El precandidato a diputado nacional del Frente de Todos por la ciudad de Buenos Aires, Leandro Santoro, salió al cruce de su competidora en el distrito, María Eugenia Vidal, luego de que esta afirmara que si el oficialismo obtiene una victoria en las elecciones legislativas, irá hacia una “radicalización sin freno”.“Que cumpla la norma”: la crítica de Nicolás Trotta a Horacio Rodríguez Larreta por la vuelta a clases sin distanciamiento“Entristecen las declaraciones de María Eugenia Vidal donde afirma que ‘si el Gobierno gana iremos hacia una radicalización sin freno’. En el Frente de Todos estamos militando para que entre Matías Tombolini al Congreso, garantía de racionalidad y moderación”, respondió el legislador porteño, y agregó: “Instalando el miedo no se construye futuro”.Entristecen las declaraciones de @mariuvidal donde afirma q “si el Gob gana iremos hacia una radicalización sin freno”. En el FDT estamos militando para q entre @matiastombolini al congreso, garantía de racionalidad y moderación.Instalando el miedo no se construye futuro.— Leandro Santoro (@SantoroLeandro) July 31, 2021Vidal hizo las declaraciones el viernes en el programa Periodismo Puro, donde el periodista Jorge Fontevecchia le preguntó: “¿Vos crees que una derrota real o simbólica en las elecciones va a hacer que el kirchnerismo pierda peso y el peronismo tradicional crezca o que, por el contrario, haya una radicalización del kirchnerismo tradicional que deje sin espacios al peronismo?”.“No lo sé, pero hay algo que sé”, replicó la precandidata, y añadió: “Si el Gobierno nacional gana esta elección podemos esperar una mayor radicalización. Y será una radicalización sin freno porque si el Gobierno gana no habrá frenos en el Congreso”.En medio de las internas, Juntos hizo su primera salida de campaña y reconvirtió los “timbreos”Santoro manifestó su disgusto ante estas declaraciones apenas horas después de cuestionar también al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, por la decisión de que el distanciamiento social deje de ser una condición en las aulas, según surge del borrador del nuevo protocolo que se implementará en las instituciones educativas porteñas a partir del 4 de agosto.“Saquemos este tema de la campaña. Hay 2 noticias en LA NACION que no deben ignorarse. Si hay riesgo de circulación comunitaria de la (variante) Delta capaz no es momento de hacer cambios radicales en los protocolos”, indicó Santoro en también en Twitter. Y aclaró: “No es chicana, es propuesta”.Saquemos este tema de la campaña. Hay 2 noticias en @LANACION q no deben ignorarse. Si hay riesgo de circulación comunitaria de la Delta capaz no es momento de hacer cambios radicales en los protocolos. No es chicana, es propuesta. @horaciorlarreta Pensemos si no conviene esperar pic.twitter.com/gkcsDPbyw6— Leandro Santoro (@SantoroLeandro) July 30, 2021El legislador hizo el descargo luego de que las autoridades de la ciudad de Buenos Aires notificaran dos casos de coronavirus con la cepa de origen indio, los cuales, a diferencia de otros confirmados en las provincias de Córdoba y Salta, no presentan nexo epidemiológico conocido con viajeros, según informó el Ministerio de Salud de la Nación.

Fuente: La Nación

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Lanús recibirá este sábado a Unión de Santa Fe en un partido en el que ambos equipos vienen de sendas derrotas y necesitan rehabilitarse, por la cuarta fecha del Torneo 2021 de la Liga Profesional de Fútbol (LPF). El encuentro se jugará en el estadio de Lanús, en el sur bonaerense, desde las 15.45, televisado por la TV Pública y con el arbitraje de Pablo Echavarría.Lanús, que venía entonado luego de vencer a Atlético Tucumán 4-2 y Colón por 4-1, no tuvo chances en su estadio ante River, que le dio un duro golpe al derrotarlo por 3 a 0. El “Granate”, que cuenta con el interminable goleador José “Pepe” Sand, afronta esta etapa de la liga con la ausencia del arquero Lautaro Morales, Tomás Belmonte y Pedro De la Vega, quienes regresan desde Japón tras formar parte del seleccionado olímpico que quedó eliminado en primera ronda en Tokio 2020.Unión tuvo un flojo inicio de Liga: debutó de local con un empate (1-1) ante un Boca alternativo; fue goleado por River (0-4) en el estadio Monumental; y viene de perder en su cancha ante Banfield (1-0). Suma un punto sobre nueve y tiene necesidad de revertir la situación.El gol de Márquez a BocaLanús, dirigido por Luis Zubeldía, es un equipo con muchas variantes pese a las ausencias y mucha juventud, ya que el entrenador tiene como norma en los clubes en donde trabaja abrevar en las divisiones inferiores.El “tatengue”, con Juan Manuel Azconzabal como DT, tuvo momentos de buen juego en la anterior Copa de la Liga, pero le cuesta mucho llegar al gol, motivo por el cual contrató al delantero Nicolás Blandi, exBoca y San Lorenzo, quien llega desde Colo Colo de Chile.El historial muestra que jugaron 32 veces, con ventaja para Lanús de 12 triunfos, 14 empates y seis victorias para el equipo santafesino.? Nuestros convocados para recibir a @clubaunion. ¡DALE! ??? pic.twitter.com/iNsVrkQFQ9— Club Lanús (@clublanus) July 30, 2021

