Puede haber sido una metáfora de lo que la política llama meterse en el barro del conurbano. Barro es un decir: no fue exactamente eso lo que pisó Diego Santilli mientras caminaba, hace tres semanas, por uno de los angostos pasillos de Villa Jardín, Lanús, zona pródiga en carencias y perros desconsiderados. Dicen que el candidato de Juntos, que había entrado con Diego Kravetz, jefe de Gabinete del municipio, nunca llegó a resbalar, pero sí que soltó un insulto moderado.Nadie está exento de sorpresas en la provincia de Buenos Aires. La pandemia agregó una de corte electoral: por razones de seguridad, económicas o sanitarias, muchos encuestadores han reducido al mínimo el trabajo de campo presencial, por lo que resulta difícil prever resultados. Mariel Fornoni, de Management & Fit, dijo días atrás a este diario que esas razones la habían empujado a una decisión: por primera vez en años, no publicará sondeos antes de las primarias.Modo electoral: el riesgo que podría generar en la inflación las apuestas del Gobierno para reactivar el consumoLos intendentes tampoco tienen tan claro el futuro. “Mis proyecciones dicen que ganamos”, dijo anteayer Gustavo Posse, de San Isidro. Pero otros de su espacio prefieren no arriesgar: dicen que deberán recorrer mucho en estas tres semanas porque los barrios de menores recursos siguen inclinándose por las boletas peronistas, aunque en zonas más urbanas el panorama se les presente algo más alentador. Es un camino a tientas para todos, incluido el oficialismo: Sergio Massa viene repitiendo en confianza que está preocupado con las encuestas.El Gobierno está obligado a un recálculo. Meses atrás imaginaba que la vacunación y cierta reactivación económica facilitarían el regreso de sectores que hoy se muestran desencantados, pero que votaron en 2019 a Alberto Fernández. Los spots de entonces, que anticipaban heladeras y parrillas rebosantes, han corrido la misma suerte que aquella promesa macrista del segundo semestre. La nueva proyección es menos osada: “Estamos saliendo”, dicen las piezas publicitarias, a “La vida que queremos”. Hace años que la Argentina corre el arco.En el oficialismo admiten que estas urgencias obligaron a todo el espacio a respaldar al Presidente en su momento más crítico. No es habitual que, como lo hizo esta semana, Cristina Kirchner aparezca en dos actos en los que sustancialmente dice lo mismo. Máximo Kirchner definió el miércoles pasado los ejes de campaña con categorías del marxismo. “Hay algo que se denomina estructura y otra cuestión que es la superestructura -dijo-. La estructura es este sistema de poder: el macrismo, el sistema financiero, los medios de comunicación, que quieren un país de bajos salarios, con una desocupación alta para que sirva casi de no disputa a la hora de una paritaria. Un país relegado sólo a la producción de materias primas casi como si fuera una maquila asiática. Y está esa superestructura, que es la que valida las creencias que mantiene ese sistema: y ahí es donde juegan un rol muy fuerte los medios de comunicación”.Rumbo a una “nueva anormalidad” económicaEl kirchnerismo ve en ambos campos la figura de Macri y entonces, a falta de mejores noticias, ha decidido confrontar con ese pasado. La vicepresidenta lo explicó ese día en términos futbolísticos: la pandemia le quitó al Gobierno posibilidades de salir a la cancha. “Cinco minutos de juego, se interrumpió el juego y a penales”, dijo. Es una versión provocadora porque incluye una elipsis de casi dos años: toda la gestión de Alberto Fernández. Cada vez que ella expone esta interpretación de la historia, el Presidente se ve obligado a resaltar sus logros. Ocurrió en la tarde del cierre de listas y también el miércoles pasado en La Plata. Después de escucharla, el jefe del Estado retomó la imagen deportiva: “La pandemia nos hizo atajar un sinfín de penales, como dijo Cristina. Pero después de cada penal que atajamos, hicimos jugar la pelota e hicimos un montón de goles”. Además de las reglas del fútbol, la figura retórica desoye la lógica temporal: la jefa está diciendo que el partido de Alberto Fernández terminó.Es sin embargo en la disputa hacia afuera, contra el macrismo, donde el Frente de Todos se siente más a gusto. Ni la pandemia anuló esa pulsión. En su momento el motivo fue la apertura de los colegios. Y hay intendentes que lo advierten ahora también en el plan “Vacunate móvil”, que Kicillof anunció para siete municipios en los que, según anunció Télam, “se detectó menor porcentaje de vacunación”: La Matanza, San Isidro, Tres de Febrero, Lanús, Azul, San Miguel y Villa Gesell. Algunos indicios pueden estar alentando la sospecha de cierta intencionalidad política en la configuración del programa. Por lo pronto, el video de Télam cita sólo cuatro distritos, todos ellos gobernados por Juntos por el Cambio, y ninguno oficialista. Y el criterio de selección para el “Vacunate Móvil” tampoco queda claro: las estadísticas oficiales indican que los municipios elegidos tienen un porcentaje de vacunados con dos dosis superior al promedio de la provincia (23,10%), mientras otros que exhiben incluso cifras menores no están. ¿Por qué no se incluye a José C. Paz o a Merlo, que tienen 16,10%, o Tigre, que no pasa del 15,70%?, se preguntan los que se incomodan con la iniciativa. “Acá el nivel de vacunación viene bien: si es bajo o alto es responsabilidad de la Provincia, no nuestra”, agregó uno de ellos.Cambio climático: Buenos Aires logró reducir las emisiones de gases y sigue su carrera para ser vanguardia en la regiónA esa “superestructura”, el mundo de los medios, apunta también la estrategia para salir del escándalo por el festejo de Fabiola Yañez. Más que al proceso judicial. No todos los militantes terminan de entenderlo. Luis D’Elia, por ejemplo. “Tengo muchas dudas de que haber filtrado ese video sea un hecho positivo -dijo a Radio Rebelde-. Era un tema ya superado, lo volvimos a poner nosotros”. Aficionados a los comics recordaban esta semana en las redes un episodio de Astérix: el momento en que, sabiendo que los galos les hundirían de todos modos el barco, los piratas prefieren hacerlo ellos mismos dando hachazos sobre la cubierta.El otro terreno en que Máximo Kirchner plantea la campaña, la “estructura”, es más escabroso. Ahí mandan los hechos. Lo que se suponía sería a esta altura del año una recuperación de la economía bonaerense parece hasta ahora un tenue repunte atribuible más que nada a los locales gastronómicos. “Los adolescentes tenían ganas de volver a salir”, dijeron en un municipio donde, sin embargo, admiten que los comercios siguen rezagados. “No se sintió el aguinaldo”, agregaron. La solución de fondo, la inversión, parece por ahora un abismo difícil de saldar. “Quiero derribar algunos mitos”, les transmitió anteayer Eduardo de Pedro a ejecutivos de la AmCham, la cámara de comercio norteamericana en la Argentina. “Muchas cosas que se dicen de nosotros no son así -le explicó el ministro del Interior a LA NACION-. Quizás antes, cuando tuvimos la administración de poder, no nos acercamos lo suficiente y nos pusieron un etiquetado frontal que no es. Pero las etiquetas con el tiempo se terminan cayendo”.Pero tiempo es justamente lo que la Casa Rosada no tiene: su horizonte es noviembre. Parte de su suerte dependerá entonces del entendimiento que Juan Zabaleta alcance con las organizaciones sociales para evitar conflictos. El nuevo ministro de Desarrollo Social sabe que el problema no estará tanto en el Movimiento Evita como en la izquierda, que está en campaña, o en Juan Grabois, el más díscolo de los oficialistas y con quien ya se reunió al menos dos veces, la última de ellas afuera del edificio de la cartera.Que ese ministerio tenga hoy más relevancia que el de Trabajo explica en sí mismo el deterioro argentino. Si la oposición aspira, como dice, a gobernar en 2023, deberá también convivir con esta realidad. El kirchnerismo la tiene asumida: acaba de otorgarles a las organizaciones la personería social, el paso previo a la personería gremial que las facultaría a convertirse en sindicato. A diferencia de lo que pasa con la CGT, esa discusión se dará siempre en la calle y, en particular, como ha empezado a experimentar Santilli, en el conurbano, eternamente resbaladizo y propenso al sobresalto.

