Se cumplen 70 años de un sueño que nació entre cuatro investigadores de la Universidad de La Plata que imaginaban una agricultura moderna y sustentable y terminaron creando Gleba, una firma argentina de nutrición de cultivos que hoy integra el holding ANASAC, un grupo vinculado al negocio agro-industrial que diversifica sus actividades en protección de cultivos, sanidad ambiental, semillas, veterinaria, higiene e investigación.
Gleba tiene su planta industrial en la localidad de Melchor Romero, con una capacidad instalada de 5.000.000 litros/año, dividida en sus ocho líneas de producción de insecticidas, fungicidas, herbicidas, rodenticidas y geles insecticidas. También incluye un laboratorio de última generación que garantiza los estándares más altos de calidad en cada uno de los procesos productivos, y es miembro de la Red de Laboratorios reconocidos por SENASA.
“La estrategia que manejamos es la de poder brindar productos de distinta clase para distintos tipos de producción. Tenemos muchos productos para cultivos extensivos, pero también para economías regionales y cultivos intensivos, lo que hace que nuestra paleta sea muy variada y amplia”, le contó a Infocampo el gerente de Marketing de Gleba Agro, Joaquín Gutiérrez Calviño.
El directivo resaltó que, pese al contexto que desató la pandemia de Covid-19, las perspectivas de la firma en el país son buenas. “El campo no para, sigue produciendo y trabajando. Las perspectivas de precio y producción son buenas y somos optimistas. Queremos crecer en proyectos rentables para el productor y la compañía, por eso seguimos trayendo nuevos desarrollos”, expresó.
En un análisis de mercado, Gutiérrez Calviño señaló que en el primer semestre las ventas crecieron mucho, aunque remarcó que se dio “en relación a la incertidumbre por el tipo de cambio“. “Vemos un crecimiento vinculado a un anticipo para cubrirse por parte de productores y distribuidores más que de uso de producto a campo”, sostuvo.
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Fuente: InfoCampo

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Un informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) estimó que Argentina aumentará su producción de leche líquida en un 2% a partir de 2021 hasta llegar a las 11,57 millones de toneladas.
El USDA aseguró que la cifra se alcanzará después de un 2020 con “un clima favorable, aumento constante de los precios de la leche y una fuerte demanda nacional e internacional“, en comparación con 2019.
“Este aumento ha llevado a una mayor producción, consumo y exportación de todos los derivados, excepto ciertos quesos (notablemente la mozzarella), que han caído desde el cierre de los puntos de servicio de alimentos en respuesta a los brotes de Covid-19 en Argentina en marzo de 2020″, analizó el organismo norteamericano.
Para el USDA, una recuperación de la economía en nuestro país a partir del año que viene “alentará a los procesadores a reenfocarse en la economía nacional y reducir las exportaciones de leche en polvo, que alcanzaron las 180 mil toneladas debido a precios competitivos y bajos márgenes internos”.
“La incertidumbre política y económica continúa afectando a la industria láctea local. Argentina ha financiado principalmente sus esfuerzos de recuperación y estabilización de Covid-19 imprimiendo más pesos. Aunque la inflación ha superado el 40% en los últimos años, la industria teme que la tasa de inflación aumente aún más cuando se reanude el crecimiento económico pospandémico“, dice el relevamiento.
Asimismo, desde el USDA hacen hincapié en las versiones que circulan acerca de la posibilidad de que el Ejecutivo Nacional reduzca los derechos de exportación para la leche en polvo del 9% al 5%. 

Fuente: InfoCampo

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Un supermercado en Francia vendía animales sin vida enteros envasados al vacío y se desató una polémica que no tardó en hacerse viral en Twitter.
En las imágenes de la carnicería del establecimiento se podían ver liebres, faisanes, gallinas, gallos y otros animales en su totalidad con el pelaje intacto.
Muchos usuarios manifestaron su repudio en las redes con duras críticas, especialmente por parte de los defensores de los derechos de los animales y los veganos.
“Aunque resulte chocante de entrada, es una manera menos hipócrita de presentar la carne, que no es otra cosa que un animal muerto”, argumentó el vocero de la Fundación Christopher Marie,.“Esto podría haber sido una acción de concientización por parte de activistas para mostrar que la carne es, por encima de todo, un animal asesinado”, agregó.

