En el desarrollo de biocombustibles de segunda generación, investigadores del Instituto de Biotecnología del INTA crearon un portfolio de enzimas celulolíticas bacterianas y fúngicas que permiten transformar la biomasa residual de la producción agropecuaria.
A partir del estudio del genoma y del conjunto de proteínas secretadas –secretoma– de aislamientos bacterianos celulolíticos nativos de la Argentina, lograron reconocer las enzimas activas sobre carbohidratos y además, desarrollar y caracterizar una biblioteca de enzimas recombinantes.
“Estudiamos cómo las bacterias y los hongos degradan los polisacáridos, es decir, las estructuras de resistencia que tienen las plantas”, señaló Eleonora Campos, del Instituto de Biotecnología del Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias (CNIA) y añadió que “las bacterias y hongos aprovechan la biomasa residual disponible en los campos como paja de caña de azúcar, trigo, cebada y también el marlo de maíz, entre otros”.
En la misma linea, destacó que el desarrollo es posible porque “nuestro país cuenta con mucha biomasa residual de origen agronómico que se genera en el campo y en procesos agroindustriales, como la producción de azúcar a partir de la caña de azúcar que genera bagazo y puede ser aprovechado”.

El portfolio de enzimas permite conocer cómo actúan, cuáles son sus características y en qué procesos pueden aplicarse.

Los científicos reconocen que el mecanismo es a través de la secreción de enzimas sobre los polisacáridos, pero su nueva inquietud es conocer si se pueden producir y usar; y cuáles son  las necesarias para la degradación de la biomasa y así obtener una mayor eficiencia en el rendimiento del bioetanol.
Estas enzimas, entre otros usos, permiten generar polisacáridos cortos –xilooligosacáridos– que pueden tener “función prebiótica cuya utilidad, en condición de suplemento dietario, estaría en mejorar la digestibilidad de los alimentos para humanos y animales”, remarcó Campos.
El equipo de investigación: Mercedes Garrido, Silvina Ghio, Ornella Ontañon, Eleonora Campos y Florencia Piccinni.
A partir de estos micoorganismos que degradan la pared celular vegetal, trabajaron para secuenciar su información genética y caracterizar las proteínas que secretan, clonarlas y expresarlas de manera recombinante para poder estudiarlas.
Etanol de segunda generación
En etapa de desarrollo en el mundo entero, la generación de biocombustibles ya cuenta con plantas a escala piloto y demostrativas y muy pocas a escala comercial. Recientemente en Brasil se inauguró una instalación que utiliza bagazo de azúcar.
Y si bien aún no se lo considera como una inversión comercial atractiva, los especialistas reconocen la necesidad de que sea viable técnicamente a un costo razonable. Donde los pasos más importantes están en el pretratamiento de la biomasa, en la capacidad de hidrolítica enzimática y en investigación, tanto para mejorar los cócteles enzimáticos como para desarrollar nuevos.
Para Campos, el impulso que se le dio desde el INTA a la investigación en enzimas “nos permitió conocer en detalle los procesos de deconstrucción de los polisacáridos”. Este conocimiento generado derivó en líneas de investigación que ya permiten aprovechar la biomasa en múltiples aplicaciones.

Fuente: InfoCampo

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Ante el cambio climático, un estudio realizado por la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, hizo hincapié en esta problemática y desarrolló plásticos biodegradables, usados como alimento para microorganismos del suelo (bacterias, hongos, etc).
La ONU señaló que en países de bajos ingresos, el 75% de la basura descartada procede de la materia orgánica, mientras que en países con índices más elevados es de 36%. En ese sentido y ante un continuo aumento de la población, se busca añadir más circularidad al ciclo de los alimentos y los nutrientes. 
En muchos países, los productores usan las películas mulching de polietileno (PE) para aumentar el rendimiento del cultivo, ya que ayudan a controlar las malezas, la temperatura del suelo y el uso de los recursos hídricos. Después de la cosecha, normalmente quedan residuos y pequeños fragmentos de plástico que terminan acumulándose en el suelo.
Sin embargo, las películas fabricadas con un polímero biodegradable, como el Ecovio® M 2351 de BASF producido a partir de materias primas renovables y del co-poliéster biodegradable ecoflex® (PBAT), pueden dejarse en el suelo después de la cosecha, sin necesidad removerlas y reciclarlas, ahorrando en tiempo y recursos y ganando en sustentabilidad.
Los bioplásticos biodegradables son polímeros naturales producidos a partir de residuos agrícolas, celulosa o almidón de papa o maíz que presentan opciones adicionales de gestión de residuos y al utilizarse como compost pueden volver a la tierra.
Con respecto a la producción agrícola, el material puede ser arado, incluso, después de la cosecha mecánica, ya que los microorganismos naturales en el suelo, como las bacterias y hongos, reconocen la estructura de este biopolímero como alimento metabolizable. Luego, los productos finales que quedan después de la biodegradación son CO², agua y biomasa.
En el caso del cultivo del tomate, el uso de las películas mulching puede aumentar su productividad del 15% a 50%, reducir el consumo de agua, así como permitir un mejor control de las malezas. Además, los productores han observado una mayor resistencia del cultivo a las enfermedades fúngicas, menor tiempo para la cosecha, además de una mejor calidad y un cultivo más homogéneo. Asimismo, han notado que la proporción de azúcar/agua en los tomates es más alto.
 

