Se llama Carlos Liberman y era el secretario de Pesca de Alicia Kirchner. Esta semana se reunió con Luis Basterra, ministro de Agricultura.
Fuente: Clarín Rural
Se llama Carlos Liberman y era el secretario de Pesca de Alicia Kirchner. Esta semana se reunió con Luis Basterra, ministro de Agricultura.
Fuente: Clarín Rural
El juez Carlos Villafuerte Ruzo de San Nicolás procesó a Mario Llambías, Eduardo Buzzi y Luciano Miguens, entre otros, por entorpecer el normal funcionamiento de los transporte de tierra en el marco de una protesta en la ruta 9 contras la retenciones en el 2008.
Fuente: Clarín Rural
Pedro Vigneau (Foto 1), presidente honorario de Aapresid, y Marcelo Torres (Foto 2), miembro de la Comisión Directiva y Director Adjunto de Prospectiva, representaron a la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa, durante la tercera jornada de la iniciativa “4 por 1000” de la COP 25, que se realiza anualmente en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Allí, Aapresid integró dos espacios: el primero en el marco de los discursos inaugurales y el segundo durante la sesión plenaria de socios de la iniciativa, representando a productores de América Latina.
Torres hizo hincapié en el apoyo que, desde hace treinta años, Aapresid brinda a los productores argentinos para desarrollar el sistema de siembra directa: “Esta tecnología cambió el paradigma agrícola”, sostuvo.
A su turno, Pedro Vigneau, expuso en representación de la “Global Conservation Agriculture Network”(Red Global de Conservación Agrícola) los resultados generados en Argentina, en línea con modelos de “Agricultura Siempre Verde”, en sistemas bajo siembra directa.
En este sentido, destacó que los ensayos de “Agricultura Siempre Verde”, en los cuales bajo secuencias ‘más verdes’ los stocks de carbono del suelo aumentan en promedio más de 6 toneladas de carbono/hectárea.
Por otro lado, habló de la prestación de servicios ecosistémicos: “Nuestros ensayos muestran que podemos aprovechar las plantas para controlar malezas, reponer nutrientes, mantener la biodiversidad, reducir la erosión y gestionar el agua”, aclaró.
A modo de cierre, se reforzó la importancia de trascender el liderazgo que tiene nuestro país en el cuidado de los suelos para posicionarnos como líderes de una agricultura capaz de contribuir a la mitigación de cambio climático.
Fuente: InfoCampo
Fuente: La Nación
Después de la medida de fuerza de la semana pasada, el gremio lechero advirtió por un nuevo paro de trabajadores de todo el país para los próximos días.
“Ya están dadas las condiciones para iniciar de manera inminente la segunda fase de las medidas de fuerza”, avisó Atilra en un comunicado oficial en el que le pidió a los operativos que “permanezcan en estado de alerta”.
Paralelamente, le respondió a la cámara que nuclea a las pymes lácteas, Apymel, que denunció que el sindicato “presiona por aportes extraordinarios abusivos” y aseguró que el plan de lucha “no tiene fundamentos”.
“Les pedimos a los compañeros que no respondan ni entren en el terreno de la provocación que este sector propone faltando a la verdad para embarrar la cancha, tratando de desviar la atención y eludir la responsabilidad que le cabe”, disparó.
En ese sentido, remarcó que las empresas “dicen que recomponen el salario en un 61%, pero no dicen que de ese 61%, dos puntos corresponden ¡al año 2018! y 4,5% para ¡el año 2020!“.
“Pero el porcentaje no es el problema, sino el desfasaje que se produce entre el momento en que se acusa la inflación y el momento en que se actualiza el salario”, consideró, al tiempo que afirmó que en un año los lácteos aumentaron 112%.
Fuente: InfoCampo
Ayer por la tarde las temperaturas ascendían por encima de los 35°C en gran parte del territorio nacional, y se dispararon las alertas meteorológicas por fuertes tormentas, con caída de granizo, precipitaciones abundantes en tiempos cortos.
Córdoba no fue la excepción y el interior de la provincia, más precisamente en las zonas de Oncativo, Colazo y James Craik la tormenta fue devastadora y no sólo destruyó cultivos, sino que además dejó las rutas en blanco.
Compartimos cuatro videos impactantes que nos envió a nuestro WhatsApp +5491154233707 Hernán Papa, productor rural de la zona de Santa Teresa, provincia de Santa Fe.
