En paranoma mundial se presentó así: “bolsas en alza, en Asia, avances prácticamente generalizados en Europa y futuros de Wall Street en terreno positivo. El crudo con nuevas pérdidas y el dólar cayendo levemente frente a las principales monedas del mundo”.
En ese contexto lo granos perdieron terreno en Chicago, donde se destacaron la soja y el trigo con caídas de 2 u$s/tn.
Según informó Grassi “la soja profundizó las pérdidas matutinas, en un mercado que acusó preocupación por el desempeño de la demanda. Respecto de la interna, se espera menor consumo de harina de soja para la industria alimenticia, ante las consecuencias del coronavirus. Por otra parte, datos negativos vinculados a importaciones de China agregó ánimo bajista. Según trascendió, en marzo el gigante asiático habría importado 4,28 mill. tn. de soja. Esto es un 13% menos que en el mismo mes del año pasado y significa el volumen mensual más bajo en 5 años. Ingreso de la cosecha en Sudamérica, completa al panorama”.
En tanto el maíz “finalizó con retrocesos, bajo presión por la caída en la demanda interna en EE.UU. para la producción de etanol a base de maíz. Esto dejaría como saldo un aumento en stocks finales americanos para la actual campaña (53 mill. tn.). Se sigue de cerca el desarrollo de la cosecha en Sudamérica. En tanto, ayer el USDA publicó los primeros datos oficiales de avance de siembra en EE.UU. La misma, habría cubierto un 3% del área (en línea a lo esperado y al promedio histórico de avance)”, detalló la corredora de granos.
Por último el trigo “culminó con caídas, en un mercado dominado por amplios stocks mundiales pese a la activa demanda de importadores tradicionales. En EE.UU. el USDA mantuvo la cantidad de lotes de trigo de invierno que presentan condiciones buenas a excelentes en un 62%”, finaliza el análisis de Grassi sobre el cierre internacional de los mercados de granos.
Valores dispares en la plaza local
“En la rueda de hoy, el mercado de granos dio lugar a ofertas de compras bajistas para la soja y el maíz, y un número mayor de propuestas de compras por trigo de la nueva cosecha. Por soja, el valor de compra por la mercadería disponible cayó a U$S 200/t. Por su parte, el precio ofrecido por el maíz con entrega inmediata se deslizó a U$S 130/t, y la propuesta de compra por trigo Mayo alcanzó los U$S 195/t”, señaló la Bolsa de Comercio de Rosario.
En el mercado Matba – ROFEX, el contrato de Soja Mayo´20 opera a U$S 217.8/t.
En cuanto al mercado local, los precios ofrecidos fueron los siguientes:
– Por soja, disponible U$S 200/t.
– Por trigo, U$S 195/t Mayo, y U$S 165/t Diciembre.
– Por maíz, con descarga inmediata U$S 130, y U$S 121/t Julio.
– Por girasol, disponible U$S 240/t, y U$S 250/t Mayo.
– Por sorgo, no se registraron ofertas de compras.

Fuente: InfoCampo

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La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación continúa sus esfuerzos para contener el surgimiento de la langosta del desierto en África Oriental a pesar de las restricciones sobre el movimiento de personal y equipo como resultado de la pandemia de COVID-19. 
Asimismo, se espera que la lluvia generalizada en marzo produzca un aumento alarmante en el número de langostas en el este de África en los próximos meses en Etiopía , Kenia , Somalia , Sudán del Sur , Uganda y Tanzania, afectando la alimentación de de 20 millones de personas ya están experimentando una inseguridad alimentaria aguda y otros 15 millones en Yemen , que también está afectado por la plaga.
La FAO está aumentando los esfuerzos nacionales al proporcionar apoyo para la vigilancia , así como la fumigación aérea y terrestre que se realiza en 10 países afectados, aunque de los mayores en este momento es el suministro de pesticidas y tenemos demoras porque la carga aérea global se ha reducido significativamente.
“No hay una desaceleración significativa porque todos los países afectados que trabajan con la FAO consideran a las langostas del desierto una prioridad nacional”, señalaron desde la Organización. 
Tal compleja es la situación que la FAO desarrolló una app (elocust3m) para recopilar y coordinar datos sobre ubicaciones y etapas de la plaga. La información brindada por los usuarios ayudará para determinar la intervención aérea, vehicular o manual. 

