Con la pandemia todavía golpeando a la Argentina y ante la esperanza de que la campaña de vacunación (cada vez más avanzada) sea un trampolín que nos devuelva a los abrazos y pogos compartidos, la industria de la música se levanta de la angustia para dar batalla. El temor por la vuelta de las restricciones o por un cambio repentino de las reglas del juego asusta a los trabajadores de este sector, quienes solían reunir multitudes en aquellos rincones creados para vibrar en una armonía hecha de canciones. Algunos lograron reinventarse al compás de las habilitaciones y otros no pudieron con el virus. En este contexto, hay dos verdades que resuenan: está claro que no resisten otro golpe, pero más evidente aún es la certeza de que se niegan a colgar los guantes y darse por vencidos.Termina el show. El público se va y lentamente todos los que lo hicieron posible se unen formando un círculo. No se tocan. No se puede. Pero la conexión esta vez va por otro lado. Tienen los ojos empañados. De golpe, como si se vistieran de orquesta y estuvieran todos coordinados, van dejando caer las lágrimas. Uno de ellos es el dueño de S Music, Alejandro Varela, quien aquella noche de noviembre de 2020 experimentó su primer concierto en vivo tras meses de aislamiento. “Trabajamos en oficina, pero el corazón nos late cuando estamos en un concierto. La música no contagia coronavirus, contagia emociones, dice.En lo más profundo de su alma soñaba con nunca más volver a vivir lo que había tenido que transitar desde que el Covid-19 aterrizó en la Argentina. Sin embargo, las restricciones fueron y vinieron siguiendo el pulso que marcaron los contagios, y esa sensación de “nuevo comienzo” se repitió una y otra vez.El escenario de aquel reencuentro fue la Ciudad Cultural Konex. Al conversar con LA NACION, la gerenta de Programación y Contenidos del lugar, Noel Yolis, frena un momento a contemplar todo lo que sucedió desde aquel momento hasta hoy. Según destaca, tuvieron varios “primeros shows” porque la secuencia se repitió en otras etapas: con las restricciones que se fueron anunciando, volvieron a cerrar y volvieron a abrir; por eso, resalta que la emoción de esa primera vuelta que vivieron a fines del año pasado se fue “diluyendo” con el tiempo.“Venimos muy golpeados. Si bien es verdad que pareciera que ahora nos acercamos más a una normalización, o por lo menos a una etapa donde se va a poder volver a trabajar mejor, la realidad es que la sensación es que no se puede proyectar nada, que hay que ir adaptándose día a día a lo que sucede y que hay que repensar todo el tiempo los planes de agenda y programación porque las variables van a ir cambiando permanentemente. Muchas salas todavía no abrieron porque tienen que rearmar sus planes. El panorama es dinámico y nadie tiene certezas de cómo van a ser las cosas en el mediano plazo”, plantea.Ante esta incertidumbre, Varela lanza la premisa más triste: “La industria está destruida”. Y sus palabras calan hondo porque nadie quiere pronunciarlas. Como manager de Los Nocheros, expresidente de EMI en Sudamérica, exvicepresidente de Sony Music y vocal de la comisión directiva de la Asociación de Managers Argentinos (ACMMA), parte de ese conocimiento para enfatizar cuán importante es dimensionar todo lo que hay alrededor del sector: “No todos los que hacen música cantan canciones”. Exacto. Algunos montan y dirigen escenarios.Para él, la clave es que se sienten todos los actores con el Estado para ver cómo ayudar a que la emergencia cultural no termine de explotar. “No puedo ni saber cómo vamos a estar dentro de un mes porque la realidad nos pegó un cachetazo, pero cuando pensamos que estábamos en lo peor aparecieron cosas como las pequeñas habilitaciones. Nunca llegó a ser trágico, pero tampoco salió el sol”.El regreso de los showsLa actividad musical se pone lentamente en marcha. El teatro Gran Rex tiene shows programados hasta noviembre. Por ahora, la mayor oferta se concentra entre finales de este mes y principios de octubre. Allí estarán La Beriso (por estar agotadas las funciones del 20 al 22 del actual, se agregó una para el 26) y Trueno, que sumó una nueva función para el 29. A partir de septiembre, Las Pastillas del Abuelo (1, 2 y 3), Las Pelotas (4 y 5) y Mau y Ricky (7, 8 y 9), entre otros. En octubre, Miguel Mateos (el 9), para festejar 40 años de la edición de su primer disco con Zas y, en noviembre, Juanse (el 11).En tanto, el Estadio Obras ya tiene fechas programadas hasta noviembre. Entre los espectáculos que se harán en El templo del rock se encuentra un show de Damas Gratis (el 5 de septiembre), el festejo de los 35 años de Los Auténticos Decadentes (el 18 de septiembre) y la vuelta -después de estar casi dos años ausente en los escenarios porteños- de Ricardo Iorio (el 10 de octubre). Además, el 20 de noviembre tienen previsto hacer allí el Encuentro Rocanrol del País.El Teatro Opera ofrece dos nuevos shows de Ciro y los Persas (8 y 9 de septiembre) tras haberse agotado las entradas para las primeras cuatro funciones. También estarán ahí Sergio Galleguillo (2 de octubre), Valeria Lynch con Mariano Martínez (el 9), Ahyre (el 15), JAF (el 17) y Jairo, que festeja 50 años de carrera (el 22).El Luna Park recién tiene fechas a partir de finales de octubre (Luciano Pereyra agendó una docena de funciones). Y el Movistar Arena cuenta con shows de Axel (el 28 de este mes), L-Gante (el 25 de septiembre), Soledad (9 de octubre), Abel Pintos (del 14 al 17 de ese mes) y Los Tekis (el 22). El Teatro Coliseo presenta en su cartelera a Massacre (el 18 de septiembre), a Raly Barrionuevo (el 25), que presenta su disco 1972; a Santiago Motorizado (el 29) y al pianista Horacio Lavandera (el 30) con músicas de Gershwin y Piazzolla. La agenda de octubre comienza con Emmanuel Horvilleur (el 2).Sentados: la nueva norma en los lugares donde todo era baileEn este contexto, algunos salones vivieron meses asfixiantes. Se trata de los locales clase C (que funcionan como sala de conciertos y boliche), como Niceto Club y Groove, que por mucho tiempo no estuvieron habilitados para hacer espectáculos, pero hoy transitan un resurgimiento. Uno de los socios fundadores de Groove, Juan Gerónimo Antognozzi, detalla cuál es la realidad de estos salones. En la ciudad de Buenos Aires este tipo de club nocturno ya puede hacer shows, aunque siguiendo un “protocolo estricto”: solo pueden hacerlo con personas sentadas, y siempre y cuando tengan el permiso del Ministerio de Cultura y la autorización de la Agencia Gubernamental de Control (AGC). Por el contrario, “tanto en la provincia de Buenos Aires como en el interior del país, estos locales siguen sin poder hacer shows, no así los centros culturales y teatros que sí tienen habilitada la actividad”.La esencia de estos dos locales de Palermo era el baile; hoy su público debe permanecer sentado. Pese a ello, y esperanzados por el nuevo panorama, desde Niceto están planificando la agenda para volver a hacer espectáculos en su salón principal, pero aún sin fechas confirmadas. “Se está armando la vuelta para empezar a abrir de a poco”, celebra Sofía Conti, encargada de prensa del lugar. “La buena noticia es que, con las nuevas normativas, un poquito estamos viendo ‘la luz al final del túnel’ porque tenemos la oportunidad de volvernos a encontrar con el público. Hay limitaciones, pero lo vamos a intentar”, añade.En un intento por graficar lo vivido, describen lo que transitaron como una gran “pelea”. En esa batalla, uno de sus grandes pilares fue Niceto Bar, que -ubicado en frente a la sala principal- les permitió hacer conciertos íntimos y mantener así, aunque en menor escala, al menos una parte de su oferta musical en pie. En ese sentido, la productora general, Sabina Conti, agrega: “Tememos cerrar, pero no nos vamos a rendir. Niceto Club se merece un mejor final o transformación”. Y, entonces, esboza una reflexión sobre el futuro de la industria: “Sentimos que la normalidad o ‘el viejo mundo’ no será igual cuando pase la pandemia. Qué queda y qué se va es la gran incógnita”.A pesar de que no es un local “clase C”, La Trastienda Club vivió algo similar: esta sala estuvo activa solo cuatro de los últimos 16 meses. “El escenario de incertidumbre que atravesamos este último año y medio fue la mayor dificultad que nos tocó enfrentar. Sin tener claro el panorama ni el horizonte, solo pudimos poner el esfuerzo en resistir y sostenernos”, explica el director del lugar, Mariano Uccello, quien ve en los avances de la vacunación un puente hacia una mayor apertura. “Ahora nos toca poner el foco en la reconstrucción de la dinámica del espectáculo en vivo, y en restablecer el vínculo entre las tres partes que participamos de esa relación: artistas, público y sala. Queremos volver a generar esa mística porque de eso se trata: de momentos únicos que tanto extrañamos y que queremos volver a disfrutar”, se ilusiona.La Trastienda tiene programados varios shows para los próximos días, como los de Los Espíritus, el 28 y 29 de este mes, y Turf, el 3 de septiembre.Vacunar para revivir la músicaOtro rincón que comienza a divisar un horizonte de música y shows es el Luna Park, porque el Covid-19 no dejó a ninguna esquina exenta de crisis, ni siquiera a esta histórica sala. Su administrador general, Hernán Barrionuevo, indica a LA NACION que el último año fue “durísimo”, en especial por la imprevisibilidad para programar las fechas dado que “nadie firma un contrato por las dudas”. El 9 de marzo y por iniciativa de sus propietarios (el Arzobispado de Buenos Aires y los Salesianos de San Juan Bosco)-, el Palacio de los Deportes empezó a escribir una nueva página en su rica historia: cedieron gratuitamente el predio para que se monte allí un vacunatorio, que funcionó hasta comienzos de este mes. Lo mismo sucedió con el Movistar Arena, el espacio más nuevo que posee la música en vivo en la Ciudad.A lo largo de sus casi 90 años de historia, el Luna ha sido siempre el reflejo de la realidad argentina, por lo que era de esperar que en medio de la pandemia también tomara un rol protagónico. De hecho, según Barrionuevo, fue el segundo lugar (solo superado por La Rural) donde se vacunaron más personas.Barrionuevo subraya que el clima entre los empleados es de gran optimismo y que -en todo este tiempo- no despidieron a nadie, pero confiesa que, entre los mitos que engloban al Luna, “hay algunas cosas inventadas como, por ejemplo, la fortuna del lugar”. En ese sentido, destaca que, con este escenario financiero, ahora deben “empezar a caminar nuevo, partiendo de -10?. Y profundiza: “Después de 18 meses sin funciones, la situación económica del estadio como empresa no es buena. No estamos endeudados, pero estamos apretados”.Sumado a esto, lamenta que, si bien podrían funcionar con un aforo del 50%, tienen una limitación de 2500 personas, cuando su capacidad es de 11 mil espectadores. Y revela: “No tengo temor de cerrar, pero es un peligro latente, aunque creo que lo voy a poder salvar”.Lentamente, la cartelera del Luna vuelve a ser lo que era, con una oferta de shows que aumenta. Allí están los de J Mena, el 24 de septiembre; Asspera, el 9 de octubre y la serie de conciertos que Luciano Pereyra iniciará el 21 de octubre y que ya suma 12 funciones.El miedo a que suban las deudas y baje el telónLa sustentabilidad es el gran desafío de quienes dirigen los venues. Por eso, hay rincones como el Salón Pueyrredón que, al no poder convocar público por las restricciones, vieron sus deudas elevarse cada vez más y debieron tomar una cruda decisión: permanecieron más de un año cerrados. “Fue por el temor a acrecentar los gastos y no poder cubrirlos”, cuenta su encargado, Gustavo Pueyrredón.Si bien cerrar definitivamente hubiera sido algo natural, dieron pelea y, en julio de 2021, reabrieron el lugar como sala de conciertos y teatro, ante la necesidad de volver al ruedo. Esa primera noche estuvo marcada por la cautela, dado que prefirieron “no hacer nada excepcional por lo acotado del aforo y para no generar expectativa”: querían evitar tener que dejar gente afuera. Pero la prudencia no solo dominó la organización de aquel regreso, sino también sus sentimientos: “Fue lindo ver cómo se reutilizó, pero emocionalmente, lo vivimos con pinzas. Estamos viendo qué dificultades nos vamos encontrando para ver si tenemos la voluntad y las ganas de seguir, y si se puede sostener económicamente en esta ‘nueva normalidad’”.Para Varela, en el último tiempo, el universo de las canciones “solo se endeudó” porque es el sector más bastardeado de la cultura y, en ese contexto, sostiene que hoy los más perjudicados son quienes necesitan de los shows en vivo para trabajar (técnicos, personal de seguridad, cortadores de tickets y un largo etcétera). “Yo soy empresario: cuando me tocó ganar, gane y ahora me toca perder”, resume. Y subraya: “Muchos cerraron y otros aún no sabemos si cerraron o no, porque todos creemos que van a abrir, aunque es muy difícil que puedan hacerlo. Lo que pasa es que vendemos un poco de fantasía y nos cuesta muchísimo asumir el estatus en el que estamos, pero llegó el momento. Tenemos que dejar de ser la industria que se pone los brillitos para salir”.Esta crisis se refleja en el precio de las entradas y en que cada vez hay menos opciones de lugares donde realizar conciertos. ¿Se corre el riesgo de convertir la música en una industria de élite? “Siento que hoy ya lo somos. En función de los costos y las capacidades, los tickets no son caros, pero para el bolsillo de la gente son carísimos. Y en esa suba de precios no está reflejado todo lo que subió en costos la producción”, dice Varela.Sobre este punto, Walter “El Tano” Cóccaro, programador del Caff (Club Atlético Fernández Fierro), añade: “Ya no se pueden poner precios populares, pero colaborar con la entrada en este momento es esencial. El poco aporte del Gobierno y la falta de políticas culturales están haciendo que desaparezcan los espacios. Nosotros, por ejemplo, estamos con una pandemia paralela, que es la del alquiler, y lo que nos resulta más difícil, además de manejar la ansiedad y la angustia, es juntar la plata para pagar estos gastos, los impuestos y los sueldos”.En este contexto, y pese a los riegos que tiene esta decisión, emitieron un comunicado en el que anunciaron la suspensión temporal de su programación y esperan que, con el avance de la vacunación, “la primavera venga con aires buenos”. Esta medida los pone en riesgo. De hecho, desde marzo de 2020, ven como una posibilidad que cierre este club “creado por músicos para músicos”, aunque subraya: “Podrá cerrar el espacio físico, pero el nombre y el espíritu seguirán en la noche de Buenos Aires. No nos van a callar muy fácil. La resistencia garpa”.La industria de la música, en númerosSi bien en un momento existieron ayudas estatales como el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) o el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), no lograron revertir la crisis del sector porque hay una gran cantidad de empleados eventuales que solo aparecen si se hacen conciertos, por lo que la propia maquinaria musical debió asistirlos. Pero ya no tiene espalda para seguir haciéndolo por una sencilla razón que ya anticipó Andrés Calamaro: “No se puede vivir del amor”.En una realidad donde la incertidumbre se volvió amo y señor, los rincones de la música ya no saben cómo pagar las cuentas para seguir sonando. Sin embargo, según afirma Varela -quien se define como un “militante de la música”-, no se trata de un problema que atañe a un gobierno en particular o que se puede atribuir cien por ciento a la pandemia, sino que lo que se vive trasciende a la coyuntura. Por eso, para él, la clave está en generar políticas culturales serias y sustentables a mediano y largo plazo. “Los presupuestos de cultura han sido destinados a hacer marketing de gestión, pero tu acervo cultural te define como país. Y en esto, la música es la industria boba porque es la única sin ningún tipo de fomento o incentivo estatal”, opina.