El primer semestre del año transcurrió con relativa calma en el frente cambiario, al menos en comparación con lo observado en 2020. A mi juicio, esto se explica por dos razones principales: la suerte y la moderación fiscal, que fue clave para reducir la emisión monetaria.El precio de la soja FOB Argentina promedió alrededor de US$340/tonelada en la primera mitad del año pasado. Aumentó a US$430/tonelada en el segundo semestre y a US$540/tonelada en los primeros seis meses de 2021. Esta mejora hizo posible que las exportaciones aumentaran alrededor de US$1000 millones por mes entre un año y otro.A la abundancia relativa de divisas se sumó la menor emisión de pesos para financiar al Tesoro. Esto fue posible por la reducción del desequilibrio fiscal de un promedio mensual de $190.000 millones en 2020 a menos de $90.000 millones en los primeros seis meses de este año. También contribuyó que se pudiera colocar algo de deuda neta en el mercado local de capitales. El hecho es que los aportes del Banco Central (BCRA) al fisco cayeron 68% en términos nominales entre 2020 y la primera mitad de 2021. Menor cantidad de pesos cazando más dólares fue un factor esencial para bajar la brecha cambiaria.Esa calma relativa parece camino a terminar, ya que el Gobierno decidió aumentar el desequilibrio fiscal y emitir más para tratar de influir en el resultado de las elecciones de medio término justo cuando se redujo algo el precio internacional de la soja.El plan “elecciones” basado en postergar los aumentos en las tarifas de algunos servicios públicos, depreciar el tipo de cambio oficial a 1% por mes y aumentar el déficit fiscal puede reducir algo la inflación en el corto plazo, pero generando la necesidad de una corrección posterior. Pero, más allá de la macro de cortísimo plazo, aparece en el radar la negociación con el FMI.Con vencimientos con el Fondo de US$18.000 millones en 2022 y 2023, y con el gobierno argentino que carece de financiamiento a tasas razonables más allá de lo que permite el mercado cautivo local, se requiere postergar esos pagos. Si suponemos que se firma un Acuerdo de Facilidades Extendidas con los plazos de gracia habituales, los vencimientos de deuda de capital con el sector privado y los organismos multilaterales del gobierno nacional serían menores a US$ 10.000 millones por año hasta 2025 (el monto definitivo depende de cómo se refinancie la deuda de corto plazo en el mercado local) y de alrededor de US$15.000 millones al año entre 2026 y 2031. Medidas como porcentaje del tamaño de la economía son muy bajos, pero parecen inaccesibles si no se logra un mínimo de confianza para que, como hacen todos los países del mundo, se coloque deuda nueva para pagar los vencimientos de capital de la deuda contraída en el pasado. La Argentina sólo tiene un problema con la deuda si no logra superar la desconfianza que reina entre los inversores.Pero aún si no hubiera deuda, el Gobierno tiene que lidiar con un déficit fiscal elevado antes del pago de intereses y, además, el BCRA necesita mejorar su posición de reservas internacionales que también se compran con emisión. Si se quiere erradicar la inflación, será necesario converger a un superávit primario. Si eso se lograra, seguramente mejoraría la confianza y sería posible renovar la deuda que va venciendo. Lo que es inviable no es la deuda en sí, sino la falta de voluntad que a veces muestra la dirigencia política para resolver el problema fiscal.Con un mercado de capitales acotado por la alta inflación, los manotazos a los depósitos, y las mentiras del Indec entre 2007 y 2015, el déficit o bien se financia con endeudamiento externo o bien se financia con inflación. Colocar deuda en el exterior para hacer frente a gastos intensivos en no transables como la mayoría de las erogaciones públicas atrasa el tipo de cambio real, perjudica a los exportadores y genera una falsa sensación de que los salarios en dólares pueden ser muy altos. Un día se corta el financiamiento y aparece la corrección traumática: recesión para reducir importaciones y devaluación.La opción inflacionaria no sólo aumenta la pobreza, sino que genera también un daño a la economía real; no hay tal cosa como todas las variables nominales aumentando al mismo ritmo anual.