RAGUSA, Sicilia.– Falta poco más de 40 días para la primera regata de los Juegos Olímpicos de Tokio. Venimos de una larga preparación. Desde 2017, he navegado con Cecilia Carranza 200 días al año. Hace un año, con el equipo concentrado, entramos en una fase de entrenamiento intensivo. “Bajo mucha presión, solo sale bien aquello que está automatizado”, escribió el psicólogo especializado en deporte Pep Marí. Por eso, en verdad los Juegos no se desarrollan cada cuatro años, sino cada día.A medida que se acerca la competencia empezamos a disfrutar de la presión que aparece cuando, en medio de una enorme expectativa, llega la hora de la verdad. Es un momento de emociones lindas, en el que se acerca la posibilidad de cumplir un gran sueño. En relación al tiempo que venimos entrenándonos, 40 días son nada. Sin embargo, durante las próximas semanas debemos tomar decisiones que tendrán un gran impacto en nuestra performance.Desde junio del año pasado compartimos los entrenamientos con los equipos de Inglaterra, Austria e Italia. Entrenarse a diario con los mejores del mundo supone un ritmo y una presión muy fuertes. Durante todo este tiempo nuestro equipo vivió concentrado en la misma casa. En verdad, más que una casa parece un vestuario, porque Tokio está siempre en nuestras mentes. Es raro que, cuando nos sentamos a una mesa, hablemos de una cosa que no sea el mástil que hemos probado ese día o el modo en que hemos aprovechado tal o cual racha de viento.Santiago Lange y Cecilia Carranza Saroli, con las ilusiones intactas rumbo a unos nuevos Juegos Olímpicos.Nuestros días han sido largos. Nos levantamos temprano y hacemos media hora de visualización con Daniel Espina, nuestro entrenador de yoga, figura clave del equipo. Después de desayunar, vamos al mar. Tratamos de llegar una hora y media antes de la hora acordada, para cambiarnos y preparar el barco a conciencia. Desde el mediodía, navegamos unas tres o cuatro horas, en una suerte de competencia de velocidad con los otros equipos. Después de comer algo, yo hago al menos una hora de bicicleta. Luego, si me da la energía, hacemos media hora de yoga con Dani, y después, una hora de charla técnica en la que repasamos las alternativas de la jornada. Terminamos el día a las diez de la noche, agotados, pero con la ilusión de seguir mejorando al día siguiente.Nadal empieza a ser más Federer: la pelea por el Nº 1 de la historia y cómo afronta el Big 3 el reto finalMañana abandonamos esta rutina y entramos en una nueva fase de nuestra ruta hacia Tokio. En los días que vienen tendremos que terminar el armado definitivo del barco con el que vamos a correr. Se trata de una decisión clave y para nada sencilla. Durante este año hemos preseleccionado cuatro velas mayores, dos mástiles, tres foques, cuatro timones y cuatro orzas, entre otros elementos. Las combinaciones posibles son muchas y se trata de dar con aquella que navega más rápidamente. La elección de los materiales puede sellar, para bien o para mal, el destino de la campaña olímpica. Luego de elegir aquellos componentes que configuran el barco más rápido tenemos que hacerlo andar rápido nosotros. Es decir, tenemos que aprender a conocerlo en detalle, para que deportivamente podamos sacar lo mejor de él.A Tokio, ocho días antes de la competenciaPor la pandemia, solo podremos viajar a Japón el 15 de julio, apenas ocho días antes del inicio de la competencia. En los pasados Juegos nos instalamos en Río nueve meses antes y ese fue uno de los pilares de nuestra preparación. Esta vez todo será muy difícil de predecir, y por eso, fascinante. De cualquier modo, una parte de nosotros ya está allí. Nuestra casa está llena de imágenes del imponente Monte Fuji, que se puede ver desde la bahía de Enoshima, donde se harán las competencias de vela.Lange está preparándose en Ragusa, Italia. (Soledad Aznarez/)Dentro de diez días viajamos a Barcelona, donde vamos a entrenarnos con Mateo Majdalani y Eugenia Bosco, un equipo argentino de alto nivel internacional. Con ellos vamos a pulir detalles del manejo del barco, en ejercicios específicos que simulan situaciones difíciles que pueden darse en Japón.En la bahía de Enoshima podemos esperar tres tipos de condiciones: mar plano y poco viento, cuando sopla desde tierra; viento térmico similar al del Sudeste de verano en Mar del Plata, con olas grandes, y, como estamos en época de tifones, vientos de pretifón o postifón, con olas muy grandes (si hay tifón, no se corre, porque hay un límite máximo de intensidad del viento). Aunque quizá no seamos a priori los mejores en ninguna de estas tres condiciones, sí tenemos potencial de andar bien en todas ellas, y por eso nos sentimos más cómodos con un menú variado.Boca presentó a Nicolás Orsini, el 9 que se pintó el mechón de rubio por Palermo cuando era chico y que no pasó una prueba en la Ribera cuando tenía 15 añosLo que me da mucha confianza es que detrás de nosotros hay un gran equipo. Lo completan los entrenadores Juan de la Fuente y Mariano Parada; Fernanda Sesto en la logística; la meteoróloga Elena Cristofori; Gaby Lemme y Pampa Ferrari en la preparación física, y Martín Mangiaterra, kinesiólogo. Juanjo Grande, psicólogo, nos ha ayudado en momentos difíciles. Juntos hemos superado los sacrificios de una concentración muy larga, con la familia y los afectos lejos. Somos un equipo convencido de que puede estar entre los mejores y trabajamos duro para mostrarlo en Tokio. Mi gratitud a este grupo, que estoy orgulloso de integrar. Sin él, Cecilia y yo no podríamos lanzarnos a la aventura de competir para alcanzar un nuevo sueño.

