La agencia de noticias oficial norcoreana (KCNA) ha informado de que 700 huérfanos menores de edad se han ofrecido voluntarios y están trabajando en las minas, fábricas y granjas colectivas.El medio estatal destaca “la sabiduría y el valor” de estos niños y niñas que en “en su primera juventud” han elegido trabajar de forma voluntaria, según recoge la televisión británica BBC, que estima que los menores que aparecen en las imágenes son adolescentes.La propia KCNA ha informado de que “decenas de niños huérfanos han llegado al Complejo Minero de Chonnae para cumplir con su juramento y devolver aunque sea una millonésima parte del amor que les ha demostrado el Partido”.Diversos grupos de Derechos Humanos han acusado a Corea del Norte de utilizar trabajo forzado de menores, lo cual niega Pyongyang. Muchos de estos esclavos serían hijos de prisioneros surcoreanos de la Guerra de Corea.El Departamento de Estado norteamericano ha denunciado prácticas como la existencia de “brigadas juveniles militarizadas” de menores que “ayudan en proyectos especiales como la retirada de nieve en carreteras o el cumplimiento de los objetivos de producción”. Además ha advertido de “daños físicos y psicológicos, malnutrición, agotamiento y problemas de crecimiento como consecuencia del trabajo forzado”.Corea del Norte ha negado insistentemente estas acusaciones y ha señalado recientemente al presidente estadounidense, Joe Biden, por su “política hostil” hacia Pyongyang.

Fuente: La Nación

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Al menos cuatro personas han muerto y otras 13 han resultado heridas por la explosión de una bomba al paso de un minibús con profesores universitarios y algunos estudiantes en la provincia afgana de Parwan, en el norte del país.El atentado tuvo lugar concretamente en Charikar, la capital de la provincia, según el último balance del jefe médico del Hospital de Parwan, el doctor Qasim Sangin, recogido por la cadena Tolo News.El minibús transportaba a los profesores, ponentes y alumnado de la universidad Alberoni, en la vecina provincia de Kapisa, y hasta ahora ni los talibán ni Estado Islámico, principales sospechosos según las autoridades, han asumido la responsabilidad del atentado.

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De pronto, se paralizaron los corazones en el mundo del motociclismo: Jason Dupasquier sufrió un grave accidente al final de la Q2 en Moto3, en el circuito de Mugello, Italia. El episodio se desencadenó en la curva 9: el suizo se desequilibró y se fue al suelo en plena colina. Debido a la mala maniobra, su moto salió despedida por un lado y fue embestida por el japonés Ayumu Sasaki, que salió catapultado. Al mismo tiempo, en ese impacto también se vio afectado el español Jeremy Alcoba, que habría tocado las piernas de Dupasquier, de 19 años.#Dupasquier, forse centrato da #Sasaki sul casco. Ora c’è solo da sperare in bene. #MugelloGP pic.twitter.com/B2MogQG8Lq— Live ToStream (@live_tostream) May 29, 2021La mayor preocupación se centró en el suizo: su cuerpo quedó tendido en medio de la pista. Algunas imágenes mostraban que varios pilotos lo esquivaron, mientras que el helvético permanecía inerte y fue atendido por los servicios médicos del Mundial durante varios minutos. Finalmente, el helicóptero aterrizó en la zona y fue evacuado a un hospital en Florencia, en donde se le practicó una neurocirugía.Llega el helicoptero al Circuito de Mugello para llevarse a Dupasquier (captura /)Una carrera en ascenso, pero con contratiemposHijo del ex piloto de motocross Phillipe Dupasquier, Jason Dupasquier comenzó su carrera en Supermoto y fue varias veces campeón nacional suizo. Luego dio un exitoso salto y se proclamó en el Campeonato ADAC NEC de Moto3 en 2016, antes de pasar al Campeonato Mundial Juvenil de 2017.El adolescente suizo progresó constantemente a lo largo de 2017 y estaba listo para debutar en el Red Bull Rookies Cup en 2018, pero se rompió el fémur izquierdo en la segunda ronda del Campeonato Mundial Juvenil. Se perdió toda la campaña de la Rookies Cup 2018, aunque regresó en 2019 para terminar la temporada octavo en la general, con su mejor resultado (4°) en Jerez. FInalmente, Dupasquier hizo su debut en el Campeonato del Mundo de Moto3 en 2020 y ahora sigue compitiendo con el equipo PrüstelGP en 2021.Jason Dupasquier y una carrera ascendente