“La cadena de valor de la industria involucra a nivel nacional casi a 500.000 personas”, sostiene este especialista. Y puntualiza que un estimado del 60% sigue sin reincorporarse porque la reactivación que hubo en los últimos meses no los involucra. De hecho, a nivel nacional, están trabajando a un 10% de su capacidad porque la labor del artista es en la ruta y eso hoy es inviable. “No dan los números. Hoy hacemos shows para ocupar la cabeza más que para llenar los bolsillos”.Entre todos los números, hay una cifra que marca a fuego a la industria: el aforo, que hoy es nuevamente del 50%. Nicolás Daniluk, coordinador general de la Cámara de Clubes de Música en Vivo, suma que en la ciudad “solo se contempla la ventilación forzada con un caudal requerido de renovación de 40 metros cúbicos por persona por hora”. ¿Qué quiere decir esto? Que solo el 37% de los espacios (es decir, aquellos lugares que pueden garantizar este requisito) pueden aspirar a ese límite del 50%. El resto deberá conformarse con menos.Hacer viajar a la música: una estrategia jazzera para sobrevivirAl reflexionar sobre esto, Daniluk plantea cuán importante sería “lograr que, con el crecimiento del plan vacunatorio, el público vuelva a sentirse cómodo en espacios cerrados”. Y añade: “En los espacios abiertos la gente ya se siente más suelta, pero no todos tienen patios internos, terrazas o la posibilidad de instalar mesas y sillas en las veredas”. Ante esta realidad, surgió otra forma de adaptarse al coronavirus: mudar las canciones.Si esa estrategia se tradujera en un estilo, sin dudas sería el jazz. Hace un tiempo, después de 7 u 8 meses de estar cerrados, uno de los locales más emblemáticos de este género, Thelonius, salió a la vereda para sacar la música a pasear, “más como una resistencia cultural que como una motivación económica”, explica Lucas Cutaia, quien abrió este club junto a su hermano Ezequiel en la primavera de 2000. “Estamos luchándola, siempre positivos y buscándole la vuelta”, afirma.En una etapa posterior fue utilizando un patio trasero que hay en el lugar; allí, respetando la distancia social, entraban como máximo unas 28 personas. Pero el frío complicó las cosas y los llevó a hacer los espectáculos adentro, donde -en aquel momento- las restricciones permitían un aforo del 30%. Entonces, en su afán por alcanzar la bendita sustentabilidad del negocio, comenzaron a hacer dos funciones, incluso a pesar de que la restricción horaria los llevaba a adelantar los horarios.Cutaia celebra que, si bien cada noche hacen un listado de todos los presentes por si hubiera que avisar de algún contagio, en ningún momento tuvieron que activar ese protocolo: “No tuvimos ningún caso de Covid positivo. Venimos ilesos. Tengo esperanza de que estemos saliendo, pero fue muy duro. Es muy fácil hablar de lo que se debería haber hecho, pero por el nivel de endeudamiento, llegamos a pensar en cerrar. Ahora ya vemos luz en el camino”.Las puertas de Bebop, el mítico club de jazz, cerrado desde marzo de 2020 (Alejandro Guyot/)Mutar. Salir. Reinventarse. Ese parecería ser el remedio. El club de jazz Bebop también buscó sobrevivir con esta receta y optó por salir a la calle. Su director propietario, Aldo Graziani, dice a LA NACION que, antes de la pandemia, eran “el club que hacía más shows por año: 500”. Sin embargo, en 2020 se complicó todo. En marzo cerraron y, desde entonces, las luces allí permanecen apagadas. Pese a esto, encontraron una forma de mantener el espíritu encendido al mover la marca y hacer “Bebop Sessions” en la terraza del restaurante Aldos, en Palermo. Su esperanza para recuperar “la vida de club” está centrada en la vacuna, pero el futuro aún es una gran incógnita: “Estamos viendo si Bebop seguirá en el mismo lugar, si mudarlo o si podremos volver a abrirlo”, cuenta Graziani.En el fondo, el riesgo es perder la cultura y su legadoLa música refleja a la sociedad y es un elemento clave de su idiosincrasia. Por eso, al hablar de cultura nacional es imposible no detenerse unos minutos en el tango. En esta materia, uno de los emblemas es el mítico Centro Cultural Torquato Tasso, porque este espacio no solo se ofrece como escenario sino también como refugio para el tango de ayer y hoy. “Es un lugar muy sincero en cuanto a la programación. Ahí hay productos que tal vez no son mainstream, pero que tienen mucho que ver con el ADN porteño y nacional”, explica el responsable de prensa, Rodrigo Sujodoles.Según advierte, “el problema de que cierren este tipo de lugares es que son más que solo una sala de música y se tarda muchos años en construir uno igual”. Conscientes de lo que significaría que eso suceda, durante todos estos meses de pandemia, esta sala de San Telmo intentó buscar alternativas para sobrellevar la situación. Hoy ya están activos, con un aforo del 30%, e intentando enaltecer su propuesta, desde una programación “bien tanguera”, aunque abierta también a otros géneros.A 10 minutos de este club está el Coliseo: “un nuevo teatro, más de un siglo de historia”. Al recordar lo que vivieron desde que se decretó la cuarentena, Elisabetta Riva, la directora General y Artística del lugar, suelta la palabra más fuerte: “luto”. Como si algo hubiera muerto en medio de tantas incógnitas. De todos modos, recuerda cómo esa sensación fue migrando hacia la resiliencia.Para ella, el camino hacia la vuelta será largo, “pero hay que arrancar”, y sostiene que -para ello- es necesario que haya “mucho diálogo entre las partes para encontrar nuevos modelos de negocios porque, con los bajos aforos, no es fácil encontrar la sustentabilidad de la actividad”.Riva celebra que, entre tanta angustia, este salón haya podido contribuir -con el ciclo “Coliseo online”, que hicieron por streaming- a dejar un testimonio de la época (al fin y al cabo, ese es la esencia de la cultura); pero resalta que una de las cosas más tristes en estos tiempos es “ocuparse de que nadie sea abandonado por la pandemia porque el teatro, más que una empresa o un trabajo, es una elección de vida”. Esta es una convicción con la que todo el sector parece estar contagiada, aunque acá no haya un PCR para confirmarlo.Streaming sí, streaming no, esa es la cuestiónSi bien los conciertos virtuales pueden resultar insulsos porque -entre otras cosas- se pierde la mística de recorrer estos rincones, está claro que peor es no tenerlos y apagar la música. Por eso, aunque para algunos es una solución artificial que no le sirve a nadie, otros le ponen un “10? en su rol de suplente. Varela ve aquí una alternativa para los tiempos donde el frío marca el pulso. Según cree, vinieron para quedarse porque le permite al artista “llegar a lugares a los que no hubiera podido llegar”.Para Verónica Fiorito, directora General del Centro Cultural Kirchner, es esencial “entender el lugar que ocupan los bienes culturales en una situación de crisis mundial como la actual”. En sus palabras se ve un punto de unión con Varela, dado que ambos destacan que la virtualidad nació como un modo de adaptarse a lo que la realidad exigía, y permitió “romper límites geográficos” y ayudar a que las “expresiones artísticas puedan llegar a pantallas y medios electrónicos de cada ciudadano”.“La relación entre el artista y su público es un lazo indestructible. Nuestro mayor objetivo es generar espacios donde confluyan, y alentar y fortalecer esas redes de unión para seguir cultivando una cultura más diversa e inclusiva”, dice. Por eso, cree posible la permanencia de un sistema bimodal. “Lo virtual no reemplaza a lo presencial, sino que se complementan con un mismo fin: difundir nuestra diversidad cultural y su riqueza artística”.Con el estallido del coronavirus, por largos meses se apagaron los micrófonos y la música dejó de ser un lugar de encuentro. Los barbijos conquistaron todo y los espacios que albergaban canciones apagaron la luz y se atrincheraron para aguantar. Todavía están golpeados, pero dan pelea en cada round y salen a la cancha. Como pueden. Como este virus permite.Son rincones que sonríen para la foto pero lloran a escondidas. Rincones que cierran. Rincones que dejaron de ser canción para ser recuerdo. Son rincones que resisten. Saben que no se puede vivir sin música.Edición: Sebastián Espósito

