La campaña de vacunación mundial contra el Covid registra al 23 de Septiembre unas 4.589.473.185 dosis suministradas contra el coronavirus, de las cuales 309.577.325 se dieron en América del Sur. En la Argentina, el número alcanza a 49.729.347 aplicaciones.La aplicación de vacunas contra el coronavirus avanza a distinta velocidad en los países. En este sentido, China encabeza el ranking mundial de inoculación con 1.820.238.000 dosis aplicadas. Luego le siguen, India con 523.671.019 dosis y Estados Unidos con 353.205.544 dosis.Sin embargo, cuando se comparan las aplicaciones de acuerdo a la densidad poblacional de cada país, se observa que Malta lidera el listado con 1.835.448 dosis por millón de habitantes; en segundo lugar se ubica Maldivas con 1.803.411; y en el tercer puesto se encuentra Emiratos Árabes Unidos con 1.749.778.En este ránking internacional, la Argentina se ubica en el puesto 16 en relación a la cantidad de dosis aplicadas, pero su posición desciende a la posición 31 si se analiza el número de inoculaciones cada millón de habitantes.
En la lucha contra el coronavirus se incluyen las siguientes vacunas: Pfizer/BioNTech, Moderna, Sinopharm, Oxford/AstraZeneca, Covishield, Sinopharm/Beijing, Sputnik V, Sinopharm/Wuhan, Sinovac, Sinopharm CNBG.Toda la información sobre vacunas en el mundoLa vacunación contra el Covid en la ArgentinaLa vacunación en el país registra al 21 de Septiembre, un total de 49.729.347 dosis administradas, de las cuales 29.157.102 personas recibieron una dosis y 20.572.245 recibieron ambas aplicaciones.Las provincias con mayor cantidad de vacunas aplicadas son Buenos Aires con 13.505.405, Córdoba con 3.112.354 y CABA con 3.057.938.

Fuente: La Nación

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DENVER (AP) — Sam Hilliard pegó una línea de jonrón que produjo tres carreras, C.J. Cron consiguió cuatro hits y los Rockies de Colorado doblegaron el miércoles 10-5 a los Dodgers de Los Ángeles.Los Rockies cortaron una racha de cinco derrotas consecutivas en el Coors Field, gracias al triunfo sobre un equipo que persigue el título en la División Oeste de la Liga Nacional.Los Dodgers estarían en riesgo de perder más terreno respecto de San Francisco, el líder divisional. Comenzaron la jornada un juego detrás de los Gigantes, quienes visitaban a San Diego.El encuentro el Denver se perfilaba como un duelo de pitcheo entre dos seleccionados al Juego de Estrellas: Walker Buehler y el venezolano Germán Márquez. En vez de ello, los equipos conectaron 19 hits de manera combinada, incluidos tres jonrones e incluso un doble de dos carreras de Márquez, que echó a su contraparte del juego.Luke Raley mostró su poder al sacudir un jonrón de dos carreras por todo el jardín central en la tercera entrada. El sistema Statcast calculó que la pelota aterrizó a 472 pies del plato, con lo que igualó el tercer batazo más largo logrado por los Dodgers desde 2015, cuando se comenzó a llevar este registro con esta tecnología.Robert Stephenson (2-1) se llevó el triunfo por los Rockies. El relevista Justin Bruhl (0-1) cargó con el tropiezo.Por los Dodgers, el dominicano Albert Pujols de 1-0.Por los Rockies, el dominicano Raimel Tapia de 5-0. Los venezolanos Elías Díaz de 3-0 con una anotada, Márquez de 2-1 con dos impulsadas.