Fuente: La Nación

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El presidente de Colombia, Iván Duque, ordenó este viernes por la noche “el máximo despliegue de asistencia militar” a la Policía Nacional en Cali. El anuncio tuvo lugar después de que en la ciudad se registraran cuatro muertes en el marco de las protestas que hace un mes se desarrollan en todo el país.El riesgo político ahuyenta a los inversores de América Latina en el momento más necesario“Quiero dejar en claro que a partir de esta noche empieza el máximo despliegue de asistencia militar a la Policía Nacional en la ciudad de Cali y el departamento del Valle del Cauca”, comunicó Duque al término de una reunión del Consejo de Seguridad, convocada a raíz de los nuevos episodios de violencia.El mandatario defendió la implementación de la medida en función de la “alteración del orden público” registrada en la región. Según explicó, permitirá “triplicar la capacidad (de las fuerzas de seguridad) en todo el departamento” y prevenir “actos vandálicos” como los que hubo en la última jornada, que terminó con cuatro personas muertas.Queremos anunciar que, ante la alteración del orden público en Cali y el Valle del Cauca, a partir de esta noche se inicia el máximo despliegue de asistencia militar para apoyar la labor de la @PoliciaColombia y el desbloqueo vial, como medida de protección de derechos ciudadanos pic.twitter.com/GhFUBsC5el— Iván Duque ?? (@IvanDuque) May 29, 2021Según se informó oficialmente, en una zona conocida como La Luna un empleado de la Fiscalía General de la Nación, identificado como Freddy Bermúdez Ortíz, le disparó a un grupo de manifestantes que participaban de un bloqueo y mató a dos.Tras lo sucedido, el funcionario judicial “terminó muerto a manos de personas que se encontraban en el sector”, explicó el fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa, en conferencia de prensa.En tanto, horas antes en el municipio de Candelaria un joven que participaba de un bloqueo murió tras ser herido con un arma blanca por de otro grupo de personas que intentaba retirar las barricas colocadas, según informaron medios locales.Un manifestante sostiene un cartel con la leyenda “Duque, pare la masacre”, durante la huelga nacional contra el Gobierno realizada a comienzos de mayo en Bogotá (gettyImages/)Duque, que pretende que el Comité Nacional del Paro (CNP) rechace los bloqueos como método de reclamo, también reveló que “se va a desplegar un servicio de asistencia en materia de comunicaciones para que quienes están al frente informen cada acción, para que haya total transparencia”.“Aceleraremos la judicialización y empezaremos un despliegue de todas las capacidades de inteligencia para que el pueblo conozca los vínculos en muchas de esas actividades vandálicas con grupos organizados”, enfatizó el mandatario, que instó a “la ciudadanía a rodear y acompañar esta labor”.Un mes de protestasEn Colombia se cumplió este viernes un mes del Paro Nacional en rechazo a una reforma fiscal. La medida fue más tarde luego retirada por el Gobierno, que decidió militarizar las calles.El estallido social derivó en múltiples disturbios, saqueos y actos vandálicos, pero también en denuncias en contra de la represión y diversos abusos cometidos por las fuerzas de seguridad.La vicepresidenta de Colombia, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos: “Si quieren venir, no hay ningún problema”Al menos 59 personas murieron durante las protestas -la mayoría a manos de efectivos de la Fuerza Pública- y 866 civiles resultaron heridos, de los cuales al menos 50 sufrieron lesiones oculares por disparos efectuados por la Policía, según organizaciones defensoras de los derechos humanos.Además, se detuvo de manera arbitraria a al menos 2152 personas y se cometió violencia de género contra 87.La Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE) y organizaciones de derechos humanos, entre otros, denunciaron ante la comunidad internacional un uso desproporcionado de la fuerza pública.Agencia Télam

Fuente: La Nación

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Una asociación ha documentado más de 4.100 menores muertos en internados para la asimilación forzosa de población indiaMADRID, 29 May. 2021 (Europa Press) -Una investigación ha sacado a la luz los restos mortales de 215 menores de edad en una fosa común de un colegio canadiense cerrado en 1978 y levantado para facilitar la integración de la población indígena.La Escuela Residencial India Kamloops, en la Columbia Británica, donde trabajan ya los forenses para determinar la causa exacta y la fecha de las muertes, informa la televisión pública canadiense, CBC.El hallazgo ha sido anunciado por el jefe de la tribu india Tk’emlups te Secwepemc. “Hasta donde sabemos, las de estos niños perdidos son muertes indocumentadas. Algunos tenían solo tres años”, ha relatado la jefa de la comunidad de Kamloops, Rosanne Casimir, en declaraciones a la cadena británica BBC.Este tipo de escuelas se crearon en los siglos XIX y XX para asimilar de forma forzosa a los jóvenes indios y estaban financiadas por el Estado y gestionadas por organizaciones religiosas.La de Kamloops era la más grande del país, abierta en 1890 bajo una administración católica, y acogía a unos 500 estudiantes en su momento álgido, en la década de 1950. En 1969 el Gobierno federal asumió su gestión y la convirtió en residencia estudiantil y así funcionó hasta su cierre, en 1978.El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha reconocido estos hechos como un “doloroso recordatorio” de “un capítulo vergonzoso de la historia de nuestro país”.La ministra de Relaciones Indígenas, Carolyn Bennett, ha criticado estos internados, manifestación de una “vergonzosa” política colonial y se ha comprometido a “rendir homenaje a estas almas inocentes perdidas”.Entre 1863 y 1998 se calcula que más de 150.000 menores indígenas fueron arrancados de sus hogares e internados en estos colegios en los que no se les permitía hablar su idioma o manifestar su cultura y donde eran frecuentes maltratos y abusos.Una comisión de investigación concluyó en 2015 que muchos de los menores no regresaron jamás a sus comunidades y reconoció así un “genocidio cultural”.El Proyecto Niños Perdidos ha identificado hasta el momento a más de 4.100 menores fallecidos durante su estancia en los internados y muchos de ellos fueron sepultados en los propios recintos escolares.

