El Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) estableció el precio de la materia prima de la yerba mate para el período que va de abril a septiembre de este año, en 20 mil pesos la tonelada de hoja verde de yerba mate, y en 76 mil pesos la de yerba mate canchada, ambas puesta en secadero.
Lo hizo a través de la resolución 66/2020 publicada en el Boletín Oficial, que dio cuenta de un aumento de 31,14% de la hoja verde, y de 29,06% de la yerba canchada, en comparación con el valor anterior, fijado en septiembre del año pasado.
El directorio, compuesto por 12 personas que representan a todos los sectores de la cadena yerbatera, incluyendo representantes de las provincias productoras, Corrientes y Misiones, y uno de la Nación, se reunió el 18 de febrero último para dar comienzo al análisis de los costos determinados en las distintas matrices aprobadas desde este Instituto.
En una segunda reunión, el 3 de marzo, se evaluaron las particularidades suscitadas en los distintos aspectos que hacen a una correcta valoración de las materias primas para el periodo.
En el tercer encuentro, realizado el 5 de marzo, no se alcanzó la unanimidad necesaria para la fijación de los precios, y por la premura en el cumplimiento de los trámites establecidos, se dispuso el sometimiento del diferendo para la fijación de los valores de las materias primas, al arbitraje del secretario de Agricultura, Julián Echazarreta.
Sin embargo, finalmente el 17 de marzo, previa aceptación de la totalidad de los miembros del directorio, se analizaron nuevas circunstancias que permitieran el acercamiento entre las posturas para la fijación del precio de las materias primas para el próximo periodo semestral, lográndose la unanimidad requerida para la determinación de sus valores, quedando sin efecto la decisión de envió a laudo.

Fuente: InfoCampo

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Encabezada por el presidente de la entidad, Gerardo Díaz Beltrán, un grupo de dirigente de CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) se reunió con el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Luis Basterra. 
La agenda de trabajo, de acuerdo a lo difundido por CAME, estuvo cruzada, fundamentalmente, en políticas diferenciales para las economías regionales. Retenciones, el alto costo energético, la prefinanciación de exportaciones, y la participación en el Consejo Federal Argentina Contra el Hambre. 
Sobre los derechos de exportación, Basterra destacó que, dentro de las 606 posiciones arancelarias analizadas hasta el momento, varios productos agroindustriales fueron recategorizados e incluidos dentro del universo de las “economías regionales” para lo que tributarán un 5% de impuestos.
“Tenemos que lograr desarrollar la potencialidad de cada una de las cinco Regiones que integran la Argentina”. (Gerardo Díaz Beltrán)
Dentro de los costos de producción que afrontan los productores, uno de los más críticos es la energía, por lo que se solicitó una tarifa diferencial para los regantes electrodependientes, como la olivicultura y vitivinicultura. 
En este escenario de costos en alza y caída en las ventas, los productores pymes también manifestaron la necesidad de contar con herramientas para poder financiarse de forma ágil y a tasas razonables. En este sentido, el Ministro se comprometió a generar una reunión con el titular del Banco Nación, teniendo en cuenta la situación a la que probablemente nos enfrentaremos: caída de la demanda, tanto a nivel interno como externo.
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La importancia de transparentar los mercados, acercando el productor al consumidor, fue otro de los grandes temas abordados. Desde CAME se propuso el regreso de los remates físicos de frutas y hortalizas al Mercado Central. 
En otro sentido, en pos de alcanzar un desarrollo productivo con equidad territorial y social, se propuso crear, en el ámbito del Ministerio de Agricultura, un espacio propio para las economías regionales. 
Tanto Basterra como los dirigentes de CAME se comprometieron a mantener el diálogo y elaborar una agenda común.
PARTICIPARON
Julián Echazarreta, secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca; Eduardo Garcés, presidente de la Federación de Viñateros y Productores Agropecuarios de San Juan; y Julián Clusellas, vicepresidente de la Federación Olivícola Argentina (FOA); ambas entidades adheridas a la Red CAME; Eduardo Rodríguez y Pablo Vernengo, presidente y director ejecutivo del área de Economías Regionales de la Confederación, respectivamente.
 

Fuente: InfoCampo

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Según un informe elaborado por la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la Facultad de Agronomía de la UBA, el escenario de sequía en gran parte de la Región Pampeana (producto de las escasez de precipitaciones significativas desde comienzos de marzo) comenzó a revertirse en la zona núcleo. Para los próximos tres meses se esperan precipitaciones normales, pero la falta de humedad ya afectó a la soja de segunda (entre otros cultivos), con pérdidas en los rendimiento que serían irreversibles.
Las lluvias que cayeron durante la última semana en la Región Pampeana ayudaron a revertir la intensa sequía en algunas zonas productivas. No obstante, aún se mantiene la alarma en gran parte del país, con impactos negativos sobre los cultivos extensivos.
Según Adela Veliz, docente de la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas, quien estuvo a cargo del informe junto con María Elena Fernández Long y Liliana Spescha, “la soja de segunda atravesó gran parte de los momentos en que se definen los rendimientos en condiciones de estrés hídrico, que afectó a las etapas reproductivas, en las que se define el número de granos por vaina y el peso. En la última semana comenzaron a reactivarse las precipitaciones en la zona núcleo, pero posiblemente sea tarde para revertir las pérdidas en los rendimientos”.
“De todas maneras, hay otras zonas de la región pampeana donde la sequía permanece, como el noroeste de Córdoba, gran parte del sur de Santa Fe y el oeste de la región pampeana”, agregó Veliz.
A modo de ejemplo se observa la evolución positiva del almacenaje de agua en el suelo en provincia de Buenos Aires (Pehuajó), hasta alcanzar niveles de exceso, y en Sauce Viejo, Santa Fe, donde se advierte que se encuentra por debajo del punto de marchitez permanente.

