Todo lo que hacemos deja una huella. Aunque suene a frase de sobrecito de azúcar, la expresión sirve igual. Para la vida pero también para el cambio climático: desde lo que comemos hasta la ropa que elegimos, pasando por nuestros viajes e incluso los mails que mandamos, las decisiones que tomamos a diario generan –directa o indirectamente– emisiones que contribuyen al calentamiento global. Paso a paso, vamos formando nuestra huella de carbono personal.Al respecto, una idea viene pisando fuerte: para evitar una catástrofe ambiental, todos deberíamos calcular nuestra propia huella.¿Qué hay detrás de este pedido? Simple: no se puede cambiar lo que no se mide. Pero una vez que se toma consciencia del grado de responsabilidad individual que se tiene en un asunto tan delicado –léase: un apocalipsis global– difícilmente el involucrado pueda hacerse el distraído. Por eso son cada vez más las grandes empresas (Google, Amazon, Starbucks) y también las personas de a pie que deciden medir su huella y cambiar de hábitos para mitigarla o, aún mejor, compensarla para alcanzar la nueva meca de la sustentabilidad: la neutralidad en carbono. “El primer paso para enfrentar el problema del cambio climático es medir nuestra huella personal”, explica Nadia Mengucci, coordinadora del programa de huella de carbono de Seamos Bosques, una empresa ambiental que restaura bosque nativo. Y agrega: “Básicamente, es el inventario de las actividades de una persona que generan gases de efecto invernadero durante un año. Esto incluye, además del CO2, otras sustancias nocivas como el gas metano, el óxido nitroso y otros gases refrigerantes”.En Argentina, la huella de carbono promedio por persona es de 8,4 toneladas de CO2 equivalente. La cifra surge del último reporte de Climate Transparency, que mide las emisiones de los países del G20. Por cierto, la huella media de estas naciones es de 7,5 toneladas. Lo que deja en evidencia algo de lo que poco se habla: más allá de sus vaivenes, el modelo de desarrollo de la Argentina es intenso en carbono: un modelo sucio.Afortunadamente, existen diversas herramientas online que con solo completar un breve cuestionario sobre consumo y estilo de vida, permiten calcular las emisiones de carbono que generamos y medir nuestra huella. En Seamos Bosques cuentan con su propia calculadora y señalan que es importante que los parámetros de emisión sean locales. “La matriz eléctrica argentina es muy distinta a la de Uruguay, por ejemplo. Nosotros producimos electricidad principalmente de fuentes no renovables. Es decir que cuando prendemos la luz, estamos consumiendo gas indirectamente. En cambio, Uruguay tiene una matriz eléctrica 100% renovable”, distingue Mengucci.El poder de compensarUna vez que calculamos nuestro impacto ambiental, debemos compensarlo. Es decir, de pasar a la acción para equilibrar la cantidad de dióxido de carbono que liberamos en la atmósfera. Una de las formas más eficientes y naturales de hacerlo es plantando árboles, ya que actúan como sumideros que retienen el carbono e impiden que termine en la atmósfera. Se estima que para compensar su huella promedio, cada argentino debería plantar tres árboles por año.Pero si a esta altura al lector no le nació una súbita necesidad de plantar un árbol, es bueno saber que cuenta con otras alternativas. Por ejemplo, acudiendo al floreciente mercado de bonos de carbono, donde confluyen proyectos sustentables, como por ejemplo la protección de la selva amazónica, con grandes empresas e inversores que buscan mitigar su impacto ambiental.Uno de los protagonistas globales de este mercado es argentino. Diego Saez Gil paseaba por un bosque cuando entendió el valor de aplicar la tecnología para monitorear y transparentar estos proyectos de carbono. Así nació Pachama, su startup con sede en California que utiliza imágenes satelitales e inteligencia artificial para validar el trabajo que hacen los restauradores de bosques. Ya cuenta con clientes como Microsoft y acaba de recibir financiamiento de Jeff Bezos. “Hay una conciencia creciente en Silicon Valley y en todo Estados Unidos respecto a la importancia de actuar ahora frente al cambio climático”, opina este emprendedor tucumano. Y agrega: “Las tecnológicas siempre son las pioneras, pero se vienen anuncios de este tipo en todos los rubros: aerolíneas, empresas energéticas, bancos. Tiene que ver con compromisos asumidos y con nuevas regulaciones de los mercados pero también con que miles de personas les mandaron cartas a sus empleadores demandando acción”. Saez Gil está convencido de que el cambio climático es el problema más urgente que tenemos. Y sabe de lo que habla. Responde a las preguntas de la nacion desde un hogar prestado. Semanas atrás, su casa en Boulder Creek, un pueblo de montaña californiano, quedó reducida a cenizas por los brutales incendios que azotaron la costa oeste de Estados Unidos. Al día siguiente del siniestro publicó un texto en Medium que se hizo viral. Lo tituló “Sobre perder todo por el cambio climático, menos la esperanza”.”Ahora soy efectivamente una víctima del cambio climático, lo cual me hizo tener más empatía sobre el sufrimiento que la crisis ambiental potencialmente va a causar en el mundo. Esto no es algo que vaya a solucionar un solo país o una sola empresa. Es un desafío que tenemos que resolver como humanidad. Requiere la colaboración de todos”, concluye.El autor es periodista especializado en sustentabilidad y fundador de www.aconcagua.lat

