En este último episodio de Hay que pasar el invierno, el podcast que repasa las crisis económicas argentinas, no evaluamos una en particular, sino un periodo que contiene, al menos, un par de crisis.Hacia fines de 2007 la Argentina presentaba un importante crecimiento económico, pero al mismo tiempo el modelo comenzaba a mostrar alertas por el lado de la inflación y el congelamiento de las tarifas de servicios públicos. A poco de comenzado el primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se da la crisis con el campo, que si bien tiene un impacto en la economía, fue menor comparado con lo que se estaba armando en el horizonte.Hacia la segunda mitad del año se desató una crisis global que golpeó con fuerza localmente. El alejamiento de los mercados financieros tras el default funcionó como una especie de aliciente y hacia la segunda mitad de 2009, tras las elecciones de medio término, el país comenzó a mostrar un rebote importante. Sin embargo, este crecimiento se hizo a cuenta de los superávits fiscal y comercial, y el país entró en una nueva normalidad, en la que dejó de crecer, afianzándose esta situación hacia 2011 con la implementación de las restricciones para el giro de divisas. Pese a esta situación de caída no se produjo un quiebre, y con un ratio de deuda bajo, pero con otras métricas presentando una pesada herencia, asumió Mauricio Macri.Aquí se produjo un movimiento en el péndulo de la economía argentina y del extremo donde se afirmaba que la emisión monetaria no producía inflación, pasamos al otro extremo (sólo la emisión produce inflación) y las medidas para contener el aumento de precios se movieron en torno a esa política. Se liberó el cepo, se arregló con los acreedores y, con la vuelta al mercado financiero, se tomó deuda a la espera de la lluvia de inversiones. Esta no se presentó copiosa y, tras el triunfo electoral de medio término, las metas de inflación fueron modificadas, lo que repercutió negativamente en las expectativas, que fueron nuevamente golpeadas por un shock externo: la suba de las tasas de interés de los Estados Unidos. Tras esto, la economía entró en un espiral descendente y no volvió a crecer en el próximo año impar, sino que la caída se agudizó, lo mismo que la inflación, a la espera de la llegada de un nuevo gobierno, de otro signo político, en diciembre de 2019.Le agradecemos a Hernán Lacunza, Emannuel Alvarez Agis, Marina Dal Poggetto, Eduardo Levi Yeyati, Laura Damato, Martin Rapetti, y Roxana Maurizio la participación en este episodio.Escuchá los episodios anterioresQué es “Hay que pasar el invierno”En un año en el que la tarea de política económica parece cuesta arriba, con negociaciones de deuda y recesión en ciernes, en este podcast de LA NACION vamos a recorrer la historia argentina para conocer todas esas crisis, encontrar patrones comunes, que son varios. A lo largo de una docena de episodios vamos a conocer cómo el país se fue insertando en el mercado internacional, primero de la mano de las ovejas; cómo en el camino al presente pasamos por crisis bancarias, cesaciones de pago (nuestros amigos los defaults), tipos de cambio fijos, variables, industrializaciones parciales, crecimiento interrumpido, 1 a 1, corralitos y corralones.A cargo de este viaje estamos el equipo detrás de La banda presidencial, el podcast sobre 200 años de presidentes argentinos: Camila Perochena, historiadora y docente de la Universidad Torcuato Di Tella y la Universidad de Buenos Aires, y Santiago Rodríguez Rey, politólogo y especialista en comunicación política; se suma Darío Judzik, doctor en economía aplicada y docente en la Universidad Torcuato Di Tella.Los invitamos a escuchar Hay que pasar el invierno, el podcast sobre las crisis económicas; se publicará todas las semanas en el sitio de LA NACION y también estará disponible en Spotify, Apple Podcasts, Google Podcasts o su agregador de podcast favorito, al igual que el resto de la oferta de podcasts de LA NACION.

