habló en la zona cero.En el sitio de Pensilvania, donde pasajeros y miembros de la tripulación lucharon por mantener el control del avión que se cree iba en camino al Capitolio federal o a la Casa Blanca, el expresidente George W. Bush dijo que los atentados del 11-S mostraron que los estadounidenses pueden unirse a pesar de sus diferencias.

Fuente: La Nación

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