Fuente: La Nación

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La consultora Scentia, especializada en consumo masivo, brindó un dato alentador para el Gobierno. Según sus proyecciones, en julio se cortó la racha negativa de 14 meses de caída consecutiva en las ventas en supermercados y autoservicios, y el consumo creció 1,7% interanual. Con la mira puesta en las elecciones, el equipo económico puso en marcha una serie de medidas para “apuntalar” la reactivación, como dice el ministro de Economía, Martín Guzmán.Entre las últimas medidas de mayor impacto electoral se encuentra el regreso del programa PreViaje, que otorga créditos fiscales para fomentar el turismo interno y que fue presentado por el presidente Alberto Fernández el sábado pasado, y el lanzamiento recargado del plan Ahora 12, con hasta 24 cuotas sin interés para la compra de notebooks y tablets, televisores y de hasta 30 para la de electrodomésticos, anunciado a principio de mes.Dólar blue hoy: a cuánto cotiza el viernes 20 de agostoEl resto de las medidas oficiales tienen como fin mejorar el poder adquisitivo. Para ello se permitió la reapertura de paritarias en todos los sectores (ayer, el Ministerio de Trabajo cerró una suba del 5% con los empleados públicos) y la devolución de Ganancias para los contribuyentes que cobran hasta $150.000 y pagaron el tributo.El riesgo de estas medidas, según los analistas económicos, es que el estímulo fiscal se traslade a precios, refuerce la inercia inflacionaria y no permita perforar el piso de 3% donde se colocó el índice de precios al consumidor (IPC) desde octubre del año pasado, aún con tipo de cambio oficial pisado y tarifas de energía y transporte atrasadas.“La apuesta más fuerte del Gobierno es la reapertura de paritarias, las cuotas sin interés y algo de devolución de Ganancias, y tratar con eso mejorar un poco el ingreso disponible. Es una medida muy de corto plazo. Hablamos de un salario que está muy bajo y no creo que se llegue a sentir en la calle, pero al oficialismo le sirve desde la narrativa. Lo veo medio pobretón”, dice Guido Lorenzo, director de la consultora LCG.Además señala que el riesgo que corre el Gobierno es recalentar otra vez la inflación y que suba al 4% mensual. “Otro riesgo que hay es el cambiario. El dólar blue está en un nivel alto y aunque parece que está todo bastante calmo, eso puede jugar una mala pasada de un día para el otro. Si se van un poco de los parámetros del presupuesto, se puede generar un poco de desborde. Si eso va al tipo de cambio, se pagará vía brecha y eso significa más inestabilidad”, explica el economista.Según Lorenzo, las limitaciones del Gobierno para gastar más dependerán de si consigue financiamiento con colocaciones de deuda, algo que en las últimas semanas le estuvo costando ante la mayor incertidumbre por la cercanía a las elecciones.“No alcanza solo con la emisión del Banco Central y el gasto dependerá de la capacidad que tenga de colocar deuda. En tres meses puede haber algo parecido a una minireactivación, por lo menos en los números, pero porque venimos de un nivel muy malo. La inflación se desacelera pera está 50%, la pobreza está arriba de 40% y brecha cambiaria es más de 80%”, indicó.La falta de certezas sobre lo que ocurrirá con la economía después de las elecciones también genera un riesgo de que los mayores ingresos impacten sobre los precios. “El Gobierno va por el lado del ingreso disponible intentando que la plata que está en el bolsillo rinda más desde el punto de vista financiero, pero tiene muy erosionada su credibilidad y no puede controlar que los mayores ingresos no se vayan a precios”, dice Gabriel Caamaño, economista jefe de la consultora Ledesma.“Ya no se trata de que la tasa de interés es negativa, la economía no tiene ancladas las expectativas. Nadie sabe qué pasa después de las elecciones, el mundo se termina en noviembre. ¿Habrá un acuerdo con el FMI o no? ¿Qué hay dentro del programa que se negociará, qué plazos y con qué condiciones? ¿Qué pasará con el esquema de política monetaria, hay una profundización del cepo o salimos? Hay mucha incertidumbre y el esquema actual de política monetaria hace agua por todos lados”, agrega.El mayor reflejo de esta situación, dice Caamaño, es que la inflación siga en 3% con los precios de los commodities cayendo del pico de mayo y con el dólar fijado. “Todo lo que pasó en el pasado más lo que pasa ahora le pone el piso alto a la inflación. Con las expectativas desancladas, todas estas medidas se dan con un déficit fiscal creciente que requiere financiamiento vía emisión monetaria. Es difícil que no se vaya rápido a precios así”, indicó.