Fuente: La Nación

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BRASILIA.- El presidente Jair Bolsonaro dijo el jueves que Brasil está negociando con la Argentina para permitir la construcción de un gasoducto para traer gas de las reservas de Vaca Muerta. Lo hizo mientras citaba alternativas buscadas por el gobierno de ese país para reducir el valor del insumo.“Estamos en negociaciones con Argentina gas de Vaca Muerta. Saldrá algún día, porque no es fácil empezar a importar gas, crear, construir ductos”, dijo Bolsonaro en su transmisión semanal en vivo en las redes sociales.La crisis adelanta tiempos y definiciones en el oficialismoExisten conversaciones entre los dos países para la construcción del gasoducto, pero aún se busca financiamiento para el proyecto de miles de millones de dólares.El embajador en Brasil Daniel Scioli había adelantado el año pasado que este proyecto de construir un gasoducto estaba en la mira: “Estamos en la etapa exploratoria ahora. Existe la voluntad de ambos gobiernos de avanzar con el proyecto”. Y había dicho a la revista brasileña Valor Económico: “Este es nuestro gran proyecto binacional. Brasil necesita el gas y nosotros necesitamos los mercados y las inversiones”.Financiar el proyecto, según ese medio brasileño, costaría unos US$ 3700 millones para la Argentina y otros US$ 1.200 millones para Brasil.Según el diario El Economista, el año pasado la compañía energética argentina Saesa adquirió la central térmica Uruguaiana, en el sur de Brasil, para generar allí una salida a una parte del gas de Vaca Muerta, que en los meses templados no tiene un comprador asegurado. El aprovisionamiento para esa usina se realizará mediante el gasoducto de Transportadora de Gas del Norte (TGN) que conecta Vaca Muerta con la Central Térmica Uruguaiana (CTU), cruzando la frontera.Con información de Reuters

