En la manejo de la alimentación de la hacienda, los productores ganaderos ajustan el último tramo del manejo de la vaca con el ternero al pie en la Cuenca del Salado. En este sentido, el mes de febrero es de las promociones de raigrás, el primer verdeo natural del año. 
Tradicionalmente, los productores clausuran esta pastura desde noviembre y la hacienda regresa en febrero, sin embargo, en algunos casos, antes del final de la “semillazón”, en esta época, dejan ingresar a la hacienda para un consumo anticipado. 
En este aspecto surge un inconveniente mortal para los animales que muestra registros todos los años, inclusive este. El clima húmedo causa el parasitación y crecimiento de un hongo en la inflorescencia del raigrás, llamado “cornezuelo del centeno” (Claviceps purpurea).
Cuando el animal pastorea el raigrás con la semilla infectada por este hongo, sumado a temperaturas ambientales que superan los 25°, se genera un cuadro llamado “síndome distérmico” (golpe de calor) que, comúnmente, le provoca la muerte. Este tipo de muertes de verano se suman a las recientemente conocidas en la provincia de La Pampa por intoxicación en el consumo de sorgo de Alepo. 
“En este momento se están registrando casos de mortandad por causas del síndome distérmico, dado por el consumo del ergoalcaloides, la sustancia nociva del hongo”, explica el médico veterinario Juan Insaugarat.
Por eso, aconseja, que es fundamental al decidir estos pastoreos monitorear la presencia del hongo en la inflorescencia, antes del ingreso de la hacienda. Asimismo indica que la mejor alternativa en estos casos es la prevención. 
En el caso de un animal intoxicado tiene intolerancia al calor con la búsqueda constante de sombra y agua, permaneciendo largos períodos dentro de lagunas. Presenta respiración agitada con la boca abierta. Si el cuadro se extiende se produce la pérdida de peso.
Este hongo tiene la característica de las inflorescencias desarrollando el escleroto o ergot (forma de resistencia) que sustituye a la semilla y adquiere una configuración semejante a ella, pero de mayor tamaño, de color morado oscuro a negro y consistencia dura y fácilmente visible (Ver foto).

 

Fuente: InfoCampo

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El Senasa informó en las últimas horas que los establecimientos interesados en proveer cuota Hilton tendrán que reinscribirse, tal como lo requiere la nueva resolución.
La fecha límite para hacerlo es el 27 de febrero en la oficina del organismo correspondiente a la jurisdicción de cada establecimiento. Allí, los productores deberán presentar una declaración jurada que deje constancia de que se cumplen las condiciones que exige el mercado comprador (están en el Reglamento de Ejecución N°593/13 de la Unión Europea).
Transcurrido ese plazo, quienes no opten por la reinscripción bajo la nueva resolución continuarán en el Registro Nacional como habilitados para el envío de ganado para cortes con destino a la UE en la categoría “no aptos cuota Hilton”.
“Es decir que aquellos que no se habiliten para cuota Hilton podrán continuar exportando a la Unión Europea, aunque no participen de la cuota”, aclaró el Senasa.
Es que la nueva resolución no establece modificaciones a las condiciones de los establecimientos de engorde a corral “no aptos cuota Hilton” que quieran exportar carne vacuna a la Unión Europea. Para estos establecimientos, continúan en vigencia sus normativas específicas, que son las resoluciones Senasa 329/17 y 02/03.
 

Fuente: InfoCampo

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El reclamo por retenciones segmentadas se reforzará este jueves 23 en la localidad de Pavón, a 40 kilómetros de Rosario, a donde chacareros del sur de Santa Fe convocaron a un encuentro con legisladores nacionales.
La idea es debatir la propuesta que ya le presentaron al ministro Luis Basterra, que hace especial hincapié en la necesidad de avanzar en categorizaciones y en políticas públicas diferenciadas.
“No todo el campo es lo mismo”, remarcó Marcela Fabrissin, productora agropecuaria y vicepresidente de la regional Sur de Federación Agraria Argentina (FAA). Según sus cálculos, en la actualidad el 80% de la producción está en manos del 18 % de los actores, quienes “generalmente nada tienen que ver con la cultura del trabajo que realizamos los más chicos”, tal como consideró.
La dirigente promete demostrar que si se aplica su iniciativa, el costo fiscal para el Estado será nulo. “Debe haber una decisión política de quién debe ser el sujeto agrario a defender“, dice.
El discurso está en línea con lo que sostiene Carlos Achetoni, presidente de FAA, y con Coninagro, que representa principalmente a cooperativas de economías regionales. De todos modos, otras filiales federadas no están tan de acuerdo con la segmentación.
Como sea, la actividad -que organizan la comuna local y la Regional Sur Ruta 21 y Ruta 18- apuntará a contar con la presencia de legisladores nacionales de todos los bloques, y cuenta con el apoyo del intendente de Pavón, José Pepe López. Asimismo, convocará a más de una veintena de presidentes comunales de la zona para buscar el aval de los parlamentarios para promover un nuevo esquema tributario.

