Fuente: La Nación
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En 2019, los embarques argentinos sumaron 36.089 toneladas por un valor total de 73,4 millones de dólares. El país es el tercero con mayor crecimiento en los últimos 5 años.
Fuente: Clarín Rural
Fuente: La Nación
Las energías renovables son un recurso cada vez más valorado a nivel mundial y en Argentina. Tanto en residencias como en la industria, la apuesta por la sustentabilidad está en crecimiento y se estima que en el futuro serán más quienes opten por este tipo de soluciones para cubrir las necesidades de los distintos sectores.
En ese marco, Sustentator, la empresa líder en tecnologías renovables en el país, ofrece productos tanto para hogares como para grandes proyectos e industrias, donde el sector agropecuario juega un rol importante.
¿Qué hacer para comenzar?
Las opciones para las empresas del agro son varias: desde kits de energía fotovoltaica, que transforman la radiación solar en electricidad mediante diferentes modelos; termos solares de energía térmica, que se utiliza en general para el agua caliente; y la aerotermia, que logra la mayor transferencia térmica de energía entre el interior y el exterior y es la solución energética que se utiliza en la mayoría de empresas.
Las tres opciones generan un importante ahorro económico y no contaminan.
En el caso específico de los paneles solares, la energía es inagotable porque se genera a través del sol (salga o no), y garantizan autonomía ante los cortes de luz; se entregan prearmados y son simples de instalar y no hacen ruido.
Desde Sustentator, que ya cuenta con 10 años de trayectoria y hoy es una compañía del grupo YPF, los ofrecen con o sin baterías, donde la elección dependerá de si se instalarán en lugares con red eléctrica o no, o si será en zonas con cortes muy frecuentes.
Asimismo, existe la opción de adquirir sistemas de bombeo solar, que reemplazan molinos mecánicos o bombas a gasoil. Estos modelos son ideales para campos u hogares aislados de la red eléctrica.
“La fascinación que las nuevas tecnologías ejercen sobre la gente común nos lleva a pensar que empleándolas pueden terminarse todos los males del mundo, ganar humanidad, vivir sosteniblemente y ser mejores en todo. No es así, si esperamos todo esto de golpe e inmediatamente. Pero si una empresa, empleando las más avanzadas tecnologías es capaz de mejorar la vida de una persona a la vez, sin pausa, el cambio será tan grande y multiplicador que el mundo pronto verá la diferencia“, expresaron desde la compañía, que participó este año por primera vez de Expoagro en San Nicolás.
El stand de Sustentator en Expoagro 2020
Fuente: InfoCampo
Se repartieron más de 17.800 guantes y 8.900 barbijos, en un operativo conjunto de la Asociación Forestal Argentina y el Ministerio de Agricultura.
Fuente: Clarín Rural
Con el objetivo de impulsar la sustentabilidad en las producciones agrícolas y, en esta línea, disminuir el uso de fertilizantes inorgánicos y fitosanitarios, técnicos del INTA y el Instituto Agrotécnico “Pedro M. Fuentes Godo”, dependiente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), evaluaron la incorporación de Bokashi, un biopreparado agroecológico.
Eda Avico, investigadora del INTA de Colonia Benítez de Chaco, confirmó el efecto positivo de aplicar este abono en el cultivo de mamón. “Los resultados preliminares, realizados por el laboratorio de Suelos del Instituto Agrotécnico, muestran que donde se ha aplicado Bokashi hay un incremento en nutrientes como Calcio, Potasio y Magnesio”, señaló.
Además, Avico expresó que “esta tendencia también se observa en los rendimientos del mamón, en el número y peso de frutos con destino a elaboración de dulces y consumo en fresco” y que en el cultivo de rúcula también obtuvieron mejores rendimientos con el aporte de Bokashi.
El Bokashi, término del idioma japonés que significa abono orgánico fermentado, es ampliamente utilizado en las producciones agroecológicas y surge como una alternativa sustentable para la producción frutihortícola del Chaco, explicó Ramiro Monteros Solito, investigador del INTA en Colonia Benítez. “Es un biopreparado sólido fermentado aeróbico resultante de la descomposición natural de la materia orgánica por acción de los microorganismos”, indicó.
Para Cristina Sotelo, investigadora del Instituto Agrotécnico “Pedro M. Fuentes Godo” de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE, “resulta clave el manejo, conservación y recuperación de suelos del nordeste argentino” y destacó que “uno de los objetivos de la producción sustentable es disminuir gradualmente el uso de fertilizantes inorgánicos y fitosanitarios”.
