Un grupo de especialistas del INTA dio una serie de herramientas de manejo en cuestiones de higiene para los distintos sectores del establecimiento de empaque con el objetivo de minimizar las pérdidas de frutas frescas en postcosecha.
Durante el almacenamiento luego de la cosecha, es frecuente la podredumbre de los frutos. Este evento que se da naturalmente, incrementa los riesgos de contaminación de la mercadería sana que se encuentra en la línea de empaque.
En este sentido, se busca prolongar la vida comercial de la mercadería con el fin de que pueda arribar a mercados que se encuentran a mayores distancias y, a su vez, que mantenga una calidad que le permita ser comercializada fuera de su época.
Para lograrlo, se utilizan diversas tecnologías en postcosecha que mantienen las condiciones de higiene necesarias.
El especialista del área de postcosecha del INTA Alto Valle, Adrián Colodner, explicó que “aunque hay muchas tecnologías que se pueden aplicar para garantizar la calidad e inocuidad de los frutos y minimizar las perdidas postcosecha, es importante hacer foco en los aspectos relativos a la higiene, que comprenden dos procesos distintos y complementarios: la limpieza y la sanitización”.
limpieza y sanitización
Según los especialistas del instituto, en los establecimientos debe realizarse periódicamente la limpieza y sanitización de toda la línea de empaque.
En cuanto a la limpieza, los del INTA explican que se basa en eliminar la tierra y los restos de frutos, grasa u otras materias groseras que estén sobre el fruto.
“Este proceso reduce el número de microorganismos por efecto de arrastre de la suciedad que los contiene y deja las superficies con menor cantidad de materia orgánica, lo que favorece la acción y la efectividad de los productos sanitizantes”, informó Colodner.
Por otro lado, los técnicos mencionan la necesidad de realizar una sanitización de los frutos. Se trata, detallan, de reducir la carga microbiana tanto en el ambiente como en los objetos o superficies en contacto con el producto.
En relación al acondicionamiento y conservación de frutas frescas, el especialista del INTA remarcó que “la sanitización apunta a reducir el número de microorganismos a niveles que no comprometan la calidad y la inocuidad de la fruta”.
En estas prácticas, los técnicos explicaron que se deben utilizar sanitizantes aprobados por SENASA y ponen especial hincapié en hacerlo según las recomendaciones que figuran en los marbetes para la industria alimenticia, bajo las normas de manipulación que allí figuran.
De esta forma, insisten en que se evitarán problemas por malos usos y al mismo tiempo se obtendrán buenos resultados en los tratamientos.

cómo preservar la calidad del agua
A pesar de que se trata de tareas que los expertos consideran que deberían ser rutinarias en este ámbito, se debe poner foco especialmente en algunos sectores.
En esta línea, Sergio Ziaurriz, del INTA Villa Regina, aseguró que una forma importante de contaminación del producto es a través del agua utilizada en el hidroinmersor.
“La materia orgánica que ingresa en el agua junto con los frutos y los bines, incorpora una cantidad de microorganismos patógenos que se va incrementando a medida que se procesa fruta adicional”, agregó Ziaurriz.
Según los especialistas, una forma de preservar la calidad del agua empleada en el tratamiento es utilizar un agente sanitizante en una dosis adecuada, que no produzca contaminación. A su vez, recomiendan la frecuente renovación del agua empleada, y si es posible, cambiarla todos los días.
Por su bajo costo y alta efectividad, el cloro es el más empleado para estas prácticas. Respecto a este elemento, los especialistas sugieren mantener su concentración entre 100 y 150 partes por millón (ppm), con lo cual, explican que debe medirse y en caso de ser necesario, reponer.
Otro aspecto sugerido por los técnicos del INTA, es medir el pH del agua. Este indicador, agregan, debe encontrarse entre 6,5 y 7,5.
“Es importante limpiar y sanitizar el hidroinmersor antes de su llenado y procurar incorporar la menor cantidad de materia orgánica posible, como hojarasca o tierra acumulada en los patines de los bines”, indicó Ziaurriz.
De esta forma, el experto del INTA Villa Regina insiste que el sector de lavado es de vital importancia por la gran carga microbiana contenida en la materia orgánica y el agua, así como también el sectores de difícil higienización como lo son los cepillos.
Por esa razón, “en la limpieza de este sector debe emplearse abundante agua a presión desde arriba y desde abajo, si es posible a alta temperatura y con la adición de algún producto detergente que ayude a remover la suciedad y restos de cera adheridos”, concluyó Ziaurriz.The post Las técnicas de higiene para minimizar las pérdidas de frutas en postcosecha first appeared on Infocampo.

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Los productores vienen prestando profunda atención al comportamiento del clima y sus vaivenes ya que se está definiendo el potencial productivo.
Bajo estas circunstancias, el Servicio Meteorológico Nacional brindá sus proyecciones, febrero, marzo y abril. En este sentido, el Servicio deja instalada la preocupación sobre la “conciencia” de la región central del país, que seguirá con precipitaciones por “inferiores a lo normal a normales” en una extensa zona. Pero, además, con temperaturas que se ubicarán por encima del promedio para la fecha.

 
Una combinación de factores que puede complicar las reservas hídricas sobre el fecha de maduración de los cultivos y los acumulados en el perfil, pensando en la siembra de trigo.
 
LLUVIAS
Según los datos del Servicio, el clima tendrá el siguiente comportamiento, según regiones:
“Inferior a la normal”: Sur del Litoral y este de Buenos Aires.
“Inferior a la normal o Normal”: Córdoba, sudoeste de Santa Fe, oeste de Buenos Aires, La Pampa y centro-oeste de Patagonia.
“Normal o superior a la normal”: NOA y extremo sur de Patagonia.
TEMPERATURAS
Las temperaturas también tendrán un comportamiento que puede complicar a algunas zonas productivas
“Superior a la normal”: Este de Buenos Aires.
“Normal o Superior a la normal”: Sur del Litoral, Córdoba, oeste de Buenos Aires, La Pampa y centro-norte de Patagonia.
“Normal”: Norte del país, Cuyo y extremo sur de Patagonia.The post Pronóstico “no reservado”: ¿Qué indican las variables trimestrales sobre La Niña? first appeared on Infocampo.

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En su último informe, la Dirección Nacional de Lechería del Ministerio de Agricultura de la Nación señaló que el consumo interno aumentó 5% en 2020 y revirtió así la caída de los últimos cuatro años.
En números concretos, el Balance Lácteo Anual indicó que el año pasado se alcanzaron los 190.9 litros per cápita, lo que representó un crecimiento desde los 182.2 litros per cápita de 2019.
Por su parte, la exportación de productos lácteos creció casi un 19% en relación al año pasado, y se traduce en 23% en toneladas y dólares, de acuerdo a los datos oficiales.
Asimismo, el relevamiento señaló que la producción primaria aumentó 7% y que las importaciones cayeron 47%.
“Se trata de números importantes para la cadena láctea, en un año en el que tuvimos que afrontar las dificultades ocasionadas por la pandemia y que ha mostrado la capacidad del sector para sostener e incrementar la producción para garantizar el abastecimiento interno y mejorar los niveles de exportaciones”, expresó el director nacional de Lechería, Arturo Videla.The post Aumentó 5% el consumo interno de productos lácteos en 2020, según el Gobierno first appeared on Infocampo.

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