Más allá de la coyuntura, hay empresas que siguen apostando a la inversión y la tecnología para diferenciarse. Es el caso de AGCO Argentina que sigue invirtiendo en la digitalización de la planta de fabricación en General Rodríguez (Buenos Aires) y recientemente desarrolló una innovación en su línea de fabricación de motores. 
Es importante señalar que la marca viene un proceso de inversiones con la inauguración de la planta en el año 2013 para producir tractores, luego fue el turno de la línea de motores en el año 2014, posteriormente vino la ampliación de la planta para ensamblar cosechadoras y, a finales del año pasado, avanzaron con una inversión en la línea de motores. 
“Estamos lanzando la fabricación de motores electrónicos TIER 3, que implicó  una inversión significativa en la línea y principalmente en el banco de pruebas. Significó un trabajo muy fuerte con los equipos de AGCO de Brasil y Finlandia ya que este lugar es una de las cuatro plantas en el mundo que fabrica el motor AGCO Power”, explica Miguel Bonino, gerente de manufactura de la marca. 
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Fuente: InfoCampo

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Diciembre resultó otro mes complicado para las economías regionales. Según reveló el semáforo que elabora mensualmente Coninagro, de las 19 actividades que monitorea hay dos en crisis, cuatro con signos muy negativos y otras siete en advertencia.
Las producciones de arroz y de vino y mosto son las dos más complicadas, dado que arrastran problemas que se profundizaron en los últimos tiempos. En el primer caso, no se registró crecimiento en el último año, mientras que en el segundo, los precios están “bajo cero”, con stocks que “ahogan”, aunque con leve suba del consumo.
“Los signos de crisis también afectan la papa, tabaco y peras ymanzanas, que han mejorado los precios en diciembre pero no alcanza a recuperar”, dijo Coninagro en su informe mensual.
En tanto, indicó que los que están al borde de la crisis son los forestales, que siguen con los precios atrasados pero con una incipiente suba de exportaciones. El problema, según explicó Manfredo Seifert, consejero de la entidad en Misiones, es que hay sobreoferta de madera madura, con lo que los precios quedan atrasados mientras las condiciones de pago se difieren.
Los cítricos dulces, el maní, la miel y la mandioca, paralelamente, también mostraron complicaciones, aunque todavía tienen signos positivos. 
Contrariamente, la avicultura registró más expansión en diciembre y tuvo un buen cierre de año en materia de exportaciones. Los bovinos, por su parte, mantuvieron el dinamismo con precios sostenidos, aunque “con la amenaza de un coletazo de China“, remarcó Coninagro. Y agregó que los granos están “con precios y costos a la par y una producción 2019/2020 con más volumen esperado”.
“En este contexto no se puede avanzar. Hay una fuerte descapitalización en las economías regionales con falta de competitividad, máquinas viejas. Todo esto conspira contra el trabajo y el desarrollo. Sin mano de obra el campo no produce y las economías regionales se debilitan”, dijo al respecto el titular de Coninagro, Carlos Iannizzotto.

Fuente: InfoCampo

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El último informe de la Red del Manejo de Plagas (Aapresid), publicado semanas atrás, revela que ya se contabilizan 21 malezas resistentes y 6 tolerantes en la Argentina. 
“Siempre va a ser más barato prevenir que curar”, repite como un mantra César Suppo (foto, izq.), ingeniero agrónomo y productor en Despeñaderos, a 50 kilómetros al sur de la ciudad de Córdoba. En este punto parace estar la clave, que es comenzar mucho tiempo antes de la siembra del cultivo con una planificación integral del manejo de las malas hierbas.
En esa misma ciudad,  Ernesto Carreño (foto, der.), de la agronomía Alejandro Monetti SRL, viene trabajando en la incorporación de nuevas soluciones que, además de ser efectivas, le permitan manejar el problema de malezas de un modo más sostenible.

