La editorial correspondiente al mes de noviembre de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), escrita por su vicepresidente, Daniel Urcía, asegura que “es inevitable y necesario un reacomodamiento de precios en la cadena de ganados y carnes“.
El dirigente sostiene que “el faltante de oferta que se espera para el verano hará que los precios suban. Esa recomposición es necesaria para que el negocio sea viable y no tiene que ser vista como un problema. Las políticas del nuevo gobierno tienen que estar orientadas a potenciar al sector y evitar intervención que ya dieron resultados negativos en el pasado“.
La afirmación contundente de Urcía: “La presión de la olla está llegando a su máximo”, es argumentada por una cuestión básica del mercado, que “ante la disminución de oferta de hacienda terminada para consumo y la demanda sostenida para la exportación; las reglas de oferta y demanda harán su trabajo, ante una oferta limitada y una demanda en crecimiento habrá tensiones de precios hacia la suba”.
Compartimos la editorial completa del vicepresidente de FIFRA:
El precio de la carne bovina fue el más competitivo en el mercado doméstico en la última década y eso sólo fue posible por varios factores: creció la producción de carnes porcinas y aviar lo que se combinó con una crisis económica que se tradujo en menor consumo per cápita pese a que la oferta de las categorías de hacienda liviana (novillitos y vaquillonas) destinada al consumo interno fue alta.
La combinación de esos factores generó fuerte pérdidas en los feedlots que actualmente reponen menos de lo que venden y cuyo resultado por animal terminado es negativo en $1.500/2.500, eso significa que ese eslabón es el que está soportando el mayor peso del atraso en la recomposición de las cotizaciones.
El resto de la cadena industrial y comercial, mayorista y minorista, también están haciendo sus aportes y por esos motivos, tanto en el repunte de precios de la hacienda en las elecciones PASO y luego Generales no se trasladaron en toda su magnitud a los precios de la carne al mostrador.
Como bien refleja la encuesta de precios que encarga IPCVA en 200 puntos de venta de AMBA, el precio de kilogramo de la media res de la segunda semana de Octubre de 2019 era el mismo precio que en Marzo, luego de la recomposición de precios.
Es decir que durante 6 meses de constante inflación (marzo/octubre) el precio de la carne estuvo estancado a nivel mayorista y con pequeños aumentos e inferiores a la inflación en el nivel minorista, se estima que en la medición interanual tendría un atraso de 15% respecto de la suba de promedio de la economía.
También debemos recordar al lector que el cuero ha perdido valor lo que impacta en el recupero. Algunas plantas lo están salando incurriendo en mayores costos, hay casos en el norte del país donde los están enterrando, pero en definitiva no aporta valor y el costo de faena es mayor que el ingreso por la venta de subproductos.
El sector engordador (feedloteros) necesita revertir la situación de quebrantos y lograr un nivel de equilibrio, por otra parte, mientras que el sector industrial y comercial también se ve afectado por la suba de costos por lo que el negocio sólo será viable con un aumento de los precios en la carne al consumidor.
El incremento de las cotizaciones de la hacienda y de la carne es inevitable y necesario, sólo resta saber en qué momento ocurrirá. Es necesario aclarar que ninguna intervención estatal sería capaz de impedirlo pero sí podría matar las expectativas del negocio ganadero iniciando una verdadera liquidación de stock que al cabo de un tiempo producirán efectos más gravosos y que llevarían mucho más tiempo corregir (esto ya ocurrió con la liquidación del 2009 y 10 años después todavía no se recuperó totalmente el stock perdido, ojo y a tener en cuenta!).
La situación antes descrita fue paliada en parte por el crecimiento de las exportaciones traccionadas por China, como efecto de la enfermedad peste porcina africana en su rodeo porcino. El gigante asiático deberá importar carnes sin llegar a cubrir el déficit ocasionado por la enfermedad y la llevará a mejorar los precios para asegurarse el producto. Por este motivo en editoriales anteriores hablamos de las dos caras del negocio.
También decimos que la exportación fue un paliativo porque ante la situación económica imperante en nuestro país, la exportación a China permitió que la vaca tuviera un muy buen precio que en otras circunstancias hubiera significado deterioro del stock, muchos productores con la venta de una vaca retuvieron dos terneras, si la vaca no hubiera tenido ese precio el productor habría vendido las dos terneras a faena y la vaca se hubiera muerto en el campo como ocurría en 2007/2008.
Pero ahora la presión de la olla está llegando a su máximo y ante la disminución de oferta de hacienda terminada para consumo y la demanda sostenida para la exportación las reglas de oferta y demanda harán su trabajo, ante una oferta limitada y una demanda en crecimiento habrá tensiones de precios hacia la suba.
Esto que podría verse como un problema debería interpretarse como la solución en el largo plazo. Mejores precios en la ganadería harían interesar a que los inversores ingresen en el negocio ganadero lo que mejoraría la oferta a futuro abasteciendo al mercado interno y la exportación.
Intentar restringir las exportaciones, con cupos, gravámenes o cualquier otro tipo de intervención significaría impedir la recomposición de precios y por ende quitar el atractivo de invertir en el negocio y así dejaríamos de aprovechar la oportunidad que brinda el mercado internacional.
En Argentina se consumen más de 110 kilos de carne por habitante y por año entre las tres carnes principales (bovina, porcina y aviar), estamos en el top five de países con mayor consumo de carnes, pero como tenemos un porcentaje importante de la población con problemas económicos y sociales, tenemos la obligación de ocuparnos de ellos.
Nuestro desafío debe estar enfocado en llegar a las personas que verdaderamente lo necesitan sin afectar el desarrollo de un actividad que podría generar mayores recursos, riqueza y empleo genuino para quienes hoy debemos ayudar.

