El clima no está siendo un aliado de la campaña invernal 2020/21: la falta de lluvias ha reducido las perspectivas productivas en gran parte del país y a eso se sumó una fuerte ola de heladas que ha dejado daños en lotes de la zona núcleo nacional. Sin embargo, no todas son malas noticias para trigo y cebada: este escenario climático permite frenar la proliferación de enfermedades, como manchas y royas.
“Estamos detectando pústulas en muchos lotes, pero aún no hay progreso de la enfermedad. Hay roya de la hoja y roya amarilla, pero los trigos aún están muy chiquitos, con escaso desarrollo. El clima está muy seco y eso ayuda a que el panorama todavía no esté complicado”, destaca Lucrecia Couretot, experta en fitopatología del INTA Pergamino. Para Couretot, un problema es que el 80 por ciento de las variedades sembradas en Argentina son susceptibles a la roya; por eso, están dadas todas las condiciones para que haya una epidemia si llegan lluvias y levantan un poco las temperaturas.
La ingeniera agrónoma recomendó, bajo este panorama, monitoreos cada una semana en los que se releve la incidencia; es decir, cantidad de hojas afectadas sobre hojas totales. “Por ahora, estamos con una incidencia baja, de entre 2 y 3 %. Para roya, hay que esperar que llegue a entre 7 y 12 % para decidir aplicaciones. Para manchas, entre 15 y 30 %. Siempre dependiendo de la situación del lote, el cultivo antecesor, la variedad sembrada y las condiciones ambientales”, enumera.
No realizar a tiempo los monitoreos y, en consecuencia, las aplicaciones, no es gratuito: por cada 1% de severidad, la roya de la hoja resta 50 kilos de rinde; la amarilla, 70 kilos; y las manchas, entre 20 y 35 kilos.
Ing. Agr. Lucrecia Couretot. EEA INTA Pergamino, Gerente Fungicidas FMC
Tratamientos
Según la experta del INTA, para decidir el tratamiento químico hay que tener en cuenta, entre otros factores importantes, los estadios en que se encuentran los lotes. “Primero hay que intentar bajar la cantidad de inóculos y después sumar una aplicación en las hojas que aportan más rinde, que son bandera y bandera -1. Allí hay que utilizar el mejor fungicida, aquel que tenga más persistencia”, menciona.
Para Matías Retamal, gerente de Fungicidas de FMC, esa alta tasa de varietales susceptibles a enfermedades es uno de los factores de riesgo más altos que tiene la campaña y, al margen de que las condiciones ambientales por ahora no son propicias para que le enfermedad se propague, recomienda estar expectante ante posibles cambios en el clima.
Si los niveles de incidencia crecen hasta un umbral que demande aplicaciones, la sugerencia de FMC es un escalonamiento con dos productos: Nanok y Rubric Max. Según Retamal, “la diferencia técnica entre ambos, para definir cuál aplicar, depende de la alarma o la alerta que despierte el monitoreo”.
En el caso de Nanok, es un fungicida mezcla de estrobirulina y triazol con amplio espectro de control de enfermedades y fuerte poder de penetración en la planta. Además, tiene muy alta residualidad y total selectividad: cubre roya anaranjada y amarilla, manchas amarillas, de la hoja y marrón en trigo; y manchas en red, de la hoja y borrosa en cebada. La recomendación es una dosis de 600-700 centímetros cúbicos por hectárea, combinado con Biofusión, un Cofactor totalmente natural que posee destacadas virtudes técnicas entre ellas contribuye en aumentar y mejorar la calidad de aplicación, genera mayor tasa de penetración, aumenta la eficiencia de control de patógenos y evita pérdidas por evaporación. Es un producto totalmente amigable con el medio ambiente, que viene a ser en este caso, el complemento ideal para Nanok y Rubric Max.
Rubric Max, en tanto, es un fungicida líder de mercado con un espectro de control más amplio: cubre todas las enfermedades del complejo de cereales de invierno. Está también compuesto por estrobirulina y triazol, formado en su base por Azoxystrobina pero incorpora como diferencial el Epoxiconazole, un activo muy valorado y que nos permite tener un mayor control en patógenos de cereales, principalmente por su performance y contundencia en el control de enfermedades, fundamentalmente en el control de manchas y royas.
Este producto se recomienda para estadios reproductivos más avanzados. “Es para trabajar en los momentos determinantes para el rendimiento del cultivo, la bala de plata para atacar a los patógenos, porque bloquea su proceso respiratorio. Además, tiene un avanzado efecto preventivo, curativo, erradicativo y antiesporulante”, menciona Retamal.
Como tiene mayor carga de ingrediente activo, en este caso la recomendación es una dosis de 500 centímetros cúbicos por hectárea, también acompañada de Biofusión. ESs un fungicida con mayor concentración de activos, que nos brinda un control integral de enfermedades, utilizando 500 centímetros cúbicos por hectárea. Junto a Biofusión, podemos lograr excelentes respuestas de control y retornos económicos, ya que protegemos a nuestros del ataque de patógenos, pero a su vez apuntamos a mejorar el rendimiento y la calidad de los mismos.

