La ganadería es una de las actividades más afectadas en el sur del país por las inclemencias climáticas que azotan la región a lo largo de las últimas semanas.
Las provincias de la Patagonia afrontan condiciones extremas debido a las intensas nevadas, que en algunos lugares ya alcanzó el medio metro de altura en superficie. Esto constituye un problema severo para la alimentación del ganado, principalmente ovino y bovino.
Ante la situación, la Federación de Instituciones Agropecuarias (FIAS) de Santa Cruz y el Consejo Agrario Provincial (CAP) gestionaron la llegada de 100 toneladas de alimento para distintas estancias de la provincia, provistas desde Córdoba y Buenos Aires, mientras se aguarda sanción de la emergencia agropecuaria.
Los animales impacientes ante la llegada de alimento dado que la nieve cubrió los pastizales.
TRABAJO EN CONJUNTO
En tanto, el presidente de la FIAS, Miguel OByrne, manifestó que “se esperan dos camiones de 28 toneladas cada uno con alimento desde Córdoba, el cual es comprimido en un peletizado para no ser transportado con un gran volumen”.
“Hay más donaciones que nos enviarán desde Buenos Aires. Un camión entero de maíz a granel, esto es pura energía para los animales”, resaltó el presidente de la FIAS.
“Es una gran ayuda que recibimos por la solidaridad, nos coloca en un escenario muy distinto al que transitamos”, explicó OByrne, y concluyó: “La dificultad es coordinar el envío. Buscamos que los alimentos lleguen a un punto específico para ir a buscarlos y luego distribuirlos entre las localidades”.

Fuente: InfoCampo

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El devenir de una serie de medidas ambientales de la Unión Europea que, tarde o temprano impactarían sobre cuestiones comerciales, se inició a finales del año pasado y llevó a un desenlace recientemente.
Por entonces, a finales de 2019, el “Acuerdo Verde Europeo” (en inglés, European Union Green Deal) estableció cómo procederá Europa para convertirse en el primer continente neutral para el clima hacia el 2050.
Bajo ese programa, trazó un nueva estrategia de crecimiento sostenible, impulsando la economía, la mejorar la salud y la calidad de vida de las personas, el cuidado de la naturaleza, sin dejar a nadie detrás. 
En estas condiciones, los agricultores europeos deberán empezar a ajustarse a una serie de normas ambientales para la producción de alimentos y ser ambientalemente sostenibles. 
Con la irrupción de la pandemia del Covid-19, que derivó en la detención de muchos procesos industriales, en Europa tomaron real dimensión de los daños ambientales que estaban causando y el consecuente impacto que tendría la aplicación del Acuerdo Verde. 
En este sentido, especifican: “La pandemia nos hizo muy conscientes de las interrelaciones entre nuestra salud, ecosistemas, cadenas de suministro, consumo y patrones, y límites planetarios. Está claro que tenemos que hacer mucho más para mantenernos a nosotros mismos y al planeta saludable”.
Entonces, a mediados de mayo, la Comisión Europea finalmente selló los lineamientos de lo que llamó  “Farm to Fork Strategy” (F2F) (La estrategia del campo al plato), que simboliza un nuevo enfoque integral sobre la valoración de la sostenibilidad y la creación de un entorno alimentario favorable. Al respecto, la noticia más reciente es que la Comisión aprobó definitivamente este plan. 
Uno de los objetivos trazados dentro de este F2F, que se pondrá en marcha desde septiembre de 2020, es un plan para 2030 para reducir las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) en un 50%-55% en comparación con los niveles de 1990.
“Hay una urgente necesidad de reducir la dependencia de pesticidas y antimicrobianos, reducir el exceso de fertilización, aumentar agricultura orgánica, mejorar el bienestar animal y revertir la pérdida de biodiversidad”, dice el documento F2F.
De esta forma, estas decisiones sustentables implicarán en un aumento de los costos productivos para los productores europeos, que terminan afectando su competitividad comercial.
Por ello, ya se sabe que los proveedores alimentarios de la UE deberán cumplir con los mismos parámetros que la Comisión le exige a sus productores, alterando prontamente las condiciones comerciales. 
EL CASO ARGENTINO
Considerando esto, el asesor en cultivos especiales y desarrollador de la plataforma AgTrace, que permite agregar a trazabilidad a la cadena productiva de once cultivos, dialoga con Infocampo.
“Sin dudas, esta decisión europea terminará complicando la gestión comercial de muchos continentes que abastecen de mercadería al continente”, explica. 
Por ello, los agricultores tienen que estar preparados y familiarizarse cada vez más con la información de los cultivos que producen. 
Al respecto, comenta que AgTrace representa un aliado para llevar adelante esta gestión ya que, por ejemplo, activa alarmas de riesgos sobre los registros máximos de residuos, en función del mercado comercial al que se destina la mercadería. 
“Al ser una plataforma multidestino permite cargar, a modo de ejemplo, la aplicación de un fitosanitario sobre un lote y una variedad dada, en función de eso, el software te avisa la divergencia entre los registos sanitarios argentinos  y los europeos. Según esto se termina armando la trazabilidad de un producto para dar fe a un comprador que la mercadería fue producida bajo las mismas normas que ellos exigen a sus productores”, sostiene Poletti. 
 