Fuente: InfoCampo

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La soja más adelantada en su desarrollo, ahora, está ingresando a pleno período reproductivo. Será el turno de la floración, luego vendrá su fructicación y posterior llenado de granos. 
En el grano radica un problema que preocupa a los grandes productores de la oleaginosa en el mundo, como Estados Unidos, Brasil, Argentina y China: se trata de la caída del contenido de proteína. De los mencionados, Argentina está en la peor condición.
De acuerdo a datos de la industria a los que Infocampo tuvo acceso, en el país el se viene perdiendo 0,12% de proteína por año desde el año 1992. Es decir, a este ritmo, cada cinco año se pierde más de medio punto de proteína (Ver la infografía interactiva).
 
 
Rodolfo Rossi, reconocido fitomejorador de soja, especialista en este tema, quien brindó una charla sobre esto en Mercosoja 2019 y estuvo en Brasil, a fin de año, para también abordar esta problemática, dialogó con Infocampo.
“La caída de proteína en el grano de soja es un tema mundial muy asociado al aumento de los
rendimientos y a que la calidad no se paga de forma diferencial”, explica el especialista, a lo que suma que el tema estuvo fue el centro de la escena durante su participación un congreso en Brasil. 
Justamente, este país, según lo que sostuvo Rossi, es el que tiene mejores condiciones para poder tomar acciones directas y rápidas ya que el ambiente sojero así lo permite y también los productores potencian la calidad aplicando prácticas como la fertilización. Sin embargo, la correlación negativa del aumento de los rendimientos y el contenido de proteína les siguen jugando en contra al vecino país.
“En Argentina el problema se agudiza porque la mayoría de la soja se está produciendo en zonas templadas, que no se caracterizan por conseguir altos niveles de proteínas. Además, los cultivares tienen altos rendimientos, hay más monocultivo y la fertilización es muy baja, no llegando a reponer lo que se extrae”, detalla y añade que se se compara la zona argentina de producción con los mismos ambientes norteamericanos, ellos tienen todos los plantíos sobre maíz, que está “superfertilizado” y, además, fertilizan la soja. Estos son factores que mejoran el nivel de proteína. 
Lo cierto, de acuerdo a lo que advierte el especialista que participa en múltiples mesas de trabajo sobre este tema, es que la discusión está instalada, pero está encaminada hacia un callejón sin salida porque no está el incentivo para producir ni pagar un extra por mayor contenido de proteína en el grano. 
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“Lo primero que hay que hacer es que la industria defina si puede pagar más por el mayor contenido de proteína y que toda la cadena se alínee para conseguir genética y manejo en esta dirección”, dice. 
Por el momento, sostiene Rossi, “Argentina no tiene problema en colocar la producción de harina, pero seguramente se está perdiendo plata porque estamos vendiendo harina más barata que otros países. Nosotros vendemos harina alta proteína (HIPRO) con medio punto menos de lo que vende el mundo”, señala.
Por esto, la industria debe tomar algunas estrategias para elevar los niveles de proteína en el grano, como elegir soja producida en el norte del país, importar desde Paraguay -producen con mayor nivel de proteína- o incorporar el descascarado del poroto para moler directamente buscando extraer mejor calidad de harina. 
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En representación de la industría, Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), dice, “estamos ante un problema estructural de la cadena de soja. Esto para la industria es un dolor de cabeza, porque la harina es lo que se vende como proteína. Si es baja, hay bonificaciones de precio y retrasos en el rendimiento industrial”.  
Por eso, dice Idígoras, es que hay buscar soluciones de largo plazo y toda la cadena debe comenzar a trabajar sobre este tema y que la calidad también se pague. 
Según el directivo, “para que exista un programa nacional que bonifique por calidades se necesitan volúmenes grandes de producción de soja de alta proteína. Es decir, no sirven tres camiones, sino varios barcos y para eso se necesitan varios productores que logren la misma calidad. Entonces, la industria avanzará como resultado de un proceso de cambio. Por eso, hay que seguir discutiendo Ley de Semillas, uso propio, pago de regalías…porque el mejoramiento genético tampoco quiere avanzar sobre este tema, más allá que reconocen que tienen materiales genéticos que logran mejor calidad”, comentó Idígoras. 

Fuente: InfoCampo

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