KANSAS CITY, Missouri, EE.UU. (AP) — El cubano Jorge Soler sacudió dos cuadrangulares por segundo partido consecutivo y los Reales de Kansas City ampliaron su racha ganadora a seis partidos tras doblegar el lunes 4-3 a los Medias Blancas de Chicago.Mike Minor (8-8) brindó su quinta apertura de gran calidad de sus últimos seis encuentros. Permitió dos carreras y tres imparables en seis entradas. Dio una base por bolas y ponchó a siete. Con la victoria de Minor en Milwaukee el 20 de julio, los Reales comenzaron su actual cadena ganadora.Scott Barlow trabajó los dos episodios finales y logró su sexto salvamento.Dallas Keuchel (7-4) cargó con la derrota por permitir tres jonrones solitarios. Concedió cuatro carreras y seis indiscutibles en seis capítulos. Dio una base por bolas y ponchó a tres.Por los Medias Blancas, los cubanos José Abreu de 4-0 y Yoán Moncada de 4-1, una anotada. J. El dominicano Eloy Jiménez de 4-0.Por los Reales, los dominicanos Carlos Santana de 4-0 y Hanser Alberto de 3-0. El venezolano Salvador Pérez de 4-1. El cubano Jorge Soler de 4-2, dos anotadas, dos producidas.

Fuente: La Nación

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Cada 27 de julio se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Cabeza y Cuello, un conjunto de tumores cuya incidencia mundial va en aumento, en especial de aquellos asociados al contagio del VPH.  El carcinoma de cabeza y cuello actualmente tiene la sexta incidencia más alta en todo el mundo, por eso resulta fundamental concientizar a la población sobre el diagnóstico, la prevención, y compartir información sobre nuevos tratamientos que traen esperanzas a quienes lo padecen.Los cánceres de cabeza y cuello son un grupo de tumores que generalmente comienzan en tejidos del interior de la cabeza y del cuello -principalmente dentro de la boca, nariz y garganta- y también pueden comenzar en las glándulas salivales, aunque son relativamente poco comunes. Este conjunto de cánceres se categoriza a su vez de acuerdo a la zona en la que se originan, como pueden ser en las cavidades oral y nasal, en la faringe y en los senos paranasales.El Virus del Papiloma Humano (VPH) es un virus de ácido desoxirribonucleico (ADN) pequeño con más de 100 tipos, de los cuales 40 afectan la zona genital y anal. Los VPH se clasifican en 2 grandes grupos: los denominados “de bajo riesgo oncogénico”, que generalmente se asocian con lesiones benignas, como verrugas y lesiones de bajo grado; y los VPH denominados “de alto riesgo oncogénico”, que son alrededor de 15.Las verrugas genitales se presentan como bultos o grupos de bultos de diferentes tamaños. Pueden ser planas o abultadas o con forma de coliflor. Generalmente no producen síntomas. Pueden desaparecer, quedarse igual o aumentar en tamaño o cantidad. Dependiendo del cuadro clínico el especialista recomendará el tratamiento óptimo, aunque es posible que se requiera repetirlo en varias oportunidades. Estas recurrencias y sus tratamientos pueden ser muy incómodas, generando molestias, ardor y dolor.Se estima que más del 80% de las personas sexualmente activas contraerán VPH en algún momento de su vida y puede afectar tanto a mujeres como a varones. En los varones la infección suele ser transitoria y se cura de forma espontánea. No obstante, en algunos casos el virus puede quedar latente, sin dar signos ni síntomas, permitiendo que la infección se transmita a otros varones y/o mujeres a través del contacto sexual. Estas infecciones latentes, pueden favorecer el desarrollo de algunos tipos de cáncer y de verrugas en la zona anogenital, en ambos sexos.Según estimaciones de la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC) para Sudamérica, los casos de cáncer atribuidos a infecciones se deben principalmente al Virus del Papiloma Humano (48,5%).En relación al diagnóstico y posibles tratamientos son muchas las herramientas que se pueden utilizar e incluyen cirugía; radioterapia; quimioterapia; terapias dirigidas e incluso inmunoterapia. La inmunoterapia representa el avance más importante en la última década en el tratamiento de estos pacientes. Es una forma de tratamiento sistémico (endovenoso) que genera que las células tumorales sean “visibles” por el sistema inmune, volviéndose susceptibles a ser eliminadas, generando un beneficio muy importante para un grupo determinado de pacientes. De todos modos, el diálogo con un equipo multidisciplinario es fundamental en la toma de cualquier decisión terapéutica.A diferencia de las mujeres, en quienes mediante la realización de estudios periódicos ginecológicos se puede detectar precozmente la presencia de anormalidades en las células o lesiones en el cuello del útero que puedan alertar, en los varones no contamos con ese tipo de estudios estandarizados, por lo cual muchas veces se llega al diagnóstico en estadios más avanzados de la enfermedad.Si bien hay opciones de tratamiento para los problemas de salud que ocasiona el VPH, no existe un tratamiento específico para curar la infección, y por eso es sumamente importante la prevención a través de la educación sexual integral, el correcto uso del preservativo, los estudios de detección precoz en mujeres y la vacunación.Como parte del Calendario Nacional de Vacunación, se recomienda que los niños y niñas de 11 años de edad reciban dos dosis de la vacuna contra el VPH, para proteger contra ciertos cánceres causados por este virus. La vacuna contra el VPH se incorporó en 2011 para todas las niñas de 11 años nacidas a partir de 2000, y en 2017 se amplió para todos los varones de 11 años nacidos a partir de 2006. El Calendario de Vacunación Nacional también contempla la vacuna contra VPH para pacientes trasplantados y con VIH.Existen nuevas terapias (y muchas otras en desarrollo) que dan múltiples opciones para mejorar la tasa de sobrevida de los pacientes. El desafío es contar cada vez con más herramientas para lograrlo, generando combinaciones para que el beneficio sea para un número cada vez mayor de pacientes.Dr. Fernando Carabajal, Gerente Médico para Tumores de Cabeza y Cuello en MSD (MN 131152), y Dr. Agustín Falco, jefe de Tumores de Cabeza y Cuello del Instituto Alexander Fleming (MN 113572).