Fuente: La Nación

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Un monumento nacional para los italianos; o Carla, así, a secas, “la Fracci”, para los que adoran la danza: “Será siempre inmortal”. Con esa triste sentencia despedían esta mañana desde todas partes del mundo a la gran estrella del ballet que murió a los 84 años en Milán. Una leyenda, que en vida supo inspirar tanto en el célebre personaje de Giselle como con sus pies en la tierra: también vestida de blanco, hasta hace poco, se la veía aplaudiendo a su querido ballet en la platea de la Scala.Adiós a una estrella: murió la bailarina italiana Carla FracciRecuerdos, enseñanzas y anécdotas destacan ahora aspectos centrales de su personalidad y de ese rol fundamental que cumplió como transmisora de un legado: honrar a este arte. Julio Bocca y Maximiliano Guerra, dos de las máximas figuras de nuestra danza a finales del siglo XX y comienzos de este, bailaron con Carla Fracci y dan testimonio de su valor y generosidad.“Lamentablemente se fue otra grande de la danza”, expresa Bocca desde Uruguay, triste por la noticia. “Cuando hizo su última función de Giselle en Nueva York tuve el honor de ser su Albrecht y, entonces, recordé aquel memorable primer acto de su presentación en el Teatro Colón: todo el cuerpo de baile sobre el escenario (tendría yo unos 14 o 15 años) llorábamos con ella en la escena de la locura. Luego, tanto tiempo después, en la función del Met, sentí que me contaba su historia en ese maravilloso segundo acto, mágico e inolvidable, que estará siempre en mi corazón”. Bocca subraya y recupera de Fracci, con quien coincidiría muchas veces a lo largo de su carrera, “ese cuidado, elegancia, calidad y excelencia en la forma de bailar, amar y respetar la danza”, lo mismo que él ahora busca transmitir cuando le habla a los más jóvenes.El saludo de la bailarina italiana Carla Fracci con Julio Bocca en el escenario del MET, después de su última función como Giselle en Nueva York (gentileza /)Guerra, que desde 1992 desarrolló su carrera en Italia, “convivió” con Fracci mucho tiempo en la Scala de Milán y en la Ópera de Roma –destaca la obra Pilares de fuego, de Antony Tudor- y también coincidieron más tarde en giras, cuando Fracci ya era Isadora. “Fue un ícono primero para su país, porque llevó la bandera bien en alto –la que luego tomaría Alessandra Ferri-, y fue por supuesto, también un ícono además para todo el mundo. Pero para mí, sobre todo, fue una gran compañera. Todos los divos tienen su forma de ser, son maravillosos. Ella era generosa, con mucha apertura para empujar a los jóvenes. Y tenía una particularidad, siempre estaba sonriente: tenía una sonrisa para recibirte y para despedirte. Así la voy a recordar, con mucho cariño”.En ese mismo sentido, más temprano, también en contacto con LA NACION pero desde Madrid, el bailarín y maestro vasco Igor Yebra, que aprendió y compartió escenario con la diva, decía emocionado que siendo él un muy joven partenaire “cuando bailaba con ella sentía tener a Italia, al mundo de la danza, entre las manos”. Entre otras enseñanzas -hay que resaltar que Fracci fue una gran inspiración para generaciones y generaciones de bailarines consecutivamente hasta hoy-, el español transmite cómo “te obligaba a que fueras al ensayo bien vestido, a que te comportases, por respeto a la danza. Pertenece a una época y una manera de afrontar la profesión única. Cuando la veías, te fijaba con la mirada, te dejaba inmóvil”. Conmovido, recupera la sorpresa con la que conoció otra de sus características, su increíble sentido del humor: “Esa primera vez tenía que tomarla por detrás en un porté, y yo con un respeto increíble… Carla se dio vuelta, me miró y me dijo: ‘Te puedes acercar más, que no soy virgen’. Esa era ella, la seriedad y siempre una media sonrisa”.Blanca y etérea, la estrella italiana Carla Fracci se destacó en títulos románticos como “Giselle” y “La Sylphide” (foto) (Jack Mitchell/)El brasileño Renato Paroni, maestro del English National Ballet, rememora en un posteo de Instagram sus temporadas como bailarín de su compañía durante dos años en los ’80, y resalta una lección elemental: que la técnica, sí, debe estar ahí, “pero primero el arte”. La llamó “la maga”, un apodo que a la luz del brillante hechizo que dejó en su paso por la escena cobra hoy un nuevo sentido.También desde Londres, la argentina Marianela Nuñez despidió a Fracci con “un abrazo al cielo lleno de admiración, agradecimiento, cariño y respeto”, en un mensaje que compartió con fotografías recientes. En las imágenes, las dos estrellas, con medio siglo de distancia, se expresan admiración y se abrazan, por ejemplo, tras una memorable función de Onegin, en el escenario de La Scala. Eso se llama legado.Justamente en el teatro de Milán, el cuerpo de baile trabajaba hoy en su clase cuando, al finalizar, el director de la compañía, Manuel Legris, les transmitió la noticia de su muerte. ”Hicimos un minuto de silencio -cuenta la argentina María Celeste Losa, solista de ese elenco-. Y mañana será la capilla ardiente en el foyer del teatro para despedirla”. Recientemente, habían filmado un documental sobre el trabajo de los bailarines de La Scala durante la pandemia, en el que mostraban el backstage de las funciones sin público y, luego, la esperada reapertura. Y como entre otros títulos preparaban Giselle, invitaron a Fracci a montar obra tan mítica. “Su ingreso en la sala de ensayos fue increíble, la emoción de todos y la suya propia -recuerda Losa esas jornadas de 2020-. Como yo hacía Mirtha y ella seguía de cerca a Giselle, no pude tenerla tan directamente como maestra, pero para todos fue un honor que viera nuestro trabajo. La encontramos muy vivaz entonces, lo que hizo que el shock esta mañana fuera doble”.Fracci: una Giselle inolvidable en el ColónA aquella inolvidable Giselle conoció la Argentina en 1984, cuando bailó en el Teatro Colón la versión de Gustavo Mollajoli, en la emblemática función a la que antes se refería Julio Bocca. El exbailarín Alejandro Parente, que entonces era un chico, quedó impresionado en los ensayos tan solo con la caminata que Fracci hacía junto con el rumano Gheorghe Iancu cuando entraban al escenario, sin más pasos que los del andar: “Había magia. Me parece que el ballet tiene que convocar nuevamente la magia”, decía. Pero esta mañana, Parente siguió recordando esa visita de la italiana a Buenos Aires, cuando él era un estudiante del Instituto Superior de Danza subido al carro de la vendimia y la diva “llegó al Colón envuelta en la leyenda, junto a un bailarín ignoto que volaba literalmente. En la anteúltima función, él se rompió un tendón de Aquiles en la variación del segundo acto, y ella siguió sola hasta terminar la función”. Escena imborrable, sin lugar a dudas, que el maestro Mario Galizzi también se apura a recuperar con una frase que es, a la vez, una pincelada lírica y literal: “Se fue sola hacia su tumba”.Carla Fracci con un joven Igor Yebra, en un ensayo en la Ópera de Roma (gentileza Igor Yebra/)No hace tanto, cuando Parente ya se había retirado y trabajaba como maestro en la Scala, la reencontró. “Después de una gala, nos sentamos con Marianela a su lado en una cena, vimos fotos, nos contaron anécdotas con su encantador marido, Beppe Menegatti. Y luego, otra vez, en una función de la Scala, la acompañé hasta el escenario; me pareció algo pérdida en el teatro, como cuando salía por la puerta de la casa de Giselle, blanca y etérea, como un rumor que pasa flotando. El exbailarín alumbra, además, que el primer lazo de Fracci con la Argentina no fue presencial, sino a través de una gran maestra formadora del Teatro Colón y luego del Argentino de La Plata, Esmée Bulnes -”la Bulnes”-, que después de la Segunda Guerra Mundial partió de Buenos Aires a Italia, en 1950. “La Signorina” marcó a las nuevas bailarinas que se formaban en la Scala de Milán, entre ellas dio gran apoyo a Carla Fracci, que llamaría públicamente a su maestra “la inolvidable”. Todo según consta en Esmée Bulnes, maestra incansable, libro de Enrique Honorio Destaville que publicó Balletin Dance Ediciones en 2010.El propio Gheorghe Iancu, uno de esos bailarines que Fracci tomó como su partenaire y los hizo conocidos, grandes, hizo público su pesar en las redes sociales, hablándole directamente a su querida compañera: “Cuántas veces hemos muerto juntos en el escenario, querida Carla. Esta vez me engañaste, te fuiste de verdad, y estoy atónito e incrédulo porque para mí eras inmortal. Mi compañera de vida, porque para nosotros el baile era vida, ¡Gracias por todo!”. View this post on Instagram A post shared by Gheorghe Iancu (@gheorgheiancu_ufficiale)Para evocar su interpretación de ese inolvidable personaje, el coreógrafo argentino Alejandro Cervera comparte las impresiones que anotó hace apenas unos meses, durante la pandemia, luego de ver un video de Carla Fracci haciendo Giselle. “Veía cómo cada gesto de ella como cada port des bras, cada movimiento, cada mirada, tiene un significado, un contenido. Y mágicamente se entiende todo lo que está pasando en ese momento con ella y con Albrecht, y luego, el impresionante cambio que hay en la Fracci en el segundo acto, cuando Giselle se transforma en otra cosa, en otro ser; ese cambio parece natural y necesario. Entonces uno dice: esta persona hizo un contacto con algo muy cierto, con algo muy verdadero. Esta profundidad que encuentra esta intérprete tiene que ver con que ha podido contactar la idea original de la pieza. Pero además, ahí hay algo particular, hay algo que de golpe reluce y también, como dice Martin Heidegger con respecto a la obra de arte, hay algo que tiene como una especie de brillo propio, que reluce con una luz propia que en este caso está en ella, en la misma Carla Fracci.