Fuente: La Nación

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Cuatro días antes de que su hijo Facundo renuncie públicamente a su banca de diputado nacional y mine de interrogantes el vínculo que lo une con el Gobierno, Hugo Moyano tuvo un paso furtivo por la residencia de Olivos para advertirle a Alberto Fernández que el quiebre no alteraría su alineamiento con el oficialismo.En una visita más acotada que veces anteriores, el jefe camionero buscó ratificar que la decisión de uno de sus herederos fue una reacción aislada y personal, al margen de que él comparte la desazón (¿y la autocrítica?) por la escalada de la pobreza y la informalidad laboral, y que siente en carne propia, como Facundo, el ninguneo de Cristina Kirchner y su entorno.La crisis adelanta tiempos y definiciones en el oficialismoEl Presidente intentó evitar la salida del Moyano diputado del bloque del Frente de Todos con el ofrecimiento de crear una Secretaría de Modernización Laboral, según confiaron fuentes gremiales. ¿Imaginan un Moyano planteando recortes en la plantilla estatal o sugiriendo reconvertir oficios ante el avance tecnológico? La idea no sedujo. Ni al padre ni al joven de 36 años, que resolvió volver al gremio de peajistas.Muy lejos de romper, Moyano manifestó un ligero malestar por la poca representación sindical en las listas de candidatos del oficialismo. El enojo es con Cristina Kirchner, quien hoy prioriza al bancario Sergio Palazzo como su interlocutor sindical. Pero siempre el camionero se mostró moderado y alineado durante la charla con el Presidente, según pudo reconstruir LA NACION. Bajó un mensaje similar entre su círculo de confianza del sindicato y en una reunión reciente que mantuvo con empresarios del transporte.Defendió siempre al Gobierno, ponderó la gestión de la pandemia y eludió un caso que lo toca de cerca: el escándalo por las reuniones sociales en Olivos cuando regía el aislamiento estricto en todo el país por el avance del coronavirus. Tuvo incluso un gesto silencioso que creyó que ayudaría a Fabiola Yáñez en los días más difíciles por la divulgación de fotos y videos de su festejo de cumpleaños en cuarentena. Hace ocho días, el viernes previo al día del niño, recibió con su esposa a la primera dama en el estadio de Independiente para un agasajo a chicos de jardines de infantes apadrinados por diferentes fundaciones. Moyano evitó divulgar una imagen oficial del evento hasta que supo que Jerónimo, su hijo menor y organizador del encuentro, ya había subido una historia a las redes sociales. El efecto demoledor de las redes puede contra cualquier estrategia comunicacional. View this post on Instagram A post shared by Jerónimo Moyano (@jeroo_moyano)Moyano aprovechó su última visita a Olivos para plantear otros temas que se anticipan como un posible foco de conflicto. En la enumeración surgen la renovación de autoridades en la CGT, los tironeos por el encuadramiento gremial en algunas actividades difusas, el manejo del fútbol doméstico en la AFA y el futuro de OCA, la empresa postal privada más grande del país que tiene un particular interés para el líder sindical.Los negocios de OCAOCA es coadministrada desde hace dos años por el Estado y el sindicato de los camioneros por una decisión judicial. Próximamente podría quedar en manos del Grupo Clear, cercano a Cristóbal López, que propuso en noviembre del año pasado abonar US$5.280.000 en efectivo y US$1.500.000 a los 10 meses para tomar el control de la compañía. Ignacio González Pedroso, un hombre cercano al empresario kirchnerista, no pudo aún desembarcar a pesar de que ya pasaron varios meses desde que la justicia comercial aceptó la oferta en el marco del proceso de quiebra. Gestiona por ahora desde la periferia. El traspaso de la administración judicial al Grupo Clear tendría un cimbronazo inmediato: está acordado reducir un 5% la planta de empleados, que es hoy de 6076, de los cuales unos 5800 son afiliados a camioneros.Moyano desea acelerar la llegada de Clear por dos razones. La primera es que OCA pierde unos 200 millones de pesos mensuales, según precisaron fuentes que conocen en detalle los números de la compañía. El déficit operativo lleva más de dos años. Otro de los motivos de la inquietud es la necesidad de que la empresa postal revitalice urgente sus finanzas para competir en las licitaciones que están en curso, algunas de ellas vinculadas al proceso electoral. Esas licitaciones son con el Estado.En su rol de gestor, Moyano imagina que la reconstrucción de OCA podría derivar en el surgimiento de un gigante de la logística, que preste servicios al Estado, pero también a Mercado Libre. Sería tal vez un atajo para cumplir su deseo de poner un pie en la exitosa empresa de comercio electrónico, donde puertas adentro se aplica hoy de manera exclusiva el convenio colectivo de la Unión de Trabajadores Carga y Descarga.Durante la presidencia de Mauricio Macri, Moyano encontró en Mercado Libre un argumento para rechazar un proyecto de reforma laboral que jamás prosperó en el Congreso aunque sí en algunos convenios específicos. El jefe camionero impugnó en la Justicia un acuerdo a medida entre la empresa de Marcos Galperin y Carga y Descarga por el encuadre sindical de 80 operarios. En la acusación apuntó contra el exministro Dante Sica por haber homologado “un pacto fraudulento y espurio entre una empresa fantasmática y un sindicato sin representación”. El expediente cayó en el juzgado federal N°3, a cargo de Daniel Rafecas, pero el camionero no ratificó la denuncia.La pulseada con Carga y Descarga por el encuadre de los empleados de Mercado Libre (Santiago Filipuzzi/)Con el regreso al poder del kirchnerismo, Moyano intentó a través de bloqueos forzar un debate por el encuadre de los distribuidores. No lo logró a pesar de su alineamiento con el Gobierno y responsabilizó al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, que solo respetó el acuerdo entre partes que avaló su antecesor. En el centro de logística que Mercado Libre montó hace dos años en Villa Madero con 80 trabajadores, se desempeñan hoy unos 1100 con contrato fijo y hay proyecciones de sumar a 300 o 400 personas en el último trimestre de 2021. Se planifica además un nuevo depósito en la misma zona, que emplearía a 2500 nuevos operarios, según precisó Daniel Vila, jefe gremial de Carga y Descarga. Se trata de una de las actividades que más creció en pandemia.Los Moyano se involucraron esta semana en el conflicto de Garbarino. Su participación esconde ribetes interesantes. Camioneros representa solo a 200 de los 4000 empleados a los que se les adeuda salarios. La protesta callejera del martes pasado en alianza con Ramón Muerza, el opositor a Armando Cavalieri en el Sindicato de Comercio, es parte de la estrategia para sumar aliados en tren de regresar al poder en la CGT. Pablo y Facundo Moyano trabajan para que Muerza desbanque a Cavalieri, que está en el gremio desde 1986. Una jugada similar intentó sin éxito su padre en 2011, cuando junto con Carlos Kunkel impulsaron al rebelde Oscar Nieva, devenido hoy en un dirigente cercano al inoxidable jefe mercantil, que tiene 85 años.Hugo, Pablo y Facundo Moyano con el ferroviario Sergio Sasia y el aeronáutico Juan Pablo Brey (Infocamioneros/)Pablo Moyano desafió a los ministros Moroni y Matías Kulfas con un nuevo reclamo en la puerta de sus organismos si es que no se regularizaban los sueldos de los empleados de Garbarino. En privado les achaca a los funcionarios de jugar a favor de “los Gordos”, sus rivales en la interna de la CGT, y de frenar los reclamos de los camioneros. Finalmente, entre el miércoles y el jueves pasados, la empresa de electrodomésticos canceló dos de los cuatro meses adeudados, según fuentes inobjetables.La salida pasajera no se alcanzó por la intervención de los ministros nacionales ni por las negociaciones con el moyanismo. Los fondos salieron de la Administración Gubernamental de Ingresos Públicos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires después de una gestión a dos bandas de Cavalieri y el empresario Carlos Rosales con funcionarios de Horacio Rodríguez Larreta.Como paso previo a ubicar un hombre propio en la cúpula de la CGT, Moyano aspira a quedarse el 7 de octubre con el liderazgo de la influyente Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT). Impulsa para el cargo al ferroviario Sergio Sasia, con quien además avanza en un plan para anudar tareas entre el camión y el tren en lo relativo al transporte de cargas en todo el país. La CATT está hoy en manos de Juan Carlos Schmid, a quien se lo vio hace algunas semanas por los pasillos del tercer piso de San José 1781, donde Moyano tiene su despacho. ¿Hubo reconciliación? El vínculo entre ambos es cordial, pero se agrietó después de la renuncia del portuario al triunvirato cegetista. Schmid está dispuesto a dar un paso al costado de la conducción de la poderosa alianza de transportistas.La pelea por la CGTSi Moyano logra alinear a los gremios del transporte, llegará con más músculo a la negociación del 11 de noviembre, cuando la CGT convocó a sus congresales para renovar autoridades. Sin un candidato único que reúna consensos, es probable que se repita una conducción en versión de triunvirato. Héctor Daer, actual cosecretario general y referente de “los Gordos”, es número fijo para continuar al frente. Hay tres sectores en pugna para las dos sillas restantes: el moyanismo, cuyo candidato natural sería Pablo Moyano; la Corriente Federal, un brazo sindical ligado al kirchnerismo que propone a Palazzo o a la camporista Vanesa Siley, y por último está el puñado de aliados de Luis Barrionuevo, que pretende conservar el sitio en el timón de mando que ocupa hoy Carlos Acuña.El consejo directivo de la CGT se reunió el miércoles pasado de manera presencial en la sede de Azopardo por primera vez desde marzo de 2020Alberto Fernández le pidió a Moyano la unidad sindical. El camionero dijo que hará lo posible, siempre y cuando le cedan un lugar protagónico para su tropa, que no es tan numerosa como en la época de poder omnímodo. Con el Presidente también habló de fútbol. Blanqueó su intención de desbancar a Claudio Tapia de la conducción de la AFA. El llamado a elecciones depende de una resolución de la Inspección General de Justicia. El descontento del sindicalista con Tapia, su exyerno, excede al cruce de cartas documentos por cambios de reglamentos en los torneos o por fallos arbitrales desfavorables. Habría algo más.En su rol de gestor deportivo, el jefe camionero reconoce que presidir Independiente le resultó siempre una misión pesada y difícil. Palazzo también es parte de su comisión directiva, a pesar de la desconfianza que guía desde hace algunos meses la relación. Sobre la crisis económica del club conversó con el economista Martín Redrado. Independiente tendría hoy un pasivo que rondaría los 50 millones de dólares, según denunció el opositor Daniel Ferro. El camionero está al mando desde 2014 y a fin de año podría competir por un tercer mandato. No resolvió aún su continuidad. Si no es él, podría sucederlo su hijo Pablo, como si se tratara de una dinastía. El mismo enroque que se proyecta en Camioneros, a pesar de que puertas adentro del gremio hay un sector que no comulga con su estilo confrontativo, algo que también genera divisiones en el mismo clan.