Fuente: La Nación

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A tan solo 10 meses de su merecido retiro, Neil Peart empezó a sentir que había algo mal. Por empezar, las palabras eran un problema. Peart, un tercio de Rush, el grupo de Toronto, Canadá, era uno de los bateristas más adorados. Descargaba su talento de otro mundo sobre baterías que se volvían cada vez más grandes para abarcar cualquier posibilidad percutiva que hubiera imaginado el ser humano. Para las giras de Rush, antes de los ensayos con la banda, practicaba solo durante semanas para asegurarse de poder replicar sus arreglos. Tenía los brazos musculosos y las manos llenas de callos. Pero también era el intelecto autodidacta detrás las letras filosóficas y cerebrales de Rush, y autor de numerosos libros, en especial memorias mezcladas con diarios de viaje en motocicleta, todos narrados con un nivel de detalle luminoso.Billy Bond: “Charly se está poniendo viejo, Spinetta se murió, ¿cuántos quedan?”Peart anotaba todo el tiempo: mantenía diarios, mandaba mails que parecían correspondencia de la era victoriana, escribía notas para revistas especializadas en batería y posteaba ensayos y reseñas de libros en su página web. Si bien su educación formal terminó a los 17, jamás paró de trabajar en el gran objetivo vital de leer “todos los grandes libros”. Solía usar los cumpleaños de sus amigos como una excusa para mandarles “una historia contando toda su vida”, como dice riéndose el cantante y bajista de Rush, Geddy Lee.“Así es como pienso”, me dijo Peart en 2015. “Hay una cita de E.M. Forster que dice: ‘¿Cómo saber lo que pienso si no veo lo que digo?’. Para mí, eso pasa cuando escribo”.Peart abandonó la batería luego del último show de Rush en agosto de 2015, poco tiempo antes de su cumpleaños 63. Pero esperaba seguir con su carrera de escritor, que le ocasionaba menos cansancio físico que darle porrazos a una batería gigante. Buscaba una vida tranquila. Había trabajado de nueve a cinco en lo que él llamaba su “cueva”, un garaje en el que tenía su colección de autos antiguos y que también funcionaba como oficina, a una cuadra de su casa en Santa Mónica, California. El resto del tiempo estaba con Carrie Nuttall, su esposa desde hacía 20 años, y Olivia, la hija de ambos en edad escolar, que lo adoraba. Planeaba pasar veranos con ellas en su propiedad junto a un lago en Quebec, no muy lejos de donde estaba Le Studio, el sitio pintoresco en el que Rush grabó Moving Pictures y otros discos.Neil Peart junto a Geddy Lee, cantante y bajista de Rush en mayo de 1979 (Fin Costello/)Antes del comienzo de la última gira de Rush, Peart pudo echar un vistazo de la vida cotidiana que deseaba. No veía la hora de volver a ella. Era una estrella de rock que anhelaba una existencia mundana como un robot de oficina fantasea con una vida de estrellato. “Era difícil para mí alejarme de una vida doméstica alegre y de una vida creativa alegre”, me dijo en 2015, sorbiendo un Macallan en su garaje antes de la gira. “Esperaba a que Olivia se fuera a la escuela y me venía acá. Yo me levanto temprano, y ella también. Después buscaba mi almuerzo y volvía acá. Y no me parecía insignificante. Al revés: iba por Olympic hasta el Starbucks o el Subway, y pensaba: ‘¿No es genial esto?’”.Después de la gira, Peart se dedicó a disfrutar su vida nueva. Cuando no estaba en su cueva, hacía trabajo voluntario en la biblioteca de la escuela de Olivia. “Olivia estaba encantada”, dice Nuttall. “Podía ver a papá en la escuela todo el tiempo”. A la noche, volvía a casa y hacía la cena para la familia. “Vivía exactamente como quería, por primera vez en décadas”, dice ella. “Era un momento muy dulce, muy feliz… y después los dioses, o como quieras llamarlo, nos lo arrebataron”.El guitarrista Alex Lifeson, el bajista Geddy Lee y Neil Peart en un concierto en febrero de 1978 (Fin Costello/)“Me pone muy mal”, dice Lee, “que haya tenido tan poco tiempo para vivir la vida por la que luchó tanto”.Peart empezó a hacer crucigramas en el diario en los setenta, cuando viajó a Inglaterra desde su Canadá natal para probar éxito como baterista. Terminó como encargado de un local de souvenires, con mucho tiempo libre en los largos viajes en subte. Durante las últimas décadas, el ritual de hacer el crucigrama dominical del New York Times era ineludible. En junio de 2016, le sorprendió encontrar dificultades para terminarlo. “No lo entendía”, dice Ray Danniels, manager de Rush durante muchos años. “‘¿Qué pasa?’”.Peart no dijo nada, pero en el siguiente verano ya mostraba señales de lo que Nuttall pensó que era una depresión. Le sacó el tema a Danniels durante una visita a la casa del manager en Muskoka, Ontario. “Le dije: ‘Carrie, tiene todo lo que quiere’”, recuerda Danniels. “‘Ganó. Tiene lo que quería, tiene su libertad. Tiene mucha plata de la última gira. Esto no es depresión’”.Andrés Calamaro: “Cuando escuché a Julio Iglesias cantando mi canción pensé que me desmayaba”A fines de agosto, Nuttall y la madre de Peart lo notaron más callado de lo habitual. Cuando hablaba, “cometía errores con las palabras”, como más tarde les dijo a sus compañeros de banda. Fue al doctor y, tras una resonancia magnética, terminó en cirugía. El diagnóstico era oscuro: un glioblastoma, un cáncer de cerebro muy agresivo, con un tiempo de vida promedio de entre 12 y 18 meses.Una prueba genética del cáncer sugirió que era inusualmente tratable, y Peart vivió hasta el 7 de enero de 2020, más de tres años desde su diagnóstico inicial, lo cual, en el caso de esta enfermedad, calificaba como “sobreviviente de larga duración”.“Tres años y medio después”, dice Lee, “se fumaba un cigarrillo en el porche. Era como decirle ‘Fuck you’ al cáncer, con todas las letras”.“Queríamos ser el grupo de hard-rock más complejo. Ese era nuestro objetivo”, dijo Geddy Lee en 2015. “En la primera prueba supe que él era el baterista de nuestros sueños”. (Fin Costello/)***Poco tiempo antes de la cirugía, Peart llamó por FaceTime a Alex Lifeson, el guitarrista de Rush, para su cumpleaños, lo cual era raro. “Era muy poco habitual que te llamara, porque no se sentía cómodo en el teléfono”, dice Lifeson. “Te mandaba unos mails hermosos. Pero no le gustaba mucho hablar. Yo estaba shockeado, pero me di cuenta de que había algo raro. Pensé que podía ser una mala conexión. Pero no parecía normal. Y después me quedé pensando”.Un par de semanas después, Peart le mandó un mail al resto de la banda con la noticia. No se guardó nada. “Básicamente, soltó todo de una”, recuerda Lee.‘Tengo cáncer de cerebro. No es un chiste’. Cuando recibió el mensaje, Lifeson estaba en un campo de golf. “Me puse a llorar ahí mismo”, dice.“Entrás en modo luchador”, dice Lee. Para Lifeson y Lee, la prioridad pasó a ser buscar oportunidades para ver a su amigo, que vivía lejos de su base en Toronto.Peart manejó la enfermedad con una fuerza y un estoicismo heroicos, luchando por sobrevivir. “Era un tipo duro”, dice Lee. “Obviamente, estaba enojado. Pero tuvo que aceptar tantas cosas horribles. Se volvió muy bueno a la hora de aceptar noticias de mierda. Y estaba OK. Hizo lo posible por sobrevivir lo que pudiera, por su familia. Y lo hizo increíblemente bien… Aceptó su destino, sin dudas mejor de lo que lo hubiera hecho yo”.Había algo de fatalismo en Peart, quien había compuesto infinitas canciones sobre el carácter azaroso del universo, y luego vio que su propia vida se lo demostraba. En 1997, su hija Selena murió en un accidente de autos camino a la universidad; su esposa Jackie murió de cáncer poco tiempo después. La sensación de pérdida de Peart era tan grande que, más allá de su veta racional, no podía evitar preguntarse si no tenía un maleficio.“Mi hija murió a los 19 años, y mi esposa a los 42. Yo tengo 62, y sigo”, me dijo en 2015, conversando sobre su negativa a dejar de fumar (no se cree que sea una causa del glioblastoma). “¿Cuánta gente murió más joven que yo? ¿Cuántos bateristas murieron más jóvenes que yo? Ya estoy en tiempo suplementario… Algo me va a matar. Mirá, yo ando en moto. Ando en autos rápidos. Ando mucho en avión. Es una vida peligrosa. Me gusta una cosa que me dijo un viejo motoquero: ‘Si te gustan las motos, es algo que te va a matar. El truco es sobrevivir lo suficiente como para que otra cosa te mate antes’”.