Como ya se dijo en numerosas ocasiones, si La Voz Argentina es lo que es, se debe mucho a la presencia de Lali Espósito. La cantante y actriz (con Ricardo Montaner pisándole los talones) le aporta una frescura al concurso, y en todo momento tiene la salida justa para romper la monotonía del concurso.Victoria Rengel y Patricio Mai, integrantes del “Team Soledad”, acababan de terminar una versión imperfecta de “Take On Me” cuando el conductor se acercó entusiasmado a felicitarlos: “Bueno, vamos a ver las devoluciones para el ‘Team Montaner’… ah, no”.El error no habría sido tan grave si en las paredes del programa no hubiera colocados tres carteles gigantes de luces que, en este caso, decían “Team Soledad”.Marley, acostumbrado a reírse de sí mismo, lanzó una carcajada, mientras el jurado se dedicó a burlarse de su equívoco: “Tres carteles Marley, hay tres carteles. Como en la película ‘tres empanadas’”, le repetía con sorna Lali. Quien no contenta con la ocurrencia redobló la apuesta, mirando a cámara y, por suerte sin terminar la frase: “Ahí lo tenés al pelotu..”. Las risas continuaron, y ya se habían extendido al los participantes, a los técnicos y a todos los presentes en el estudio. “Te amo, Marley”, aclaró Lali segundos después para que quedara claro que no se trató de un tema personal.Por suerte la cosa no siguió, y en el duelo (o batalla) La Sole se decantó por Patricio Mai, dejando fuera de juego a Victoria, la venezolana que a puro talento y personalidad se mereció, no solo llegar hasta ahí sino también continuar. Cosa que lamentablemente no ocurrió.

Fuente: La Nación

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Biciclete, aules, mascarille, colective, viruse… El periodista Luis Novaresio se dedicó durante toda la entrevista con la secretaria general del Sindicato de Docentes Privados de la Ciudad de Buenos Aires, Alejandra López, a ridiculizar el uso del lenguaje inclusivo.Si bien llamó a la gremialista para conocer su postura sobre la vuelta de la presencialidad en las aulas, fue muy poco lo que la dirigente se pudo explayar. “Lo que planteamos nosotres y muchos otros gremios es que en realidad el jefe de Gobierno deja de lado la presencialidad administrada y cuidada. Sostenemos que no puede haber una vuelta todes juntes, no respetando las resoluciones emanadas del Consejo Federal de Educación”, dijo. Y habló de “negacionismo sanitario”, de la “falta de condiciones para la presencialidad plena” y de una “especulación muy fuertemente electoral”.Entonces, Novaresio la cortó. “La escucho con mucha atención, y hay una cuestión de fondo que quiero tratar, y otra de forma, que tiene que ver con que en un momento me dice todes, después todos, mascarilla y no mascarille. Después lo vemos el tema este”, marcó, visiblemente molesto, el conductor de Novaresio 910, por Radio La Red.Carla Vizzotti anunció que este lunes estará listo el primer millón de segundas dosis de Sputnik VCuando López intentó tomar nuevamente la palabra, la interrumpió –algo que hizo durante varios tramos de la conversación- y empezó a usar de modo irónico el inclusivo, aplicándolo a personas, cargos, objetos. “Ustedes no protestaron ningunes -empezó a decir, con fuerte énfasis en la e- porque no había clases presenciales”. Cuando ella tomó la palabra para responder la interrumpió: “¿Pero pidieron volver a las aules?”. Novaresio se preocupaba por sumar la e y remarcar su uso.“¿Usted sabe, Alejandra, que el 70 por ciento de los alumnes no va en colective sino que va caminando o en biciclete?, enumeró el periodista, quien luego se refirió al ministro de Educación, Nicolás Trotta, como “ministre”, y al presidente Alberto Fernández como “presidenti”.Durante la conversación daba la sensación de que, más que las respuestas de su entrevistada, estaba atento a sumar sus réplicas con lenguaje inclusivo. “Criterie”, “visure”, “ustedis”, “epidemiólogues”, agregaba.Con Frederic y Scioli fuera de carrera por la sucesión de Rossi, asoma un nuevo candidatoSobre el final de la entrevista, Novaresio hizo un apunte sobre el tema. “Pensar que el lenguaje inclusivo, como un modo cool, primero, no se sostiene; y termina siendo ridícule”, dijo. A lo que López le retrucó, después de haber dejado pasar todas las demás referencias irónicas del conductor: “Muy lejos de cool, usted para hablar del lenguaje inclusivo, con mucho respeto le digo, debería conocer mucho más la realidad de las aulas, debería conocer… “, decía, cuando el periodista la interrumpió.Luego de un ida y vuelta tirante, la docente aclaró que para ella el lenguaje inclusivo es todo un aprendizaje. “¿Sabe por qué uso la “e”? Porque mis alumnos de primer año me lo plantearon muy fuertemente. Este es un proceso de transición del hacer mío y como docente”, dijo. Y agregó que el tema se dialoga en las aulas y en reuniones y, cuando se consensúa usarlo, se usa.“Está perfecte”, acotaba el conductor, “Debates ridícules”, “operación básique”, seguía sumando términos. “Le agradezco mucho la charle. Le mando un salude”, se despidió, nombrándola como “Secretarie Generale del Sindicate Argentina de Docentes Privades”.