Fuente: La Nación

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Héctor Daer y Pablo Moyano no cruzan miradas cada vez que un acto oficial los reúne en la Casa Rosada. Daer es uno de los dos jefes que tiene la CGT, junto con el barrionuevista Carlos Acuña, y el referente camionero es uno de los aspirantes a desbancarlos. Moyano los acusa de haber pactado con la gestión de Macri un frustrado intento de reformar las leyes laborales. Daer y Moyano coincidieron esta semana en su adhesión a la “proclama del 25 de mayo”, en la que el kirchnerismo duro le sugiere al presidente Alberto Fernández tirar por la borda la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los acreedores del Club de París, y destinar el dinero a la gestión urgente de la pandemia.No fue coincidencia el apoyo de Daer y Moyano al documento que impulsó la diputada Fernanda Vallejos. Los sindicalistas, como otros sectores del Frente de Todos, distinguen gestos ambiguos en la conducción del Gobierno. En la CGT a veces no saben si el que manda es Alberto o Cristina. El pago de la deuda externa, sin embargo, es hoy un eje ordenador de la interna sindical. Las diferentes tribus coinciden en que sería inviable aceptar los condicionamientos del FMI en pandemia y en un año electoral. Alertan que se active el famoso artículo IV, que le permite al organismo monitorear los datos fiscales y monetarios del país, y hacer sugerencias sobre el rumbo económico.Pablo Moyano y Héctor Daer, en un acto oficial, hace unos meses; ese día no se saludaronEstá aún fresco el último antecedente, del 29 de diciembre de 2017, cuando el FMI le recetó a la gestión de Cambiemos, en un informe de 83 páginas, facilitar los despidos, limitar los convenios colectivos y ampliar el universo de trabajadores que paguen el impuesto a las ganancias. Banderas que Fernández por ahora no piensa arriar. Todo lo contrario: se extendió el jueves último la prohibición de despidos y la doble indemnización con tope, al menos hasta que atenúe el impacto de la segunda ola de coronavirus, y se elevó a través del Congreso a $150.000 el piso del mínimo no imponible del tributo que pesa sobre los salarios.¿Y los convenios colectivos? El Ministerio de Trabajo habilita reformas sectoriales siempre y cuando exista un acuerdo entre las partes, como sucedió en el caso de Mercado Libre y la Unión de Carga y Descarga, quienes flexibilizaron el convenio 1591/2019 para aplicar de manera exclusiva en un centro de logística que comenzó en 2019 con 80 operarios y cuenta hoy con casi 1500, con un sueldo promedio de $120.000. Este trato se concretó en el predio en el que Moyano no logró poner un pie y que aún lo desvela.1. ¿Quieren saber en qué consiste la reforma laboral? En diciembre Mercado Libre @ML_Argentina y la Unión de Trabajadores de Carga y Descarga negociaron un convenio colectivo de trabajo (CCT 1591/2019 E) que la describe con lujo de detalles (hilo)— Luis Campos (@luiscampos76) July 15, 2019En julio de 2020, los gremios mayoritarios de la CGT temían que la guadaña de la peste se los lleve puestos si es que el Gobierno no acordaba con los acreedores privados y el país caía en default. Por esos días, la central obrera había consensuado un mensaje corporativo con la Asociación Empresaria Argentina (AEA) para avanzar en una agenda común para la pospandemia, en la que se cuestionó, por ejemplo, la presión tributaria sobre el sector formal de la economía. Da la sensación de que fueron proclamas de ocasión. Hoy, casi un año después, un grupo de referentes sindicales plantea no pagar la deuda, ampliar la ayuda estatal para evitar que los índices de pobreza e indigencia continúen subiendo, y limitar exportaciones para controlar precios domésticos.Alberto Fernández y los referentes de la CGT, en Olivos (Presidencia/)Los dirigentes gremiales observan con dramatismo la profundización de la crisis social y económica. Perciben incómodos una geografía feroz para ensayar reformas. Los más duros y escépticos, entre ellos los Moyano, barruntan que aceptar los condicionamientos del FMI sin vacunas y en emergencia sanitaria podría ser catastrófico. Lo rechazarían, y si es necesario hasta con protestas callejeras. En este punto, Daer coincide con los jefes camioneros. Pero hay una amplia mayoría de gremios que se mantiene en silencio o que dio tibias muestras de apoyo a la negociación que encabeza Martín Guzmán, a quien miran todavía con desconfianza por su perfil técnico y poca sensibilidad social. Se aferran los cegetistas al latiguillo de Claudio Moroni. “La palabra reforma laboral no está en mi diccionario. Si significa reducción de derechos o precarización, olvídense”, suele salir del paso el ministro de Trabajo.Teletrabajo e informalidadPero hay otras reformas que son inevitables, que fueron impuestas por la pandemia. Mucho antes del cimbronazo económico que genera el coronavirus, las nuevas tecnologías eran una peligrosa advertencia para los jefes sindicales. Ya lo sabían. Existe una casta de dirigentes que aún le escapa a la reconversión laboral y que para ellos pasó casi indiferente el debate legislativo para regular el teletrabajo del año pasado.En el Congreso, cuando el proyecto giraba por las comisiones, uno de los pocos sindicalistas que intervino fue Daer. Pidió que se mantengan los mismos derechos y obligaciones que en la modalidad presencial, y se preocupó por dejar en claro en la letra chica que no se trata de una nueva actividad, lo que hubiera habilitado a algún gremio moderno a avanzar sobre la representación de los miles de teletrabajadores. Fue una manera de cercar el territorio que el sindicalismo tradicional considera propio.Fuerte cruce entre el gobierno de Kicillof e intendentes opositores por la ayuda estatal a la industriaEstá hoy vigente por la pandemia un decreto presidencial que sugiere que dentro de lo posible se aplique el teletrabajo en el sector privado y público. La implementación de la ley rige desde el 1° de abril pasado. En algunas empresas, sin embargo, la normativa no se aplica o existen grises aún sin resolver. También hay casos en que la dirigencia gremial no está del todo informada para dar el debate. El home office generó siempre ruido y poca adhesión entre los sindicalistas. ¿La razón? Su poder de representación podría diluirse, además de significar un alivio importante en los bolsillos del empleador, ya que se ahorrarían los gastos por el lugar de trabajo, insumos, viáticos, y hasta el pago de la aseguradora de riesgos del trabajo.Así como el teletrabajo implica un cambio de hábito e impone retoques de la legislación, sin que ello signifique una pérdida de derechos, surgen de la crisis otros aspectos a tener en cuenta. La necesidad de regular las aplicaciones de delivery es uno de ellos. Se desempeñarían en el sector unas 55.000 personas y dio un salto durante la pandemia como una salida laboral sencilla y fugaz. Al ministro Moroni no le dieron aún luz verde para desarchivar un proyecto que apunta a regular la jornada laboral, cobertura de salud y seguro. En la iniciativa original, paralizada desde el año pasado, está la mano de Mara Ruiz Malec, la ministra del área de Axel Kicillof. Para Malec, en el trabajo de plataformas digitales “existe una relación laboral tradicional”. Es una definición.Claudio Moroni, el ministro de Trabajo de la Nación, rechaza una reforma laboral y defiende el encarecimiento de los despidos en tiempos de pandemia (Fabián Marelli/)El otro aspecto a resolver urgente es la informalidad laboral. Sin datos fehacientes, por tratarse de relaciones no registradas, se estima que en la Argentina cuatro de cada diez trabajadores están en la informalidad. Según datos de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, habría unos 7.000.000 de personas con empleo en negro. La cifra, de ser cierta, superaría a la de los asalariados formales del sector privado, que está apenas por encima de los 6.000.000, según cifras oficiales. Estos números ponen en alerta también a la CGT, que evalúa incorporar a su mesa a partir del año próximo a la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), el gremio de los empleados informales que, con 2.000.000 de potenciales afiliados, amenaza con superar en inscripciones al Sindicato de Comercio, el más numeroso del sector privado, que tiene 1.200.000.Elecciones 2021: quienes tengan coronavirus podrán votar, pero no se habilitarán mesas especialesDe campaña permanente por los medios, a pesar de que el rigor de la pandemia demanda diálogo y unidad, Patricia Bullrich fue la voz opositora que empujó recientemente el debate sobre la reforma laboral y la distribución de planes sociales. Encendió la discusión acompañada de un dirigente sindical de escasa representación y sin dar recetas claras de lo que haría en caso de acceder al poder, donde ya estuvo como ministra de Trabajo y de la Seguridad Social, entre 2000 y 2001, o en Seguridad, entre 2015 y 2019.Florencio Randazzo también se involucró con cálculo electoral. El exministro kirchnerista dijo que los gremios y las organizaciones sociales “son parte del problema”. Lo cruzó la CGT, acusándolo de “haber perdido el rumbo”, pero también Moyano, que lo calificó, con menos diplomacia, de “chantazo”. Al margen de las peleas retóricas y los eslóganes de campaña, surge de la crisis que el debate laboral debería modernizarse, sin que ello implique flexibilizar medidas y sembrar desigualdades.