Fuente: InfoCampo

 Like

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó que luego de relevar un avance intersemanal de 2,6 puntos porcentuales, la cosecha de maíz con destino grano comercial llegó a su fin en toda el área agrícola nacional y se obtuvo un total de 50 millones de toneladas, volumen que supera por primera vez en 20 años a la producción argentina de soja que se ubicó en 49,6 MTn.
Se lograron cosechar 6,12 millones de hectáreas durante la campaña 2019/20, donde las hectáreas perdidas fueron 180.000 en todo el país, pero la Bolsa destaca que las labores de trilla culminaron con un adelanto interanual de 19,8 puntos porcentuales con un rinde promedio nacional de 8.170 kg/Ha, quedando por debajo del valor de la campaña previa que había sido de 8.310 kg/Ha.
Las zonas agrícolas con mayor aporte de hectáreas destinadas al maíz fueron el núcleo norte, compuesto por el sur de Santa Fe, centro este de Córdoba y el centro oeste de Entre Ríos con 850.000 hectáreas; la zona núcleo sur que abarca localidades del norte de Buenos Aires con 647.000 hectáreas sembradas; y el Sudeste de Buenos Aires con 717.000 hectáreas trabajadas con maíz.

El Panorama Agrícola Semanal informó además que sobre la región del NEA, la cosecha culminó con un rinde medio de 6.520 kg/Ha y las pérdidas de área llegaron a 16.000 Ha, mientras que en el NOA la cosecha alcanzó las 347.000 hectáreas y brindó un volumen de 2,27 MTn.
Descargate el informe completo haciendo click AQUÍ.

Fuente: InfoCampo

 Like

Existen ciertos cuidados que se pueden aplicar a la huerta en invierno para preservarla de las plagas y en óptimas condiciones para luego poder apreciar los resultados al finalizar la estación con el regreso de las altas temperaturas.
Eliminar las hojas muertas
Uno de los símbolos más típicos de la llegada del frío es la caída de las hojas. La acumulación de material senescente en la superficie sumado al aporte de humedad, provoca la pudrición y esas condiciones resultan atrayentes para las plagas.
La remoción de esos montículos de hojas secas que han caído en tu terreno es entonces una acción fundamental para prevenir estos eventos.
En este sentido, se le puede asignar un destino ecológico a este material seco. Las hojas y ramas secas, posos de café, cáscara de papa y huevo, cenizas, etc., son algunos de los ingredientes apropiados para elaborar compost casero.
evitar que se acumule nieve
No se recomienda dejar que la nieve se acumule sobre la tierra debido a que al derretirse encharcará a los cultivos. Las raíces se pudrirán por el exceso de agua, las condiciones serán propicias para la aparición de hongos, y los caracoles y las babosas proliferarán entre los charcos.
Existen otros métodos que pueden emplearse para proteger del frío, la lluvia y la nieve a los cultivos de invierno de forma sencilla y económica:

Pequeños invernaderos: se pueden armar a base de unos plásticos y una pequeña estructura de madera, de esta forma se aporta mayor calor al ambiente en donde se colocan los vegetales y se logra protegerlos del frío.
Acolchado o mulching: cubrir la tierra desnuda de virutas de madera, serrín, paja, etc., es una de las técnicas naturales más utilizadas por la agricultura sostenible para proteger aquellos cultivos que no podemos mantener en invernadero. Esta capa natural protegerá de la humedad a las pequeñas raíces y, además, elevará la temperatura del terreno y así evitará que los brotes se hielen.

OTRAS RECOMENDACIONES
Las verduras de temporada que se suelen plantar al principio o al final del invierno como los ajos, los tomates, el repollo, la col, la espinaca, etc.,  son ejemplos de la producción agroecológica, una forma de entender y practicar la agricultura que piensa en el medio ambiente, sin el uso de agroquímicos, prioriza el consumo sostenible y busca el aprovechamiento máximo de los recursos naturales.

Fuente: InfoCampo

 Like