¿Llegará alguna vez el día en que la dirigencia política se ponga de acuerdo en eliminar el desequilibrio fiscal? La idea de que no es posible por los altos costos políticos omite que los costos de los cortes abruptos de financiamiento externo han sido devastadores para el gobierno que los sufrió y que la alta inflación tampoco parece ser una máquina de generar votos para el oficialismo de turno.Un programa económico consistente para los próximos años requiere un sendero fiscal creíble. El punto de partida en la negociación con el FMI será un déficit bastante peor del que se logró en la primera mitad del año, por la imprudente decisión de rifar parte del esfuerzo para influir en la elección y porque parte de la mejora obedeció a factores transitorios. En verdad, un manejo de la macro prudente requeriría cerrar 2021 con un desequilibrio primario mucho más bajo del presupuestado porque los precios de las commodities resultaron mucho mayores a los previstos al momento de hacerse el presupuesto.Si se presta atención a las declaraciones de varios funcionarios del Ejecutivo se puede concluir que la mejora fiscal que buscaría el Gobierno el año próximo sería mediante nuevas subas de impuestos. Por ejemplo, se ha dicho que el nivel de gasto público no es un problema, la presión tributaria no es alta en la Argentina y los impuestos no afectan a la inversión.En esta nota me voy a detener en la presión tributaria. La información muestra que la Argentina comparte con Brasil y Uruguay la mayor carga impositiva de la región medida como porcentaje del tamaño de la economía. Con datos de la base del BID-CIAT y de la OCDE previos a la pandemia, estos tres países tenían una presión tributaria muy parecida al promedio de los países de la OCDE. Pero lo más importante en el caso argentino es que, mientras los países desarrollados sólo recaudan 0,1% del PBI en impuestos en cascada o a la producción, la Argentina obtenía de esas fuentes alrededor de 8% del PBI (impuesto a los ingresos brutos y sus equivalentes municipales, impuesto a las transacciones financieras y derechos de exportación).Esto muestra los costos que paga la Argentina para obtener ingresos superiores a los 30 puntos del PBI. Los impuestos en cascada son, en parte, impuestos a la producción, porque no pueden devolverse en forma precisa en la Aduana; y, en parte, impuestos al consumo que distorsionan en forma caprichosa los precios relativos finales. Por su parte, las retenciones son impuestos a la producción que subsidian el consumo local de los productos gravados con ellas. Los países avanzados procuran no castigar la producción. Claro está que al Gobierno no parecen preocuparle estos temas, ya que aumentó retenciones previo a la pandemia y durante ésta le dio carta blanca a las provincias para que aumenten el impuesto a los ingresos brutos.Otra omisión importante en el diagnóstico oficial es que la evasión en la Argentina es mucho más alta que en los países avanzados. Hace varios años estimamos en FIEL que la presión tributaria sobre el sector formal de la economía era alrededor de 30% superior al promedio. Si se mantiene esa proporción, los sectores formales de la economía argentina enfrentan hoy una presión tributaria muy superior al promedio de los países desarrollados.También es curioso que se sostenga que la presión tributaria no es alta y, al mismo tiempo, se aumente el mínimo no imponible en el impuesto a las ganancias. Los países avanzados obtienen una parte importante de sus recursos del impuesto a las ganancias de las personas, en parte porque el trabajo informal pesa menos en el empleo y la evasión es también acotada, pero también porque el impuesto se diseña para ser masivo (más de la mitad de la población paga algo). El populismo fiscal no es la mejor vía para mejorar el diseño de los impuestos argentinos.En cualquier caso, cualquier intento por aumentar otros impuestos debería ser destinado a reducir los impuestos a la producción; eso deja a la reducción del gasto público como el instrumento más adecuado para eliminar el déficit fiscal.En el camino hacia las elecciones de 2023 deberíamos analizar cómo reducir el peso del Estado en la economía, mejorar la eficiencia del gasto y reemplazar impuestos a la producción por otros menos distorsivos. Un Estado que resuelve los problemas de la gente no es aquel que gasta más, sino el que gasta mejor.