Fuente: InfoCampo

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El caso de Roberto Mantegna no es el único, pero él se atrevió a denunciar. Es que hace mucho tiempo que este productor de Icaño, en el sudeste de Santiago del Estero, es víctima de abigeato por parte de vecinos y cuatreros de la zona.
La última vez fue la semana pasada, cuando se encontró de casualidad con un vecino que llevaba un animal y le preguntó si era suyo, pero le dijo que no. Ahí decidió ir a la fiscalía, y después de insistir mucho la policía lo detuvo, pero lo liberó a los tres días luego de poner dinero. 
“El mismo vecino me confirmó que pagó. Lo largaron a las 12 del mediodía, pero no salió de la comisaría hasta las seis de la tarde, lo que demuestra que la policía está entongada con los cuatreros“, le aseguró Mantegna a Infocampo.
El productor remarca que en Icaño el robo de ganado “ya es moneda corriente y no hay forma de cortarlo”. “Nosotros estamos en una zona medio gris, donde no hay mataderos habilitados y se faena clandestinamente. La carne va a las carnicerías como sea, arriba de una camioneta. Estamos en un pueblo marginal y no se cumple ningún tipo de legislación“, aseveró.
Si bien hizo denuncias a Asuntos Internos de la Policía, Mantegna exige respuestas por parte de funcionarios y autoridades provinciales. “Cuando fui víctima de estos hechos, todos prometieron llegar a funcionario importante. Jamás tuve respuesta a mis llamadas. Todo el tema no pasa por patrullar”, disparó.
El video

Fuente: InfoCampo

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John Deere comenzó la producción en serie del tractor 6E en su planta de Granadero Baigorria, en Santa Fe. Esta línea de tractores se realiza de forma íntegra en Argentina. Con fabricación nacional, los 6E tienen como destino el mercado local para el segmento ganadero y lechero.
“Hace más de 60 años que fabricamos ininterrumpidamente en el país y seguimos apostando a la industria local. Una muestra de ello es estar presentando los tractores de la línea 6E, respetando los plazos anunciados y manteniéndonos firmes en cumplir con las expectativas de los productores”, expresó Sergio Fernández, Presidente de John Deere Argentina. “Con la implementación de la Serie 6E, completamos la fabricación nacional de toda la gama de potencia, desde los 45HP hasta los 230 HP; un compromiso que nació en 2012 con la reapertura de la fábrica de tractores en Granadero Baigorria”, agregó.
La Serie 6E fue presentada durante la última edición de Agroactiva y el modelo piloto se produjo en junio. Tras una adaptación general de la línea de ensamble, en octubre se inició la producción en serie. Para ello fue necesario adecuar los procesos productivos, en una primera etapa extendiendo una de las líneas para agregar el nuevo tractor, y luego, aplicando las inversiones necesarias en manufactura para su producción serializada con un importante nivel de tecnología.
“Lo más significativo del nuevo proceso es la tecnología que se incorporó a todas las etapas de producción, especialmente en las tareas diarias de nuestros operadores. Además, se incluyeron los más altos controles de calidad”, comenta Andrés Boggino, gerente de Operaciones. “Notamos que este esfuerzo rindió sus frutos, ya que el ritmo de entrada de pedidos ha sido bueno, incluso superando las expectativas para el primer año de producción”.
La Serie 6E llegó para cubrir un segmento importante de productores que busca un tractor versátil, cómodo y confiable para trabajar con cargador frontal y en constante movimiento durante largas jornadas. Cuenta con tres modelos medianos y ágiles: 6100E, 6110E y 6125E con 100 hp, 110 hp y 125 hp respectivamente, que complementan la oferta actual de tractores de John Deere y que están enfocados en satisfacer las necesidades de productores ganaderos y lecheros en el país.
Este modelo se caracteriza por una nueva transmisión Power Reverser Plus 24×12 -con 24 marchas de avance y 12 de retroceso– brindando versatilidad y la velocidad óptima para cada tarea. Permite incorporar piloto automático y posee cabina original, aire acondicionado y visor en el techo para una óptima visibilidad cuando se trabaja con un cargador frontal.
Con esta apuesta, John Deere sostiene su confianza en el potencial que tiene el campo argentino y continúa su inversión en la producción local, completando su oferta tecnológica para mejorar la productividad de sus clientes y contribuir al desarrollo económico y social.