Fuente: La Nación

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BANGKOK (AP) — Con mensajes cada vez más firmes en apoyo de Taiwán, un nuevo acuerdo para proporcionar submarinos nucleares a Australia y el lanzamiento de una estrategia europea para aumentar su presencia en el IndoPacífico, Estados Unidos y sus aliados se están tornando más asertivos en su actitud ante una China en alza.China ha respondido con indignación a sus planes, y la creciente tensión entre Beijing y Washington llevó al secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, a pedir el fin de semana al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el líder de China, Xi Jinping, que reparen su relación “completamente disfuncional” y advertir que se arriesgan a dividir al mundo.En la apertura el martes de la Asamblea General de Naciones Unidas, los dos líderes optaron por un mensaje tranquilizador. Biden insistió en que “no buscamos una nueva Guerra Fría o un mundo dividido en bloques rígidos”, mientras que Xi aseguró que “China nunca ha invadido ni acosado a otros ni buscado la hegemonía, y nunca lo hará”.Pero los problemas de fondo no han cambiado. China refuerza sus puestos militares avanzados en su campaña de reclamaciones territoriales sobre cruciales rutas navieras, y Estados Unidos y sus aliados apoyan cada vez de forma más abierta a Taiwán, que China considera parte de su territorio, y amplían la cooperación militar en el IndoPacífico.Biden recibía el viernes a los jefes de gobierno de Japón, India y Australia para un Diálogo Cuadrilateral de Seguridad, unas reuniones que según la Casa Blanca abordarían la pandemia del COVID-19 y el cambio climático, pero también cómo mantener “libre y abierto” el IndoPacífico, una vasta región que va de India a Australia.El encuentro se celebraba una semana después del anuncio de que Australia rescindiría un contrato para comprar submarinos convencionales franceses para aceptar una oferta angloestadounidense de submarinos nucleares. La noticia empañó la presentación de la estrategia de la Unión Europea para estrechar sus lazos políticos y de defensa en el IndoPacífico.“Una cosa es segura, que todo el mundo se está centrando en el IndoPacífico”, dijo Garima Mohan, experta en Asia del grupo de estudios German Marshall Fund.Sin embargo, mientras los diferentes socios trazan planes acordes a sus fortalezas y necesidades, la última semana ha hecho patente la falta de coordinación en el desarrollo de una estrategia de seguridad cruzada, señaló.“No todo el mundo tiene la misma estimación de riesgo de China”, explicó en una entrevista telefónica desde Berlín.La estrategia de la UE recalca la necesidad de dialogar con Beijing e instar a “China a jugar su papel en una región IndoPacífica próspera y en paz”, al tiempo que propone un “aumento de la presencia naval” y amplía la cooperación en seguridad con socios de la región.También señala que China está fortificando su presencia militar y que “la demostración de fuerza y las crecientes tensiones en puntos de fricción regionales como el Mar de la China Meridional y Oriental, y en el Estrecho de Taiwán, podrían tener un impacto directo sobre la seguridad y prosperidad europeas”.Alemania, que tiene estrechos lazos económicos con China, recibió una llamada de atención la semana pasada cuando China rechazó su petición de una escala en puerto para la fragata Baviera, que está de maniobras en el IndoPacífico.“China les está diciendo que esta estrategia inclusiva no va a funcionar, de modo que en cierto modo es un brusco despertar para Berlín”, dijo Mohan. “Si tienes una estrategia IndoPacífica (…) no puedes hacerla neutral”.El Ministerio chino de Exteriores dijo que sigue “dispuesta a entablar intercambios amistosos con Alemania sobre la base del respeto mutuo y la confianza mutua”, pero dejó claro su disgusto con el aumento de la presencia naval en la zona.Beijing fue más directa en su reacción al acuerdo de submarinos con Australia, según el cual Estados Unidos y Gran Bretaña ayudarán a Canberra a construir submarinos nucleares. China la calificó de “muy irresponsable” y afirmó que “dañará gravemente la paz y la estabilidad regional”.La firma del contrato supuso la cancelación de un contrato de 66.000 millones con Francia por submarinos diésel, lo que indignó a París, que retiró sus embajadores de Washington y Canberra y afirmó que la maniobra ponía en duda toda la cooperación para frenar la creciente influencia china.Aunque la inesperada decisión claramente molestó a París, muchos analistas han sugerido que la indignada reacción de Francia podría ir más dirigida al público local, ya que el presidente, Emmanuel Macron, opta a la reelección a principios del año que viene.Más que una mera decisión en favor de los submarinos nucleares, el acuerdo era un mensaje claro de que Australia se compromete en el largo plazo a permanecer en el bando estadounidense en política sobre China, dijo Euan Graham, experto del International Institute for Strategic Studies en Singapur.Parece probable que el contrato de los submarinos agrave la guerra comercial entre China y Australia, y Australia aspira a firmar un acuerdo de libre comercio con India para ayudar a compensar el impacto económico.Aunque la estrategia europea tomará un tiempo, el plan da algo de claridad sobre cómo planea la UE trabajar con Estados Unidos y sus aliados en la región, algo que faltaba en el pasado.“Hay una falta de comprensión en el lado estadounidense sobre por qué está interesada Europa en el IndoPacífico y qué papel quiere jugar exactamente”, dijo Mohan en un podcast sobre el tema. “También hay una falta de comprensión de la estrategia estadounidense”.____El periodista de Associated Press Lorne Cook, en Bruselas, contribuyó a este despacho.