Fuente: La Nación

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La revolución industrial no creó los bienes industriales, sino que modificó la forma de producirlos. La maquinaria reemplazó a la producción artesanal. Como explicó Eric Hobsbawm, los perjudicados fueron los artesanos (como sastres, zapateros, etcétera), no los obreros no calificados. Si el problema lo causan las máquinas, la solución consiste en romperlas. La propuesta es conocida como luddista (¿habrá existido Ned Ludd, o se tratará de un seudónimo?) y, como se sabe, fracasó. Pero el luddismo, como actitud, reaparece cada tanto. ¿Triunfará esta vez?Sobre el particular conversé con el norteamericano Jacob Schmookler (1918 – 1967), quien mostró la importancia que tiene el cambio tecnológico en el proceso de crecimiento económico. Sus trabajos precedieron a los de Moses Abramovitz y Robert Merton Solow.-Usted analizó el cambio tecnológico a través del patentamiento.-Así es. Luego de un cuidadoso y original uso de los datos referidos a patentes, demostré el rol decisivo que juegan los cambios en la demanda, en la conformación de la estructura de la actividad de patentamiento.-No debería sorprendernos, porque estamos delante de un nuevo ejemplo de “desafío y respuesta”, la hipótesis con la que Arnold Toynbee explica del desarrollo de la humanidad.-No debería sorprendernos, excepto que durante mucho tiempo los modelos de crecimiento a largo plazo consideraron que el cambio tecnológico ocurría de manera exógena. Por el contrario, de mis estudios surge claramente que el cambio y la dirección de la actividad de patentamiento puede ser explicado por variables económicas perfectamente identificables. La invención no solamente afecta el crecimiento económico, sino que también es una actividad económica en sí misma, no solamente encarada por investigadores a tiempo completo, sino también por empleados a tiempo parcial.-En 1942, en Capitalismo socialismo y democracia, Joseph Alois Schumpeter introdujo la idea de destrucción creativa…-Valiosísima, porque enfatiza el hecho de que, para que alguien los demande, cualquier producto nuevo, como cualquier nuevo proceso de producción, tiene que reemplazar algo que existe. ¿Quién compraría trapos de piso que se rompieran más que los que existen? ¿Quién compraría una máquina que fuera más lenta, utilizara más energía u ocupara más personal? Por eso el cambio tecnológico genera mejoras netas, pero existen ganadores y perdedores.-¡Flor de problema!-Vamos por partes. Primero, hay que entender que el cambio tecnológico tiene muy poco de inesperado. Las computadoras personales terminaron reemplazando a las máquinas de escribir, pero no de la noche a la mañana; de la misma manera que el cobro manual de los peajes, en las rutas, no desapareció desde que se inauguró el cobro electrónico por la utilización del servicio.-¿Por qué es importante si un cambio es esperado o inesperado?-Porque, cuando es inesperado, es cuando provoca los mayores daños. Piense, por ejemplo, en el accidente ferroviario que ocurrió en la estación Once. Nadie viaja en un tren asiendo varias manijas por si fallan los frenos; y encima muchos pasajeros se amontonan en el primer vagón para salir antes del tren. Ergo, importante número de víctimas fatales. Por el contrario, tanto el caso de la fabricación de las máquinas de escribir, como el del cambio en la forma de cobro de los peajes, la tendencia era clara, pero no ocurrió de la noche a la mañana.-¿Qué podrían hacer los afectados en estas circunstancias?-Pensemos en un fabricante y en un dirigente sindical. Frente al desafío, pueden reconvertir las instalaciones, lograr que el gobierno de turno frene la venta de los nuevos productos y los nuevos procesos, o ejercer algún tipo de violencia contra la nueva competencia. Lo segundo sería “luddismo de buenos modales”; lo último, luddismo tradicional. La historia, tal como era de esperar, muestra ejemplos de cada una de las respuestas.-El desafío del dirigente sindical parece ser mayor que el del fabricante…-En efecto. Ninguna fábrica es tan flexible como para, de la noche a la mañana, dejar de fabricar zapatillas para comenzar a fabricar bombas atómicas; pero sólo una ínfima proporción de las empresas fabrica un solo producto. Esto, en el caso de los cambios esperados, a los productores les otorga cierto margen de maniobra.–Pero, ¿por qué el dirigente sindical enfrenta un desafío mayor?–Porque suponga que quien fabricaba máquinas de escribir, se pone a fabricar libros. Cambiará la cámara empresarial que lo representa y listo. En cambio, cuando quienes cobraban manualmente los peajes, como consecuencia del cobro electrónico consiguen trabajo en otras ocupaciones, aumentará el número de afiliados de otros gremios, pero el representante sindical se quedará sin trabajo.–La estatización de importantes autopistas y que 7% (¿de la propiedad o de los ingresos?) vaya al gremio, ¿usted lo calificaría como un movimiento luddista?–Luddismo sui generis, porque los luddistas hubieran roto las cámaras que identifican a los autos. Pero también luddismo en el sentido de ir contra el avance que generó el problema. A propósito: la propuesta es un proyecto de ley, que ingresó a la Cámara de Diputados. Espero, en el sentido de la esperanza, un nuevo fracaso luddista, es decir, que la iniciativa no vaya a prosperar; pero veremos.–¿Existen casos en los que los viejos productos le presentaron una pelea competitiva a los nuevos?–Sí. El teatro no desapareció cuando apareció el cine; la radio no desapareció cuando apareció la televisión; y las máquinas de afeitar manuales no desaparecieron cuando aparecieron las máquinas eléctricas.–Pero debieron transformarse.–Ese es el punto. Cuando a Antonio Carrizo le preguntaron por el impacto que la aparición de la televisión tuvo sobre la radio, explicó que la que sobrevivió fue otra radio. Que se escucha más a la mañana que a la noche y más en el auto que en el hogar. El correo dejó de repartir cartas, para repartir bultos (¿no es curioso que quienes están en contra de la globalización se comunican por mail?). Otro caso interesante fue el del tren cuando apareció el avión.–En las escuelas de negocios se enseña que las empresas que prestaban el servicio de tren equivocaron el diagnóstico: en vez de pensar que su objetivo era transportar personas por tren, debería haber pensado que su objetivo era transportar personas, y deberían haber sido las primeras accionistas de las empresas de aviación.–Por lo cual, durante décadas invirtieron en aumentar la velocidad de las locomotoras convencionales, estrategia que fracasó. Nuevas tecnologías, que produjeron los trenes de alta velocidad, les permiten a los trenes volver a dar la pelea, particularmente en los tramos cortos y medios.–Don Jacob, muchas gracias.