Fuente: La Nación

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DETROIT (AP) — Miguel Cabrera conectó el jonrón número 498 de su carrera y los Tigres de Detroit se impusieron por 4-2 el martes a los Medias Rojas de Boston.El venezolano agregó un sencillo, con lo que llegó a 2.944 hits en su carrera para superar a Frank Robinson en el 36to puesto de todos los tiempos.Los Medias Rojas han perdido cinco juegos seguidos, su peor racha en lo que va de la temporada, e iniciaron con foja de 0-4 una gira de 10 juegos de visita.El abridor dominicano de los Tigres Willy Peralta permitió dos carreras en seis hits a lo largo de 4 2/3 entradas, mientras que cinco relevistas se combinaron para blanquear a los Medias Rojas en las 4 1/3 entradas finales.Gregory Soto lanzó la novena. El dominicano se acrditó su 12mo salvamento en 13 intentos.Garrett Richards (6-7) se llevó la derrota, permitiendo tres carreras en cinco hits, con dos boletos en poco más de 4 entradas.Los Medias Rojas pusieron al cerrador Matt Barnes en la lista de COVID-19 después de que presentó síntomas del virus el martes, pero el mánager boricua Alex Cora indicó antes del encuentro que Barnes dio negativo por coronavirus, por lo que se espera que regrese el miércoles.Por los Medias Rojas, los dominicanos Rafael Devers de 5-0, Franchy Cordero de 3-1. El mexicano Alex Verdugo de 4-0. El venezolano Marwin González de 4-0. El puertorriqueño Christian Vázquez de 4-2.Por los Tigres, los venezolanos Cabrera de 4-2 con una anotada y una remolcada, Harold Castro de 2-0 con una empujada. Los dominicanos Jeimer Candelario de 3-0, Willi Castro de 3-0.

Fuente: La Nación

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SAITAMA, Japón (AP) — Ana Dabovic anotó nueve de sus 13 unidades en el cuarto periodo para ayudar a Serbia a venir de atrás y derrotar el miércoles 77-70 a China y ubicarse en las semifinales del torneo olímpico por segunda edición consecutiva.Las serbias (3-1) se enfrentarán a Estados Unidos o a Australia en las semifinales del viernes, en un intento por mejorar el bronce que ganaron en 2016.Al silbatazo final, se reunieron en un circulo sobre la cancha y bailaron antes de abrazarse para festejar su victoria, en la que borraron una desventaja de nueve unidades. Dabovic ayudó a impulsar la remontada con un triple desde cerca del logo de media cancha, mientras Serbia tomaba ímpetu con una ofensiva de 12-0 para iniciar el cuarto periodo.China (3-1) avanzó invicta la fase de grupos y llegó al cuarto final con ventaja de 58-49. Con Yao Ming sentado en el banquillo, las chinas no alcanzaron las semifinales por primera vez desde 2008.La bandeja de Han Xu empató el marcador a 70 con 2:13 por jugar. Vasic encestó dos tiros libres a 1:53 por jugar, para llegar a nueve puntos consecutivos y darle a Serbia ventaja definitiva.Jelena Brooks encabezó a Serbia con 18 unidades., Vasic finalizó con 16 tantos, nueve de ellos en cuarto periodo, y descolgó 10 rebotes.Shao Ting anotó 17 tantos para encabezar a China. Han añadió 15 y Li Yueru aportó 12.Serbia terminó el primer cuarto con ventaja de 16-14. Brooks anotó 12 puntos en el segundo periodo para ayudar a Serbia a irse al frente 35-33 al medio tiempo. China encestó 10 de 11 tiros libres en el tercer periodo y gozó de su margen más amplio, 58-49, luego de tres cuartos.