Fuente: La Nación

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La historia de Hollywood está repleta de cuentos sobre actores que llegaron a la gran pantalla casi por casualidad. Durante décadas el hecho de que Lana Turner fuera descubierta mientras se tomaba un batido helado en la ya desaparecida farmacia Schwab’s ubicada en Sunset Boulevard, cerca de los estudios, alimentó la fantasía de muchos aspirantes a estrella que llegaban a Los Ángeles con la ilusión de correr con la misma suerte. Pero lo cierto es que por cada forastero tocado por la varita mágica de la industria hubo y hay muchos que llegan a ella desde la cuna.Más allá de alimentar el cuento de hadas que imagina que con esfuerzo y talento cualquiera puede triunfar, Hollywood suele buscar a sus nuevas caras en las que ya conoce. Pero no todo se trata de nepotismo y reconocimiento de marca -aunque la marca sean apellidos como Barrymore, Huston y Douglas-, sino también de la fascinación que el negocio familiar ejerce en sus integrantes más jóvenes a la hora de elegir su profesión. Criados en el mundo del espectáculo muchos de los intérpretes más prometedores de estos días eligieron transitar el mismo camino que sus padres con la ilusión de tal vez ser los próximos Ben Stiller o Angelina Jolie, dos retoños de la industria que labraron su propia senda.Wyatt RussellLa lista de hijos de… es larga y los lugares más destacados en ella cambian según los vaivenes de la industria, pero por estos días gracias al streaming a la cabeza de la legión de herederos aparece Wyatt Russell. El hijo de Goldie Hawn y Kurt Russell no sólo está siguiendo los pasos de sus famosos padres sino también los de sus hermanos mayores, Kate y Oliver Hudson.Claro que en el caso del actor de Falcon y el soldado del invierno -que hizo su debut en cine a los 10 años como extra en Escape de Los Ángeles, una de las películas de John Carpenter protagonizadas por papá Kurt-, fueron las series más que la gran pantalla las que mostraron su talento y capacidad como protagonista. Primero en la delirante comedia Lodge 49 (disponible en Amazon Prime Video) y luego como el nuevo Capitán America de la serie de Disney+.Eve HewsonPadre e hija de paseo: Eve Hewson y Bono (the grosby group/)Las plataformas de streaming, específicamente Netflix, también contribuyeron a que muchos empezaran a conocer a Eve Hewson como algo más que la hija actriz de Bono de U2. Ya desde la adolescencia la intérprete irlandesa de 29 años decidió intentar con la actuación, una vocación artística lo suficientemente cercana pero diferente de la música donde su padre es una megaestrella desde antes de su nacimiento.Con pequeños papeles en películas extraordinarias como Una segunda oportunidad y Puente de espías y personajes más destacados en las series The Knick y The Luminaries, Hewson tomó impulso global con Detrás de sus ojos, la miniserie de suspenso que se transformó en un inesperado éxito de Netflix.Jack QuaidDe paseo con mamá: Jack Quaid y Meg RyanLa inmensa y global ventana que aportan las plataformas de streaming también le dio un espaldarazo a la carrera de Jack Quaid, hijo de Dennis Quaid y Meg Ryan que interpreta al valiente Hughie Campbell en The Boys.Más allá del crecimiento del personaje que desde el principio de la ficción funciona como el punto de vista de los espectadores en una trama repleta de violencia, cada vez que aparece en pantalla Quaid tiene la habilidad de parecer alternativamente y según el ángulo de la cámara, una copia exacta de sus padres.Adria ArjonaAdria ArjonaEn algunos casos el parentesco pasa más inadvertido. Especialmente con aquellos que logran hacer el crossover del mundo del espectáculo latino a Hollywood. Así sucede con Adria Arjona, la hija del cantante guatemalteco Ricardo Arjona. Para la industria afincada en Los Ángeles, el hecho de que su apellido sea sinónimo de éxito en la música latina es apenas una curiosidad en la carrera de la actriz que se destacó en la segunda temporada de True Detective y que por estos días graba junto a Diego Luna la serie de Star Wars Andor, que se estrenará el año próximo en Disney+.Por otro lado, la conexión latina también aparece en la ficción de Netflix El baile de las luciérnagas, que acaba de conseguir una segunda temporada. En el drama protagonizado por Katherine Heigl su interés amoroso es interpretado por Jon-Michael Ecker, el hijo del actor brasileño Guy Ecker, famoso en toda latinoamericana por su papel en la inolvidable novela colombiana Café con aroma de mujer.De la mano de papá y mamáRobin Wright y su hija Dylan Penn Como las familias de abogados, médicos o periodistas, muchas veces