“Vivió una vida rica y profunda”, dijo el ex baterista de Jethro Tull Doane Perry. “No perdía el tiempo. Podía pasar tiempo solo, leyendo un libro en su casa del lago en Canadá, con la misma intensidad con la que tocaba un recital para decenas de miles de personas”. (Rich Fury/)Más allá del alarde, no podía tolerar la idea de abandonar a su hija. “Eso le molestaba muchísimo”, dice Danniels. “Le molestaba cómo se había cerrado el círculo. Primero el dolor de haber perdido a una hija. Y ahora el de abandonar a otra”.Peart también debió atravesar un duelo, dice Nuttall: un duelo “por el futuro que no iba a tener y por todo lo que se iba a perder con Olivia y conmigo. Y con la vida en general. Si había alguien que vivía con integridad, era Neil. Y quería hacer muchas cosas más. Cuando dicen: ‘Oh, qué estoico que fue, aceptó su destino’, y todo eso… Sí, fue así. Pero también le rompió el corazón”.Estaba decidido a aprovechar el tiempo que le quedaba al máximo, como siempre había hecho. “¿Qué es lo más excelente que puedo hacer hoy?”, solía preguntarse Peart. La respuesta muchas veces significaba andar a toda velocidad en una moto BMW en un parque nacional antes de tocar la batería en un estadio techado.“Vivió una vida rica y profunda”, dice uno de sus amigos más cercanos, el ex baterista de Jethro Tull Doane Perry. “No perdía el tiempo. Podía pasar tiempo solo, leyendo un libro en su casa del lago en Canadá, con la misma intensidad con la que tocaba un recital para decenas de miles de personas”.La necesidad de privacidad de Peart era cada vez mayor. Solo algunos amigos cercanos sabían de su enfermedad, un secreto que lograron mantener hasta el final. Para Lee y Lifeson, que hacían entrevistas y desviaban los llamados de otros amigos preguntando por los rumores, el peso del ocultamiento era grande. “Neil nos pidió que no dijéramos nada”, dice Lifeson. “Quería estar en control. Lo último que querés es que la gente venga a tu vereda a cantar ‘Closer to Heart’ o algo así. Era algo que le daba miedo. No quería ninguna atención. Y fue sin dudas difícil mentirle a la gente o cambiarle de tema. Fue muy difícil”.Peart siempre evitó las conversaciones innecesarias sobre temas difíciles con un gesto con la mano y un “no importa” muy sincero. Es lo que les decía a sus amigos si trataban de hablar de la enfermedad o el tratamiento. “No quería perder el tiempo que le quedaba hablando de esa mierda”, dice Lee. “Quería divertirse con nosotros. Y hasta el final siempre quiso hablar de cosas verdaderas”.Peart no se quejaba nunca, bromea Lee, “excepto que se quedara sin cigarrillos”. “Una vez llegué sin nada para tomar”, agrega Lee, un serio coleccionista de vinos. “Y yo soy famoso por ir a su casa con lo que él solía llamar mi ‘cubeta de vinos’. Y una vez no llevé nada. Estaba en shock. Así que, obviamente, al día siguiente Alex y yo fuimos a una licorería y le caímos con un par de botellas. Y todo volvió a estar bien”.Joey Ramone: a 70 años de su nacimiento, un recorrido fotográfico por la vida de una leyenda del punkEl baterista también superó su largo rechazo a la nostalgia y el recuerdo, y se pasaba horas escuchando su catálogo con Rush. “Cuando hablamos de su intenso deseo de aprender”, dice otro amigo suyo, Matt Scannell, líder de Vertical Horizon, “esto implica una actitud de preguntarse qué es lo nuevo, qué es lo que se viene, todo el tiempo. Cuando le mandaba CD, si era viejo, no le interesaba. Pero me pareció lindo que al final logró disfrutar de mirar el pasado, algo que antes le parecía repugnante”.“No creo que ninguno de nosotros escuche su propia música vieja”, dice Lifeson. “Está terminado, ya está. Pero creo que él estaba revisando sus logros en términos musicales. Y creo que le sorprendió descubrir lo bien que había salido todo. Creo que eso pasa, a veces te olvidás. Fue interesante verlo sonreír y sentirse bien. Cuando todavía podía escribirnos, nos contó que estaba revisando nuestros temas viejos, y lo buenos que le parecían”.A Lee no lo sorprendió. “Conozco a Neil”, dice, “y sé que sabía el tiempo que le quedaba, y es natural que haya repasado el trabajo de su vida. Y sé que sintió orgullo y quería compartirlo con Alex y conmigo. Cada vez que lo veíamos quería hablar de eso. Quería que supiéramos lo orgulloso que estaba”.***Fly by night, el disco debut de Rush, empieza con la intro de “Anthem”: guitarra, bajo y batería enganchados en un riff con una síncopa brutal, en un compás de 7/8, con uno de los trabajos con hi-hat más maravillosos de la historia del rock. Luego la canción se transforma en una feroz defensa del individualismo inspirada en Ayn Rand. La influencia de Rand en esa época fue importante para Peart, algo que se adhirió a su imagen pública durante décadas. Pero al poco tiempo la consideró como un apoyo filosófico e intelectual pueril, por decir lo menos. Finalmente se declaró un “libertario de buen corazón”, y en 2015 le dijo a ROLLING STONE que planeaba votar a los demócratas luego de obtener la ciudadanía estadounidense.En el disco anterior de Rush, grabado con un baterista mucho más limitado, John Rutsey, Lee cantaba básicamente piropos (Hey, baby, son las ocho menos cuarto/ estoy de buen humor”) sobre imitaciones de Led Zeppelin. Ahora gritaba ideas filosóficas sobre un metal progresivo muy estimulante, un género que el grupo inventaba a su camino.Peart se pasó la infancia en una granja familiar, hasta que su padre (dueño de un negocio de autopartes) mudó a la familia a Port Dalhousie, un suburbio de la pequeña ciudad de St. Catharines, Ontario. Hasta la adolescencia, su vida fue relativamente idílica. Pasaba casi todo el tiempo al aire libre, cultivando una conexión con la naturaleza que mantendría hasta el final. “El lugar donde se sentía más cómodo era en la naturaleza, con cierto grado de soledad”, dice su amigo Doane Perry.Hubo un incidente profundamente traumático. Nadando en el lago Ontario a los 10 años, Peart se cansó y trató de agarrarse de una boya salvavidas, pero unos chicos más grandes pensaron que sería gracioso impedírselo. Peart se agitaba en el agua, sentía que se iba a ahogar. A último minuto, dos compañeros de clase le salvaron la vida. Eso dejó a Pearl con una cierta desconfianza hacia los extraños y el momento volvería a su mente años después, cuando se veía en medio DE una manada de fans. Desarrolló una fobia a sentirse “atrapado” que lo llevaría a experimentar una profunda incomodidad con la fama y una necesidad constante de escapar del mundo de las giras de rock.Peart era lo suficientemente brillante como para saltearse dos grados, y empezó la secundaria dos años antes. Empezó a tomar clases de batería, practicando un año entero sin tener la suya propia. El primer interés de Peart por el instrumento fue cuando vio The Gene Krupa Story, una biopic sobre el baterista de big bands; el jazz de big bands era la música preferida del papá de Peart, quien más tarde intentaría integrar una. Keith Moon, el salvaje baterista de The Who, se convirtió en su ídolo, pero cuando Peart desarrolló su propia técnica se dio cuenta de que en realidad no quería tocar como Moon. El caos no le gustaba. Peart buscó la forma de encarnar la energía de Moon sin perder su propio espíritu, tocando arreglos aún más vistosos y extravagantes, pero también más precisos y cuidadosamente compuestos, para los que seguía una lógica tridimensional. (Incansable, Peart, en sus últimos años, hizo el camino contrario y empezó a trabajar en su costado más de improvisación).Desde el principio, para Neil Peart, el tiempo libre de las giras le parecía ocioso. Empezó a usarlo, leyendo pilas de libros cada vez más grandes y completando los baches de su educación. (Fin Costello/)El Peart adolescente se dejó el pelo largo y empezó a usar una capa y zapatos violetas. A los jóvenes de su pueblo eso no les impresionaba. “Fui totalmente feliz hasta la adolescencia”, me dijo, “cuando de repente, no sé si era un freak, pero el mundo me volvió consciente de mi rareza”. Tocaba en sus primeros grupos, obsesionado con su instrumento. Solo dejaba de ensayar cuando los padres lo obligaban. “Desde que empecé, lo único que existía para mí era la batería y