Fuente: La Nación

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Cansado del marketing insípido de las aguas minerales, el año pasado un excreativo publicitario lanzó un agua para punks y metaleros. Con estética diabólica, Liquid Death es un agua mineral en lata que promete asesinar tu sed. El curioso startup de muerte líquida, que levantó más de 10 millones de dólares de inversión en Estados Unidos, no es la única novedad en el mercado de las aguas enlatadas. Oportuno, el actor Jason Momoa, conocido por protagonizar la última versión de Aquaman, creó Mananalu, su línea de agua en lata que invita a ser parte de una “imparable ola de cambio” para que el agua se tome envasada en aluminio.Por estas latitudes, en plena pandemia apareció en las góndolas Salvador, la primera agua en lata de Argentina. El emprendimiento de Santiago y Matías Zubillaga, dos hermanos con experiencia en el sector de distribución de bebidas, busca ser una alternativa local a la hegemonía del plástico.¿Qué está pasando en el negocio del agua envasada? El mensaje en la botella parece ser el mismo de la canción de The Police: un S.O.S. para el planeta. En las últimas décadas, el consumo de bebidas en envases de plástico se convirtió en un serio problema ambiental. Cada minuto se compran un millón de botellas plásticas a nivel global, lo que equivale a más de 500.000 millones de envases por año, que están apenas unos minutos en nuestras manos y luego en su mayoría no se reciclan y van a parar a rellenos sanitarios y a los océanos, donde permanecen por cientos de años.Por eso, mientras algunos se preguntan –con sensatez– en qué momento el agua pasó de ser un recurso natural y gratuito a convertirse en un producto de consumo masivo que mueve 19.000 millones de dólares al año, otros ya piensan en cómo reducir la huella ambiental de la hoy infame botella de plástico.”Ni el aluminio ni el plástico son biodegradables, ambos tienen que reciclarse. Pero es justamente ahí en donde el aluminio tiene su fortaleza. Es infinitamente reciclable, se puede aprovechar en su totalidad y no pierde sus propiedades”, sostiene Santiago Zubillaga, en diálogo con la nacion. En cambio, el caso del plástico es más complejo: es un material que se degrada cuando se lo recicla y además tiene menor tasa de reutilización. En Estados Unidos, por ejemplo, las latas cuentan con un 68% de material reciclado frente a sólo el 3% de las botellas de plástico. En Argentina no hay estadísticas oficiales pero según datos de Aluar, la única empresa productora de aluminio primario del país, un 90% de este material se recicla. Los incentivos parecen más económicos que ecológicos: en el mercado local, el aluminio para reciclar se paga casi un 30% más que el plástico.”El otro problema del plástico es que una gran parte va a parar a fuentes de agua naturales. Este afecta a los peces que ingieren microplásticos, que a su vez terminan formando parte de la cadena alimenticia y por ende de la dieta de las personas”, agrega Zubillaga.Por su parte, los gigantes de la industria del agua embotellada intentan contener el creciente malestar de la opinión pública, indignada por las imágenes de montañas de plástico. Según publicó The New York Times, multinacionales como Danone, Coca Cola y Nestlé vienen probando versiones en latas de sus aguas, en un mercado en crecimiento por dos factores: la caída en desgracia de las bebidas azucaradas y la crisis del coronavirus, que disparó el consumo de aguas envasadas y seguras… pero descartables.¿Esto significa que la lata es la solución a la crisis de la basura? No exactamente. El aluminio también tiene su costo ambiental: según los expertos consultados, la producción de una lata emite el doble de dióxido de carbono a la atmósfera que una botella de plástico.Entonces, si bien envasar agua en aluminio puede ser una respuesta al problema de la contaminación por plástico, está claro que la mejor opción para el medio ambiente, siempre que sea posible y seguro, es decirle que no al agua embotellada. Alternativas no faltan: cada vez hay más oferta de dispensadores y filtros, como por ejemplo PURA, una empresa de purificadores que se propone “cambiar el mundo a través del agua”.”Las aguas envasadas no venden agua, venden plástico. Son una creación de la publicidad para darle al consumidor una percepción de sofisticación y salud sin reflexionar sobre el uso indiscriminado de plástico”, dispara Leandro Barrionuevo, gerente de la compañía que lleva la sustentabilidad en su ADN. Además de estar certificada como Empresa B por su visión de triple impacto –económico pero también ambiental y social–, en el reciente hot sale donaron el 10% su facturación a comunidades vulnerables. “Podemos tener agua de calidad, de forma instantánea, directa y simple, sin la necesidad de movernos ni de gastar plata en ningún tipo de envase de un solo uso”, agrega.Mientras tanto, la revolución del agua sin envases descartables también llegó al sector gastronómico de Buenos Aires. Novedosas máquinas como las de AQA eliminan las impurezas, la remineralizan y hasta la gasifican, sacando al plástico de la ecuación. ¿Será el fin de la inexplicable costumbre doméstica de cobrar el agua en restaurantes y bares?Como escribió el científico estadounidense Peter Gleick, autor del libro Embotellada y vendida: la historia detrás de nuestra obsesión con el agua en botella: “El acceso público al agua potable debería ser más fácil de lo que es y vender agua envasada debería ser más difícil”. Todo un mensaje en la botella.