conseguir el primer trabajo para los hijos depende de sus padres. En Hollywood el nepotismo es moneda corriente, y aunque no garantiza nada, es un buen comienzo. Así Eddie Murphy decidió que su hija Bella podía interpretar a una de las hijas de su rey Hakeem en Un príncipe suelto en Nueva York 2, Sean Penn incluyó a su hija con Robin Wright, Dylan, en Flag Day, la película que dirige y protagoniza, el director Kevin Smith lleva haciendo lo mismo con su hija Harley Quinn Smith (sí, su nombre es un homenaje al personaje de los cómics) desde que era un bebé. De hecho, en la comedia Jay y Silent Bob regresan, Harley Quinn “interpretó” a la versión en pañales del personaje del propio Smith, Silent Bob.Ice Cube y su hijo actor O’Shea Jackson Jr. en Berlín para el estreno europeo de Straight Outta Compton (Joerg Carstensen/)Algo así le tocó en suerte también al actor O’ Shea Jackson Jr. Es que cuando llegó el momento de encontrar a quien pudiera interpretar al rapero y actor Ice Cube (nombre artístico de O’Shea Jackson) en el film Straight Outta Compton sobre su legendaria banda, nadie mejor que su propio hijo O’ Shea para encarnarlo. Y más allá de los contactos y el parecido físico, lo cierto es que el notable trabajo del joven actor en la película lo puso en el radar de la industria audiovisual. Probablemente, su próximo proyecto lo hará conocido en todo el mundo: Jackson forma parte del elenco de la esperada serie de la saga Star Wars, Obi Wan Kenobi.Y si de reconocimiento se trata, para Sosie Bacon, la hija de Kevin Bacon y Kyra Sedgwick, este parece ser su año. La actriz que debutó a los trece años en una película, Loverboy, dirigida por su papá y protagonizada por su mamá, ya hace tiempo que se “independizó” del casting familiar. Para demostrarlo ahí está su papel en la fantástica miniserie Mare of Easttown, en la que interpreta a la problemática nuera del personaje de Kate Winslet. Las escenas entre ambas se destacaron entre las mejores de un programa repleto de interpretaciones extraordinarias.Sosie y Kevin BaconClaro que no todos los retoños de estrellas deciden seguir la senda de sus padres apenas dejan los pañales. Algunos, como John David Washington, el hijo de Denzel Washington, se empeñan en labrar su propio camino. Así, durante años John David se dedicó al fútbol americano y llegó a la liga profesional del deporte. Sin embargo, una lesión lo hizo repensar su vocación y dejar de negarse la posibilidad de ser actor por temor a las comparaciones con su talentoso papá. Según contó en alguna entrevista, el actor de El infiltrado del KKKlan empezó a ir a audiciones sin contarle nada a su familia y solo cuando consiguió el papel del deportista Ricky Jerret en la serie de HBO Ballers se animó a poner las cartas sobre la mesa. Desde aquel primer trabajo en 2015 Washington construyó una carrera notable con un papel central en la mencionada película de Spike Lee -de chico había sido extra de Malcom X, el film de Lee protagonizado por papá Denzel- y sus participaciones en Tenet y en la próxima película de David O. Russell. Además, logró el papel protagónico en la película de acción Beckett, que se estrenará este año.El caso de Patrick Schwarzenegger, uno de los hijos de Arnold y la periodista Maria Shriver puede calificarse de timidez en el arranque, exceso de actividades o resistencia a la autoridad. Lo cierto es que hasta hace algún tiempo, el intérprete de 27 años se dedicaba al diseño de indumentaria y al modelaje y solo esporádicamente hacía alguna película o serie. Ahora, más enfocado en la actuación apareció en Moxie, el film dirigido por Amy Poehler disponible en Netflix. Esa combinación de modelaje y primeros pasos frente a la pantalla también es la fórmula que aplicó Lily Rose Depp, la hija de Johnny y Vanessa Paradis, la actriz y cantante francesa que fue imagen y embajadora de la firma Chanel, un trabajo que ahora comparte con su hija. Y, más recientemente, Rafferty, el hijo de Jude Law y Sadie Frost, que dio el salto del mundo de la moda al cine y la TV.Entre los rezagados en sumarse a la actuación aparece el hijo menor de quién es casi un sinónimo de Hollywood: Jack Nicholson. Ray, hijo del actor y Rebecca Broussard, se acercó a la industria audiovisual primero como asistente de dirección y participando de cortometrajes hasta que en los últimos años formó parte del elenco de series como Mayans M.C. y ahora es uno de los personajes más intrigantes de Panic, la serie de Amazon Prime. Y aunque físicamente no se parecen mucho, cada tanto, cuando sonríe y levanta las cejas Ray Nicholson demuestra que lo que la naturaleza otorga la cámara sabe cómo reflejarlo.