 
 

Fuente: InfoCampo

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Cuando en el 2002 comenzamos a escribir sobre China y organizamos un tour a la nación asiática en el 2004 para más de 30 productores agropecuarios, nuestra convicción era que se hacía indispensable conocer al país que estaba por cambiar al mundo. La historia “reciente” de China arranca en 1949 con el triunfo de Mao Tse Tung sobre Chiang Kai Schek y la instauración del comunismo en el gigante asiático.
El fracaso estrepitoso de dicha idea se modifica cuando Deng Xiaoping toma el poder en 1978 y, manteniendo el sistema de partido único, con su famosa frase “no importa si el gato es blanco o negro sino que cace ratones”, lanza a China a la economía de mercado.
Desde entonces, rige el sistema de un país con un partido único en el poder (el Partido Comunista Chino lleva ya más de 70 años) con una economía de tinte capitalista. Y sobrevino la explosión que en pocos años fue posicionando a China como una creciente economía a nivel global, con tasas de crecimiento por décadas de su PBI nunca vistas en la historia moderna y contagiando a otros países del sudeste asiático.
Desde 1978 al 2018, China atrajo un total de 2 trillones de dólares en inversión extranjera directa para aprovechar esa apertura al mundo real. Casi 1 millón de empresas extranjeras se instalaron en ese período. En la actualidad, China comercializa con 230 países/regiones y tiene firmados 17 tratados de libre comercio. La educación se basa en un sistema meritocrático. En 1978, sólo el 2% de la población accedía a una educación superior. Hoy lo hace el 48%. En el ranking de “ambiente de negocios”, China escaló 32 puestos en el último año. Y tiene un superávit comercial anual con EE.UU. de nada más y nada menos que 375 mil millones de dólares (por ello la “guerra” de Trump).
Entre algunas de las “consecuencias” del crecimiento chino, podríamos afirmar que países de América Latina, Asia y África han visto mejorar sus “términos de intercambio” gracias a la voracidad china por materias primas, mientras que las economías desarrolladas han podido mantener bajo control la inflación debido a los bajos precios de las manufacturas chinas. ¿O no es así?
Un cambio de paradigmas a nivel mundial absolutamente tremendo y desafiante.
Así, por 19 años hemos estado interpretando que el mundo estaba asistiendo a un desafío por la hegemonía global al ingresar al siglo XXI. Bajo la convicción de que estábamos ante momentos “bisagra” en la historia de la humanidad.
Finalmente, comenzamos el 2020 con la novedad del coronavirus (Covid-19) y desde mediados de febrero el tema ha sido -naturalmente- excluyente. Ríos de tinta opinando, justificadamente, sobre las consecuencias del flagelo. Crecientes discusiones -también procedentes- sobre el dilema salud versus economía.
En fin, cuestiones vinculadas con las consecuencias del coronavirus.
También han surgido interrogantes: ¿fue un accidente?; ¿fue algo premeditado? ¿por China? ¿por EE.UU.? También estos interrogantes han sido planteados y son motivo de innumerables opiniones de muchos especialistas en temas vinculados con la geopolítica.
En fin, cuestiones también vinculadas con las causas del coronavirus.
Ahora, sería prudente pensar en las consecuencias de la causa.
Y no se trata de un juego de palabras. Hacemos referencia al mundo que sobrevendrá cuando se sepa (¿se sabrá alguna vez?) cuál fue la causa del flagelo.
El reconocido escritor Graham Allison (también asesor de la Secretaría de Defensa de los EE.UU. desde Reagan hasta Obama) en su libro Destined for War (Destinados a la guerra) se plantea si EE.UU. y China podrán “escapar” de la conocida trampa de Tucídides. La misma explica las casi inexorables consecuencias de un fenómeno tan viejo como la historia cuando una nación intenta desplazar a otra en la lucha por la hegemonía mundial. El fenómeno se he verificado 16 veces en la historia en los últimos 500 años. Doce veces se terminó en guerra, dice Allison. Su libro no pretende predecir el futuro, sólo quiere prevenirlo.
Al leer ese libro a fines del 2017, la primera pregunta fue instintiva: ¿hay lugar para una guerra convencional? La respuesta fue rápida: no. La consecuente e inevitable segunda pregunta fue: ¿será biológica?…
Aquí estamos hoy.
Cuando la cuestión sanitaria se vea superada y comiencen a multiplicarse las medidas para superar las consecuencias económicas globales del flagelo, ganará espacio el debate sobre las consecuencias de la causa.
Sobre las consecuencias del Covid-19 sobre la salud del planeta y/o sobre la economía mundial hemos escuchado y leído muchas e interesantes explicaciones.
Falta ahora ampliar el debate sobre la causa del flagelo, para luego opinar sobre las consecuencias de la misma.
Si la causa fue un accidente, la historia es una. Si no lo fue, las consecuencias de la causa abren tremendos interrogantes.
¿Podremos superar la trampa de Tucídides?
El mundo no será el mismo si se comprobara (¿se podrá?) la culpabilidad de una u otra nación. Podría reaparecer en su peor versión la guerra comercial EE.UU. vs China. Sin olvidar el tremendo déficit comercial de los estadounidenses y la encrucijada en que se verían muchos países de peso en el mundo a la hora de tomar partido por una parte o por la otra.
Comprenderemos entonces que estábamos, nomás, viviendo años “bisagra”. Ya el mundo no será el mismo y comprenderemos que comienza otra historia.
Seguramente, con desafíos más complejos que los imaginados.