Fuente: InfoCampo

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La producción lechera global están atraviesa una crisis de desaparición de productores. En Latinoamérica Sur, al parece, las circunstancias no son excepcionales a esta regla.
Según el Censo Agrícola 2017, publicado recientemente por el IBGE (Instituto Brasilero de Geografía y Estadística) y que difundió en Observatorio de la Cadena Láctea, el número de propiedades que producían leche de vaca en Brasil está en 1.176.295 en 2017.
Esto representa un 13% más bajo que lo monitoreado por el Censo Agrícola 2006, que totalizó 1.350 .809 establecimientos. Por lo tanto, durante este intervalo de once años, aproximadamente  se perdieron 175.000 propiedades.
 Entre estas propiedades que “desaparecieron”, se destacan los pequeños productores, de hasta cinco hectáreas, cuyo número se redujo en un 22%.
Según lo informado la próxima, de los 1.176.295 productores lecheros mapeados por el Censo 2017, solo 634.480 comercializaron su producción de leche. Por lo tanto, la leche consumida por la mayoría de los brasileños proviene solo del 54% de los productores. El 46% restante puede “ir y venir” del mercado, dependiendo de los precios pagados y la rentabilidad de la actividad.
Por lo tanto, esta enorme fragmentación, contribuye significativamente a las fluctuaciones de precios en el mercado y la inestabilidad de las cantidades pagadas a los productores. Por lo tanto, uno de los principales problemas del productor es el propio productor (uno que forma parte del 46% no vendido).
 

Fuente: InfoCampo

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Con la llegada de la primavera se dispara el ritmo de crecimiento de la mayoría de las especies forrajeras que se utilizan en pasturas, esto es coincidente, en la principal zona criadora del país, la Cuenca del Salado, con parte de la época de parición y de entore de hembras. 
Desde la Estación Experimental Cuenca del Salado del INTA, sus técnicos proponen “aplicar un manejo acorde del recurso forrajero que permita maximizar la longevidad, debido al alto costo y dificultad de implatanción. 
PARÁMETROS DE DEGRACIÓN:
Desde el INTA brindan una serie de síntomas que diagnostican que una pastura consociada está degradada. 