Fuente: La Nación

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“Un hombre negro dedicado a la expresión, la expresión del placer y el orgullo de la negrura”. Así se definía Gil Scott-Heron en el texto interno de su álbum debut. Conocido por cruzar al jazz y la música soul con la poesía y el spoken word, fue bautizado como “el padrino del rap” gracias a su obra cumbre, “The Revolution Will Not Be Televised”, una ráfaga política publicada en 1970 que desnudaba el lugar que le tocaba vivir a la comunidad afroamericana en su época.Considerado un pionero en sus inicios, luchó por mantenerse artísticamente relevante y logró tener una nueva y tardía validación poco antes de su muerte, el 27 de mayo de 2011.Duki y los excesos: “Era un momento de mi vida en el que me sentía solo”Gil Scott-Heron nació en Chicago el 1 de abril de 1949, hijo de un cruce disciplinario algo improbable: una madre cantante de ópera y un padre jamaiquino futbolista. Después de que sus padres se divorciasen, lo enviaron a vivir con su abuela materna en Jackson, Tennessee, de donde tuvo que mudarse cuando ella murió y él tenía 12 años. De regreso bajo la tutela de su madre, se localizó en el Bronx, y durante su paso por la escuela secundaria desarrolló un particular interés por la literatura al entender que eso le permitía no sólo formarse y ampliar sus horizontes sino también aprender a dominar el poder de la palabra en tanto herramienta.Gil Scott-Heron fue redescubierto por la industria discográfica muy poco tiempo antes de su muerte (Roger Woolman/)Con una Nueva York en ebullición constante como telón de fondo, en los sesenta Scott-Heron comenzó a transitar la escena del jazz y el mundo de los poetas bohemios del Greenwich Village, e hizo lo posible para cruzar ambos universos. Sentado detrás del piano y con el acompañamiento de un bongó, en 1970 grabó su debut, A New Black Poet: Small Talk at 125th and Lenox. El disco contenía la primera versión de lo que sería su obra más representativa, “The Revolution Will Not Be Televised” (“La revolución no será televisiva”), una diatriba urgente de spoken word que echaba mano a eslóganes publicitarios y figuras de época para denunciar que el cambio estaba allá afuera, y las grandes cabezas informativas harían nada al respecto para darle cobertura.La canción, regrabada para su álbum siguiente, Pieces of a Man, era un llamado a la acción concreta, a que los oyentes abandonasen la actitud pasiva y se involucraran de manera directa en el cambio, pero su alcance no era solo político, sino también artístico. Construida sobre una base rítmica en la que las palabras se iban apilando con rapidez, Scott-Heron terminó instalando el mojón fundacional del kilómetro cero del rap. Con el acompañamiento de un seleccionado de músicos, entre los que se encontraba el contrabajista Ron Carter, sus discos comenzaron a tener un mayor rango sonoro, con el jazz y el soul como cimientos de base.En 1974, se alió con el tecladista Brian Jackson para el aclamado Winter in America, con otro éxito que fue también al choque. Detrás de su cadencia caribeña y optimista, “The Bottle” era en realidad una enumeración de los diversos problemas sociales (alcoholismo, drogas, la vida en las cárceles) que podían llegar a ser moneda corriente para cualquier integrante de la clase trabajadora, sobre todo si mediaba el color de piel. Para dejar en claro en dónde estaba parado, en 1975 Scott-Heron lanzó el single “Johannesburg” para denunciar el apartheid en Sudáfrica, exactamente diez años antes de que Bob Dylan, Ringo Starr, Bob Geldof y Bono hicieran lo mismo con el disco benéfico Sun City, en 1985 (en el que también participó).A mediados de la década, un cambio de paradigma dejó a Scott-Heron fuera del mapa. La llegada de la música disco y su constante celebración de la vida hicieron que, de repente, un artista soul comprometido social y políticamente no fuese tan atractivo para un público ahora preocupado por divertirse. A medida que avanzaron los años, Scott-Heron pasó a ostentar la etiqueta “de culto”, esa nomenclatura creada para señalar aquello que está bien artísticamente pero que no rinde comercialmente. En 1985 se quedó sin sello discográfico y se dedicó los nueve años siguientes a girar sin volver a entrar a un estudio hasta 1994.Su relación con la música urbana también se puso tirante. Luego de ser considerado el padrino del rap por “The Television Will Not Be Televised”, sintió que las nuevas generaciones no sólo no estaban continuando su discurso, sino que además lo estaban evadiendo. A mediados de los noventa, declaró en una entrevista: “los raperos tienen que estudiar más música. Hay una diferencia enorme entre poner palabras encima de la música y hacer que esas palabras se mezclen con la música. Usan mucho lunfardo y coloquialismos, y no llegás a ver a la persona. En cambio, te quedás con un montón de impostura”. En 1994, dio por cerrado este episodio con “Message to the Messengers”, una canción que era también una súplica para que fuesen parte del cambio.Con el cambio de milenio, la vida de Gil Scott-Heron comenzó a ir barranca abajo. En 2001 fue condenado a dos años de prisión por posesión de cocaína. En 2003, tras recibir libertad condicional, fue detenido con una pipa de crack mientras filmaba un documental para la BBC sobre su propia historia, y recibió una pena de seis meses de reclusión. Tres años más tarde, recibió una nueva condena por violar parte de su acuerdo condicional, que incluía asistir a un centro de rehabilitación del que se retiró. El incidente lo obligó a explicar algo que prefería mantener en privado: su ausencia se había debido a que en la clínica se negaban a darle medicación para tratar su HIV, algo que confirmó en 2008.Finalizados sus problemas con la ley, regresó a los escenarios y anunció un álbum y una novela que nunca vieron la luz, y todo parecía conducir a ningún camino hasta que apareció en escena el británico Ruchard Russell, productor y dueño del sello independiente XL Recordings. Russell le propuso trabajar juntos en 2007, y el resultado vio la luz tres años más tarde bajo el título de I’m New Here, su primer álbum de estudio en dieciséis años. El resultado fue aplaudido tanto por la crítica como por el público, que celebraron la vigencia de la obra de Scott-Heron y su capacidad de reinventarse para un nuevo público, aunque el propio Gil le restó importancia a su participación al decir que el verdadero artífice del disco había sido Russell.El 21 de febrero de 2011, Scott-Heron volvió a las bateas, de la mano de Jamie xx. El cerebro creativo de The xx tomó las canciones de I’m New Here, las remixó en plan dubstep y lanzó el resultado bajo el nombre We’re New Here, con el álbum firmado a dúo. El descubrimiento tardío de su obra duró poco: el 27 de mayo de 2011, Gill Scott-Heron murió en el hospital neoyorquino de St. Luke, donde estaba internado tras una gira europea que había afectado seriamente su salud por una enfermedad contra la que prefirió batallar en silencio. Su vida y sus altibajos parecían la eterna búsqueda de responder una pregunta que planteó en el cierre de su primer disco solista: ¿Quién pagará las reparaciones de mi alma?”.