Fuente: La Nación

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SAN LUIS (AP) — Freddie Freeman y los Bravos de Atlanta vapulearon a Jon Lester en su primera apertura por los Cardenales de San Luis, al anotar cinco veces en el inning inicial, para enfilarse el martes a un triunfo por 6-1.Lester (3-6), de 37 años y adquirido a Washington la semana anterior, permitió que sus primeros siete enemigos se embasaran, y no consiguió un out sino hasta su 27mo lanzamiento.Jorge Soler, quien llegó desde Kansas City en un trueque por Kasey Kalich la semana pasada, bateó un jonrón de dos carreras para inaugurar la pizarra. Fue el primer cuadrangular del cubano con los Bravos y su 14to de la temporada.Freeman y Austin Riley vinieron a continuación con sencillos, antes de que Dansby Swanson y Joc Pederson añadieran hits productores.En el segundo capítulo, Freeman sacudió su 24to jonrón de la temporada, también frente a Lester, quien admitió nueve inatrapables y seis carreras a lo largo de cinco actos.Max Fried resolvió seis episodios en blanco por los Bravos, quienes han ganado siete de sus últimos ocho juegos en San Luis. Fried (8-7) recibió únicamente cuatro incogibles en seis innings y no permitió que un solo corredor pasara de la intermedia.Ponchó a siete adversarios y caminó a uno.Por los Bravos, el cubano Soler de 4-1 con una anotada y dos impulsadas.Por los Cardenales, el puertorriqueño Yadier Molina de 4-2 con una empujada. El panameño Edmundo Sosa de 3-0. El venezolano José Rondón de 1-1.

Fuente: La Nación

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NUEVA YORK (AP) — Luis Gil resolvió seis innings en blanco al debutar dentro de las mayores, Giancarlo Stanton aportó un jonrón y cuatro empujadas, y los Yanquis de Nueva York vapulearon el martes 13-1 a los Orioles de Baltimore.Gil (1-0) abrió el encuentro en lugar del astro Gerrit Cole, quien ingresó a la lista de los lesionados tras dar positivo de COVID-19 el lunes.El dominicano de 23 años causó una buena impresión en su debut. Toleró apenas cuatro sencillos, recetó seis ponches y regaló sólo una base por bolas.Tras admitir un par de hits con dos outs en el cuarto acto, Gil obligó a que DJ Stewart bateara un elevado. El quisqueyano, quien tuvo un récord de 4-1 durante 15 aperturas combinadas en la Doble A y la Triple A, retiró a sus tres adversarios del quinto acto y luego dejó inmóvil a Austin Hays mediante un slider a la esquina de afuera, poniendo fin al sexto capítulo, cuando había dos corredores a bordo.Gil fue apenas el octavo lanzador de los Yanquis que ha laborado seis innings o más en blanco al debutar en las mayores. Los anteriores fueron Slow Joe Doyle (1906), King Brockett (1907), Tacks Neuer (1907), Pete Wilson (1908), Russ Van Atta (1933), Vito Tamulis (1934) y Sam Militelo (1992).El pitcher derrotado fue Alexander Wells (1-2).Por los Orioles, el mexicano Ramón Urías de 3-1. El venezolano Anthony Santander de 2-1. Los dominicanos Pedro Severino de 4-0, Maikel Franco de 3-1.Por los Yanquis, el dominicano Gary Sánchez de 4-2 con una anotada y una producida. Los venezolanos Gleyber Torres de 3-2 con una anotada y dos impulsadas, Rougned Odor de 4-1 con una anotada.