Fuente: La Nación

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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha reconocido el apoyo de Italia en Afganistán en materia de “paz y seguridad” y, en una reunión con el primer ministro italiano, Mario Draghi, han debatido sobre políticas hacia Rusia y China.Los líderes de ambos países han acordado trabajar de forma conjunta en los desafíos globales y las prioridades que tienen en común en materia de política exterior: especialmente en China, Rusia y Libia, según ha detallado la Casa Blanca en un comunicado.Además, la Administración de Biden ha subrayado que ambos mandatarios se han comprometido a “estrechar nexos” en un año en el que se cumple el 160 aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones.Además, han reiterado su dedicación para superar la pandemia de la COVID-19 y lograr reconstruir una mejor seguridad sanitaria a nivel mundial de cara al futuro.Finalmente, el presidente estadounidense ha felicitado a Italia en relación al liderazgo de este país en el G20 del presente año, y ha elogiado su enfoque en “las personas, el planeta y la prosperidad”.La reunión entre Draghi y Biden se ha producido al margen de la cumbre del G7, que se celebra a lo largo de este fin de semana en la ciudad inglesa de Cornualles.

Fuente: La Nación

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(Actualiza con citas de DT México)12 jun (Reuters) – Las selecciones de fútbol de México y
Honduras empataron el sábado 0-0 en un partido amistoso que
sirvió como preparación para la Copa Oro que inicia en julio.El encuentro disputado en el estadio Mercedes-Benz de
Atlanta, en Estados Unidos, no ofreció grandes emociones con
ambos equipos incapaces de generar peligro.”Al equipo le falta terminación, no hemos retrocedido en
cuanto a rendimiento, pero sí hemos retrocedido en cuanto a
resultados”, dijo en videoconferencia el director técnico de
México, el argentino Gerardo Martino.”Esa contundencia nos está faltando desde el año pasado, es
algo que está subsanable, no me gusta no ganar, pero estaría
mucho más preocupado si viera que el rendimiento no es el
adecuado”, agregó.En los últimos tres partidos que ha disputado, la selección
de México registra dos empates y una derrota.En el encuentro ante Honduras, México tuvo las dos únicas
opciones de anotar. La primera fue a los 30 minutos con un
disparo de Carlos Rodríguez que pegó en el travesaño.La segunda oportunidad la tuvo hasta los 92 minutos cuando
Uriel Antuna quedó sin marca frente a la portería tras un centro
enviado por Luis Romo, pero mandó muy desviado su remate con la
cabeza.”Hay cosas por mejorar y lo seguiremos intentando, pero
estamos en muy buen camino, ésta no ha sido la mejor época en
cuanto a resultados obtenidos”, apuntó Martino.El próximo compromiso de México será el 3 de julio cuando
enfrente a Nigeria en su último partido de preparación previo a
la Copa Oro.México y Honduras iniciarán su participación en la Copa Oro
el 10 de julio en la fase de grupos.México estará en el Grupo A junto a las selecciones de El
Salvador y Curazao. Uno de los tres ganadores de la fase
preliminar completará el sector.En tanto, Honduras estará en el Grupo D junto a Panamá,
Granada y Qatar, que como campeón de Asia participará como
invitado.
(Reporte de Carlos Calvo Pacheco en Ciudad de México)

Fuente: La Nación

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CHICAGO (AP) — Un conductor de autobús en Chicago, que buscaba una manera de mitigar el estrés durante la pandemia de coronavirus, se zambulló el sábado en el Lago Michigan por 365to día consecutivo.Dan O´Conor dijo que el año pasado comenzó al saltar al lago desde el muelle Montrose, en el norte de la ciudad, para disminuir el estrés.“Fue durante la pandemia, durante las protestas, durante un año electoral… Así que era un lugar adonde podía acudir y bloquear todo ese ruido y estar conmigo plenamente en el lago, y encontrar un momento de recogimiento”, afirmó O’Conor, que tiene tres hijos.Continuó zambulléndose en el lago durante el otoño antes de venir lo complicado: Abrir un hueco en el hielo congelado del lago que fuera lo suficientemente grande para que pudiera lanzarse al agua durante el invierno. Dijo que después de un salto de este tipo, advirtió que tenía 20 raspaduras y cortaduras en el cuerpo.O’Conor dijo sentirse alentado por la reacción que suscitaron sus zambullidas.“La gente comenzó a preguntarme a beneficio de quién se hace esto y cómo podrían ayudar, y cuando digo gente me refiero a extraños en línea, ustedes saben. Cuando comencé a publicar videos en Twitter e Instagram… me animé más debido a los comentarios de personas como ‘esto me alegra el día, es agradable verlo’”, señaló.El sábado fue especial porque fue la culminación de hacerlo durante todo un año.“Sólo quería celebrar el viaje para zambullirme por 365ta ocasión”, apuntó O’Conor.

Fuente: La Nación

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El diputado del Frente de Todos por la Ciudad de Buenos Aires Leandro Santoro participó esta noche del programa La noche de Mirtha, conducido por Juana Viale, y respondió críticas al operativo de protección civil y el sistema de vacunación contra el gobierno kirchnerista. El legislador contó no haber recibido aún la vacuna, y cuestionó a los dirigentes o personas cercanas a ellos que pudieron acceder a las dosis con mayor facilidad que la población. En contraposición, lanzó: “Si alguien me ofrecía la vacuna, lo agarraba a trompadas”.Los invitados al programa de la noche del sábadoEl legislador volvió sobre el mismo punto una y otra vez, al ser consultado sobre la distribución irregular de vacunas bajo eufemismos como “personal estratégico” o “personal de salud” para líderes políticos. “La solución es entender qué hicimos mal entre todos. Alberto pidió disculpas y se ha tenido que bancar que le digan barbaridades”, dijo. Y, sobre la “vacunación vip”, agregó: “Fue horrible, cualquier salida individual es un daño al proyecto cultural del Frente de Todos”.Invitado a la mesa, el vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli, se sumó a la conversación y dijo que él tampoco está vacunado, y que espera ansioso su turno. En un tono amistoso, ambos dirigentes analizaron la política sanitaria. Santilli pidió salir de la confrontación porque “los personalismos le hicieron mal a la Argentina”. Aseguró estar “construyendo una nueva generación” con Horacio Rodríguez Larreta; y advirtió sobre el coronavirus: “Estamos entrando al invierno, tenemos que cuidarnos”.Leandro Santoro dejó helada a Juana Viale: “Si me hubiesen ofrecido ser vacunado VIP Lo hubiera…” pic.twitter.com/D4O0tSC1Y8— Revolución Popular (@RPN_Oficial) June 13, 2021Santoro, que durante varios momentos del programa tomó la palabra, opinó: “Santilli y Larreta sí laburan; a mi me quieren en La Cámpora, y también en Cambiemos”. Aunque, en otro momento apuntó contra la oposición: “Esto va cada vez peor; convocar a movilizaciones es un error, sacarse fotos sin barbijo es desafortunado”. Juana Viale dejó que el legislador kirchnerista hablara sobre la intimidad del poder, puntualmente del presidente Alberto Fernández, con quien el diputado tiene cierta cercanía. “El Presidente es muy honesto”, dijo. Y explicó sobre las medidas que asfixian a trabajadores y afectan a la población: “No sé que pasó con el problema del monotributo, pero lo corrigió”.“La Argentina necesita conversar sobre el racismo”: crítica columna contra el presidente Alberto FernándezEn este sentido, la mesa contó con algunas intervenciones del periodista Horacio Cabak, quien cuestionó la transparencia de los procesos con los laboratorios: “¿Qué se firmó? ¿Por qué los aviones salen a Rusia y no sabemos cuándo vuelven?”, preguntó Cabak.

