Fuente: La Nación
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Desde el Ministerio de Agricultura informaron que se suman recursos para brindar mayor accesibilidad al Monitor de Estimaciones Agrícolas.
Fuente: Clarín Rural
El Ingeniero Agrónomo, especialista en Evaluación de Impacto Ambiental y en Energías Renovables y doctor en Biología, Alejandro Tozzini, realizó un completo análisis sobre cuáles son los desafíos del sector agroindustrial en el corto y largo plazo.
De ese análisis, el principal desafío inminente e ineludible es la “descarbonización” de la producción del sector, no sólo por requisitos internacionales, sino también por reducir el impacto ambiental que afecta de diversas maneras al mundo, pero también al mismo sector.
“¿Qué se entiende por descarbonizarse?”, se pregunta el especialista y responde: “Reducir drásticamente las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), y pretende llegar a la neutralidad de emisiones (carbono neutro)”.
Ahora bien… ¿Por qué es inminente e ineludible? En primer lugar, y según detalla Tozzini, el agro es quien tiene una “enorme capacidad para mitigar el cambio climático”, pero también porque este mismo cambio climático es quien está afectando seriamente a la actual producción agropecuaria.
Sin necesidad de buscar en el tiempo, hoy en día la Argentina sufre una de las sequías más importantes de la última década, que no sólo está afectado a los cultivos de invierno, sino que además está poniendo serios interrogantes sobre cuándo y cómo se sembrarán los de verano.
¿Por qué inminente? Porque según amplía el Ingeniero Agrónomo, “los efectos negativos aumentan año a año y una acción contundente contra esto no puede seguir esperando”.
Compartimos el análisis completo de Alejandro Tozzini, que aborda desde los actuales problemas ambientales como el cambio climáticos hasta los acuerdos internacionales que se han realizado en el mundo, como el Pacto Verde Europeo (European Green Deal) que firmó la Unión Europea:
Hoy y ahora
Frente a la crisis climática que existe a nivel mundial, numerosos países comenzaron a buscar soluciones para mitigar y reducir los efectos del calentamiento global, y Argentina no se quedó atrás. El calentamiento global es un fenómeno que se da principalmente por el aumento del efecto invernadero, el cual está afectado por la cantidad y proporción de gases de efecto invernadero (GEI) que se encuentren en la atmósfera. Para reducir los GEI surge el desafío de descarbonizarse.
¿Qué se entiende por descarbonizarse?: Esto implica reducir drásticamente las emisiones de GEI, principalmente dióxido de carbono (CO2), óxido nitroso (NO2) y metano (CH4); y pretende llegar a la neutralidad de emisiones (carbono neutro), complementado las acciones con la captura de CO2 atmosférico, por ejemplo, incrementando la materia orgánica de los suelos o la biomasa perenne mediante la forestación.
La descarbonización se presenta como un desafío ineludible e inminente para el sector agropecuario. ¿Por qué ineludible? Una respuesta podría ser porque este sector tiene una enorme capacidad para actuar mitigando el acuciante y peligroso cambio climático. También podría ser porque los cambios extremos están impactando cada vez más seriamente al agro. ¿Por qué inminente?, porque los efectos negativos aumentan año a año y una acción contundente contra esto no puede seguir esperando. Esta respuesta y las anteriores son todas posibles y correctas, pero no las únicas.
Otra respuesta a estas preguntas surge del anuncio del Pacto Verde Europeo (European Green Deal) por parte de la Comisión Europea a los parlamentos de los países miembros. Este pacto se traduce en un programa drástico e inmediato para llegar a la descarbonización de la economía europea para el 2050. Con el ritmo actual de cambio se llegaría a una reducción del 60%, por eso han decidido acelerar los resultados. Pero no se trata sólo de acelerar, sino de la decisión de dar un gran salto tecnológico al futuro, y así (sic) “transformar un desafío urgente en una oportunidad única”.
Para esto, la Comisión redefinió sus objetivos y los enfocó para responder a los desafíos del clima y el medio ambiente; declarando que esta es la tarea definitoria de la generación actual.
(sic) “Se trata de una nueva estrategia de crecimiento destinada a transformar la UE en una sociedad equitativa y próspera, con una economía moderna, eficiente en el uso de los recursos y competitiva; en la que no habrá emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050 y el crecimiento económico estará disociado del uso de los recursos”.