Fuente: La Nación

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ST. PETERSBURG, Florida, EE.UU. (AP) — Yusei Kikuchi cubrió seis entradas con calidad, Abraham Toro y Jarred Kelenic conectaron sendos jonrones y los Marineros de Seattle superaron el martes por 4-2 a los Rays de Tampa Bay.Kikuchi (7-6) permitió dos carreras y seis hits. El zurdo tenía foja de 0-3 en sus cuatro aperturas anteriores.El dominicano Diego Castillo, el tercer relevista de los Marineros, trabajó la novena entrada para conseguir su primer salvamento con Seattle y el 15to de su carrera. El derecho llegó proveniente de Tampa Bay el jueves.Seattle ha ganado los primeros dos encuentros de la serie de tres partidos y tiene marca de 6-0 esta temporada ante los campeones defensores de la Liga Americana.El cubano Randy Arozarena conectó un cuadrangular por los Rays.Después de que Cal Raleigh pegó un elevado de sacrificio en la segunda entrada, Toro y Kelenic dispararon vuelacercas solitarios en la cuarta frente a Luis Patiño (2-3), lo cual dio la ventaja 3-1 a los Marineros.Toro suma cuadrangulares y se ha embasado en siete juegos consecutivos desde que lo adquirieron proveniente de Houston el 27 de julio.Por los Marineros, no batearon latinoamericanos.Por los Rays, los cubanos Arozarena de 4-3 con una anotada y una producida, Yandy Díaz de 4-0. Los dominicanos Wander Franco de 4-1, Nelson Cruz de 4-0, Manuel Margot de 3-1, Francisco Mejía de 1-0.

Fuente: La Nación

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Y un día Luis Scola se convirtió en leyenda y llenó de emoción al deporte argentino en los Juegos Olímpicos Tokio 2020. Luego de la derrota frente a Australia (97-59) en los cuartos de final, el jugador más importante de la historia del seleccionado argentino confirmó su retiro del equipo. Scola dejó la cancha a falta de 51,4 segundos aplaudido de pie durante cerca de un minuto por compañeros y rivales. Y fue aclamado durante el resto del día en las redes sociales, incluidas varias celebridades.Una de ellos fue el ex presidente de la Nación Mauricio Macri. “Scola merece todas las ovaciones. Más allá de ser una leyenda del básquet y de sus logros, mostró con su ejemplo el valor de la dedicación, del trabajo en equipo, la búsqueda de la excelencia y lo que significa defender los colores argentinos en todo el mundo. Un grande @Lscola4”, destacó en Twitter el ex mandatario.Scola merece todas las ovaciones. Más allá de ser una leyenda del básquet y de sus logros, mostró con su ejemplo el valor de la dedicación, del trabajo en equipo, la búsqueda de la excelencia y lo que significa defender los colores argentinos en todo el mundo. Un grande @Lscola4 pic.twitter.com/yirhXbq2Dy— Mauricio Macri (@mauriciomacri) August 3, 2021En julio de 2016, en el Cenard, el entonces presidente de la Nación entregó la bandera argentina a Scola, que era el abanderado de la delegación olímpica para Río de Janeiro 2016. Y en 2019 llamó por teléfono al capitán para decirle que sentía “mucho orgullo” por el segundo puesto en el Mundial de China. Después de ese torneo, Macri invitó al entrenador Sergio Hernández y al pivote Marcos Delía, que asistieron a la Casa de Gobierno.Macri se encuentra en Suiza, impedido de volver al país por el momento, y su tuit fue publicado a las 20.59 de la Argentina. El mensaje público del ex presidente se suma a los de Lionel Messi, Gabriela Sabatini, Emanuel Ginóbili, FIBA y muchos otros que recibió el ex capitán. “Tu impresionante carrera te convirtió en un gran referente del deporte argentino y de todo el mundo”, publicó Messi, a quien Scola admira notablemente y por quien se alegró mucho cuando el rosarino conquistó la Copa América el mes pasado. Ambos referentes del deporte argentino compartieron la delegación olímpica en Pekín 2008, cuando el seleccionado de fútbol obtuvo la medalla dorada y el de básquetbol, la de bronce.Admiración mutua: Luis Scola, entonces en Indiana Pacers, saluda a Lionel Messi antes del partido de NBA frente a Washington Wizards, el 25 de marzo de 2015. (Ned Dishman/)