Fuente: InfoCampo

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El riego es una tecnología pendiente en Argentina. Diversas jornadas y congresos destacaron que el país tiene potencial para triplicar su área de riego, aunque acá solo se supera el 5% de la superficie agropecuaria bajo riego. 
Justamente esta semana, la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa compartió los resultados de trabajo en Patagonia Norte, en los valles rionegrinos, a partir de aplicar riego en maíz, con sorprendentes picos de rendimientos de 18 toneladas por hectárea.
Uno de las tecnologías de riego más segura y eficiente, pero también la mas cara, es la sistematización del campo con riego subterráneo por goteo.  
Un video compartido en redes sociales por un productor norteamericano muestra el trabajo de un tánden, tráctor para excavadora que instala la cañería de riego, y se destaca la velocidad del trabajo: en un solo un día realizó 122 kilómetros de cañerías de 10 centímetros de diámetro. Sorprendente. Miralo.
MIRA LOS VIDEOS

40,400 feet of 4” tile installed today. pic.twitter.com/uTfC7RagfK
— Chris Plunk (@cplunk4) April 3, 2020

Install day. pic.twitter.com/mEZEDIYJsy
— Chris Plunk (@cplunk4) April 2, 2020

Fuente: InfoCampo

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Tras una reunión con el presidente Luis Lacalle Pou, gremiales del sector agropecuario de Uruguay anunciaron que donarán más de US$ 100 millones para la lucha contra el coronavirus.
Así lo adelantó la Asociación Rural del Uruguay (ARU), cuyo presidente, Gabriel Capurro explicó que se trata de una iniciativa consensuada entre las instituciones que se basa en renunciar al crédito fiscal que poseen los productores ganaderos por la venta de semovientes, que les llega a través de un descuento en el BPS (par de la Anses en Argentina) que ronda los US$ 40 millones.
Paralelamente, las entidades acordaron disponer de algunos fondos del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y el Instituto Nacional de Carnes (INAC). “Para fortalecer el fondo se estima una contribución de US$ 20 millones que vendría del INAC y otra de otros US$ 40 millones del INIA, que el gobierno debería integrar pero que sugerimos sean derivados al Fondo Coronavirus”, explicó Capurro en una rueda de prensa en el país vecino.
En ese sentido, el dirigente remarcó que los US$ 40 millones se generarán durante un año, mientras que el dinero correspondiente al INAC y al INIA son “de inmediata disponibilidad“.
“La contribución del 1% va a ser a partir del 1 de mayo en todas las ventas de ganado. Por lo tanto, es en el transcurso del año en la medida en que contribuyen todas las ventas de ganado a frigoríficos, más todas las ventas en las ferias, más todas las transacciones particulares, más las exportaciones en pie”, detalló.

Fuente: InfoCampo

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