Fuente: La Nación

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ROMA.- Desde cuando fue electo superior general de los jesuitas, en octubre de 2016, cuando se convirtió en el primer no europeo al frente de la congregación fundada hace 500 años por San Ignacio de Loyola, el padre venezolano Arturo Sosa siempre fue parco a la hora de hablar de su país, donde aún viven su madre nonagenaria y una hermana.En un libro que publicó ahora en conversación con el periodista español, Darío Menor, titulado “En camino con Santiago”, Sosa, también llamado “el papa negro” –por el color de su hábito y el cargo vitalicio- explicó por qué. “Lloro, lloro. Más de dolor que de rabia. Es muy duro todo lo que ha ocurrido. Nunca imaginé que se pudiera destruir tanto”, confesó, ante una pregunta sobre qué siente cuando ve cómo está ahora Venezuela.El mapa que muestra a la Argentina como uno de los países más golpeados por la pandemiaEn el libro -que escribió en ocasión del Año Ignaciano, que conmemora el 500 aniversario de la batalla en la que Ignacio de Loyola, el 21 de mayo de 1521, sufrió una herida que dio lugar a una profunda transformación en su vida-, Sosa, de 72 años, licenciado en Filosofía y Teología y doctor en Ciencias Políticas, también reveló que conoció bien a Hugo Chávez, que significó el principio del naufragio de su país. De hecho, iba a visitarlo a la cárcel después de su golpe de 1992.“Nuestra relación era buena, pero crítica. Discutíamos mucho, aunque él decía que le habíamos salvado la vida. De alguna manera es verdad. Después de que lo metieran preso, quisieron trasladarlo junto a otros compañeros a otra cárcel y se temía que le fueran a matar durante el viaje. El jesuita que colaboraba con la fiscalía, un obispo y yo nos ofrecimos para acompañarlo en el vehículo. Fue una situación de mucha tensión, pero queríamos crear puentes”, contó.En una entrevista con LA NACION en una sala de la Curia Generalicia de Borgo Santo Spirito, a metros del Vaticano, padre Sosa habló más de su castigado país, donde admitió que Nicolás Maduro, a quien nunca encontró, encabeza un régimen dictatorial.Arturo Sosa le entrega su libro al papa Francisco (Elisabetta Piqué/Roma, Italia)-En el libro usted llora por Venezuela, afirma que su salida es la superación del chavismo, elecciones libres y transparentes y destaca que un obstáculo fuerte es que la oposición está muy fragmentada. También dice que ha habido oportunidades que no se han podido aprovechar: ¿a qué se refería?-Pienso por ejemplo en las elecciones parlamentarias del 2015 y esta pasada, en la que no se presentó la oposición, dos oportunidades en las que se pudo haber hecho otra cosa, políticamente más eficaz, aunque no se ganaran las elecciones en términos de mayoría absoluta. Pero se perdió la ocasión de ratificar que esa es la vía. Porque uno no va a las elecciones solamente cuando gana, uno va a las elecciones porque es un espacio en el cual hay la posibilidad, entre otras cosas, de conectarse con la población, de hacer propuestas, de poner claro cuáles son las fuerzas que están en juego, y ahí se perdieron esas oportunidades. Y se han perdido también oportunidades de negociación…-¿Se refiere a la famosa mediación en la que estuvo el Vaticano (2014-15) y hace dos años, la que intermedió Noruega?-Sí. O sea que ha habido muchas oportunidades que no se han aprovechado. Se puede analizar cada una más en detalle, pero en concreto de parte de la oposición no ha habido la claridad suficiente para entrar en eso con una visión política de largo plazo y por parte del gobierno porque ha sabido manipularla para reforzar su poder…Revelan el triste final del esqueleto hallado a orillas del volcán Vesubio-Hace unas semanas el premier italiano, Mario Draghi, no usó eufemismos y llamó dictador al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. ¿Usted llamaría a Maduro un dictador?-Por supuesto el régimen es un régimen dictatorial y Maduro es la cabeza de ese régimen dictatorial. Solo que yo tengo una pelea mediática, porque los medios tienden siempre más a darle a la persona que al sistema. El problema es que el caso de Venezuela, es el sistema. El sistema es más fuerte que la persona, yo no me meto en otros lados, pero en Venezuela es ésa la gran diferencia entre Chávez y Maduro. Chávez tenía una concepción de poder que se le reforzó con la relación con Fidel Castro. Era la idea de un poder absoluto y armó un sistema.-Usted en el libro lo compara con el Duce…-No lo comparo con el Duce, sino con la idea de que en Venezuela, como en la Argentina, fue muy poderosa la teoría positivista en el final del siglo XIX y comienzos del XX. Y uno de los mayores pensadores positivistas venezolanos, Laureano Vallenilla Lanz, formuló la teoría del “César democrático”, que parece una contradicción en los términos, pero que él lo justificaba mucho. Y una de las primeras cosas que dije yo de Chávez es que estaba repitiendo la teoría del “César democrático”, en el modo de justificar su presencia en el gobierno cuando ganó las elecciones en el 99. No cuando se estaba muriendo después de gobernar.