Fuente: La Nación

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(Actualiza con incremento de categoría, ubicación de ciclón)Por Tamara CorroTECOLUTLA, México, 20 ago (Reuters) – Grace seguía
fortaleciéndose y el viernes se convirtió en un huracán
categoría 3 poco antes de impactar en la costa oriental de
México, informó el Centro Nacional de Huracanes de Estados
Unidos (NHC, por sus siglas en inglés).Tras cruzar el Caribe, el ciclón se convirtió por primera
vez en un huracán de categoría 1 en la escala de Saffir-Simpson
la madrugada del jueves antes de tocar tierra en la turística
costa caribeña mexicana. Después, se degradó temporalmente a
tormenta tropical y se adentró en el Golfo de México.La noche del viernes, Grace -convertido en un huracán mayor-
se hallaba a unos 165 kilómetros al norte de Veracruz y soplaba
vientos máximos sostenidos de 195 kilómetros por hora (km/h),
con ráfagas más fuertes, mientras seguía avanzando hacia el
oeste a 17 km/h, de acuerdo a datos del NHC.”Un fortalecimiento adicional es posible hasta que Grace
toque tierra, con un rápido debilitamiento esperado a medida que
Grace se mueve tierra adentro sobre las montañas del centro de
México”, sostuvo el NHC en su más reciente reporte.Las autoridades de Veracruz, una ciudad portuaria enclavada
en la costa del Golfo de México, elevaron la alerta en los
municipios donde Grace golpearía con más fuerza e instaron a la
población a estar pendientes de la evolución del ciclón.El viernes, Grace ya generaba fuertes lluvias en los estados
que forman la Bahía de Campeche, como Tabasco, Campeche y
Veracruz, donde se encuentra uno de los principales puertos del
país y terminales marítimas de la estatal petrolera Pemex.Una vez que avance sobre el centro de México el sábado,
Grace descargará fuertes lluvias en la zona metropolitana del
Valle de México, formado por la capital y decenas de municipios
adyacentes que alojan a más de 22 millones de habitantes.Por el momento, Grace no ha dejado víctimas mortales en el
país, aunque dejó temporalmente sin luz a cerca de 700,000
personas en la turística Península de Yucatán, donde también
causó inundaciones, caída de árboles y desprendimiento de
techos.(Escrito por Diego Oré y Raúl Cortés en Ciudad de México;
Editado por Miguel Angel Gutierrez)

Fuente: La Nación

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AUSTIN, Texas, EE.UU. (AP) — El vicegobernador de Texas, Dan Patrick, atribuyó el aumento de las tasas de hospitalización y muerte por COVID-19 a las personas negras no vacunadas, declaraciones que de inmediato fueron tachadas de racistas.El republicano hizo sus afirmaciones el jueves en la noche en un segmento de Fox News al responder a una pregunta sobre el aumento más reciente de infecciones en Texas. El estado registra su tasa más alta de hospitalizaciones desde enero debido a la propagación de la variante delta altamente contagiosa.“El grupo más numeroso en la mayoría de los estados corresponde a afroestadounidenses que no han sido vacunados”, declaró Patrick.El funcionario no modificó su postura el viernes, diciendo que los “trolls demócratas en las redes sociales” tergiversaron los hechos y que él había basado sus aseveraciones en estadísticas estatales. Su oficina no respondió a una solicitud de comentarios adicionales.Sin embargo, las estadísticas del Departamento de Servicios Estatales de Salud de Texas no respaldan sus afirmaciones. Las personas negras —que conforman aproximadamente el 12% de los más de 29 millones de habitantes de Texas— representaban alrededor de 15% del total de casos de COVID-19 y poco más de 10% de los fallecimientos.Patrick también declaró a Fox News que los demócratas eran responsables de las bajas tasas de vacunación entre las personas negras, que con frecuencia apoyan a ese partido, aunque señaló que los republicanos también deberían persuadir a un número mayor de gente a que vaya a inocularse. Sin embargo, fue precavido porque la vacunación es un tema delicado para el Partido Republicano.“Pero respetamos el hecho de que si las personas no quieren vacunarse, no vamos a obligarlas a que lo hagan”, señaló Patrick. “Ese es su derecho individual”.Autoridades de ciudades y condados de Texas —muchas de las cuales libran batallas judiciales con el gobierno estatal en torno a la obligatoriedad del uso de las mascarillas— refutaron de inmediato las palabras de Patrick.“Las declaraciones del vicegobernador son ofensivas y no deberían ser ignoradas”, afirmó en Twitter el alcalde de Houston, Sylvester Turner, quien es afroestadounidense.Rodney Ellis, comisionado de raza negra del condado que abarca Houston, señaló en un tuit que los comentarios de Patrick eran “racistas y totalmente equivocados”.“Es decepcionante que el vicegobernador busque un chivo expiatorio entre las personas negras en lugar de hacer lo correcto y trabajar con el gobierno local para que ayude a controlar la propagación del COVID-19”, escribió Ellis.Aproximadamente 8% de la población negra de Texas que está en edad de hacerlo está vacunada contra el COVID-19, según estadísticas estatales, en comparación con 35% de la población blanca. Los blancos son el mayor grupo racial del estado, con aproximadamente el 40% de todos los residentes.

Fuente: La Nación

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TORONTO (AP) — El emergente Harold Castro impulsó con sencillo la carrera de la ventaja en la décima entrada y los Tigres de Detroit vencieron 4-1 a los Azulejos de Toronto el viernes.El también venezolano Miguel Cabrera, se mantuvo en 499 jonrones de por vida después de irse de 5-0 en la noche por los Tigres, con tres ponches.Trevor Richards (5-2) ponchó a los primeros dos bateadores que enfrentó en la décima antes de Castro, quien bateó en lugar del catcher Grayson Greiner, y mandó una línea al jardín izquierdo que rompió el empate.Jonathan Schoop y el dominicano Jeimer Candelario agregaron sencillos productores frente al derecho de los Azulejos Adam Cimber.El dominicano Gregory Soto (5-3) salió de un apuro en la novena y cerró en la décima para que los Tigres se sacudieran una racha de cuatro derrotas. Detroit consiguió cuatro dobles matanzas, incluidas tres que le pusieron fin a sus respectivas entradas.Aunque el dominicano Vladimir Guerrero Jr. llegó a 36 jonrones en la campaña, los Azulejos se fueron de 12-0 con hombres en posición de anotar y perdieron por sexta vez en siete juegos.Por los Tigres los venezolanos Harold Castro de 1-1 con una anotada y una producida, Miguel Cabrera de 5-0 y Renato Núñez de 4-1; y el puertorriqueño Willi Castro de 4-1 con una anotada.Por los Azulejos los dominicanos Vladimir Guerrero Jr. de 4-1 con una anotada y una impulsada, Teoscar Hernández de 3-0 y Santiago Espinal de 3-1; el cubano Lourdes Gurriel de 2-1; el venezolano Breyvic Valera de 1-0 y el mexicano Alejandro Kirk de 2-1.

Fuente: La Nación

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Una de las disertaciones que más interés despertó en el congreso de Aapresid fue sobre la biología sintética, que podría ser fuente de nuevas innovaciones en el agro. El biotecnólogo santafesino Matías Zurbriggen, director del Instituto de Biología Sintética de la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf, Alemania) explicó qué es lo que se viene en los próximos diez años en esta materia.Destacó que la industria farmacéutica fue pionera en este proceso. “Hoy hablamos de bio fármacos, de medicina y nutrición personalizada. El camino recorrido aportó numerosas herramientas y desarrollo de tecnologías para editar genomas. Muchos tratan de descifrar el origen de la vida y obtener genomas totalmente sintéticos. Los gobiernos de los países líderes vieron la potencialidad de la biología sintética y el futuro económico está en la bioeconomía”, destacó.El investigador dijo que “la biología sintética (SynBio) rediseña sistemas biológicos existentes, otorgándoles cualidades mejoradas o nuevas” combinando la biología con los principios de la ingeniería. “Los organismos se ensamblan adecuadamente por partes con la misma lógica con que se arma un teléfono celular”, señaló y agregó que “trabajando en forma multidisciplinaria, la biología sintética implementa el cálculo y los principios básicos de la ingeniería para el ensamblado racional de estructuras simples hasta que se obtiene un sistema sintético complejo que cumple una función. Los genes se ensamblan para formar proteínas, ADN, un conjunto de células forman tejidos, los tejidos se ensamblan en órganos que cumplen una función”, aclaró.La aplicación de la biología sintética es amplísima. Para dar algunos ejemplos, Zurbriggen habló de los logros en la medicina “Hace cien años la gripe mato a miles de personas. Por medio de la biología sintética se construyó ese virus y vieron cómo desarrollar una nueva vacuna. Con el Coronavirus reconstruyeron el virus sintéticamente y vieron qué parte transmite la viralidad, ese antecedente sirvió para crear la vacuna Covid-19 en dos meses. Este hito tecnológico es comparable con la llegada a la luna. Con estos resultados, hoy no se puede dar el lujo de estar en contra de estas tecnologías”, subrayó.Esa potencialidad, dijo, puede ser aplicable a los cultivos. “La biología sintética abre una nueva ventana para potenciar el rendimiento de los cultivos, optimizar el uso del agua y los nutrientes”, dijo.Según el experto, con las tecnologías de biología sintética se puede mejorar la fisiología de los cultivos. “Se está trabajando mucho para mejorar la eficiencia fotosintética, pasar de C3 a C4 va a ser una revolución”, destacó. Dijo que, con la octogenética, de manera remota se controla con un haz de luz la activación y desactivación de genes y se podrán simular distintos tipos de suelos y ambientes productivos.¿Se repite la historia?: como el año pasado, existen altas probabilidades de una nueva NiñaOtro campo de investigación es el desarrollo de anticancerígenos a partir de plantas, suprimir alérgenos en maní y trigo, mejorar el valor alimenticio de los cultivos o nutrición personalizada. “El tomate comercial fue seleccionado por siglos para aumentar su productividad, en todo eso se perdieron genes del cultivo primitivo. Hoy se selecciona puntos del genoma original, con tres o cuatro mutaciones aumenta el valor nutricional. El arroz dorado es un claro ejemplo, por medio de la ingeniería genética, no sólo se aumentó los rendimientos del cereal más consumido en el mundo, sino que le adicionaron pro-vitamina A”, dijo.Una de las limitaciones que hoy enfrenta de la biología sintética es la parte racional. Advirtió que la inteligencia artificial podría aportar muchísimo para potenciar nuevos proyectos.“Necesitamos aumentar la productividad porque estamos limitados en superficie, y serán necesarios alimentos más nutritivos, más accesibles y proteínas para los que la puedan pagar”, señaló.Otro de los capítulos clave de la biología sintética es la reducción de las emisiones de dióxido de carbono.“Todos estos cambios son muy rápidos, el ejemplo es la industrialización de la vacuna de COVID-19. Es todo un desafío adaptarse a un mundo cambiante”, concluyó.

