Fuente: La Nación
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El próximo 13 de octubre se inicia la segunda campaña de vacunación contra la fiebre aftosa de 2020 en casi todo el país.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) informó que se unificó la estrategia y la fecha de inicio, y aclaró que se iniciará con la categoría “menores” a partir de la próxima semana.
Mientras en algunas provincias como Santiago del Estero, Tucumán y Mendoza el ciclo ya comenzó, en algunas zonas todavía se contemplan alternativas ante las limitantes que producen ciertos fenómenos ambientales como las sequías y los incendios.
El calendario
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Fuente: InfoCampo
Fuente: La Nación
Osvaldo Martín es el presidente de la Asociación de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte (APRONOR) y es uno de los productores que decidió adherirse a la iniciativa que se gestó en los últimos días para “abandonar” el Banco Credicoop debido al respaldo de su presidente Carlos Heller al impuesto a la riqueza.
“La idea creemos que salió de la Sociedad Rural de Rojas y nos pareció muy buena. Suena feo hablar de boicot, sino que decimos que no hay manera mas democrática que irse de donde uno no se siente cómodo”, explicó Martín en declaraciones a Agrolink Radio.
El dirigente rural explicó que el tributo es malo “no solo para productor sino para cualquier ciudadano que tenga una propiedad o un negocio”, sobre todo en un contexto de pandemia. “Se fundieron muchos, y el Gobierno pone más impuestos. No tiene sentido cargar más presión tributaria a ninguna actividad en Argentina”, expresó.
Hace un año, Martín abrió una cuenta en el Credicoop de Tucumán y hoy decidió cerrarla. “Los empleados no tienen la culpa. Recibí muchísimos llamados de gente que no es del sector agropecuario y estaba pensando en lo mismo”, contó.
“En el norte del país, gracias a las retenciones e impuestos nosotros no somos rentables. Lo que más bronca da es que los funcionarios no ponen el hombro, no se bajan el sueldo, sino que buscan manotear“, cerró.
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Fuente: La Nación
Un estudio de la FAUBA en la Patagonia argentina encontró que reemplazar la vegetación natural por plantaciones de pino ponderosa es útil para secuestrar carbono de la atmósfera, pero modifica drásticamente el funcionamiento de los ecosistemas.
El dióxido de carbono (CO2) es un gas con efecto invernadero, largamente responsable del calentamiento global. Con el objetivo de disminuir el creciente efecto invernadero, muchos países estimulan el uso de forestaciones como herramienta de mitigación de este gas.
“La idea fue entender qué impacto tienen las plantaciones de pino en la Patagonia, en comparación con áreas de vegetación natural. Por eso comencé a estudiar cómo se modificaban la fijación y la liberación de carbono en la vegetación y en los suelos, y qué implicancias tenían para los ecosistemas esos cambios eventuales en el balance de carbono. Investigamos forestaciones con pino en distintos sitios de Neuquén”, explicó Patricia Araujo, quien realizó este trabajo como parte de su doctorado en la Escuela para Graduados de la FAUBA, bajo la dirección de Amy Austin, investigadora del Conicet en el instituto IFEVA-FAUBA y coautora de la publicación.
El experimento se realizó en Neuquén, donde llueven desde 250 milímetros al año en la estepa hasta casi 2200 mm/año en la cordillera. “A lo largo de ese gradiente natural de tan sólo 100 km ubicamos cinco sitios con áreas de vegetación natural intacta y, apareadas, plantaciones de pino ponderosa de la misma edad y densidad. Esto nos permitió realizar, durante tres años consecutivos, las respectivas mediciones en la vegetación y en el suelo”, comentó Araujo.
“Comprobamos que reemplazar la vegetación natural por plantaciones de pino tiene efectos marcados. En todo el gradiente, la producción de madera de las forestaciones siempre fue mayor que la de las áreas naturales; incluso, hasta ocho veces más alta en el extremo árido. Además, la descomposición de la hojarasca fue mucho más lenta en las áreas con pino, en comparación con las intactas, lo que hace que quede un grueso ‘colchón’ de mantillo sobre el suelo”, concluyó la investigadora.
Araujo también estudió el balance de carbono en los suelos en el gradiente. Para su sorpresa, aun cuando las forestaciones poseían una cantidad elevada de carbono en la madera y hojarasca, los primeros centímetros del suelo en las plantaciones y en las áreas naturales presentaron cantidades similares de este elemento. Dicho de otro modo, el carbono que ‘ganan’ las forestaciones no se está incorporando al suelo. Estos resultados, publicados en la revista Forest Ecology and Management, sugieren que forestar con pino ponderosa estaría inhibiendo el ciclo del carbono.
Una herramienta bajo la lupa
Si bien la idea de plantar árboles resulta atractiva, la actividad podría desarrollar efectos no deseados sobre el ecosistema del lugar.
Según Amy Austin, uno de los problemas que surgen al usar esta práctica tiene que ver con “la naturaleza misma del almacenaje de carbono en la madera y en la hojarasca, ya que, a diferencia del suelo, se trata de compartimentos transitorios y vulnerables. Distintos disturbios como los incendios, por ejemplo, pueden hacer que este carbono vuelva como CO2 a la atmósfera, cuando lo deseable es que quede secuestrado en el ecosistema por mucho tiempo”.
Respecto de la mitigación de dióxido y la biodiversidad, la investigadora expresó: “Al establecer las plantaciones tienen lugar impactos inesperados en el funcionamiento de los ecosistemas. Si la única moneda que estamos mirando es la cantidad de carbono secuestrado, nos estamos olvidando de muchos otros cambios, más allá de la biodiversidad. Debemos entender cómo se modifican los procesos que controlan las entradas y las salidas de ese carbono en los sistemas. Realizar el balance de carbono es la única forma razonable de implementar este tipo de proyectos”.
“En la Patagonia demostramos que los resultados de esta práctica son muy dependientes de las especies y del lugar donde se implanten. Quizás plantar árboles sirva para calmar nuestras conciencias en relación con las emisiones a la atmósfera de gases con efecto invernadero, pero hay que tener mucho cuidado, sobre todo cuando actualmente se están promoviendo las forestaciones en todo el planeta”, cerró Austin.
Fuente: InfoCampo
El Banco Nación relanzó al mercado en las últimas horas los depósitos a plazos fijos para el sector agropecuario, atados a la variación de la cotización del dólar.
La propuesta ya está disponible en el sitio web del banco, y busca “multiplicar las herramientas
financieras que posibiliten mejorar, ampliar y robustecer los emprendimientos agrarios de todo el
país”, según remarcó la entidad financiera.
Asimismo, aclaró que la medida está “en sintonía con las medidas que dispuso el Gobierno Nacional destinadas a revitalizar la actividad económica en el país”, en un contexto de rebaja temporal de las retenciones.
En ese marco, el Nación recordó su participación en la licitación que lanzó el Ministerio de Economía, que colocó bonos en pesos que ajustan por la evolución del dólar ´linked´ y que logró captar el equivalente en pesos a unos u$s 1.766 millones.
“El Banco Nación incorporó casi $8.000 millones, producto de la colocación de Bonos dólar ´linked´ por US$ 103,8 millones. Esta colocación de bonos en pesos ajustados a la variación de dólar demuestra que, gradualmente, se va restableciendo la confianza hacia el futuro por parte de los inversores”, resumió el presidente del BNA, Eduardo Hecker.
Fuente: InfoCampo
“Claramente no les interesan los procesos legales ante los tribunales nacionales sino su repercusión en los medios”, afirmaron.
Fuente: Clarín Rural
Fuente: La Nación
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