la música”, dijo Peart. “Hasta entonces me fue bien en la escuela; después, ya no me importó más nada”.Dejó la escuela a los 17 y al año siguiente se fue a Londres. Pasó 18 meses ahí y volvió a Canadá con ideas diferentes sobre su carrera musical. Decidió que no podía seguir tocando música en la que no creyera, solo por dinero. Buscaría un trabajo durante el día y tocaría únicamente para divertirse. “Decidí no traicionar nunca los valores de ese chico de 16 años, jamás venderme, jamás agachar la cabeza”, me dijo.Lo ofendía lo que le parecía un comercialismo indulgente y corrupto del mundo del rock; en la frase sobre el “sonido del vendedor” que luego incluyó en “The Spirit of Radio”, había un desprecio sincero. Tras un breve paso por la disquería local, donde conoció a los hermanos de Jackie Taylor, su futura esposa, aceptó un trabajo como manager de la tienda de su padre, donde ayudó a computarizar el inventario.El primer intento de Pearl de tener una vida común duró apenas un año, hasta que lo reclutaron para una prueba con un grupo de Toronto que ya había firmado con un sello grande. Peart se sumó a Rush, y así dio inicio a 40 años de grabaciones y giras. “Si lo ves en las fotos de la primera época”, dice Lee, “tenía una sonrisa enorme. Fue feliz durante mucho tiempo. Solo después de años de trabajo muy arduo empezó a perder esa sonrisa”.Sin embargo, desde el principio para Peart el tiempo libre de las giras le parecía ocioso. Empezó a usarlo, leyendo pilas de libros cada vez más grandes y completando los baches de su educación. Al mismo tiempo, adornaba los primeros discos de Rush con las letras más inusuales y coloridas del rock. Al principio se basaba en su amor por la ciencia ficción, el género fantástico y Ayn Rand. En los ochenta pasó a preocupaciones más terrenales. La opereta monumental y alegre con la que el grupo explotó en 1976, “2112”, era absolutamente seria en su defensa furiosa de la libertad personal. Los sacerdotes de Syrinx, que controlaban todo en esta sociedad distópica, eran una obvia referencia a los ejecutivos de las discográficas que querían que Rush sonara más como Bad Company (y para los fans adolescentes, una referencia a sus padres que no los entendían).En Rush y en la escritura de Peart en los setenta había más humor de lo que los críticos supieron ver. Por ejemplo, “By-Tor and the Snow Dog”, de 1975, estaba inspirada en los apodos de dos perros de Danniels. “Me acuerdo de que una mañana le dije a Geddy: ‘¿No sería gracioso hacer una pieza fantástica sobre By-Tor y Snow Dog?’”, me dijo Peart. Incluso en su momento más progresivo, Hemispheres, de 1978, el grupo fue suficientemente autoconciente como para darle el subtítulo “Un ejercicio en autoindulgencia” a “La Villa Strangiato”, una complejísima obra maestra instrumental.“The Spirit of Radio”, de Permanent Waves, de 1979, estuvo a la altura de su título, y con ella Rush obtuvo mucho espacio en las emisoras, luego de lo cual vino su disco más vendido, Moving Pictures. El álbum incluía la maravillosa interpretación de Peart en “Tom Sawyer”, un tema con algunos de los arreglos de batería más memorables de la historia. Los Rush eran enormes y Peart no lo disfrutaba. Cuando escuchó el retrato de Roger Waters de la alienación en The Wall, de Pink Floyd, le escribió una carta felicitándolo por capturar sus propios sentimientos.Patti Smith habló de su tiempo en cuarentena y contó cómo fue el día que conoció a Bob DylanPeart nunca logró sentirse cómodo con su fama. A su amigo Matt Stone, cocreador de South Park, lo sorprendía mucho cuánto le molestaba a Peart que lo reconocieran en público, incluso al final de su carrera. “Era muy raro con la fama”, dice Stone. Por esa misma razón, a Peart le gustaban especialmente las fiestas de Halloween de Stone, donde podía conocer gente disfrazado y para una de las cuales se vistió de mujer.Peart desarrolló estrategias para liberarse. “Llevaba una moto al micro de las giras y en los días libres me iba a andar por el campo”, me dijo, “y si las ciudades estaban a 150 kilómetros una de otra, iba en moto. Era lo que más me gustaba. Desaparecía todo el entorno y podía estar en un motel de pueblo en la mía. En esa época no había celulares ni nada. Éramos yo y la moto”. También hizo viajes extracurriculares. Fue a África y a China. La pobreza que vio en África lo transformó, y así la parte “de buen corazón” de su libertarianismo pasó al centro.Peart quería cortar con las giras de Peart desde 1989, cuando su hija Selena tenía 11. “Después de muchas batallas internas, me di cuenta de que si me considero músico tengo que tocar en vivo”, me dijo. “Me gusta más ensayar que tocar en vivo. Tiene el desafío y la gratificación, pero sin la presión. Y no tenés que salir de tu ciudad”.Peart sentía la intensa presión, noche tras noche, de tener que estar a la altura de su reputación. “No se consideraba tan talentoso como los demás”, dice Stewart Copeland, baterista de The Police y amigo de Peart. “Pero sentía la responsabilidad de ser el dios de la batería. Más un peso que una responsabilidad”.***En mayo de 1994, en el estudio Power Station en Nueva York, Peart reunió a grandes bateristas del rock y el jazz, desde Steve Gadd hasta Matt Sorum y Max Roach, para un disco homenaje al gran baterista de swing Buddy Rich. Peart notó que uno de los músicos, Steve Smith, había mejorado mucho desde la última vez que lo había visto, y se enteró de que había tomado clases con el gurú del jazz Freddie Gruber. El año en que cumplió 42, cuando ya era considerado uno de los mejores bateristas del mundo, Peart contactó a Gruber y empezó a tomar clases. “¿Qué es un maestro si no un maestro-estudiante?”, le dijo Peart a ROLLING STONE en 2012.Estaba convencido de que tocar con secuenciadores para las canciones de Rush de los ochenta le había endurecido su estilo, y quería relajarse. Más allá de sus esfuerzos y su talento, había algunas áreas que ni siquiera Peart podía conquistar: “Para ser franco, no creo que Neil jamás haya entendido el hi hat del jazz”, escribió con cariño Peter Erskine, quien pasó a ser el profesor de Peart en los 2000.En su siguiente disco, Test for Echo, de 1986, Rush como grupo sentía algo de agotamiento creativo. Pero Peart consideraba que allí había hecho su mejor trabajo, gracias a un nuevo sentido del tiempo. También encontró una nueva forma de que las giras fueran tolerables, incluso disfrutables, viajando entre las fechas en su moto BMW. “Salgo al mundo real todos los días”, me dijo, “y veo gente en el trabajo, con sus vidas cotidianas. Y converso en zonas de descanso y estaciones de servicio y moteles y veo la vida americana todos los días”. Pasaron cinco años hasta que el grupo volvió a salir de gira.El 10 de agosto de 1997, Peart y su esposa Jackie ayudaron a su hija de 19 años Selena a poner las valijas en el auto y a prepararse para su viaje a la Universidad de Toronto, donde empezaba su segundo año. Más tarde, a la hora en que ya debía haber llegado, Selena no llamó a sus padres para avisarles que estaba bien. Un par de horas después, un policía le tocó la puerta a Peart. En el funeral de Selena, Peart les dijo a sus compañeros que lo consideraran retirado, y Lifeson y Lee asumieron que era el fin de la banda. Jackie estaba destruida y a los pocos meses recibió un diagnóstico de cáncer con metástasis. Respondió “casi agradeciendo” la noticia, escribió Peart. Jackie murió en junio de 1998. Está enterrada junto a su hija.Peart dejó todo atrás: se subió a la moto y se echó a andar. Estaba alienado de sí mismo. En un momento, vio uno de sus viejos videos educativos con la batería y le pareció ver a otra persona. Pero algo de él permanecía, “una pequeña alma bebé”, y se dispuso a hacer lo posible para alimentarla. Hubo épocas en las que buscó el “refugio de las drogas y el alcohol”, como dijo en su libro de memorias del período, Ghost Rider. En medio de su viaje, antes de embarcarse en una recorrida por México, Peart rompió con su aislamiento una semana y pasó tiempo en Los Ángeles con Andrew MacNaughtan, fotógrafo de Rush.Una de las pocas cosas que lo hacían reír en esa época era South Park, así que Peart estuvo feliz de que MacNaughtan le presentara a Stone. “Andrew me dijo: ‘Viene Neil’”, recuerda Stone. “‘Vamos a ponernos en pedo’. Busqué algo de material para la fiesta y fuimos a Hollywood Hills. Por lo que había pasado, me dijo: ‘No hables de chicas. No hables de hijos’. Así que hablamos de arte, filosofía, rock & roll y viajes… Pero era un tipo que estaba jodidamente triste”.En el transcurso de más de un año y más de 80.000 kilómetros de viajes en moto, Peart empezó a sanarse. Terminó afincándose en el sur de California, listo para empezar otra vez. “Cuando me mudé acá fue increíble. Mi vida era una valija, una moto y un equipo de música transportable”, me dijo. “Era todo lo que tenía. Alquilé un departamentito en el Santa Mónica Pier. Y me anoté en el gimnasio. Hacía yoga o gimnasia todos los días, andaba en moto, volvía a casa y escuchaba música en el aparato. Era genial”. Gracias a MacNaughtan conoció a Carrie Nuttall, una fotógrafa talentosa, y se enamoró. Se casaron en 2000. Peart llamó al grupo y les dijo que estaba listo para volver.