Fuente: La Nación

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Lisandro López no es de poner excusas en cada derrota importante de Racing. Como referente de la Academia, su voz es una alarma por lo que no se está haciendo bien, ya sea en la cancha o en los despachos. La eliminación por penales ante Godoy Cruz por los octavos de final de la Copa Argentina es un punto de inflexión en este semestre de Racing y en la carrera de Licha López, que se ve cerca del retiro a fin de año.“Mi contrato es hasta diciembre, veremos. Es bastante más probable que no siga a que sí”, expresó a TyC Sports, tras el partido disputado en Córdoba, en el que marcó un gol de cabeza en el empate 3 a 3; a los 24 minutos del segundo tiempo fue reemplazado por Maximiliano Lovera. El delantero, de 38 años, regresó a Racing a mitad de año, por motivos personales, tras una muy breve experiencia en Atlanta United, de la MLS.Al margen de su futuro, Licha dijo que Racing se debe una revisión del proyecto futbolístico: “Es un buen momento para trabajar, ir para adelante y en diciembre hacer una autocrítica de parte de todos los que estamos en Racing para no quedarnos en la comodidad que genera un poco el club. Me molesta sentirlo y decirlo”.Lisandro López ya marcó el descuento de Racing, mientras Fabricio Domínguez regresa con la pelota (Telam/)Desde el compromiso que siente con Racing, López propone soluciones de fondo: “Hay que hacer una reestructuración del plantel y tomar mejores decisiones a nivel futbolístico. Salir rápido de este bache que todos sentimos. Si tengo que ser el primero en hacer este cambio, seré el primero”.Tras el despido de Juan Antonio Pizzi, los dirigentes decidieron que Claudio Úbeda, que era director del fútbol amateur, se hiciera cargo de la primera hasta diciembre, junto con Juan Fleita (coordinador de inferiores) y Carlos Arano (entrenador de la quinta división). “La decisión con respecto a los técnicos la toman los dirigentes. Nosotros estamos a muerte con Claudio (Úbeda), Chiche (Arano) y Lagarto (Fleita) porque es gente que quiere de verdad al club”, agregó Licha.¡GOL DE RACING! Lisandro López descuenta y ahora Godoy Cruz gana 2-1 en Córdoba, por #CopaArgentinaEnTyCSports. pic.twitter.com/L0mRbqFOvv— TyC Sports (@TyCSports) September 22, 2021Desde la renuncia de Diego Milito como director deportivo, esta función quedó un poco difuminada con la designación de Rubén Capria. Los candidatos a entrenador están vinculados al gusto del presidente Víctor Blanco: Alexander Medina, Javier Mascherano, a quien sondeó en un encuentro casual, y Guillermo Barros Schelotto.Por el Torneo 2021, Racing acumula seis partidos sin victorias, con cinco empates (cuatro 0-0) y una derrota. Esta racha negativa condiciona la clasificación a la próxima Copa Libertadores, ya que se ubica a seis puntos del último equipo que está consiguiendo el pasaje por la tabla general. La otra posibilidad de acceder al torneo continental era la Copa Argentina de la que se despidió. La Academia participó en cinco de las últimas siete Libertadores. Licha López no quiso mirar para un costado ante este panorama complicado.

Fuente: La Nación

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El intendente de José C. Paz, Mario Ishii, lanzó una polémica crítica contra la prensa por la cobertura de la pandemia del coronavirus y por los cuestionamientos a la gestión del presidente Alberto Fernández. “Les pido por favor a los medios que tengan piedad. Son todas pálidas. Un día el pueblo se va a levantar contra los medios, no tengo dudas. No puede ser tanto veneno hacia la población”, disparó Ishii. Y añadió: “Tiren una buena, no puede ser pegarle y pegarle al Presidente. Hay que dejarlo gobernar. Tuvimos una pandemia”.Tras sus dichos, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) “condenó” en redes sociales las expresiones del intendente, principalmente por el hecho de que haya hablado de un “levantamiento contra los medios” y porque acusó a los medios de no dejar “gobernar al Presidente”.“La triste frase desconoce el rol crítico del periodismo en la democracia e ignora el valor de la libertad de expresión”, subrayaron desde Adepa.La triste frase desconoce el rol crítico del periodismo en la democracia e ignora el valor de la libertad de expresión.— ADEPA (@Adepargentina) September 22, 2021Una de las cuestiones que más llamó la atención fue el hecho de que Fernández y Axel Kicillof aplaudieron los dichos de Ishii, tal como apuntó Ricardo López Murphy en sus redes sociales.“El pueblo se va a levantar contra los medios”, dice el intendente que admitió encubrir la venta de droga en ambulancias. @alferdez y @kicillofok aplauden. Que patético es el kirchnerismo. pic.twitter.com/xRXkgrRy8j— Ricardo López Murphy (@rlopezmurphy) September 22, 2021Esta crítica de Ishii a los medios se produjo en un acto en José C. Paz, tierra que el conduce desde 1999. Allí se inauguró la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de José C. Paz (Unpaz). Estuvieron, entre otros dirigentes oficialistas, el presidente Alberto Fernández, el gobernador Axel Kicillof y el jefe del bloque de diputados del Frente de Todos, Máximo Kirchner.Se trató del primer acto tras las PASO y la consiguiente renovación del Gabinete.En su discurso, el Presidente reiteró que el Gobierno nacional ha oído “el mensaje” de las urnas y dijo que, por ese motivo, “redoblará los esfuerzos” para recuperar los puestos de trabajo y acercar las universidades a la gente con un sentido federal. También pidió a los empresarios que inviertan y produzcan para ayudarlo a volver a “poner a la Argentina de pie”.Con información de Télam