Fuente: La Nación

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Alejandro Katz aparece en Zoom a la hora acordada. El panorama que describe y analiza con precisión quirúrgica es sombrío. Es muy crítico del kirchnerismo y también lo fue de la gestión encabezada por Mauricio Macri. Lo alarma, desde ya, la sostenida degradación de una Argentina fracturada y pauperizada que hoy exhibe indicadores económicos similares a los de los países atravesados durante años por guerras civiles. Pero más parece inquietarlo un estado social de acostumbramiento, de habitualidad. “Nos acostumbramos a estar mal; hemos hecho del deterioro una especie de destino”, dice el editor y ensayista.Hace décadas que la Argentina dejó de ser el país de la movilidad social ascendente que hacía que el origen no fuera destino. “Hoy tu destino depende del código postal de nacimiento. Si uno nace en barrios carenciados, está condenado a vivir y morir en barrios carenciados”, dice sobre el proceso de desmodernización que ya afecta al 50% de la población. “Y fuera de la modernidad no hay ciudadanos, hay señorío y servidumbre”, agrega.Modo electoral: el riesgo que podría generar en la inflación las apuestas del Gobierno para reactivar el consumoEn diálogo con LA NACION, Katz analiza el festejo de la primera dama en plena cuarentena, la negación inicial del Gobierno y sus consecuencias en la palabra y la autoridad presidencial. “Esto no tiene que ver con la ética, tiene que ver con la gobernabilidad, porque la palabra presidencial es una palabra performática; es una palabra que, al decir, hace. Esta mentira acaba con la performatividad de la palabra presidencial. A partir de ahora, el Presidente es un presidente impotente desde el punto de vista discursivo”, dice el Profesor de la Universidad de Buenos Aires.Entre tantas imágenes que reflejan el desacople entre la dirigencia política y la sociedad, Katz recuerda la visita de Cristina Kirchner a Mayra Mendoza en un sanatorio en tiempos en los que nadie podía acompañar a sus enfermos o moribundos. Y recupera una palabra en desuso para describir a aquellos que siempre sacan provecho sin compartir los esfuerzos ni los costos. Y esa palabra es polizón. “El polizón es el que se sube al barco, no paga el boleto, no trabaja como tripulante, pero se beneficia del trayecto. Eso es posible porque algunos pagan los costos y otros trabajan en la nave. Son polizones”.A pesar de la crisis que atraviesa la Argentina, Katz espera que no se instale un discurso antipolítico. Lo deja claro: no cuestiona la idea de la política sino las prácticas concretas que algunos llevan adelante. “Sin política estaríamos mucho peor de lo que estamos con una mala política. Quiero decir: sin política se llama Siria, se llama Afganistán. Sin política se llama buena parte de África. Eso es lo que ocurre cuando no hay política”.¿Cuál es su mirada sobre el actual estado de cosas en la Argentina?La situación es muy mala, pero creo que lo peor que uno puede decir es que no es dramática, en el siguiente sentido: el apocalipsis ilusiona. El pensamiento según el cual todo va a estallar es fuente de algún tipo de discusión. Y uno de los problemas es que no va a haber ese estallido. No hablo de un estallido social o económico, sino del estallido de todo, de esa crisis terrible que muchos imaginan como el principio de la reversión de los problemas que enfrentamos. Creo que nos hemos ido habituando a la producción creciente, progresiva y sistemática de la degradación del paisaje urbano, del paisaje humano, de todos los indicadores para evaluar el estado de una sociedad. Y eso provoca cierta habitualidad. Una de las razones por las que estamos mal es porque nos acostumbramos a estar mal, porque hacemos del deterioro una especie de destino.¿Cree que este estado de acostumbramiento hace que no se produzcan fuertes protestas sociales, como sucede en otros países de América Latina?Creo que hay una combinación de razones por las cuales hay una relativa paz social, aunque sin dudas hay mucha microviolencia. Una de ellas es el aprendizaje del Estado argentino para la gestión de la marginalidad y la pobreza. Hay una serie de dispositivos, de asistencia y de control, que razonablemente funciona. Otra es la existencia de dos coaliciones políticas que básicamente han conseguido representar a la mayoría de la sociedad. Los que estamos desrepresentados somos pocos, pero veremos qué ocurre en las próximas elecciones. El ejemplo de la votación en Salta de hace unos días muestra que hay una desafección importante. Y el tercer elemento creo que es más subjetivo, más difícil de comprobar.¿Cuál sería?La convicción de que todo futuro será peor que el presente y la falta de imaginación acerca de cómo salir de esto provoca inmovilismo y reacciones conservadoras. Dado que todos sabemos que lo que viene va a ser peor, es mejor mantenerse lo más quietito posible para que eso no se extreme. Esta es la situación de una sociedad que en los últimos diez años ha visto su economía estancada y una caída del Producto Bruto Per Cápita del 15% en diez años, desigualmente distribuida. Hay estudios que muestran que la caída del producto per cápita en guerras civiles, a lo largo de diez años, es del 17%. Es decir que sin una guerra civil hemos destruido una cantidad de riqueza por habitante equivalente a la que destruyen diez años de guerra civil. La devaluación de la moneda afgana con la caída de Kabul fue menor a la devaluación del peso cuando Alberto Fernández ganó las PASO. Quiero decir: la capacidad destructiva que tienen nuestras dinámicas políticas, sociales y económicas es impresionante.Alejandro Katz
Desde hace casi tres décadas es profesor de la Universidad Nacional de Buenos Aires, lo que le permite transmitir con espíritu docente su análisis de la realidad. (Fabian Marelli/)¿Cómo se inscribe en este contexto la foto del festejo de cumpleaños de la Primera Dama en plena cuarentena estricta, violando un decreto que el propio Presidente dictó?Esa conducta ratifica el desacople de sectores de la política y de buena parte de la dirigencia argentina respecto del conjunto de la sociedad: la creencia de que las obligaciones y los deberes no están igualmente distribuidos y que la ley no debe ser cumplida por todos por igual. Esto no es exclusivo de los poderosos; está exacerbada en los poderosos. Uno podría esperar que el Presidente tuviera la intención de comenzar un proceso de reversión de ese desacople, de contribuir a reconstruir un tejido que está roto, una trama que está quebrada entre la sociedad y sus dirigencias, contribuir a restablecer formas de conducta y de acción que nos estimulen a reconstruir una comunidad política que hoy no existe. Lo que hizo el Presidente no es muy diferente de lo que dijo hace unos años Juan Cabandie cuando detenido por una oficial de Policía por una infracción de tránsito su respuesta fue: “¿Usted sabe quién soy yo?”. La clase política se dice y nos dice permanentemente: “¿Usted sabe quién soy yo? ¿Por qué tengo que cumplir normas que están hechas para ustedes, no para nosotros?”. Entonces, ni las dificultades económicas, ni la falta de horizontes y certezas, ni las políticas fiscales ni las normas generales que nos atan a todos atan a los sectores más poderosos de nuestra sociedad. Lo que hizo el Presidente exacerba la gravedad. Retomo aquí algo interesante que dijo Andrés Malamud sobre cuatro tipos de bienes. Están los bienes privados -yo disfruto los míos y los demás no-; los bienes públicos -la iluminación, las aguas corrientes, la calle, la plaza-; los bienes de club -a los que acceden algunos por algún mecanismo de selección- y los bienes de red.¿Cuáles son los bienes de red?Son aquellos que sólo existen si todos contribuimos a su producción. La inmunidad a través de una vacuna es un bien de red: no sirve de nada que yo me vacune si vos no te vacunás. La inmunidad a través del distanciamiento social es un bien de red: que yo no abrace a mis hijos no sirve de nada si todos no mantenemos distancia respecto de sus seres queridos. Y el Presidente lo que nos dijo levantando el dedo amenazando a quienes no cumplieran es: “Yo no voy a contribuir a la producción de ese bien común. Hagan ustedes el esfuerzo de evitar la circulación comunitaria de un virus que nos puede matar pero yo no estoy dispuesto a compartir el costo”. Eso es lo mismo que ha dicho la clase política cuando decidió no reducir sus ingresos y no compartir el esfuerzo de una sociedad que redujo en un año en un 10% la riqueza colectiva. Entonces, no comparten los esfuerzos ni los costos, y no están dispuestos a subordinarse a las leyes que establecen. En las ciencias sociales hay una figura muy estudiada que es la del free rider.Es la figura del polizón.Exacto. El polizón es el que se sube al barco, no paga el boleto y no trabaja como tripulante, pero se beneficia del trayecto. Eso es posible porque algunos pagan los costos y otros trabajan en la nave. Y el Presidente dijo: “Yo soy un polizón en la búsqueda de la salud pública. No trabajo como marinero y no pago el boleto. Ustedes hacen todo eso y yo hago una fiesta”. No es el único caso. Es la Vicepresidenta sacándose una foto con Mayra Mendoza en una sala de hospital, hospitales a los que no podía entrar alguien a despedir a sus seres queridos enfermos o moribundos. Es la foto sin barbijo cuando nadie podía estar sin barbijo para ninguna interacción social. Son polizones. No están dispuestos a compartir el esfuerzo colectivo para llegar a algún lugar.¿Cree que todo esto podría llegar a generar un discurso antipolítico?Espero que no lo genere. Mis observaciones no están orientadas a cuestionar la idea de la política sino las prácticas concretas que algunos llevan adelante. Sin política estaríamos mucho peor de lo que estamos con una mala política. Quiero decir: sin política se llama Siria, se llama Afganistán. Sin política se llama buena parte de África. Eso es lo que ocurre cuando no hay política. Cuando no hay política es Haití, no es Suecia.