Hay chicos que antes de conocer el significado de la palabra “inmigrante” ya saben que eso es lo que quieren ser cuando sean grandes. Irse a vivir afuera ha dejado de ser un proyecto exclusivo de jóvenes y familias de mediana edad; cada vez es más frecuente escuchar a preadolescentes de 13 o 14 años avisar que, en su horizonte, imaginan la vida en Europa o Estados Unidos.Podría encuadrarse como un juego exploratorio de chicos en edad de construir sueños y fantasías. Podría vincularse, también, con un contexto en el que parece estar “de moda” la idea de irse del país. Sin embargo, tal vez deberíamos tomar en serio el mensaje que hay detrás de ese futuro imaginario que se empieza a construir en la primera adolescencia. No deja de ser llamativo que, a la edad de echar raíces, en la que generalmente los chicos se sienten más seguros en su barrio, en su colegio, cerca de su familia y de sus amigos, muchos incorporen con naturalidad la idea de armar su vida fuera del país.Profesores de segundo y tercero de secundaria (con alumnos de clase media, de entre 13 y 15 años) se sorprenden por la cantidad de chicos que hablan de irse a vivir a otro país. Algo parecido les pasa a muchos padres: en el diálogo con sus hijos, esa posibilidad aparece cada vez más temprano; mucho antes, incluso, de que los chicos sepan qué van a estudiar. La idea de emigrar surge antes de descubrir la vocación, como si se impusiera, de manera prematura, la intuición de que, sea lo que sea que vayan a hacer, será mejor hacerlo afuera; como si crecieran ya con la idea de que el futuro está en otra parte.Parecería estar ocurriendo, en la escala del país, lo que pasa generalmente en las aldeas pequeñas y poco desarrolladas: sus habitantes incorporan, desde muy chicos, la idea de que al crecer se tendrán que ir. En muchos pueblos del interior, la emigración se vive como un destino inevitable: los padres saben que sus hijos se irán. Ahora parecerían ampliarse las fronteras de ese destino: no se trata de irse a la ciudad, sino de irse al extranjero. Ya no son las comunidades chicas, sino el propio país el que empieza a parecerles, a las nuevas generaciones, un corsé muy apretado.Es evidente que en esta tendencia social influyen los rasgos culturales de una generación más conectada con el mundo. A través de las redes, los teléfonos inteligentes y las distintas plataformas digitales, los chicos hoy tienen una visión menos provinciana y más global de la que tenían sus padres y sus abuelos. Conciben el mundo como un territorio menos lejano y menos ajeno. Puede parecer exagerado, pero los más jóvenes sienten que su patria está en el celular más que en su propio terruño. Quizá eso los salve, en el futuro, de las tentaciones y peligros de un nacionalismo primitivo. Con esa cabeza, vivir en otro país tiene una connotación muy distinta de la que tenía hasta hace apenas una década. Muchos hijos de la clase media han incorporado los viajes al exterior como una opción accesible. A través de las pantallas, además, están conectados con youtubers e influencers de todo el mundo. Crecen con la certeza de que la amistad no exige necesariamente cercanía física. La aceleración de los sistemas de interacción virtual tal vez haya acentuado esta perspectiva en el último tiempo.También hay, entre los más jóvenes, una nueva relación con “las raíces” y los cimientos. Si generaciones anteriores buscaban anclarse en una comunidad, en un trabajo y en un esquema familiar, hoy parecería imponerse una concepción basada en menos ataduras y más ligera de equipaje. Muchos jóvenes prefieren trabajos de tiempo parcial, antes que asumir las obligaciones de un empleo formal; eluden también ese compromiso rígido en las relaciones de pareja (cada vez se casan menos) y hasta incorporan pautas de consumo más livianas: el monopatín eléctrico en lugar del auto. Por elección o por imposibilidad, la idea de una hipoteca a 30 años resulta inconcebible para muchos jóvenes de hoy. ¿Todo esto los convierte en una generación en fuga?Para entender el proyecto adolescente de la emigración, deben descifrarse –sin duda– estos nuevos rasgos culturales. Pero hay algo más que eso: los chicos no hablan de viajar por el mundo, sino de armar su vida en otro país. La perspectiva global que aportan las nuevas tecnologías no es –por otra parte– un dato exclusivo de la Argentina. Sin embargo, ¿cuántos chicos franceses, canadienses, norteamericanos o dinamarqueses piensan en irse a vivir al extranjero? La desesperanza, el pesimismo sobre el futuro y la sensación de que los hijos vivirán peor que sus padres tampoco son males exclusivos de nuestra sociedad. Acá, sin embargo, parecen alcanzar una dimensión mucho más dramática y profunda que en otros lugares.Si interpretar la idea precoz de la inmigración nos obliga a reparar en la cultura global de los más jóvenes, también es inevitable computar el entorno de angustia y escepticismo en el que crecen hoy los chicos en la Argentina. Los adolescentes de clase media se desenvuelven desde hace años en una atmósfera de desánimo y pesimismo. Aun los más privilegiados (los que viven en hogares confortables, van a escuelas donde se dictan clases, tienen acceso al esparcimiento y la cultura, además de contar con estructuras familiares contenedoras) crecen en un contexto en el que el miedo y la inestabilidad son variables cotidianas.En la Argentina, la calle es un territorio hostil y peligroso para cualquier adolescente. Incorporan desde muy chicos una sensación de vulnerabilidad. Pero además crecen en un clima de queja e insatisfacción. La escuela también es una institución conflictuada, donde los maestros transmiten su frustración y descontento. El temor al futuro no es una abstracción conceptual para los chicos: lo perciben en su casa, donde la pérdida de ingresos, la inflación, el desempleo, la corrupción y la desconfianza dejan de ser factores de análisis político para traducirse en penurias y lamentos familiares. Antes de saber qué significan la inflación y la inseguridad, los chicos aprenden lo difícil que es ahorrar para comprarse un celular en la Argentina y lo fácil que es que se lo roben en cualquier esquina. Son experiencias que consolidan, en las nuevas generaciones, una suerte de desencanto estructural que los empuja, con naturalidad, a imaginar su futuro en otro lado.Estos síntomas de pesimismo precoz quizá deban promover interrogantes entre los adultos e impulsar un diálogo más profundo entre padres e hijos, entre maestros y alumnos. ¿Estamos inculcando la amargura y el escepticismo entre los más jóvenes? Es cierto: a la desilusión no le faltan argumentos. Pero el pesimismo de las nuevas generaciones sobre el país ¿no implica dar por perdida la batalla? ¿No deberíamos sembrar semillas de esperanza? Al fin y al cabo, los países (como las pequeñas aldeas) no tienen un destino inexorable: son lo que seamos capaces de hacer con ellos. Tal vez esa visión menos provinciana con la que crecen las nuevas generaciones sea una oportunidad para el futuro de la Argentina. Esa cercanía y esa familiaridad con el mundo podrían ser un puente para integrarnos, no un camino para irnos. Si miramos a través del celular, también encontraremos historias inspiradoras de pequeñas aldeas que parecían condenadas al atraso y al olvido (hasta quedar borradas del mapa) y sin embargo renacieron con el empuje, la creatividad y la energía de jóvenes que apostaron a ellas. ¿Suena idílico? Tal vez. Pero quizá valga la pena hablar con los más chicos sobre futuros posibles, y no solo inculcarles el pesimismo y la amargura de un presente cada vez más sombrío.

