Un trabajo de la Sociedad Rural de Jesús María marca las diferencias entre ambas actividades.
Fuente: Clarín Rural
Un trabajo de la Sociedad Rural de Jesús María marca las diferencias entre ambas actividades.
Fuente: Clarín Rural
Fuente: La Nación
Fuente: La Nación
Si bien el conflicto se inició apenas comenzó la pandemia de coronavirus, hoy los productores de maní de Córdoba están muy preocupados porque no les dejan levantar la cosecha en San Luis.
El cierre total de la provincia afecta fuertemente a los consorcios de siembra cordobeses, y muchos temen perder toda la producción.
“Es muy importante que se conozca la situación. No están dejando levantar la cosecha aún teniendo todo en regla. Es una locura, se va perder todo“, le dijo a Infocampo un consultor de la zona que no quiso dar su nombre.
La situación, según explicó el empresario, se da desde hace más de 15 días.
Mientras tanto, el transporte de carga también registra complicaciones en la provincia que gobierna Alberto Rodríguez Sáa. Es que en las últimas horas se activó el protocolo sanitario por la detección de un caso sospechoso de coronavirus en el Centro de Transferencia de Cargas.
Si bien el conductor fue aislado hasta que se conozca su diagnóstico, los trabajadores del sector que residen en San Luis deben someterse de todas formas al aislamiento en distintos puntos de descarga (Autódromo Rosendo Hernández, ZAL en Villa Mercedes, terminal de ómnibus de Buena Esperanza o el Aeropuerto Internacional Valle del Conlara) y no pueden regresar a sus hogares entre viaje y viaje.
En concreto, los camioneros que ingresan a la provincia están obligados a quedarse 24 horas en alguno de los puntos y, si decidieran permanecer en territorio puntano, tienen que realizar luego una cuarentena de 14 días donde lo decidan las autoridades provinciales.
En una protesta anoche frente a la ZAL, el Sindicato de Camioneros de San Luis solicitó testeos rápidos y amenazó con paralizar el transporte de carga en la provincia.
“Los camioneros son encerrados en la ZAL bajo condiciones inhumanas“, aseguraron los gremialistas.
Fuente: InfoCampo
El proyecto propone la implementación de huertas públicas agroecológicas en espacios disponibles de la Ciudad de Buenos Aires, que serán gestionadas tanto por el Estado como por organizaciones de la sociedad civil, para desarrollar la agroecología urbana, fortalecer la educación ambiental y generar alimentos frescos, sanos y diversos.
La iniciativa surgió del colectivo Reciclador Urbano, acompañado por interhuertas, diversos espacios e instituciones de la Ciudad, y coordinado con la legisladora Cecilia Segura (FdT) para su presentación en la legislatura porteña, con el acompañamiento de sus pares del bloque Frente de Todos.
“Las huertas públicas agroecológicas contribuyen al proceso de enseñanza-aprendizaje ambiental y productivo de los alimentos en un entorno urbano”, aseguraron desde el proyecto.
En ese sentido, la propuesta prevé la realización de talleres y cursos de formación para que estudiantes y todos los vecinos y vecinas que lo deseen puedan conocer y aprender los procesos involucrados en la producción de los alimentos que consumen a diario, desde un aspecto más experiencial del entorno, la ecología y los desperdicios de comida.
Además, “participar del proceso de compostaje y reutilización circular contribuye a una mayor toma de conciencia ambiental”, señalaron los especialistas.
La vicepresidenta de la Comisión de Ambiente de la legislatura porteña, Segura, sostuvo que “resulta fundamental apoyar la iniciativa de las organizaciones que vienen desarrollando huertas agroecológicas en la Ciudad e incorporar sus saberes y experiencia para impulsar políticas públicas destinadas al cuidado del ambiente y la generación de hábitos saludables de vida”.
“La crisis sanitaria que estamos atravesando nos demuestra la importancia de proteger nuestro hábitat y de poder autoproducir alimentos para atender, en la mayor medida posible, la seguridad alimentaria y nutricional de la población”, expresó Segura.
Fuente: InfoCampo
Fuente: La Nación
La cosecha récord de la última campaña permite que no haya problemas para garantizar el abastecimiento interno mientras permanece activo el comercio exterior.
Fuente: Clarín Rural
La disponibilidad de agua en el suelo siempre es un tema crítico. A veces, los tiempos apremian y no se puede respetar la realización de un muestreo, el envío al laboratorio y la espera de los resultados.
Por eso, desde el área de suelos de INTA Coronel Suárez, el equipo de suelos, liderado por Alberto Quiroga, diseñaron un método de estimación que le permite al productor determinar la humedad del suelo, de manera manual y muy rápidamente.
Gracias a esta posibilidad se pueden ir tomando algunas decisiones generales, como planificar un cultivo con un rinde medio a bueno y poner en marcha el resto de la tecnología: genética, control de malezas, prever enfermedades y nutrición, mientras se espera el resultado final de los análisis de suelo.
Primero, hay que proceder a la estandarización.
Familiarizarse al tacto con tres tipos de suelos de textura diferente y los más comunes en la Región Pampeana: arenosos 80%-90% (textura gruesa), francos 40%-50% (textura fina) y suelos de textura intermedia, entre los intermedios.
Reconocer los suelos en seco (diferencias texturales) y luego en tres estados de humedad, correspondientes a 0, 50 y 100% de agua útil.
Al tacto, groseramente, destacan los expertos, los suelos arenosos se comportan es como tocar granos de arroz; un suelo franco, de textura media, como polenta, y un suelo fino como harina o maicena”
Luego de esta identificación generalizada, hay que sacar muestras con barreno cada 20 centímetros hasta la tosca y calcular cuántos milímetros de agua tiene cada capa y obtener el volumen total en el perfil.
A modo de ejemplo, “lo importante es reconocer al tacto, los distintos contenidos de limo, arena y arcilla. Un suelo arenoso que puede retener -en 1 metro de profundidad- 60 milímetros de agua”, dicen desde el área de suelos, para tener como parámetro.
Fuente: InfoCampo
Fuente: La Nación
La vaca regular a buena perdió algo de terreno.
Fuente: Clarín Rural