-¿Qué se imagina que puede pasar en Venezuela, también en el contexto de la situación difícil de Colombia, el desastre económico y la pandemia?-Espero y deseo que pueda evolucionar a una negociación. Creo que precisamente por las condiciones tan adversas, si uno no arranca el análisis de Venezuela y de América latina por la tragedia humana de la gente, especialmente de los pobres, no puede de verdad proponer nada de largo plazo. Si se propone únicamente como una lucha por el poder o por ganar elecciones, no se arregla. El problema es cómo se soluciona el tema humano. En Venezuela y en América latina, en Colombia, en Brasil, por cualquier país de América latina…-En la Argentina…-Pero en Venezuela es patente… Arrancando de ahí y viendo la carencia de medios económicos y políticos que hay en este momento, no nos queda más remedio que entendernos, que buscar juntos una vía. Una vía que sea inclusiva, porque el tema no es ‘quítate tú pá ponerme yo’, sino cómo incluimos y cómo negociamos para incluirnos.El libro de Arturo Sosa, “El Camino con Ignacio” (Elisabetta Piqué/Roma, Italia)-¿El fenómeno Guaidó fue un fenómeno, o sigue siendo algo importante?-Es uno de los ingredientes que está ahí. Y otra vez, Guaidó no es Guaidó, Guaidó es una corriente que se ha hecho un espacio en la vida pública venezolana, es algo de lo que no se puede prescindir…-El Papa en un videomensaje que envió recientemente para la beatificación del médico venezolano José Gregorio Hernández, no sólo llamó a la reconciliación, a la unidad nacional y a la estabilidad democrática, sino que, además, se mostró totalmente contrario a cualquier “intervención de afuera”.-Todavía hay alguna gente que no sé de dónde saca la ilusión de que es posible una invasión… Eso es imposible e indeseable. Eso no sería una solución, sería cambiar de problema.-Aunque personajes como Guaidó cuentan con apoyo externo…-Sí, por supuesto, pero eso también es parte de la negociación. La negociación se va a hacer con apoyo internacional, como unas elecciones que sean creíbles tienen que ser con transparencia internacional. Creo que el Papa primero por una parte descarta un tema de invasión para sanar y que sean otros que soluciones el problema. Los otros tienen que acompañar la solución del problema, pero tiene que ser un problema que resuelven los venezolanos. Sin acompañamiento es mucho más difícil. Y después usted mencionó antes Colombia… Los problemas de Venezuela no son aislados en América latina y especialmente muy vinculados con el tema colombiano. O sea los tropezones del proceso de paz en Colombia tienen una repercusión directa en Venezuela. Y viceversa: la solución de los problemas de Venezuela ayudarán a la paz de Colombia, sin duda.En fotos: abre Little Island, el parque flotante de la discordia en Nueva York-Cambiando de tema: ¿Cómo ve al papa Francisco en este octavo año de papado aún marcado por dificultades en su operación de limpieza y escándalos de corrupción?-Lo veo como una cosa que es admirable en el papa Francisco. Primero, su inmensa confianza en lo que está haciendo, confianza que le viene de la fuerza espiritual que tiene. Y lo segundo, que de verdad él cree en los procesos. Y bueno, es un proceso en el cual hay avances y retrocesos, en el cual hay amigos y enemigos, en el cual hay curvas y bajadas y subida y él las vive así. Las vive con gran serenidad y con gran constancia… Como dicen en Venezuela ‘pa lante y pa allá’-¿Es posible la conversión de la curia que él busca?-Por supuesto que es posible, pero no es fácil… Además yo creo que el tema no es la curia, el tema es la Iglesia. La curia va a cambiar en la medida que la sinodalidad se haga el modo normal de funcionar en la Iglesia. Entonces las curias cambiarán…-¿Los 15.000 jesuitas que hay en el mundo están todos firmes con el Papa, o algunos siguen teniendo resquemores, como cuando fue electo en 2013 y buena parte quedó en silencio?- Hay que hacer muchas distinciones ahí: una cosa es todos firmes con el Papa y otra es todos firmes con Francisco. La Compañía de Jesús siempre, por definición, está firme con el Papa. Después, con todos los papas ha habido más o menos tensiones, más o menos confianza del Papa en la Compañía y viceversa. En el caso del papa Francisco, yo sí pienso que la Compañía, en general y con toda la variedad de matices que pueda haber entre los jesuitas –mi abuelo tenía un cuadrito que decía ‘tres españoles, cuatro opiniones’- (risas), siente que éste es el camino. Porque el papa Francisco representa una persona que está comprometida con que la Iglesia siga el Concilio Vaticano II y en eso consigue el apoyo completo de la Compañía.