Fuente: La Nación

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La muerte no es registrada, tampoco el duelo de los sobrevivientes. Importa poco la desesperación de la caída en la pobreza. Tampoco interesa el dolor resignado por un futuro incierto. Para el mundo del poder y de quienes aspiran a regresar a él, dominan el cálculo y la ventaja en un juego de suma cero en el que unos creen ganar y otros no aceptarán perder.Como pocas veces, la clase política del país deambula en un universo despegado de una tragedia con pocos antecedentes por extensión e intensidad. Es una conclusión dictada por el contraste que provoca un momento excepcional habitado por una campaña electoral común y corriente.Una competencia por enrostrar a los gritos quién es más miserable fue lanzada contra una sociedad diezmada, plena de ausencias, aterrada por un virus y acongojada por una crisis económica que al cierre de miles de empresas suma una inflación que arroja a la pobreza a casi la mitad de los argentinos. No hay compasión; la política en general no la tiene consigo misma y mucho menos con los ciudadanos comunes, convocados a votar en dos turnos, el 12 de septiembre y el 14 de noviembre.Desestiman una denuncia contra Alberto Fernández por una reunión en cuarentena con los MoyanoLas elecciones no son un problema. Nunca lo serán en la Argentina como no lo fueron en el pasado en otros países que no suspendieron el derecho a votar ni aun bajo el bombardeo de guerras mundiales. El drama está en las formas abusivas con las que oficialismo y oposición salieron a buscar votos frente al estado de desesperación que muestran amplias franjas sociales. Más abajo, por la falta de comida; en los sectores medios, por la perspectiva de empobrecimiento, y en quienes tienen más recursos, por la incertidumbre que provoca vivir en un país sin proyectos serios y en decadencia.Por si fuera poco, un rayo transversal cruza a toda la sociedad y la lastima: es el daño concreto de la muerte, del temor a una enfermedad y de las secuelas psicológicas que dejarán por décadas los paliativos (el aislamiento y el encierro, por ejemplo) usados para tratar de controlar la peor pandemia global en más de un siglo.En las últimas horas, hubo un desborde en la realidad paralela en la que viven los miembros del Gobierno que hirió con crudeza a todos, propios y ajenos. Resultó todavía más intragable la secuencia de reacciones del presidente Alberto Fernández que el propio descubrimiento de que la residencia de Olivos fue escenario de celebraciones sociales al mismo tiempo que desde ese lugar se ordenaba la cuarentena y se apostrofaba a quienes osaban desobedecer.Cierran el sumario contra la fiscal Gabriela Boquín, que instruye la causa del Correo ArgentinoPrimero fue la negación y el ocultamiento de una revelación periodística. A propósito, el valor del periodismo una vez más contrastó con los insultos que recibe desde el poder. Luego se escuchó al Presidente en una admisión parcial que enlodó a su pareja. Y, por fin, una admisión de culpa a los gritos en el calculado descontrol de equiparar el delito cometido con los pecados atribuidos a su antecesor.Ya es costumbre, y no fue inaugurada por Fernández, que un mandatario responsabilice por sus falencias a quien lo precedió. En la Argentina es una maniobra facilitada por la degradación crónica. Un presente difícil siempre puede ser explicado por el pasado inmediato, que por supuesto es responsabilidad de otro.Pero la trampa no está en ese recurso. El intento de Fernández de poner sus pecados junto a los de Macri es en realidad un intento de demostrar que el promedio moral del país está tan bajo que todo puede ser absuelto por una comparación igualmente engañosa. El subsuelo ya fue perforado en ese recurrente intento de nivelar hacia abajo.Los aplausos, a pedido de un ministro, pretendieron validar en la misma ceremonia la venenosa idea de que todos son iguales y tienen derecho a violentar los códigos con impunidad.Fernández quedó tan expuesto que su mentora, la vicepresidenta, se sintió obligada a decirle que debía disciplinar a los suyos y no ponerse tan nervioso. Es la forma maternal de tomar distancia que encontró Cristina para acentuar la debilidad de su pupilo.A la foto de julio le siguieron otras que retratan el festejo de fin de año de más de setenta diputados y funcionarios con el Presidente. Siempre en Olivos, seis meses después del cumpleaños de Fabiola Yáñez, esos dirigentes también participaron de la decisión de impedir reuniones como las que celebraron. ¿Qué festejaban al final de uno de los años más negros de la historia?Tragedia: murió un reconocido surfista marplatense mientras corría olas en una playa de MéxicoAl mismo tiempo que se conocen esas imágenes, los candidatos oficialistas se pasean entre los votantes haciendo campaña usando la vacunación como recurso electoral. El reparto de zapatillas era menos burdo.El kirchnerismo no está solo. Juntos por el Cambio, su contraparte, lleva a la acción la idea de pelearse por la ubicación en las listas de candidatos y anticipar la selección de sus nuevos líderes. No es otra cosa que un acto frívolo que bien pudo haberse postergado.El problema no son las elecciones primarias, sino la decisión de lanzar una competencia que no definirá mucho, pero que presenta a los opositores más preocupados por sus propios lugares en las listas que por la suerte de sus potenciales representados.En un intento de unir la irrealidad de la política con el país real, una manifestación para recordar a los muertos por coronavirus mostró una señal clara del sentimiento que conmueve a un país al que le faltan casi 110.000 personas. Las piedras por cada uno de los ausentes se convirtieron en un signo contundente de dolor.Cada piedra representa a un muerto y es una forma de hacer el ineludible e íntimo duelo de cada uno. Simboliza también una pacífica manera de reclamar respeto y piedad.

Fuente: La Nación

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Este jueves, en La Voz Argentina, llegó el turno de que el equipo de Ricardo Montaner se midiera en la etapa de “playoffs”, en la que de los ocho participantes de cada equipo, dos quedan en camino.Como ocurrió el miércoles con Lali Espósito, el programa comenzó con el líder del equipo cantando junto a los concursantes, pero en este caso, la actuación de los participantes quedó relegada a hacerle los coros al oriundo de Valentín Alsina, que brindó una versión de uno de sus hits, “Volver”.En esta instancia, Abel Pintos se sumó al programa en carácter de mentor y su labor es guiar, junto a cada coach, a los participantes en los ensayos para sus actuaciones. Los primeros en enfrentarse al bahiense fue el dúo Denis y Axel, quienes se declararon fanáticos de Pintos.Los hermanos cordobeses brindaron una versión de “Mientes”, de Camila. Tras escucharlos, los coaches les dieron su devolución. “Estuvieron súper atinados. Disfruté mucho. Se nota que son hermanos y se conocen”, expresaron Mau y Ricky. “Siento una enorme satisfacción de saber que el camino de ustedes comienza acá. Más allá de mi decisión de esta noche, quiero que entiendan que les auguro un gran futuro”, cerró el coach de los muchachos.La segunda en salir a escena fue Jacinta Sandoval, que con su particular estilo, supo conmover a Pintos durante los ensayos. La joven bonaerense se atrevió a versionar un clásico: “Contigo a la distancia”.“Hermosa. Parece Jessica Rabbit y esa belleza se trasladó a su voz. Se ha lucido. Hoy vimos otra cara de la artista que es. La ha descosido esta noche”, comenzó la rueda de devoluciones Lali. “Lo que sucede con Jacinta es lo que produce cuando uno la escucha. Su camino va a ser tan inmenso como ella misma quiera”, auguró Montaner.“Tuviste muy poco acompañamiento musical y lo pudiste sobrellevar. Eso habla maravillas de vos como artista”, acotó Soledad.El tercero de los participantes, Ezequiel Pedraza, se sorprendió al encontrar en los ensayos al autor de la canción que había elegido. Y mucho más se sorprendió cuando el mismo Pintos lo invitó a cantar junto a él “La llave”, el tema en cuestión.Tras escuchar al joven cordobés, Soledad recordó entre risas que Pedraza se negó en dos oportunidades a formar parte de su team y expresó: “Cantó muy “bien. Es un tema que nos llega a todos y es muy difícil de cantar. Te sentí por momentos un cuartetero cantando otra cosa. Lo digo con respeto y admiración”.Luego llegó el turno de Bianca Cheruti, que eligió un tema de una de sus cantantes favoritas, Christina Aguilera. “Cantás muy bien y tenés todo controlado, incluso en el escenario”, elogió Pintos en los ensayos y le recomendó trabajar más el final de las frases de “Falsas esperanzas”.“Nació para cantar. Estamos orgullosos de que hayas formado parte de nuestro equipo”, indicaron Mau y Ricky. “Ella es una verdadera artista. Lo que genera con su garganta y su expresión corporal, no se puede comprar. Si no lo tienes, no lo puedes comprar”, agregó el padre del dúo venezolano.“¡A dónde me metí!”, expresó Sergio Verón al encontrarse con Pintos y amagó con irse. Pero no se amedrentó y mostró frente al bahiense su versión de otro bolero clásico: “Sombras, nada más”.“Me pareció que estuvo todo el tiempo en el mismo color, sin matices. Es una cuestión del arreglo. Él tiene algo en el sentir que no puede comprar”, observó Lali, tras escucharlo en el escenario. “El arreglo no le resultó cómodo, pero yo apuesto a Sergio. Tiene un carisma y una fuerza interior muy grande. Cuando uno tiene el don, uno tiene salir a gastarlo y él lo hace”, coincidió Montaner.Ana Paula Rodríguez eligió un tema de Mau y Ricky para esta instancia: “Olvídame”. “Sé que me van a matar por esto que voy a decir, pero ustedes son unos grandes compositores”, elogió Montaner a sus hijos luego de escuchar la versión de la participante. “El hecho de que hayas cantado una canción nuestra significa más de lo que puedas imaginar”, sumó Mau.El antepenúltimo concursante en salir al escenario fue Sebastián Pérez, el primero del equipo en elegir un tema en inglés: “Since I Don’t Have You”, de The Skyliners, popularizado por Guns N’ Roses.“Espectacular. Me asusté al comienzo, pero después estuvo genial, fue creciendo y creciendo”, indicó Soledad. “Cada vez que te has parado ahí, mostraste solvencia. Crees en lo que haces. Defiendes el género que te gusta y que te viene como anillo al dedo. Gracias por estar en mi equipo”, sumó el coach del team.La encargada de cerrar esta segunda ronda de “playoffs” fue Steffania Uttaro, quien cantó “Make You Feel My Love”, de Bob Dylan, en la versión de Adele. La performance de la venezolana fue una de las más elogiadas de la noche. “Nos hiciste pasar un momento hermoso, fue una caricia al alma y por un momento me hiciste olvidar de que estaba acá”, confesó Soledad. “Estoy muy orgulloso de ti. Quiero que sepas que me has dado grandes satisfacciones”, cerró el autor de “Déjame llorar”.Entonces, llegó el momento de saber quiénes de los 8 participantes del team pasarían a la instancia de los “Shows en vivo”. El primero de los cantantes elegidos por Montaner fue Ezequiel, seguido por Denis y Axel, Jacinta, Steffania, Bianca y Sergio. De esta manera, Ana Paula y Sebastián quedaron fuera de concurso. El viernes, en tanto, se medirán los integrantes del team de Soledad.