Fuente: La Nación

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Hasta ahora, la excepcionalidad argentina consistía en las equivocadas decisiones económicas. Alberto Fernández acaba de agregarle al país un presidente excepcionalmente extraviado, injusto en sus descripciones y confuso en sus aseveraciones. La suma de tales desvaríos construye un país con pocas expectativas de futuro, que es el dato más relevante en cualquier medición sobre el estado de la sociedad. El Presidente provocó un malestar continental con dos apariciones públicas en apenas 48 horas. Brasil, México y Perú le reclamaron por cosas que había dicho mal; solo de algunas se retractó. El debate no consiste en descifrar de dónde vienen los argentinos, como quiso explicar erróneamente el Presidente, sino hacia dónde van. Y en cuántos se van del país o se quieren ir. Nadie habla de este éxodo argentino en dosis que se produce cada diez años.Si bien Octavio Paz habló de que los argentinos descienden de los barcos, fue Carlos Fuentes el que le dio una fórmula escrita elegante e irónica: “Los mexicanos descienden de los aztecas, los peruanos de los incas y los argentinos de los barcos”. Era una ironía cariñosa de dos de los más célebres escritores que dio la lengua española. No fue nunca la conclusión de un estudio demográfico; fue solo humorismo literario. Alberto Fernández le atribuyó a Paz, premio Nobel de Literatura, una frase ofensiva: “Los mexicanos descienden de los indios, los brasileños de la selva y los argentinos de los barcos”. Ni Paz ni Fuentes (ni Martín Caparrós, citado por Fuentes) hablaron ni escribieron nunca de “indios” ni de “selva”, que fueron los giros más despectivos; tampoco de Brasil ni de brasileños. Al día siguiente, reconoció que la frase era de Litto Nebbia. Confundir a un premio Nobel con un rockero argentino (por más méritos que tenga la obra de Nebbia) señala las limitaciones intelectuales del Presidente o las de sus colaboradores, si es que fueron estos los que le acercaron la falsa frase que le adjudicó a Octavio Paz.El Presidente se convirtió de pronto en una caricatura de la arrogancia argentina. Los dos países más grandes de América Latina vienen de los indios o de la selva, pero los argentinos vienen de Europa. El papa Francisco suele repetir una vieja broma sobre los argentinos: “¿Sabe cómo se suicidan los argentinos? Se suben a su ego y se lanzan al vacío”. ¿No es eso lo que hizo Alberto Fernández, aunque haya sido (valga el oxímoron) un suicidio involuntario? Ya el año pasado, el Presidente había exhibido el egocentrismo argentino cuando estaba hablando de la pandemia: “El mundo, de alguna manera, nos envidia”, dijo sobre los resultados locales de la peste. Seis meses después, la Argentina figura entre los países con más muertos y contagiados por millón de habitantes.Todas las fuentes indican que esos despistes presidenciales provocaron un ataque de furia de su mentora y vicepresidenta, Cristina Kirchner. No solo la enfureció el error, sino también que su ahijado político haya deshecho el camino recorrido por ella. Para la expresidenta, la colonización española fue una obra de genocidas; por eso, la estatua de Cristóbal Colón (un genovés al servicio del reino de Castilla) terminó tirada en el patio trasero de la Casa de Gobierno en los últimos años de su presidencia. Debe reconocerse que Cristina se equivoca en qué dice (y en qué piensa), pero no en cómo lo dice. Dice bien lo que piensa mal.Nadie reparó, a todo esto, en el incómodo momento que el mandatario argentino le hizo pasar al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, que estaba al lado de Alberto Fernández cuando este cometió el desvarío verbal. Justo las cámaras de televisión no captaron el rostro de Sánchez en el instante en que Alberto divagaba sobre indios y selvas. A pesar de que Sánchez construyó una coalición extravagante en España, él pertenece al establishment del Partido Socialista, la organización política que más tiempo gobernó la democracia de España. Para la diplomacia española hay tres países especialmente importantes en América Latina: México, Brasil y la Argentina. Ya sea por las numerosas colectividades españolas o por la inversión de empresarios de España en esos países, lo cierto es que México y Brasil no son indiferentes para ningún gobierno español. Sánchez no hizo ni dijo nada, pero una mala racha lo colocó en el momento inoportuno y en el lugar inadecuado. Gracias, Alberto.Álvaro Pava Camelo, embajador de Colombia, cuestionó a Alberto Fernández: “La intromisión no es bienvenida”La otra particularidad argentina es el exitismo. Alberto Fernández lo cultivó, al día siguiente del escándalo con México y Brasil, cuando felicitó por el triunfo al “presidente electo” de Perú, Pedro Castillo. Quería llegar primero, antes que cualquier otro, corriendo en auxilio del supuesto vencedor. No había entonces presidente electo en Perú, porque ninguna autoridad electoral peruana había anunciado un vencedor en la infartante segunda vuelta de las elecciones presidenciales. No lo hay todavía, cuando la diferencia entre Castillo y Keiko Fujimori es de apenas 50.000 votos. Pero Castillo va primero por esa mínima diferencia y alguien (¿quién?) le aseguró al Presidente que el resultado es inmodificable. La consecuencia fue una formal nota de protesta de la cancillería peruana al gobierno argentino por los dichos del Presidente. La familia Bolsonaro había manifestado su queja en las redes sociales. Pero no solo los Bolsonaro se ofendieron; el nacionalismo brasileño, que es casi unánime en su sociedad y en su dirigencia política, estaba erizado contra Alberto Fernández. Hasta el Partido de los Trabajadores, la organización del expresidente Lula da Silva, deslizó su malestar. La prensa mexicana criticó duramente al presidente argentino y describió su frase como racista y discriminatoria. El expresidente de México Felipe Calderón dijo que la frase de Alberto “era más propia de Cantinflas que de Octavio Paz”. El gobierno de López Obrador prefirió enfadarse en silencio.Nada le fue suficiente. Un día después dijo un discurso confuso en el que habló de tierras improductivas y criticó a sus dueños porque las guardan para que las hereden sus hijos. No se sabe si promovió la reforma agraria (que había descartado 48 horas antes) o si anunciaba una ola de expropiaciones. O si solo volvía a divagar sobre lo divino y lo humano como hacen los argentinos (o hacían hasta antes de la pandemia) sentados en un café. Lo cierto es que el derecho a la propiedad privada es también una garantía constitucional de los que heredan. Dos días antes había asegurado que él estaba dispuesto a distribuir “tierras fiscales improductivas” para que nadie lo acuse de “hacer una reforma agraria”. Después, ya no habló de tierras fiscales, sino de propiedades privadas que serán heredadas y que podrían ser utilizadas ahora por los que necesitan viviendas. ¿Cuál Alberto Fernández es el verdadero? ¿Qué quiso decir? ¿Cuándo o dónde estaba el pensamiento real del Presidente? En una coalición en la que no faltan los que sueñan con una revolución, un discurso de esa naturaleza puede abrir las puertas de la justicia social por mano propia.Alberto Fernández se transformó en una persona decidida a agradar a quien tiene delante de él. La alusión a los mexicanos y brasileños fue un intento de decirle a Pedro Sánchez que él es como los españoles. También la Argentina y los argentinos. No había necesidad. Ningún dirigente español desconoce la enorme influencia de la colectividad española en la Argentina. La felicitación a Castillo fue un gesto desesperado para quedar bien con quien cree que será el próximo presidente de Perú. Erró y se apresuró. Rectificó y se disculpó en algunos casos. De un país de escritores como Borges y Cortázar; de científicos como Houssay, Leloir y Milstein (todos premios Nobel), y de deportistas como Jorge Valdano, con sólida formación intelectual e inquebrantable sentido común, se espera un presidente que diga bien lo que quiere decir. Sin confusiones, sin ofensas y sin disparates.