Fuente: La Nación

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No está claro cuándo se inventó el plástico. Algunos señalan que fue en 1860, cuando se ofreció un suculento premio en Estados Unidos para quien pudiera sustituir al marfil de las bolas de billar y el inventor John Hyatt creó el celuloide. Otros aseguran que la fecha indicada es 1907, cuando Leo Baekeland, un químico de origen belga dio con un invento que lo volvería millonario: la baquelita, la primera sustancia plástica totalmente sintética. También se menciona a 1923, en el cual Waldo Semon, otro químico que trabajaba en la compañía de neumáticos Goodrich, desarrolló el PVC para reemplazar al caucho natural.Más allá de la disputa sobre su origen, algo es seguro: más de un siglo después, el primer pedazo de plástico que se fabricó en la historia, todavía permanece en la Tierra. De hecho, la inmensa mayoría de las 8300 millones de toneladas de plástico que según científicos de la Universidad de California generó la humanidad desde los inicios de su producción industrial, subsisten entre nosotros.Parece una obviedad, pero no siempre somos conscientes de que por más que separemos los residuos en casa y luego se traten en una planta de reciclaje, el plástico no desaparece mágicamente. Por eso son cada vez son más los especialistas ambientales que piden lo impensado: dejar de reciclar.Por supuesto que reciclar no es intrínsecamente malo, solo que reducir es mejor. Así lo explica la ambientalista Natalia Mazzei (a.k.a @ecointensa en Instagram): “Reciclar tiene que ser nuestra última opción, por eso lo recomendable siempre es hacer lo posible para reducir nuestros consumos y evitar generar residuos en primera instancia”.Para Ciro Panizo, cofundador de GEA Sustentable, una empresa modelo de gestión integral de residuos, que ya lleva más de 4000 toneladas de basura recuperadas en el conurbano bonaerense en los últimos cinco años, “tenemos que entender que somos responsables de los residuos que generamos y por lo tanto debemos hacernos cargo de ellos.” De hecho, este emprendedor propone agregar dos instancias a las famosas “3 R” de la economía circular: “Nosotros promovemos las ‘5 R’: rediseñar, reparar, reducir, reutilizar y por último reciclar.”Según datos oficiales, un 13% de los residuos hogareños que se generan en Buenos Aires es plástico. A quien no le parezca demasiado, puede aprovechar la cuarentena para hacer el siguiente experimento: acumule sobre la mesada de la cocina los residuos plásticos que habitualmente tira a la basura todos los días durante una semana. Spoiler alert: el resultado ayudará a dimensionar la enorme cantidad de plástico que generamos.”Tenemos una relación de dependencia e inconsciencia absoluta con el plástico descartable. Es difícil entender el problema que significa cuando su uso está tan naturalizado y es tan difícil evitarlo, y sobre todo cuando se nos sigue vendiendo como una alternativa perfectamente viable y hasta con promesas de ahorro de tiempo, trabajo y esfuerzo”, explica Marina Pla, diseñadora y una de las creadoras del Club de Reparadores, una genial iniciativa itinerante contra la obsolescencia programada que invita a vecinos a darle una segunda vida a los objetos en desuso.Un mes sin plásticoEntre los que creen que reciclar es necesario pero no suficiente, se encuentran los promotores de #JulioSinPlástico, el movimiento global que se activa cada mes de julio –especialmente en el verano boreal– y convoca en modo challenge a millones de personas a reducir su consumo de plástico y a probar alternativas más sustentables. El año pasado participaron 250 millones de personas de 177 países, entre ellos una cada vez más ruidosa cantidad de jóvenes argentinos. ¿Por qué importa repensar nuestra relación con el plástico? Veamos los números: cada año se producen unas 500 millones de toneladas nuevas de plástico a nivel global para distintos usos. El más cuestionado es el llamado plástico single use: bolsas, sorbetes, vasos y toda clase de packaging descartable que permanece apenas unos minutos en nuestras manos pero que puede tardar cientos de años en degradarse. ¿Dónde terminan estos residuos? En rellenos sanitarios, en el océano – 8 millones de toneladas van a parar a nuestros mares–… ¡y en nuestros organismos! Según un estudio de la Organización Mundial de Conservación y la Universidad de Newcastle, estamos comiendo microplásticos sin darnos cuenta, a través del agua y de los alimentos que ya vienen contaminados. ¿Cuánto exactamente? A razón de 2.000 minúsculas piezas por semana. Son unos 5 gramos, el equivalente al peso de una tarjeta de crédito. El impacto de esta dieta plástica sobre nuestra salud es una incógnita que los científicos todavía están analizando.Por último, la cuarentena XL que atraviesan muchos argentinos se convirtió en una razón de peso para intentar reducir antes de llegar a la instancia del reciclaje: “Lamentablemente retrocedimos varios casilleros. Por un lado se redujeron los servicios de recolección de material, y por el otro apareció un miedo al espacio público que jugó en contra del hábito de llevar material a un punto verde o a un recuperador. Sin duda esto desalienta la separación en origen”, dice Pla. Y agrega: “A la vez, creció el consumo de delivery y la compra de alimentos para llevar. Y pareciera que los envoltorios plásticos se volvieron una especie de promesa de desinfección, porque volvieron con todo”.Parafraseando la tristemente célebre frase de un sindicalista argentino, quizás deberíamos dejar de reciclar por dos años.El autor es periodista especializado en sustentabilidad y fundador de www.Aconcagua.lat

Fuente: La Nación

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NUEVA YORK.- De pronto parece que la teoría de la fuga en un laboratorio de Wuhan está por todas partes. Ayer el presidente Biden llamó a los funcionarios de inteligencia estadounidenses a “redoblar sus esfuerzos” para determinar el origen del Covid-19 y averiguar si el virus que lo causa se escapó de un laboratorio chino.En redes sociales y principales medios de comunicación se discute ampliamente el asunto. El diario The New York Times propone cinco claves para comprender el asunto.¿Cuáles son las teorías del origen?El origen del virus sigue siendo poco claro. Muchos científicos creen desde hace mucho que la explicación más probable es que haya pasado de un animal a una persona, posiblemente en un mercado de alimentos en Wuhan, China a finales de 2019. La transmisión de animales a humanos —conocida como desbordamiento zoonótico— es un relato originario común a varios virus, entre ellos el ébola y algunas gripes aviares.“Por algo lo hacen”: Venezuela celebró la decisión argentina de retirar la demanda en La HayaPero algunos científicos apuntan a otra posibilidad: que haya escapado del Instituto de Virología de Wuhan. Como sucede en otros laboratorios, los investigadores ahí a veces modifican los virus, para comprenderlos y tratarlos.“Lo más probable es que este sea un virus que surgió de forma natural, pero no podemos descartar la posibilidad de algún tipo de accidente de laboratorio”, dijo ayer a los senadores Francis Collins, director de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.¿Por qué volvió a hablarse de la fuga?El tema está recibiendo más atención debido a que algunos científicos que alguna vez se mostraron escépticos ante la teoría del laboratorio se han mostrado ahora abiertos ante la posibilidad.El mercado de mariscos de Huanan en Wuhan, que ha sido vinculado al coronavirus que causa la COVID-19Credit…Noel Celis/Agence France-Presse — Getty Images (Agencia AFP/)Hace dos semanas, 18 científicos enviaron una carta a la revista científica Science en la que pedían una nueva investigación y describían tanto la teoría de animal a humano como la teoría del accidente de laboratorio como “viables”. Y tres científicos que el año pasado desestimaron la explicación de fuga de laboratorio como una teoría conspiratoria le han dicho a The Wall Street Journal que ahora consideran que es verosímil.Entre las razones: los funcionarios chinos se han rehusado a permitir una investigación independiente del laboratorio y no han logrado explicar algunas inconsistencias en la hipótesis de animal a hipótesis. La mayoría de los primeros casos confirmados no tenían un vínculo evidente con el mercado de alimentos.¿Qué ha cambiado?De cierto modo, no ha cambiado mucho. Desde el principio no ha quedado claro cuál es el origen del virus. Durante todo este tiempo ha habido algunos científicos, políticos y periodistas que han argumentado que la teoría de la fuga de laboratorio merece una consideración.Hace casi 15 meses, dos investigadores chinos escribieron un artículo que concluía que el virus “probablemente se originó en un laboratorio en Wuhan”. Alina Chan, bióloga molecular afiliada a Harvard y al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), ha presentado un razonamiento similar. David Ignatius y Josh Rogin, ambos columnistas del Washington Post, escribieron sobre esa posibilidad hace más de un año. Joe Biden, entonces candidato presidencial, no mencionó la teoría de la fuga de laboratorio a principios de 2020, pero sí argumentó que Estados Unidos “no debería creerle a China” sobre cómo inició el brote.Pero estas voces estaban en la minoría. La Organización Mundial de la Salud en un principio desestimó la teoría de fuga del laboratorio como inverosímil.¿Por qué se menospreció tanto esa teoría?Parece ser un ejemplo clásico de pensamiento grupal o groupthink, exacerbado por la polarización partidista. Los funcionarios de salud mundial no parecían dispuestos a confrontar a los funcionarios chinos, que insisten en que el virus saltó de un animal a una persona.En Estados Unidos, uno de los primeros defensores de la teoría fue Tom Cotton, el senador republicano de Arkansas que a menudo critica a China, y que tiene un historial de promover falsedades (como el fraude electoral que no ocurrió). En este caso, sin embargo, Cotton estaba presentando un argumento con evidencias de sustento creíbles.¿Ganar un millón de dólares por vacunarse? Una mujer de Ohio, la primera afortunadaAl referirse al tema, la cobertura de los medios ha sido defectuosa, como ha escrito Matthew Yglesias, de Substack. Algunas notas periodísticas exageraron las declaraciones de Cotton para insinuar que el senador decía que China había liberado deliberadamente el virus como un arma biológica (algo que Cotton dijo que era “muy poco probable”). Y algunos científicos y otras personas también parecen haber decidido que si Cotton creía algo —y Fox News y Donald Trump lo repetían— la idea tenía que ser errónea.El resultado, tal como lo llama Yglesias, fue una burbuja de falso consenso. Los científicos que pensaban que la fuga de laboratorio era creíble, como Chan, recibieron poca atención. Los científicos que pensaron que la teoría era descabellada recibieron amplia atención. Es un buen recordatorio: el mundo es un sitio complicado en donde casi nadie tiene siempre toda la razón ni se equivoca siempre.¿Por qué es importante?El origen del virus no afecta muchos aspectos de la lucha contra el Covid-19. Las mejores estrategias de mitigación (restricciones de viaje, pruebas, rastreo de contactos, distanciamiento social, ventilación y uso de cubrebocas) siguen siendo las mejores estrategias para atenuar los efectos del virus.Pero hay al menos tres razones en concreto, además del valor inherente que tiene la verdad, por las que el origen importa.El mercado mayorista de mariscos de Huanan, en Wuhan, fue cerrado el 1 de enero de 2020En primer lugar, si el virus sí surgió de un laboratorio, ventilar inmediatamente los detalles podría haber conducido a desarrollar una vacuna aún con más rapidez y tratamientos más efectivos. En segundo lugar, una fuga de laboratorio que causó millones de muertes podría tener como efecto un cambio generalizado en las precauciones de seguridad para los laboratorios. Tercero, de confirmarse un accidente de laboratorio, esto afectaría la percepción que tiene el mundo de China, y presionaría a aquel país para cargar con la tarea de vacunar al planeta lo más pronto posible.Entonces ¿cuál es la verdad? No lo sabemos. Tanto la transmisión de animal a humano como el accidente de laboratorio parecen ser creíbles. Y la falta de claridad por parte de los funcionarios chinos significa que tal vez nunca sepamos la verdad.La historia de Ashraf, el adolescente que conmovió a Marruecos en su huida a CeutaPara leer más sobre le tema, The Washington Post ha publicado una línea de tiempo útil. La semana pasada en Medium, el reportero de ciencia Donald G. McNeil Jr. explicó por qué ahora piensa que el accidente de laboratorio es verosímil. Y el sociólogo Zeynep Tufekci ha dicho que el tema pone de manifiesto algunos de los problemas con el enfoque de los medios de comunicación al verificar datos.Por su parte, The New York Times tiene un informe con los detalles más recientes sobre la investigación que Biden ordenó.