La zona de Despeñaderos se caracteriza por su variabilidad climática y de suelos. Así, Carreño destaca que las malezas que más los preocupan son yuyo colorado y gramíneas. “Ya no se pueden generalizar, a las malezas hay que identificarlas con nombre y apellido“, agrega. 
Desde el sector más bajo del lote, productor y asesor enumeran su estrategia para el control de malezas antes de la siembra de soja: un barbecho corto a fines de octubre con un herbicida a base de Imazapir más Imazapic más una aplicación de un pre-emergente, tres días antes de la siembra.
“Por una cuestión de tiempo y logística, nuestro modelo de trabajo se sostiene en el uso de herbicidas pre-emergentes. Además, tratamos de aplicar productos con un residual relativamente largo”, sostiene Suppo.
En ambos planteos, tanto Carreño como Suppo eligieron aplicar “Tripzin” para el manejo de soja grupo de madurez 5, que se sembró el 29 de noviembre. De acuerdo a la experiencia, con este producto formulado a base de Pendimetalin, aumentó el espectro de control y la residualidad del producto. Además tiene la capacidad de permitir un manejo diferente, coincidieron el productor y el técnico. 
A cincuenta días de realizado el tratamiento con el herbicida en presiembra, el lote se presenta aún limpio con algunos nacimientos de maíces guachos, que se tratarán con graminicidas antes del cierre de surco.
Para Carreño, la estrategia fundamental para el control de malezas es conocer el lote y planificar. “Hay que manejar la situación de modo proactivo. Los productores tienen que llevar un registro en el lote con las malezas que cosecharon el año pasado junto al cultivo, porque esas van a seguir estando”, concluye. 
 

Fuente: InfoCampo

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Atender los riesgos es uno de los principales pilares de toda gestión sanitaria. Requiere, primeramente, entender cómo esos riesgos se presentan y cuáles son las decisiones y procesos que se deben llevar a cabo para minimizarlos o evitarlos. Y para entender, es necesario conocer aquello que se está enfrentando.
Parece una verdad de Perogrullo, pero ¿cómo se podría prevenir el avance de una plaga como la langosta o el HLB si no se conocieran sus características, su comportamiento según las distintas condiciones ambientales y la forma en que se manifiesta en distintos agroecosistemas? ¿Cómo se podrían elegir y llevar a cabo acciones de fiscalización, cómo se podría lanzar un alerta si no se supiera de qué manera se transmite o se dispersa la plaga en cuestión? No tiene sentido exigir un tratamiento de frutos para evitar una plaga que no está presente en estos, ni tampoco limitar el traslado de semillas para evitar una plaga que no es transportada por ellas.
Abordar y gestionar problemas fitosanitarios a escala nacional, función ineludible del Senasa, requiere conocer múltiples variables. Algunas son muy específicas -como las relacionadas con la dinámica poblacional de una plaga- y otras, más complejas o generales. Estas últimas incluyen, por ejemplo, los sistemas de comercialización, las características propias de los territorios, las personas que los habitan, sus costumbres, sus intereses particulares y sectoriales, etc.
Por otro lado, se deben tomar en cuenta cuestiones relacionadas con la salud, el medio ambiente y la biodiversidad. En este sentido, se debe poder evaluar el efecto de la plaga y el uso de agroquímicos para su control sobre otros organismos vegetales y animales, el ecosistema así como sobre las poblaciones urbanas y periurbanas.
Entender estos riesgos permite priorizarlos para hacer más efectivas y eficientes las estrategias de intervención del Estado y de la sociedad, para protegerlos mejor de estas adversidades y salvaguardar el patrimonio fitosanitario argentino, necesario para mejorar la calidad de vida de la población, preservar los sistemas productivos nacionales e incrementar el potencial agroexportador.
Empezando por la base
Se entiende la inteligencia fitosanitaria como la gestión del conocimiento para apoyar la toma de decisiones fundamentadas y las acciones consecuentes en el manejo de los riesgos fitosanitarios.
La herramienta principal para la gestión del conocimiento es la base de conocimientos. Se la podría imaginar como una gran base de datos, pero en realidad es mucho más que eso: es un proceso que resulta de la generación, sistematización, análisis, interpretación y comunicación de información mediante la integración de herramientas tecnológicas innovadoras y de la interoperabilidad de los sistemas disponibles. Una base de conocimientos es, entonces, un repertorio de saberes relacionados e integrados.
Una forma de visualizar esto gráficamente es a través de la Figura 1, donde se representa, en forma de pirámide, cómo el conocimiento es generado a partir de datos que requieren ser organizados, sistematizados y analizados en forma continua.