***St. Vincent habla de su nuevo disco, marcado por los días de su padre en la cárcelEn su aniversario 40°, en 2015, Rush era tan popular como en sus mejores épocas, habiendo sido absorbidos por los cánones del rock clásico y la cultura pop. Tras muchas reinvenciones estilísticas, habían vuelto a su abordaje inicial con el que resultaría ser su último disco de estudio, el conceptual Clockwork Angels, en 2012.Pero Peart estaba una vez más cansado de las giras. Se llevaba muy bien con Olivia, que ya tenía 5 años. Y en la gira de 2012-13, las ausencias del padre eran perturbadoras para la niña. Peart siguió porque Lifeson se había agarrado artritis, y el guitarrista temía que fuera su última oportunidad de tocar. “Me di cuenta de que estaba atrapado”, escribió Peart, “así que volví al hotel y di vueltas por la habitación enfurecido, en un ataque de Tourette extremo”. Cuando se calmó, decidió seguir un consejo de Freddie Gruber: “Es lo que es. Aceptalo”.La gira siguió y Lifeson empezó a sentirse mejor. El que sufría era Peart. Mantuvo su rutina en la moto: era un hombre de 62 años andando cientos de kilómetros por día, a veces bajo la lluvia, antes de recitales de tres horas. Se agarró una infección dolorosa en un pie, entre otros problemas. “Casi no podía subirse al escenario”, dice Lifeson. “Le dieron un carrito de golf. Y tocaba tres horas con la intensidad que ponía en cada show. Es maravilloso”.Al principio de la gira, Peart se sentía bien y le dijo a Danniels que quizás aceptaría agregar más fechas. Pero sus sentimientos cambiaron con su situación física. “A mediados de la segunda parte de la gira”, dice Danniels, “me lo dejó en claro: ‘No puedo más. No quiero más’. Y me frustré”. La banda también, puesto que se encontraba en la mitad de una de sus mejores giras, con una lista de temas clásicos, tocados en sentido contrario al cronológico.“Mi relación con él siempre incluyó convencerlo de cosas”, agrega Danniels. “Pero esta vez enojarse no era nada. Ya no era un caballo de carreras. Era una mula. Y a una mula no la movés… Finalmente cedí. Me di cuenta de que afectaría negativamente nuestra amistad”.El grupo no volvió a hablar sobre el significado del último show de Rush, en el Forum de Los Ángeles, con entradas agotadas. “La conversación fue sobre el escenario”, dice Lee, “todo el show, con la mirada”. Peart dejó en claro que ocurría algo único y final, cuando caminó hasta el frente del escenario al terminar el recital. Era la primera vez que lo hacía en 40 años. “Fue un momento hermoso”, dice Lee.Más allá de la sensación de cierre, siempre existió la esperanza de que el grupo encontrara la forma de continuar. “¿Si creo que Neil podría haber hecho algo más? Algo diferente. Puede ser una residencia en Las Vegas, algo así. Puede ser, antes de la enfermedad. Pero eso fue lo que impidió que volviera”.Los años de la enfermedad de Peart estuvieron plagados de incertidumbre. Primero el cáncer estuvo en remisión, pero al año volvió. “Cada vez que te despedías de él, te estabas despidiendo en serio”, dice Lee. “Realmente no se sabía. Incluso cuando estaba bien. Fueron tres años y medio de no saber nada. Así que te despedías siempre con un abrazo fuerte”.En una visita, Lifeson se quedó un par de días en L.A. solo. “Cuando me fui, le di un gran abrazo y un beso”, dice el guitarrista. “Me miró y me dijo: ‘Eso lo dice todo’. Para mí, ahí me despedí. Lo vi un par de veces más, pero todavía veo ese momento y lo siento”. La última vez que Lee y Lifeson vieron a su compañero de banda, lograron hacer una última cena junto a él y Nuttall, y con alcohol. “Nos cagamos de risa”, dice Lifeson. “Contábamos chistes y recordábamos recitales y giras y gente del equipo y esas cosas que hacíamos cuando estábamos en un micro o un camarín. Fue algo tan natural, tan lindo, tan íntegro”.Cuando la enfermedad avanzó, Peart empezó a tener impedimentos, pero “hasta el final, estaba ahí”, dice Perry. Mantuvo la rutina de ir a su cueva todos los días y ahí recibía amigos. De hecho hizo una última fiesta de cumpleaños en 2019. Cuando ya no podía manejar, sus amigos Michael Mosbach y Juan Lopez lo empezaron a llevar hasta la cueva. Peart mantuvo su agenda hasta pocas semanas antes de su muerte.No volvió a tocar desde el último recital de Rush. Pero en la casa tenía una batería. Era de Olivia, que estaba tomando clases. Los padres de Peart le habían permitido armar la batería en el living, y él hizo lo mismo con Olivia. “Neil dijo de inmediato: ‘Tiene talento’”, dice Nuttall. “Ella heredó lo que él tenía. Y por supuesto eso le daba alegría. Hacía un esfuerzo para que no se sintiera intimidada. No se quedaba sentado ahí mirándola en la clase. Desaparecía, pero la escuchaba”.***Con la catástrofe global tras la muerte de Peart, fue un año oscuro y surrealista para sus amigos y familia. En un mundo con un tiempo congelado, es difícil procesar un duelo. “Siento que no fue hace mucho”, dice Lee. También hubo otros problemas en el mundo de Rush. Lifeson se enfermó en marzo de 2020 y fue hospitalizado con oxígeno un par de días. Dio negativo de Covid-19, pero positivo de la gripe. Ya se recuperó.Un homenaje a Peart en Toronto debió ser cancelado, pero hubo una pequeña cena con la banda y amigos en Los Ángeles y un homenaje organizado por su viuda semanas después. Dice Perry: “Fue una tarde hermosa, un momento de sanación para todos”. Algunos amigos de Peart (Scannell, Perry, Copeland, su colaborador en la escritura Kevin Anderson) hablaron frente a una audiencia que incluía a sus compañeros de banda y otros bateristas famosos: Taylor Hawkins de los Foo Fighters, Chad Smith de los Red Hot Chili Peppers, y Danny Carey de Tool. Al final, Olivia, de 11 años, habló sobre su papá.“Cuando Neil se murió, nuestra vida quedó patas para arriba”, dice Nuttall. “Ocho semanas después, estábamos solas en casa y fue duro”.Desde la muerte de Peart, Lee y Lifeson no sintieron el mínimo interés de agarrar los instrumentos. “Me encanta tocar, y nunca quiero tocar”, dice Lifeson, en una videollamada con Lee. “Siempre pensé: ‘Cuando sea viejo y me cague encima, igual voy a querer seguir tocando’. Pero no. Cuando se murió, ya no me pareció importante, no me dieron ganas. Supongo que el deseo volverá”.“Durante mucho tiempo”, dice Lee, “no tuve ningún deseo de tocar… Siento que hay música en mí y en Big Al. Pero no hay ningún apuro”.Mientras hacen el duelo, Lee y Lifeson se ajustan a la idea de que Rush puede haber terminado. “Terminó, ¿no? Ya está”, dice Lee. “Estoy muy orgulloso de lo que hicimos. No sé qué voy a hacer con la música. Y estoy seguro de que Al tampoco. Pero la música de Rush será siempre parte nuestra. No dudaría en tocar las canciones, siempre que el contexto sea apropiado. Pero al mismo tiempo, hay que respetar lo que hacíamos los tres, con Neil”.Después del último show de Rush, en lugar de salir disparado con la moto, Peart se quedó. Por primera vez disfrutaba del tiempo en el camarín. “Estaba exultante”, dice Lee. Neil Peart había terminado su trabajo, había cumplido con sus estándares, jamás había traicionado los ideales de sus 16 años. Seguía tocando en la cima de su nivel.“Sentía que era un trabajo bien hecho”, dice Scannell, que se quedó con él esa noche. “¿Y quién podría negarlo?”.