Fuente: La Nación

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El tiempo del presidente Alberto Fernández, como alguien de quien un 48% esperaba decisiones diferentes, se acabó. Resulta inútil cualquier exhortación que lo urja a retomar el rumbo, porque el rumbo hacia el que encaminó su gobierno fue desde el comienzo el de la perversión. No puede adjudicársele un solo acto en beneficio del país y, en cambio, todos aquellos que llevó a cabo siguieron la agenda de la muerte: la muerte de la república, de la democracia, de la justicia y de las personas individuales.Sus políticas terminaron con la vida de decenas de miles de inocentes y en el tiempo oportuno que tuvo para salvarlos no lo hizo. Su reprobable obediencia lo llevó a avanzar sobre lo que quedaba de independencia judicial, mientras los ciudadanos habían sido encerrados tempranamente mediante la agitación del miedo.Gobernó por decreto en tanto sus partidarios cerraban el Congreso, hasta que multitudes hastiadas de tanta burla salieron con banderas a las calles y avenidas de las grandes ciudades, de los pueblos, de las rutas, a manifestar que no estaban dispuestas a tolerar esa puñalada por la espalda.Desde los estamentos coordinados del poder se exhortó o toleró la toma de tierras, con la invocación de una necesidad social que nunca conmueve el esfuerzo ni el patrimonio de los gobernantes y sus socios.Su gobierno permitió y hasta apoyó como nunca antes con tanta frecuencia e intensidad las usurpaciones en el sur argentino por parte de grupos terroristas que no reconocen la bandera ni la jurisdicción nacional.Miles de delincuentes fueron lanzados desde la cárcel a las calles cuando el pueblo trabajador era perseguido obsesivamente por los actos más elementales a los que tenía justo derecho.Ahora, en veinticuatro horas tras la reflexión de la derrota, el gobierno pasa de la detención y penalización de un remero solitario que a nadie podía contagiar en medio del río, a la apertura de discotecas y la casi plena liberación de toda actividad. Y entonces, por si alguien no la hubiera visto, se advierte más claramente la mentira y la inutilidad de la quiebra de tanta gente de trabajo mientras los cortesanos reían y festejaban su propia impunidad.La perversión consiste, precisamente, en corromper el estado natural de las cosas y el gobierno de Alberto Fernández fue, desde el comienzo hasta el fin, el reino del revés. Y es el fin, efectivamente, porque su administración está ahora intervenida por aquellos a quienes no hizo más que obedecer.En realidad, el tiempo del Presidente nunca existió; sólo había llegado la máscara del verdadero poder.Hoy sólo queda la decrepitud y el descenso a la vergüenza más profunda, que es el lugar de la obsecuencia, destinada a provocar el rechazo de tirios y troyanos y la absoluta soledad de aquellos que indebidamente se someten.No se trata de una humillación digna de compasión; al menos de compasión política. El candidato Alberto Fernández conocía muy bien las características de sus socios y mejor conocería su propio temperamento. Si aceptó por un precio y ese precio consistió en el honor de llegar a la presidencia, hizo un mal negocio, porque no hay honor en llegar y permanecer de esta manera; pero así son los negocios. Millones de personas padecieron por ello.La compasión, como don divino, como virtud humana y como mandato religioso es algo personal e individual, muy diferente al “perdón de las urnas”. Y el perdón de las urnas sería un acto de amnesia y suicidio colectivo, contrario, por tanto, a los intereses de la nación.