Fuente: La Nación

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Por exceso o escasez, las lluvias son un jugador clave en la evolución de las malezas y también en la eficacia de las estrategias que se llevan a cabo para su control. La atrazina es uno de los herbicidas más utilizados para el manejo de malezas en maíz y su residualidad se ve muy afectada por las condiciones ambientales.
Juan José Marchi es asesor de un campo situado en cercanías de la localidad de Pasco, en el centro de Córdoba. “No sabíamos cómo combatir la problemática de malezas que teníamos, principalmente Rama negra y Amaranthus, pero también sorgo de Alepo y otras gramíneas”, contó Marchi al compartir su experiencia de manejo de malezas en maíz en el marco de la serie #MiCampoEsTestigo, en la que UPL recopila testimonios de productores y asesores que han utilizado las soluciones para la protección y la potenciación de los cultivos que propone la compañía.
“Acá decidimos derribar el mito de la atrazina como única solución para el manejo de malezas en maíz. Usamos Dinamic, que nos permitió controlar eficientemente las malezas difíciles usando otro principio activo”, argumentó para sentenciar luego que “el resultado que hemos tenido es contundente, estamos muy conformes”.
La aplicación se hizo en el barbecho previo a la siembra de un maíz de primera realizada en septiembre. “Primero se hizo un barbecho de invierno con atrazina y el barbecho corto, que fue determinante, se realizó con Dinamic, a razón de unos 400 gramos por hectárea”, contó el asesor que trabaja con el acompañamiento del distribuidor Ámbito Das.
Dinamic es un herbicida selectivo para maíz, para aplicaciones en pre siembra y pre emergencia del cultivo para el control pre emergente de malezas de hoja ancha. Es del grupo de las Triazolinonas y es inhibidor del fotosistema II. Este herbicida se activa con poca humedad en el suelo, no queda retenido en los rastrojos, tiene alta estabilidad frente a factores ambientales adversos (sequía, altas temperaturas, elevada radiación) y permite cambiar la estrategia de siembra, de maíz a soja con 45 días de anticipación y sin restricciones.
“Además de ser una alternativa para rotar principios activos, es un producto muy bueno para el control de malezas de hoja ancha y si se lo acompaña con Strim permite ampliar el espectro a gramíneas como Eleusine y Digitaria”, explicó Diego Urbani, de Desarrollo de Mercado de UPL Argentina.
“Dinamic se destaca por su residualidad, es de fácil incorporación al suelo y una vez que está incorporado empieza a actuar para controlar Amaranthus y Rama negra e Ipomea por absorción a través del sistema radicular”, contó Urbani. Y agregó: “Su formulación le permite mantenerse en la parte donde las malezas emergen y pueden absorber el producto y esa residualidad permite una mayor cobertura en el tiempo lo que favorece la no aplicación en post emergencia del cultivo representando un ahorro significativo para el productor”.
“Se ha podido mantener el surco limpio y la residualidad ha sido acorde a lo que se necesitaba, muy buena”, acotó Marchi.
Tras la cosecha del maíz, el plan es continuar la rotación con la siembra de soja. “La idea es usar pre emergentes como Tripzin y Dinamic para control de Rama negra en invierno y Amaranthus en verano”, anticipó el asesor e insistió: “les recomiendo que se animen a dejar el manejo tradicional y optar por este tipo de tecnologías herbicidas porque el resultado es muy bueno”.
El manejo de malezas es uno de los grandes desafíos de la agricultura actual y requiere de decisiones inteligentes basadas en nuevas herramientas y una gestión integrada de manejo.The post Un asesor cambió de estrategia para el control de malezas en maíz y contó su experiencia first appeared on Infocampo.