El pacto plantea un agresivo plan para que en menos de 5 años se adecuen las políticas y las leyes necesarias y que efectivamente estas se cumplan e implementen. La Comisión Europea ya tiene una clara visión de cómo lograr la neutralidad de las emisiones. Se va a invertir un trillón de euros, el Banco de Inversión Europeo será el “Banco Climático”, el uso del carbono tendrá un precio como una clara señal al mercado y, entre otras medidas, promoverá la Energía eólica Off Shore, la economía circular, la eficiencia energética, la economía azul (del océano), la reforestación y la agricultura. En alimentos, la estrategia de la granja a la mesa sumara los requisitos de sustentabilidad. El alimento europeo ya famoso por ser seguro, nutritivo y de alta calidad; ahora también se propone establecer el estándar global de sustentabilidad. Por medios digitales el consumidor tendrá información nutricional del producto, de donde proviene y la huella ambiental de su producción.
El Plan reconoce a los productores agropecuarios y pescadores como elementos claves de la transición. Un programa de cambio profundo que quema las naves de la economía del carbono y por esto hace explícito que no va a dejar a nadie ni a ningún sector de la EU desprotegido en la transición.
¿Porque el desafío del Green Deal Europeo desafía al Agro Argentino y nos enfrenta hoy contra el futuro? La EU se proclama como un líder mundial de la descarbonización y de la implementación de una nueva economía, pero también reconoce que el objetivo ambiental no lo puede lograr Europa actuando sola. Los determinantes de los cambios climáticos y de la pérdida de biodiversidad no reconocen fronteras. Por eso la EU va a usar su influencia, sus conocimientos y sus recursos financieros para movilizar a los vecinos y socios para sumarse al sendero de la sustentabilidad. También abre la puerta a forjar nuevas alianzas con quienes compartan sus ideas. Pero al mismo tiempo advierte que no va a permitir las pérdidas del carbono ahorrado en Europa, va a cerrar el ingreso de productos carbono intensivos y/o pagará el precio del carbono usado. Esta medida promete afectar a todas las exportaciones de Argentina a Europa (aprox. 9.000 MUSD/año), pero especialmente al sector agroexportador. Ya se dijo que el agro europeo tendrá un lugar clave en este proceso, con regulaciones más estrictas en el uso de la tierra y de insumos, en forestación y en bienestar animal; pero con un soporte financiero significativo y favoreciendo las tecnologías de digitalización, de precisión y todo lo que implique reducir el uso carbono fósil.
Varios productos de nuestro agro ya han logrado un ahorro importante de emisiones, de los más altos a nivel mundial, esto es una gran ventaja. La comprobación de factibilidad a gran escala lograda con el BioBus en la Prov. de Santa Fe; esto es, motores diesel convencionales funcionando con B100 (biodiesel 100%), nos permite pensar ya en abastecer tractores y camiones con B100. También vimos en la última ExpoAgro tractores, camiones y motores estacionarios preparados para funcionar con BioGNC (GNC de biogas). Incorporar el uso de estos dos biocombustibles (no fósiles) en la producción agrícola permitirá otro gran salto hacia la descarbonización del sector y en la competencia por la sustentabilidad. Aun con esto, será grande el desafío de adecuarnos a los nuevos estándares y la competencia se presenta como desigual en las condiciones políticas y financieras. Además, todas las mejoras logradas y por lograr deberán ser sólidamente medidas y certificadas para que sean reconocidas a la hora de exportar a Europa. Este paso no es menor y requerirá de nuevas estrategias y metodologías para lograr certificaciones a escala y a costos competitivos.
Por la sustentabilidad de nuestra producción, de nuestras exportaciones y por el ineludible compromiso ético de combatir el cambio climático sigamos avanzando en la reducción de emisiones y midamos los resultados de nuestras empresas también en términos de huella ambiental.
La EU ya decidió y comunicó, entonces, para no chocarnos contra el futuro, hoy parece imprescindible seguir avanzando en la descarbonización y buscando oportunidades de financiación y de acceso a nuevas tecnologías que potencien las nuestras. Una forma puede ser acelerando el proceso de acuerdo bilateral con la EU como una fuente de financiación, de reducción de aranceles y de entendimiento comercial. También explorando las oportunidades de financiación y de cooperación técnica que la Comisión Europea estaría dispuesta a ofrecer como parte de las nuevas alianzas del Pacto Verde por la descarbonización y la sustentabilidad global.