 
El objetivo permanente del área de inteligencia fitosanitaria del Senasa -la Dirección de Información Estratégica Fitosanitaria de la Dirección Nacional de Protección Vegetal– es ir construyendo esta base de conocimientos para asistir en la toma de decisiones tanto de los gestores de riesgos a nivel estatal como de la comunidad en general. Esta construcción se realiza necesariamente en forma colaborativa, integrando y relacionando los distintos sistemas internos. Algunos ejemplos de estos sistemas son el Registro Nacional de Productores Agropecuarios (Renspa), que recopila información geolocalizada de productores y establecimientos; el Documento de Tránsito Vegetal Electrónico (DTVe), que registra los movimientos de productos y subproductos vegetales, o el Sistema Nacional de Vigilancia y Monitoreo (Sinavimo), que da información sobre la situación de las plagas en el país. También se trabaja en la integración e interoperabilidad de otros sistemas y bases pertenecientes a diferentes organizaciones, tanto nacionales como internacionales (Figura 2).

 
En todo este proceso de integración y operación conjunta son muchos los desafíos que hay que enfrentar, y el principal es que todas las personas, inclusive los ciudadanos en general, colaboren para que sea posible esta integración. En lo que concierne a la comunidad, esta colaboración se basa principalmente en brindar la información real y actualizarla cada vez que le sea requerida. Por su parte, el Estado, a través del Senasa y de los gobiernos provinciales y municipales, es el responsable de facilitar estas gestiones y garantizar que no impliquen un gasto innecesario ni que se vea afectada innecesariamente la actividad de los particulares. También es su responsabilidad poner el conocimiento a disposición del público, alertar sobre los riesgos y liderar el trabajo conjunto para su minimización.
El poder del conocimiento se conquista en el territorio
El conocimiento se gestiona territorialmente y los riesgos se establecen para un territorio definido en base a sus características particulares. Esto es así porque los cultivos y las plagas que los afectan se comportan de manera diferente según el lugar y el entorno que se presenten, también son diferentes los intereses de las comunidades que los habitan, y todos estos elementos deben considerarse para evaluar los riesgos y prevenirlos. Por ejemplo, una empresa productora de tomates bajo invernáculo seguramente va a actuar diferente y requerir distinto tipo de asistencia que un pequeño productor familiar del mismo cultivo ante la llegada de una plaga que no estaba presente en el país.
Cuando se trabaja territorialmente, es necesario constituir un abordaje matricial entre cadena productiva y territorio, realizar estudios geoestadísticos y geomáticos y tomar en cuenta las distintas interacciones que se producen en el mismo (por ejemplo: plaga/áreas urbanas y agrícolas, vías de acceso/áreas en peligro, etc.). Pero, principalmente, lo que fortalece el análisis es el diálogo permanente con los que se denominan referentes territoriales, que son personas o grupos de personas que, por su cercanía y experiencia, tienen un profundo conocimiento de las prioridades, los problemas y los riesgos que pueden estar afectando a un área en particular (Figura 3).