Pierden las leguminosas: En una coasociación  de especies (gramíneas y leguminosas) terminan dominando las especies competitivamente más agresivas, las gramíneas. 
Subfertilización fosfatada: Una buena nutrición de las leguminosas es importante para alargar su permanencia en la pastura.
Pastoreo: Sobrepastoreo y falta de largos descansos (según estación del año y especies que componen la pastura) para la recuperación de la pastura.

Según los técnicos, “como no hay recetas fijas” para el manejo de la pastura, ellos aconsejan una serie de herramientas centrales para considerar y aplicar a campo. 
PAUTAS DE MANEJO:

Ingresar a la pastura con buena disponibilidad, 1.500 a 2.000 kilos de materia seca por hectárea (15 a 25 centímetros, aproximadamente) según época del año.
En plena primavera/verano, hay que retirar a los animales dejando un buen remanente (no menos de 5 centímetros)
La permanencia de los bovinos debe ser tal que permita que estos no alcancen los rebrotes tiernos, antes de que éstos hayan alcanzado un buen grado de desarrollo.
El tiempo de pastoreo estará determinado por la velocidad con que ocurra el crecimiento del rebrote.
La altura de pastoreo debe manejarse, según la especie que en una consociación sea tomada como “clave”. Debe impedirse que los animales consuman las yemas de crecimiento de esa especie. 
La intensidad del pastoreo debe ser menor en primavera-verano que en otoño-invierno, para evitar la aparición de malezas difícil manejo dentro de la pastura. 
En tapices de gramíneas puras, en general festuca, y en sitios donde el gramón no existe, los pastoreos se pueden realizar con mayor intensidad y frecuencia.

Fuente: InfoCampo

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Mediante la resolución 1519/2019, publicada en el Boletín Oficial,  el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) estableció los requisitos zootécnicos para la importación de aves de un día o huevos fértiles para incubación, que garantice el ingreso al país de planteles libres de enfermedades aviares.
La normativa indicó que:

Sólo podrán importar aves de un día o huevos fértiles las personas o establecimientos inscriptos en el Programa de Control de las Micoplasmosis y Salmonelosis de las Aves y Prevención y Vigilancia de Enfermedades Exóticas y de Alto Riesgo en planteles de reproducción.
Se autoriza la importación de híbridos comerciales (aves de un día o huevos o reproductores) unicamente para las especies pavos, patos, gansos, codornices u otras aves de especies no tradicionales industriales. 
Solo se permiten estos ingresos cuando se destinen para la obtención de razas puras, linajes consanguíneos (bisabuelos), linajes para cruzamientos (abuelos), o reproductores (padres)
Para importar material genético debe acreditarse su identificación genética y del origen que el linaje se encuentra adaptado localmente.
Para aves de un día o huevos fértiles de linajes combinados que no se encuentren presentes en el país, se debe ofrecer previamente un análisis técnico.