Fuente: La Nación

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Hace pocos días, apenas ocurrida la derrota del oficialismo en las PASO, Leandro Santoro, cabeza de la lista del Frente de Todos para diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires, dijo sin medias tintas: “La pelota ahora está en la cancha del Gobierno. La Argentina necesita que haya dinero en la calle, dólares en el Banco Central y reactivar las condiciones de consumo”.Santoro resumió en pocas palabras cuál es la principal estrategia de la coalición a la que pertenece con vistas a los comicios generales de noviembre: profundizar el populismo en la esperanza de poder revertir el resultado de las urnas y en claro y directo desmedro de la búsqueda de soluciones de fondo para los acuciantes problemas que afronta el país.En efecto, el Gobierno avanza ya en varias de esas medidas. Se prepara para anunciar, entre otras, una suba de los montos de planes sociales y subsidios; un bono para jubilados y pensionados; la actualización del salario mínimo, vital y móvil; subir el piso del impuesto a las ganancias, y que las mujeres de entre 55 y 59 años y los hombres de entre 60 y 64 que se encuentren desocupados y tengan 30 años de aportes puedan acceder a la jubilación en un porcentaje por determinarse y que alcanzará el ciento por ciento cuando se cumpla la edad fijada por ley. Así lo estipula un borrador de decreto que está a la firma del Presidente y que, de efectivizarse, implicará en los hechos un nuevo y notable incremento del número de jubilados en un sistema previsional ya colapsado.Como se ve, todo está orientado a medidas cortoplacistas para incentivar el consumo, financiadas por más gasto, lo que implica más emisión monetaria y, en definitiva, más dispendio que todos los argentinos nos veremos obligados a saldar pasados los comicios, en un contexto de inflación alta y suba desmedida de la deuda en pesos.El populismo es eso: no importan los efectos secundarios, sino alcanzar el resultado de corto plazo mediante instrumentos que se presentan como un remedio salvador, pero que en realidad no son más que venenosas y destructivas pócimas.Nada mejor para explicar el populismo en términos llanos y directos que la cruda descripción que acuñó la politóloga y escritora guatemalteca Gloria Álvarez. Dijo: “Populismo es limosna ideológica. El populista te corta las piernas, luego te da unas muletas y te obliga a agradecerle por esas muletas que te dio tras haberte dejado sin piernas. Ahora ¿se puede culpar a la población por el populismo? Culparla no; responsabilizarla sí, porque Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Evo Morales, los Kirchner, Lula da Silva, Rafael Correa, Daniel Ortega y Nayib Bukele llegaron democráticamente al poder. La gente los votó y ahí sí existe una responsabilidad por parte de las poblaciones que siguen creyendo que ‘papá gobierno’ está para ser Santa Claus y no para ser un árbitro que vigile que haya igualdad ante la ley. Si se les quita a los ciudadanos la manera en que ellos pueden producir para pagarse su propia comida, por supuesto que van a aplaudir cuando les regalen alimentos porque se encuentran famélicos. Se están muriendo de hambre. La situación más desgraciada que tenemos en América Latina y que crucifica a los pobres a seguir en la pobreza es esa desigualdad ante la ley, la falta del Estado de Derecho”.El pronunciamiento de las últimas PASO, mayoritariamente cuestionador de ese populismo, representa tan enorme llamado de atención para las autoridades que ven peligrar su autocrático proyecto de impunidad que optan por redoblar la apuesta. La población viene de padecer un encierro eterno por una pandemia pésimamente gestionada, con casi 115.000 personas fallecidas; pérdida de empleos; cierre de comercios; dramáticos retrocesos educativos con altísima deserción escolar; constantes transgresiones de las máximas autoridades a la ley y a la palabra empeñada; un aluvión de peligrosos presos liberados; con cada vez más víctimas de la inseguridad personal y con una crisis alimentaria con casi medio país sumido en la pobreza. Viene de soportar que, mientras se le pedían sacrificios, sometida al encierro, insultada públicamente y hasta detenidos muchos ciudadanos por infringir el aislamiento obligatorio, en lo más alto del poder se hacían fiestas en la propia quinta de Olivos.Son problemas graves que, todo indica, no se arreglarán con más populismo, sino más bien todo lo contrario. Hay un agotamiento social frente a la mentira y el atropello y una necesidad gigantesca de salir del pozo por los propios medios, con trabajo y no con dádivas.Esos aspectos son los que deberían ser tomados en cuenta por el Gobierno a la hora de pensar en verdaderas salidas. El cortoplacismo electoral es una nueva afrenta para una ciudadanía que reclama cambios profundos y no más parches, cuando la esperanza cotiza en baja y nuestros hijos creen que el futuro de sus vidas ya no está en su tierra. No es verdad, como pretenden instalar en varias usinas oficiales, que haya argentinos que odien el país. Lo que no quieren ni los que planean emigrar ni los que nos resistimos a la resignación es seguir viviendo en una Argentina fallida, con una dirigencia política que se siente dueña del poder para ejercerlo en su propio beneficio mientras reparte limosna a cambio de votos.