Fuente: InfoCampo
Un proyecto en la provincia de Buenos Aires apunta a producir 900 toneladas de frutillas por año a través del sistema de hidroponia en un total de 3,36 hectáreas distribuidas en tres naves invernadero.
Se trata de una iniciativa que lleva adelante ADBlick Hidroponia, que para concretarlo se unió a New Growing System (NGS), una empresa española que se dedica exclusivamente al desarrollo de nuevas tecnologías para la producción de cultivos.
La inversión total está estimada en US$ 3 millones, y lo interesante es que aquellos interesados en los agronegocios pueden entrar con un ticket mínimo de US$ 15.000. Una vez instalado el sistema, en seis meses se empieza a producir.
“El plan de negocios está estructurado a 10 años y la inversión se reparte entre capital de inversión (cerca de un 60%), y el resto de deuda con interés fijo y devolución a cinco años, lo que mejora el retorno de la inversión”, explicaron desde la organización.
Las ventajas de la hidroponia
La tendencia de la hidroponia crece a nivel mundial, dado que es un método de cultivo sin suelo que le brinda a la planta los nutrientes necesarios en cantidad y calidad mediante una solución nutritiva.
Algunas ventajas del sistema de producción son:
Utiliza 90% menos de agua, lo que lo convierte en un sistema de producción sustentable
Permite la producción cercana a los mercados, lo que reduce la huella de carbono
Minimiza el uso de agroquímicos (elimina el bromuro de metilo)
Permite obtener rindes hasta 10 veces mayores que la agricultura tradicional
Minimiza el riesgo productivo, con el control de las variables de crecimiento
Mayor calidad y uniformidad de la producción
Crecimiento más rápido por la atmósfera controlada y la dosificación de nutrientes
Permite la automatización y robotización de procesos
Según señalaron desde ADBlick, la elección de la frutilla tuvo que ver con que se trata de una fruta de precio superior, cuya diferencia en la calidad se puede apreciar fácilmente por parte del consumidor. A su vez, su consumo viene creciendo sostenidamente a nivel mundial a una tasa cercana al 5% anual.
Al mismo tiempo, las frutillas se encuentran en la parte superior del ranking Dirty Dozen 2019 de los Estados Unidos, que evalúa el uso de pesticidas en distintos productos. Con este sistema de producción se reduce hasta el 100% en el uso de herbicidas, 70% en fungicidas, 50% en insecticidas y del 45% en fertilizantes.
En la actualidad, China y Estados Unidos son los principales productores, aunque este último país cuenta con altas tasas de importación en la temporada de invierno/otoño, lo que lo convierte en un mercado interesante a contra estación.
José Demicheli, presidente de la compañía, destacó además que, a diferencia de otros proyectos de la empresa, la propuesta tiene flexibilidad. “Frente a cualquier cambio en el mercado de frutilla, podemos cambiar y producir otro producto, como por ejemplo, lechuga. Esto convierte a la inversión en un perfil de riesgo medio”.
Fuente: InfoCampo
Según informó, “la propuesta a presentar no privilegiará a ningún acreedor en perjuicio de otros”.
Fuente: Clarín Rural
Según datos de la FAO, la producción paraguaya de trigo comenzó a cubrir la demanda nacional a mediados de los años ’80 y presenta saldo exportable sostenido a partir de 2002. El aumento en la producción se logró, principalmente, mediante el incremento del área de siembra, la cual alcanzó su máximo a partir del año 2010, promediando desde entonces 550 mil hectáreas cosechadas, las que produjeron en promedio de las últimas tres campañas 1.1 millones de toneladas anuales.
Parece poco factible que Paraguay pueda incrementar la producción de trigo a través de la ampliación de la superficie sembrada, dado que este cultivo compite por el uso de la tierra con otras actividades. El aumento de rendimiento parece ser la estrategia más viable para generar una mayor producción.
Por su parte, en la Argentina, la producción de trigo que se encontraba estancada en unos 6 millones de toneladas desde los años ’30, comenzó a aumentar en los años 70. Durante esos años, por ley nacional (Ley 12253 De granos y elevadores) se priorizó la calidad y la sanidad sobre el rendimiento de las variedades (actualmente denominadas “cultivares”) a inscribirse. La consecuencia de aplicar esta ley durante 37 años fue que se lograron cultivares de excelente calidad conocidos como “trigos correctores”, pero durante esos años, el aumento de rendimiento estuvo por debajo del promedio mundial. Con la introducción de los trigos semienanos en los años ’70, en un proceso de alcance mundial que se conoce como la “Revolución Verde”, la Argentina retomó el aumento de la producción de trigo gracias al aumento de rendimiento que se logró por medio de estos cultivares. Posteriormente, la introducción de trigos con sangre francesa a partir del año 2000, permitió continuar incrementando el rendimiento y la producción, la cual promedió 18.8 millones de toneladas anuales, en las últimas tres campañas.