Fuente: La Nación

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Con dictamen favorable de las comisiones de Energía y de Presupuesto, la Cámara de Diputados tratará un proyecto de ley que acentuaría la intervención estatal en el ya intervenido mercado de biocombustibles. Esta denominación comprende el biodiésel, que es subproducto del aceite de soja, y el etanol, obtenido del maíz o de la caña de azúcar. El primero se mezcla con el gasoil y el segundo con las naftas, en ambos casos con efectos benéficos en el plano ambiental y una valoración política positiva por lograrse la utilización de productos locales renovables que sustituyen importaciones de energía. La Comisión Nacional de Justicia y Paz se ha expresado en forma contundente sobre la necesidad de mantener la sustitución de hidrocarburos por biocombustibles en consonancia con los postulados ambientales de la encíclica Laudato Si. En este sentido, expresó su preocupación acerca de que la nueva ley determine una menor proporción en las mezclas.Las ventajas de la incorporación de biocombustibles no se reflejan en costos inferiores a los precios usuales del mercado, por lo que su práctica exige algún tipo de subsidio estatal. En nuestro país, esa ayuda tiene dos formas: la primera es un tratamiento impositivo de promoción especial de las inversiones en la producción de biocombustibles. La segunda es la exención del impuesto a la transferencia de combustibles en la parte que les corresponde en las mezclas. El régimen regulatorio actual está regido por la ley Nº 26.093, que quedaría derogada y sustituida, por la que se pretende ahora sancionar. Mientras ello no suceda, lo que se tiene hoy es básicamente un régimen regulatorio con orientación hacia la promoción de las inversiones en plantas industriales mediante ventajas impositivas, extendidas luego a la operación. El nuevo proyecto de ley se orienta muy claramente hacia la introducción de regulaciones con una intensidad que haría la felicidad de un planificador soviético. Se eliminarán las funciones que el actual régimen aún deja en manos del mercado. El órgano regulador, la Secretaría de Energía, fijará los precios de venta del producto. Además, tendrá atribuciones muy amplias para otorgar o denegar habilitaciones y permisos de fabricación. Asignará discrecionalmente a distintos productores los volúmenes destinados a sustitución de importaciones. Podrá aplicar penalidades, desde gravosas multas expresadas en millones de litros de nafta súper hasta la inhabilitación definitiva. Quien haya invertido en una planta de producción de biocombustibles quedará prácticamente entregado a las decisiones de un funcionario. No es difícil imaginar el poder que tendrá ese funcionario que manejará la supervivencia o el cierre de cientos de fábricas. Se creará un campo de cultivo de comportamientos corruptos. No habrá calculo económico válido para ningún inversor que desee iniciarse en la producción de biocombustibles. El peligro de enfrentar arbitrariedades y perder una inversión es hoy ya muy alto, a juzgar por el índice de riesgo país. Para el sector de biocombustibles será aún más elevado si esta ley se sanciona, y difícilmente alguien querrá tomar semejante riesgos. La incursión oficial en los precios de subproductos importantes de la soja y del maíz ha creado inquietud por cuanto puede alcanzar y afectar los mercados de ambos cultivos.Resulta claro el ingrediente ideológico que campea en estas decisiones e iniciativas del actual gobierno nacional. La intensificación de las regulaciones es una etapa previa a las estatizaciones. Equivale al calentamiento gradual de la rana en la olla.

Fuente: La Nación

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ATLANTA (AP) — Trae Young se recuperó de un lento inicio para anotar 25 puntos, incluyendo una bandeja que puso a Atlanta al frente con 1:17 en el reloj y los Hawks vinieron de atrás para superar el lunes 103-100 a los 76ers de Filadelfia y empatar las semifinales de la Conferencia Este 2-2.Filadelfia dejó escapar una ventaja de 18 puntos, pero podrían tener problemas más graves: Joel Embiid pasó tiempo en el camerino en el segundo periodo y no tuvo ningún tiro de campo en la segunda mitad. El pívot había estado jugando con un desgarre en el cartílago de la rodilla derecha.Bogan Bogdanovic encestó 22 unidades por los Hawks y John Collins tuvo 14 puntos y 12 rebotes. Young apenas anotó 8 de 26 tiros, pero repartió 18 asistencias.El juego 5 es el miércoles en Filadelfia.Embiid terminó con 17 tantos y 21 tableros. Tobias Harris tuvo 20 puntos por los Sixers y Seth Curry 17, pero falló el potencial triple del empate mientras expiraba el reloj..Los Sixers llegaron a tener ventaja de 60-42 hacia el final de la primera mitad, pero Atlanta se recuperó en el tercer periodo. Bogdan Bogdanovic inició el último cuarto con un triple que le dio la primera ventaja a Atlanta, 83-82.Filadelfia estaba al frente 98-94 hasta que el triple de Collins redujo el margen a un punto. La bandeja de Young a 1:17 del final le dio a Atlanta ventaja de 99-98, y sus dos tiros libres tras una falta de Embiid ampliaron el colchón.+Los Hawks se aferraron al triunfo, con un golpe de suerte después de que Embiid falló una bandeja y los Sixers perdieron la posesión del balón con 7,8 segundos en el reloj.Harris ha tenido al menos 20 puntos en siete juegos consecutivos en la postemporada.