Fuente: La Nación

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La realidad económica que traza el coronavirus tiene consecuencias inimaginables. Producto del cierre de miles de pymes, se conoció que crecieron exponencialmente las cooperativas de trabajo como una salida para conservar el empleo. En 2020, surgieron 689 nuevas organizaciones mientras que durante los primeros cuatro meses del año en curso ya se registraron otras 263, de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) que divulgó ayer la Confederación Argentina de Trabajadores Cooperativos Asociados (Conarcoop).Elecciones 2021: quienes tengan coronavirus podrán votar, pero no se habilitarán mesas especialesEl surgimiento de cooperativas mostró en los últimos tres años una tendencia ascendente al ritmo de la crisis económica y social, y ahora sanitaria. En 2018, se inscribieron 508 y en 2019 más de 700. Por efecto de la pandemia, la Conarcoop proyecto para 2021 unas 800 nuevas organizaciones. En el país, según datos oficiales, existirían aproximadamente unas 8300 cooperativas.“Tanto la crisis económica que arrastra el país, profundizada en 2019, como la pandemia, han hecho de que se pierda una gran cantidad de puestos de trabajo. Son habituales las postales de avenidas con persianas bajas y carteles de alquiler. Frente a ese panorama, una vez más el cooperativismo ha demostrado que en conjunto y con un propósito de bien común, es mucho más fácil salir adelante”, señaló en un comunicado Ramiro Martínez, presidente de la Conarcoop, una entidad que está conformada por 12 federaciones cooperativas nacionales.La economía social genera más de 300.000 puestos de trabajo#DiaDelTrabajador #DiadeLxsTrabajadorxs #ReconstrucciónArgentina?? pic.twitter.com/XjJWJ5fAEJ— INAES (@INAESarg) May 1, 2021De las 263 entidades que surgieron en 2021, el 95 por ciento corresponde a cooperativas de trabajo, mientras que el resto son agropecuarias, de vivienda, provisión de servicios y apícolas. Emergen como una alternativa para mantener a flote los proyectos laborales ante la crisis.“Las cooperativas aparecen, una vez más, como una alternativa real y posible, con enfoque social y mirada democrática, frente a una destrucción salvaje tanto del trabajo como de la dignidad asociada a él. La economía social goza de buen estado, más allá de los contextos de crisis, pero lo cierto es que en los contextos de crisis pasa a a ser una salida esencial, una forma diferente de buscar una solución conjunta”, señaló Martínez, el titular de la Conarcoop.