En este sentido, y de manera interinstitucional, se realizan ensayos destinados a recuperar el suelo de la región con prácticas sustentables como ser abonos verdes, biofertilización y abonos orgánicos.
“Emplear Bokashi en las producciones tiene numerosas ventajas entre las que se destaca el aporte de una gran cantidad de microorganismos al suelo, que brindan mejores condiciones de sanidad y aumentan intensamente la actividad biológica, lo que disminuye las enfermedades en los cultivos”, subrayó Sotelo. Además, aseguró que “este abono le suministra a la planta los microelementos en forma soluble y en un ambiente biológicamente favorable”.
Cómo preparar Bokashi
Monteros Solito considera que el Bokashi surge como alternativa sustentable que puede ser preparado por los productores con ingredientes a su alcance. Y, en este punto, detalló que para lograr una correcta elaboración es necesario contar con materia vegetal, mineral y microorganismos.
Con respecto a la materia vegetal, el investigador del INTA detalló que se puede utilizar cualquier material picado en un tamaño relativamente pequeño que facilite el proceso, pueden ser, hojas secas de árboles o frutales, pasto seco, paja seca, cascara de arroz, afrecho de arroz, restos de cultivos, carbonilla, entre otros. Para cubrir el requerimiento mineral, será necesario sumar tierra, cenizas de madera o cal de construcción.
En cuanto a los microorganismos, Monteros Solito especificó que el estiércol de vaca fresco aporta microorganismos vivos para el proceso de fermentación. Además, reconoció que “es la principal fuente de nitrógeno, mejora la calidad y la fertilidad de la tierra, al tiempo que aporta algunos nutrientes como, fósforo, potasio, calcio, magnesio, entre otros”.
A su vez, destacó el rol de la levadura como activador de la fermentación y el de las hojarascas de monte (mantillo), ambos considerados ingredientes que también aportan microorganismos.
Consejos para su elaboración
Para su preparación, Monteros Solito recomendó “realizar todo el proceso en un lugar techado y con piso firme, donde no se acumule agua de lluvia”. A su vez, aconsejó apilar todos los ingredientes en un espacio de, por lo menos, 1 metro cúbico a fin de poder cumplir el ciclo de fermentación y elevación de temperatura.
“Los ingredientes se agregan por capas, que se van mojando con agua. Una vez que se colocan todos los ingredientes, se mezclan con pala para homogenizar, airear y humedecer, si hiciera falta”, explicó el especialista del INTA Colonia Benítez. La pila debe elevar su temperatura por acción de la actividad de los microorganismos a 60º C, a partir de allí se enfría revolviendo sin agregar agua.
A los 21 días aproximadamente, cuando la pila tiene la misma temperatura que el ambiente y bajó considerablemente su volumen, está listo para ser usado.
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Consumo y vaca selectivos.
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Fuente: La Nación
Empresas agroexportadoras liquidaron en mayo un total de US$ 1.945.672.172, lo que se traduce en una suba del 27,6% en relación a abril.
Los datos le corresponden a la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), que representan el 40% de las exportaciones argentinas.
De todas maneras, las entidades remarcaron que la suma es 18,7% menor en la comparación con igual período de 2019, como consecuencia de que la producción adelantó ventas netas de granos por US$ 4.600 millones durante noviembre y diciembre de 2019, cuando se dio un incremento interanual del 84%, de acuerdo a un reciente informe del Banco Central.
De esta manera, el monto liquidado desde comienzos de año asciende a US$ 6.963.259.090, que resultó inferior en el 18% al acumulado en los primeros cinco meses del año pasado.
“Otros factores que influyeron en ese resultado durante el período es la caída internacional de precios de los commodities, aceites y sus derivados industrializados por la extensión del COVID-19, la histórica y profunda bajante del río Paraná que dificulta el tránsito y la carga de buques en la zona del Gran Rosario, la ralentización de las operaciones por el aislamiento social obligatorio establecido por el Gobierno Nacional desde el 20 de marzo, así como la incertidumbre financiera y comercial internacional debido a la pandemia en todo el mundo”, analizaron Ciara y Cec.
Fuente: InfoCampo
Hasta hace diez años, apostar al kiwi era un acto de fe, hoy los números demuestran que es negocio, hay mercados y conocimiento de cómo hacerlo, pero falta crédito.
Fuente: Clarín Rural