Fuente: La Nación

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Tras la renuncia del presidente Fernando De la Rúa, y pese a la sucesión de múltiples presidentes en 2 semanas, el problema de la crisis continuó presente en la Argentina.En su semana al frente del país, Alberto Rodríguez Saá declaró el default, ante el ensordecedor aplauso del Congreso. Con la llegada de Eduardo Duhalde a la presidencia, la decisión de dar de baja la convertibilidad se transformó en una cuestión legislativa.Para esto, su equipo económico, con Jorge Remes Lenicov a la cabeza, definió una serie de medidas de shock que ordenasen la política económica. Con el apoyo de sindicatos y la Iglesia, y presiones desde diferentes sectores, el gobierno avanzó con la salida de la convertibilidad, las retenciones y la pesificación asimétrica.El plan avanzó bajo Remes Lenicov hasta abril de 2002, cuando fue reemplazado por Roberto Lavagna. Hacia la segunda mitad de ese año, la salida de la crisis ya estaba en camino y los principales indicadores comenzaron a mostrar un crecimiento económico, aunque quedaba pendiente el arreglo de la deuda.Le agradecemos a Jorge Remes Lenicov, Maristella Svampa, Miguel Kiguel y Eduardo Levy Yeyati la participación en este episodio.Escuchá los episodios anterioresQué es “Hay que pasar el invierno”En un año en el que la tarea de política económica parece cuesta arriba, con negociaciones de deuda y recesión en ciernes, en este podcast de LA NACION vamos a recorrer la historia argentina para conocer todas esas crisis, encontrar patrones comunes, que son varios. A lo largo de una docena de episodios vamos a conocer cómo el país se fue insertando en el mercado internacional, primero de la mano de las ovejas; cómo en el camino al presente pasamos por crisis bancarias, cesaciones de pago (nuestros amigos los defaults), tipos de cambio fijos, variables, industrializaciones parciales, crecimiento interrumpido, 1 a 1, corralitos y corralones.A cargo de este viaje estamos el equipo detrás de La banda presidencial, el podcast sobre 200 años de presidentes argentinos: Camila Perochena, historiadora y docente de la Universidad Torcuato Di Tella y la Universidad de Buenos Aires, y Santiago Rodríguez Rey, politólogo y especialista en comunicación política; se suma Darío Judzik, doctor en economía aplicada y docente en la Universidad Torcuato Di Tella.Los invitamos a escuchar Hay que pasar el invierno, el podcast sobre las crisis económicas; se publicará todas las semanas en el sitio de LA NACION y también estará disponible en Spotify, Apple Podcasts, Google Podcasts o su agregador de podcast favorito, al igual que el resto de la oferta de podcasts de LA NACION.