Fuente: La Nación

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En el marco de diversos procedimientos que se realizaron para desbaratar una cadena ilegal de comercialización del cobre que tiene en vilo a productores de la zona de Pergamino que denuncian que en menos de 12 días robaron unos 15 transformadores de luz de los campos, la Policía del Comando de Patrulla Rural (CPR) bonaerense allanó una chatarrería en Ramallo donde se fundiría el cobre robado de los trasformadores y los cables, para hacer lingotes y luego comercializarlos.Todo comenzó anteayer en el marco de un operativo policial en la ruta 188, entre las localidades de Guerrico y Acevedo del partido de Pergamino, cuando los policías interceptaron a dos vehículos que se dirigían en dirección San Nicolás-Pergamino. Lo que llamó la atención de los uniformados fue que estas personas llevaban material de cable de cobre y remitos expedidos por una chatarrería de la localidad de Ramallo. Lo consideraron una señal de alerta.Al ser notificado, el fiscal Francisco Furnari, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y de Juicio N° 2 del Departamento Judicial de Pergamino, dispuso una orden de allanamiento en el predio donde está ubicada la chatarrería que había emitido los remitos.En este sentido, los efectivos secuestraron 1800 kilos de cable de cobre y aproximadamente 1000 kilos de cable de aluminio que pertenecen al tendido de red pública de distintas empresas damnificadas. Además, se imputó al propietario del predio de la chatarrería por el delito de “Encubrimiento Agravado por el ánimo de lucro”.El lugar, según fuentes judiciales, se trata de un desarmadero administrado por la empresa “Nesal SA”, donde se reduciría el cobre. El material secuestrado pertenece al tendido de red pública de distintas empresas, entre ellas Transba, Eden, CELP, Cooperativa Eléctrica Ayersa, Telefónica Argentina y Telecom. Además, en un escrito judicial se precisó que estas firmas afectadas son “sin perjuicio de los posibles reconocimientos de otros damnificados”.El operativo en la ruta luego permitió llegar hasta la chatarrería en Ramallo (Poder Judicial/)“Nosotros desactivamos hace un año y medio muchísimos robos de cables haciendo esta misma operatoria”, dijo el fiscal. Señaló que se descubrió dónde se reducía y así “se cortó muchísimo” el delito.Furnari aseguró que los autores de estas maniobras delictivas no son grandes bandas organizadas. “Suele ser una labor mucho menos compleja y con menos logística. Tenemos casos de gente que apareció en el medio del campo completamente quemada por tratar de robar esto”, contó el fiscal.Delitos rurales: reunión de Basterra y Frederic “en busca de políticas concretas”La modalidad delictiva, explicó Furnari, consiste en que quienes cortan los cables o desarman los transformadores los venden a pequeños acopiadores que, en su mayoría, no cuentan con ningún tipo de habilitación comercial. Sabiendo el origen de ese cable o cobre, lo adquieren a bajo costo, aproximadamente a $400 pesos el kilo, para inmediatamente venderlo a mucho más valor a otros establecimientos mayoristas ubicados en San Nicolás y Rosario que pagan aproximadamente 1000 pesos el kilo.Estos establecimientos cuentan con galpones de gran envergadura, donde se funde el cobre en lingotes para posteriormente comercializar o exportar bajo distintas denominaciones arancelarias al exterior.En la zona rural de Pergamino los productores denuncian robos de transformadores (Ricardo Pristupluk/)El fiscal remarcó que donde radica la mayor organización es en los reducidores porque, como en Pergamino no hay horno para fundir el cobre en lingotes y después comercializarlo, son los que organizan la logística para el traslado de los 70 kilómetros hasta San Nicolás. “Van los camiones con el cobre escondido por debajo de kilos y kilos de chatarra. Cuando la policía los frena les resulta imposible determinar si debajo de eso existe cobre, que es lo que realmente vale y se está vendiendo en estos reducidores”, precisó Furnari.Según un informe realizado por la fiscalía a su cargo, al que tuvo acceso este medio, desde 2019, por el robo de cables, se han realizado más de 140 allanamientos por distintas investigaciones en el partido de Pergamino y San Nicolás, además de en Rosario. Se detuvo y procesó a más de cincuenta personas por el delito de encubrimiento agravado, que prevé una pena de uno a seis años de prisión.Desde entonces, según consta en el informe, se redujo en un 80% este tipo de prácticas en el ejido urbano. Sin embargo, detalla, “este tipo de ilícito se ha trasladado a la zona rural mediante el robo y destrucción de transformadores eléctricos monofásicos, trifásicos y de media tensión, para sustraer el cobre de los mismos”.El aumento de este tipo de delito es denunciado por los productores de la zona rural de Pergamino que, además, aseguran que atraviesan una ola de inseguridad sin precedentes, con aproximadamente un robo por día en los campos. A principio de mes, alrededor de 80 productores se juntaron en una asamblea en la explanada del ferrocarril de Juan A. de la Peña, cerca de esa ciudad, para pedir mayor presencia policial y accionar judicial tras una serie de hechos de inseguridadLa seguridad de la zona está a cargo del CPR, pero el municipio y los productores denuncian la falta de recursos: tienen tres móviles policiales, no todos en funcionamiento, para patrullar más de 3500 kilómetros de caminos rurales y más de 305.000 hectáreas de campo de dicho partido.