Fuente: La Nación

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La pregunta es un clásico de las revistas de pasatiempos y también una entrada habitual a los desafíos que plantea el concepto de la exponencialidad: ¿cuántas veces se puede doblar un papel por la mitad? La respuesta suele ser menos de las que pensamos a priori: ocho veces cómo máximo en una hoja común, 12 mitades para el récord mundial de la estadounidense Britney Gallivan (con un pequeño detalle: lo hizo para un papel de 1200 metros). Doblarlo 103 veces llevaría a un mayor grosor que el del universo observable (93.000 millones de años luz).La probabilidad combinada que encierra el desdoblamiento de las proteínas, maquinarias microscópicas y sofisticadas presentes en todos los organismos vivos, presenta un desafío igualmente complejo. Las proteínas están determinadas por cadenas de aminoácidos, pero esta secuencia no dice mucho: para empezar a entender su funcionamiento hay que definir su estructura tridimensional, cómo se “desdobla”, y esto abarca posibilidades infinitas. Comprobar en un laboratorio estas estructuras es un proceso largo, caro y muy trabajoso: en años de estudio se pudo determinar apenas el 17% del “protonoma” de los seres humanos. De los 180 millones de secuencias proteicas descubiertas hasta ahora, los científicos pudieron predecir con alta certeza la forma tridimensional de 180.000.Ese valor se actualizó días atrás en forma radical con una noticia que revolucionó al campo de la biotecnología: DeepMind, la empresa inglesa de inteligencia artificial (IA) fundada por el ajedrecista Demis Hassabis y que pertenece al conglomerado de Alphabet (Google), difundió 350.000 predicciones de alta calidad de estructuras de proteínas del cuerpo humano y de otros 20 organismos, y afirmó que planea dar a conocer, en los próximos meses, predicciones de otras 100 millones de estructuras. El avance, que podría resultar en un futuro cercano en mejores tratamientos para el cáncer o el Alzheimer, y hasta en un reciclaje más eficiente del plástico, entre otras posibilidades, fue calificado por Hassabis como “la contribución más significativa hecha por la inteligencia artificial al conocimiento científico hasta la fecha”.El investigador en inteligencia artificial y maestro de ajedrez británico Demis Hassabis cofundó DeepMind en 2010. La empresa fue adquirida por Google en 2014El 2 de diciembre último, la empresa inglesa ganó una competición bianual que se conoce como CASP, en la cual logró descifrar en forma algorítmica –imponiéndose a equipos de biólogos humanos– el problema del desdoblamiento de las proteínas con su iniciativa AlphaFold, un enigma de 50 años en la comunidad de las ciencias de la vida. “En ese momento hubo bastante escepticismo entre los investigadores, ya que no mostraron demasiado; y también había suspicacias de que el código no iba a estar disponible”, cuenta a la nacion Virginia González, biotecnóloga especializada en genética molecular y bioinformática.Pero el código se publicó días atrás, en paralelo con el de otro competidor, RosettaFold, “casi tan bueno como AlphaFold2”, plantea González. La cofundadora de la startup Toyoko agrega que el hito es equiparable al de la competencia Imagenet de 2012, que marcó un antes y un después en las tecnologías de reconocimiento de imágenes con aprendizaje profundo y generó un aluvión de nuevos negocios en los años siguientes.“Definitivamente, esto abre un nuevo capítulo para la ciencia”, dice Valeria Bosio, bioquímica de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Bosio cita a Venki Ramakrishnan –Premio Nobel de Química en 2009–, a quien la científica platense entrevistó tiempo atrás, quien afirmó la se mana pasada con respecto al anuncio de DeepMind que “ha ocurrido mucho antes de lo que los expertos habrían predicho”. Y agregó: “Va a ser emocionante ver las muchas maneras en las que va a cambiar radicalmente la investigación biológica”.Por sus características, el anuncio de las predicciones de las formas de proteínas sirve para describir algunas avenidas claves del proceso de transformación acelerado que estamos viviendo a nivel global:Doble motor. La inteligencia artificial y las “ciencias de la vida” son, por lejos, en esta nueva década, los dos motores del cambio más profundo que se está desplegando, con un impacto que va más allá del negocio de la salud y abarca al de la energía y al de la alimentación, entre otros. Los casos de AlphaFold2 y RosettaFold están en el epicentro de esta tendencia.Déficit de explicaciones. Predecir la forma de las proteínas no se traduce automáticamente en saber cómo funcionan, aunque es un paso en esa dirección. Para el tecnólogo Marcelo Rinesi, esto es un avance de complejidad computacional, pero no agrega nueva teoría a la biología. En este sentido, se aumenta la brecha que se está generando en IA entre correlaciones y causalidades, entre cosas que sabemos que van a pasar, pero no entendemos el porqué. Un fenómeno que ocurrió siempre en la historia de la ciencia (comprender cómo opera la aspirina, por ejemplo, recién se logró 100 años después de que se descubriera su utilidad), pero con IA se profundiza mucho más.Ciencia básica. Para Alejandro Vila, investigador del Conicet y profesor de la UNR, la difusión de las predicciones de estructuras de proteínas plantea una novedad interesante en la relación entre el sector privado y las ciencias básicas, que siempre se asociaron más a la iniciativa estatal y que ahora resultan atractivas para fondear desde gigantes de la tecnología como Google. “Lo que sí sabemos es que se podrán diseñar mejores y nuevos fármacos, y que la biotecnología moderna hoy cuenta con una herramienta poderosa que recién estamos empezando a conocer[SC1] “, agrega Vila.El investigador, que actualmente trabaja en IBR, se pregunta si la computación va a reemplazar a la experimentación en biología estructural. Y cree que no, “porque el programa va a permitir hacer predicciones antes de realizar experimentos, y los experimentos podrán enfocarse en algunas preguntas que AlphaFold todavía no puede responder”. Virginia González coincide: “En lo que respecta a la investigación básica, creo que lleva a los seres humanos rápidamente a tener que dedicarse a los problemas realmente más complejos, como la dinámica de los cambios conformacionales de las proteínas en el contexto celular o los complejos formados por varias proteínas, entre otros”. Como en la famosa analogía del “ajedrez centauro” o híbrido, en la cual los equipos formados por un programa y un humano superaron al resto de las combinaciones posibles.Hassabis es un ajedrecista consumado y también un jugador de póker profesional, disciplinas a las que se dedicó con pasión antes de recibirse de neurocientífico y de avanzar en su carrera empresarial. DeepMind dio sus batacazos anteriores derrotando a los mejores jugadores del mundo en Go, póker y videojuegos, que le valió miles de titulares pero también críticas por invertir fortunas en algo vistoso pero no tan útil. Con AlphaFold juega, por fin, su apertura de mayor relevancia.