Fuente: InfoCampo

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María Estrada trabaja como enfermera desde hace más de 30 años en un policlínico de Cuba y dice que nunca había puesto tantas vacunas en toda su vida como en los últimos tiempos.Desde mediados de mayo, la isla comenzó una operación llamada “estudio de intervención” en la que planea vacunar de forma masiva a la población con dos de las dosis en las que científicos cubanos han estado trabajando desde inicios de la pandemia.“Son la Soberana 02 y la Abdala. Vamos por las casas primero para preguntar quién se la quiere poner. Es un proceso voluntario en el que se firma un consentimiento. Comenzamos con el personal de salud y luego vamos siguiendo con poblaciones de riesgo”, explica la enfermera vía telefónica a BBC Mundo.Según datos de medios oficiales, hasta el pasado viernes, más de 1 millón de cubanos (casi el 10% de la población) habían recibido al menos una dosis (de tres) de los candidatos vacunales que se han comenzado a distribuir en la isla.Cuba, por motivos no esclarecidos, decidió no participar del mecanismo Covax (que busca llevar las vacunas aprobadas internacionalmente a naciones más pobres) ni negoció dosis con sus aliados políticos Rusia y China, lo que la ha llevado a ser uno de los últimos países de la región en comenzar a inocular a su población contra el Covid-19.Sin embargo, ha sido el primero en América Latina en utilizar una dosis producida a nivel nacional contra el coronavirus.Es, también, el primer país del continente en el que se aplica a la población una “vacuna” que (todavía) no lo es.Y es que Soberana 02 y Abdala (producidas por el Instituto Finlay y el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, respectivamente) han comenzado a utilizarse sin que hayan sido aprobadas y registradas por una agencia reguladora (no cuentan siquiera con una “autorización de emergencia”) y no se conocen datos de su efectividad ni resultados de la última fase de sus estudios clínicos.Los candidatos vacunales cubanos tampoco ha recibido autorización de la OMS/OPS y a, diferencia de lo que suele suceder con otros proyectos de este tipo, los científicos detrás de las plataformas de investigación para las vacunas solo han publicado un artículo en una revista especializada, que no fue revisado por pares.Expertos internacionales consultados por BBC Mundo y la OPS señalan que, si bien Cuba cuenta con una amplia experiencia en la fabricación de vacunas y que cada país tiene la “decisión soberana” de tomar este tipo de medidas, se trata de una “decisión arriesgada”.“La OPS está al tanto de la decisión del Ministerio de Salud Pública de usar los candidatos vacunales en fase III de investigación, Soberana 02 y Abdala, para su uso en territorios y personas con mayor riesgo de infección por covid-19”, dice un comunicado de la organización enviado a BBC Mundo.“Esta es una decisión soberana del gobierno de Cuba. La OPS no participa en esas acciones y solo recomienda utilizar vacunas cuando se hayan finalizado las tres fases de pruebas clínicas y las vacunas son aprobadas por una agencia reguladora o incluidas por la OMS en su listado para uso de emergencia”, agrega.BBC Mundo contactó con el Centro de Prensa Internacional, el Instituto Finlay de Vacunas, el Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica de Cuba, el Centro de Expertos en Vacunas y varios de los científicos implicados en la producción y certificación de las vacunas cubanas para conocer la posición del gobierno y de las autoridades de Salud de la isla, pero no tuvo respuesta antes de la publicación de esta nota.¿Qué ha dicho el gobierno?En abril pasado, autoridades de salud de la isla informaron que, a mediados de mayo, el país iniciaría un “estudio de intervención”, una segunda parte de otras “intervenciones” que ya habían realizado, pero a mayor escala.Anteriormente, Cuba ya había inoculado a su personal de salud y a “sectores en riesgo”: para finales de abril, casi 450.000 personas habían recibido al menos una dosis de Soberana 02 y Abdala, según datos oficiales.Esto ocurrió sin que siquiera el país concluyera de administrar los candidatos vacunales a los voluntarios para la fase III de investigaciones de ambas vacunas, lo que ocurrió a finales de abril en el caso de Abdala y este miércoles en el caso de Soberana 02.Más de 1 millón de cubanos han recibido al menos una dosis de una vacuna que no ha sido certificada (Agencia AFP/)El Ministerio de Salud indicó que desde mediados de mes, la “intervención sanitaria” se haría “masiva” y que proyectaban “vacunar” al 70% de la población para agosto.Según informó el titular del sector, José Ángel Portal, la decisión obedecía a la “seguridad e inmunogenicidad” que habían demostrado las dosis y a la “compleja situación epidemiológica del país”.“El Ministerio de Salud Pública ha decidido aprobar esta intervención sanitaria, en grupos y territorios de riesgo, de carácter temporal hasta el autorizo del Cecmed (la autoridad reguladora de medicamentos en Cuba) para el uso masivo, basada en principios éticos y la absoluta voluntariedad de los sujetos participantes”, dijo en la televisión estatal.La isla, que mantuvo contenido el virus al inicio de la pandemia, ha vivido en los últimos meses una notable escalada de casos y muertes: las cifras oficiales dan cuenta de más de 136.000 contagios y 917 fallecidos, aunque grupos de la sociedad civil disputan esa última cifra.Según Portal, la actual inoculación masiva que realizan tendría “más beneficios que riesgos” y debería conllevar a una disminución de enfermos y fallecidos en fechas venideras, lo que permitiría “un retorno gradual a las actividades sociales y económicas en todo el territorio nacional”.Con el turismo prácticamente paralizado, el coronavirus ha tenido un profundo impacto en la vida económica y social de la isla, a lo que se ha unido la emergencia de una creciente inflación, apagones, escasez de comida, medicamentos y productos básicos.Las largas colas son una constante como parte de la actual crisis económica de la isla (Agencia AFP/)Las propias autoridades de salud de la isla han reconocido, sin embargo, que no saben aún si sus vacunas serán efectivas.“Es preciso terminar el estudio de inmunogenicidad que sería un muy buen indicador de que la vacuna estimula la respuesta inmune, pero hay que hacer el estudio de eficacia clínica: comprobar si realmente la vacuna es capaz de proteger contra la enfermedad sintomática”, indicó la pasada semana en la televisión nacional María Eugenia Toledo Romaní, investigadora principal de Soberana 02.“Aún no tenemos la respuesta total a esa pregunta”, dijo.A diferencia de lo que ha ocurrido en otros países que han iniciado una vacunación, ningún líder cubano ha publicado sus fotos recibiendo una de las dosis nacionales para dar seguridad a la población sobre el proceso (ni los medios oficiales han informado que lo hayan hecho).Varios líderes mundiales han publicado sus fotos recibiendo las vacunas para dar confianza sobre el proceso a sus países (Getty Images/)Las fases de la vacunaSegún explica a BBC Mundo Tony Moody, director del Centro de Vacunas CIVICs de la Universidad de Duke, si bien cada país decide cuándo y cómo utilizar una vacuna, existen protocolos internacionales que practican la mayoría de las naciones.De acuerdo con el experto, tradicionalmente están formados por dos partes: un periodo llamado preclínico en el que se realizan los estudios en los laboratorios y en animales y luego cuando se pasa a los ensayos con humanos, que cuenta con cuatro fases de estudio y que preceden al proceso de vacunación.“En la primera, es un estudio pequeño que se realiza en adultos, lo que se busca es la seguridad, si esa vacuna es segura para administrarla en mayor cantidad de personas”, dice.Luego, el experto aclara que se amplía el número de personas en una segunda fase, donde también se comienzan a ver cuántas dosis se necesitarán, y se continúa evaluando la seguridad.d (Agencia AFP/)“La III es la llamada fase de la eficacia, en la que se usa un mayor número de personas. En esta fase también se está preocupado por la seguridad, pero sobre todo si esa vacuna se comporta en la forma que esperamos para prevenir la enfermedad, es decir, si funciona”, dice a BBC Mundo Joanne Langley, codirectora del Grupo de Trabajo de Vacunas contra el covid-19 de Canadá.John P Moore, profesor de microbiología e inmunología y experto en vacunas de Centro Médico Weill Cornell, la unidad de investigación médica y escuela de medicina de la Universidad Cornell, dice a BBC Mundo que este proceso puede tomar años, por lo que durante la pandemia se han acelerado alguna de las fases.