Fuente: La Nación

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Ni la palabra ni el concepto tiene buena prensa en la Argentina, aunque parezca lo contrario, sobre todo en época de elecciones. “Consenso” es un ideal despreciado por la realpolitik de la polarización: hay algo en la apelación explícita al consenso que suena ingenuo en un mapa político dominado por la imputación de enemigos. La base de votantes incondicionales castiga al político que se atreve a enunciar la posibilidad de trazar un puente con el punto de vista del otro político. Si vas a chatear con Máximo Kirchner, la cuestión es para qué: le reprochó parte de su base electoral a María Eugenia Vidal, a su consenso y su silencio. A Alberto Fernández, el kirchnerismo duro lo acorrala con el reproche de blando.Pero todavía más: buena parte de la política no cree en la invocación a viva voz al dios biempensante del consenso como herramienta de construcción política. Una joven diputada cocinada al caldo del peronismo bonaerense, pero que afianza su influencia en la lógica parlamentaria nacional de Juntos por el Cambio, o Juntos, lo explicaba, entre dientes, en una reunión privada: “Nunca se cuenta lo que se negocia. Si lo contás y se hace público, no sale. El otro se retira. Se cuenta lo que no importa”. O como le gusta decir a algún radical con calle: “La política no se cuenta”. La política está convencida de que el consenso político es más efectivo cuanto más lejos sucede de la intemperie de la opinión pública. Y si se escenifica a vista de todos, es porque antes se alcanzó en la privacidad de la rosca política. Lo que se ve en el Congreso antes sucedió fuera de cámara. En la política, consenso se pronuncia rosca.El oficialismo apuesta a que los “diputados aliados” puedan renovar sus bancas para alcanzar la mayoría en la Cámara bajaSolo cuando llega la hora de la corrección política y el discurso electoral, el consenso es proclamado como central, pero no siempre con éxito. Esa falta de éxito en la proclama puede tener que ver con otro principio que dice que cuanto más inexperto es el candidato, mayor insistencia pública en las bondades del consenso. Es el desconocimiento de la política, la que se hace entre bambalinas y muchas veces, aunque no siempre, produce efectos reales, el que lleva a postular con altavoz el ideal de acuerdos entre almas bellas, cargadas de trascendencia futura y generosidad sacrificial. El precandidato Facundo Manes ejemplifica mejor ese tono: el desafío que enfrenta es cómo llegar a la concreción de sus visiones a partir de un ejercicio de la política que está más cerca del prosaísmo que de la poesía. Salvo que el éxito profesional en campos ajenos a la cosa política acarree una acumulación de capital negociador que pueda sorprender. El futuro lo dirá. Ningún logro se construye sin el trago, o el sorbo, amargo de la resignación de alguna posición y la felicidad de alguna victoria relativa.Pero las dudas se disparan. A la falta de Toddy político le pesa, al menos en el discurso explícito, un concepto de consenso sin carnadura justo en política, donde los deseos personalísimos, ambiciones y voluntad de poder y perduración se entrecruzan en compleja confusión con los ideales políticos e ideológicos. El más amoral de los políticos es capaz de cultivar la negación para darle sentido a su puja por el poder.Sin embargo, no siempre la invocación de consenso, y su fracaso o resultados contraproducentes, va de la mano del político inexperto. Ahí están los casos de Cristina Fernández, por un lado, y de María Eugenia Vidal, por el otro: una hace días y sorpresivamente, la otra antes y más abiertamente, ambas se subieron a la lógica del consenso. En las dos hay coqueteos más o menos decididos con la retórica del consenso como horizonte para la política argentina.En la vicepresidenta, resurge electoralmente y lo inauguró el sábado en Escobar, en la visión que propuso en ocasión del cierre de listas del Frente de Todos. En Vidal, hay algo más de programático, pero acarrea consecuencias electorales, la incertidumbre acerca de lo acertado de esa estrategia para las PASO: los halcones que no perdonan a las palomas. Para las dos, el origen del problema argentino está ahí, en el punto exacto en el que el consenso falla y, muy particularmente, en estas elecciones, que ambas fuerzas políticas presentan como un antes y un después para la historia política reciente de la democracia argentina.En tono y con argumentos algo más amables de lo acostumbrado para los oídos de una ciudadanía que no la vota y con un discurso más propicio a los requisitos del FMI que se interpretó como un gesto algo más contemplativo de las preocupaciones de los mercados, Cristina Kirchner dijo tres cosas centrales en Escobar que se vinculan con el consenso y sus condiciones de posibilidad.Que cada una de las fuerzas políticas que pesan en la Argentina hoy, el peronismo en su versión kirchnerista, el radicalismo alfonsinista, el radicalismo aliancista y el macrismo, aunque sin mencionarlo explícitamente, y el liberalismo, que identificó con el menemismo, tuvo su oportunidad de gobernar: “Todos gobernaron”, sostuvo. Que si hay errores que corregir, son de todos. Que es hora de corregirlos: “Es la última oportunidad”, sostuvo.La palabra “consenso” estuvo ausente, pero la apelación al acuerdo fue clara: “Acompañemos esta situación tan particular del modo más serio y responsable que podamos que es hablar con números y ejemplos y mirando lo que nos pasó en los últimos 15 o 20 años”. Como base de esa discusión franca y de la búsqueda de un consenso en torno a los problemas y las soluciones, la vicepresidenta planteó esa exigencia final: “honestidad intelectual”, planteó, en la reconstrucción de los datos y la evidencia de los errores para luego insistir con una reconstrucción histórica de desendeudamiento y creación de empleo durante el kirchnerismo que los datos honestos no corroboran.El problema de la visión de la expresidenta está en los datos que propone para ordenar la visión de campaña. Ese es el límite que enfrenta el kirchnerismo para la construcción de cualquier consenso. No hay consenso sin honestidad intelectual, es decir, no hay consenso político sin el consenso sobre los datos y la evidencia que precisan y explican los problemas, a saber: inflación, falta de crecimiento, estancamiento del empleo formal, consolidación y crecimiento de la pobreza, estancamiento de la calidad educativa en niveles bajos.Los datos son un horizonte de verdad. La acumulación histórica de datos sobre temas centrales es el punto de partida para cualquier consenso real. Cuando los datos se manipulan, el terreno de las opiniones sin sustento conduce irremediablemente al sesgo de la tribu y a la lógica de la polarización.Uno de los desafíos centrales del kirchnerismo ha sido el respeto del pluralismo. Un uso demasiado libre de los datos tiene que ver con esa relativización del valor del pluralismo, que impide también la valoración del consenso: la manipulación de datos permite borrar el aporte de cualquier otra minoría política en la solución de los problemas de la Argentina. Si se trata de la coyuntura más urgente, la vicepresidenta optó por plantear el tema de la deuda, cargando las responsabilidades sobre Cambiemos, pero soslayó por completo el otro tema acuciante de hoy, el manejo de la pandemia, los muertos y la falta de vacuna. Faltó, otra vez, la franqueza intelectual que acorta diferencias y construye puentes.Con impronta Juliana Awada en el estilo, de blazer blanco y blusa negra, María Eugenia Vidal pisó Manhattan para reunirse con inversores del sector real de la economía, dueños de compañías del mercado inmobiliario, del sector alimenticios, entre otros, además de analistas, todos con presencia en Argentina y el resto del mundo. Eran unos 16 hombres y mujeres de negocios, todos argentinos. Fue el miércoles 16 de junio. La primera reunión fue en un edificio del Upper East Side. La segunda, en el Tavern on the Green, el restaurante que queda en el Central Park, donde suele verse a figuras de la elite global. Almuerzo al aire libre era la exigencia de la hoy precandidata que entonces no se había vacunado todavía ni quería vacunarse en EEUU. Eso contó a los inversores.El mensaje que buscó comunicar Vidal fue: “Una forma distinta de trabajar”. Se refería a la necesidad de alcanzar consensos más estructurales aún que los que puede dar una mayoría circunstancial en el Congreso. Para construir su caso ante los inversores argentinos que la escuchaban con cierta incredulidad, planteó la lección de la reforma previsional de diciembre de 2017. El debate parlamentario que se dio en paralelo a la disputa en la calle es parte de esa experiencia: la batalla campal donde la oposición a la ley arrojó las ya legendarias 14 toneladas de piedra en un intento por frenar la aprobación de la reforma. Si lo pasa una sola facción, ante cualquier cambio de gobierno, esa política se revierte: es la lección que sacó Vidal y su ala política. Aunque se gane una elección, las políticas no necesariamente perduran cuando la alternancia es la regla, o el riesgo que enfrenta toda gestión.El debate no se da solo en Argentina. Las “executive orders”, suerte de DNU, en temas regulatorios que pasó Barack Obama en su gestión, con todos los republicanos en contra y que disparó también la queja de demócratas explícitos como el CEO de JP Morgan, Jamie Dimon, fueron revisados y la mayoría desechos con la llegada de Donald Trump a la presidencia.¿Cómo se crean consensos inteligentes, la precondición para lograr política de estado duraderas más allá de las grietas políticas? El punto clave es pensarlo desde la dimensión de los incentivos a la clase política: ¿por qué la facción opositora estaría dispuesta a aprobar políticas que le dan el triunfo al oficialismo de turno?Un ejemplo es la Italia de Mario Draghi y su programa de reformas, un debate actual y candente. A partir de una relación fructífera con la Unión Europea que cultivó en su rol de presidente del Banco Central Europeo, con éxitos reconocidos a la hora de lograr consensos, llega a la posibilidad de un programa de financiamiento extraordinario. Se extenderá por seis años y a condición de que se aprueben reformas estructurales que por definición deberán perdurar en el tiempo. Draghi está obligado al consenso y los opositores se quedan con menos argumentos y sin nada comparable para ofrecer. El consenso les puede convenir a todos en una Italia que no crece desde hace más de 20 años. Gobierne quien gobierne, siempre es mejor hacerlo con plata para gastar.Cristian Ritondo le respondió a Facundo Manes: “Solo sembrás desconfianza”El consenso es un desafío cuando además se sostiene cierto silencio en cuestiones críticas de la discusión política coyuntural. Le pasa a Vidal, que por eso ahora endurece su discurso. La retórica del acuerdo se percibe como indefinición, como renunciamiento o incluso como “traición”, en los extremos. El consenso muchas veces suena a hueco porque se vuelve poco creíble: esto sucede con los políticos de años. Mientras tanto, Argentina espera.