Fuente: La Nación

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Retirado de la televisión, Barclays vivía en Washington DC y daba clases de literatura latinoamericana en la universidad de Georgetown, donde, años atrás, había escrito sus primeras novelas, cuando aún las escribía a mano, en cuadernos, en la biblioteca de la universidad, y las computadoras eran una extravagancia reservada a los científicos del campus, obsesionados en desarrollar las incipientes redes digitales: en efecto, en la biblioteca de la universidad había apenas cuatro computadoras básicas que casi nadie usaba.Barclays se aburría dando clases porque veía que sus alumnos se aburrían oyendo esas clases. En realidad, asistían a ellas no por curiosidad intelectual ni menos aún por pasión literaria, sino por mera obligación académica. Unos bostezaban sin disimulo y se quedaban semidormidos. Otros dibujaban cosas raras, o veían sus celulares, o tenían la mirada vacía, como si les hubieran hecho una lobotomía y hubiesen quedado atontados. Había una chica linda, mexicana, entre los estudiantes, pero era ilegal que el profesor la invitase a tomar un café. Peor todavía, el sueldo como profesor era relativamente bajo: apenas le alcanzaba a Barclays para alquilar una casa en el barrio añoso de Georgetown, ir al cine los fines de semana y comer en buenos restaurantes.Fue entonces cuando la gerente de Mega, un canal de Miami, la cubanoamericana Cindy Harrison, llamó por teléfono a Barclays y le propuso un programa político en el prime time, a las diez de la noche. La oferta económica era sumamente tentadora: cinco veces más de lo que le pagaban a Barclays por dar clases en la universidad de los jesuitas. Fatigado de ser un profesor de alumnos sumidos en la abulia y la apatía, harto de ver a sus alumnos bostezar sin taparse la boca, Barclays aceptó la oferta, se mudó al sur de la Florida y comenzó su programa.No por méritos o aptitudes de Barclays, sino por la chatura de su canal y de los otros canales hispanos, el programa no tardó en triunfar por todo lo alto, con los mejores índices de audiencia de la estación y las más cuantiosas ventas publicitarias. El dueño del canal, el magnate Raúl Halcón, invitó a Barclays a comer en su casa. Al terminar la comida, salieron al parqueo y Halcón le entregó a Barclays las llaves de un Jaguar nuevo, color azul, que le había comprado de regalo, en agradecimiento por el éxito de su programa. Barclays se sintió una estrella: hacía mucho que no se sentía así, desde los años espléndidos, maravillosos, en CBS en español.Al expirar el primer año de su contrato, Barclays tenía tanto éxito que pidió que le duplicasen el salario. Halcón aprobó dicha petición sin reticencias. El programa continuó siendo el portaviones del canal. Barclays era famoso por sus opiniones políticas deslenguadas, ponzoñosas, atrabiliarias, lo mismo que por sus entrevistas a grandes celebridades, a las que trataba con familiaridad, sin reverencias, como si se conocieran desde el colegio. En las principales autopistas de la ciudad, el rostro de Barclays aparecía en carteles, paneles y vallas publicitarias, como si fuera el éxito personificado, incuestionable. Qué lástima que mi padre no está vivo para que vea estos carteles y comprenda que no fracasé, como él me dijo que fracasaría por ser una mariquita, pensaba a menudo Barclays, herido por el rencor. Pero sus hermanos, sus tíos y sus primos sí pasaban por Miami o Nueva York y veían la gran cara de Barclays sonriéndoles desde el olimpo y comprendían que había triunfado finalmente en las ligas mayores.Lo que Barclays no se atrevía a decir, pero lo pensaba con frecuencia, era que estaba triunfando en las ligas mayores de la televisión, pero fracasando en las de la literatura, donde, tras un comienzo prometedor, con grandes ventas y buenas críticas, su carrera parecía haberse estancado.Lo que Barclays y Halcón no sabían es que al año siguiente vendría una recesión feroz, que provocaría el fin de la burbuja inmobiliaria, inflada con créditos a deudores que no podían pagarlos, el desplome de los activos en la Bolsa de Valores, la quiebra de miles de negocios y el súbito aumento del desempleo. De pronto la economía del país se encontraba hundida en una crisis brutal, una crisis que, por supuesto, afectó las ventas publicitarias del canal de Halcón.Debido a ello, la gerente Cindy Harrison llamó por teléfono a Barclays y le comunicó, con cierta aspereza, sin pedir disculpas, que su salario sería recortado a la mitad, puesto que el canal se había quedado casi sin auspiciadores.Esa noche, furioso, desencajado, sintiéndose víctima de un ultraje, odiando al mundo, Barclays apareció a las diez en punto, en directo, anunció que le habían rebajado el sueldo a la mitad y pasó a descargar una catilinaria contra el magnate Raúl Halcón y una filípica contra la gerente Cindy Harrison. Al dueño del canal lo llamó palurdo, mentecato, gamberro. Lo acusó de no ver su propio canal de televisión, de no visitar las instalaciones de la emisora, de mirar desdeñosamente a sus talentos o bustos parlantes. No le agradeció por haberle duplicado el sueldo al cabo del primer año ni por haberle obsequiado un auto de lujo: lo llamó