A diferencia de lo ocurrido en Paraguay, desde 1970 el aumento de la producción argentina de trigo estuvo mucho más asociado al aumento del rendimiento que al de la superficie dedicada al cultivo. Esta tuvo oscilaciones de gran magnitud en respuesta a las expectativas político-económicas del país, promediando 5.8 millones en las últimas tres campañas.
Pese a las diferencias climáticas y de tradición triguera entre Paraguay y Argentina, el aumento de rendimiento desde 1970 fue similar en ambos países, promediando 1.7% por año. Sin embargo, los rendimientos que se obtienen en Argentina son mayores a los de Paraguay: 3.3 y 2.3 tn/ha promedio de las últimas tres campañas, respectivamente. Esta diferencia podría deberse (i) a que el clima de Paraguay es menos favorable para la producción de trigo que el de Argentina, (ii) a que el potencial de rendimiento de los cultivares paraguayos es menor que el de los argentinos o (iii) a que los cultivares paraguayos tienen ventajas en Paraguay y los argentinos en Argentina, es decir, a la interacción entre cultivar y ambiente.
En el marco del proyecto de tesis de Pedro Chávez Sanabria auspiciado por IPTA (Instituto Paraguayo de Tecnología Agropecuaria) y el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina), bajo la dirección de Pablo Abbate (INTA Balcarce) y con el asesoramiento de Man Mohan Kohli (CAPECO, Paraguay), se realizaron dos experimentos, uno en Balcarce (Argentina) durante la campaña 2015/16 y otro en Capitán Miranda (Paraguay) durante la campaña 2016. En ambas localidades se evaluaron 9 cultivares de origen paraguayo (Canindé 1, Canindé 3, Canindé 11, Canindé 12, Canindé 21, Itapúa 70, Itapúa 75, Itapúa 80 e Itapúa 85) con 5 cultivares argentinos de ciclo corto (ACA 906, Baguette 501, BIOINTA 1007, Buck Pleno y Klein Rayo). Los cultivares fueron elegidos teniendo en cuenta los antecedentes de altos niveles de rendimiento en su país de origen. Los ensayos fueron manejados con riego y sin limitaciones nutricionales.
El rendimiento promedio de todos los cultivares en Capitán Miranda (5.1 t/ha) fue 44% menor al obtenido en Balcarce (9.1 t/ha). El rendimiento de trigo es particularmente afectado por las altas temperaturas y la baja radiación a partir de mediados de encañazón. Podría suponerse entonces que las diferencias de rendimiento se debieron a la mayor temperatura de Capitán Miranda, ya que comparando las temperaturas mensuales, Capitán Miranda presenta en promedio 8.5 °C por arriba de Balcarce. Así, mientras en Balcarce la temperatura del mes más frío de (junio) es 7.8 °C, en Capitán Miranda alcanza 16.4 °C. Por su parte, las respectivas temperaturas del mes más cálido (diciembre) son 19.1 °C en Balcarce y 24.2 °C en Capitán Miranda. Sin embargo, la fecha de siembra y de floración optima son más tempranas en Capitán Miranda que en Balcarce (1-jun y 15-ago en Capitán Miranda y 20-jul y 5-nov en Balcarce), por lo cual, al realizar la comparación a igual estado de desarrollo, las temperaturas tienden a igualarse. No obstante, la temperatura continuó siendo 14% mayor en Capitán Miranda que en Balcarce, y la radiación en Capitán Miranda resultó 29% menor a la de Balcarce. En definitiva, la baja disponibilidad de radiación en primer lugar y la alta temperatura en segundo, determinan que el rendimiento potencial en Capitán Miranda sea menor que el de Balcarce.
Tanto en Capitán Miranda, Paraguay como en Balcarce se encontró que el rendimiento de los cultivares paraguayos fue igual al de los argentinos, es decir, el rendimiento no estuvo vinculado al país de origen de los cultivares. Además del rendimiento, se midieron unas 15 variables de cultivo a partir de las cuales se calcularon cerca de 40 variables adicionales. Algunas de estas 55 variables se asociaron con el rendimiento; sin embargo, no se encontraron diferencias entre cultivares vinculadas a su país de origen en ninguna de las variables excepto una, la producción de rastrojo (paja), resultado 16% mayor en favor de los cultivares paraguayos. El mayor aporte de rastrojo favorecería positivamente el balance de carbono del suelo y lo protegería de la erosión.
