(Agrega citas de manifestante, más detalles)Por Marco Aquino y Marcelo RochabrunLIMA, 12 jun (Reuters) – La candidata de derecha Keiko
Fujimori encabezó el sábado una protesta y exigió la anulación
de boletas de sufragio en su contra de las recientes elecciones
presidenciales de Perú, mientras el socialista Pedro Castillo
lidera con una mínima pero constante ventaja un conteo de votos
que se acerca a su final.Castillo, un profesor de primaria desconocido por la mayoría
del país hasta poco antes de las elecciones, tiene un 50,15% de
votos, mientras que la hija del encarcelado expresidente Alberto
Fujimori lograba el 49,85% cuando va contabilizado el 99,93% de
las actas de sufragio, según la oficina electoral ONPE.”Si el jurado (electoral) analiza esto, la elección se dará
vuelta, queridos amigos”, exclamó Fujimori a cientos de
seguidores en el centro de Lima, muchos de ellos con la bandera
peruana roja y blanca. “Soy de las personas que jamás me rindo”,
afirmó.A casi una semana de las elecciones, los peruanos están
ansiosos por el desenlace electoral y el candidato de izquierda
está cada vez más cerca de ganar la contienda con una diferencia
del 0,30%, equivalente a unos 50.000 votos.No obstante, Fujimori, que realizó en la semana acusaciones
“de fraude en mesa” sin mayores fundamentos, busca que las
autoridades electorales anulen unos 200.000 votos, solicitud que
fue rechazada porque fue presentada fuera de plazo.Fujimori manifestó que apelará esta decisión y esperará el
conteo “del último voto”. Asimismo, agregó que “de llegar a un
resultado final vamos a reconocer los resultados, no caben
instancias internacionales”.”Definitivamente hay un complot, la gente quiere
‘voltearnos’ las mesas, están anulando los votos de Keiko”, dijo
Ronald Vertis, un asistente en la manifestación de la candidata.El partido de Castillo rechazó las acusaciones de presunto
fraude y los observadores internacionales del proceso en Lima
han manifestado que las elecciones fueron transparentes.La historia podría repetirse para la candidata, que perdió
en la anterior elección de 2016 con una pequeña diferencia
(0,24%) frente al banquero Pedro Pablo Kuczynski.País fragmentadoCastillo, de 51 años, ha recibido en tanto el saludo
adelantado de líderes y mandatarios de izquierda de América
Latina, algo que enojó al Gobierno y pidió a la comunidad
internacional esperar los resultados finales.”El pueblo peruano lo merece”, afirmó Castillo en un mensaje
por Twitter a última hora del viernes. Un posible gobierno de
Castillo asusta a los mercados, en gran parte porque su partido
se describe a sí mismo como marxista-leninista, aunque el
candidato se moderó en el tramo final de la campaña.Fujimori culpó más temprano el sábado a la “izquierda
internacional” de presionar para que Castillo ganara.”Perú es un país estratégicamente, geopolíticamente
hablando, fundamental en Latinoamérica y es por eso este intento
de la izquierda internacional”, afirmó.Un fiscal pidió esta semana la prisión preventiva para
Fujimori por “incumplimiento” de restricciones en un caso de
lavado de activos por supuestos aportes ilegales de la firma
brasileña Odebrecht y otras locales durante anteriores campañas
presidenciales del 2011 y del 2016.Cientos de simpatizantes de ambos candidatos han marchado en
los últimos días, cada uno por su lado, por calles del centro de
Lima y frente a la sede de la oficina electoral, para pedir
celeridad en el proceso que ha dividido profundamente al país.Los peruanos con mayores ingresos apoyan a Fujimori y los de
rentas más bajas respaldan a Castillo, incluido regiones mineras
clave del segundo productor mundial de cobre.Los comicios se dan luego de una tormenta política en el
país minero, con cuatro presidentes en cinco años, protestas y
múltiples denuncias de corrupción contra políticos.El actual presidente interino, Francisco Sagasti, entregará
la posta a su sucesor el 28 de julio, cuando el país cumplirá
sus 200 años de Independencia.Analistas han afirmado que gane quien gane la inestabilidad
política podría mantenerse, por la desconfianza de la población
hacia sus políticos y cuando la economía local se ha visto muy
afectada por uno de los brotes de coronavirus más agresivos y
con la mayor tasa de mortalidad del mundo.(Reporte adicional de Stefanie Eschenbacher; editado por Carlos
Serrano y Manuel Farías)
Fuente: La Nación