Fuente: InfoCampo
Fuente: La Nación
Fuente: La Nación
El boniato o batata es un cultivo milenario originario de América tropical. Existen diferentes variedades de acuerdo a su color de piel, morada, castaña y cobre, también por su pulpa blanca, crema o naranja y por su textura que después de la cocción puede ir de húmeda a seca.
Una de esas variedades es el boniato zanahoria, propia de Uruguay, y se caracteriza por tener piel cobriza y pulpa naranja. Se distingue por tener un sabor más dulce e intenso y textura húmeda.
En Argentina, mercados, verdulerías y productores comercializan al público una variedad muy similar a la del país vecino. Si bien existen muchas variedades, hoy sobresalen la Beauregard y la Boni INTA, que se registró hace tres años y se halla a medio camino entre la morada y la Beauregard, por lo que se presenta como un tercer cultivar muy valioso, según explican desde el mismo INTA.
Este tipo de boniato contiene un alto contenido de betacaroteno, precursor de vitamina A, que se destaca también por su función en la prevención de varios tipos de cáncer.
Otras variedades difundidas son la morada Inta, de buena aceptación culinaria y conservación, y la INIA Arapey, que ofrece una alta productividad en un menor período de cultivo en comparación con la anterior, aunque su aptitud para la conservación es limitada.
requerimientos para el cultivo
Requiere un período libre de heladas de cuatro meses como mínimo ya que es muy sensible al frío.
La temperatura óptima es de 22º C y el factor que favorece al desarrollo es la alta luminosidad.
La producción se inicia en plantines obtenidos en almácigos.
Se planta en el mes de agosto.
En la primavera comienzan a renacer los brotes y cuando estos estén por los 25 centímetros, lo que equivaldría al mes de diciembre, estarían listos los plantines para traspasarlos a la tierra.
En abril/mayo es cuando la planta da los boniatos.
Las raíces continúan creciendo mientras la planta vegeta y se cosechan cuando alcanzan el tamaño comercial. En el mercado se prefieren raíces que pesan entre 200 a 400 gramos.
El uso de mano de obra, para su cosecha, por lo general es familiar. Los rendimientos promedio en el estrato superior son alrededor de 20 toneladas por hectárea.
Dicho cultivo es uno de los más tradicionales en Uruguay, de bajo costo y escaso uso de agroquímicos.
Con respecto a su conservación, mejora si son sometidos en forma inmediata a la cosecha y a un proceso controlado de curado, durante cuatro a siete días en un ambiente caluroso y húmedo. Un estudio realizado por el programa de horticultura del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) de Uruguay reveló que este proceso favorece la cicatrización de las heridas producidas durante la cosecha, engrosa la piel y mejora el sabor, su textura y la calidad nutritiva.
sus beneficios
Es antiinflamatorio.
Aporta muchos más nutrientes que la papa.
Es uno de los alimentos que más betacaroteno contiene junto a las zanahorias.
Ayuda a fortalecer el sistema inmune.
Ayuda a la metabolización de los nutrientes, gracias a las cantidades de diversas vitaminas B.
Gracias a varias de sus vitaminas, es un potente antioxidante y beneficia la regeneración celular.
Es bueno para la salud de los ojos y la vista.
usos industriales
En Uruguay, el boniato se industrializa principalmente para dulces, aunque según el INIA podría existir un potencial para otros usos industriales.
Principalmente, se obtienen pulpa de almidón, glucosa, jarabe de glucosa, jarabe de almidón y ácido cítrico. Estos productos tienen como destino principal alimento para animales, edulcorantes, medicinas y químicos para industrias textiles. En tanto, mediante la fermentación de las raíces, es posible la producción de alcohol, grapa y vinagre.
Se pueden lograr rendimientos de 100 gramos de etanol por kilo de raíces frescas con la utilización de variedades adecuadas.
Fuente: InfoCampo
Cuando alguna pieza del motor de un automóvil se rompe, muchas veces no es necesario reemplazarla, sino tener la herramienta adecuada para arreglarla. De alguna manera, lo mismo sucede con las malezas y los herbicidas: para solucionar el problema de un biotipo tolerante o resistente a las aplicaciones, es probable que a veces haya tecnologías disponibles que no se están utilizando con todo su potencial.