“Pero una cosa es acelerar las fases y superponerlas a comenzar a utilizar la vacuna sin saber si es efectiva y sin tener datos sólidos de las tres fases del proceso de estudios clínicos. Ninguna vacuna se debería usar en poblaciones sin conocer esos datos, para eso existen los estudios clínicos”, afirma.El subdirector de la OPS, Jarbas Barbosa enfatiza que la organización no recomienda utilizar en la población vacunas que no han sido certificadas y que no han concluido sus fases de estudio.“Las autoridades regulatorias de cada país tienen sus propias reglas, pero en todo el mundo en general esas son las etapas que se requieren antes de utilizar una vacuna en la población, porque son las únicas que pueden ofrecer una mayor evaluación efectiva sobre la seguridad y eficacia de las vacunas”, responde a una pregunta de BBC Mundo.“No hay ninguna evidencia de que se pueda utilizar vacunas o medicamentos sin eso que es un consenso global sobre los procesos y métodos para tener una vacuna certificada que es segura y eficaz”, agrega.Los riesgos de la operación cubana para vacunar a su población sin conocer si sus dosis contra el coronavirus funcionan (Agencia AFP/)Cuba niega que se haya saltado fases en sus estudios clínicos y considera las vacunaciones masivas que han realizado en paralelo como “intervenciones” que ayudarán a entender mejor cómo funcionan las dosis y a reducir los contagios y muertes.La doctora Maria Elena Bottazzi, codirectora de la Escuela de Medicina Tropical del Universidad de Baylor cree que el hecho de que Cuba utilice tecnologías conocidas y la amplia experiencia de la isla en el sector pueden justificar esta medida.“En Cuba, como productores de vacunas, tienen mucha experiencia y hasta cierto punto, las tecnologías que están usando son plataformas convencionales que han utilizado para otras vacunas que han producido y que ya han sido autorizadas por sus agencias reguladoras, entonces me imagino que eso ha influido”, dice a BBC Mundo.“Entonces, lo que están haciendo es que tienen un estudio clínico avanzado activo, del que no se saben aún los resultados, pero sus agencias reguladoras les dieron permiso para ir, en paralelo, administrando las dosis siempre que el individuo dé su consentimiento”, señala.Otros casosAunque Cuba es el primer país de América en comenzar a vacunar a su población con candidatos cuya eficacia se desconoce, no es el único en el mundo que lo ha hecho (aunque sí el primero en comenzar sin contar al menos con una autorización de emergencia).En julio pasado, China aprobó su vacuna, por aquel entonces en la tercera fase de ensayos clínicos, para su uso entre sus fuerzas militares y pocos días después, Rusia autorizó de emergencia la Sputnik V cuando aún se encontraba en la fase II.El gobierno de India, en enero pasado, también dio autorización de emergencia a dos vacunas nacionales que no habían completado la tercera fase de estudios clínicos.Scott Halpering, director del Centro de Vacunología de Canadá y profesor de la Universidad de Dalhousie señala que si bien en los casos de China y Rusia funcionó, esto no significa que se haya tratado de una buena práctica clínica.“Los estudios mostraron después que las vacunas eran seguras y efectivas. Fueron afortunados, pero fue un golpe de suerte. Las cosas hubieran podido ser totalmente diferentes”, dice a BBC Mundo.“Cuba al parecer está haciendo lo mismo, lo están llamando intervención, pero lo que están haciendo es exponer a un gran número de personas sin conocer si las dosis que están utilizando realmente funcionan”, afirma.Aunque Cuba es el primer país de América en comenzar a vacunar a su población con candidatos cuya eficacia se desconoce, no es el único en el mundo que lo ha hecho (aunque sí el primero en comenzar sin contar al menos con una autorización de emergencia) (Agencia AFP/)Según el experto, el peligro se haya en que no todas las vacunas que pasan por la fase I o II van a funcionar para contener el virus y los síntomas de la enfermedad que provoca.“Sabemos de varias vacunas que comenzaron a desarrollarse y tuvieron que parar porque resultaron no ser efectivas, como la de (la farmacéutica) Merck, que demostró que era una vacuna segura, sin embargo, se demostró que su eficacia era demasiado baja”, recuerda.“Hoy sabemos más del coronavirus y sabemos que una de las plataformas que están utilizando en Cuba, de atacar la proteína de espiga del virus, ha probado ser efectiva. Así que su vacuna tal vez lo sea. Pero ¿qué pasa si no?¿Cuál es la alternativa? A mí me preocupa mucho cuando un país toma ese riesgo, particularmente cuando existe la opción de obtener otras vacunas que ya han sido aprobadas”, dice.Bottazzi cree que los científicos cubanos, en esta etapa del proceso de investigación, cuentan con herramientas que les permitan predecir la efectividad de los candidatos, aunque aún no tengan datos oficiales.“Siempre que tengan buen sistema de control de calidad, de regulación y que tengan una buena estrategia de comunicación, en la que tengan alta transparencia con las personas que reciban la vacuna y las eduquen a reportar si hay alguna reacción, creo que los beneficios superan los riesgos”, opina.Riesgos y beneficiosAndrea Carcelen, científica asistente en Salud Internacional en la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, alerta que utilizar una vacuna cuya eficacia se desconoce implica peligros que van más allá del propio país.De acuerdo con la experta, en el mejor escenario, este proceso podría generar desconfianza en general hacia las vacunas, de comprobarse que la dosis no funcione.Y, en el peor, podría dar paso a algunas variantes peligrosas del virus.“Otro riesgo con el SARs-CoV-2 es que ya hemos visto su capacidad para mutar. Si la vacuna utilizada genera una respuesta inmune débil, podrían surgir cepas más peligrosas (si el virus puede mutar y continuar propagándose)”, dice.La académica cree que una apuesta de este implica otros también otros riesgos pueden ser desde económicos (por los gastos que implica una vacunación con una dosis que no se sabe si será efectiva, pudiendo apostarse ese dinero para otras intervenciones de salud), hasta “psicológicos”.“Si (las personas creen que) han recibido una vacuna, es posible que tenga un comportamiento más riesgoso, al asumir que ya están protegidos”, considera.Soberana, el nombre de la vacuna cubana (Agencia AFP/)No obstante, también apunta que la apuesta puede tener beneficios, de comprobarse después que la vacuna es efectiva: ya gran parte de la población estaría vacunada y se “podrían prevenir enfermedades graves, hospitalizaciones o muertes”.Bottazzi, por su parte, cree que Cuba se enfrentó a una delicada evaluación ética y de riesgos y beneficios ante los peligros que representa el covid-19.“Me temo que las autoridades de Cuba han tenido que enfrentar un gran dilema ético: dejar que se sigan muriendo personas por coronavirus o comenzar a hacer este tipo de intervenciones con vacunas que no están probadas, pero que se basan en plataformas que ya han demostrado cierto tipo de seguridad. Si me preguntaras qué haría yo, pues lo que ellos están haciendo,” opina.

Fuente: La Nación

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El Cádiz ha anunciado este jueves su primer fichaje para la temporada 2021-22 con la llegada del central armenio Varazdat Haroyan, que llega procedente del Astana de Kazajistán para reforzar la zaga del conjunto andaluz.”El Cádiz Club de Fútbol y el FC Astana han alcanzado un acuerdo para el traspaso de Varazdat Haroyan, que se compromete con nuestra entidad hasta 2023″, informó la entidad amarilla en un comunicado.Haroyan, de 29 años, se desempeña como defensa central y es internacional con la selección absoluta de su país, con la que ha disputado 58 partidos, los últimos a las órdenes del seleccionador Joaquín Caparrós.El zaguero armenio, capitán de su selección, ha conquistado con el Pyunik Ereván, un total de seis títulos en su país. Tras un paso efímero por la Liga de Irán dio el salto en 2017 al fútbol ruso de la mano del FC Ural Ekaterimburgo. FC Tambov y FC Astana fueron sus últimos destinos antes de llegar a la liga española.

Fuente: La Nación

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