Fuente: La Nación

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La palabra negligencia, incluida en el artículo 4 de la ley de vacunas por iniciativa de legisladores del Frente de Todos, no se coló de forma inadvertida. En otros términos, esta negligencia no fue por negligencia, sino intencional. Y, si la calificación fuese penal, se la llamaría dolosa. Posiblemente, en la historia legislativa argentina no haya existido ningún otro término solitario y singular que haya provocado tanto costo social como ese.En la emergencia mundial causada por la pandemia, la industria farmacéutica aceleró los plazos de investigación y desarrollo de nuevas vacunas para el Covid-19, reduciendo a meses un proceso complejo que suele tardar de diez a 15 años. Además de su eficacia, los ensayos clínicos procuran disminuir al mínimo los riesgos de efectos adversos. En plazos más cortos, los riesgos son mayores.Con mucho sentido común, los gobiernos de Estados Unidos y de la Unión Europea flexibilizaron sus normas para hacer posible el lanzamiento de nuevas vacunas “antes de tiempo”. La Food and Drug Administration (FDA) estadounidense recurrió a la Autorización de Uso de Emergencia (EUA, por sus siglas en inglés), que permite el uso de medicamentos aún sin aprobación, en graves emergencias sanitarias cuando no existen alternativas adecuadas, aprobadas y disponibles. Para emitir una EUA, la FDA debe determinar que los beneficios conocidos y potenciales superan los riesgos conocidos y potenciales de la vacuna.Estas autorizaciones permiten dar por cumplidas las exigencias regulatorias y, mediante la rápida vacunación, normalizar las actividades diarias de los países e impedir los contagios, salvando vidas. Pero no liberan a los laboratorios de las posibles demandas por daños y perjuicios que pudiesen iniciar quienes consideren que han sufrido efectos adversos por el uso de aquellas.En la Argentina conocemos bien la industria del juicio, tanto en materia de accidentes de tránsito como laboral. En Estados Unidos existe una industria semejante, pero mucho peor, basada en la responsabilidad por productos elaborados (product liabitily). Son conocidas las sentencias en casos como el uso de asbesto en la construcción o los implantes mamarios. Los montos de las condenas son gigantescos, porque incluyen daños punitivos o ejemplificadores por los cuales las empresas no solo deben compensar el daño sufrido por el demandante, sino también los que pudiesen haber sufrido otros damnificados que no hicieron juicios.Es obvio que ningún laboratorio querrá correr el riesgo de vender vacunas en un contexto legal semejante, donde una sentencia puede mandarlo a la quiebra. Por eso, requieren que los Estados que las compran para inocularlas en su población asuman la responsabilidad de “cubrirlos” ante eventuales demandas –indemnidad– de los inmunizados, aunque algún juez considere que hubo negligencia durante la fabricación o distribución.Como la negligencia consiste en la falta de la diligencia que se espera de un laboratorio de primera línea, es muy probable que un tribunal neoyorquino considere, al momento de fallar, que esa empresa, aunque hubiese obtenido la EUA, no queda liberada por ello de su obligación de diligencia ante el público consumidor. Es decir, que debió haber cumplido con los protocolos habituales para el desarrollo y aprobación de vacunas. Sobre todo, en tribunales propensos a considerar que el público carece de información suficiente, que los laboratorios tienen seguros y que han ganado mucho dinero con sus vacunas.Todo lo que hemos descripto hasta aquí es obvio y bien conocido por los legisladores, muchos de los cuales tienen experiencia como abogados o como funcionarios avezados en problemas de salud pública.Al introducirse la palabra negligencia se resolvió, de forma intencional, excluir de la provisión de vacunas Pfizer a la Argentina, ya que es absolutamente imposible que ese laboratorio se exponga a juicios de daños y perjuicios, por el único interés de vender vacunas al gobierno argentino. Y, mucho menos, creando un antecedente negativo para los contratos con otros países. Cabe destacar que 116 países recibieron ya 640 millones de vacunas Pfizer y ninguno hizo el planteo de la Argentina.Como quedó aclarado en la exposición del gerente general de Pfizer Argentina en la Cámara de Diputados el martes pasado, la sanción de la ley con esa redacción impidió la provisión de un millón de vacunas en diciembre de 2020, sobre un total de 13.2 millones por entregarse este año. Como bien señaló Joaquín Morales Solá en su reciente columna en LANACION, a fines de este mes, la Argentina podría haber vacunado al 20% de su población si se hubiesen recibido los 8 millones de vacunas de Pfizer, comprometidas hasta esa fecha.No podemos juzgar intenciones, aunque resulta llamativo que la decisión política de introducir la palabra negligencia haya coincidido con los anuncios públicos acerca del acuerdo con AstraZeneca y su socio local, Hugo Sigman, como proveedores preferidos. Y luego, con el entusiasmo oficial por Rusia y China para intentar cubrir las vacunas faltantes.Todo lo que se haga en materia de vacunación, de aquí en adelante, debe ser bienvenido. Pero hay algo que no puede olvidarse, ni perdonarse: las miles de personas que murieron por falta de vacunas, por la inclusión dolosa de la palabra negligencia en la ley para impedir, con una pantomima jurídica, la llegada a la Argentina de la vacuna más respetada y utilizada en el mundo occidental.Tampoco pueden olvidarse ni perdonarse el desastre económico y educativo que han implicado los cierres de actividades para sustituir la ausencia de vacunas, con medidas restrictivas que han hundido a la economía argentina, diezmado la educación y multiplicado la pobreza.