Fuente: La Nación

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Pensando mal se peca, pero a menudo se adivina. Si lo decía un viejo zorro de la política italiana –católico de dieciocho quilates, de casa en el Vaticano–, yo también puedo decirlo. Siguiendo el hilo histórico del mito de la nación católica, siempre se encuentra la clave de los misterios peronistas. Incluso del patético espectáculo de los últimos días, de la tormenta en un vaso de agua que estalló por la derrota sufrida en las PASO. El juego del policía bueno y el policía malo, del presidente sumiso víctima de la vicepresidenta mandona, seguía un guion probado, era la típica riña en familia, la gresca entre miembros de una misma pandilla. No digo que los protagonistas lo supieran: sería pedir demasiado. Pero la historia tiene su inercia; los actores, su memoria. Al buscar un sentido en el caos y una luz en la niebla, se llega lejos, al punto de partida, al sentido del advenimiento peronista en la historia argentina. Y a sus consecuencias.Como cualquier historia digna de ese nombre, esta también tiene un antecedente. Entonces, rebobinemos la cinta. Cuando, hace dos años, se anunció la candidatura de Alberto Fernández a la presidencia, fue un rayo caído del cielo. Por diferentes razones. La primera es que no nació de una amplia consulta de los militantes, de un debate público: ¡el peronismo no es un partido “burgués” ni un aparato “demoliberal”! El segundo motivo fue el que más llamó la atención: Cristina había elegido a Alberto, la vice al titular, el dedazo de la reina había investido el vasallo. Dados sus problemas legales, no fue difícil entender por qué. Finalmente, hubo un tercer motivo de sorpresa: el rompecabezas peronista, antes en mil piezas, fue reensamblado de golpe, los enemigos de ayer eran los aliados de hoy. ¿Un milagro? En cierto sentido: pérfido o bien informado, el Financial Times reveló que el propio Papa había ayudado. Hubo mentís, pero poco convincentes: debió de haber algo cierto. Nadie duda de las buenas intenciones del Pontífice: unir, pacificar, estabilizar. Sin embargo, muchos dudamos de que la unidad peronista contribuya a la paz y la gobernabilidad de la Argentina. Dos años después, creo que la duda está justificada.Pero volvamos a nosotros, a hoy. La casa peronista aún temblaba por el paso del huracán PASO cuando un breve artículo del arzobispo de La Plata comentaba sus causas y abogaba por sus remedios. Un texto importante, también por varias razones. La primera y más obvia es el autor. Víctor Manuel Fernández no es un obispo cualquiera; tanto porque dirige la provincia eclesiástica donde se suelen decidir los destinos políticos del país y donde el peronismo es una especie de fe popular como porque disfruta de la justificada reputación de teólogo del Papa. Lo quisiera o no, cuando tomó lápiz y papel sabía que sus palabras se entenderían como un mensaje de Francisco. ¿Lo eran?La segunda razón es la forma, el “género”: duro y crudo, desprovisto de atavíos pastorales o florituras doctrinales, es una explícita intervención eclesiástica en la coyuntura política. Es difícil, diría imposible, imaginar algo así en cualquier democracia occidental. En parte porque la Iglesia se abstiene de lo ajeno, pero sobre todo porque pocos le darían peso. No es el caso de la Argentina, donde el peronismo ha sido el vehículo de la nación católica desde su nacimiento y, por tanto, la Iglesia está en condiciones de pedirle coherencia con ella.Es lo que hace Tucho Fernández, y esta es la tercera razón por la cual su nota es importante e influyente en el desenlace de la crisis abierta por la derrota electoral peronista. ¿Cuál es su contenido? El principal argumento, en resumen, es que en lugar de dedicarse a los problemas del “pueblo”, el Gobierno se ha centrado en cosas que al “pueblo” le son ajenas. Concretamente: nada contra la pobreza, todo por el aborto. Por eso, explica, mucha gente pobre no votó. La conexión es dudosa; la lógica, atrevida: en los países más ricos, despenalizar el aborto no ha frenado el desarrollo. Pero se puede estar seguros de que el mensaje les habrá llegado alto y claro a Cristina y Alberto: para revertir el rumbo, para llevar al “pueblo” a las urnas, el peronismo debe volver a sus fuentes y liberarse del secularismo de sus “elites ilustradas”. La Iglesia, los curas villeros, los movimientos sociales, tan influyentes en los inmensos suburbios y las grandes barriadas, renovarán entonces la unión mística del pueblo con el peronismo, de la nación con su cultura católica. Incluso el Papa, hosco y silencioso durante meses, ayudaría como en el pasado. La pendiente electoral podría revertirse. Aún están a tiempo, advierte el arzobispo, aludiendo más a noviembre que a la eternidad.Ay de banalizar este llamado, de reducir el mensaje eclesiástico a un vulgar ejercicio de politiquería. Contiene una poderosa lectura de la historia nacional, el mito de la nación católica, del que la “teología del pueblo” es la versión más reciente y refinada. Es la convicción, y la pretensión, de que dada la “cultura” cristiana del “pueblo”, dado el cristianismo de los próceres, dado que la evangelización hispana moldeó los valores de la patria, cada aspecto de su vida debería reflejarlo. Lo cual, lo admita o no, otorga a la Iglesia enorme autoridad moral y poder político. Ahora bien, ¿qué pasa en el accidentado recorrido de este mito de la alta cocina de los teólogos a la baja cocina peronista? ¿De los principios a las leyes, de las ideas a los hechos? La política no es filosofía, el gobierno no es teología.El resultado de la crisis peronista, la reorganización del Gobierno, parecería aceptar la advertencia del prelado, intentar llevar el barco peronista de regreso al puerto del “buen pueblo fiel”: la elección de un jefe de Gabinete de probada fe antiabortista, la eliminación de figuras “progresistas” ajenas al alma cristiana del movimiento, el rescate del peronismo ortodoxo reflejado en el aplauso sindical. Y la implícita genuflexión ante el chantaje de Cristina Kirchner –gastar más, gastar mucho, gastar donde los votan–, lo que tanto entusiasmará y movilizará a los movimientos “populares”. No creo que la Iglesia quede conforme: el aborto ya está aprobado y el paternalismo asistencialista prevalecerá, como siempre, sobre el “sano desarrollo” que ella invoca con palabras. El único que se beneficiará será el clientelismo peronista, mientras que el declive de la Argentina continuará su ya largo curso. Este, precisamente, es el antiguo guion, el crónico fin del mito de la nación católica. Siempre que la mayoría de los argentinos no hayan caído en la cuenta y decidido decir basta.