Fuente: La Nación

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SAN CARLOS DE BARILOCHE.- La postal invernal típica sigue haciéndose desear en esta ciudad. Las nevadas no aparecen y el balance de las vacaciones de julio tienen un sabor amargo. Si bien durante las últimas dos semanas, esta localidad fue el segundo destino más elegido por los turistas a nivel nacional –detrás de Mar del Plata–, la falta de nieve preocupa a locales y potenciales visitantes.Con pasajes aéreos agotados y más de 80 frecuencias semanales (Aerolíneas Argentinas, JetSmart y Flybondi dispusieron vuelos adicionales), los turistas se hicieron notar en Bariloche: las demoras en el tránsito y las filas en las puertas de los restaurantes, chocolaterías y cervecerías fueron prueba de ello. Sin embargo, la tradicional temporada alta de esquí pasó sin su elemento esencial, la nieve.Las huellas de la pandemia: qué prendas son las más vendidas y por qué hay un fuerte cambio en la forma de vestir en el país“La falta de nevadas limitó un poco la oferta y la afluencia de público esquiador, pero pudimos darle un muy buen servicio a los peatones y principiantes. Se habilitó la telecabina Amancay y la telesilla Diente de Caballo para los peatones, que pudieron llegar hasta la cumbre de la montaña y tener nieve suficiente para jugar. A su vez, se habilitaron los sectores para principiantes de la base y Plaza, donde pudieron dar sus clases más de 600 instructores de esquí. En estos últimos dos sectores, se recurrió a la fabricación de nieve, clave en momentos como estos. Y en cuanto al esquí, pudimos operar parcialmente un sector del cerro, con horario reducido, por la falta de nevadas. De todos modos, los fanáticos del deporte pudieron esquiar y aún pueden hacerlo en la parte alta de la montaña”, contó a LA NACIÓN Manuel Pérez Diez, gerente comercial de Catedral Alta Patagonia, la empresa concesionaria del centro de esquí.En cuanto a la afluencia de público, Pérez Diez indicó que se notó una merma en los tres segmentos (peatones, principiantes y esquiadores), pero el más afectado fue el esquiador de mayor nivel porque la oferta estuvo más limitada. En tanto, la cantidad de peatones y principiantes que visitaron el Catedral se redujo casi un 50% aunque no por la falta de nieve, sino por la pandemia, algo que ya estaba previsto. La falta de nieve durante el invierno se sintió sobre todo en los centros de esquí (Marcelo Martínez/)Restricciones “No tenemos ni turismo estudiantil ni grupal, que están prohibidos por decreto. Además, están cerradas las fronteras internacionales, por lo que no recibimos público de Brasil, Uruguay, Chile y otros países. El balance de julio está dentro de los parámetros esperables para estas condiciones. La falta de nieve sumó un condimento negativo al contexto. Vamos a seguir abiertos durante agosto y septiembre con la mayor oferta posible en función de la cantidad de nieve. El pronóstico es muy variable, pero somos optimistas respecto de que nieve en cualquier momento”, agregó Pérez Diez.Desde la Secretaría de Turismo de la ciudad, afirmaron que el balance de julio es positivo. “Fuimos el segundo destino con más solicitudes de permisos a nivel nacional. Llegamos a un 65% de ocupación promedio. Teniendo en cuenta que hay 28.000 camas disponibles, es una cantidad importante de gente. Más de 50.000 personas pidieron el permiso, con un pernocte promedio de casi cinco noches, que es altísimo. La nieve no acompañó, pero la gente disfrutó igual, paseó y conoció otras propuestas”, afirmó Gastón Burlón, secretario de Turismo local.La mayoría de los visitantes eligieron pasar uno o dos días en la nieve, y luego optaron por otras alternativas, como Circuito Chico, Colonia Suiza y el Cerro Campanario. Quienes llegaron con la intención de ver y jugar en la nieve pudieron hacerlo no solo en el Catedral, sino también en el complejo Piedras Blancas del cerro Otto. Y algunos destinaron una jornada a disfrutar del cerro Bayo, en Villa La Angostura.“Algunas actividades son caras, pero queríamos que los chicos conocieran la nieve y lo disfrutaron mucho. Y si bien, en general, se respetan los protocolos, las personas a veces se olvidan del contexto, no respetan el distanciamiento en las filas y se agolpan. Nos pasó en el Catedral, por ejemplo. Y a veces nos costó encontrar un lugar donde merendar, porque había mucha gente”, contó Luciana, que llegó, junto a su marido y sus dos hijos, desde Monte Grande para pasar una semana en Bariloche.Como ella, algunos turistas provenientes de la provincia de Buenos Aires resaltaron el costo extra que significó realizarse un test para Covid-19. Quienes ingresan a la provincia de Río Negro en avión o en ómnibus de larga distancia deben presentar un test de antígeno o PCR negativo. Mientras tanto, para los que llegaron desde la Ciudad de Buenos Aires fue más fácil, ya que ese distrito ofrece testeos gratuitos tanto al ingresar como al salir.En los centros de esquí aún esperan las grandes nevadas para los próximos dos meses (Marcelo Martínez/)Balance Más allá de las actividades recreativas, el balance que hacen los gastronómicos es algo dispar. “Estas vacaciones de julio fueron un desastre. La verdad es que después del año pasado, cerrados desde marzo, sin poder tener temporada invernal por las restricciones, esperábamos poder tener una temporada mejor. Ya sabíamos que no íbamos a tener turismo internacional, que para Bariloche es sumamente importante, pero tampoco tuvimos nacional. No recuerdo una temporada con tan poca nieve. En cuanto a las ventas, estamos por debajo del nivel de 2019”, dijo Leticia Fenoglio, CEO de Rapanui. Esa chocolatería posee un local muy grande sobre la calle Mitre, la más visitada por los turistas en el centro de Bariloche.Por otro lado, la percepción de María Eugenia Locreille, dueña de la chocolaterie belga VanWynsberghe, ubicada en el km 15 de la avenida Bustillo, es bien distinta: “Al no haber mucha nieve en el cerro, la alternativa de los turistas ha sido recorrer el Circuito Chico. Y como estamos en ese recorrido, nos vino muy bien, no solo para los que nos conocen, sino también para recibir a nuevos visitantes que llegaban a tomar el té o a probar los chocolates. Hubo una buena afluencia de gente y se vio una marcada diferencia entre junio y julio. Vimos muchas familias que llegaron en auto incluso. Esperamos que llegue la nieve para que los esquiadores de agosto se entusiasmen y vengan, porque, sino, creo que la temporada va a terminar ahora”.Habitualmente, el período de vacaciones de invierno es más largo en Bariloche y se extiende hasta agosto, cuando suele llegar una mayor cantidad de extranjeros y de esquiadores experimentados que visitan la ciudad casi todos los años. Hoy eso se modifica, un poco por las restricciones y otro, porque no llegan las nevadas.“Trabajamos muy bien en las semanas de vacaciones de julio y, por la falta de nieve, se está volviendo un poco abrupta la caída de gente. Pero, si lo comparamos con el año pasado, estamos más que contentos. Esta experiencia de invierno da aliento para proyectar la temporada de verano y un comienzo de recuperación del sector gastronómico”, expresó Martín García, creador y brewmaster de la cervecería Manush.Si bien el invierno todavía tiene casi 60 días por delante, el resumen del mes más fuerte en cantidad de visitantes resulta atípico. La falta de nevadas no solo afecta la temporada de esquí: esta semana se declaró la emergencia hídrica en Río Negro y Neuquén. En lo que va del año, los registros de lluvias cayeron casi un 50%. Y se espera que el cambio climático profundice la falta de precipitaciones y nevadas en los próximos años.