Integración de la información
Se requiere la integración de la información geográfica y temática en función de estándares normativos (Infraestructura de Datos Espaciales – IDE -). Una Infraestructura de Datos Espaciales (IDE) es un sistema informático integrado por un conjunto de recursos (catálogos, servicios, programas, aplicaciones, páginas web, etc.) que permite el acceso y la gestión de datos y servicios geográficos disponibles en internet, cumpliendo una serie de normas, estándares y especificaciones que regulan y garantizan la interoperabilidad de la información geográfica (Gobierno De España, Ministerio de Fomento). Estos elementos pueden compartirse, combinarse, estar permanentemente comunicados y actualizados con otros de otras instituciones o personas que cumplan con los mismos estándares.
En la Dirección de Información Estratégica Fitosanitaria del Senasa funciona una IDE, implementada sobre el software Geonode, la cual está en permanente desarrollo. Esta IDE interconecta y relaciona datos y mapas generados por distintas áreas del Senasa así como también por otras instituciones públicas o privadas, y, de ese modo, permite el acceso rápido y seguro a toda la información disponible para poder analizarla y gestionarla en el territorio (Figuras 4 y 5).

Modelizar escenarios para poder manejar riesgos y prevenir mejor
Se debe pensar y evaluar, siempre que sea posible, antes de que los problemas ocurran o se agraven. Todas las herramientas mencionadas hasta ahora ayudan a prevenir, al permitir disponer de mayor cantidad y calidad de información.
A partir de toda la información disponible, y empleando distintas técnicas estadísticas, se puede desarrollar modelos, que son representaciones de la realidad. En una primera instancia, se hace con datos actuales, para identificar lugares o situaciones donde existe un mayor riesgo fitosanitario. Estos estudios y sus resultados son aportados para que otras áreas del Senasa, principalmente las Direcciones Regionales, puedan realizar un trabajo más efectivo, llevando a cabo controles más certeros, implementando fiscalizaciones inteligentes y tomando medidas adaptadas a la realidad de cada territorio y a cada situación identificada (Figuras 6 y 7).

También se puede trabajar con datos pronosticados, lo que permite adelantarse con cierto grado de probabilidad a situaciones futuras. Así, se buscan escenarios futuros que puedan presentar mayor riesgo, como la aparición de una nueva plaga o la evolución en la dinámica poblacional de alguna ya presente al cambiar las condiciones climáticas o cualquier otro elemento del ambiente productivo (por ejemplo nuevos cultivos o variedades, distintas formas de manejo, etc.). Incluso, se pueden predecir problemas en las exportaciones, si se trata de plagas reguladas en el comercio internacional.
El objetivo es, siempre, trabajar mancomunadamente para proteger el patrimonio fitosanitario, preservando y mejorando la calidad de vida de la población, además de fortalecer la capacidad Argentina como país proveedor de alimentos sanos y seguros.

Fuente: InfoCampo

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A través de la Resolución 13/2020, que se publicó este jueves en el Boletín Oficial, el Gobierno Nacional prohibió el traslado de media reses o cortes de carne de más de 25 kilos sin asistencia mecánica.
La modalidad de trasladar mercadería al hombro se reconoció como causal de hernias inguinales, hernia discal lumbo-sacra con o sin compromiso radicular y várices primitivas bilaterales, a causa del peso que cargan los operarios, que oscila entre los 100 y 150 kg.
La medida comenzará a regir en abril, y abarca el levantamiento de ganado bovino, ovino, porcino, equino, caprino y animales de caza mayor y/o menor en su cadena de transporte y distribución.
“Se trata de un reclamo histórico por el que nuestra Federación viene pidiendo hace ya varios gobiernos, y que por fin hoy es tenido en cuenta”, dijo José “Beto” Fantini, titular de la Federación Gremial del Personal de la Industria de la Carne y sus Derivados.
El sindicalista resaltó el encuentro que mantuvo con el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, y aseguró que la decisión “favorecerá no solo la salud de nuestros trabajadores, sino también la higiene del producto que llega al consumidor”. 

Fuente: InfoCampo

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