El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) implementó una herramienta digital al sistema de detección de moscas con un código QR para cada trampa colocada en la región del NEA.
En el marco del Programa Nacional de Control y Erradicación de Mosca de los Frutos (PROCEM), los encargados de realizar las revisiones semanales de trampas y el muestreo de frutos tienen la posibilidad de registrar todos los datos referidos a las actividades a campo directamente en el celular con una aplicación, sin necesidad de transportar planillas en papel.
A partir de la lectura del código QR asociado a cada trampa, el monitoreador identifica la trampa e informa sus novedades, y en ese momento queda registrada la fecha, hora y geolocalización de la actividad que se realizó.
“Esta nueva tecnología facilita y agiliza el trabajo a campo. Los datos recolectados se vinculan de forma automática con el sistema informático del Procem para consolidar la información, determinar los niveles poblacionales de la plaga a nivel regional y generar indicadores de gestión“, explicaron desde el Senasa.
El sistema comenzó a implementarse en fase de prueba en la zona, donde actualmente se cuenta con más de 1.400 trampas activas que monitorean la presencia de la plaga sobre alrededor de 80 mil hectáreas de cítricos dulces y arándanos, ubicados dentro del denominado macizo frutícola, desde Monte Caseros, en Corrientes, hasta Concordia, en Entre Ríos.

Fuente: InfoCampo

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La siembra de trigo está próxima a comenzar y todos los factores se combinan en un viento de cola que empuja proyecciones optimistas para el cereal. Con una buena recarga de humedad de los suelos y precios a cosecha altos, la siembra crecerá tres por ciento hasta 6,8 millones de hectáreas y la cosecha podría alcanzar un récord de 21 millones de toneladas, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Para lograr ese objetivo, más allá de que las lluvias y las temperaturas acompañen el desarrollo de la campaña, será fundamental mantener la inversión en tecnología para mantener “a raya” a las principales amenazas que puede tener el cereal.
En el caso de las malezas, por ejemplo, el gerente de herbicidas de FMC, Juan Caporicci, afirma que las que provocan mayores problemas en el trigo son Conyza (en toda la superficie argentina), Lolium (en casi toda la provincia de Buenos Aires y sur de Santa Fe y Entre Ríos) y el complejo de crucíferas (en el sur bonaerense). La recomendación de FMC es una combinación de los herbicidas Finesse y Shark para estar protegidos a lo largo de toda la campaña.
Finesse es un pre emergente con alto contenido residual capaz de un control efectivo en Conyza y con acción positiva también en Lolium. Para las crucíferas, en tanto, Shark es un post emergente también con elevado poder de rescate. Para el Ing. Agr. Caporicci, un factor a tener en cuenta es que la utilización de estos herbicidas tiene un bajo costo en relación a los beneficios que traen en la protección de los rendimientos. “En el caso de Conyza, con 50 kilos de trigo puede pagarse la aplicación de un herbicida residual que cubre desde la siembra hasta la cosecha. Son 50 kilos que no se pierden; la maleza, si no se controla, seguro se lleva mucho más del rendimiento”, afirma Caporicci.
Semillas curadas
Otro aspecto clave para lograr una campaña con buenos indicadores es lograr que las semillas germinen en el tiempo y las formas esperadas. Para ello, Matías Retamal, gerente de fungicidas y de tratamientos de semillas de FMC, asegura que es fundamental hacer un análisis de calidad antes de la siembra, buscando prever qué patógenos podrían estar presentes tanto en la parte externa como interna de la semilla y que podrían afectar a la planta durante su desarrollo.
Estos análisis, según Retamal, son los que permiten seleccionar el modo de acción indicado. En el caso de FMC, la recomendación es “curar” con Rovral + Vincit: una combinación de fungicida de contacto con otro sistémico, que permiten una acción integral, tanto en el exterior como en el interior de la semilla.
Luego, en enfermedades foliares, Retamal aconseja estar atentos a monitoreos tempranos para decidir la mejor estrategia de control. En este caso, los productos son Rubric Max, que se recomienda una dosis de entre 400 y 500 centímetros cúbicos por hectárea; y Nanok (entre 600 y 700 centímetros cúbicos). Un aspecto muy importante es que los productores tienen conciencia plena de la importancia de aplicar estos terápicos.
“El 90 por ciento de la superficie sembrada tiene curasemillas. En general, si no se utilizan, las pérdidas que pueden sufrirse por la acción de enfermedades rondan entre 25 y 30 por ciento. Y pueden ser mucho peores en casos de severidad alta”, destaca el agrónomo.  En paralelo, Retamal también sugiere el uso del emulsionante orgánico Biofusión, que actúa como coadyuvante favoreciendo una aplicación eficiente, que ingrese de manera correcta a la hoja. “Se puede mezclar en cualquier caldo y no tiene derivados químicos. Es una solución integrada para cualquier tipo de aplicación con poder emulsionante, penetrante y tensioactivo, entre otros beneficios”.
FMC es una compañía internacional de ciencias del agro, dedicada al desarrollo tecnológico y a la innovación en protección de cultivos, con presencia en más de 40 países y 130 años de trayectoria. Actualmente, se posiciona a nivel mundial como la 5° compañía de defensivos agrícolas y la 1° empresa química dedicada exclusivamente a la protección de cultivos. Con un portfolio altamente innovador, cuenta con 22 centros de Investigación y Desarrollo en todo el mundo y trabaja diariamente para llevar soluciones al campo y estar más cerca de los productores. FMC Argentina posee oficinas en la Ciudad de Buenos Aires y lidera la actividad en la región del Cono Sur, que comprende además a Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia.