Según información de la Bolsa de Cereales, ante este escenario se ajustaron las proyecciones de la campaña de soja 2019-2020 a 52 millones de toneladas.
Fuente: SLT-FAUBA

Fuente: InfoCampo

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La soja de segunda sintió el impacto de la sequía. Ahora los perfiles de la zona núcleo están cargados, pero en otras zonas persiste el déficit, y se viene un trimestre con menos luvias de lo habitual.

Fuente: Clarín Rural

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El Megaplatypus sulcatus Chapuis, conocido vulgarmente como “barreno o taladrillo de los forestales“, es un coleóptero que produce severos daños en plantaciones forestales y frutales perforando el tronco de los árboles, debilitándolos o inutilizando su madera.
Este insecto construye galerías hacia el centro del tronco. El diámetro de las mismas no supera el centímetro. Los ataques del taladrillo de los forestales se evidencian en árboles en pie, sanos, preferentemente en troncos con un diámetro mayor a los 20 cm y un contenido de humedad mayor al 50%, aunque en condiciones de ataques severos, árboles de menor diámetro son igualmente susceptibles.
El signo más evidente de ataque de taladrillos es la característica presencia de savia “chorreando” por los troncos durante los meses de primavera-verano, coincidiendo con los momentos de conducción de savia en el interior del tronco.
En algunos casos este fenómeno no es observable, por tanto es necesario revisar los troncos para localizar los orificios de entrada de las galerías. En alamedas es factible detectar galerías desde el nivel del suelo hasta una altura de 10 metros o más. En aquellos casos donde se cuente con cortinas rompevientos doble se debe tener especial cuidado en observar el lado “interno” de las alamedas.
Otro signo característico es la presencia de aserrín fresco sobre la galería o en el piso. La presencia de aserrín “grueso” indicará un ingreso reciente de los adultos mientras que, el aserrín “fino”, es característico de la presencia de larvas al interior del tronco.
La gama de huéspedes del taladrillo es amplia. Esta especie no discrimina ejemplares de arbolado público (fresnos, olmos, plátanos, eucaliptos, acacias), forestales (sauces, álamos y pinos) ni tampoco las plantaciones de manzanos y perales.
Una buena práctica para disminuir los niveles poblacionales de taladrillo es la colocación de trampas de captura de adultos en las galerías. Cualquier tipo de recipiente puede ser colocado sobre las galerías a fin de retener los adultos en su interior.
La colocación de trampas debe realizarse preferentemente en los meses invernales a fin de poder detectar la mayor cantidad de galerías. Al finalizar los períodos de vuelo de adultos (Mayo-Junio), se deberá retirar la trampa y eliminar los adultos capturados.
Con la realización de este tipo de práctica cultural es posible disminuir los niveles poblacionales de la plaga en un 50-70% y en algunos casos, el 100%.
Control químico:
Consiste, básicamente, en el uso de productos químicos de síntesis pulverizados sobre los troncos o la introducción de insecticidas en galerías o troncos.
En el primer caso se demostró que muchos productos de uso frecuente en la zona ejercen una importante merma en los niveles poblacionales de taladrillo. El asperjado de troncos con manguera (utilizando soluciones de clorpirifós 48% al 0,2%, o carbaril 425 g/100 l o deltametrina 5% al 0,1%,) al comienzo de los vuelos de los adultos, permite disminuir notoriamente las poblaciones de taladrillo. Otros productos como el metil azinfos y lambdacialotrina utilizados en las dosis recomendadas para carpocapsa han demostrado también su eficiencia.
Trabajos realizados en Mendoza demuestran que la aplicación de cal espesa (20%) y azufre disuelto (1-2%) sobre los fustes en dos aplicaciones anuales, permiten disminuir los daños producidos en un 90%.
Otra metodología utilizada es la colocación de cápsulas de Acefato en los troncos. En este caso, el objetivo del tratamiento es la eliminación de las larvas al interior de los troncos.
Todos estos productos pueden a su vez ser inyectados directamente en las galerías.
En aquellos sitios donde se están empleando prácticas de manejo de producción orgánica es posible el uso de productos como la ryania o piretros naturales. Sin embargo, éstos no demostraron una eficiencia superior al 60% en condiciones de laboratorio.
Control cultural:
Esta metodología se basa en la utilización de herramientas mecánicas o en prácticas humanas que colaboran en la disminución de los taladrillos.
Algunas de las medidas culturales más eficaces para disminuir los efectos nocivos de esta especie son los factores preventivos como el mantenimiento de niveles correctos de fertilización y un adecuado riego de las parcelas. Estas prácticas colaboran con la sanidad de las plantas, ya que favorecen una buena conducción de savia por los vasos inhibiendo el desarrollo de estadios larvales al interior de los troncos.
Otra práctica utilizada con muy buenos resultados es la obturación manual de galerías. Ésta consiste en colocar pequeños tacos de madera u otro material resistente, dentro de las galerías. El método es eficiente si los tacos se colocan en aquellas galerías recién hechas (con aserrín “grueso”). Por tanto, es indispensable realizar esta tarea durante los meses de vuelos de adultos.
La dificultad principal radica en el reconocimiento de este tipo de galerías. Si la práctica se realiza en tiempo y forma se evitará el encuentro entre los sexos o la salida de machos que inician galerías.
Es importante destacar la revisión periódica de alamedas y frutales a fin de detectar lo antes posible las galerías e implementar a corto plazo alguna tarea de control. Así se evitará la dispersión de la plaga y daños futuros a gran escala.

Fuente: InfoCampo

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