Fuente: La Nación

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La campaña de vacunación mundial contra el Covid registra al 20 de Agosto unas 4.577.525.801 dosis suministradas contra el coronavirus, de las cuales 297.629.941 se dieron en América del Sur. En la Argentina, el número alcanza a 37.781.963 aplicaciones.La aplicación de vacunas contra el coronavirus avanza a distinta velocidad en los países. En este sentido, China encabeza el ranking mundial de inoculación con 1.820.238.000 dosis aplicadas. Luego le siguen, India con 523.671.019 dosis y Estados Unidos con 353.205.544 dosis.Sin embargo, cuando se comparan las aplicaciones de acuerdo a la densidad poblacional de cada país, se observa que Malta lidera el listado con 1.835.448 dosis por millón de habitantes; en segundo lugar se ubica Maldivas con 1.803.411; y en el tercer puesto se encuentra Emiratos Árabes Unidos con 1.749.778.En este ránking internacional, la Argentina se ubica en el puesto 17 en relación a la cantidad de dosis aplicadas, pero su posición desciende a la posición 52 si se analiza el número de inoculaciones cada millón de habitantes.
En la lucha contra el coronavirus se incluyen las siguientes vacunas: Pfizer/BioNTech, Moderna, Sinopharm, Oxford/AstraZeneca, Covishield, Sinopharm/Beijing, Sputnik V, Sinopharm/Wuhan, Sinovac, Sinopharm CNBG.Toda la información sobre vacunas en el mundoLa vacunación contra el Covid en la ArgentinaLa vacunación en el país registra al 18 de Agosto, un total de 37.781.963 dosis administradas, de las cuales 26.929.739 personas recibieron una dosis y 10.852.224 recibieron ambas aplicaciones.Las provincias con mayor cantidad de vacunas aplicadas son Buenos Aires con 13.505.405, Córdoba con 3.112.354 y CABA con 3.057.938.

Fuente: La Nación

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GUAYAQUIL, Ecuador (AP) — Barcelona de Ecuador avanzó inesperadamente a las semifinales de la Copa Libertadores, gracias al criterio del gol de visitante con el empate 1-1 conseguido el miércoles como anfitrión ante Fluminense, que naufragó pese a un gol agónico.El conjunto de Guayaquil evitó que los equipos brasileños monopolizaran las cuatro plazas semifinalistas.Pero tras esta sorpresa, el desafío de la escuadra ecuatoriana sólo será mayor para impedir que un club de Brasil sea campeón del certamen.Barcelona avanzó merced a la igualdad de 2-2 sellada la semana anterior en Río de Janeiro.En el partido de vuelta, el uruguayo Gonzalo Mastriani abrió el marcador a los 73 minutos, al definir con toda tranquilidad mediante un disparo corto que venció al arquero Marcos.El veterano Fred igualó de penal, en los descuentos del segundo tiempo. El árbitro uruguayo Esteban Ostojich consultó con el VAR y verificó que Williams Riveros cometió una mano en el área.Ganso, una de las figura de Fluminese, estaba en posición de convertir cuando se lastimó el brazo izquierdo a los 38 minutos, cayendo mal tras una chilena. Abandonó el campo y lo relevó Juan Cazares.Flamengo, Palmeiras y Atlético Mineiro habían asegurado ya sus pasajes a las semifinales. Es la primera vez que tres equipos brasileños llegan a la ronda de los cuatro mejores.El próximo partido del Barcelona será frente al Flamengo, amplio favorito por su plantel de estrellas y por haber lucido arrollador. La víspera, arrolló 5-1 al Olimpia de Paraguay y pasó con un contundente global de 9-2.Barcelona, finalista en la Libertadores en 1990 y 1998 busca emular a Liga de Quito que obtuvo el título en 2008. Es la única coronación de un conjunto ecuatoriano en la historia del certamen.Podría darse la segunda final netamente brasileña en forma consecutiva.En la edición anterior, Palmeiras superó a Santos por 1-0 y alzó el trofeo en el Maracaná. Ahora, el Verdão chocará con Mineiro.La final está prevista para el 27 de noviembre, en el Estadio Centenario de Montevideo. Barcelona es el único semifinalista que jamás ha conquistado este torneo –Palmeiras lo ha ganado dos veces (1999 y 2020), las mismas que Flamengo (1981 y 2019) mientras que Mineiro tiene un cetro (2013).Argentina, por primera ocasión en una década, no tendrá un representante en semifinales. Mineiro eliminó a Boca Junior en octavos y a River Plate en cuartos.

Fuente: La Nación

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DACA, Bangladesh (AP) — Bangladesh está sufriendo un grave repunte del coronavirus, pero de todas maneras decidió eliminar muchas de las restricciones a fin de evitar un colapso de su economía.El país sudasiático de 165 millones de habitantes está tomando dicha medida en momentos en que las muertes y las infecciones están en alza y la tasa de vacunación es mínima. Los expertos advierten que el país no puede manejar más casos debido a que su sistema de salud está sobresaturado.Aun así, hay quienes opinan que mantener cerrada la economía es un mal peor, ya que dejaría a millones de personas en la pobreza en un país que ya es uno de los más pobres del mundo.Hace pocos días Bangladesh decidió reabrir sus vitales fábricas de textiles, tras un cierre de dos semanas. También reabrieron otros negocios e incluso el sistema de transporte público, que llevaba casi seis semanas cerrado. A partir del jueves reabrirán los lugares turísticos, los resorts y los hoteles.En la fábrica de textiles Snowtex Outerwear Ltd, en las afueras de Daca, los 15.000 obreros pasan por un “túnel desinfectante” en que son rociados con desinfectante antes de entrar a trabajar.“Sabemos que hay que proteger vidas humanas, pero no debemos olvidar los medios de subsistencia para millones de obreros de la industria”, declaró S.M. Khaled, gerente de la compañía, que exporta productos por valor de 250 millones de dólares al año.