¿Diría entonces que la principal grieta que atraviesa la Argentina quizás no sea la del kirchnerismo/antikirchnerismo sino la de la política y la sociedad desacoplados?Creo que hay muchas grietas y fracturas entre zonas de la sociedad que no se hablan, se ignoran o se dañan. Ahora, creo que efectivamente la fractura que hay entre las dos coaliciones es una de las más graves que tenemos y que con distintas configuraciones lleva medio siglo. No es un problema de peronismo y antiperonismo, es un problema de sistema de intereses que se bloquean mutuamente y que han impedido imaginar un estilo de desarrollo que pueda llevar el país adelante. Otra fractura es entre la clase política y las clases dirigentes en general y el conjunto de la sociedad. Es decir, el aprendizaje de que el destino propio no depende del destino común, que es una novedad entre nosotros. Este medio siglo enseñó que hay muchos que pueden tener un futuro independiente del futuro común y se garantizan que pase lo que pase aquí, su futuro y el de sus hijos no va a estar en cuestión. Y luego está la fractura social que hace dos sociedades, dos mundos: un mundo moderno y un mundo premoderno.La historia del bebé entregado por sus padres a los marines en el aeropuerto de Kabul¿Cuáles son las diferencias entre ambos mundos?De algún modo, la modernidad supone dos o tres cosas. Una, el movimiento: cambiamos el trabajo de nuestros mayores, las creencias de nuestros mayores, los lugares de vida de nuestros mayores, nos vamos del campo a la ciudad, dejamos los trabajos manuales para hacer trabajos intelectuales, abandonamos las creencias religiosas y adoptamos sistemas de creencias secularizadas, cambiamos nuestra elección sexual e incluso nuestro género. La modernidad es movimiento. En el mundo tradicional uno hace el trabajo de los mayores, conserva sus creencias, vive en el pueblo o en la casa de los mayores. Otro rasgo de la modernidad es la capacidad de capitalizarse, es decir, de tener bienes que alejen lo más posible la supervivencia cotidiana como deber inmediato. “No tengo que salir hoy a ganarme la vida porque si no lo hago no como y eso me permite tomar decisiones de mediano y largo plazo acerca de qué quiero hacer”. La Argentina ha iniciado un proceso de desmodernización que ya afecta al 50% de la población. Martín Rapetti dice que una parte muy importante de la población hoy en día son cazadores-recolectores: salen cada día a buscar el alimento y no tienen ninguna capacidad de acumulación. Y si un día no salen, no comen. En la modernidad hay ciudadanía. Fuera de la modernidad hay señorío y servidumbre. Para decirlo en otros términos, la modernidad ha hecho que origen no fuera destino; y la Argentina está haciendo que para la mitad de la población origen sea destino. La Argentina no solo terminó con la movilidad social ascendente sino que produce movilidad social descendente. Es más la gente que pierde status y capacidades que la que gana status y capacidades. Hoy tu destino depende del código postal de nacimiento. Si uno nace en barrios carenciados, está condenado a vivir y morir en barrios carenciados.Los primeros párrafos discurso del Presidente en la apertura de la Asamblea Legislativa en 2020 están dedicados exclusivamente a su intención de restaurar el valor de la palabra y la manera en la que la mentira daña al sistema democrático. ¿Cómo impacta la negación del festejo en el valor de la palabra y la autoridad presidencial?Por un lado, impacta en la capacidad del Gobierno. Esto no tiene que ver con la ética, tiene que ver con la gobernabilidad, porque la palabra presidencial es una palabra performática, es una palabra que, al decir, hace. Si yo me paro en la esquina de mi casa y digo “hoy no se puede tomar café en el bar”, no hago nada, hago el ridículo. Pero cuando el Presidente se pone delante de una cámara de televisión y dice “a partir de mañana no se puede tomar café en los bares”, su palabra hace. Después eso se formaliza en un documento jurídico. La legitimidad de la palabra presidencial, a diferencia de la palabra mía, proviene del voto popular que le transfiere la autoridad para que al decir pueda hacer. No hay que dramatizar los ocultamientos del poder – el poder oculta, es hipócrita, es mentiroso, es engañoso- pero otra cosa es no dimensionar el efecto de la mentira manifiesta ante temas que han afectado la subjetividad, la vida emocional, material y social de cada uno de nosotros. Esta mentira acaba con la performatividad de la palabra presidencial. La palabra presidencial, a partir de ahora, es la palabra impotente. Argentina es una sociedad poco aficionada al cumplimiento de la norma, y esto está muy estudiado.Carlos Nino y su libro Un país al margen de la ley.En ese libro Nino desarrolla un concepto interesante, que es el de la anomia boba. Nino dice que uno puede incumplir una ley para obtener una ventaja. Un ladrón entra al banco y lo roba, incumple la ley, toma un riesgo pero se lleva la plata. Si no lo agarran, ganó algo: la plata que se llevó. Dice: “La anomia argentina no produce beneficios para nadie sino perjuicios para todos”. Y lo que hizo el Presidente es un típico caso de anomia boba. Si no hay ejemplaridad desde arriba es muy difícil que la sociedad quiera participar de la reposición del valor de la norma cuando ve que quienes pueden salteársela se la saltean amparados en la impunidad que les da el poder. Ahora, tu pregunta era acerca de aquel discurso.Sí, un discurso que tiene un valor fundacional en cada etapa.Yo creo que la razón de Estado es intrigante. En la oscuridad del poder se tejen cosas de las que nunca nos enteramos, pero creo que la palabra pública no puede ser intrigante, tiene que ser clara, honesta y creíble. Una cosa es el poder de noche tratando de producir cosas que muchas veces son desagradables, pero otra cosa es la palabra que se le da a los ciudadanos para construir un vínculo con ellos. Y la forma en la que el Presidente la deshonró es verdaderamente extraordinaria. Hay un magnífico filósofo norteamericano, Harry Frankfurt, que publicó un ensayo hace algunos años que fue un best seller: On bullshit. Bullshit no tiene una traducción muy precisa al español, pero bullshit es el discurso político que no es ni verdadero ni falso, es diferente a la verdad, y es muy habitual en el discurso público. Los franceses lo llaman a veces langue de bois, lengua de madera, que es hablar pretenciosamente sin decir nada, que es lo que uno ve cuando escucha a los políticos en televisión, en las asambleas. Es pura hojarasca. El bullshit es nocivo para la discusión política y para la comunidad política, pero no es una mentira. La mentira es decir algo que uno sabe que es falso. Y eso lo que pasó con el Presidente. En público, ante la evidencia de la falsedad, el del Presidente es un gesto que en nuestra sociedad, tan habituada a excesos de todo tipo, no habíamos tenido hasta ahora.Usted dijo que la comunidad política en la Argentina no existe. ¿Qué es lo que hace a una comunidad política?Una comunidad política es una comunidad que hace un esfuerzo compartido para lograr beneficios colectivos. Eso supone reglas e instituciones pero también lenguaje y formas de cooperación. Lo podría decir citando a alguien con quien tengo algunos acuerdos y también desacuerdos que es Vicente Palermo. Él dice: “El principal factor negativo, el obstáculo para recrear comunidad política, probablemente sea nuestra intemperancia, nuestra rigidez, nuestra tendencia colectiva a la intransigencia”. Y yo creo que acá la polarización impide dos cosas. Impide la puesta en duda de las creencias propias, que es una condición para reconocer qué es lo que puede haber de valioso en las creencias ajenas, e impide a la vez el acuerdo en soluciones imperfectas que son las únicas soluciones democráticamente posibles y valiosas. Lo que estamos viendo son grupos de personas que se afirman en sus convicciones, convicciones que incluyen la de excluir al otro. Y en la medida en que eso pasa, no tienen ninguna disposición a buscar acuerdos que impliquen conceder parte de sus ideales a cambio de poder cumplir parcialmente otros ideales.Y usted cree que esto es uno de los obstáculos para la existencia de la comunidad política…Sí, porque un Estado sin comunidad política no es más que una juridicidad vacía. Cuando digo una juridicidad vacía, quiero decir: tenemos una regla electoral que, en ausencia de una comunidad política, lo que provoca es la alternancia de proyectos destinados a fracasar. Esa forma de impedir que el otro lleve adelante su proyecto, pero a la vez, saber que el otro impedirá que uno lleve adelante su proyecto, provocó en los últimos 50 años ciclos de crisis recurrentes que antes eran cada diez años. Pero si uno mira las curvas de la economía argentina de los últimos diez años, va a haber que la incapacidad a la que ha llegado nuestra clase política es tal que ni siquiera podemos tener cuatro, cinco o seis años de crecimiento sostenido, ya no digo diez. Tenemos un año de crecimiento, un año de caída, un año de crecimiento, un año de caída. Que no haya cinco, seis o diez años de crecimiento sostenido está provocando esta catástrofe social, económica, productiva, cultural, educativa y sanitaria.La Argentina ha pasado por varias situaciones abismales. ¿Cree que estamos frente a una?Pablo Gerchunoff habla de un tratado de paz para mejorar la capacidad exportadora, para atender las viejas necesidades del mercado interno. Martín Rapetti habla de la necesidad de establecer una meta de Estado, una política de Estado. Marcos Novaro está tratando de imaginar un modo de organizar la sucesión política para que quien está en la oposición no sea obstructivo sino colaborador con el gobierno. Además de ellos, hay economistas como Marina Dal Poggeto que tienen ideas acerca de cómo recrear la confianza para que los capitales argentinos en el exterior vuelvan a la economía. Hay mucha gente que está identificando el problema e imaginando soluciones. Y eso siempre es un elemento de aliento: no digo de esperanzas pero sí de expectativas. Simultáneamente diría: no veo hasta ahora que los sectores del poder tengan una disposición alta a la escucha ni de estos diagnósticos ni de estas soluciones

