El programa de mejoramiento genético de eucalipto del INTA Concordia, Entre Ríos, presentó dos nuevos clones híbridos de Eucalyptus grandis x Eucalyptus camaldulensis que se destacan por tener una mayor productividad, tolerancia a heladas, densidad de madera y menor rajado en tablas. Los ejemplares se encuentran inscriptos en el Registro Nacional de Cultivares y Registro Nacional de Propiedad de Cultivares del INASE.
“La disponibilidad de material mejorado, con buena adaptabilidad, rápido crecimiento y posibilidad de usos múltiples contribuyeron a la aceptación de estas combinaciones híbridas”, explicó Javier Oberschelp, investigador del INTA.
“Ambos clones fueron seleccionados inicialmente por su crecimiento y tolerancia a heladas; además, su madera posee buena aptitud para postes, aserrado y usos estructurales”, destacó Oberschelp y agregó: “Estos resultados nos impulsan a continuar con la selección de material genético tolerante a la principal plaga de los eucaliptos: la avispa de la agalla”.
Los cruzamientos entre especies permiten combinar las características favorables de los parentales y, en algunos casos, aprovechar el “vigor híbrido”.
En estos híbridos, E. camaldulensis aporta rusticidad, densidad de madera y tolerancia a las heladas, mientras que E. grandis le da productividad y buena forma de fuste.
“El uso de estos híbridos es una solución tecnológica para la forestación de áreas consideradas marginales para E. grandis”, aseguró el especialista.
En la Argentina, existen alrededor de 255.000 hectáreas implantas de eucaliptos, de las cuales un 90 % se encuentran en la Mesopotamia y E. grandis es la especie predominante. En este sentido, y debido a las demandas del sector y al continuo surgimiento de nuevas plagas y enfermedades, resulta necesario el constante desarrollo de nuevos materiales genéticos.
GC-INTA-8 y GC-INTA-24 fueron seleccionados luego de 10 años de evaluación realizada en el marco de la red de ensayos instalados en campos de productores, con sitios experimentales en Corrientes, Entre Ríos y Misiones.
“Obtener material mejorado de especies forestales requiere de un gran número de actividades, en un período considerable de tiempo, que solo es posible mantener con un proceso conjunto entre varias dependencias del INTA, productores y empresas del sector”, aseguró el especialista del INTA.
Mediante un convenio de transferencia de tecnología con un vivero forestal de la provincia de Entre Ríos, ambos clones ya están disponibles para su comercialización. Asimismo, se iniciaron conversaciones con viveros de Corrientes y Misiones para su multiplicación.

Fuente: InfoCampo

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Científicos de La Plata participaron de un estudio internacional que logró secuenciar los genomas de cuatro especies de caracoles, dos de ellas de la Argentina, incluyendo el caracol manzana o ampularia que importado desde nuestro país se transformó en una pesadilla global para los productores de arroz, informó hoy la Agencia CyTA-Fundación Leloir.
“El hallazgo posibilita conocer en detalle los genes que podrían explicar su éxito como invasores, los cuales podrían ser el blanco de ataque para el control de estas plagas”, afirmó a la Agencia CyTA-Leloir uno de los autores del trabajo, el doctor Heras, del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de La Plata “Rodolfo Brenner” (INIBIOLP), que depende del CONICET y de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
Según el portal de noticias científicos, el caracol manzana (Pomacea canaliculata) es originario de la cuenca del Plata, y hace 4 décadas se lo llevó desde Argentina a la isla de Taiwán para ser cultivado y usado como alimento, pero tuvo una expansión explosiva: en el curso de una década ya se había diseminado a ambientes naturales de Japón, Filipinas, China, Corea, Indonesia, Tailandia, Vietnam y Laos, transformándose en muchos casos en la plaga número uno de los cultivos de arroz.
También invadió el delta del Ebro, una importante zona arrocera de Cataluña, en España; penetró en el sur de los Estados Unidos y llegó hasta Siberia.
Horacio Heras explicó que el caracol manzana no sólo es plaga del arroz, sino que posee una gran capacidad para alterar los ecosistemas naturales donde viven, como los humedales, provocando una importante pérdida en la biodiversidad de especies. Y como si fuera poco, también hospeda parásitos que pueden causar meningoencefalitis en humanos.
La historia del caracol manzana pone de manifiesto los desastres ambientales, económicos y para la salud que puede ocasionar la introducción de especies exóticas en hábitats donde carecen de depredadores naturales, abriendo una suerte de caja de Pandora, destaca la Agencia CyTA-Fundación Leloir.
El estudio publicado en “Molecular Biology and Evolution” fue liderado por científicos de la Universidad Bautista de Hong Kong, y reveló que este caracol tiene poco más de 18.000 genes que fueron ubicados en catorce pares de cromosomas. Incluyen la presencia muy aumentada de una familia de genes que cumple una función crítica: le permite la digestión de las fibras de celulosa abundantes en las plantas.
“Es un hallazgo inesperado”, acotó el director del Grupo de Bioquímica Comparada del INIBIOLP “ya que la inmensa mayoría de los animales ni siquiera tienen genes para digerir celulosa”.
Pero… ¿eso es todo? No.
El implacable invasor cuenta con otras estrategias para dispersarse: los científicos verificaron un número aumentado de copias de dos genes con información para sintetizar una toxina única en los animales. Esta toxina se acumula en grandes cantidades en el huevo y protege a los embriones de los depredadores.
“Eso explicaría por qué nadie los come, potenciando su capacidad de invasor exitoso”, destacó Heras, quien también es investigador del CONICET y profesor de Química Biológica en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la UNLP.
De acuerdo con el investigador, el hallazgo de estos genes es sólo la punta del iceberg. Y recurrió a otra metáfora que resume sus expectativas de encontrar herramientas de control: “Estamos generando nueva información para localizar su ‘talón de Aquiles’”. Sin prisa, pero sin pausa.

Fuente: InfoCampo

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