Fuente: La Nación

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Seguí con particular interés las derivaciones del blooper múltiple presidencial que aludía de manera poco gentil, y hasta con involuntarios toques racistas, a los orígenes étnicos de los pueblos de Brasil y México.Muchos se preguntarán por qué “con particular interés”, y la respuesta es muy simple: el 31 de mayo último debí comparecer, convocado por el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), a una audiencia virtual con la licenciada Gabriela Liguori, directora ejecutiva de la Comisión Argentina para Refugiados y Migrantes (Caref), que había presentado una denuncia ante el organismo por mi expresión “conurbano africanizado” utilizada en este mismo espacio el 17 de enero último.A partir de que ese domingo, muy temprano, por Twitter, la diputada Gabriela Cerruti distorsionó aviesamente el sentido de mis palabras, que no tenían otro afán que subrayar que sectores del Gran Buenos Aires sufren índices socioeconómicos similares, o peores, a los de algunos de los países más pobres de ese continente, se desató lo que se podría catalogar como una campaña orquestada en la que, con el correr de las horas, se sumaron afirmaciones condenatorias (muchas de ellas, difamatorias) ya no solo de anónimos trolls, sino de importantes dirigentes del oficialismo, como el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y, por supuesto, el staff completo de su periodismo adicto.Victoria Donda (Enrique Villegas/)De poco valió que durante las siguientes 48 horas me explayara con sucesivos mensajes en las redes para ampliar lo que era bastante obvio en el contexto de mi artículo: que de ninguna manera el adjetivo se refería a personas sino que solo apuntaba al comparativo de estadísticas entre una y otra región del mundo. El derecho a la defensa me fue denegado por completo: el escrache organizado no tomaba en cuenta ninguna de mis argumentaciones porque no resultaban convenientes para sus fines. Pero me parecía importante que personas de buena fe, ante tan insólita inquisición virtual, contaran al menos con mi versión de los hechos. Atravesamos la Era de la Cancelación, esa otra pandemia mundial que lideran autoerigidos correctismos dogmáticos y supuestamente moralistas que suelen esconder otros intereses.Debo decir, no obstante, que la larga conversación por Zoom con la titular del Caref fue en todo momento muy civilizada y hasta cordial, con la impecable asistencia de dos funcionarias del Inadi que colaboraron para mantener esa armonía y que el diálogo entre las partes fuera mutuamente enriquecedor. Liguori me contó que refugiados de ese continente se habían sentido afectados por aquel término de mi nota, que tanta controversia había levantado. Particularmente me refirió el caso de un senegalés que hasta le leyó una resolución de las Naciones Unidas sobre la triste problemática de los refugiados, cuando se quejó ante ella por la palabra en cuestión.Según un informe que la Defensoría del Pueblo dio a conocer en noviembre de 2020, hay en CABA un constante “hostigamiento institucionalizado” a los vendedores callejeros senegaleses. La indefensión de estas personas se agrava por la ausencia de una representación consular de Senegal en la Argentina, porque varios de ellos permanecen indocumentados y -cito una vez más al organismo- por las “dificultades en la comunicación, atento a la barrera idiomática existente”.Por eso me llamó mucho la atención que un miembro de esa comunidad hubiese reparado en una palabra de una columna de opinión de un diario escrito en castellano. Pero si así fue, y cumpliendo con lo que se me solicita, le ofrezco mis disculpas sin peros de ningún tipo en el mismo espacio donde se sintió tan afectado en su identidad. Y, de paso, le pido perdón también por todos aquellos que le agregaron perversas intencionalidades que jamás estuvieron en mi ánimo, solo para denostar a alguien que no piensa políticamente como ellos. Es más: me gustaría conocerlo. Será una buena ocasión también para felicitarlo sinceramente por sus auspiciosos avances en el conocimiento de nuestro idioma, al punto de poder detectar en las columnas políticas dominicales de este diario palabras que lo someten a un injusto sufrimiento.“El Inadi no había iniciado acción”, dijo la titular del organismo, Victoria Donda, sobre los recientes exabruptos presidenciales. No tuve la misma suerte: pocas horas después de aparecido mi artículo, el Inadi emitió un documento al respecto. Alberto Fernández envió una carta que Donda calificó de gesto “histórico, destacable y una excelente práctica”. Tampoco valieron mis reiteradas explicaciones públicas en las redes sociales, programas de radio y TV, y en nuevos artículos. Si le pasaba a Cristina Kirchner, hubiese hablado de lawfare.