Los resultados obtenidos muestran que pese a que las condiciones ambientales en donde se seleccionaron los cultivares paraguayos y argentinos fueron contrastantes, no hubo diferencias en el rendimiento asociadas al país de origen; esto es, los programas de mejoramiento fueron efectivos en su respectiva zona de influencia.
Si bien Paraguay presenta limitaciones ambientales más importantes que las de Argentina, el trigo continua siendo un cultivo relevante en la rotación ya que permite generar rastrojo para proteger el suelo, obtener una doble cosecha anual en combinación con otros cultivos, contribuir con la seguridad alimentaria y diversificar la fecha de ingreso de divisas en ambos países.
Fuente: InfoCampo
Ariel Faberi, investigador de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP), participó en una reunión organizada por la Red Agropecuaria de Vigilancia Tecnológica (RAVIT), que cuenta con el apoyo de UPL Argentina; sostuvo que hay muchos aspectos técnicos que aún se pueden resolver a nivel de lote. Pero el escenario es bastante preocupante. Las enfermedades foliares son cada vez más agresivas y se cuenta un mayor número de fallas y escapes, datos que evidencian que los controles están empezando a perder su eficiencia. “La temática requiere de la colaboración de todos los actores”, aseguró el especialista. “Los problemas ya no son puntuales y no se pueden encarar de manera aislada. Hay que generar un marco mucho más amplio y regional”, agregó.
Durante el encuentro hubo coincidencias al analizar lo que se vive en el campo. Los productores presentes reconocieron que muchas veces las decisiones en torno al uso de fungicidas en pocas ocasiones se toman a partir de monitoreos. Lo más habitual es fiarse de un “boca a boca” o una única visita al lote, y esto genera aplicaciones inapropiadas. La realidad coincide con las dificultades para reconocer las enfermedades y repercute en un uso ineficiente de las herramientas para el control de enfermedades.
“No sólo es importante lograr un buen rendimiento del cultivo sino también si fue logrado en un marco de sustentabilidad”, asintieron todos para destacar que la falta de un manejo eficiente de las enfermedades foliares repercute en la pérdida de herramientas para su control, teniendo en cuenta la muy baja tasa de generación de nuevas moléculas en el mercado.
Uno de los primeros ejes de trabajo en la región se concentra en el análisis sanitario de los trigos esta campaña. De ahí el aporte de Faberi con eje en la resistencia de los hongos a los fungicidas. Para el investigador, es preocupante la pérdida de sensibilidad que están experimentando algunos triazoles por parte de roya de la hoja. Y la aparición de poblaciones resistentes de mancha amarilla a estrobilurinas, como se evidenció en un reciente trabajo realizado por los fitopatólogos Francisco Sautua y Marcelo Carmona de la FAUBA.
Las recomendaciones
Durante la reunión, Faberi sostuvo que una de las herramientas principales que el productor debería tener a mano es la elección de la variedad con un perfil sanitario óptimo. “Hoy en día, entre el 60 y 70% de la superficie sembrada de trigo es susceptible a roya amarilla. Eso es porque el productor sigue seleccionando variedades según su potencial de rendimiento, que son justamente las que tienen peor comportamiento frente a roya. Entonces apelan a la aplicación de productos como estrategia principal para el control de los patógenos, ejerciendo una presión de selección importante que a largo plazo puede derivar en la generación de nuevas resistencias”, sintetizó.
El especialista puso especial énfasis en un manejo consciente del control químico: no reducir dosis, aplicaciones en el momento adecuado, monitorear los cultivos y utilización correcta de mezclas. Entre todas estas prácticas, la incorporación de fungicidas multisitio es otra herramienta de gran valor a la hora de combatir las fuentes de riesgos y peligros que pueden derivar en la generación de resistencias.
Allí se destaca Tridium, el fungicida multisitio de UPL para el cultivo de trigo que contiene Azoxistrobina, Tebuconazole y Mancozeb. Este último elemento (del grupo de los Ditiocarbamatos) es una de las claves del producto, ya que aporta seis puntos de control al mismo tiempo en la célula fúngica. Esto hace que se vuelva muy difícil la generación de mutaciones para el hongo y de esta manera se evita que se reporten casos de resistencia. “Las virtudes de Tridium para prevenir el riesgo de aparición de resistencia es innegable”, sumó el experto.
Fuente: InfoCampo