Fuente: La Nación

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Lo que ya era un mercado inmobiliario de alto vuelo sigue planeando en altura. Más de un año después de que comenzara la pandemia de Covid-19, la demanda de viviendas sigue siendo sólida en los adinerados Hamptons, impulsada por una oleada de urbanitas que llegan para instalarse.Buscando menos densidad y más espacio, muchos neoyorquinos adquirieron alquileres relativamente razonables, fuera de temporada, en los pueblos frente al mar y las aldeas prolijas en el East End de Long Island. A medida que avanzaba la pandemia, muchos decidieron comprar una casa en lugar de gastar hasta un par de cientos de miles de dólares en un alquiler de verano. Habilitados por las bajas tasas de interés y el trabajo remoto, algunos matricularon a sus hijos en escuelas públicas y privadas locales y ayudaron a transformar la acaudalada escapada de fin de semana y verano en una comunidad para todo el año.En el primer trimestre de este año, las ventas de viviendas aumentaron un 48% en comparación con el año pasado, según un informe de la empresa de tasación Miller Samuel para la firma local Douglas Elliman Real Estate. El precio promedio de venta subió un 31% a US$1,3 millones. Mientras tanto, la oferta disponible cayó más del 40%. Las guerras de ofertas, con propiedades que se negocian por encima del precio de cotización, ocurrieron en casi una cuarta parte de las ventas.“Los Hamptons rápidamente se rebautizaron como un mercado co-primario en lugar de un mercado de segundas residencias de lujo”, dijo Jonathan Miller, presidente y director ejecutivo de Miller Samuel. “Después de que la pandemia esté bajo control o gestionada, prevalecerá el home office. Eso es un cambio estructural. Hemos demostrado durante la pandemia que funciona. Permite a las personas trabajar en otros lugares”.Como resultado, los viajes diarios al trabajo pueden ser más largos, pero probablemente no serán tan frecuentes. “La atadura entre el trabajo y el hogar se hizo más larga”, dijo Miller. “Es un reinicio fascinante de la forma en que vivimos entre el hogar y el trabajo”.La actividad récord de ventas en los Hamptons “se debe a la alta demanda y al muy bajo inventario”, dijo Philip O’Connell, director ejecutivo de Hamptons para Brown Harris Stevens. “Los compradores desean más espacio tanto en el interior como en el exterior a medida que persisten la educación y el trabajo remotos”.Una combinación de trabajo remoto y presencial permitirá a los compradores “utilizar sus casas en Hamptons sustancialmente más que en tiempos prepandémicos”, dijo O’Connell. Los compradores recientes son casi en su totalidad del área metropolitana y otras partes del país. “A medida que se abren los viajes, esperamos que un pequeño porcentaje de compradores extranjeros vuelva a ingresar a este al mercado inmobiliario de este destino”, dijo.Impulso en la venta de casasEl cambio a un mercado co-primario también está ocurriendo en otras zonas suburbanas como North Fork y Connecticut, dijo Miller. Otras localidades, como Palm Beach (Florida) y Aspen (Colorado) también disfrutaron de un gran empujón en las ventas, impulsadas por ejecutivos que a menudo tienen varias casas y solo necesitan estar en la oficina una vez al mes.En los Hamptons, las ventas de viviendas a un precio de entre US$1 millón y US$5 millones casi se duplicaron. Mientras que el inventario de la lista para el segmento de lujo, el 10% más alto de todas las ventas, aumentó drásticamente en contraste con el resto del mercado. El perdedor en este mercado emergente fue la vivienda económica.“Para aquellos que ya estaban luchando por encontrar algo asequible, solo se ha vuelto más difícil”, dijo Jay Schneiderman, el supervisor de Southampton Town, contando a los maestros y enfermeras entre los que quedan condenados a un viaje más largo para ir a trabajar a los Hamptons. “Toda la fuerza laboral queda expulsada por los altos precios”.Masivo éxodo de millonarios en Nueva York a los Hamptons (Shutterstock/)Dawn Watson, agente del Enzo Morabito Team en Douglas Elliman, estuvo de acuerdo. “Es más difícil que nunca para la ‘gente común’ competir por viviendas primarias, entre tantas ofertas en efectivo, guerras de licitaciones, etc.”, dijo Watson. “Si algo en el extremo inferior del mercado es bueno y tiene un precio correcto, te lo sacan de las manos, a veces en cuestión de horas”.Recientemente se recibieron más de una docena de ofertas en la primera jornada de visitas para una casa de tres habitaciones en East Quogue, que cotiza en US$749,000. “Debido al gran volumen de interés, hicimos una oferta sellada para las mejores y finales ofertas y entró en contrato muy rápidamente a partir de entonces”, ejemplificó Watson, que cerró la oferta en marzo por US$900,000.Las casas que hace dos años costaban entre US$600,000 y US$700,000 ahora cuestan US$1 millón, dijo Jennifer Wilson, agente de Saunders Real Estate. Cuando una nueva cotización de US$1 millón llega al mercado, Wilson aconseja a los compradores que ofrezcan efectivo. “A lo mejor pueden obtener financiamiento, pero no me la jugaría a eso”, dijo. “No me la jugaria a nada”.La afluencia de compradores adinerados que han adquirido casas en el rango de US$1 millón “está cambiando el aspecto del área”, agregó Watson, que enumeró una profusión de demoliciones, renovaciones totales y un mayor interés en la compra de terrenos.Es momento de arreglarPor el lado positivo, los ingresos de un impuesto del 2% sobre las ventas de viviendas de US$250,000 o más aumentaron un 40% con respecto al año pasado, dijo Schneiderman. Los fondos se utilizan para comprar tierras no desarrolladas para mantenerlas sin construir, comprando los derechos de desarrollo para que los agricultores puedan seguir cultivando. “Ha tenido mucho éxito en términos de preservar nuestro carácter rural”, dijo.El “rayo de luz” para los propietarios de viviendas más modestas que quieran cobrar y obtener su ganancia inesperada en otra parte, dijo Watson, es que es “el momento de vender”.De abril a junio del año pasado, Greg D’Angelo, un constructor, arrendó su propiedad de alquiler, una pequeña casa con piscina en un lote del tamaño mínimo en Sag Harbor, por cerca de US$80,000 a una familia que escapaba de la ciudad. “Ese fue nuestro último hurra”, dijo D’Angelo. En enero, preocupado por la moratoria de desalojos que se implementó por el coronavirus pudiera imposibilitar el desalojo de los inquilinos u ocupantes ilegales, vendió la casa por US$1,5 millones. “Fue el mercado lo que nos impulsó a venderlo”, dijo. “La verdad que hice un dineral”.Aunque