Fuente: La Nación

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Más allá de las incógnitas –globales y locales– que aún impiden visualizar la etapa pospandemia, la Argentina se encamina hacia un escenario de “nueva anormalidad” en materia económica, donde lo accesorio prevalece sobre lo importante que, a su vez, tiene carácter provisorio hasta las elecciones legislativas de noviembre.Quizás uno de los ejemplos más claros haya sido el anuncio de Alberto Fernández en Isla Maciel sobre el retorno de las imágenes de San Martín y Belgrano, más Güemes y Juana Azurduy, a los billetes de pesos argentinos, para desplazar a la serie con “animalitos” autóctonos surgida en 2016 durante la gestión de Mauricio Macri.El Presidente no dejó en claro si esa vuelta de los próceres será un desagravio o una ofensa. Por un lado, tuvo el atrevimiento de afirmar que “San Martín miraba el país igual que nosotros” (sic), aunque sin entrar en comparaciones imposibles sobre su rectitud moral ni su austeridad. Por otro, evocó la gesta libertadora sanmartiniana, pero omitió decir que la Argentina no ha logrado liberarse de una inflación crónica que sólo en los últimos 10 años destruyó el valor del peso al acumular una suba de 1300%.Modo electoral: el riesgo que podría generar en la inflación las apuestas del Gobierno para reactivar el consumoEra una referencia ineludible para hablar de moneda. El actual billete de máxima denominación (de $1000, con la figura del hornero) equivalía a 12,7 dólares en el mercado paralelo a fin de 2019 (cuando ya regían el cepo y el cupo de US$200 mensuales) y ahora se reduce a 5,50; o sea menos de la mitad. En Uruguay, Chile y Brasil, en cambio, la equivalencia del billete de mayor valor va de 27 a 45 dólares.El Presidente tampoco aclaró si las imágenes de San Martín y Belgrano reaparecerán en nuevos billetes de mayor denominación ($2000, 5000 ó 10.000) como había trascendido antes de la pandemia, para evitar que con el aluvión de emisión monetaria corran la misma suerte de sus antecesores de $5 y 10, reducidos primero a desechos de papel y ahora a monedas de escaso uso.Esa posibilidad viene siendo descartada por el Gobierno por dos motivos. Uno, para no evidenciar la suba de la inflación, que este año se ubicará no muy lejos del 53,8% que en 2019 dejó Macri, a quien el oficialismo demoniza como culpable de todos los males, incluso los de arrastre desde hace décadas. Otro, para mantener la “ilusión monetaria”: no tiene el mismo efecto psicológico cobrar un sueldo o jubilación mínima con cinco o seis billetes de $5000 que con muchos más de menor denominación. Un cálculo del economista Bernardo Kosacoff revela que el poder de compra de cada billete de $100 se redujo a menos de 1,50 en pesos constantes de diciembre de 2002.De mantenerse esta tendencia, los próceres volverán en miles de millones de billetes que seguirán perdiendo valor más temprano que tarde. Por lo pronto, hace un tiempo que el Banco Central dejó de publicar regularmente en su sitio web la cantidad de billetes en circulación. Según un relevamiento de LN Data, a fin de 2020 los de $100 eran casi la mitad (45,8%) y los de $1000 el 13,3% de un total cercano a 7000 millones de billetes que sumaban un valor de casi $2 billones.La historia del bebé entregado por sus padres a los marines en el aeropuerto de KabulPara desagraviar y honrar a los próceres, entonces, lo mejor sería poner en marcha un plan económico consistente para atacar las causas de fondo y no los efectos de la inflación. La experiencia de otros países para bajarla a un dígito anual indica que requiere políticas de Estado (disciplina fiscal, monetaria e independencia de los bancos centrales) de aplicación persistente a lo largo de varios años.No parece que esta haya sido la intención de Cristina Kirchner cuando en otro acto de campaña sostuvo que “la vida que queremos requiere no de uno sino de muchos períodos de gobierno”. Presumiblemente del mismo signo ya que, para el Frente de Todos, el arco político se divide entre oficialistas y “odiadores”, lo cual aleja la posibilidad de acuerdos en el Congreso.Con escasas y honrosas excepciones, algo similar ocurre con la mayoría de los precandidatos a las PASO, cuyos breves spots radiales y televisivos se asemejan a un casting para acceder a una banca mediante consignas individuales alejadas de la función de los cuerpos legislativos.Muy pocos apuntan a la necesidad de bajar la inflación y su efecto multiplicador sobre la pobreza. Ni dicen que el populismo sin recursos es la antítesis de la estabilidad económica, además de un freno al crecimiento del PBI y la creación de empleos a base de inversión privada.Otro tanto ocurre con el típico péndulo de políticas económicas. Aquí el propio Gobierno bajó significativamente el déficit fiscal y la base monetaria en los primeros cinco meses de 2021, pero luego subió el gasto público y la emisión para mejorar las chances electorales del oficialismo en noviembre. O sea, dos acciones de signo opuesto dentro de un mismo año.De ahí que la campaña se haya convertido en un festival de gastos y subsidios de todo tipo. Desde la creación de más de medio centenar de programas en varios ministerios para llegar a segmentos específicos de votantes (con asignaciones presupuestarias, cargos y estructuras de personal ad hoc, como detalló Diego Cabot en LA NACION del martes pasado), hasta proselitismo energético (obras eléctricas y reestructuración de deudas de distribuidoras provinciales) y ferroviario (remodelación de estaciones). A esto se agrega la dudosa intención oficial de transformar planes sociales en puestos de trabajo para un universo de millones de beneficiarios que supera al declinante número de asalariados formales en el sector privado.Cambio climático: Buenos Aires logró reducir las emisiones de gases y sigue su carrera para ser vanguardia en la regiónComo ningún aumento del gasto se compensa con reducciones en otros rubros, todo es a costa de los contribuyentes de 170 impuestos nacionales, provinciales y municipales, más la mayoría de la población perjudicada por el impuesto inflacionario. Por caso, el Gobierno mantiene el mismo mínimo no imponible de 2020 (2 millones de pesos) para Bienes Personales, que hace 30 años nació como “impuesto a la riqueza” y hoy equivale al valor de un auto 0 kilómetro de gama media.Además, la deuda en pesos que coloca el Tesoro para financiarse tiene