Fuente: La Nación

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Hace dos años Gemma (no es su nombre real) tuvo relaciones sexuales con un hombre que se quitó el preservativo en medio del acto sexual sin su conocimiento o consentimiento. “No sabía nada sobre el stealthing hasta que me pasó”, le dijo a BBC Newsbeat.“Fue sólo después que me di cuenta de lo que había hecho y me sentí muy molesta y preocupada. Tomé la píldora del día después, pero cuando no tuve mi período al mes siguiente, me hice una prueba de embarazo”, recordó. La prueba fue positiva y Gemma se sorprendió al descubrir que estaba embarazada.El duro testimonio de una víctima de abuso: “Pensé que la violación no era algo que les ocurriera a los hombres”“Me dijo que eran 50 euros por un aborto”“Estaba realmente enojada, sensible y confundida. Le envié un mensaje de texto al chico, pero a él no le pareció que era un gran problema y me dijo que ‘solo costaba uno 50 euros abortar’, pero cambió mucho mi vida. Al final, decidí terminar el embarazo, pero fue una decisión muy difícil de tomar. Me castigué mucho porque quería un bebé, pero sabía que no eran las circunstancias adecuadas”, expresó.El tema del stealthing se explora en la serie de BBC One “I May Destroy You”Gemma informó de su experiencia a la policía, pero el caso no fue más allá. “Fui a verlos cuando me di cuenta de que era una violación y porque quedé embarazada”, recordó. Además, explicó que la policía habló con el hombre, pero le dijeron que no había pruebas suficientes porque era “mi palabra contra la suya, y él negó todo”.“Estamos hablando de violación”Una portavoz de la organización benéfica Rape Crisis dice que el stealthing es algo de lo que se escucha “cada vez más”. “Siempre es difícil saber si es porque está sucediendo más o porque la gente es más consciente de ello y está dispuesta a sacarlo a la luz”, señaló Katie Russell. También cree que el término “stealthing” no ayuda mucho.“Es un término relativamente nuevo, y de alguna manera es útil tener una palabra para que la gente sepa lo que es, pero por otro lado puede ser un poco engañoso. Lo desinfecta y minimiza, porque en última instancia de lo que estamos hablando es de violación”, advirtió.El gran avance que puede “transformar todo lo que sabemos del funcionamiento de la vida”“Tenemos que ser muy claros que esto es una extracción no consensuada del condón, y no es algo que sea un poco descarado o travieso para intentar salirse con la suya; esto es algo serio que puede tener impactos realmente dañinos para toda la vida y la salud de otra persona”, completó.Actualmente, no hay cifras disponibles de Rape Crisis o de la policía sobre el número de incidentes de stealthing, dado que están registrados como violación. Un portavoz del Consejo de Jefes de Policía Nacional remarcó la importancia que se le da a la denuncia. “Siempre alentamos a la gente a denunciarlo”, destacó.Otra mujer que se animó a dar su testimonio es Edem Barbara Ntumy. “Estaba saliendo con alguien ocasionalmente y cuando estábamos teniendo relaciones sexuales, se quitó el preservativo sin mi permiso. Lo confronté al respecto en ese momento, pero lo negó y se puso muy agresivo, así que decidí dejar de hablar con él”, le contó a BBC Newsbeat.Edem dice que no denunció su incidente porque le preocupaba cuánto tiempo llevaría una investigación“No lo denuncié porque no pensé que obtendría el resultado que quería. Sabía muy bien que los casos de violación tardan mucho en ser investigados y todos sus dispositivos están confiscados y puede llevar mucho tiempo resolverlos. Era algo por lo que no quería pasar”, recordó.En los últimos cinco años, los casos de violación denunciados a la policía aumentaron, pero el número de personas que llegan a los tribunales se redujo a más de la mitad.En un comunicado, el Servicio de Fiscalía de la Corona le dijo a Newsbeat: “Estamos decididos a aumentar el número de casos de violación que llegan a los tribunales. Muy pocas víctimas reciben justicia y estamos trabajando duro para cambiar eso”. Edem trabaja ahora en salud sexual y le gustaría que hubiera un método para registrar incidentes que no involucre al sistema de justicia penal.“Hice las paces con eso”“Creo que sucede mucho y debería haber una forma de que las víctimas pudieran denunciarlo, sin necesariamente ir por la ruta de la participación de la policía”, indicó. “Hice las paces con eso, lo más preocupante para mí en ese momento era el riesgo de contraer una enfermedad, porque no estábamos en una relación fija”, añadió.Covid en Brasil: por qué los pueblos gobernados por mujeres registraron un 43% menos de muertesPor último, Edem reconoció: “Me enojó porque si estás teniendo algo fortuito es muy importante respetar los límites y estar seguro, especialmente si tienes sexo con varias personas”.Kate Parker es abogada y directora del Proyecto de Consentimiento Escolar, que enseña a los jóvenes sobre el tema, y dice que mucha gente se sorprende mucho al saber que el stealthing equivale a una violación para la ley.Kate Parker, del Schools Consent Project, dice que es “fundamental” que los niños aprendan sobre el consentimiento en la escuela“Es porque, en un caso de stealthing, alguien claramente sólo aceptó tener relaciones sexuales con el uso de condón, por lo que si te quitas el preservativo no es algo a lo que hayan dado su consentimiento, y eso lo convierte en una ofensa”, precisó. Además, señaló que su programa promueve una conversación más amplia sobre el respeto de los límites y cree que el consentimiento debe estar en el plan de estudios.“Por el momento, la educación sobre el sexo y las relaciones se enseña en todas las escuelas, pero el consentimiento es un módulo opcional, lo que significa que algunas escuelas evitan enseñarlo todo junto. Es tan fundamental para la educación sexual que, en mi opinión, a los jóvenes no se les enseña adecuadamente sin ella”, advirtió.“El stealthing puede arruinar vidas”Para Gemma, el impacto en su vida fue devastador y también le gustaría recibir más educación sobre el tema. “Tuve que mudarme de casa porque estar en mi apartamento me recordaba lo que pasó y necesité terapia para superarlo. El stealthing puede arruinar la vida de las personas y debemos educar a la gente al respecto”, completó su testimonio.

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LONDRES (AP) — La esposa del primer ministro británico Boris Johnson anunció el sábado que está embarazada de nuevo, con el que la pareja espera que sea su segundo hijo.Carrie Johnson anunció el embarazo en un mensaje en Instagram en el que reveló además que otro embarazo se malogró a inicios de este año.“Al inicio del año tuve un aborto espontáneo, lo que me dejo muy triste”, dijo. “Me siento increíblemente afortunada de estar embarazada de nuevo, pero me siento como un saco de nervios”.Carrie Johnson dijo que esperaba tener su bebé para la Navidad.La exactivista ambiental de 33 años y exdirectora de prensa del Partido Conservador dijo que quería compartir la noticia sobre su pérdida para ayudar a otros.“Los problemas de fertilidad pueden ser muy duros para mucha gente, particularmente cuando en redes como Instagram puede parecer que todo anda bien”, dijo. “Yo encuentro un verdadero consuelo en escuchar de personas que han experimentado una pérdida tambié, así que espero que compartir esto ayude de alguna forma a otros”.Los Johnson se casaron en mayo en una ceremonia católica privada en la Catedral de Westminster en Londres. Su primer hijo, Wilfred, nació en abril de 2020.El premier tuvo cuatro hijos con su segunda esposa, Marina Wheeler y tuvo al menos otro fuera del matrimonio.El bebé será el cuarto nacido de un primer ministro británico en funciones este siglo. Las esposas de Tony Blair y David Cameron también dieron a luz cuando sus esposos estaban en el puesto.

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WASHINGTON (AP) — El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, prometió que no perderá tiempo en la implementación de las nuevas pautas de vacunación y pruebas diagnósticas de coronavirus, pero los funcionarios del Pentágono buscan ahora cómo aplicar los cambios en la vasta población militar y definir cuáles unidades de la Guardia Nacional y la Reserva se verán afectadas por las órdenes.El Pentágono tiene ahora dos misiones separadas relacionadas con el anuncio del presidente Joe Biden del jueves, que busca aumentar la vacunación en la fuerza laboral federal.El Departamento de Defensa debe desarrollar planes para hacer la vacuna obligatoria para los miembros de las fuerzas armadas y establecer nuevos requerimientos para los empleados federales, que tendrán que demonstrar vacunación o enfrentar pruebas frecuentes y restricciones de viajes.Austin dijo el viernes que el Pentágono actuará con presteza, pero añadió que no puede pronosticar cuánto tiempo va a tomar. Dijo que planea consultar con profesionales médicos y líderes de los servicios militares.Cualquier plan para hacer obligatorias las vacunaciones requerirá una excepción firmada por Biden, porque la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) no ha dado aún su aprobación final y formal a las vacunas existentes.De acuerdo con la ley federal, sólo el presidente puede hacer excepcional el requisito de ofrecer a las personas la opción de aceptar o rechazar el uso de una vacuna para uso de emergencia y “sólo si el presidente determina por escrito que el cumplimiento de dicho requisito va en contra del interés de la seguridad nacional”.Hacer obligatorias las vacunas antes de una aprobación por parte de la FDA casi seguramente desatará protestas de los opositores a las vacunaciones e involucraría a las fuerzas armadas en un debate político sobre lo que se ha vuelto un asunto sumamente polarizante en el país.Sin embargo, los comandantes militares han pasado trabajos para separar a los reclutas vacunados de los no vacunados en las etapas iniciales de los entrenamientos básicos para poder prevenir infecciones. Así que, para algunos, un mandato presidencial podría hacer menos complicados los entrenamientos y el albergue de las tropas.Los miembros de los servicios militares ya tienen requerido recibir hasta 17 vacunas diferentes, dependiendo de dónde están basados en el mundo. Algunas de las vacunas son específicas para ciertas regiones. Las autoridades militares han dicho que el ritmo de las vacunaciones ha estado aumentado entre sus filas, con algunas unidades consiguiendo la vacunación de casi 100% de sus miembros.De acuerdo con el Pentágono, más de 1 millón de miembros de los servicios están plenamente vacunados y 233.000 han recibido una dosis. Existen 3 millones de soldados en servicio activo, de la Guardia Nacional y la Reserva.Un mandato presidencial de vacunación obligatoria crearía la interrogante de si las fuerzas armadas pueden dar de baja a quienes se nieguen a inyectarse.Los funcionarios de la Guardia Nacional dijeron que la orientación inicial indica que los efectivos de la Guardia que inicialmente rechacen la vacuna una vez que sea obligatoria recibirán asesoramiento del personal médico. Si siguen negándose, se les ordenará que la tomen, y el incumplimiento de esa orden podría dar lugar a medidas administrativas o punitivas.El viernes, funcionarios de la Guardia Nacional dijeron que los líderes seguían trabajando en recomendaciones legales sobre cuáles soldados estarán afectados por las nuevas directrices. Los funcionarios dijeron que parece que el grueso de la Guardia tendrá que vacunarse finalmente, cuando sea obligatorio.Los soldados de la Guardia en servicio federal activo recibirían la vacuna en sus unidades donde estuvieran desplegados y otros la recibirían cuando se reporten a sus ejercicios mensuales o los entrenamientos anuales. El sistema, de acuerdo con los funcionarios, sería similar a cualquier otro requerimiento de vacunas.Los soldados de la Guardia Nacional en servicio estatal no estarían sujetos inicialmente al requerimiento porque están sujetos a las leyes de los estados, pero una vez que regresen para sus ejercicios mensuales, la orden será aplicable a ellos. Los funcionarios hablaron a condición de preservar el anonimato porque aún se están finalizando los procedimientos.Aunque el número de muertes por COVID-19 entre los militares sigue siendo bajo —atribuido mayormente a la edad y salud de la fuerza—, los casos de infección de coronavirus han estado subiendo.Hasta la semana que acaba de concluir, ha habido más de 208.000 casos de COVID-19 entre los miembros de las fuerzas armadas. De esos, más de 1.800 han sido hospitalizados y 28 han muerto.A inicios del año, los números de casos y hospitalizaciones habían estado subiendo en cantidades relativamente pequeñas y constantes. El número de muertos se estancó en 26 durante más de dos meses y medio. En semanas recientes, los números se dispararon. La cifra de casos aumentó en más de 3.000 la última semana y las de hospitalizaciones en 36. Dos marineros murieron.