Fuente: InfoCampo

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Funcionarios y técnicos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca acompañaron la presentación oficial del único emprendimiento en el país que produce pollos certificados Cocorokeen, situado en la localidad bonaerense de Carlos Keen, partido de Luján.
Desde el Ministerio destacaron la importancia de seguir apoyando el posicionamiento y promoción de alimentos diferenciados que cuenten con certificaciones oficiales de calidad, como el caso de los productos orgánicos.
La granja productora de pollos orgánicos certificados Cocorokeen de Darío Ortíz, posee un amplio sector de 5 mil metros cuadrados cubierto de malla antipájaros para que las aves pueden andar libremente. Además cuenta con un molino para procesar el alimento balanceado con las características requeridas para este tipo de emprendimiento.
El tiempo promedio de crianza es de 84 días, mientras que las producciones convencionales cuentan tienen un ciclo más corto de producción.
Al momento, el establecimiento cuenta con 300 pollos camperos de 60 días de crianza de prueba, con genética campero argentino que serán faenado aproximadamente en un mes. Prevén una producción inicial de 4.800 pollos orgánicos cada dos meses.
Como antecedente hubo un establecimiento pionero en producción aviar orgánica entre los años 1991 y 1998 denominado “La Recordación”, que estaba emplazado en el partido de General Rodríguez, provincia de Buenos Aires.
De la actividad participaron la directora de Porcinos, Aves de Granja y no Tradicionales, Karina Lamelas y del área de Producción Orgánica de la Secretaría de Alimentos y Bioeconomía del Ministerio, Facundo Soria, y Silvina Ferreyra.
También estuvieron el coordinador del área de Orgánicos del Senasa, Juan Carlos Ramirez; el director de Medioambiente del Municipio de Luján, Corino Griffini; profesionales del INTA; y representantes de MAPO y del sector.
Argentina orgánica
La producción orgánica, ecológica o biológica, regulada por la Ley 25.127 del año 1999, constituye una importante estrategia de diferenciación y agregado de valor que el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca promueve, debido a que este sistema productivo y su mercado nacional y mundial representa una oportunidad valiosa para nuestro país dadas sus óptimas condiciones agroecológicas, variedad de climas y fertilidad natural de sus suelos.
Un producto para recibir la denominación de orgánico debe contar con el sello de la empresa certificadora que avala, que durante su producción/elaboración se cumplió con los requisitos establecidos en la Legislación Nacional (o de destino si se exporta). El Senasa se desempeña como la autoridad de aplicación y fiscalización en el cumplimiento de este requisito.
Argentina cuenta con 3,6 millones de hectáreas certificadas y se ubica en segundo lugar en el ranking mundial en materia de producción orgánica, después de Australia. Además tiene 1.590 operadores certificados; 217.000 hectáreas destinadas a la producción vegetal; 80.877 hectáreas cosechadas; más de 165 mil toneladas exportadas y un mercado interno en pleno crecimiento. De modo que este sistema productivo, diferenciado y sustentable, representa actualmente una alternativa sostenible que agrega valor a las pymes agroalimentarias.

Fuente: InfoCampo

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El Vino es la Bebida Nacional. Y el brindis para celebrarlo llegará a cada rincón de las provincias vitivinícolas de la Argentina de la mano de los pequeños productores con espectáculos de música, baile, gastronomía y degustaciones.
El 24 de noviembre se celebra la declaración del Vino como Bebida Nacional. Primero fue por decreto presidencial en 2010 y luego en 2013 fue por una ley aprobada por unanimidad en el Congreso. Desde esa fecha, todos los años se celebra el valor cultural que tiene el vino y la vitivinicultura, su arraigo con la tierra y su rol en la identidad de los argentinos.
Con el tiempo, los productores vitivinícolas de la Argentina fueron armando y potenciando su festejo regional y consolidando una serie de eventos culturales y turísticos que se extienden por toda la geografía nacional, potenciando se atractivo turístico.
El Vino Argentino, Bebida Nacional se celebra en cada rincón del país en una serie de eventos locales y regionales que arrancan el 22 de noviembre y se extienden hasta principios de diciembre. Todo integrado bajo el seno de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), como responsable de coordinar y llevar adelante el Plan Estratégico Vitivinícola y la promoción del vino en el mercado interno, a través de su unidad ejecutora de Pequeños Productores y el apoyo del Fondo Vitivinícola de Mendoza, el INTA, los gobiernos de Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Río Negro, Salta y los municipios de Junín, Santa Rosa, Luján de Cuyo, Las Heras, Lavalle, Tupungato, San Rafael, San Carlos, General Alvear y Tunuyán; Tinogasta en La Rioja, Cafayate en Salta, Pocito y Sarmiento en San Juan; y los Centro de Desarrollo Vitícola (CVD) de Media Agua y Caucete en San Juan, Patagonia Norte, Chilecito La Rioja, Cafayate en Salta, Tinogasta en Catamarca y los CDV de Mendoza, Lavalle, Zona Este, La Consulta, Tupungato, San Rafael y General Alvear.
El cronograma de festejos arranca el próximo 22 de noviembre con actividades en simultáneo en San Rafael y Santa Rosa, Mendoza, y en La Rioja. Luego se desarrolla en distintas localidades del país hasta el 1 de diciembre que el vino como Bebida Nacional se celebra en Media Agua, la villa cabecera de Sarmiento en San Juan (ver cronograma completo).
La idea de llevar los festejos a cada uno de los lugares donde se cultiva la vid surgió de los propios productores. “En 2017 por iniciativa del Fondo Vitivinícola se decidió hacer un homenaje a los pequeños productores por el día del Vino Argentino, Bebida Nacional. Ahí surgió la idea de llevar los festejos a cada zona vitivinícola para que toda la cadena productiva, desde el que cultiva la vid hasta el consumidor, tuviera sus festejos para armar una verdadera celebración federal”, explica Hilda Wilhelm de Vaieretti, presidenta de la Federación de Cámaras de Productores Vitícolas de la República Argentina, miembro del Directorio de Coviar y directora de la unidad ejecutora de Pequeños Productores.