Fuente: La Nación

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Justo cuando Hollywood había cansado a la audiencia con innumerables películas que parecían cortadas con la misma tijera, en 2001 se estrenó Legalmente rubia, un éxito inesperado en el que la protagonista, Elle Woods, decide seguir a su amor hasta la universidad sólo para darse cuenta de que no necesita de ningún hombre para triunfar. Con una Reese Witherspoon memorable y un elenco perfecto, esta modesta producción logró recaudar más de 775 millones de dólares y se convirtió en un verdadero fenómeno pop que tuvo su secuela y que el próximo año tendrá una nueva entrega.Cartas en papel rosaTodo comenzó con una historia real: Amanda Brown estudió derecho en la Stanford Law School a finales de la década del 90, pero no tuvo una buena experiencia. De hecho, semanalmente le escribía a sus padres y amigos cartas contándoles las desventuras de no ser tomada en serio por sus compañeros por su aspecto o porque sus gustos no coincidían con los de la mayoría. Un detalle: las cartas las escribía en papel rosa con una birome que tenía un pompón en la punta.Las misivas tenían tanto humor que comenzaron a ser compartidas y alguien sugirió reunirlas en un libro, pero cuando Brown enviaba manuscritos a las editoriales, nunca eran leídos. Así que decidió enviar una copia del texto impreso en hojas rosas… ¡y así consiguió su contrato de publicación! View this post on Instagram A post shared by Poetrybytheseine (@poetrybytheseine)El productor cinematográfico Marc Platt leyó el libro a comienzos del año 2000 y se puso en contacto con Brown para adaptarlo primero como novela y luego, con la ayuda de las escritoras Kirsten “Kiwi” Smith y Karen McCullah, en el guion de una película. No fue un proceso fácil pero el trío confiaba en el poder de la historia real de la joven estudiante.“La historia que cuenta el personaje de Elle Woods no sólo es muy graciosa y hasta sexy, sino que es realmente una fábula de empoderamiento. Cuando el mundo ve a Elle, sólo puede ver a una rubia tonta y nada más. Sin embargo ella no sólo no se juzga a sí misma sino que no juzga a nadie. Ella cree que cualquiera puede ser increíble y no deja que nada cambie esa idea. Es realmente una heroína moderna”, reflexionó Platt hace algún tiempo.Tras varios meses de trabajo, una primera versión del guion llegó a las manos del realizador australiano Robert Luketic, quien se había hecho conocido en Hollywood gracias a su corto Titsiana Booberini y tenía un contrato para hacer su debut en un largometraje. “Durante dos años busqué sin éxito una historia para contar en mi primera película. Pero cuando comencé a leer Legalmente rubia no pude parar hasta terminarlo y me di cuenta que quería filmarlo”, recordó.Así comenzó la producción en los estudios MGM, cuyos directivos estaban felices de poder tener una comedia romántica, un género que ya mostraba signos de cansancio por ese entonces pero que se consideraba una apuesta segura en la taquilla. Sin embargo, Legalmente rubia demostró ser mucho más.La rubia perfectaCon la luz verde para rodar, comenzó la búsqueda de la protagonista. En un comienzo los productores de MGM tenían una persona para el papel: Tori Spelling, la estrella de Beverly Hills 90210 que en ese momento solía aparecer en las noticias por declaraciones escandalosas vinculadas a su familia y su vida amorosa. Sin embargo, la actriz rechazó la propuesta y los productores convocaron a Christina Applegate, quien por entonces estaba decidida a evitar el estereotipo de “rubia tonta” con el que se había hecho famosa en la versión original de Casados con hijos y declinó el ofrecimiento.Pero aún faltaba un largo camino para que Elle Woods encontrara a su actriz: tanto Katherine Heigl como Gwyneth Paltrow, Alicia Silverstone y Charlize Theron dijeron que no, y fue el mismo Luketic quien propuso a Reese Witherspoon para el rol después de verla en la película La trampa, en donde mostraba su carisma sin dejar de ser alguien inteligente.Reese Witherspoon, la actriz perfecta para el rol de Elle Woods (mgm/)“Cuando le presenté la oferta del papel fui yo en persona a discutir qué tenía en mente. Nos sentamos en el bar de un hotel en Sunset Boulevard y compartimos nuestra mayor preocupación: ¿Cómo hacer que Elle fuera agradable y querida por la audiencia si era millonaria y manejaba un Porsche? ¿Cómo vestirla sin sexualizarla? Y coincidimos en que debíamos apuntar a marcar su increíble inocencia y buen corazón”, recordó Luketic.El resto del casting se fue armando a partir de la confirmación de su protagonista. Para el rol del galán Warner Huntington III, quedó elegido Matt Davis, quien en el rodaje se terminó enamorando de verdad de Witherspoon y no dudó en confesárselo. Muy profesional, la actriz lo rechazó pero le pidió que no afecte al trabajo. Y no lo hizo.A último momento llegó la villana, quien también brilló en la historia. Si bien los productores querían para ese papel a Chloë Sevigny, quien creyó que sería una comedia romántica más en medio del declive del género y prefirió no participar, finalmente quedó seleccionada Selma Blair, quien tiene al igual que la protagonista un cambio radical a lo largo de la película. Blair y Witherspoon ya habían trabajado juntas en Juegos sexuales, y este trabajo no sólo confirmó que tenían química sino que las volvió amigas.Si bien el guion mantuvo muchas de las anécdotas reales de Brown, como la de su compañera que quería abolir el término “semestre”, hubo que hacer algunos cambios inesperados antes de empezar a rodar: la autora cuenta sus vivencias en la Stanford Law School, institución que se negó a prestar sus instalaciones y su nombre para el film, al igual que la Universidad de Chicago. Es por eso que finalmente nuestra rubia termina en Harvard, aunque todo se rodó en una escuela de Pasadena y en la Universidad de California en Los Ángeles.Un final diferenteA pesar de que era la ópera prima del director, la filmación ocurrió sin sobresaltos, inconvenientes de presupuesto ni problemas con elenco, incluso con el galán enamorado en la vida real de la actriz principal. Pero el final de la historia era muy diferente al que conocimos.“La idea original era que todo concluyera con el juicio. La última escena mostraba a todos felicitando a Elle y con Emmet, el personaje de Luke Wilson, dándole un beso apasionado. Luego, cuando llegaban los créditos finales, la audiencia descubría que un año después Vivian ahora era rubia y trabajaba en la Fundación Legalmente Rubia”, recordó la guionista McCullah.De hecho, la escena se grabó y terminó en la versión de la película que el estudio presentó en pruebas de audiencia pero obtuvo con pésimos resultados. De acuerdo a McCullah, “los espectadores no sintieron que fuera un final lo suficientemente emocionante para Elle. Ese beso hizo que la película pareciera una comedia romántica más, pero era claro que esta no era una película sobre una chica que busca a un chico”.Costó 18 millones de dólares y recaudó más de 141 millones… “Legalmente rubia” fue un verdadero suceso (Archivo/)La reacción fue inmediata e, incluso cuando no se habían procesado todos los datos de la prueba de audiencia, el director reunió al productor Platt y a las guionistas McCullah y Smith para pensar cómo arreglar ese final. “Lo cierto es que toda la película fue cuidadosamente escrita a lo largo de dos años… ¡pero el final parece escrito en cinco minutos!”, reconoció la escritora.Fue entonces que decidieron volver a pensar la escena del discurso final, con otro texto y más interacciones. Pero cuando tuvieron todo listo para volver a rodar descubrieron que no sería nada fácil, ya que Witherspoon estaba en Inglaterra rodando La importancia de llamarse Ernesto en donde, tras una mala jugada con unos ruleros, se había quemado el cabello.“Reese se había cortado el pelo porque lo tenía muy dañado, así que no tuvimos otra opción más que usar peluca para que vuelva a ser Elle. Por eso hoy el final tiene escenas con muchos cambios: en un momento una Elle rubia le dice a Warner que se vaya de la sala del tribunal y a la escena siguiente tiene más pecas y el cabello tirando a pelirrojo mientras habla con Emmet”, confesó Luketic, quien sin embargo estaba convencido de que los cambios eran necesarios.Witherspoon no era la única con problemas capilares: Luke Wilson también tuvo que llevar una peluca porque se había afeitado la cabeza para Los excéntricos Tenenbaums. Y todo ese nuevo final se rodó en Inglaterra, en donde Witherspoon estaba trabajando.Legalmente rubia se estrenó el 13 de julio de 2001 en los Estados Unidos y tuvo una tibia recepción en su primera semana, con 20 millones de dólares recaudados, pero gracias a las recomendaciones del boca a boca logró quintuplicar esa cifra y reunir más de 50 millones en el exterior. Las comedias románticas estaban en declive pero la película mostró que había espacio para contar otras historias y convirtió a Elle Woods en un ícono pop. View this post on Instagram A post shared by Reese Witherspoon (@reesewitherspoon)Dos años más tarde llegaría una secuela, en donde Elle Woods llega nada menos que a Washington, y está confirmada una tercera parte para el año que viene. Pero no todo es cine: en 2007 se estrenó un musical en Broadway y un año después MTV estrenó Legally Blonde: The Musical – The Search for Elle Woods, un reality show para encontrar una nueva protagonista para la obra.