Fuente: La Nación

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“Nunca va a fracasar la democracia”, dijo el lunes el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, al defender el desastroso referéndum sobre el enjuiciamiento de ex presidentes y anunciar que ahora planea otro sobre la revocatoria de su mandato. El domingo apenas votó el 7 por ciento de los mexicanos. Para que el resultado fuera vinculante se requería un piso del 40 por ciento. López Obrador, que ni siquiera estuvo entre los que se molestaron en ir a votar, habló de un “triunfo”. El voto mayoritario de la minoría participante resultó a favor del sí oficialista, es cierto, pero que el presidente celebre la democracia participativa después de un ausentismo del 93 por ciento parece un chiste.¿Cómo es posible? Sucede que los populismos son triunfalistas de alma, y sobre todo cuando tropiezan con una piedra. No habilitar jamás la posibilidad siquiera de mencionar la derrota es una autoexigencia que sólo puede ser cumplida por dos vías: ganar siempre como sea, o perder y cantar victoria sin mosquearse. A 39 días de las PASO y 102 de las generales es obvio que el tema de la digestión de resultados electorales –ganar o perder, está visto, no es patrimonio exclusivo de la aritmética- nos atañe en forma acuciante.Ganar siempre como sea fue lo que hizo Perón. Perón nunca en su vida perdió una elección, algo que el peronismo atribuye de manera exclusiva a una conjunción de dotes políticas con popularidad impar. Pero las cosas fueron un poco más complejas. Para asegurarse su continuidad, en 1951 (cuando conseguiría la mejor marca electoral de la historia) Perón alteró a su favor, de a una, todas las reglas de juego.Por ejemplo, entre gallos y medianoche impuso el sistema uninominal por circunscripción con la intención de acentuar la hegemonía de diputados oficialistas y encoger las bancadas opositoras. Desde ya que en las elecciones de noviembre del 51 no fue fraude lo que hubo. La gente emitió su voto en secreto, sin coerción, y el recuento fue honesto. Sin embargo, ya había sucedido todo. No solo Perón había hecho dos años antes una Constitución a su medida. Persiguió a los opositores, potenció el desacato, restringió los actos públicos, hasta escamoteó los altoparlantes, por entonces fundamentales. El principal candidato opositor, Ricardo Balbín, rara vez completaba un acto proselitista sin ser interrumpido por la policía o por matones mancomunados con ella. Sobre todo, el régimen les negó a los políticos de la oposición, hubiera o no campaña, el acceso a los medios, a la mayoría de los cuales controlaba. De modo que el ciudadano común se vio obligado a consumir toneladas de propaganda oficial sin demasiadas opciones. Detalle menos recordado, una ley había impedido la formación de coaliciones: partido que no presentaba candidato propio, partido que perdía el reconocimiento.Perón modificó las reglas del juego electoral (Juan Mabromata/)No sean gorilas, dirán los peronistas; si Perón no se hubiera adueñado del Estado y del sistema político igual ganaba la reelección porque era imbatible, todo el pueblo lo apoyaba (bueno, no es muy probable que los peronistas admitan usurpación institucional, pero se trata de un ejercicio dialéctico; cuando se habla de las elecciones de 1951 solo suelen mencionar la epopeya del voto femenino). Con esa clase de argumentos, Nixon no llegó muy lejos: “en pleno caso Watergate gané la reelección con más del 60 por ciento, ¿para qué voy a querer yo ponerle micrófonos al Partido Demócrata?”, argumentaba Nixon, palabras más palabras menos, poco antes de dejar de ser presidente de los Estados Unidos.Perón llegó a injertar en 1954 una elección que hasta institucionalmente descartaba la hipótesis de una derrota oficialista. Hizo que se votara para vicepresidente, algo no previsto, con la excusa de que ese cargo no podía estar vacante. Pero resulta que Hortensio Quijano llevaba ya dos años muerto y lo suplía el presidente provisional del Senado, Alberto Teissaire, casualmente el mismo que siguió ahí tras ser bendecido por las urnas. Nunca nadie le preguntó a Perón cómo habría gobernado de haber ganado el candidato opositor Crisólogo Larralde. En el juego argentino de acomodar las reglas a la política y no la política a las reglas, 1954 fue una cima.Aquella certidumbre de que los oficialismos corren con ventaja está acentuada en la cultura argentina por la inescrupulosidad político-administrativa