Fuente: La Nación

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FILADELFIA (AP) — Andrew McCutchen disparó un jonrón de tres carreras en la parte baja de la novena entrada y los Filis de Filadelfia derrotaron el lunes 6-5 a los Nacionales de Washington, que atraviesan una mala racha.Rhys Hoskins también sacudió un cuadrangular de tres anotaciones para los Filis, que van en segundo lugar y están tres juegos y medio abajo de los Mets de Nueva York, líderes en la división Este de la Liga Nacional.El dominicano Jean Segura fue primero en el turno de bateo en el noveno episodio y conectó un doble a Brad Hand (5-5). Después de que J.T. Realmuto fuera ponchado, Bryce Harper recibió base por bolas. McCutchen prendió el siguiente lanzamiento, una bola hacia abajo de 92 mph, y la envió más allá del muro en el lado derecho.Hand estropeó por segunda vez consecutiva el salvamento.Archie Bradley (5-1) permitió una carrera en la parte alta de la novena y se apuntó el triunfo.Por los Nacionales, los venezolanos Alcides Escobar de 5-2, dos anotadas, y Gerardo Parra de 5-1, una anotada, una producida. Los dominicanos Juan Soto de 3-0 y Víctor Robles de 3-1, una empujada.Por Filadelfia, el dominicano Juan Segura de 4-2, una anotada. Los venezolanos Ronald Torreyes de 3-0 y Odúbel Herrera de 4-1.