Fuente: La Nación

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Transcurridos más de diez años, en el marco de una causa judicial por lavado de activos, se declaró en estos días prescripta la acción penal y se ordenó la transferencia del dinero entonces incautado, según lo contemplado por el Código Penal para “reparar el daño causado a la sociedad, a las víctimas o al Estado”.Un pasajero que embarcaba hacia Bolivia en 2008 había sido detenido en el aeropuerto internacional de Ezeiza con más de medio millón de dólares en efectivo en un bolso de mano. Su inconsistente alegato, las versiones contradictorias de los involucrados, sumado a pruebas documentales y peritajes, condujeron a confirmar la ilicitud del origen de las divisas. A la fecha, no se puede avanzar con el juicio oral precisamente porque ya prescribió. El Juzgado Federal interviniente dispuso el decomiso de manera “definitiva y con fines sociales reparatorios” y consideró que dadas las excepcionales circunstancias sanitarias que transitamos, lo mejor era destinarlos a la lucha contra el Covid-19. La mayor parte irá a la Facultad de Medicina de la UBA para la compra de kits reactivos, insumos y equipamientos necesarios para el control de la pandemia, mientras que el Hospital Muñiz, centro de infectología, recibirá 25.000 dólares.En 2016, un Juzgado en lo Penal Económico había resuelto también el decomiso definitivo y anticipado con fines reparatorios para los alrededor de 800.000 dólares secuestrados de la valija del venezolano Antonini Wilson. El año pasado, el Tribunal Oral Federal Nº 1 había dispuesto que los casi 9 millones de dólares secuestrados al exsecretario de Obras Públicas José López fueran a los hospitales Garrahan y Ricardo Gutiérrez en partes iguales, pero debieron superarse los recursos interpuestos por el acusado. A la espera de los presupuestos de los hospitales, se liberaron casi 2 millones de dólares destinados a cubrir las necesidades más urgentes del Garrahan, incluyendo el mejoramiento y la renovación de la tecnología del sector de farmacia y de alta complejidad.La recuperación de activos es una excelente forma alternativa de persecución y control de delitos económicos y de corrupción que excede la aplicabilidad de una pena a sus responsables, instancia a la que pocas veces se arriba en nuestro sistema cuando las investigaciones se prolongan más allá de los tiempos procesales permitidos. Hacer foco en el daño social e impulsar una restitución suma, además, un valor simbólico no debidamente sopesado todavía por el conjunto de la sociedad que debería alentar a que estas medidas no se demoren y se multipliquen. Por este motivo, debe celebrarse esta nueva resolución judicial que devuelve la utilidad pública a los fondos mal habidos.