de la experiencia peronista. En la década neoliberal del PJ, Menem, el primer discípulo del general que llegó al poder, también ganó todas las elecciones (incluida, desde luego, su propia elección constituyente en pos de la permanencia), hasta que perdió las de 1997, primera derrota electoral peronista desde 1985. Esas legislativas de 1997 fueron una excepción, porque la Alianza, flamante coalición opositora que en ellas haría pie para alcanzar la Casa Rosada, arrasó en Capital, ganó la provincia de Buenos Aires y obtuvo en todo el país más votos que el oficialismo, al que le hizo perder la mayoría legislativa. Demasiada contundencia para esconder el ocaso menemista: era un final de época.Las dos siguientes derrotas peronistas, en cambio, le ocurrieron a Cristina Kirchner y ambas fueron negadas. En 2009, en elecciones inútilmente adelantadas, el hoy repuesto como supermercadista Francisco de Narváez, por entonces un político nuevo -el más autofinanciado-, vencía en la provincia de Buenos Aires nada menos que a Néstor Kirchner, quien llevaba en su carrera política 22 años invicto. Kirchner encabezaba una lista rica en candidatos testimoniales. En la madrugada siguiente a los comicios renunció en forma “indeclinable” a la presidencia del Partido Justicialista. Poco después recuperó el puesto. En Capital la lista oficialista quedó cuarta y en Córdoba y en Santa Fe, tercera, mientras perdía la mismísima Santa Cruz. El peronismo sumaba sólo 31 por ciento del total de votos, lo cual conformaba la mayor derrota de un gobierno en elecciones intermedias desde 1983, exceptuado el caso particular de 2001. En Diputados cayó de 116 bancas a 96. La presidenta Cristina Kirchner dio una conferencia de prensa el día después. Se mostró indiferente, tras apropiarse, eso sí, de un victorioso Pino Solanas, que en Capital había desplazado a Lilita Carrió.Sergio Massa se volvió a Tigre. Dejó la jefatura de Gabinete en manos de Aníbal Fernández, a quien a su vez sucedió Julio Alak en Justicia, reemplazado en Aerolíneas Argentinas por Mariano Recalde. En Economía, Amado Boudou sucedió a Carlos Fernández. Diego Bossio ocupó el lugar de Boudou en el ANSES. Y en Cultura, Jorge Coscia reemplazó a José Nun. En una palabra: para responder a la derrota electoral los Kirchner resolvieron kirchnerizar más el gabinete. Hubo un diálogo político desordenado, confuso, fallido, y al año siguiente todo el tablero político se modificó a partir de un dramático cimbronazo: la muerte de Kirchner.La última elección general en el país, la de 2019 (Marcelo Aguilar/)En 2013 la cara de la derrota sería Martín Insaurralde, el candidato seleccionado por Cristina Kirchner para la provincia de Buenos Aires, y su retador estelar, Sergio Massa, por entonces furibundo antikirchnerista. No parecía fácil disimular semejante golpe: 43,92 a 32,18.“Es cierto que ha habido resultados locales muy importantes, pero el Frente para la Victoria se vuelve a consolidar”, decía, sonriente, el vicepresidente Amado Boudou. A nivel nacional el FpV obtuvo algo más de 33 por ciento, lejos del 54 por ciento de 2011 pero suficiente para conservarse como fuerza principal. No obstante, el efecto bonaerense liquidó, se sabe, cualquier ilusión de continuidad de la presidenta forzando la Constitución, tal como alguna vez pretendió Menem para sí. Cambios post electorales claro que hubo: salió Guillermo Moreno, entraron Axel Kiciloff como ministro de Economía y Jorge Capitanich como jefe de Gabinete (en lugar de Juan Manuel Abal Medina). En aquel período se hablaba de la profundización del modelo.Como se dijo muchas veces, las legislativas pueden producir resultados grises, en los que cada cual toma lo que le conviene. Ya sea la provincia de Buenos Aires, el total nacional de votos o las pérdidas y ganancias de bancas y su efecto sobre los equilibrios parlamentarios. Ese efecto nunca es demasiado brusco debido a que la traducción del humor colectivo sobre el Congreso está amortiguada (renovar la Cámara de Diputados por mitades es una rareza argentina).Hay, desde luego, una dimensión política del resultado, que en parte depende de cómo reaccionan las distintas fuerzas políticas la noche de las elecciones y al día siguiente. La experiencia demuestra que a diferencia de las elecciones ejecutivas, donde ostensiblemente uno gana y el otro pierde, en las legislativas las lágrimas pueden disolverse y hasta la musculatura del derrotado puede tonificarse.