Los festejos de 2018 fueron un verdadero éxito en convocatoria donde no faltó la música, las comidas típicas, las artesanías, las degustaciones y los reconocimientos a hombres y mujeres que día a día trabajan por la vitivinicultura argentina. Y en este 2019 van por más con eventos en distintas localidades que ya son una verdadera atracción turística.
¿Por qué se celebra el 24 de noviembre?
Fue el 24 de noviembre de 2010 cuando se firmó el decreto presidencial que declaró al vino como la Bebida Nacional. Esta declaración es un reconocimiento al valor cultural que tiene el vino y la vitivinicultura, y a su rol en la identidad de los argentinos. Además, en ese primer decreto, que luego en 2013 fue ratificado por una ley con unanimidad de votos en el Congreso Nacional, se reconoce al vino como un alimento que forma parte de nuestra dieta.
-Argentina es el país vitivinícola más importante de América del Sur y uno de las 10 más destacados en el negocio vitivinícola mundial. Y fue el primer país del mundo que declaró al vino como su Bebida Nacional.
-La actividad vitivinícola dinamiza las economías regionales de las provincias productoras y genera un alto valor agregado en origen. De Jujuy a la Patagonia, las más de 230.000 hectáreas cultivadas con vid hacen de Argentina uno de los más diversos en climas, suelos y características culturales.
-Desde la producción primaria hasta la distribución y comercialización, la vitivinicultura es un motor creador de empleos. La cadena vitivinícola genera más de 110.000 puestos de trabajo directos y más de 280.000 empleos indirectos.
-Nuestra geografía vitivinícola se nutre del trabajo de más de 17.600 productores primarios que brindan materia prima de calidad a las casi 900 bodegas. La incorporación de tecnología ha permitido alcanzar altos estándares cualitativos con una producción vitivinícola sustentable, inclusiva y que aborda el futuro con una mirada estratégica.
-El complejo vitivinícola es una de las 10 principales cadenas exportadoras del país: más de 500 exportadores llegan a 120 países con vinos, jugo de uva concentrado, pasas y uva para consumo en fresco.
-7 de cada 10 litros de vino que se elaboran en Argentina se consumen en el país. Esto hace de nuestro mercado interno una plaza para consolidar y expandir.
-La vitivinicultura comprendió que el mundo es conexión y abrió sus puertas a visitantes de todo el mundo. Por nuestras bodegas pasan casi 2 millones de turistas al año y esto moviliza también la gastronomía, el transporte, hotelería y fortalece nuestra imagen país.
-La marca “Argentina” se reconoce en los mercados internacionales como sinónimo de diversidad, de extensión territorial y, fundamentalmente, de pasión. La misma pasión que expresan todos los vinos presentes en el mercado interno.

Fuente: InfoCampo

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