Fuente: La Nación

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A la espera del contado privilegio de ser llamados a vacunarse, los argentinos no tienen tiempo para prestar atención a otra cosa que no sea la pandemia, la cuarentena, la situación económica o la inseguridad, entre otros acuciantes asuntos. Quizás la mejor síntesis sea decir que la vacunación es fiel reflejo de la decadencia argentina: incompetencia, desorganización, ignorancia, corrupción, ausencia de valores éticos e ideologismo, entre otros males. La desvergonzada reivindicación de los vacunatorios VIP es expresión paroxística de esta decadencia sin fin.Otros, más afortunados, un minoritario grupo, tenemos resto para poner también nuestra atención en el avasallamiento de la justicia, las limitaciones a los derechos y garantías constitucionales, las negociaciones con el FMI y el Club de París, el voto argentino en contra de Israel en el marco del conflicto con Hamas y el retiro de la demanda por las violaciones de los DDHH en Venezuela, entre otras cuestiones. Para la política, la única agenda parece ser la electoral pues todo se subordina a ella.Los más privilegiados debemos hacer un esfuerzo de comprensión de las causas que nos llevaron a esta decadencia terminal si pretendemos contribuir a revertirla. La oposición republicana tiene la obligación de analizar qué factores han incidido para que hayamos llegado a la terrible situación actual de la Argentina, si quiere que cambiemos.Se puede discutir cuándo empezó la decadencia argentina. No entraré en esa discusión bizantina, pero si diré que en la década de 1960 y aún a mediados de la de 1970, los argentinos, en su mayoría, disfrutábamos de un nivel de vida razonablemente bueno, en múltiples aspectos, en comparación con otros países, sobre todo los de la región. Numerosos indicadores y comparaciones socioeconómicas de la época lo testimonian.La decadencia argentina, exacerbada durante la era kirchnerista y hoy más vigente que nunca, tiene su origen en el setentismo montonero.El mito fundacional kirchnerista, su setentismo montonero es, paradójicamente, tan falso en su génesis como verdadero en su evolución y, lo que es peor, adoptado primero por conveniencia, se convirtió luego en creencia religiosa, para terminar manifestándose en todo tipo de políticas públicas, de Estado, llevadas adelante por fanáticos que han terminado por dominar casi todas las instituciones.Si para muestra basta un botón, el libro Montoneros y Palestina. De la Revolución a la dictadura de Pablo Robledo, publicado en 2018, documenta una exasperante exégesis de las relaciones entre Montoneros y el terrorismo palestino. He allí el origen profundo de la política exterior argentina actual en general y en relación al conflicto entre Israel y Hamas en particular, a la que bien corresponde calificar de política exterior montonera.Del mismo modo podemos identificar, sin temor a equivocarnos, que las actuales políticas de justicia, de DDHH, de seguridad, de defensa, sociales, económicas, educativas, de salud, asistenciales, entre muchas otras, en plena ejecución por el actual gobierno, tienen un origen, una concepción y ejecución montonera.Lo que la “Orga”, como se conoció a los Montoneros, no consiguió en los 70 con los “fierros” lo están logrando sus exitosos reivindicadores: durante la cuarta presidencia kirchnerista, la de Alberto Fernández, el Estado, al que han cooptado casi en su totalidad, hoy les da incluso empleo.Entre una larga enumeración de trágicos frutos que excede este espacio, baste señalar que su trofeo más destacado es el 50% de pobreza, contra apenas un 5% cuando Montoneros secuestró a Aramburu. Hernán López Echagüe en su libro El Perro. Horacio Verbitsky, un animal político presenta lo que puede considerarse el hito fundacional del pretendido setentismo montonero original del kirchnerismo: “(…) Eduardo Luis Duhalde, en charla con Néstor Kirchner, en el 2003, a poco de hacerse cargo de la Secretaría de Derechos Humanos, preguntó: ‘¿Y qué política vamos a tener con Verbitsky?’ Y Kirchner le dijo ‘A ese hijo de puta hay que tenerlo de nuestro lado (…)”. El Perro, ex número dos de la Inteligencia de Montoneros, había venido trabajando con paciencia y perseverancia, por décadas. Cuando la oportunidad se presentó, la aprovechó. Sellado el acuerdo Kirchner-Verbitsky, su ejecución fue implacable. Apropiación de la causa de los DDHH primero, sometimiento de la justicia a un proyecto político consagratorio de la impunidad y herramienta de persecución a opositores después, para poco, a poco, “montonerizar”, literalmente, al kirchnerismo, en todas las áreas de gobierno. El núcleo central de este acuerdo en materia de cooptación de la justicia está detallado en el libro, El Pacto. Kirchner-Verbitsky, publicado este año por la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia.A la vuelta de los años, Verbitsky se convirtió en el más notable exponente de los vacunados VIP, lo que no debe asombrar a nadie. Pero sí llama la atención que a la alianza opositora, Juntos por el Cambio, este aspecto de la realidad le resulte o bien desconocido, o peor aún, indiferente. Da la sensación de que los atributos simbólicos de la vida, la política y el poder, esto es las creencias, los mitos, las ideologías, incluso la historia, les resultan ajenos, intrascendentes. ¡Y vaya que se equivocan!Néstor Kirchner construyó su poder político al amparo de la causa simbólica de los DDHH y, apropiada la misma y consolidado el mito fundacional de su pretendido setentismo montonero original, desde entonces hizo, literalmente, lo que quiso. La ficción que permitió esconder la mentira del interés por los DDHH de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner fue prolijamente construida en los más de veinte años anteriores al pacto Kirchner-Verbitsky, desde las organizaciones de DDHH, con el CELS a la cabeza. Por eso, otro hito importante de esta maniobra, tan bien concebida como ejecutada, fue el desembarco del Perro como presidente del CELS, en 2000.Las organizaciones de DDHH sabían muy bien que debían hacer desaparecer de la memoria colectiva a las víctimas de las organizaciones terroristas y lo lograron. Sin ellas, no hubo victimarios y los terroristas volvieron a ser la “juventud maravillosa” de Perón que había combatido a la dictadura. Para eso hubo que ocultar también que los “jóvenes idealistas” del PRT-ERP, Montoneros y otras decenas de Organizaciones Político Militares de los 70, le declararon la guerra al mismo Perón durante su última presidencia, entre 1973 y 1974.Con el mito de los 30.000 desaparecidos como estandarte, la maniobra estaba lista para ser entregada, en bandeja de oro, a Néstor Kirchner, en 2003, tal como sucedió.El acuerdo Kirchner-Verbitsky es, esencialmente un pacto de impunidad para el terrorismo de Montoneros y para el saqueo del Estado por parte del kirchnerismo. Un toma y daca repugnante con consecuencias a la vista.Con este pacto en plena vigencia y condicionando todas las políticas públicas, no existe otro futuro imaginable para la Argentina que más decadencia, pobreza y miseria, es decir, un porvenir montonero.Ingeniero civil