Fuente: InfoCampo

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La brecha de precios para el promedio de los 25 principales productos agropecuarios que mide CAME cortó una racha de tres meses en baja, para subir 9,2% en abril y ubicarse en el segundo valor más alto del año, comunicaron desde la entidad. 
El aumento se explica porque los precios de destino subieron muy por encima de los precios al productor. En el caso de las frutas y verduras, esa diferencia entre el campo y la góndola creció hasta un 11,75%. 
De esta forma, la participación del productor en el precio final descendió a 24,3%, es decir, 6,2% debajo de marzo.
Por el lado del índice agrícola la suba fue del 9,2% y la brecha para esos productos promedió en 5,07 veces. En el caso del ganadero también aumentó 9,2% y la brecha fue de 3,7 veces. 
Por el lado de los productos frutihortícolas, la naranja, cuya brecha había caído 72,3% en marzo, creció 119,6% en abril, seguida por el repollo (+33,9%) y el brócoli (+29,6%).
Mirá también Enojo de las entidades por los créditos: “El campo se pone en sus espaldas una vez más a la Argentina”
Con este contexto, los consumidores pagaron 4,8 veces más de lo que cobró el productor por los productos en la tranquera de sus campos, cuando en marzo la diferencia fue de 4,4 veces y en febrero de 4,7.
De acuerdo a los datos de CAME, hubo 9 productos con bajas de brechas y 16 con alzas, y las subas superaron además a la magnitud de las bajas. 
Estos datos surgen del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD), que elabora el sector de Economías Regionales de CAME, en base a precios diarios online de los principales supermercados del país, más de 700 precios de verdulerías y mercados para cada producto
 

Fuente: InfoCampo

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Después de la comunicación del Banco Central, las entidades del sector agropecuario salieron a responder y criticaron duramente la decisión.
Tras las críticas de la Rural de Río Cuarto, que dijo que la medida es “arbitraria y discriminatoria”, CRA y Carbap siguieron esa línea y expresaron su preocupación por el no otorgamiento de créditos subsidiados al 24% a productores que retengan más del 5% de su cosecha de soja y/o trigo.
“Las pymes agropecuarias que pretendan aspirar a un crédito a dicha tasa deben vender casi la totalidad de su cosecha de trigo y/o soja, y no mantener granos almacenados en acopios o silos bolsa. Y en el caso de las compañías grandes, las que no hayan comercializado el 95% de su cosecha, se les incrementará la exigencia de capital mínimo por riesgo de crédito de toda financiación”, analizó la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa.
Para la entidad, se trata de una medida “disparatada”, que en plena siembra de trigo, trae a la memoria del productor “medidas similares tomadas en 2014 y con pésimos resultados para el país”. “¿Acaso el Gobierno Nacional piensa que la normalización del país post pandemia se podrá realizar sin tener en pleno funcionamiento y con la necesaria financiación al sector que más divisas entrega a las arcas del Estado?”, disparó.
CRA, por su parte, consideró que con esta medida, el campo “se pone en sus espaldas una vez más a la Argentina“. 
En un repaso por las últimas noticias del sector, CRA recordó que desde el Gobierno se habló de la posibilidad de falta de trigo en diciembre, y hubo versiones de que en enero habrá que cerrar la exportación de carne, así como también circuló el retorno de un proyecto de Junta Nacional de Granos, además de las idas y vueltas con el Mercosur. “Una tras otra, la cadena de desaciertos, yerros y errores de diagnósticos, sea por falta de conocimientos del sector, por idoneidad o por intencionalidad, se van acumulando uno tras otro sumando incertidumbre al único sector activo de la economía“, analizó.
“El propio Ministerio de Agricultura de la Nación indica que la liquidación de cereales y oleaginosas en su comparativa interanual rubrica una brecha positiva de diez puntos (48% vs 38% del año anterior), que ya se liquidó, anticipadamente una proporción grande de la cosecha; y es que el campo responde con intención de siembra, con cosecha y con recursos, manteniendo vivo el pujante corazón de nuestro interior productivo. Basta solo andar por las rutas de nuestro país para ver camiones, cosechadoras, tolvas y todo el andamiaje productivo del sector en movimiento”, destacó la entidad.
En tanto, se quejó de que se cortó el crédito pero apareció un DIVA (depósito de interés variable), un “Plazo Fijo a Valor Producto”, y simultáneamente, aseguró que llegan comunicaciones de corredores y exportadores “solicitando la pesificación inmediata de los contratos de venta de cereales y oleaginosas”.

Fuente: InfoCampo

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