Fuente: La Nación

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No caben dudas de que 100 argentinos dicen (eltrece) es uno de los programas del momento. Con la conducción de Darío Barassi y las intervenciones de algunos miembros de su equipo, el ciclo de entretenimiento logró convertirse en el elegido por la amplia mayoría de los televidentes. Ahora, la productora que se hizo conocida como “La Colo” compartió un video en el que revela cómo es el detrás de escena del programa y logró sorprender a Barassi. “Creé un monstruo”, señaló el conductor.Quién es “La Colo”, la productora a la que Barassi le busca pareja en vivo y que actuó en una película de NetflixAunque el ciclo de entretenimiento se muestra transparente respecto de lo que pasa entre los integrantes de su equipo técnico, ahora, la nueva productora estrella de 100 argentinos dicen reveló algunos secretos del backstage. En un breve video que se publicó en las redes de eltrece, “La Colo” y Barassi mostraron la gran complicidad que existe entre los compañeros de trabajo. “¿Quieren ver todo lo que pasa antes de que empiece el programa?”, expresó la productora en el comienzo del video. Con un pequeño gesto con la mano, invitó a los seguidores del ciclo a seguirla por los estudios. A lo largo del material, se pueden ver las indicaciones de la producción, la prueba de los pulsadores, la llegada de los participantes y el chequeo de los guiones. Sin embargo, uno de los momentos más divertidos del video se da cuando la productora recibe a Barassi en el estudio.Jey Mammon se indignó con una confesión de Natalie Pérez en su programa: “Sáquenla a esta piba”“¿Es un momento de “La Colo” esto? ¿Soy un extra? ¿Por qué tiene un momento “La Colo” en redes?”, indaga el conductor, en tono humorístico. “Me siento mal porque creé un monstruo”, agrega. Hacia el final del video se pueden ver otros divertidos momentos de la producción. Entre otros momentos de gran complicidad, “La Colo” aparece bailando junto al conductor fuera de la cámara.

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Los faraones egipcios la ofrecían a los dioses y los cocineros de la Edad Media la incluían en los menúes de palacio. Presente también en mesas más modestas de todos los tiempos, la versatilidad de la cebolla en la cocina es quizás uno de sus valores más destacables. La época de cosecha y su temporada de protagonismo ya empezó en las huertas argentinas (se inicia en agosto, aproximadamente), por eso te acercamos dos propuestas sanas, ricas y sencillas de Pía Fendrik. Una salada y otra dulce, para sacar a la cebolla de su tradicional rol en la ensalada y llevarla a la mesa en nuevas preparaciones.Cultivar sin tierra: tres experiencias para hacer con los chicos en casaPizza de cebolla y salviaPara 6 porcionesExquisita pizza de cebolla y salvia. Si se agrega vino tinto y aceto a las cebollas, el resultado es una pizza gourmet. (Archivo Revista Jardín/)Ingredientes500 g de harina; 15 g de levadura; 1 pocillo de aceite de oliva; 10 g de sal; 350 cc de agua; 3 cebollas; 200 g de queso mozzarella; 100 g de panceta ahumada en láminas; 1 cdita. de salvia.PreparaciónCortar las cebollas en pluma y saltear.Hacer una corona con la harina y la sal. En el centro, colocar la levadura, el agua de a poco y el aceite.Integrar y amasar hasta obtener una masa lisa y suave. Dejar descansar tapada durante 30 minutos.Dividir la masa en 6 porciones, amasar y estirar en forma de pizza.Llevar al horno hasta que esté apenas dorada.Agregar el queso y las cebollas, llevar al horno nuevamente hasta que el queso esté derretido y la masa bien dorada.Agregar la panceta dorada, pimienta y la salvia.Confitura de cebollasRinde 4 frascosConfitura de cebollas, una preparación dulce ideal para agregar a los sandwiches. (Archivo Revista Jardín/)Ingredientes 6 cebollas; 4 cdas. de aceite de oliva; 2 tazas de azúcar; 1/2 litro de vino tinto; 4 cdas. de aceto; 1 cda. de sal; 1 cdita. de pimienta.PreparaciónCortar las cebollas en juliana y saltear en una cacerola con aceite de oliva y sal hasta que estén apenas doradas.Agregar el vino, la pimienta, el azúcar y el aceto, y cocinar durante 30 minutos o hasta que el líquido se evapore.

Fuente: La Nación

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La campaña de vacunación contra el coronavirus registra en la Argentina al 30 de Julio un total de 31.877.998 dosis administradas, de las cuales 24.966.105 corresponden a la primera aplicación, mientras que 6.911.893 completaron la dosificación.Las provincias con mayor cantidad de dosis aplicadas son Buenos Aires con 12.111.983, Córdoba con 2.747.259 y CABA con 2.735.257.Sin embargo, si se considera el porcentaje de personas vacunadas contra el COVID respecto de la población total de cada distrito, el ranking es encabezado por CABA con 88,93, seguida por La Pampa con 83,84 y, en tercer lugar, San Luis con 81,95.En cuanto al porcentaje de habitantes vacunados con las dos dosis, el listado es liderado por La Pampa con 23,56, seguida por CABA con 22,21 y, en tercer lugar, San Luis con 22,11.• ¿Cuántos son los vacunados contra el coronavirus en el mundo?Las vacunas desarrolladas por laboratorios y centros de investigación en distintos países constituyen un recurso escaso en todo el mundo. Por esta razón, los protocolos sanitarios apuntan a priorizar y distribuir las vacunas contra el coronavirus de acuerdo a grupos de riesgo.Por el momento, en la Argentina se están aplicando dos vacunas contra el coronavirus: Sinopharm/Beijing, producida en China y la Sputnik V, desarrollada en Rusia.Coronavirus hoy: cantidad de casos y fallecidosEl 31 de julio se reportaron 13483 nuevos casos, 473 fallecidos y 13645 pacientes recuperados. Estas cifras son difundidas diariamente por el Ministerio de Salud.Desde el comienzo de la pandemia, se registraron en el país 4.919.408 casos de infectados, 105.586 de muertos y 4.557.037 de recuperados. Según lo informado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).Las provincias o distritos con mayor número de casos son: Buenos Aires con 1.971.973 casos, CABA con 490.894 casos y Córdoba con 467.296 casos. Pero si se los distribuye por cantidad de infectados por cada cien mil habitantes, el ránking es encabezado por: Tierra del Fuego con 17.960 casos, La Pampa con 17.094 casos y Neuquén con 16.162 casos.

Fuente: La Nación

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