Fuente: La Nación

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Clamor Como señala el editorial del domingo pasado, la inclusión dolosa de la palabra “negligencia” en la ley de vacunas, por iniciativa de los legisladores del Frente de Todos, que siguiendo la conducta de nuestro presidente y todo su gabinete antepusieron y privilegiaron política e ideología (Rusia y China) en la compra, como lo acreditan los hechos, impidió la llegada a nuestro país de la vacuna más respetada y utilizada en el mundo occidental. Y, más grave aún, cuando en lo actuado se presumen “pedidos irregulares”. Las más de 85.000 muertes y 4 millones de infectados claman que, amparados en la Constitución, Dios, la patria y los ciudadanos se lo demanden, al menos en las urnas. Miguel F. A. Moavro DNI 12.076.659 La virtualidad La interrupción de las clases presenciales en las escuelas al principio nos pareció lógica; luego, con el tiempo, nos fue mostrando un panorama cada vez más desalentador. En la presencialidad, docentes y alumnos cumplimos una rutina, nos levantamos a horario, nos cambiamos, salimos de casa, comenzamos y finalizamos puntualmente las clases, además transmitimos y compartimos conocimientos y experiencias, conocemos a los demás, sociabilizamos. En la virtualidad todo se trastoca y es lamentable; los docentes pasamos a ejercer a tiempo completo respondiendo preguntas, corrigiendo trabajos y armando reuniones cualquier día de la semana y a cualquier hora; con tal de que los chicos participen, nos adaptamos a la situación de las familias del conurbano que muchas veces tienen un solo celular para compartir entre padres e hijos, ni hablar de computadoras. En las escuelas públicas esta situación se agrava, ampliando aún más las diferencias sociales y cerrando a los adolescentes la posibilidad de obtener trabajos de calidad en el futuro. Los docentes aprendimos el uso de nuevos programas y aplicaciones, armamos las clases virtuales, realizamos videos, nos comunicamos por WhatsApp y mail, el resultado es muy pobre. En las escuelas técnicas la situación también se agrava: ¿cómo enseñar a hacer un replanteo o a soldar una estructura sin verificar su correcta ejecución? Los alumnos se desaniman y dejan de participar; el resultado está a la vista: en el 2020, menos de un cuarto de mis alumnos aprobaron las materias que yo dicto, igualmente todos pasaron de año. Por eso, en 2021, el resto debe aprobar las anteriores y las nuevas, cosa prácticamente imposible. Actualmente el promedio de participación (no de aprobación) de mis alumnos varía entre el 25 y el 48%, el resto perdió el interés, se desanimó frente al fracaso o está trabajando para ayudar a su familia Alcira Savignano DNI 11.167.260 No tanta risaTenemos un primer mandatario que parece que ejerciera su cargo en forma amateur, improvisando alegremente y haciendo papelones a granel. Su última performance, en la Casa Rosada y frente al presidente del gobierno de España, roza los límites del ridículo, la falta de cultura y la desvergüenza. Ese tipo de brulote implica –lo dijo el ensayista Alejandro Katz en una brillante plática que se vio en LN+ el mismo miércoles a la tarde– el bajo nivel intelectual de la clase política argentina. Por eso, al ver las sonrisas y las bromas que se observan en las pantallas de la TV, siento vergüenza ajena. Se trata de un episodio que debiera avergonzarnos, porque ratifica la imagen del argentino canchero y sobrador, que por suerte no nos abarca a todos. La frase original, que nada tiene que ver con la que citó Fernández, alude a la valiosa estirpe de los que descienden de los aztecas, los incas (o los mayas) y es en cierto modo despectiva para los argentinos. Hasta en eso le erró el Presidente, especialista en pedir perdón siempre tarde. Luis J. Grossman luisjgrossman@gmail.comTuristas del exteriorSeñor Presidente, queremos solicitarle la apertura de las fronteras a visitantes extranjeros, los cuales constituyen la casi totalidad de los clientes de nuestros servicios como guías de observación de aves. Esta actividad, en franco crecimiento hasta la pandemia, está completamente inactiva desde marzo de 2020, tal como el grueso del turismo receptivo. A esto se suma la incertidumbre de los cruceros, fuente de una parte significativa de nuestros clientes. Por deficiencias operativas del puerto de Ushuaia hay operadores de cruceros a la Antártida que consideran mudar su operación a puertos chilenos, o ya se han mudado. Cruceros de tipo general han decidido no desembarcar por considerar insuficiente la bioseguridad de nuestros puertos. El mundo anticipa una explosión de turismo y se está preparando para recuperar el tiempo perdido. Podemos hacer lo mismo si trabajamos con creatividad y seriedad para diseñar los protocolos que permitan abrir las fronteras. Señor Presidente, no nos condene a un futuro sin trabajo. Diego Gallegos Presidente Asociación Guías de Observadores de Aves diegogallegos61@gmail.comLenguaje inclusivoLes escribo con relación al editorial “El desafío de la inclusión”. El lenguaje inclusivo se ha instalado en gran parte de la sociedad y, con fuerza, está llegando a los medios y a las diversas organizaciones. Me alegra que se conozca y que por su intermedio se apoye a personas que, por diferentes motivos, a lo largo de la historia han sido invisibilizadas o humilladas. Acuerdo con la propuesta de este editorial porque es respetuosa, equilibrada y no agrede con signos ajenos al idioma. Me parece que marca un camino con un trazo definido hacia la inclusión. Sin embargo, siento que es una visión demasiado esperanzada de la realidad, costará mucho evitar prejuicios muy arraigados y el lenguaje, solo, no lo conseguirá. Dora Candás DNI 4.614.290 En la Red FacebookMateo Salvatto: “Estamos definiendo los matices del mundo del futuro contra el mundo del pasado”“El estudio es lo último que se abandona. Qué maravilla este joven, cuánto talento. Felicito a sus padres”- Beatriz Veiga“Totalmente, el futuro es de ustedes…Necesitamos muchos Mateos”- Luisa Klepstein“¡Excelente! Lástima que no llegan jóvenes capaces a dirigir el país. Los políticos de viejas mañas atrasan”-Elsa BeatrizLos textos destinados a esta sección no deben exceder las 15 líneas o los 1100 caracteres. Debe constar el nombre del remitente, firma, domicilio, teléfono y número de documento. Por razones de espacio y de estilo, LA NACION podrá seleccionar el material y editarlo. Los mensajes deben enviarse a: cartas@lanacion.com.ar o a la dirección: Av. Del Libertador 101, Vicente López (B1638BEA)