Fuente: La Nación

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En el nuevo ensayo del filósofo y profesor Tomás Abraham, La matanza negada. Autobiografía de mis padres (El Ateneo), confluyen su historia personal, la de sus padres y su familia, con la de varios Estados –Rumania, Israel y la Argentina, entre otros–, de intelectuales y escritores como Emil Cioran, Mircea Eliade, Paul Celan y Mihail Sebastian, y de una “batalla cultural” –la del nazismo– que intentó naturalizar el Holocausto. Es también una reflexión sobre el judaísmo. “Soy judío. Así empieza este escrito de filosofía”, anuncia el autor, uno de los docentes que, desde su cátedra en el Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires, alimentó la pasión por el pensamiento crítico en los dorados años de la recuperación de la democracia en el país.Para Abraham, el antisemitismo es un problema menor en la Argentina, no tan arduo como el de la sostenida crisis socioeconómica que la pandemia contribuye a acentuar. “El Estado argentino está quebrado, endeudado y apenas puede subsidiar a quienes están perjudicados por la pandemia y la recesión”, dice. Pesimista (o tan solo realista) no advierte una dirigencia, a un lado y otro de la grieta, que podría resolver las dificultades actuales.Al mismo tiempo, afirma que la pandemia marcará esta época y a la humanidad. “Nunca nos tocó un periodo en el que todos los días habláramos de enfermedad, de muerte, de contagios, de internaciones, de vulnerabilidad, de adultos mayores. Por la intensidad de la preocupación y su insistencia, hemos tomado una consciencia diferente del riesgo de vida, no de la vida en general, sino de su fragilidad”, afirma, en diálogo con LA NACION.La génesis de su nuevo libro hay que buscarla en una experiencia personal. “Hace veinte años volví por primera vez a mi ciudad natal, Timisoara, en Rumania, y vi las sinagogas con candado. Pude ingresar en la sinagoga de la pequeña ciudad de Sighisoara, donde nació mi padre, y me conmoví ante su belleza y por el silencio. Nunca más habría una ceremonia religiosa, porque los oficiantes y los fieles fueron asesinados durante el Holocausto. Un anciano tenía la llave y me abrió el templo. En un escritorio había un cuaderno de tapas de cuero en el que descubrí el lugar donde estaba enterrado mi abuelo”. Años después, Abraham viajó a dar una conferencia en un coloquio sobre el tema de la identidad en la ciudad de Budapest. “Al conocer la política negacionista del gobierno húngaro, me presenté como judío, nacido en Rumania, el húngaro como lengua materna, con estudios en Francia y hogar en la Argentina. Eran demasiadas identidades para los congresales. Me preguntaron si era religioso, dije que no; si era miembro de un pueblo judío, respondí que más bien creía que los judíos conformábamos una colectividad de varios pueblos mezclados; y ante la insistencia para que justificara mi identidad, respondí que los húngaros conocían la respuesta precisa porque mataron a 400.000 judíos. Así nació la semilla de lo que sería La matanza negada. Autobiografía de mis padres”.–¿Cómo definiría su identidad judía en la Argentina?–Soy argentino porque “vine”, y hoy soy judío porque “volví”. Al volver nuevamente a Rumania, a mi ciudad, hace tres años, no pude sino presentarme como judío. Rumano no podía ser porque antes de la guerra despojaron de la ciudadanía a mis antepasados y nunca quisieron que formáramos parte de la nación. Además de haber asesinado a cientos de miles de judíos (no) rumanos. En la Argentina, mis padres hallaron paz, pan, trabajo y respeto. En nuestro país el antisemitismo fue un ingrediente de los movimientos nacionalistas que tuvieron un protagonismo importante en la llamada Década Infame y durante los años 60. En la actualidad, la identidad judía es una incomodidad muy menor aquí.–¿Por qué dice que el antisemitismo es una pasión nacional en Rumania?– En Rumania, desde mediados del siglo XIX hasta la Segunda Guerra Mundial, el antisemitismo era un aspecto esencial del programa de los partidos políticos rumanos. La Guardia de Hierro y la Legión del Arcángel San Miguel, fundadas en 1927, vanguardia política que concitó la adhesión de la intelectualidad y formó parte del gobierno durante la Segunda Guerra, basaban su política en tres consignas: que se vayan todos, terminar con el régimen parlamentario y la dirigencia política acusada de corrupción; reforma agraria y distribución de tierras entre la gran población campesina, y exterminación de los judíos. Eran nazis de izquierda.–¿Cuáles son las amenazas actuales a la democracia?