Fuente: La Nación

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Aquí vamos de nuevo. En el Perú, el guion es el habitual: nuevos personajes, vieja historia. Abrochémonos el cinturón. Pedro Castillo usa el sombrero como Hugo Chávez usaba la gorra, Evo Morales la chompa, Fidel Castro el uniforme. Como Juan Perón se quitaba el saco y se arremangaba la camisa. ¿Significado? Simple: mi Reino no es de este mundo. O mejor dicho, mi mundo no es el de la política y sus miserias, soy como el pueblo que me “ungió”, me visto como él, como como él, hablo como él. Al ungirme, me transmitió su fe, me sacralizó. Y al pueblo, antes que a la ley, le debo obediencia. Un mesías llamado presidente.No hace falta decir que con su ineptitud y corrupción, su elitismo y sus divisiones, la clase dirigente peruana se la buscó: su harakiri es un monumento a la irresponsabilidad, un himno a la torpeza. Pero ¿quién es este bendito pueblo que a fin de cuentas dio a Castillo apenas el 19% de los votos en la primera vuelta de las elecciones? En democracia el pueblo somos todos, tanto que el presidente electo suele prometer, al sumir las funciones, que gobernará para todos, para los que lo votaron y para los que no. Acaso no sea sincero, pero es un ritual tranquilizador, una declaración de fe democrática y corrección institucional. Bueno, no parece ser esta la idea de Castillo, como tampoco lo fue de los demás personajes de la frondosa galería del populismo latinoamericano.Cualquiera que lea su discurso de inauguración se dará cuenta de que su pueblo no son los peruanos de forma indistinta. Son los “descendientes de los pueblos originarios del Perú prehispánico”, los “quechuas, aimaras y amazónicos”, los “afroperuanos” y “las minorías desposeídas del campo y la ciudad”. Se entiende y se explica, pero ¿los demás? ¿El vientre mestizo del país? ¿La clase media crecida en los últimos treinta años? ¿Serán peruanos también? ¿O acabarán en la misma bolsa de los “chetos”, los “gusanos”, los “escuálidos”? ¿De todos los “cipayos” de los que hay que deshacerse?Uno se lo pregunta, porque el mensaje de Castillo es, si se piensa para bien, un mensaje de redención, y si se lo piensa para mal y se ciñe uno a los precedentes, un anuncio de venganza. El esquema es siempre el mismo. Érase una vez un pueblo puro. Tan puro que, dice, “durante cuatro milenios y medio” nuestros antepasados habían vivido “en armonía con la rica naturaleza”. Nada menos: el Tawantinsuyu era el Jardín del Edén, la sociedad sin clases, el reino de la paz y la fraternidad. ¡De nuevo con la vieja historia del comunismo incaico! ¡Con los mitos que se burlan de la historia, la fe que devora la realidad, el inca como arquetipo del hombre nuevo!Hasta que “llegaron los hombres de Castilla” y el paraíso se vino abajo, el sueño se hizo añicos, se rompió la armonía, se impuso el pecado: donde habían reinado igualdad y justicia, nacieron la sociedad de castas y la explotación que “hasta hoy persiste”. ¿Entonces? Está escrito: Castillo es el Redentor de los humildes; su elección, el adviento. Con él se construirá el Reino “desde abajo hacia arriba”, con él resucitará “el interior del país”. El Perú rural y tradicional de la Sierra se venga así del Perú moderno y cosmopolita de la Costa, como la Bolivia indígena y andina de Morales de la Bolivia oriental y mestiza, la Venezuela de los llanos y los caudillos de Chávez de la Venezuela urbana y petrolera, la Argentina federalista y