el mercado generalmente se desacelera antes del Día de Acción de Gracias, en noviembre, y se recupera en febrero, este año “pasamos las vacaciones cerrando tratos”, dijo Gary DePersia, corredor asociado de Corcoran. “Gran parte del inventario, mucho del cual había estado en el mercado durante años, se ha agotado”.En Shelter Island, una casa estilo gambrel de más de 900 metros cuadrados con muelle de 30 metros incluido, cerró por US$9.1 millones el mes pasado, después de haber estado en el mercado durante dos o tres años. “Una marea alta levanta todos los barcos”, dijo DePersia.Las mansiones frente al mar son un clásico del paisajeHistorias realesCuando comenzó la pandemia, el inventario llave en mano se vendió rápidamente, dijo Joseph De Sane, gerente de Bespoke Real Estate. “Luego, la gente se fue mudando a propiedades que necesitaban renovación. Cuando eso fue absorbido por el mercado, pasó a comprar terrenos o derribar propiedades. Veremos un mercado de la construcción ajetreado en los próximos años”.El año pasado, mientras pasaban la cuarentena en su casa de verano de 220 metros cuadrados en East Hampton, Brooke Wall, de 57 años, y Jason Cannon, de 45, comenzaron a buscar agrandarse. Si esta pareja neoyorquina se iba a instalar y “comprometerse con los Hamptons”, dijo Wall, querían asegurarse de tener una propiedad que “realmente amaban”, una casa que conservarían durante mucho tiempo, conveniente para que Cannon fuera a pescar con mosca y hacer surf.“Es un mercado complicado porque hay muchas casas construidas en diferentes períodos de tiempo y la gente te cuenta los horrores de la renovación”, dijo Wall. Cuando pasaban por el pueblito de Amagansett, notaron un cartel de una inmobiliaria y llamaron a la agente, Martha Gundersen de Douglas Elliman.“Resultó que era principalmente terreno, con una pequeña cabaña en la propiedad”, dijo Wall. La podrían usar como casa de huéspedes. Compraron la propiedad de 11 hectáreas en agosto, planeando construir algo que puedan usar tanto en verano como en invierno. “Tal vez sea ambicioso, pero pensamos que puede ser más inteligente comenzar de cero que heredar algo que tendrías que refaccionar”, dijo Wall.Cuando llegó el coronavirus el año pasado, Robert y Jessica Zecher se marcharon del West Village, en Nueva York, a su casa en East Hampton. En septiembre, matricularon a su hija, Addison, de 4 años, en un preescolar local. Siete de sus 13 compañeros de clase en la Country School también procedían de la ciudad. La mayoría de sus familias planean quedarse en el este el próximo año pero sólo una familia vendió su propiedad en Manhattan, contó Zecher.Las pequeñas urbanizaciones que conforman la zona de los Hamptons conservan un estilo pueblerino pero chic (Shutterstock/)Proyectos ambiciososEn el paseo marítimo de Sag Harbor, el desarrollador Jay Bialsky derribó una mansión destartalada para construir tres condominios de casas adosadas, cada uno con una superficie de 560 m² a 860 m², con dos embarcaderos para yates cada uno. La casa adosada más grande, con una fachada de ladrillos, una pileta en el techo y un respaldo de vidrio contemporáneo, es para su familia; los demás figuran en Bespoke por US$24,9 millones cada uno, aunque uno está a punto de firmar un contrato. “Es una vida urbana en el centro de Sag Harbor”, dijo.Los desarrolladores anteriores no obtuvieron la aprobación para proyectos más densos en la propiedad frente al mar, pero los planes de Bialsky fueron aprobados en parte porque usó fachadas de ladrillo en la calle para que coincidieran con la arquitectura tradicional en Sag Harbor y también acordó vender una porción del terreno a la ciudad para un parque público.Como parte de su proyecto en cinco lotes contiguos, Bialsky demolió dos edificios vacíos frente al mar y vendió las parcelas por US$10.5 millones al Fondo de Preservación de la Comunidad, que a su vez creó el parque John Steinbeck Waterfront. Además de la revitalización del área y el Bay Street Theatre, durante los últimos 30 años ubicado en las cercanías de Long Wharf, posteriormente compró el edificio frente al parque para su nuevo hogar, sujeto a las aprobaciones de la junta vecinal.Después de entregar dos casas premium el verano pasado, a principios de este año salió de compras en 13 “zonas súper prime” en East Hampton Village y Amagansett, aumentando su presupuesto general de US$2 millones a US$30 millones.Compró un edificio comercial con ocho departamentos más cuatro propiedades residenciales, incluida una casa de 280 metros cuadrados por US$5.75 millones, que planea derribar para construir una casa más grande y de mayor categoría.“La singularidad de la ubicación nunca cambia”, dijo, planeando construir casas especiales con “un estándar de casas personalizadas” en lotes de entre una y dos hectáreas. Las pondrá a la venta entre US$8.5 y US$19 millones en menos de un año.“Los macro eventos como el 11 de septiembre y la crisis financiera mundial expulsaron a la gente de Manhattan y se trasladaron a los Hamptons”, dijo. “Estamos convencidos de que la base de compras ha cambiado debido a la pandemia. Hay una gran cantidad de familias como la mía que ahora llaman hogar a los Hamptons “.“La industria de la construcción ha explotado y hay un frenesí”, dijo Pam Glazer, arquitecta de Southampton. “Mi teléfono suena desde marzo pasado sin parar. Dado que cada casa se convirtió en un refugio pandémico, la gente está agregando todo lo que te imagines a sus hogares, como jacuzzis, camas elásticas y cocinas al aire libre con hornos para pizza. “, incluida una sala de recitales en una casa en Shinnecock Hills para un cliente que es concertista de piano, dijo Glazer.Sin embargo, vivir todo el año en los Hamptons también ha planteado algunos problemas de infraestructura. Ray Harden, propietario de Ben Krupinski Builder, dijo que más gente significa más desperdicio y tensión en los sistemas sépticos. Sin alcantarillado público, aquellos que construyen o renuevan más del 50% de su hogar deben instalar un nuevo sistema séptico bajo en nitrógeno, lo que cuesta alrededor de US$24,000 para una casa de tres habitaciones, en comparación con US$9,000 para un sistema séptico tradicional, dijo Harden. El condado de Suffolk aprobó una ley, en otoño pasado, que requiere la actualización de los sistemas.También, desde que empezó la pandemia, ha recibido “más llamadas sobre levantar una casa y poner un sótano debajo para que puedan poner un gimnasio o una oficina. No me había pasado en 20 años”Después de todo, todos necesitan más espacio y confort.Conocé toda la información del mercado inmobiliario en LN Propiedades