Fuente: La Nación

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Son días de fiesta para los Bernadotte. Tras el reencuentro con la princesa Magdalena, su marido Chris O´Neill y sus tres hijos, que debido a la pandemia hacía un año que no veían (viven en Estados Unidos), el sábado se reunieron todos en la iglesia del Palacio de Drottningholm, en las afueras de Estocolmo, para celebrar el bautismo del príncipe Julián Herbert Folke, tal es el nombre completo del menor de los tres hijos de Carlos Felipe y Sofia de Suecia (nació el 26 de marzo), octavo nieto de los reyes Carlos Gustavo y Silvia.El tercer hijo de los duques de Värmland usó un traje de bautismo lleno de historia: lo vistieron su abuelo, su padre, sus tías, sus primos y sus hermanos mayores.
(AFP/)Junto al obispo Johan Dalman y el párroco de la Royal Court Parish, Michael Bjerkhagenen, en plena ceremonia. Se derramó sobre el bebé agua de una fuente de Öland, una tradición que comenzó en la familia real sueca con el bautismo de la princesa Victoria, heredera del trono. (AFP/)Ochenta invitados participaron de la misa oficiada por el obispo Johan Dalman, el pastor de Kungl y el párroco de la Royal Court Parish, Michael Bjerkhagenen, que estuvo llena de detalles: el altar se decoró con flores y con la corona del príncipe Federico Adolfo de Suecia, una pieza de más de 250 años (es tradición exhibir alguna de las coronas históricas en los bautismos, bodas y funerales de los príncipes suecos); la música estuvo a cargo de una violinista de 10 años; y con los temas escogidos se homenajeó a Avicii, el famoso DJ sueco que murió en 2018.Carlos Gustavo y Silvia de Suecia (con un original broche con perlas y la foto de su maridos en el centro) suspendieron a último momento la recepción planeada en honor a su octavo nieto para evitar riesgos por el coronavirus. En cambio, disfrutaron de un almuerzo privado. (Getty Images/)Por supuesto, los más jóvenes de la familia real se llevaron todas las miradas. Los hermanos del príncipe Julián, Alexander y Gabriel, colaboraron en la ceremonia aunque también corretearon cuando pudieron; sus primas Adrianne y Leonor (hijas de Magdalena), con looks idénticos, y Estelle (primogénita de la princesa Victoria), con un vestido que perteneció a su mamá, se veían como auténticas princesitas; mientras que el simpatiquísimo Oscar, inamovible de la falda de la princesa heredera y Nicolás (el único varón de Magdalena), se portaron como pequeños caballeros. También participaron de manera activa de la ceremonia los padrinos, que fueron develados un día antes a través de un comunicado emitido por la Casa Real: Johan Andersson, Stina Andersson, Jacob Högfeldt, Patrick Sommerlath y Frida Vesterberg, todos amigos de los padres de Julián.Victoria de Suecia, su marido, Daniel, y su hijo menor, Oscar. (AFP/)Recién llegada de Estados Unidos, donde vive, la princesa Magdalena (con vestido con transparencias de Zimmermann), estuvo junto a su marido, Chris O´Neill, y sus hijos Nicolás, Adrianne y Leonor (ellas con trajes iguales de Trotters). (Getty Images/)Sobre el final de la ceremonia, el Rey impuso a su nieto, que no es alteza real pero sí ocupa el séptimo lugar en la línea de sucesión al trono, una cinta color celeste con una pequeña estrella que es la Real Orden de los Serafines, una distinción que sólo los miembros de la realeza sueca y jefes de Estado extranjeros pueden recibir y que el príncipe Julián, al igual que sus hermanos y sus primos, que también la tienen, no podrá usar hasta su mayoría de edad. El monarca continuó con esta tradición a pesar de que el bebé es el primer nieto nacido tras su decisión a finales de 2019 de que los hijos de Carlos Felipe y Magdalena de Suecia no pertenezcan a la Casa Real ni realicen tareas oficiales representando al jefe del Estado. Aunque los Reyes tenían previsto ofrecer una recepción en honor a su nieto, cancelaron a último momento para evitar correr riesgos por el coronavirus. En su lugar, disfrutaron de un almuerzo privado.La tapa de revista ¡Hola! de esta semana.
Revista Hola 562 (shutterstock/)

Fuente: La Nación

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Fue una semana llena de emociones, con la alegría de saber que su hija empieza a volar en solitario pero, seguramente con la nostalgia que debe implicar verla independizarse. También fue una semana maratónica de trabajo, ya que Juana Viale (39) tuvo que hacer malabares en su agenda para grabar varios programas de La noche de Mirtha y Almorzando con Mirtha Legrand (El Trece) y así viajar dos semanas a París para acompañar a su primogénita, Ámbar de Benedictis (19), que se instalará en Francia para estudiar una carrera nueva relacionada con el arte.Juana, que salió desde su casa en Beccar con su novio y su hija, también priorizó la comodidad para viajar y optó por jeans gastados y zapatillas. Venía de una semana movidísima ya que hizo malabares en su agenda para dejar adelantados varios programas de La noche de Mirtha y Almorzando con Mirtha Legrand.
(Tadeo Jones/)La camioneta de la nieta de Mirtha Legrand, con todo el “cargamento” que llevaron a París. (Tadeo Jones/)El sábado 14, con looks casuales y cargadas de valijas, llegaron a Ezeiza acompañadas por Agustín Goldenhorn, el novio de Juana, y Nacho Viale. A tono con la pandemia, después de ayudarlas a acomodar “el cargamento”, el adiós tuvo que ser breve –aunque hubo tiempo para abrazos y algunas lágrimas– porque no se permite ingresar al aeropuerto.Súper caballero, Agustín Goldenhorn, el novio de Juana, cargó los bolsos en la camioneta.
(Tadeo Jones/)Protegida por un barbijo y tapada con un cap, la actriz y conductora empujó el carro con las valijas que cargaron su novio y su hermano. (Pedro Orquera/)Por un tema de protocolo sanitario la despedida fue breve y tuvo que ser en la vereda. (Pedro Orquera/)Una vez cruzado el Atlántico, las recibió con los brazos abiertos la mamá de Juana, Marcela Tinayre, que está desde hace algunas semanas en la Ciudad Luz (desde allí sigue conduciendo su programa, Las rubias) y esperaba ansiosa la llegada de sus chicas. Es sabido que Marcela tiene una relación muy cercana con su nieta, con quien comparte viajes, salidas y secretos como una amiga más. Son grandes compañeras. Cuando se separen, por más que hoy la tecnología nos acerca, también será muy dura para ella la distancia.Juana y Agustin salen desde 2019. Si bien la despedida fue breve no faltaron los abrazos y alguna lágrima. (Pedro Orquera/)Egresada del Liceo Francés Jean Mermoz, Ámbar habla francés a la perfección. Una vez que su mamá y su abuela se vuelvan, cuenta con algunos amigos de la familia que oficiarán de “tíos. En la foto se la ve abrazada a su tío, Nacho. (Pedro Orquera/)Siempre sincera a la hora de expresarse, días atrás Marcela le contó a Ángel de Brito en el programa Los ángeles de la mañana: “Todos los días escribo algo: no vayas a tal lado, no hagas lo otro. Me asusta porque está lejos de su país. Es una chiquita superinteligente pero una ciudad cosmopolita es una ciudad cosmopolita. Decí que acá están ‘sus tíos’ (se refiere a Guillermo Rosales y Carlos Feeney, íntimos de ella de toda la vida) que la vieron crecer. Va a ir a una universidad muy competitiva y, si bien queremos que estudie, tampoco queremos que tenga esa presión del hacha sobre la cabeza. Le dije: ‘Si esto no va probamos en otro lado. Quiero que estés bien y feliz’. Ella ha viajado muchísimo conmigo, habla francés y conoce muy bien la ciudad”, señaló.Marcela Tinayre, que está en París desde hace unas semanas, recibió a su nieta y a su hija. En la foto de su Instagram se la ve comiendo en París con su amigo Carlos Feeney, que vive allá.Ámbar se maneja con el idioma a la perfección, ya que es egresada del Liceo Francés Jean Mermoz y es “un alma creativa”, como suele definirla su mamá. En un principio se había hablado de que iba a estudiar cine, algo que también lleva en la sangre por su bisabuelo, Daniel Tinayre. Pero la propia Marcela aclaró que se trata de “una carrera nueva, relacionada con el arte”.La tapa de revista ¡Hola! de esta semana.
Revista Hola 562 (shutterstock/)

Fuente: La Nación

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