En el marco del 28° Congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa, FMC dio a conocer una propuesta en ese sentido. “Redescubrir herramientas para el manejo de malezas”, es el título de la disertación que encabezó el gerente de Herbicidas de la compañía, Juan Caporicci, en la que dio a conocer ensayos desarrollados que muestran que el herbicida Finesse tiene éxito no solo en el control de Conyza bonariensis (rama negra) en preemergencia, sino que también puede ser útil en aplicaciones cuando esa especie ya está emergida.
El Ing. Agr. Caporicci recordó que la rama negra tiene dos pulsos de germinación: uno en otoño, que es el que suele atacarse con este producto inhibidor de ALS, y otro en primavera, que es el que se busca también frenar con el nuevo método de uso de esta tecnología.
Según el ejecutivo de FMC, se puede utilizar para un barbecho corto, entre 30 y 40 días antes de la siembra. “Es para aplicarlo entre agosto y septiembre hasta principios de octubre, para controlar la rama negra que nació entre julio y agosto y está empezando a elongar”. Los ensayos realizados mostraron altas tasas de eficacia en el control de Conyza. Entre otros beneficios, Finesse aplicado en este momento del año puede cumplir un doble propósito: eliminar la planta ya emergida y actuar como preemergente de cara a la siembra gruesa.
De todos modos, Caporicci aclaró que todo esto requiere una serie de ajustes: es necesario acompañar a Finesse con otros modos de acción, como glifosato y 2,4-D, y elevar las dosis de 15 a 20 gramos por hectárea. Asimismo, recordó que solo puede ser utilizado en la previa de una siembra de sojas STS, materiales de soja totalmente selectivo al uso de este herbicida, que hoy poseen una alta difusión de uso, y los nuevos materiales en su gran mayoría, ya vienen con esta tolerancia a sulfonilureas.
También repasó un concepto que nunca debe olvidarse: quienes ya usaron un herbicida ALS en otoño, no pueden volver a utilizarlo en primavera. Sí es una buena combinación, por ejemplo, por detrás de una triazinas o HPPD. Para prosperar lo máximo posible estas herramientas tan eficientes, debemos rotar cultivos, Modos de acción, y combinar aplicaciones de ALS con otros modos de acción. De esta manera seguirá siendo una herramienta efectiva y económica para el manejo de Rama Negra.
Ing. Agr. Eduardo Cortes. Especialista en Malezas
Combatir las resistencias
Por otro lado, FMC llevó al Congreso de Aapresid al experto Eduardo Cortés, especialista en manejo de cultivos y protección vegetal, y que es uno de los investigadores que este año reportó casos de rama negra resistente a inhibidores de ALS, en preemergencia. En ese marco, Cortés explicó que si bien esto recorta la posible eficacia que puedan tener planteos con este sitio de acción, no significa que la tecnología se convierta en inútil para combatir a la rama negra.
Hasta el momento, las resistencias se han detectado en alrededor de 15 biotipos; es decir, que no alcanza al 100 por ciento del área agrícola argentina. Y al respecto, vale recordar que Conyza bonariensis es la maleza más extendida en el país, según los relevamientos de Aapresid. “En FMC no están haciendo caso omiso a esta luz amarilla, pero a la vez es necesario dejar en claro que no significa que este producto ya no tenga eficacia. Sí hay que repensar o mejorar algunos procesos para darle más vida útil: por ejemplo, aplicarlo con otros dos principios activos, e intensificar los monitoreos para poder identificar bien los biotipos y decidir correctamente los tratamientos. No necesariamente hay que manejar todos los lotes por igual”, comentó.
Al respecto, una de las cuestiones en las que hizo hincapié Cortés fue en no confundir un biotipo resistente con una eventual mala aplicación, que pueda llevar a pensar que el uso de determinado herbicida ya no sirve, cuando en realidad el problema estuvo en la forma en que se utilizó.
Fuente: InfoCampo
Fuente: La Nación
Fuente: La Nación
Conocer la cantidad de forraje disponible por cada unidad de peso vivo animal permite tomar decisiones de manejo que se traducen en mejores indicadores productivos.
Fuente: Clarín Rural