Fuente: La Nación

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En la jornada de hoy de Chicago los granos cerraron con bajas, ajustando el precio de los granos al ritmo de las lluvias en Estados Unidos, que mejoran las condiciones de los cultivos y despejan un poco el fantasma de una producción y campaña complicada.
Las bajas más importantes las registró la soja, en sintonía con la caída del valor del aceite y la harina, perdiendo casi 3 dólares en los contratos de julio que cerraron con un precio de 560 u$s/tn, expresando una caída del 3,7% en relación al cierre de la semana pasada.
Para el caso del maíz, si bien hoy perdió casi 2 dólares promedio, la semana fue positiva, incrementando su valor en 2,5%, donde las posiciones de julio cerraron con un precio de 259 u$s/tn.
El dato significativo que generó que el cereal se diferencie de sus pares es la información que llegó a Chicago desde Brasil, donde ya hay estimaciones que la cosecha estaría más cerca de los 90 millones de toneladas, muy lejos de las 102 MTn estimadas por la Conab en su última encuesta.
En relación al trigo, la jornada de hoy dejó una baja de centavos, pero a lo largo de la semana el cereal perdió 4,6% de su valor en relación al cierre del viernes de la semana pasada.
Hoy, los contratos de julio cerraron a 247 u$s/tn donde el mercado se apoyó en las expectativas de excelentes rindes del trigo de invierno (3.900 kg/ha) en las zonas productivas de Estados Unidos.The post El maíz cerró la semana de Chicago con una suba en los precios del 2,5% first appeared on Infocampo.

Fuente: InfoCampo

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La memoria de la princesa Diana parece estar muy presente en el hogar de Harry y Meghan Markle, los duques de Sussex. Ahora, el príncipe contó que una de las primeras palabras de su hijo fue “granny” –abuela, en inglés- refiriéndose a una imagen de la fallecida Lady Di.La reacción de William y Harry al informe de la BBC sobre Lady Di: “Nuestra madre murió por esto”El pequeño Archie en una imagen con su madre en la playa. El duque de Sussex hizo esta y otras confesiones en el programa de salud mental Lo que no ves de mí –The me you can´t see-, que coprodujo con Oprah Winfrey para Apple TV+. A propósito de una de las primeras palabras de Archie, dijo: “Es la cosa más dulce, pero al mismo tiempo me pone muy triste porque ella debería estar aquí”.El príncipe explicó que su hijo tiene una foto de Diana en su cuarto y que después de haber dicho mamá y papá, pronunció “abuela” en referencia a la imagen de la princesa.El ultimátum del príncipe Harry a la corona por Meghan MarkleEn marzo, durante una charla con James Corden en la parte superior de un colectivo turístico, el duque también confesó que otra de las primeras palabras de Archie fue “cocodrilo”.

Fuente: La Nación

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Julieta Vasile es la creadora de la exitosa cuenta @decopordosmangos, que ya tiene más de 700 mil seguidores en Instagram y no para de sumar sub-productos a su alrededor: ya creó Deco Lab, un laboratorio de decoración que lleva adelante junto a una socia, y Deco Expertas, un equipo creativo que hace asesorías online en el que Juli delegó toda su confianza. En esta entrevista, Juli nos cuenta qué pasa por su cabeza a la hora de lanzar nuevos productos, cómo eligió a su equipo y cuáles son los valores que busca transmitir con su marca.