@LeclercBonPlan : est ce une nouvelle façon de présenter la viande dans votre magasin de Morieres Sadajup (Morières-lès-Avignon) ? pic.twitter.com/xYWd3Q8A5W
— VB (@20320Vero) October 30, 2020

Debido al revuelo e indignación que generó la publicación, el distribuidor retiró el producto de las góndolas y pidió disculpas a todos los que se sintieron afectados.
En tanto, la Fundación Brigitte Bardot, defensora de animales, compartió las fotos en su cuenta de Twitter con el mensaje: “Recordar a los consumidores que la carne no crece en los árboles”.

Fuente: InfoCampo

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La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA) dio a conocer su informe semestral que releva la composición de los precios de tres alimentos básicos, como lo son la leche, el pan y la carne.
Para el caso de la carne bovina, el indicador de FADA sostiene que “la carne tuvo un precio promedio de $372 por kilogramo, de los cuales la cría representa el 29% ($108,08), el feedlot el 23% ($83,91), el frigorífico el 5% ($18,09), la carnicería el 14% ($53,26) y los impuestos el 29% ($108,55)“.
Dicho de otra manera, en el precio final del kilo de carne, los impuestos explican casi el 30% de su valor, repartiéndose el 70% restante entre los diferentes eslabones de la cadena cárnica, y expresando de manera notable que el sector industrial sólo tiene una participación relativa del 5%.
Del 100% de los impuestos que se pagan por kilo de carne, el 76% son nacionales (impuesto a las ganancias, IVA, e impuesto a los créditos y débitos), 19% provinciales (inmobiliario rural, ingresos brutos) y 5% municipales (impuesto a la industria y comercio y tasa vial).
Un dato saliente del informe lo aporta la economista de la fundación, Natalia Ariño, quien destaca que “consumimos 50 kg. de carne de vaca por persona al año, esto refleja que es el tercer año consecutivo que ese número viene bajando, y esto se debe, en parte, a una pérdida del poder adquisitivo de la población, que hace que prefiera consumir otras carnes como cerdo o pollo”.

En el análisis sobre el pan francés, FADA registró que el consumidor paga un promedio de $107,50 por kilo. “En ese precio, el trigo representa el 12% ($13,27), el molino el 6% ($6,27), la panadería el 57% ($61,20) y los impuestos el 25% ($26,80)”, detalla el informe.
Cabe aclarar además que dentro de la composición del precio, 60% son costos ($64,40), 25% impuestos ($26,80) y 15% ganancias ($16,30), y que de esos impuestos, el 78% son nacionales, 19% provinciales y 3% municipales.
Dicho de otra manera, y según indica Ariño: “De 1 kg de pan, 600 grs representan los costos de producirlo, 250 grs impuestos y 150 grs ganancias de toda la cadena“.

“La leche entera en sachet, tuvo un precio promedio de $60. De ese monto, el tambo representa el 30% ($18,33), la industria el 39% ($23,63), el comercio el 19% ($11,17) y los impuestos el 12% ($7)”, asegura FADA.
En este caso, el 87,5% son costos, el 11,6% impuestos y 0,9% son ganancias de la cadena.
Si se observan con detenimientos los números, se puede observar que el tambo y el comercio registran pérdidas de -$1,94 y -$1,45 respectivamente.
Para el caso del primero, FADA sostiene que “se dio en un contexto complicado para este sector, ante la falta de oferta de pastos, aumento del precio de los granos y el heno, que aumentaron los costos con un bajo precio de la leche”, en tanto que del comercio se explica que “si bien el comercio pierde con cada sachet vendido, este es un producto gancho, que luego se compensa con otros lácteos de mayor valor esa pérdida“.

Fuente: InfoCampo

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Las exportaciones de carne caprina aumentaron un 99% para los meses enero-octubre de 2020 respecto del mismo periodo del año anterior.
En total, se llegó a 424 toneladas entre cabra y chivitos, mientras que en 2019 se alcanzaron las 213,3 toneladas.
Entre los destinos, el principal importador es Sri Lanka con 171,64 toneladas, seguido en orden decreciente por Vietnam (135,2), Bahamas (91,33) y Angola (25,64).
Los datos fueron proporcionados por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), y registrados por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
Según datos del Senasa, las carnes se faenaron en frigoríficos de Santiago del Estero, Chaco, La Pampa, Mendoza y Córdoba.
Además, el Senasa informó que tiene registrados actualmente otros 32 mercados abiertos para enviar carne caprina desde la Argentina, como la Unión Europea, la Unión Económica Euroasiática y Singapur, entre otros.

Fuente: InfoCampo

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