Fuente: La Nación

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En las últimas semanas, mucho se habló en los medios sobre la alta probabilidad de que los Estados impongan regulaciones agresivas sobre el bitcoin y el resto de los criptoactivos. Como es de esperar, las especulaciones generan preocupación entre los inversores, tanto en quienes reivindican el ecosistema cripto y apuestan al largo plazo sabiendo que detrás de varias monedas hay desarrollos muy interesantes como en quienes sueñan con ganancias más rápidas en base a distintos fundamentos.En la columna de hoy, daré mi opinión sobre este asunto y buscaré responder las siguientes preguntas, que alimentaron los títulos mediáticos contra las criptomonedas: ¿Qué pasó en China con los mineros? ¿Existe una presión regulatoria sobre Binance, el exchange de criptoactivos más grande del mundo?China en guerra con los mineros criptoLa red de bitcoin utiliza un sistema de minería conocido como Proof of Work (PoW), donde los mineros -como se denomina a las personas y las empresas que utilizan computadoras y placas de video especiales para validar las transferencias que se realizan en la red y así ganarse el derecho a recibir los bitcoins que se emiten diariamente- utilizan energía de manera intensiva para llevar adelante su actividad.Las estimaciones indican que más del 60% de la minería se concentró en China y que el último rally del bitcoin no hizo más que atraer a nuevos mineros deseosos de atrapar una parte de la enorme rentabilidad que la actividad generaba.Este escenario idílico cambió a partir de las advertencias y el pase a la acción del gobierno del gigante asiático, que, mediante inspecciones y sanciones, forzó el cierre de casi la totalidad de los mineros chinos a mitad de año. Muchos de ellos se retiraron del mercado y otros mudaron sus granjas cripto a EEUU, países de Asia Central y Europa del Este.¿Cuáles fueron los motivos por los que China tomó una decisión tan radical? Si bien oficialmente se habló de una lucha contra el consumo excesivo de energía en distintas regiones del país, la inminente emisión del yuan digital podría explicar mejor la situación, así como la desconfianza de un gobierno central a un sistema que promueve la libertad financiera de las personas, quienes, en el mundo cripto, pueden custodiar, transferir y gastar sus activos sin la intromisión estatal.Lo cierto es que la consecuencia inmediata de los cierres fue una caída del hashrate (el poder computacional para minar y procesar transacciones en una blockchain) y la seguridad de la red de bitcoin en su conjunto, lo que derivó en un derrumbe de la cotización desde máximos, aunque desde mediados de mayo mantiene cierta estabilidad, con una leve tendencia a la baja.Pasado el efecto inmediato, las medidas restrictivas en China impulsaron una irrupción de mineros en otras partes del mundo y una mayor descentralización del ecosistema, un fenómeno en principio muy beneficioso.¿Binance está en problemas?Binance, el exchange de criptoactivos más grande del mundo en términos de volumen operado, tiene sedes en distintas partes del mundo. Nació en Shangai y se fue por las regulaciones, pero China no es la única potencia que decidió restringir su actividad. También Japón, Inglaterra e Italia, entre otras naciones, rechazaron sus actividades.Binance no es legal en algunos países y no tiene oficinas en ellos. Sin embargo, un ciudadano inglés o italiano, por ejemplo, puede comprar criptomonedas P2P (persona a persona) y fondear su cuenta en Binance sin problemas sin que nadie se lo prohíba. Lo mismo vale para un argentino.Los usuarios también pueden comprar sus criptomonedas en un exchange local y luego enviarlas desde allí (o desde su propia wallet) a Binance sin impedimentos. Claro que desde algunos países se puede fondear la cuenta internacional mediante transferencia directa de dinero local, lo cual resulta mucho más práctico.De lo dicho se desprende que a Binance lo pueden controlar de manera más o menos agresiva en un determinado país siempre y cuando incluya entre sus servicios la compraventa de activos financieros regulados, como es el caso de bonos y acciones, pero no necesariamente de las criptomonedas.Si en un país se regulara la operatoria de criptoactivos, entonces Binance debería seguir las normas locales para que las cuentas de sus usuarios sean fondeadas vía transferencia de dinero, aunque no para las transacciones P2P, siempre libres de toda regulación.Por ejemplo, en algunos estados norteamericanos como Nueva York, donde existe cierta regulación, Binance creó Binance EEUU y obedece las leyes locales. Los habitantes de la primera potencia mundial no pueden abrir sus cuentas en Binance Internacional, sino que deben hacerlo en Binance EEUU siguiendo el estricto procedimiento Know Your Costumer (conoce a tu cliente), que busca evitar maniobras de lavado de dinero y narcotráfico.Uno de los errores que pudo haber cometido Binance en su estrategia por sortear las barreras regulatorias fue ofrecer la operatoria securitizada de acciones (tokens de papeles como Tesla, Coinbase y Microsoft, entre otras empresas tecnológicas). Se trata de activos regulados que el exchange permite operar de manera indirecta, pero pronto dejará de hacerlo: así lo anunció Binance bajo el argumento de “focalizarse en la oferta de otros productos”. Además, el volumen operado en estos tokens se limita a tan solo un millón de dólares diarios y un beneficio pobre no justifica el riesgo de someterse a posibles sanciones de reguladores.Lo concreto es que es que, al menos en mi opinión, el problema regulatorio continuará para Binance, que ya se convirtió en serio competidor del sistema financiero tradicional con un volumen operado en su plataforma superior a los 600.000 millones de dólares mensuales. Por otra parte, la creación de la Binance Smart Chain, una blockchain descentralizada que facilita la operatoria de colocaciones DeFi, agrega más leña al fuego.ConclusiónRepetimos la pregunta inicial: ¿Se viene un regulación agresiva para el bitcoin y el resto de los criptoactivos? Si hubiera que jugarse, la respuesta sería “no”, al menos por el momento.EEUU, el líder de los servicios financieros a nivel global, muestra una política bastante amigable. Incluso, mineras muy importantes como Riot Blockchain Inc. (RIOT) cotizan libremente en el Nasdaq, el mercado bursátil que concentra a las principales empresas tecnológicas. Además, Gary Gensler, chairman de la SEC (Security and Exchange Commission, el ente regulador financiero estadounidense) es conocido por sus acercamientos al mundo del bitcoin. (Les dejo un link donde se pueden ver las clases que dictó en el MIT sobre bitcoin y criptomonedas en 2018.)De todas maneras, más allá de los pros que podemos encontrar, no será un camino sencillo. Todo inversor debe saber que hay mucho dinero e intereses en juego, y que los grupos financieros concentrados seguirán presionando a los Estados para establecer regulaciones más agresivas en los próximos años.La clave pasa, como siempre, por aprender a detectar las fake news, investigar mejor y generar una opinión crítica sobre cada tema, para luego tomar decisiones de inversión en función de nuestros propios intereses y no de intereses ajenos.Desde este espacio seguiremos contribuyendo con información y argumentos.¡Hasta la semana próxima!