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“Estaba en las portadas de todas las revistas. No podía ir a ningún sitio. No podía confiar en nadie. Estaba solo”. Hace justo 20 años la prensa coronaba a Josh Hartnett como el nuevo Tom Cruise, el nuevo Gary Cooper, el nuevo Leonardo DiCaprio. Pero aquel título resultó ser prematuro. “Dije que no a la gente equivocada –lamentaría después el actor, de 42 años–. Me veían como alguien que había mordido la mano que le daba de comer. Intenté encontrar películas más pequeñas y, en el proceso, rompí lazos con los estudios”, añadía.Hartnett regresa junto a Jason Statham en un thriller de Guy Ritchie, Justicia implacable, la primera película de Hollywood que Hartnett ha hecho en 14 años. El director británico lo llamó porque un actor de la película se había caído del reparto, necesitaba un reemplazo urgente y Hartnett vivía cerca del set. Juntos tuvieron que improvisar el personaje sobre la marcha. Hartnett dice que ha sido una de las mejores experiencias de su vida.Entre tanto comentario sobre su “regreso” (el segundo en veinte años), Hartnett insiste en que nunca se fue. “Solo empecé a hacer películas más pequeñas y tuve hijos”, ha aclarado recientemente. Pero aunque él intente quitarle dramatismo, su desaparición sigue fascinando a los mitómanos: es uno de los relatos más transparentes para comprender exactamente cómo funciona Hollywood.Josh Hartnett decidió ser actor mientras trabajaba en un videoclub gracias a Trainspotting, 12 monos o Los sospechosos de siempre. Empezó a estudiar interpretación en el prestigioso conservatorio de la Universidad del Estado de Nueva York, pero cuando le escribió una carta al decano indicándole que el sistema de evaluación asfixiaba la creatividad de los alumnos la institución lo expulsó.Josh Hartnett junto a Jason Statham en Justicia implacableCuando aterrizó en Los Ángeles, su representante, Nancy Kremer, lo estaba esperando en el aeropuerto con 80 castings programados en un lapso de tres semanas (lo normal es ir a cuatro por semana). De ahí salieron Halloween H20, The Faculty y Las vírgenes suicidas, donde Sofia Coppola se propuso “convertirlo en un icono”: Trip Fontaine entraba en la película a cámara lenta, con “Magic Man”, de Heart, de fondo y con la cámara recorría su cuerpo desde las botas hasta su peinado. “Preparado para despegar”, titulaba People semanas antes del estreno de Pearl Harbor. “Este chico va a tener mujeres acampadas en su jardín durante meses”, vaticinaba su coprotagonista Ben Affleck. Hartnett había tenido muchas dudas respecto a aceptar aquella superproducción, porque temía que los directores de prestigio no se lo tomarían en serio, pero su padre lo convenció. Le dijo que la fama es temporal, pero el arrepentimiento es permanente.En junio de 2001, Vanity Fair publicó un reportaje titulado “La fabricación de Josh Hartnett”. “Admítelo —añadía la portada—, hasta hace quince minutos tú tampoco sabías quién era”. La tesis del artículo era que Hartnett no buscaba la fama, porque era un rebelde enamorado de la Generación Beat, pero que brillaba tanto que su estrellato era sencillamente inevitable. “Cada vez que lo llevaba a un casting lo llamaban de nuevo, lo cual casi nunca ocurre –presumía su representante–. Los directores de casting se llamaban entre ellos recomendándolo”.Josh Hartnett en su juventud“Pearl Harbor convertirá a este desconocido en una estrella de cine internacional. Si todo sale según lo previsto, para el 4 de julio será un rompecorazones del calibre de Leonardo DiCaprio”, prometía Vanity Fair. “Yo le insisto en que cuando se estrene la película le va a cambiar la vida. Y él dice ‘ya lo sé…’, pero no lo sabe. No tiene ni idea de lo que le espera. Habrá chicas corriendo detrás de él. Lo va a lamentar”, aseguraba el productor Jerry Bruckheimer, quien definía a Hartnett como un cruce entre Gary Cooper y Montgomery Clift. Pearl Harbor aspiraba tanto a emular el fenómeno Titanic que su campaña promocional pasaba por convertir a Hartnett en un ídolo de masas del calibre de DiCaprio. Independientemente de lo que opinasen las masas.Durante el rodaje, el director Michael Bay intentó, sin éxito, enseñarle a mostrar “una sonrisa de mil vatios que explotase en la pantalla”. “Nunca he entendido cómo las estrellas ponen en marcha su carisma, pero desde luego están intentando enseñarme”, admitía el actor, que ya se había agenciado un sueldo de dos millones por su siguiente película, La caída del halcón negro, y había fundado su propia productora para desarrollar proyectos. “Ocurre muy a menudo que alguien es proclamado como la próxima gran estrella y lo pierde –advertía Bay–. Lo pierde porque toma malas decisiones. Y este negocio no perdona”, añadía.“Oh, aquel reportaje fue horroroso”, se lamentaba Josh Hartnett hace unos meses en The Guardian. “¿Había alguna declaración mía o era solo una lista de gente hablando sobre lo bueno que estaba? La gente sentía que le estaban tirando a Josh Hartnett a la cara, a partir de esa portada noté resentimiento hacia mí. Me comparaban con Tom Cruise y Julia Roberts, era demencial. Solo podía terminar en fracaso. También fue un ejemplo interesante de la naturaleza de la fama. Simplemente, ojalá no me hubiera pasado a mí”, afirmó.Pearl Harbor fue la sexta película más taquillera de 2001, un éxito para cualquier película excepto para esta, que además recibió críticas demoledoras. Así que, tras cuatro años trabajando todos los días, Hartnett volvió a Minnesota y pasó 18 meses sin leer guiones. Deseaba tanto reconectar con su vida anterior que volvió a salir con su novia del secundario pero, eso sí, en vez de instalarse con sus padres en la capital (Saint Paul) se compró una mansión de un millón de euros en Lake of the Isles.Josh Hartnett junto a Harrison Ford en Hollywood HomicideEl tipo que no fue Superman ni Batman“La modestia puede resultar atractiva en un joven atractivo, pero Hartnett necesita desarrollar una personalidad en pantalla si va a convertirse en una estrella”, escribió David Denby en The New Yorker. “¿Una estrella de cine? Más bien un actor con mal pelo que tuvo suerte”, criticaba Anna Day. Al tratarlo como un producto (con su propia etiqueta: “El nuevo Cruise/DiCaprio”), Hollywood especuló con Josh Hartnett hasta que su valor real, fuese cual fuese, dejó de importar. Su carrera fue percibida como un fracaso solo porque no cumplió las expectativas que la propia industria había impuesto sobre ella. La comedia sexual de 2002 40 días y 40 noches supuso por fin su primer éxito como protagonista. También sería el último.Mientras promocionaba Hollywood: departamento de homicidios no se cortó a la hora de sugerir que Harrison Ford no llevaba bien la competencia. “Tuvimos nuestros más y nuestros menos, él me puso a prueba y yo le odié durante un tiempo. Se metía conmigo por mis decisiones, en plan ‘Eso no es un peinado de policía’. Aparte de Brad Pitt en Enemigo íntimo [con quien Ford también discutió constantemente], soy el segundo tipo joven con el que ha trabajado en toda su carrera. Así que cuando entré en su territorio empezó a dar codazos. Quizá sea el tipo más agradable con todos los demás, pero conmigo podía pasarse una hora sentado en el coche sin dirigirme la palabra”.En 2003, su agente le llamó con noticias sensacionales: Josh había conseguido el papel de Superman. Pero el actor, que ni siquiera sabía que era una opción, lo rechazó. Tenía cosas mejores que hacer que pasarse diez años atado a una saga por contrato (o eso parecía entonces) por mucho que se rumorease que la oferta ascendió a 100 millones por tres películas. Temía perder oportunidades de trabajar con cineastas de prestigio. “En aquel momento me estaban ofreciendo películas los directores más importantes y Superman era un riesgo”, aclaró a principios de este año. Esta historia le sigue persiguiendo porque, al querer evitar encasillarse como “el tipo que hizo Superman”, acabó encasillándose como “el tipo que no fue Superman… ni Batman”.“A la gente no le gusta que les digas que no. Aprendí la lección cuando me reuní con Christopher Nolan para Batman inicia. Decidí que no era para mí y luego no quiso contratarme para El gran truco. Y no solo eligió a Batman [Christian Bale] para el papel, sino que también fichó a mi novia de entonces [Scarlett Johansson]. Me di cuenta de que en el rodaje de Batman inicia se formaron una serie de relaciones de las que yo tendría que haber formado parte”, confesaría Hartnett, quien admite envidiar cómo Bale ha logrado no solo no encasillarse sino construir “una carrera increíble”. “¿Por qué no supe verlo?”, se lamenta.Aaron Eckhart, Scarlett Johansson y Josh Hartnett en La dalia negra, sobre la novela de James EllroyPara cuando se estrenó La dalia negra en 2006, Hartnett todavía conservaba popularidad suficiente para salir en portadas, pero su relato de estrella fallida ya estaba incrustado en su imagen pública. Un reportaje de portada en la edición estadounidense GQ, que lo definía como un “ídolo adolescente en rehabilitación”, explicaba cómo al volverse una presencia inevitable Hartnett se había convertido en un tipo “fácil de odiar”. “Seamos honestos: a Josh Hartnett nos lo vendieron. Nos dijeron que era una estrella, su ubicuidad fue tan repentina que para cuando pudimos ponerle nombre a su cara ya estábamos hartos de verla. Le dieron el empujón de estrella mucho antes de tener algo remotamente parecido al currículum de una estrella”. Esto en su propio reportaje de portada. Para entonces, la productora de Hartnett había cerrado sin desarrollar ni un solo proyecto. El reportaje de GQ hablaba de La dalia negra como “el regreso” de Josh Hartnett. Tenía 28 años.Y así pasaron diez años, entre cine indie y cortometrajes. En The First Monday of May, el documental de 2015 sobre la gala del MET, la organizadora Anna Wintour aparece mirando un tablón con varias fotografías de celebridades. De repente se detiene en una. “¿Quién es este?”, pregunta. “Josh Hartnett”, responde su asistente. “¿Y qué ha hecho últimamente?”, insiste Wintour. “Nada”. Wintour arranca la foto del tablón.Josh Hartnett, Eva Green y Harry Treadway en Penny Dreadful, la serie de John Logan que fue uno de sus pocos éxitos artísticos en tiempos recientes (HBO/)Justo aquel 2015 Hartnett regresó a la luz pública con la serie Penny Dreadful, con la que pretendía “ser tomado en serio más allá” de su aspecto. Despidió a su representante, se mudó a Surrey (Reino Unido) con su pareja, la modelo Tamsin Egerton, con quien tiene tres hijos, y empezó a hablar abiertamente sobre sus años en la cima. “En una ocasión se me ocurrió salir mascando chicle en una escena. La idea fue debatida entre varias personas durante varios días y, al final, decidieron que no. Tenían una idea de lo que querían vender conmigo o de la persona que querían que fuese. Y no involucraba mascar chicle”, recuerda. Uno de sus mayores arrepentimientos fue meterse en política a los 25 años: apoyó la campaña del demócrata John Kerry, dio mítines en Iowa sin saber nada sobre Iowa y visitó colegios en barrios republicanos donde los niños le desmontaban sus argumentos.Hartnett asegura que en Hollywood la mayoría de las personas dejan atrás su vida anterior y solo socializan con “gente que le pueda dar trabajo”. Admite que ninguno de aquellos proyectos de directores de primera categoría, que le inundaban cuando rechazó Superman, acabó saliendo adelante. Y no ha olvidado a Harrison Ford: “Los tipos que están en la cima están aterrorizados de que venga alguien por detrás. Si esa es tu verdadera ambición, estar en la cima siempre, vas a pasarte la vida mirando para atrás. Yo jamás querría eso. Sé que si me hubiera dejado seducir por Hollywood hoy no tendría una vida feliz. Y, en aquel momento, decidí tener una vida”.