–Son muchas, no solo para la democracia, sino para la vida en general. En un mundo en donde salgo con barbijo y un pote de gel y trato de no cruzarme con nadie, lo que está en peligro no es solo un gobierno o la democracia. Confronto con la concepción del poder de este gobierno, creo que hay que defender a la Corte Suprema de la invasión del Poder Ejecutivo, pero no ando clamando con una cacerola por la salvación de la república ni hablando de pobres como si fueran una categoría de personas, sociología mediante. No quiero ser parte de la comparsa alarmista, porque es frívola e irresponsable.–¿Cómo vivió las idas y vueltas en la gestión de la pandemia por parte del Gobierno nacional?–Las idas y vueltas por la pandemia acaecen en casi todo el mundo, de Emmanuel Macron y Boris Johnson a Alberto Fernández. En Canadá se vacunó menos que acá, pero con la tercera parte de muertos. No tienen villas y la clase media respeta las leyes, no juegan a la desobediencia civil. No veo una alternativa que me permita comparar y pensar que otro grupo dirigente haría las cosas mejor. Nuestro problema es que el Estado está quebrado, endeudado y apenas puede subsidiar a quienes están perjudicados por la pandemia y la recesión consiguiente. El Banco Central Europeo emite euros y la Reserva Federal, dólares, y funciona. Nuestros pesos valen poco. Hay un drama social muy triste.–¿La oposición es parte del problema o de la solución?–Es parte del problema. Viene de cuatro años bastante lamentables. No hicieron una autocrítica bien profunda, fundamentalmente respecto del liderazgo al que se sometieron. Hay entre ellos gente interesante que debería desligarse de ciertas tutelas.–¿La pandemia obligó a la humanidad a repensar cuestiones como la muerte, la enfermedad y la vejez?–Estoy seguro que sí. Nunca nos tocó un periodo en el que todos los días habláramos de enfermedad, de muerte, de contagios, de internaciones, de vulnerabilidad, de adultos mayores. Por la intensidad de la preocupación y su insistencia, hemos tomado una consciencia diferente del riesgo de vida, no de la vida en general, sino de su fragilidad.–¿El antisemitismo necesita el apoyo de diversos voceros? ¿Un genocidio se construye entre diferentes fuerzas sociales?–En mi libro intento describir cómo se fabrica un nazi. Para hacerlo se necesita una gran inversión cultural. La labor de periodistas, educadores, escritores, artistas, funcionarios, asociaciones culturales y cámaras profesionales. Esto se vio, por ejemplo, en Rumania. La gran Hannah Arendt habla de la banalidad del mal, un concepto certero a la vez que discutible. Por un lado, muestra que un hombre común puede ser un genocida, pero estimo que no hay que dejar de lado que para hacer de un individuo un criminal sádico se necesita algo más que una psicología ordinaria. Y no hablo de enfermedad, sino de un odio naturalizado de tal modo que puede deshumanizar al prójimo. Para eso hay que designar un maldito que no debe vivir. Y esto no es obra de un solo hombre. Entre un individuo de derecha que teme al comunismo y lo considera una amenaza a sus creencias y denuncia a granel zurdos y subversivos y el individuo que arroja cuerpos vivos desde un avión, hay una distancia radical. Entre un racista del sur de Estados Unidos y un miembro del Ku Klux Klan que lincha a un negro, hay un paso gigante. Lo mismo entre el antisemita, o aquel que cree que con el antisemitismo logra tener una concepción del mundo, o una “espiritualidad”, como lo señala otra grande, la escritora Mary McCarthy, y un genocida, hay otro abismo. El racismo existe y existirá, lo mismo que el antisemitismo, y como dice Imre Kértesz, la estupidez persiste.–¿Cómo ve el actual conflicto en Gaza entre Israel y Palestina?–Entre Netanyahu y Hamas hay un acuerdo para mantener el estado de guerra y evitar que lleguen al poder las fuerzas pacifistas, dialoguistas y todos los que bregan por dos países, uno palestino y el otro israelí, en convivencia y cooperación. El sionismo como movimiento nace a fines del siglo XIX, cuando un periodista judeohúngaro, Theodor Herzl, se escandaliza ante el juicio por alta traición al capitán Dreyfus, que dividió a la sociedad francesa entre los nacionalistas xenófobos y antisemitas, y los demócratas liderados por el gran Émile Zola. Ese juicio fue el que decidió a Herzl a buscar un lugar para los judíos por descreer que algún día podían llegar a tener los mismos derechos ciudadanos que el resto de la sociedad. Pero la decisión de ir a Israel se hace obligada para muchos judíos después del genocidio. La solución final proclamada por Hitler no pudo ser final: hubo sobrevivientes. La Shoah fue el resultado de un plan gigantesco y empresarial, con la última tecnología, para hacer desaparecer a una etnia de un modo absoluto. Hay abundantes pruebas que certifican que los gobiernos occidentales tenían conocimiento de las fábricas de la muerte. Nosotros, mis padres y yo, como tantos judíos, debimos presentar un certificado de nacimiento en el que figuramos como evangélicos luteranos para ingresar a la Argentina a fines de 1948. Por eso dirigentes de la comunidad judía llegaron a la conclusión de que para sobrevivir necesitaban un hogar, una nación y un Estado propios, conclusión sellada por el genocidio después de dos mil años de persecución y masacres.