Fuente: La Nación

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TOKIO (AP) — Por extraño que parezca, Alaska tiene una campeona olímpica de natación.Lydia Jacoby, de 17 años, le dio a Estados Unidos una victoria el martes en los 100 metros estilo pecho, superando a su compañera y campeona defensora, Lilly King.Jacoby era la primera nadadora de Alaska en llegar al equipo olímpico de natación. Ahora, volverá a Anchorage con una medalla de oro, luego de tocar la meta con un tiempo de 1 minuto, 4,95 segundos.La sudafricana Tatjana Schoenmaker terminó en el segundo puesto con 1:05,22, mientras que King aportó a la cuenta de preseas de Estados Unidos al colgarse el bronce con tiempo de 1:05,54.El sorprendente triunfo de Jacoby rescató una jornada decepcionante para Estados Unidos, que solo acumulaba un par de bronces hasta que la adolescente saltó a la piscina del Centro Acuático.Jacoby iba tercera a mitad de la competencia, detrás de Schoenmaker y de King. Pero con un ritmo incesante, rebasó a King y superó a la sudafricana en las últimas dos brazadas.Viendo la pantalla con incredulidad, finalmente se dio cuenta de su hazaña cuando Schoenmaker ingresó a su carril para abrazarla. Después fue turno de recibir las felicitaciones de King como la nueva reina del estilo pecho en Estados Unidos.En la rama varonil, el equipo de Estados Unidos perdió una competencia en dorso en Juegos Olímpicos por primera vez desde 1992.Los representantes del Comité Olímpico de Rusia se quedaron con los dos primeros puestos en los 100 metros dorso gracias a Evgeny Rylov, con tiempo de 51,98 segundos y Kliment Kolesnikov colgándose la plata en 52,00 segundos.El campeón olímpico Ryan Murphy se conformó con la tercera posición del podio con crono de 52,19.Fue la primera derrota para el equipo varonil estadounidense en estilo dorso en Juegos Olímpicos desde Barcelona 1992. Ganaron 12 oros consecutivos en las últimas seis pruebas, incluyendo primeros lugares de Murphy en los 100 y 200 metros en Río 2016.Para Australia y Gran Bretaña fue una mañana espectacular.La plusmarquista mundial Kaylee McKeown le dio al equipo femenino de Australia otro oro en la piscina, ahora en los 100 metros dorso, y un récord olímpico.Su tiempo de 57,47 segundos estuvo apenas por debajo del récord mundial que impuso este año con 57,45. La plata fue para la canadiense Kylie Masse con 57,72 segundos, mientras que la estadounidense y explusmarquista mundial, Regan Smith, se quedó en tercera posición con un crono de 58,05 segundos.De cara a la justa olímpica, Australia no había logrado un título femenino individual desde 2008. Ahora tienen dos, después del triunfo de Ariarne Titmus el lunes en los 400 metros libres.En otra prueba, Gran Bretaña hizo el 1-2 en los 200 metros libres. Tom Dean se quedó con el oro con un tiempo de 1 minuto, 44,22 segundos, mientras que su compatriota Duncan Scott terminó en la segunda posición con 1:44,26. El brasileño Fernando Scheffer completó el podio con 1:44,66.___Paul Newberry está en Twitter como: https://twitter.com/pnewberry1963