Fuente: La Nación

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Al menos una persona ha muerto y otras dos han resultado este lunes heridas en un tiroteo tras una discusión por el uso de mascarilla en una tienda del estado estadounidense de Georgia.El suceso ha tenido lugar sobre las 13.10 horas (hora local) en el condado de Dekalb, en una tienda de comestibles, cuando un joven de 30 años ha ingresado en el lugar y supuestamente ha tenido una discusión con el cajero sobre el uso de la mascarilla en el interior, según ha informado la Oficina del Sheriff del Condado, recoge ABC News.El joven, Victor Lee Tucker, presunto autor de los hechos, ha salido después de la tienda “sin hacer su compra” y ha vuelto “inmediatamente al interior”, para “sacar una pistola y disparar al cajero”, según han relatado las autoridades en un comunicado.Un agente fuera de servicio que se encontraba en el lugar ha sacado su arma tras el primer disparo y ha abierto también fuego contra Tucker, que ha resultado herido pero ha respondido hiriendo al agente con dos disparos.Además, otro trabajador de la tienda ha resultado herida por el roce de una bala, según las autoridades, que han informado de que se encuentra en situación estable.El joven ha sido detenido cuando intentaba salir de la tienda y está también en situación estable, mientras el cajero que recibió el primer disparo ha fallecido tras ser trasladado al hospital.

Fuente: La Nación

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