–Varios intelectuales de izquierda califican de “nazis” las políticas de Israel contra los palestinos.–Echar a los judíos de Israel al mar, denunciar a Israel como cuña del imperialismo yanqui, calificar de neonazis disfrazados a los israelíes son lugares comunes de los antiimperialistas de salón. La verdadera lucha contra el odio organizado por quienes quieren extremar la violencia en Israel la llevan a cabo árabes israelíes y judíos israelíes en su propio país, con sus marchas y sus movimientos políticos. En ellos me inspiro, en Daniel Barenboim, en David Grossman, en Amoz Oz.–Su nuevo libro incluye críticas a intelectuales como Cioran y Eliade y la reivindicación de otros menos conocidos. ¿Qué se puede criticar hoy de las intervenciones de estas voces públicas?–Yo creo que es saludable que la gente se exprese todo lo que quiera, eso es la democracia. La democracia es ruidosa. Yo filtro las voces para no quedar sordo. Solo le pido al periodismo un esfuerzo de calidad, un costo intelectual en defender una posición. No pido pluralismo porque el pluralismo en la actualidad es trabajo del lector o consumidor. Se ha segmentado el mercado informativo y los receptores quieren que les repitan el mensaje. Es el resultado del infantilismo. Los niños nos piden contar siempre el mismo cuento, pero en ellos nutre la fantasía; en los adultos esteriliza el pensamiento.–En series, libros y películas el judaísmo volvió a ser un tema durante la pandemia. ¿Por qué pasa eso?–Porque Shtisel y Poco ortodoxa son dos series fantásticas. Se trata de un fenómeno artístico. Son interesantes las declaraciones de los actores. Ante el entusiasmo religioso por el éxito de la serie, un rabino le hace por televisión una entrevista a los dos principales protagonistas de Shtisel, Michel Aloni en el papel del joven Akiva, y Dov Glickman que encarna al viejo Shulem; cuando le preguntan a Glickman qué siente después de haber protagonizado a un ortodoxo judío, responde que nada, que nunca fue religioso y que a pesar de que los ortodoxos viven a cuarenta kilómetros de su casa, hasta el momento de la filmación le parecían tan exóticos como los esquimales. Y Aloni, ante la pregunta de cómo se define, de su identidad profunda, dice ser un israelí de lengua hebrea. Ni siquiera solo israelí, sino con una lengua en singular. Porque en Israel hay israelíes de lengua árabe. No se identifica como judío. El sionismo logró aquello que nadie pudo lograr, que el judío se olvide de serlo solo en su patria.–¿Por qué se dedicó a la filosofía?–Leo filosofía desde los quince años. Solo que la filosofía no está en los libros de filosofía, no solamente. A la filosofía se la busca, no se la encuentra ya digerida en los libros de filosofía. La filosofía nace con una inquietud a la que hay que darle forma.–¿Qué opina de las nuevas generaciones de filósofos en el país?–Hay muchos que trabajan con entusiasmo en variados ámbitos, académicos y extraacadémicos: Gustavo Romero, Diego Singer, Luis Diego Fernández, Darío Sztajnszrajber, Tamara Tenembaum, Pola Oloixarac, Germán Súcar, Gustavo Varela, Pablo Dreizik, Alejandro Rozitchner, y tantos otros. Lo hacen con diferentes registros y poco me importa de qué ideología se reclaman. Lo que cuenta es el compromiso con su labor y la búsqueda de problemas que los inquiete y los saque de quicio.?PERFIL: Tomás Abraham? Nació en Timisoara, Rumania, en 1946. Durante su adolescencia, su familia emigró a la Argentina.? Se graduó en Filosofía y Sociología en las universidades de la Sorbona y Vincennes. En París, participó de la rebelión estudiantil en el Mayo Francés de 1968.? Es profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires, fundador del Colegio Argentino de Filosofía y director del Seminario de los Jueves, con el que publicó siete libros.? Es autor de más de veinte libros, entre ellos, Aburrimiento y entusiasmo, La máscara Foucault, El deseo de revolución y La lechuza y el caracol.? En 2004, fue distinguido con el Premio Konex al Ensayo Filosófico. Publicó una novela, La dificultad, y colabora en diarios y revistas.