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Uno de los temas que más controversia viene generando es el carácter voluntario u obligatorio de la vacunación contra el Covid-19 y el impacto que ello genera en diversos planos; entre ellos, el de las relaciones laborales. Si bien la vacunación contra el Covid-19 no es obligatoria, la normativa vigente demuestra el claro interés del estado en promoverla.Actualmente no existe ninguna norma que imponga la obligatoriedad de la vacunación de empleados ni regularización de cuáles serían las consecuencias de la no vacunación en las relaciones laborales. Esto genera incertidumbre e inseguridad jurídica para el mundo del trabajo, lo que dispara permanentes consultas a los abogados que nos especializamos en este campo de conocimientos. Algunos de los temas que hoy en día se presentan a consulta están vinculados fundamentalmente a la posibilidad de:a) Discontinuar el pago de salarios o despedir con causa a quien eligió no vacunarse sin justificación atendible o razonable y como consecuencia dejó de trabajar.b) Requerir a un empleado que informe si se vacunó o si no lo hizo.c) Exigir a un empleado que no se vacunó que vuelva a prestar tareas presenciales.Para responder tales interrogantes, debe considerarse la Resolución Conjunta 4/2021 de los ministerios de Salud y de Trabajo, que dispone que los empleadores podrán convocar a empleados vacunados con al menos la primera dosis al retorno a la presencialidad, quedando exceptuados aquellas personas con inmunodeficiencias y pacientes oncológicos y trasplantados.En base al deber de buena fe que rige a las relaciones laborales y que es precisamente destacado por la Resolución 4/2021, puede entenderse que, si el empleado se rehúsa a vacunarse y se niega a retornar a su actividad presencial, su empleador -que claramente no podría “llevar de la mano” a un empleado al vacunatorio- no está obligado a continuar abonando la remuneración e incluso estaría habilitado a despedirlo con justa causa.En lo que respecta al derecho del empleador de requerir que el empleado informe si se vacunó o no, si bien el empleado podría alegar que ello importa una intromisión a su privacidad, existen argumentos para sostener que el empleador está habilitado a exigir tal reporte, por deberes inherentes a la seguridad, higiene y protección de la salud de sus empleados y de terceros.Con relación a la factibilidad de convocar a empleados no vacunados, éstos podrían ser convocados, debiendo evaluarse en función de la actividad desarrollada si el llamado resulta verdaderamente conveniente, sobre todo por la responsabilidad que una decisión de tal naturaleza implicaría para el empleador, teniendo en cuenta los riesgos de cada caso concreto.En un contexto de incertidumbre, es deseable el dictado de una nueva normativa que aclare la cuestión sobre los empleados no vacunados, que regule situaciones particulares como las de aquellas personas que eligen no vacunarse por cualquier motivo debidamente fundado y precise el modo en que debería obtenerse información respecto la situación de un empleado frente a la vacunación, por mencionar sólo algunos de los temas actuales de preocupación en la agenda.Asociado de Pérez Alati, Grondona, Benites & Arntsen