Fuente: La Nación

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“¿Perdieron el sentido común o el corazón?”, se preguntó hace poco Florencio Randazzo en Twitter a raíz del aumento de un 40 por ciento en los sueldos de algunos políticos. El comentario generó revuelo entre quienes tienen oficio electoral y saben que, como dijo el psicólogo Drew Westen en su libro Cerebro Político, “las elecciones se ganan o se pierden en el terreno de las emociones”.Estar en sintonía con lo que sienten los votantes es clave para obtener un triunfo en las urnas. Pero no todo es tan sencillo: el problema fundamental es que nadie puede predecir hoy cuáles serán las emociones que guiarán la decisión de los ciudadanos en el momento de entrar al cuarto oscuro para las PASO, el próximo 12 de septiembre.Alinear el humor social con la fecha de las elecciones es una de las razones por las que las dos principales coaliciones políticas acordaron postergar la fecha de las PASO en la Argentina.Para el oficialismo, era esencial retrasarlas para intentar que más votantes llegasen al cuarto oscuro con una vacuna en el brazo y algo de optimismo en el corazón. Pero, ¿por qué accedió la oposición a posponer la elección, en vez de presionar para que se realizase en el momento de mayor enojo social con el oficialismo por la crisis económica y sanitaria?El peligro de los extremosSegún estudios realizados por la psicóloga social Jennifer Lerner, el enojo es un mal consejero para tomar decisiones debido a que quienes están enojados sienten un exceso de confianza en sus decisiones y minimizan los riesgos que podrían conllevar. En un experimento realizado en 2003, la autora expuso a un grupo de ciudadanos norteamericanos a noticias sobre paquetes enviados por correo con Ántrax, con el objetivo de que sintieran miedo. Y a otro grupo les hizo ver noticias de personas en Medio Oriente festejando los atentados del 11 de septiembre de 2001, con el objetivo de que experimentaran enojo.El resultado fue que quienes se mostraban enojados apoyaban medidas más duras contra los terroristas y veían menos amenazas en el mundo.Un análisis realizado recientemente por Dynamis Consulting sobre el humor social, clasificó al electorado argentino en cinco grupos, en función de la intensidad de su descontento según un índice compuesto en base a 13 variables.De acuerdo a este índice, una sólida mayoría del electorado está disconforme y un nueve por ciento manifiesta un pesimismo más intenso.Tal como describe Lerner, son justamente los votantes más enojados los que muestran mayor propensión a apoyar opciones electorales más extremas, como los libertarios, o a mantenerse indecisos y seguir a la pesca de alguna opción alternativa que los convenza más.Por lo tanto, un electorado intensamente enojado y dispuesto a arriesgarse por nuevas opciones sin medir las consecuencias tampoco es negocio para Juntos por el Cambio.En el otro extremo de la escala se encuentran los votantes optimistas.En la Argentina de hoy, azotada por la pandemia, la crisis económica y la confrontación política, este grupo es minoritario, pero no inexistente.Un 26 por ciento de los votantes se encuentran en el segmento más positivo de la escala y son, casi por unanimidad, propensos a apoyar al oficialista Frente de Todos.De todas maneras, Lerner opina que tampoco el optimismo es un buen consejero a la hora de tomar decisiones: algunos estudios demostraron que en esos casos se presta más atención a cuestiones como el agrado que les genera el emisor de los mensajes que a los resultados.Quizás sea la vinculación emotiva de estos votantes con Cristina Kirchner la que hace que la sigan apoyando sin importar los resultados de las políticas públicas implementadas en estos años de gestión.El equilibrioEn el medio de ambos extremos está el segmento desapasionado, un 21 por ciento del electorado que –según nuestra escala– no se siente ni pesimista ni optimista.Un bloque que podría potencialmente crecer considerando que, en promedio, en las últimas dos elecciones legislativas (2017 y 2013) hubo un tercio del electorado que eligió opciones diferentes a la izquierda o las dos principales fuerzas políticas que dominaron cada elección.Aunque, claro está, este bloque heterogéneo de votantes se dispersó en varias opciones diferenciadas.Y es entre ellos, los desapasionados, que una opción peronista no kirchnerista tiene mayor potencial de crecimiento.Quizás en eso pensó Randazzo al publicar en las redes una opinión contraria a sus colegas. Sin embargo, la gran pregunta es si este segmento se va a mantener hasta el día en que haya que ir a las urnas o será absorbido por la polarización.Para ello va a ser clave entender con qué humor llegan estos votantes al día de la elección. Si llegan enojados, habrá más posibilidad de que se inclinen por una propuesta electoral novedosa sin medir los riesgos que pueda conllevar.Es clave entender con qué humor llegan los votantes al día de la elección; las PASO serán el 12 de septiembre Si llegan con optimismo, entonces será fundamental la empatía y atracción que genere el o la líder que represente este espacio.Por ahora, el sentimiento que predomina en la sociedad argentina es la incertidumbre. Ésa es una mala noticia para los que aspiran a conquistar y expandir el centro del espectro político ya que, de acuerdo a investigaciones recientes realizadas por científicos de la Universidad Brown, la intolerancia a la incertidumbre genera opiniones políticas más polarizadas.De todos modos, a casi tres meses de las PASO, es difícil predecir cuál será el humor imperante en la sociedad ese día.Lo que sí podemos anticipar es que, en términos electorales, las emociones le ganan a la razón.Por eso, no hay construcción política posible que no empiece por el corazón.

Fuente: La Nación

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