Fuente: InfoCampo

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En los últimos años diversos estudios describieron la utilidad evolutiva que puede tener para las cebras su característico patrón de rayas negras y blancas, a la hora de mantener alejados a los insectos de la sabana. Es por eso, que Tomoki Kojima, junto a su equipo de científicos de la División de Ganadería del Centro de Investigación Agrícola de Aichi de Japón, crearon un “pesticida natural” para proteger al ganado de las picaduras de insectos.
El método, que se publicó en un artículo en Plos One, consiste en pintar rayas blancas en vacas completamente negras. A simple vista, da como resultado un “híbrido” de vaca y cebra. En ese sentido, el equipo de Kojima probó su teoría en 6 vacas negras divididas en tres grupos: con rayas blancas (a), con rayas negras (b) y sin pintar (c).
En ese sentido, las hipótesis de que las líneas ayudan a despistar a los depredadores, tengan alguna función termoreguladora o les sirve para librarse de las dolorosas picaduras de los tábanos cobra cada vez más fuerza. Y los científicos pusieron a prueba la hipótesis para comprobar qué sucedía al pintar a vacas con el característico patrón rayado de las cebras.
Metodología aplicada en los ensayos: luego de pintarlas, las observaron durante tres días con cámaras de alta resolución e hicieron un recuento del número de insectos que se les acercaron y la cantidad de veces que los animales realizaron algún movimiento para repelerlos (mover la pata, las orejas o el rabo).
Para comprobar que la composición química de la pintura no alteraba los resultados, los científicos pintaron solo con rayas negras a las vacas, de manera que visualmente era indistinguible. Después de probar estos dos escenarios, los autores del estudio hicieron también un recuento de lo que sucedía con la piel de la vaca durante su vida normal, sin aplicar ninguna sustancia en su piel. 
 
 
“El cebreado redujo el número de movimientos para repeler a los insectos hasta un 20%”
En base a los resultados se observo que, en las vacas con el patrón de rayas (B&W Treatment) el número de insectos contabilizados alrededor fue menos de la mitad del registrado en las vacas sin pintar (control) y menos que en las vacas con pintura negra (gráfico a).
También se hallaron otros resultados interesantes, y es que el cebreado redujo el número de movimientos para repeler a los insectos hasta un 20% (gráfico b), lo que indica que los insectos se acercaron mucho menos en esa situación.
En la actualidad, los ganaderos utilizan productos repelentes de insectos para evitar las picaduras, una estrategia que, según los autores, es mas costosa que utilizar pinturas no tóxicas.

Cabe destacar que las picaduras no son un asunto menor, ya que atrasan al ganado y producen pérdidas de millones de euros cada año a la industria ganadera.
Para finalizar, los autores aseguran que quieren replicar el ensayo con un mayor número de animales. 

Fuente: InfoCampo

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El Ministerio de Agricultura de la Nación informó que inició la devolución de los fondos de garantía para la industria frigorífica, específicamente para los establecimientos dedicados al abastecimiento del consumo interno de carnes.
La iniciativa se implementó a través de la Resolución 81/2019, como reconocimiento al incremento en la recaudación del 98,7% que se alcanzó con el pago de anticipos de IVA y cargas sociales a partir de la Resolución conjunta del Ministerio y AFIP en abril de 2018.
En ese sentido, desde la Dirección Nacional de Control Agropecuario decidieron dejar sin efecto la Resolución N°21-E/2017, que obligaba al sector a constituir ese fondo de garantías para asegurar el cobro de eventuales infracciones o deudas impositivas.
“El éxito en la implementación de los pagos de IVA y cargas sociales ha sido un importantísimo avance en la lucha contra la competencia desleal que afecta el normal funcionamiento de los mercados”, subrayaron desde Agricultura.

Fuente: InfoCampo

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