 

Fuente: InfoCampo

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Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la cosecha de maíz 2019/20 ya está casi finalizada. En este contexto, los productores ya comienzan a hacer sus cálculos y a pensar las estrategias productivas que adoptarán para la siembra 2020/21, que comenzará con los primeros planteos tempranos entre fines de septiembre y principios de octubre.
Una de esas estrategias que comienza a diagramarse es la de fertilización: el maíz es uno de los cultivos que mejor responde al aporte de nutrientes; devuelve esa inversión con una mejora de los rindes.
Como la implantación está a un mes de comenzar, incluir “arrancadores” a la siembra es una de las alternativas para lograr este salto productivo.
Compo Expert, por ejemplo, propone el uso de Easy Start: un microgranulado de entre 0,5 y 1,5 milímetros que se incorpora en la línea de siembra y que si bien está elaborado sobre la base de fósforo y nitrógeno, también posee hierro, zinc y manganeso.
Según Edgardo Arévalo, Gerente de Desarrollo de la firma para Latinoamérica, la principal ventaja de este arrancador es que al ser microgranulado se solubidiliza más rápido, lo que significa que necesita menos agua para que el nutriente se incorpore al suelo.
Se trata de un factor clave en el marco de una campaña que muestra un marcado déficit hídrico, con vastas zonas del país que llevan tres meses sin una gota de agua.
“Las plantas requieren 16 elementos y los fundamentales son nitrógeno y fósforo, que son los que están más deficientes en los suelos argentinos. Easy Start lo que hace es una rápida entrega de fósforo que es fundamental para lograr mayor eficiencia: ese mineral es clave para la planta, es el transportador de energía que tiene el cultivo”, subraya Arévalo.
Uno de los beneficios que genera el fósforo es similar al del zinc: un mayor desarrollo radicular. “Ese mayor volumen de exploración bajo tierra mejora el uso del agua y de los nutrientes que aporta el suelo”, agrega el asesor de Compo Expert.

Planteo
La recomendación es usar entre 20 y 40 kilogramos por hectárea, lo que garantiza escalar de manera significativa en los rendimientos.
Según ensayos realizados en el INTA Pergamino, maíces alimentados con Easy Start alcanzaron 12.135 kilogramos por hectárea, por encima de los 10.834 kilos de un lote testigo sin tratamiento nutricional y de los 11.881 kilos logrados con una fertilización tradicional con 100 kilos de fosfato monoamónico (MAP).
Estos valores pueden incrementarse aún más si se utiliza el Pack Nutrition que recomienda Compo Expert y que adiciona aplicaciones foliares de Basfoliar Zinc 75 y de Basfoliar Kelp (bioestimulante a base de extractos de algas), en la cuarta a sexta hoja del cultivo. “Esto permite suplir la demanda de zinc y lograr una bioestimulación del cultivo en las etapas de máximo crecimiento”, resume Arévalo.
En este caso, los ensayos realizados desde 2005 hasta hoy muestran que los rindes crecen en 884 kilos por hectárea, lo que significa entre siete y diez por ciento más, dependiendo de los ambientes en que se haya sembrado el cereal.

Fuente: InfoCampo

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A cuatro horas del encuentro, el Gobierno Nacional canceló la reunión entre Alberto Fernández y cinco referentes del Consejo Agroindustrial Argentino.
“El encuentro en la Quinta de Olivos se posterga hasta pronto”, le dijeron a los dirigentes rurales desde Presidencia.
Según explicaron, los motivos tienen que ver con el acuerdo con los acreedores por la deuda externa.
Dardo Chiesa, coordinador de la Mesa de las Carnes, y Gustavo Idígoras, presidente de CIARA-CEC, confirmaron a Infocampo que el encuentro no será este martes y que, según prometió el Gobierno, se hará en los próximos días.

Fuente: InfoCampo

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