ignorante, analfabeto, mastuerzo, sacaperras. Luego pasó a insultar a la gerente Harrison: le dijo adulona, franelera, sobona del dueño. La acusó de no haber leído un libro en español en su vida. Le dijo que había dirigido un canal de cable para mujeres frívolas, descerebradas. La llamó gorda, rolliza, obesa, una croqueta cubana, una empanada. Le dijo que tenía la simpatía de una tanqueta rusa o un Fiat Lada.No contento con toda esa descarga envenenada, Barclays exclamó, a los gritos:-¡Yo convertí a este canal en un éxito! ¡Yo lo puse de moda! ¡Yo lo puse en el mapa! ¡Yo inventé el slogan publicitario “La Mega se pega”! ¡Yo soy la Mega! ¡La Mega soy yo! ¡No su dueño, que seguramente está viendo otro canal! ¡No su gerente, que seguramente está comprando vestidos rojos por internet! ¡La Mega SOY YO!Pero, para mala suerte del despechado Barclays, el magnate Halcón y su gerente Harrison sí estaban viendo el canal y por eso dieron la orden de que lo sacaran del aire.Mientras Barclays seguía dando alaridos, un camarógrafo, su amigo Lázaro, se le acercó y le dijo:-Nos han sacado del aire. Mejor no sigas.Por orden del dueño, pusieron canciones de Celia Cruz para relajar la tensión.Barclays regresó a su casa ofuscado, manejando el Jaguar que le había regalado Halcón. Mi carrera de televisión ha terminado de un modo épico, casi heroico, pensaba, mientras bebía latas de cafeína, como un demente, como un suicida que ha cumplido la misión de inmolarse.Al día siguiente, sin que Barclays hubiera dormido tan solo una hora, la gerente Harrison lo llamó en tono risueño, despreocupado, y le preguntó si haría el programa esa noche, o si ya no quería salir al aire. Barclays pidió más dinero. Imposible, le dijo la gerente, si no aceptas el recorte, nos veremos obligados a despedirte ahora mismo, qué pena contigo. Como el contrato anual vencía a fin de año, Barclays pensó: aceptaré el recorte por unos pocos meses y con toda seguridad a fin de año volverán a pagarme el sueldo completo.Esa noche, Barclays apareció en su programa, entrevistando a la gerente Harrison, y se disculpó con ella y con el magnate Halcón. Dijo que había sufrido un brote sicótico, maníaco, debido a una mala medicación para sus problemas bipolares. Es decir, echó la culpa a las pastillas de su conducta insolente, canallesca. Pero era cierto que estaba mal medicado y que esos picos maníacos eran frecuentes en él. Barclays razonó con la gerente Cindy Harrison: te pido perdón por estar loco, pero si no estuviera loco, no tendríamos el éxito que hemos tenido, Cindy. Nadie como Barclays para hablar tan apasionadamente bien de sí mismo. La gerente lo comprendió, lo perdonó, le dio un regalo, una estufa, porque Barclays se quejaba a los gritos de que el estudio estaba helado, de que lo estaban matando de esa manera insidiosa, y la crisis quedó superada.Pero no del todo: cuando venció el contrato de Barclays, tanto Halcón como su gerente Harrison consumaron la venganza contra su estrella más hablantina y envanecida. Le dijeron que las ventas publicitarias no se habían recuperado, que el canal estaba vendiendo muy poco, que los clientes se habían marchado para no volver, que la competencia de los canales digitales y las plataformas audiovisuales era demoledora y que, mala suerte, no sólo no podían subirle un ápice los honorarios, sino que ahora tendrían que recortárselos de nuevo a la mitad, con lo cual ganaría apenas la cuarta parte de lo que ganaba antes de la crisis.Humillado, rabioso, con ganas de romper algo, Barclays le gritó a la gerente Harrison:-¡Puedes meterte esa oferta ridícula por donde no te dé el sol, Cindy!Ella, muy correcta, no respondió.-¿Y entonces, qué piensas hacer? -preguntó, en tono jovial, distendido-. Porque te recuerdo que no puedes hacer televisión con ningún otro canal de este país por espacio de un año.Intoxicado de vanidad, Barclays gritó:-¡Volveré a la academia! ¡Volveré a la literatura!-Buena suerte -le dijo Cindy Harrison, y colgó sin más rodeos.Pero “la academia”, o sea la universidad de Georgetown, no tenía espacio ya para el profesor itinerante Barclays, y “la literatura” tampoco lo esperaba de brazos abiertos, como si no pudiera vivir sin él: su más reciente novela había quedado segunda en el premio Planeta de España, lo que le procuró un dinero no menor, pero fue vapuleada por ciertos miembros del jurado, que le dieron un varapalo. Lo que Barclays, en privado, lamentándose, llamaba “una mala racha”, era acaso una educación acelerada en las ventajas de la humildad.Abatido, Barclays vendió el Jaguar que le había regalado Halcón, hizo maletas y se mudó a vivir en un hotel de Bogotá, contratado por un canal periodístico colombiano. Fue entonces cuando volvió a fumar marihuana, todas las madrugadas heladas, en ese hotel de Bogotá.Tiempo después, la gerente Cindy Harrison se peleó con el magnate Raúl Halcón y fue fichada como presidenta de CNN en español. El inefable Barclays, siempre queriendo trepar, escalar, ser más famoso, más rico, le escribió un email, ofreciéndose a trabajar en CNN, uno de los grandes sueños de su vida. La señora Harrison, memoriosa, le respondió:-No puedo darte un programa, pero puedo ofrecerte un micro-programa de un minuto, a la una de la mañana.