Fuente: La Nación

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Alos 20 años, Carla Galiano entendió que podían gustarle varias personas a la vez, incluso estando en una relación de pareja estable. Claro que aún estaba muy lejos de hacer algo concreto con eso. Al haber asistido a un colegio católico desde su infancia pensaba que lo que estaba haciendo no era propio de alguien que, como ella, iba a Misa todos los domingos, se confesaba seguido y se persignaba cada vez que pasaba frente a una iglesia.¿Qué es ser libre? ¿Es la monogamia la norma o es algo impuesto? ¿Se puede amar a dos o más personas a la vez sin sentir culpa?, se preguntaba casi a diario. No fue hasta muchos años más tarde, cuando ya cerca de los 30 empezó a introducirse en los estudios de sexología y se recibió de sex coach, especializada en sexología clínica, que fue entendiendo “que el amor y el sexo pueden o no ir de la mano, que el amor es mucho más amplio y que podemos amar a dos personas, así como amamos a nuestros hijos, tíos, padres, madres y abuelos”.Así, luego de hablar sobre lo que le pasaba con otras personas y habiendo leído mucho sobre el tema, decidió plantearle a Lucas, su pareja desde hacía siete años y padre de su segunda hija, la posibilidad de practicar el poliamor, es decir, el involucramiento romántico, emocional, afectivo y sexual con más de una persona en simultáneo.“El día que decidí exponerlo fue una odisea. Cuando él regresó de trabajar empezamos a hablar, como siempre, sobre lo que nos había pasado en el día, pero yo ya no podía ocultar mis emociones. Así que de repente tuve que decirle que sentía cosas por otra persona, pero que al mismo tiempo lo seguía amando. Fue un shock. Sus creencias no eran las mismas que las mías y se interpusieron los celos, la frustración, los sentimientos de pérdida de tiempo, de traición y, obviamente, de desamor”, recuerda Carla. Lo primero que pensó fue que iban a separarse, si él no quería ese tipo de vínculo y ella se sentía atrapada en la relación. “Se había abierto la caja de pandora”, dice entre risas.Pero el tiempo hizo lo suyo. Y en ese vaivén de emociones pudieron continuar la relación hasta que, un año más tarde, Lucas empezó a entender lo que Carla había querido decirle. Es más: él mismo se permitió empezar a sentir cosas por otra mujer. Ese, dicen ambos, fue el momento ideal para que volvieran a tener otra charla, esta vez mucho más serena y relajada.Ambos establecieron relaciones paralelas durante un tiempo“Creo que los dos accedimos al mismo tiempo, nos dimos cuenta de que estábamos haciendo lo mismo, porque buscábamos vincularnos sexo-afectivamente con otras personas, pero lo ocultábamos para no lastimarnos. Ahí fue cuando nos planteamos: ‘¿Y por qué no lo hacemos?’ Los dos nos queríamos, disfrutábamos de nuestra compañía, solo se trataba de abrir el abanico para poder experimentar otras cosas”, dice Carla.Por supuesto, llevar a cabo esa experiencia amorosa implicaba acordar previamente una serie de puntos para evitar celos y malos entendidos. Y eso fue lo que hicieron Carla y Lucas antes de abrir su pareja. Algunas de esas normas establecían limitar la cantidad de personas con las que podían estar, pactar de antemano los momentos en los que se iban a compartir con un tercero, ser sinceros con las personas involucradas (no ocultaban la existencia de su pareja), contarse si empezaban a hablar con alguien con otras intenciones y tomar recaudos para prevenir enfermedades de transmisión sexual. “También nos comprometimos a cuidar los tiempos que compartíamos juntos, o sea, no mirábamos el celular en lo posible –agrega Carla–, y respetábamos la individualidad del otro a la hora de hacer una llamada, pactando de antemano los momentos que cada uno iba a charlar con otra persona”.La primera vezA través de un grupo de amigos que tenían en común, Carla conoció a un hombre de 34 años y quedó impactada por su carisma, su humor, su actitud positiva. “Primero fuimos amigos, todo a través de WhatsApp y de videollamadas, hasta que un día decidimos vernos fuera del grupo. Yo miraba los mensajes y se me dibujaba una sonrisa, pero siempre esperaba estar a solas para responderle ya que era parte del acuerdo con Lucas”, dice. La primera vez fueron a un bar a tomar algo y ella estaba más que nerviosa. “Como no veo muy bien de lejos no me di cuenta cuando entró, pero lo reconocí por su forma de andar. Me hice la distraida y agarré mi celular preguntándole por dónde andaba. Me acuerdo que él se acercó, se sentó y empezamos a hablar de la locura que era habernos encontrado. Recuerdo mucho su perfume, no sé cuál era, pero no podía dejar de sentirlo, me distraía, y su sonrisa aún más”.Esa fue la primera de las noches que Carla pasó con ese hombre, durante una relación que duró seis meses en total. “No era simplemente sexo, había sentimientos de por medio. Nos decíamos cosas lindas, teníamos una comunicación muy fluida, algo que es muy importante durante un encuentro sexual. Era una relación de amor, de compañía”, recuerda Carla. Y agrega: “El no quiso avanzar más, me dio sus motivos y los acepté, aunque me dolió mucho. Hubiera deseado que durara más. Estaba pendiente de su vida así como también él de la mía, nos preocupábamos el uno por el otro. Me di cuenta de que tengo mucho amor para dar y recibir, pero que a veces la sociedad no está lista para vivirlo”.Lucas, por su parte, también había empezado a salir con una chica, aunque le costaba contar en público que se había abierto al poliamor. Para él todo resultó un poco más difícil y tanto él como Carla debieron pagar un costo emocional por sus decisiones. “Un día unos amigos suyos empezaron a cargarlo diciéndole que yo lo engañaba. Fue un momento duro, la decisión de no contar lo que estábamos haciendo era justamente por el miedo al qué dirán. Pero cuando Lucas entendió que a mí todo eso me lastimaba, les escribió por WhatsApp explicándoles lo que era tener una pareja abierta”, describe Carla, Ese día se abrazaron y lloraron juntos. “Pudimos lograr que nuestro círculo más cercano dejara de molestarnos. Hasta empezaron a preguntarnos cómo lo hacíamos. Fue toda una revelación para mí ver en los ojos de Lucas que quería estar conmigo sin que le importara la opinión del resto”.Desde ese día, Carla estuvo con tres personas más: dos varones y una mujer. Actualmente, dice, tiene conversaciones con varios a quienes, por el momento, no considera parejas. A sus 31, confiesa que estos cambios trajeron aire fresco a su relación. “Ahora nuestras conversaciones son más sinceras y emocionales; cada uno puede expresar sus deseos sexuales y afectivos hacia otra persona sin que eso nos lastime. No siempre es todo perfecto, pero sí podemos comunicarnos qué es lo que nos molesta y plantearnos qué hacer para que cambie. Si la felicidad pudiera medirse, creo que somos más felices así”.Para quienes desean incursionar en el poliamor, Carla y Lucas hacen hincapié en la responsabilidad afectiva que deberían tener los integrantes de la pareja con el objetivo de no lastimar a la persona amada. “Se trata de tener en cuenta al otro en tus acciones, tus dichos y pensamientos, porque todo tiene consecuencias. No es un ‘vale todo’, es un ida y vuelta, si algo nos genera malestar hay que decirlo”, expresan. Y Carla finaliza: “Si no hay límites, responsabilidad afectiva y comunicación asertiva, no se puede llevar a cabo. Los acuerdos son para evitar malos entendidos y no todas las parejas están preparadas para este tipo de apertura”.