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El autor del siguiente artículo es diputado nacional y candidato a renovar su banca en las próximas elecciones legislativasToda mitología necesita de relatos secundarios que armonicen con la narrativa principal. La griega, por ejemplo, engarza la Biblioteca mitológica de Apolodoro con la Ilíada y la Odisea. Las Sagradas Escrituras se estructuran en relatos breves sobre los milagros de Jesús y las obras de sus apóstoles. De similar manera, la leyenda de la inevitabilidad peronista se articula con varias subleyendas desmentidas por la historia, pero que permanecen vivas en el corazón de los creyentes. Los resultados electorales de las PASO han arrasado con cuatro de ellas: la de la invencibilidad del peronismo unido, la de su control de la provincia de Buenos Aires, y las de la sapiencia y la gobernabilidad de los muchachos, los únicos que pueden y saben gobernar.¿Invencibilidad? El peronismo viene perdiendo elecciones desde hace rato: en 2013, 2015, 2017 y 2021. Solo ganó en 2019. Una de cinco. Sin embargo, la leyenda de la invencibilidad peronista había subsistido invocando la variable de la unidad. El peronismo unido jamás será vencido, recitaba un sentido común resistente a los hechos. Ciertamente, la unidad fue el factor determinante en 2019, cuando Juntos por el Cambio obtuvo 2,2 millones de votos más que Cambiemos en 2015, pero no llegó al ballottage. Sin embargo, la unidad peronista parece haberse transformado en condición necesaria pero no suficiente para la victoria. El domingo 12, perforaron su mínimo histórico: 31%, menos de un tercio de los votos, diez puntos abajo del “piso de 40%” asegurado por la Leyenda, y en disminución. Otra vez ganaron las minorías, y por mucho. Desde ese domingo, la asociación “peronismo = mayorías” es solo otro abuso del relato. La matemática no es una opinión.La segunda gran leyenda destituida es la del dominio del Olimpo peronista: la provincia de Buenos Aires. Y bien, ese domingo perdieron en el territorio sagrado. Es cierto, en 1983 el triunfo de Alfonsín sobre Luder había dejado en la gobernación al desconocido Armendáriz. Y en 2015, María Eugenia Vidal derrotó a la quintaesencia del Pejota bonaerense: Aníbal. También Esteban Bullrich derrotó a Cristina en 2017, y en 2009 Néstor perdió con De Narváez… Pero la leyenda del control peronista de la provincia seguía incólume. Por eso, a pesar del zafarrancho de Kicillof, todas las encuestas lo daban ganador. El domingo, se acabó. Cinco puntos abajo, el territorio sagrado pintado de amarillo y retrocesos memorables hasta en donde ganaron, como la reducción a menos de la mitad de los 40 puntos de diferencia en el sancta sanctorum de La Matanza.Más importante, semejante debacle electoral proviene de la caída de las principales leyendas que el peronismo había logrado convertir en axiomas indiscutibles. Los peronistas serán corruptos y autoritarios –decían– pero son los únicos que pueden y saben gobernar. No importaba que Macri hubiera terminado su mandato después de nueve décadas de golpismo. Nada contaba que los días más felices de Perón, Menem y Kirchner hubieran quemado las mejores oportunidades históricas en hogueras de consumismo insustentable, ni que el país terminara todos esos ciclos dividido y con la macroeconomía en llamas. Menos aún pesaba la memoria de los resultados obtenidos por el peronismo cuando le tocó gobernar en condiciones desfavorables como las que tuvieron que enfrentar Macri, De la Rúa y Alfonsín. Ni la memoria del Rodrigazo de 1975, cuando la pobreza se triplicó en un año, ni la del Duhaldazo de 2002, cuando fue la indigencia la que se duplicó, bastaban para empañar la leyenda de que los muchachos defienden al pueblo y son los únicos que pueden y saben gobernar.Embrujados por esa supuesta sabiduría, el 48% de los argentinos votó en 2019 por un elenco de estrellas que se habían acusado mutuamente de corruptos, narcos y encubridores de atentados. Votaron también un sistema institucional anómalo en el que la vicepresidenta detentaba el poder. No hay razones para la sorpresa cuando los votados demostraron su incompetencia, se robaron hasta las vacunas y terminaron transformando su derrota en una pelea de vodevil digna de un cabaret. A los tradicionales autoritarismo y corrupción, el cuarto gobierno del peronismo K agregó una memorable incapacidad de gestión, que dejó a la Argentina sin testeos, primero, y sin vacunas después; y que puso al país en el top ten del desastre mundial en caída del PBI, desmanejo de la pandemia, días de escuelas cerradas y muertos por millón de habitantes. Alberto, Kicillof, Ginés y Cafierito Enesimus quedarán en la historia como los rostros imborrables de ese cachivache gubernamental.Roban, pero no saben gobernar.Al desastre objetivo se le sumó el simbólico: vacunatorio VIP, velorios desmadrados en la Casa Rosada, festicholas en Olivos y el Presidente levantándole el dedito admonitorio a una ciudadanía condenada a perder su trabajo, cerrar su negocio, no mandar los chicos a la escuela y despedir a sus agonizantes sin poderlos ver. El peor gobierno de la historia democrática, si se exceptúa el de la compañera Isabel. En cuanto a la gobernabilidad, acaba de quedar en claro que depende de la responsabilidad o la irresponsabilidad de la oposición. En 2001, con 38% de pobreza, las elecciones de medio término perdidas malamente y una crisis política en la Alianza, el peronismo salió a prenderle fuego al país. ¿Qué no habría hecho la semana pasada si hubiera sido oposición, con similares resultados electorales del Gobierno, una crisis política como la de entonces y la pobreza en el 42%?Faltan dos meses para las elecciones que valen, en noviembre, y en la Argentina dos meses son dos siglos. Recién entonces sabremos si el voto es capaz de romper el dispositivo más eficaz de la hegemonía peronista: la mayoría automática en el Senado de la que gozan desde 1983. Terminaría así el veto peronista que permitió la construcción del espantoso Poder Judicial que tenemos y que hizo que durante 38 años no se sancionara una sola ley sin que pasara por el filtro de los dueños del país. Soñando a ojos abiertos, dos elecciones como la del domingo dejarían en 2023 a la Argentina frente a un evento inusitado: un gobierno no peronista que podría desactivar la bomba de tiempo económica que siempre han dejado disponiendo esta vez de una mayoría de gobernadores no hostiles al Ejecutivo y de un Congreso capaz de aprobar las reformas –monetaria, laboral, previsional, fiscal, educativa– que necesita e implora el país.¿Utopía? Asistimos al fin de cuatro leyendas peronistas. Es cierto que todas habían sido refutadas por la historia, pero también es cierto que seguían gobernando el escenario nacional. Acaso, porque los episodios que las habían desmentido se produjeron en momentos diferentes, y no como el domingo 12, cuando la marea antipopulista que arrasó el país las arrastró todas juntas en su correntada. Caídas las leyendas, el principal saldo de las PASO 2021 es que la mayoría peronista en el Congreso no es una fatalidad. El peronismo ya no es un destino.¿Bastará esto para acabar con la hegemonía peronista instaurada hace 32 años, que les permitió 26 años de gobierno y seis de no dejar gobernar? ¿Se convertirá el Pejota en un partido normal, uno más entre otros partidos? ¿Será el final del consenso populista que desde mediados del siglo pasado viene determinando a la Argentina desde el gobierno o la oposición? ¿Habrá por primera vez en 2023 un gobierno democrático no peronista con poder para cambiar las cosas? En noviembre tendremos una primera respuesta a este enigma. En tanto, el partido está abierto. Se acabó la inevitabilidad.

Fuente: La Nación

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