peronista del interior de la Argentina porteña y europeizada, el oriente rural e hispánico de Castro de la Cuba occidental “penetrada” por los yanquis. Un destino despiadado el de los “progresistas” latinoamericanos, ansiosos ante el nacimiento de cada nuevo líder populista: su tierra prometida está en el pasado, el progreso es reacción, la modernidad es el mal. Pobre Marx, pobre Gramsci.Competir con este relato es perder desde el principio, es pelear contra molinos de viento: quien quiere creerlos los cree; ay de explicarle a un creyente que su fe no tiene fundamento histórico, de pretender desautorizar un mito invocando la complejidad. ¿Acaso no sabemos, gracias a sólidos estudios históricos y arqueológicos, etnográficos y lingüísticos, que un abismo separa al Jesús histórico del Jesús de los Evangelios? ¿Que el Imperio Inca, como cualquier otro orden terrenal, tenía luces y sombras, fortalezas y debilidades, excelencias y horrores? No importa, no es ese el punto. Inocencia, pecado, expiación, redención, salvación forman una cadena portentosa, una escatología que alimenta a las religiones milenarias. Donde la frontera entre política y religión es evanescente, la mentalidad secular minoritaria, y el utopismo milenarista muy arraigado, el mito religioso se convierte en mito político. El populismo es esto.Irónicos y resignados, podemos a lo sumo señalar que este relato no tiene nada que ver con los incas y todo con cinco siglos de evangelización, que la “liberación” no es más que la parábola del éxodo, y la venganza del pobre contra el rico estaba ya en el sermón de la Montaña. Como Castro y Perón, Chávez y Morales, Castillo es hijo legítimo de la cristiandad hispana, cree combatirla pero en realidad lucha en su nombre contra su “enemigo eterno”, el racionalismo ilustrado y la secularización. Lo que casi desapareció en la madre patria secularizada sobrevive en las excolonias. ¿Cómo podría ser de otra manera? ¿No pasa también con la lengua, la comida, las costumbres? Como buen populista, tenderá por tanto a replicar sus rasgos, a transformar a los oprimidos de ayer en los opresores de mañana, la democracia en autoritarismo, el pluralismo en unanimismo, el estado neutral en estado ético, las libertades individuales en corporativismo, la modernización en pauperismo.O no. Inadecuado para la gran transformación que le espera al mundo después de la pandemia, Castillo podría sin quererlo arrojar una palada de tierra a la fosa del populismo, recordarnos lo que deberíamos haber aprendido hojeando el álbum de familia: que “debajo del vestido no hay nada”, que detrás del máximo de pomposidad se esconde el máximo de banalidad, que el relato bueno para conquistar el poder no sirve para gobernar. Montaña dando a luz al ratón, su programa de gobierno es una lista de sueños y promesas, buenas intenciones, obviedades, recetas gastadas. ¿Propiedad privada? Sí, pero. ¿La minería? Un poco sí y un poco no. ¿La educación? Más dinero. ¿El ambiente? Sagrado. ¿La riqueza? Distribuirla. ¿El trabajo? Gasto público, reparar carreteras. ¿Globalización? ¿Innovación tecnológica? ¿Productividad? Quién sabe. Mucha retórica, cero propuestas, mucho ruido y pocas nueces. Como si más que planear el futuro estuviera interesado en vengar el pasado. ¿Es esto lo que espera el Perú de hoy? ¿América Latina en el siglo XXI? ¿Enmendar los males del XVI? ¿O mirar hacia adelante?

Fuente: La Nación

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