Fuente: La Nación

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El Estado de Derecho se sustenta en principios establecidos por la Constitución nacional, tales como la necesidad de afianzar la justicia, respetar la igualdad ante la ley y proveer al bien común. Regidas por la división de poderes, las autoridades deben velar por su defensa. Lamentablemente, esa moral republicana viene sufriendo severos golpes, a partir de la acción de algunos jueces que, lejos de actuar con la necesaria independencia, han decidido someterse a las presiones de un poder político tendientes a garantizar impunidad a un grupo de delincuentes.La reciente decisión judicial que le concedió la libertad condicional al exvicepresidente y exministro de Economía Amado Boudou es tan solo un ejemplo acerca de cómo se pretende desconocer, entre otros principios, que nuestra Constitución no admite prerrogativas de sangre ni de nacimiento, que no reconoce fueros personales ni títulos de nobleza y que todos sus habitantes son iguales ante la ley.Al obsceno beneficio concedido a Boudou, hay que sumar, en este festival de impunidad, los tratamientos judiciales que recibieron las causas que involucraban a personajes como César Milani, Carlos Zannini, Fernando Esteche, Cristóbal López, Fabián de Sousa, Carlos Kirchner, Julio De Vido, Roberto Baratta, Juan Pablo “Pata” Medina, Luis D’Elía, Lázaro Báez, José López y Alberto Samid, para no hablar de la propia vicepresidenta Cristina Kirchner, quien debió haber sido detenida de no ser por sus fueros.Los mencionados exfuncionarios, empresarios o gremialistas vinculados al poder kirchnerista no fueron encarcelados por una cuestión política o por sus ideas, sino porque existían pruebas de gravísimos delitos, tales como asociación ilícita, cohecho, lavado de dinero, instigación a la violencia, defraudación contra la administración pública, enriquecimiento ilícito, pago de sobreprecios en representación del Estado, extorsión, incumplimiento de los deberes de funcionario público o negociaciones incompatibles con la función estatal, por citar solo algunos.En la mayoría de esos casos, desde el kirchnerismo, se ha esgrimido con falaces argumentos que se trataría de “perseguidos políticos”, ante la imposibilidad de refutar las innumerables pruebas en su contra. Paralelamente, sus voceros han recurrido a la teoría del lawfare, según la cual los líderes políticos son objeto de persecuciones políticas, judiciales y mediáticas supuestamente en represalia por haber enfrentado a los “poderes económicos”. Asimismo, no han vacilado en imputarles disparatadamente a los periodistas que han investigado aquellos hechos ilícitos una pertenencia a “grupos de tareas”, una descalificación que bastardea el pasado trágico de la Argentina en su pretensión por exhibir un falso progresismo que es empleado como manto para cubrirse de impunidad.El caso de Boudou es quizás el más elocuente, ya que fue uno de los presos K que mayores beneficios obtuvo: además de permitírsele injustificadamente cumplir un arresto domiciliario en una propiedad cinco estrellas, logró reducir su condena solo por hacer cursos de electricidad, filosofía y organización de eventos, lo cual le permitió salir hace unos días en libertad condicional.Sin embargo, el despropósito no termina allí. El funcionario condenado por corrupción en la causa Ciccone, con sentencia confirmada por la Corte Suprema de Justicia, acaba de anunciar con desparpajo que pretende ser rehabilitado para volver a ocupar cargos en la función pública.No obstante, los beneficios que recibió Boudou no fueron los únicos destinados a los presos K. En la actualidad, muchos de ellos transcurren sus días en barrios cerrados con todas las comodidades y un trato inimaginable para los cientos de miles de personas detenidas. En esa lista aparecen Lázaro Báez, Jorge Castillo, Alberto Samid y Julio De Vido, entre otros.En el caso de Samid, el autoproclamado “rey de la carne” condenado a cuatro años de prisión efectiva por asociación ilícita, fue encontrado semanas atrás en un restaurante, violando un arresto domiciliario que debería haberse monitoreado a través de una tobillera electrónica. Otro “rey”, Jorge Castillo, mentor de la feria La Salada, cumple el suyo con tobillera electrónica, en una mansión situada en un country club de Luján.Con una sobrepoblación carcelaria del 7,8%, que se agrava en las unidades dependientes de servicios penitenciarios provinciales, donde alcanza el 25%, el trato diferencial hacia los citados presos vip contrasta con las cifras oficiales, que muestran que el 46% de los internos en cárceles federales aún aguardan condena.Otro escandaloso fallo judicial fue el sobreseimiento por “ausencia de delito” de todos los imputados en la causa del Plan Qunita, por presuntas irregularidades y sobreprecios en la compra de kits para recién nacidos. En la lista de acusados figuraban, entre otros, el exjefe de Gabinete Aníbal Fernández; el actual gobernador de Tucumán y exministro de Salud de la Nación, Juan Manzur, y el actual ministro de Salud bonaerense y precandidato a diputado nacional, Daniel Gollán.Engrosando la lista de vergonzosas resoluciones judiciales, no puede faltar el reciente archivo de la causa del llamado vacunatorio vip a manos de la jueza federal María Eugenia Capuchetti, quien encontró que no existió delito penal alguno y que el problema fue la carga emocional con que los hechos fueron percibidos.Con los fallos comentados, lo que parece quedar demostrado en la Argentina de hoy es que aquella venda que cubre los ojos de la dama de la Justicia solo serviría para ocultar los delitos de los amigos del poder, que el fiel de la balanza está claramente inclinado hacia un lado y que una muy desafilada espada no alcanza para hacer cumplir la ley.