Fuente: La Nación

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La madre de Analía Franchín fue asaltada por dos delincuentes armados que ingresaron hoy en su casa del barrio de Floresta, donde la amenazaron y le robaron unos 80 mil pesos, dólares y joyas, entre otros elementos. Franchín sospecha que en el hecho puede estar vinculado una persona de su entorno con la que tiene una disputa judicial, informaron fuentes policiales.El episodio se registró alrededor de las 11 en una propiedad ubicada en la calle Felipe Vallese al 3900, en dicho barrio de la Ciudad de Buenos Aires, donde efectivos de la Comisaría Vecinal 10A de la Policía de la Ciudad acudieron tras ser alertados acerca de un robo.Voceros policiales informaron a Télam que, una vez en el lugar, los efectivos se entrevistaron con la víctima, de 83 años y madre de la periodista Franchín, quien les relató que mientras se encontraba en el baño, dos asaltantes armados ingresaron a su casa y, tras amenazarla, sustrajeron 80.000 pesos, 400 dólares, 2 TV Led, alhajas, un Ipad, un Iphone, una computadora y varias carteras, para luego escapar.Juicio por Hope Funds: un imputado dijo que le ofrecieron sacarlo de la lista de acusados a cambio de información”Fue una situación muy fea, yo estaba llegando a Flor de Equipo (el programa de TV donde trabaja) y me llamó mi sobrina para decirme ‘urgente, a mamá la desvalijaron’”, contó esta tarde Franchín en Cortá Por Lozano, de Telefé.Franchín relató que los ladrones “se encargaron de cortar bien todos los cables de internet y de teléfono”, sumado a que “se llevaron su celular”, por lo que “no tenía manera de ubicarla”, pero que “por suerte” su madre “pudo ir a lo de una vecina y acordarse el teléfono de alguien”, para dar aviso.Analía Franchín relató el robo sufrido por su madre, de 83 años (Captura de pantalla/)Ya agregó que, según le contó su madre, “cuando salió de bañarse se encontró con dos hombres en la puerta del baño, armados, y la agarraron del cuello”, tras lo cual le dijeron que “iba a ser muy fácil o muy difícil, que dependía de ella, que no tenían intención de lastimarla, pero que lo iban a hacer si no se apuraba a entregar el dinero, porque pasadas unas horas iba a llegar su hija Marisa”.”La sentaron, la quisieron atar, y ella sufre broncoespasmos desde hace mucho porque tiene enfisema pulmonar, y entonces obviamente empezó como a hiperventilar, y entonces ellos empezaron a darle Ventolin para que ella no tuviera un ataque respiratorio”, dijo la periodista.Luego, Franchín expresó: “Mi miedo es que atrás de esto haya algo más, que no sea un robo común, le dijeron ‘te estamos estudiando hace dos meses’. El hecho de que no haya nada violentado me hace sospechar que pueda venir por el entorno”.Caso Chocobar: para la fiscalía no fue un caso de gatillo fácil y pidió tres años de prisión en suspensoSi bien no dio mayores precisiones, Franchín se refirió a dos causas que se están llevando a cabo tanto en el fuero civil como en el penal, en la que hay “involucrados menores”, cuya madre hace poco recibió dos mensajes de texto vinculados a los chicos de parte de desconocidos.”Mi mamá está agradecidísima de que no la mataron”, aseguró Franchín y concluyó: “Lo que más lloró es que se llevaron la alianza de mi papá”.La víctima fue asistida por los uniformados en el lugar, quienes al recorrer la propiedad encontraron pisadas en la parte trasera de la vivienda, cerca de la terraza, por lo que aguardaban la llegada de peritos para intentar hallar rastros que permitan identificar a los dos asaltantes.

Fuente: La Nación

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Después de anunciar esta tarde los alcances del confinamiento total por nueve días en los distritos de alerta epidemiológico de la provincia de Buenos Aires, el gobernador Axel Kicillof apuntó durante su discurso contra la vacunación del exmandatario Mauricio Macri en el exterior. “Su turno ya estaba listo”, señaló.“Yo escuchaba que el expresidente se fue a vacunar a otro lugar después de haber dicho que iba a esperar su turno, y su turno ya estaba listo”, lanzó el mandatario provincial. Y en ese sentido continuó: “Si él tiene domicilio en la provincia de Buenos Aires, no sé como andará la Ciudad con la vacunación, pero acá los mayores de 60 están todos vacunados, entonces él se podría haber vacunando tranquilamente en su país”.Por otro lado, durante la conferencia, Kicillof también arremetió contra el expresidente por el préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) durante su gestión.“Ayer nos enteramos que el FMI está disponiendo una ayuda de 50 mil millones de dólares para atender los problemas ocasionados por el Covid-19 en todo el planeta. Va a hacer una inversión inmensa, que es menos de lo que le prestó a Macri para que se patinara en su campaña electoral, 57 mil millones de dólares. Solo a Macri le dieron más de lo que le van a dar a todo el mundo”, sostuvo Kicillof.Números en rojo y una promesa: la trastienda del aval de Horacio Rodríguez Larreta a las medidas de Alberto FernándezLa vacunación del exmandatario generó varias críticas dentro del oficialismo e incluso por parte de Elisa Carrió, quien días atrás cuestionó en una entrevista a LA NACION el accionar del exmandatario. “Si fui una líder de convicciones y de principios, no me puedo ir a vacunar a Miami”, sentenció Carrió al respecto.Ante las reiteradas consultas sobre si me he vacunado, quiero aclarar que no me di ninguna vacuna contra el coronavirus y tampoco lo voy a hacer hasta que el último de los argentinos de riesgo y de los trabajadores esenciales la haya recibido.— Mauricio Macri (@mauriciomacri) February 21, 2021La vacunación de MacriCuando estalló el escándalo por las vacunaciones vip, Macri había manifestado que no se daría la vacuna “hasta que el último de los argentinos de riesgo y de los trabajadores esenciales la haya recibido”.En tanto, ayer, el expresidente se defendió de las críticas y explicó los motivos por los cuales tomó la decisión de inocularse en Miami, adonde viajó para participar del foro “Defensa de la democracia en las Américas”, en el que apuntó contra el populismo. “Lo mínimo que puedo hacer es contribuir liberando la vacuna que me puedo dar en Buenos Aires, me tocaba el turno. ¿Por no caminar dos cuadras y pagar una vacuna no voy a ayudar liberando mi vacuna para otro de menos de 60??, se preguntó el expresidente.“La verdad que no entiendo, espero que aquellos que viajen por trabajo le liberen una vacuna a un argentino. No sabemos cuántos meses más van a tardar para que todos accedan a la vacuna”, expresó.

Fuente: La Nación

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