Fuente: La Nación

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Ciudad de méxico, 7 ago (reuters) – américa, el club más
ganador del fútbol mexicano con 13 títulos, venció el sábado 2-0
como local a puebla en la tercera jornada del torneo grita
méxico a21.Con su segundo triunfo consecutivo, las “Águilas” del
América se ubicaron en el tercer lugar con siete puntos, por
abajo de Toluca y Mazatlán que registran nueve y siete unidades,
respectivamente.En el partido disputado en el estadio Azteca de la Ciudad de
México, América se puso en ventaja a los 43 minutos por la vía
del tiro penal que convirtió el colombiano Roger Martínez.Las “Águilas” anotaron el segundo gol a los 54 minutos
cuando Salvador Reyes remató en el área chica un centro enviado
por Luis Fuentes.En tanto, Guadalajara y Bravos de Ciudad Juárez empataron
2-2. Para las “Chivas” de Guadalajara anotaron Ángel Zaldívar y
José Godínez, mientras que para Bravos lo hizo el uruguayo
Gabriel Fernández en dos ocasiones.Más tarde, Tigres UANL enfrentará a Santos Laguna.El domingo, Pumas UNAM será local ante el Atlético de San
Luis.La jornada se completará el lunes con el partido entre
Pachuca y Atlas.El viernes, Toluca se consolidó como líder del torneo tras
registrar su tercer triunfo consecutivo al ganar 2-0 como
visitante a Tijuana. El vigente campeón Cruz Azul ganó 2-1 como
visitante a Necaxa, mientras que Mazatlán y Monterrey empataron
1-1.En el inicio de la jornada, León ganó el jueves 1-0 como
visitante a Querétaro.
(Reporte de Carlos Calvo Pacheco)

Fuente: La Nación

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La presidenta del Pro, Patricia Bullrich, se cruzó duramente con Cinthia Fernández, precandidata a diputada por el espacio Unite, en el programa La noche de Mirtha, por eltrece. Todo comenzó cuando la conductora, Juana Viale, le preguntó a la referente de Juntos por el Cambio “qué consideraba sobre la denuncia que le hizo Florencia Peña a [Fernando] Iglesias y [Waldo] Wolff por violencia de género mediática, institucional y simbólica”. Ante la consulta, la funcionaria criticó cuan “injusta” es “la doble moral” del Gobierno y apuntó contra el presidente Alberto Fernandez por “autojusticarse” por los ingresos a Olivos, sin hacer mención a los dichos de los políticos de su espacio.En ese momento, Cintia Fernández la interrumpió para recalcarle que estaba “mezclando” las cosas. “Patricia, te está preguntando por las mujeres. Me parece que el error que cometimos es mezclar los dos temas: uno es la misoginia, que la tienen los dos lados, y en el medio queda la mujer; y el otro es la falta de respeto porque todos teníamos que estar adentro y el ejemplo lo tienen que predicar ellos”. Entonces, resaltó que la exministra de Seguridad “no emitió opinión” sobre las palabras de Iglesias y Wolff.“No emito opinión por un problema profundamente conceptual. Creo que en la Argentina venimos viviendo desde hace mucho tiempo un intento de construcción de una verdad única, que es la que expresa el kirchnerismo, y todo aquel que piensa distinto es siempre atacado y sacado de contexto. Yo lo que creo es que el lenguaje es parte de la democracia”, explicó Bullrich. Y la precandidata la cruzó nuevamente: “El maltrato no es parte de la democracia”.Sin embargo, Bullrich siguió explicando su postura: “La democracia tiene un contrato de convivencia y, cuando ese contrato se rompe, te pueden decir que sos igual a la dictadura, asesino o cualquier cosa. Esa lógica hace que el Gobierno encubra todo hecho que realice una persona de su bando”. Para ella, entonces, se debe “reconstruir una arena democrática”, lo cual -profundizó- quiere decir que, si una persona comete un acto ilícito o repudiable, “los de su partido lo deben poder condenar”. “El encubrimiento kirchnerista significa que nunca, nunca se critican. Quiero que se critiquen, pidan perdón y no siempre acusen al otro”.“Es infantil la explicación”, deslizó entonces la panelista de Los ángeles de la mañana. Sin escucharla, Bullrich continuó: “Para una democracia, necesitamos que el otro no te perciba como una cucaracha o como alguien que no tiene voz ni voto, y ese es el sentido profundo que el kirchnerismo le ha puesto al lenguaje en la Argentina”.Entonces, la precandidata a diputada tomó la palabra: “Acá no hablamos de ideología, o si es de un lado o del otro”. “Vos no hablás de ideología porque… No sé en que país vivís”, interrumpió contundente Bullrich. “¿Le puedo decir algo? Yo la veo a usted y me parece infantil. Maltrataron a una mujer, de un lado y del otro, no importa, la maltrataron. Hay dos cosas que hay que separar, que me parece que están tratando de tapar. Los ingresos [a la Quinta de Olivos] que no se deben y no predicar con el ejemplo, es una cosa; ahora, como mujer te lo digo, es maltrato a una mujer y vos no podés bancarlo o decir ‘yo no critico a los míos porque los otros no lo hacen’”, lanzó, y crítico a Bullrich por no escuchar a los demás y hacer un “monólogo”. Ahí, Juana Viale resaltó que el kirchnerismo también ha atacado a Bullrich, y la exministra subrayó: “A mí nunca me pidieron perdón”, a lo que Cintia Fernández enfatizó: “Usted no puede actuar como ellos”. Ante esas palabras, Bullrich cuestionó la violencia ejercida por el kirchnerismo a través del lenguaje, y explicó: “No actúo como ellos. Siempre nos atacan por lo que somos y lo que pensamos”. Y, al referirse a los dichos de Fernando Iglesias, añadió: “No es verdad que lo dijo sobre Florencia Peña. Es un relato. Lo dijo dos días antes de que se supiera que ella había ingresado. Lo que se hace es una construcción, y yo lo viví con Maldonado”.Fernández volvió a criticar el hecho de que la presidenta del Pro insista en apuntar contra el kirchnerismo, y disparó: “Siento que estoy hablando con mi hija, que me dice ‘yo me estoy portando mal…’”. “No me trates como a tu hija, por favor”, irrumpió Bullrich. “Lo bajo a palabras simples, porque ustedes, los políticos, complican todo”, saltó la actriz, a lo que Bullrich acotó que ella también había ingresado a la política. “No me ningunee ni me chicanee. Yo le estoy diciendo que, como mujer, no podría abalarlo solo porque del otro lado no se autocritican. Los otros hacen las cosas mal e hicieron los mismo, pero como mujer no puede responder así. Para mí, es infantil”.La funcionaria opositora resaltó que el Gobierno no dijo nada sobre los políticos presos en Nicaragua, pero que arremetió contra Iglesias y Wolff por “un tuit, que puede ser libertad de expresión”. Sobre eso, Fernández le dijo que, en el caso de Florencia Peña, el límite a esa libertad estaba en la falta de respeto, y sentenció: “Así no avanzamos”. Y Bullrich concluyó: “No vamos a ser los que generemos la idea de que nuestro discurso es autoflajelante de aquello que el kirchnerismo inventa como relato. No voy a aceptar el relato kirchnerista”.