Fuente: La Nación

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Si hubiera que explicar, ante un auditorio de extranjeros, la ideología que hoy gobierna la Argentina, tal vez deberíamos concentrarnos en describir la psicología del prejuicio. Tanto el discurso como la acción del Gobierno parecen guiados por estereotipos, simplificaciones y categorías más cercanas a la caricatura que a la realidad, siempre mucho más compleja, heterogénea y diversa que la que el poder parece registrar.El manejo de la pandemia y de la economía ha expuesto, en este año y medio, una colección de prejuicios que apenas parecen disimularse en el inicio de la campaña electoral. Todos expresan una marcada hostilidad contra la clase media, contra el que progresa, contra el que produce y defiende sus propios márgenes de autonomía y libertad. Todos apuntan, además, a generar divisiones, a simplificar y a crear enemigos y “culpables”. Cumplen, en ese sentido, el manual básico del populismo: pinta al mundo en blanco y negro; traza una línea gruesa entre “buenos y malos”. Desprecia los matices y las sutilezas, rechaza el análisis profundo de las cosas y reduce la realidad a categorías simplonas y esquemáticas. Es el mismo manual que, en uno u otro sentido, han usado Trump, Maduro y Bolsonaro.Desde esa perspectiva, el Gobierno ha incentivado un reproche contra “los que viajan a Miami”, en la misma línea argumental con la que había estigmatizado a los runners en el inicio de la cuarentena. Se busca, así, exacerbar cierto resentimiento, sin hacer ningún esfuerzo por aproximarse a los fenómenos sociales con algún grado de rigor ni con vocación de comprenderlos. En esa visión maniquea, el que viaja a Miami es individualista, tilingo e insensible. Por eso, dejarlo varado es casi un acto de justicia. “Somos un gobierno que defiende a los débiles, no a los que se van a tomar sol a la Florida”. Con ese eslogan vulgar, se escribe una nueva página del relato.Se trata de la misma matriz conceptual que generó, en su momento, el conflicto con el campo. Para la ideología del prejuicio, el productor agropecuario es un terrateniente que se sienta a esperar que crezca “el yuyo” y que las vacas engorden. Meterle la mano en el bolsillo es otro acto de justicia.La ideología del prejuicio alienta esos estereotipos, tal vez porque debe inventar culpables que encubran sus propios fracasos. La estrategia parece demasiado rudimentaria: el problema no es la ineficacia del Estado para testear y garantizar el plan de vacunación, sino los que viajan y traen en sus valijas la variante delta. El problema no es el vacunatorio vip, sino el “tilingo irresponsable” que quería salir a correr o a remar en la soledad del río. El ideologismo, mientras tanto, demoró casi ocho meses la habilitación de las vacunas norteamericanas.En esa línea, el Gobierno ha creado su propio código de culpabilidad: los padres que reclamaban la apertura de las escuelas eran militantes “anticuarentena” que no se bancaban a sus hijos en la casa; el que viajaba para vacunarse afuera era “un egoísta” que no aceptaba sufrir, como el resto, la demora en el plan de vacunación; el que pedía Pfizer era un caprichoso, y hasta merecía que Copani le dedicara una canción; el que se atrevía a discutir el manejo de la pandemia era un “negacionista”, y el que reclamaba libertad para trabajar y circular era “un antivacunas” o alguien que ponía “la economía por encima de la vida”. Los que se plegaban a los banderazos no eran “argentinos de bien”. Los que se oponen “al modelo” es porque “odian al país”.La ideología del prejuicio se extiende más allá de la salud y la economía. El Presidente dijo hace unos días, al presentar los DNI no binarios, que “a los periodistas conservadores les molesta que yo me refiera a todes”. La sentencia quedó escrita: el que no utiliza el llamado lenguaje inclusivo, y mucho más el que lo cuestiona, es “antiderechos” y “conservador”. Están en la vereda opuesta a la de la amplitud y el progresismo. ¿Es progresista marcar con una X en el DNI a las personas que no se identifican como hombre ni como mujer? ¿Es progresista decir “todes” y subejecutar las partidas destinadas a la igualdad de género (como reveló Laura Serra en una investigación periodística sobre los fondos del Ministerio de las Mujeres)? ¿Es progresista haber cerrado las escuelas durante más de un año y provocado un “tsunami” de deserción escolar? ¿Es progresista avalar la opresión, la censura y la violación de derechos humanos en Cuba, Venezuela y Nicaragua? Tal vez en la Argentina haya que empezar a discutir qué es el progresismo. ¿Quién es más progresista?: ¿una funcionaria que evade los aportes de la empleada doméstica y le ofrece como compensación un plan social? ¿O un pequeño comerciante o productor que da trabajo, paga sus impuestos, corre riesgos y ahorra para hacer un viaje con su familia?La ideología del prejuicio no nace de un repollo: germina sobre ideas y preconceptos que están en la sociedad. Busca exacerbar y estimular resentimientos. Pero hay otra pregunta que vale la pena formular: ¿no se habrá llegado demasiado lejos en la técnica de distorsionar las cosas para reducirlas a meros estereotipos? Quizá se esté pasando del prejuicio a la banalidad, en una fase aún menos sofisticada y más burda. Quizá eso implique, incluso, una marcada desconexión con la realidad.Creer que los que se quejaban por las escuelas cerradas eran “padres opositores” es no comprender el impacto de esa medida en los sectores más vulnerables y la tragedia que eso ha implicado para chicos y adolescentes sin contención familiar. Es no calibrar, incluso, el efecto en los propios estudiantes, a los que la falta de escolaridad les amputó una parte de su juventud. ¿Alcanza un guiño impostado a L-Gante para interpretar a los jóvenes? Con la misma liviandad se ha asociado a “los que viajan a Miami” con un lujo de ricos y famosos, sin empatía por los que hacen grandes esfuerzos para viajar con sus hijos o con los que viajan por compromisos familiares, laborales o académicos. Creer, a esta altura del siglo XXI, que viajar es un lujo de ricos es mirar el mundo con anteojeras. El prejuicio, después de todo, es primo hermano de la incomprensión y la ignorancia.Esta misma ideología es la que estigmatizó la meritocracia, confundiéndola con elitismo. Otra vez la incomprensión y la desconexión con la realidad: ¿no cree en el mérito el obrero que se sacrifica para que su hijo vaya a un colegio parroquial y acceda a una mejor educación? ¿No cree en el esfuerzo individual el pibe que recorre la ciudad bajo la lluvia en bicicleta, haciendo delivery para pagarse sus estudios? ¿En qué cree, sino en el mérito de su propio trabajo, el cuentapropista que cobra un trabajo grande y lo invierte en el revoque de su casa? ¿Qué motiva, sino la confianza en el mérito y el esfuerzo, a los deportistas olímpicos que hoy representan a la Argentina en Japón?En el afán por simplificar y crear estereotipos, quizá el Gobierno haya perdido hasta el olfato y la sensibilidad para interpretar al que todos los días madruga para trabajar. En 2008 confundieron al chacarero de piel curtida con el estanciero de la vaca atada. Con la misma ligereza hoy se estigmatiza a los que viajan a Miami, cuestionan los cepos a la libertad y reclaman colegios y negocios abiertos. “Biden es peronista y Cuba, la revolución”. Todo se mezcla en ese engrudo de prejuicios y esnobismo pseudoideológico que divide entre “argentinos de bien” y “de mal”. ¿Quién será el próximo culpable?

Fuente: La Nación

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Pittsburgh (ap) —El quarterback de los Steelers de Pittsburgh, Ben Roethlisberger, aceptó un recorte a su paga durante el receso de la campaña.La reestructuración con Roethlisberger contribuyó a que los Steelers tuvieran recursos disponibles para persuadir al wide receiver JuJu Smith-Schuster reactivarse con el equipo mediante un contrato de una campaña.Smith-Schuster decidió permanecer en Pittsburgh en vez de irse como agente libre y citó su sentido de lealtad.“Para mí, creo pesó más la lealtad y permanecer con el quarterback con el que he estado jugando las últimas cuatro temporadas”, declaró Smith-Schustser.El wide receiver, seleccionado por los Steelers en segunda ronda del draft en 2017, afirmó que rechazó oportunidades para jugar con Baltimore y Kansas City.“Patrick Mahomes es un gran quarterback, y estará jugando la próxima década, pero creo en la lealtad a mis entrenadores y mi quarterback”, apuntó.“Si me fuera a los Ravens, todavía tendría fanáticos leales (en Pittsburgh), pero la rivalidad es grande y los fanáticos me destruirían. Los Chiefs tienen una gran ofensiva, poder jugar con Tyreek (Hill) y Travis (Kelce), pero en última instancia, debo hacer lo que sea mejor para mí, y es quedarme en el mismo equipo. Eso me facilita las cosas para el año siguiente, la agencia libre del año entrante es mucho mejor”.Smith-Schuster, que firmó un acuerdo de 8 millones de dólares, dijo que permanecer en Pittsburgh también tiene su lógica financiera. Se prevé que el límite salarial suba considerablemente el año próximo después de bajar en 2021. Smith-Schuster señaló que podría haber oportunidades más jugosas si llega al mercado abierto en la próxima primavera. Tampoco ha descartado un regreso de largo plazo con Pittsburgh.

Fuente: La Nación

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