Fuente: La Nación

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El embajador de Estados Unidos para Venezuela, James Story, ha manifestado su apoyo a la negociación abierta entre el Gobierno venezolano y la oposición y ha asegurado que Washington está estudiando ya cómo “hacer cambios en las sanciones” impuestas contra el Gobierno de Nicolás Maduro.”Apoyamos a las fuerzas democráticas de Venezuela, a los venezolanos, en este proceso de diálogo. Los logros que van llegando vamos evaluando y vamos pensando cómo hacer cambios en las sanciones. Levantar las sanciones sin tener compromisos fundamentales sería un error”, ha declarado Story durante la emisión del programa ‘Aló embajador’.”Estamos dispuestos a evaluar las sanciones siempre y cuando haya cambios irreversibles en la restauración de la democracia en Venezuela”, ha añadido.Así, Story ha respaldado la decisión del líder opositor venezolano de abrir un diálogo con Maduro e incluso ha apoyado una posible iniciativa de referéndum revocatorio contra el mandatario porque considera que no legitima a Maduro. “Apoyamos ese proceso y vamos a ver si se logra algo que realmente sirva a los intereses de los venezolanos”, ha apuntado.Por otra parte, el ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Jorge Arreaza, ha defendido las condiciones planteadas para el diálogo con la oposición: “las demandas que ha hecho el presidente Nicolás Maduro para dialogar con la oposición son lógicas: respeto al Derecho Internacional y la Constitución venezolana; son ilegales las sanciones, el desconocimiento de los poderes y el bloqueo de recursos del Estado”.

Fuente: La Nación

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El Gobierno de República Democrática del Congo ha anunciado este sábado la entrada en erupción de otro volcán próximo a la ciudad de Goma, en el este del país y precisamente escenario de una evacuación masiva la semana pasada por la actividad del volcán Nyiragongo.En esta ocasión se trata del volcán Nyamulagira, que se encuentra cerca de una zona deshabitada de Virunga, cuyo parque nacional alberga una cuarta parte de la población mundial de los gorilas de montaña, especie en peligro de extinción.”Se informa de una erupción volcánica de baja intensidad en el flanco norte de Nyamulagira. La lava fluye en un área deshabitada dentro del Parque Virunga”, ha informado el portavoz del Gobierno, Patrick Muyaya, en un comunicado recogido por el portal Actualité.La erupción ha causado algunos temblores de baja intensidad en Goma pero la situación es relativamente tranquila, según las fuentes locales del portal.La erupción del Nyiragongo la semana pasada dejó al menos 32 muertos, incluidos tres niños, y la desaparición de 40 personas, así como más de 400.000 desplazados, según estimaciones de UNICEF.

Fuente: La Nación

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