Fuente: La Nación

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La pandemia de coronavirus COVID-19 se ha expandido por casi todos los distritos de la Argentina.

Al 7 de agosto, en la provincia de La Rioja se contabilizan 29.738 casos de infectados y 794 muertos. Estas cifras son difundidas y actualizadas diariamente por el ministerio de Salud nacional.Con respecto al día anterior, no se informaron casos nuevos de enfermos de coronavirus en La Rioja, según lo informado por las autoridades sanitarias.
Y si se toma en cuenta los últimos siete días, se incorporaron 1597 casos al segmento de afectados por el virus.A la fecha, se registran en el país un total 5.002.951 de infectados por coronavirus, 4.645.158 pacientes recuperados y 107.213 muertos. Y dentro de la estadística nacional, la provincia de La Rioja se encuentra en el puesto 24 de los distritos más damnificados de la Argentina.

La lista está encabezada por Buenos Aires con 1.993.722 casos reportados.Toda la información sobre el coronavirus en la ArgentinaCuarentena en Argentina: qué se sabe al día de hoy

Fuente: La Nación

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La pandemia de coronavirus COVID-19 se ha expandido por casi todos los distritos de la Argentina.

Al 7 de agosto, en la provincia de Tierra del Fuego se contabilizan 31.475 casos de infectados y 474 muertos. Estas cifras son difundidas y actualizadas diariamente por el ministerio de Salud nacional.Con respecto al día anterior, no se informaron casos nuevos de enfermos de coronavirus en Tierra del Fuego, según lo informado por las autoridades sanitarias.
Y si se toma en cuenta los últimos siete días, se incorporaron 325 casos al segmento de afectados por el virus.A la fecha, se registran en el país un total 5.002.951 de infectados por coronavirus, 4.645.158 pacientes recuperados y 107.213 muertos. Y dentro de la estadística nacional, la provincia de Tierra del Fuego se encuentra en el puesto 23 de los distritos más damnificados de la Argentina.

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La pandemia de coronavirus COVID-19 se ha expandido por casi todos los distritos de la Argentina.

Al 7 de agosto, en la provincia de Misiones se contabilizan 31.860 casos de infectados y 605 muertos. Estas cifras son difundidas y actualizadas diariamente por el ministerio de Salud nacional.Con respecto al día anterior, no se informaron casos nuevos de enfermos de coronavirus en Misiones, según lo informado por las autoridades sanitarias.
Y si se toma en cuenta los últimos siete días, se incorporaron 1161 casos al segmento de afectados por el virus.A la fecha, se registran en el país un total 5.002.951 de infectados por coronavirus, 4.645.158 pacientes recuperados y 107.213 muertos. Y dentro de la estadística nacional, la provincia de Misiones se encuentra en el puesto 22 de los distritos más damnificados de la Argentina.

La lista está encabezada por Buenos Aires con 1.993.722 casos reportados.Toda la información sobre el coronavirus en la ArgentinaCuarentena en Argentina: qué se sabe al día de hoy

Fuente: La Nación

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La pandemia de coronavirus COVID-19 se ha expandido por casi todos los distritos de la Argentina.

Al 7 de agosto, en la provincia de Catamarca se contabilizan 43.846 casos de infectados y 494 muertos. Estas cifras son difundidas y actualizadas diariamente por el ministerio de Salud nacional.Con respecto al día anterior, no se informaron casos nuevos de enfermos de coronavirus en Catamarca, según lo informado por las autoridades sanitarias.
Y si se toma en cuenta los últimos siete días, se incorporaron 1697 casos al segmento de afectados por el virus.A la fecha, se registran en el país un total 5.002.951 de infectados por coronavirus, 4.645.158 pacientes recuperados y 107.213 muertos. Y dentro de la estadística nacional, la provincia de Catamarca se encuentra en el puesto 21 de los distritos más damnificados de la Argentina.

La lista está encabezada por Buenos Aires con 1.993.722 casos reportados.Toda la información sobre el coronavirus en la ArgentinaCuarentena en Argentina: qué se sabe al día de hoy

Fuente: La Nación

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