un doble efecto negativo. Por un lado, reduce la disponibilidad de crédito al sector privado. Por otro, lo encarece con impuestos, tasas y alícuotas que llegan hasta el 40% del costo financiero total de un préstamo, como acaban de denunciarlo las entidades que nuclean a los bancos extranjeros y nacionales (ABA y Adeba).Por su lado, la AFIP “rifó” el blanqueo de pesos y dólares por cuatro meses para reactivar la construcción o terminación de viviendas, ya que reglamentó la ley apenas una semana antes de que venciera el plazo para la alícuota más baja (5%) por lo cual tuvo escasa adhesión. Y ahora que el régimen caducó el 6 de agosto, su reedición con una nueva ley está frenada en el Congreso debido a la campaña electoral.No son las únicas anormalidades que caracterizan a esta etapa. El fin del ASPO y el DISPO por la pandemia dejó en una zona gris a la cobertura por las ART de los gastos de internación, salarios caídos o fallecimientos por Covid al personal esencial que debía concurrir a sus trabajos. Desde la cuarentena en adelante, esas indemnizaciones eran reintegradas a través del Fondo Fiduciario de Enfermedades Profesionales que administra la Superintendencia de Riesgos de Trabajo e inicialmente ascendía a $5000 millones. En abril se amplió a través de un aporte de $40 por trabajador, ajustable por el Ripte hasta fin de año. Pero con la progresiva reanudación de actividades, ahora resulta difícil determinar si los contagios se producen dentro o fuera del ámbito laboral, lo cual puede dar lugar a nuevos reclamos por vía judicial a las ART, afectadas por la “industria del juicio” pese a que una ley sancionada por unanimidad en 2017 regula las indemnizaciones a través de un listado de porcentajes predeterminados de incapacidad laboral (Baremo). La buena noticia para las aseguradoras y las empresas es que últimamente tanto la Corte Suprema de Justicia como las de tres provincias (Santa Fe, San Luis y Jujuy) revocaron fallos con indemnizaciones insólitas fijadas por peritos que cobran en función de esos montos, además de ratificar la aplicación del Baremo. Pero tanto en la CABA como en las 15 provincias que adhirieron a la ley, sigue pendiente la conformación de Cuerpos Médicos Forenses para ponerla en práctica después de cuatro años.Dentro de estas anormalidades económicas, un dato preocupante es que la creciente cuenta de subsidios estatales a la energía podría llegar en 2021 al equivalente de US$ 10.000 millones, según una proyección del Instituto Mosconi, mientras la importación de gas y combustibles líquidos para generación eléctrica ascendió en los primeros siete meses a US$ 3000 millones. Una reedición del doble problema (fiscal y externo) que hundió la macroeconomía kirchnerista en el período 2012/2015.nestorscibona@gmail.com

Fuente: La Nación

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Después de más de cinco años de recesión y caída en las ventas, los supermercados mayoristas se perfilan como los ganadores del nuevo mapa del consumo que muestra una economía argentina mucho más empobrecida. Acompañando a los cambios en los hábitos de los consumidores y el vuelco de los clientes hacia los locales de venta al por mayor, las principales cadenas del rubro son las únicas que mantienen algún ritmo de expansión a través de la apertura de nuevas bocas y la remodelación de sus sucursales.En un sector dominado básicamente por jugadores locales como Vital, Diarco, Maxiconsumo o Yaguar, sobresale el caso de Makro. A contramano del éxodo de multinacionales que vive el mercado argentino, la cadena de capitales holandeses en plena pandemia inauguró un supermercado en Benavídez, en el norte del Gran Buenos Aires, con una inversión de $850 millones, y ahora continúa a la búsqueda de nuevas oportunidades de expansión y no descarta más aperturas de tiendas.El consumo marcó su primer resultado positivo tras 14 meses en caídaEn diálogo con LA NACION, el venezolano Pedro Balestrini, CEO de Makro Argentina, adelantó cuál es el formato comercial de la filial del grupo holandés SHV para adecuarse a la nueva normalidad argentina y cómo impacta la inflación en su negocio.En su condición de venezolano, Balestrini además precisó las diferencias que implica hacer negocios en la Argentina y en su país de origen, y descartó cualquier posibilidad de salida del mercado local. “En la Argentina estamos hace 33 años y a nivel mundial la empresa opera en 60 países, así que sabemos adaptarnos a las diferentes situaciones”, explicó el CEO de la compañía que cuenta con 24 sucursales con la marca Makro y otras cuatro con la bandera Basualdo, 2500 empleados y que cerró 2020 con una facturación superior a $35.000 millones.-¿Cómo cambió el modelo de Makro en la Argentina en la pandemia?-Nuestro modelo refleja los cambios del mercado. Somos una cadena mayorista, de lo que se conoce como cash and carry (autoservicio mayorista), pero la experiencia del cliente hoy es completamente distinta. Estamos trabajando para llevar una compra más cercana, orientando nuestros locales hacia el consumidor final e incorporando propuestas como una mejor iluminación de las góndolas, la fachada de los locales, una mejor presentación de los productos y más servicios como la carnicería asistida o la panadería. Pero a la vez seguimos siendo un mayorista, que está dirigido al cliente profesional y lo que se conoce como el canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías). Desde 2018 venimos ejecutando lo que llamamos la estrategia Makro para todos, y buscamos ser un mayorista moderno e inclusivo en el que todos puedan comprar.-¿Y qué participación tienen los consumidores finales en las ventas de Makro?-No hay un número parejo para todas las sucursales y depende mucho de la ubicación de la tienda. En nuestra última apertura que fue en Benavídez, la propuesta está más orientada al consumidor final y hoy este tipo de clientes representa cerca del 80% de las ventas de la sucursal, pero en otras tiendas ronda entre 35 y 40 por ciento.-A futuro se imaginan compitiendo más con Carrefour o Jumbo que con Vital o Diarco?-No queremos ser un retail, sino mantenernos en nuestro negocio que es el mayorista. Siempre es peligroso convertirse en algo que no sos y tenemos claro que vamos a seguir siendo un mayorista, aunque a la vez queremos involucrar propuestas que le mejoren la experiencia de compra al consumidor final. Esta es una tendencia que estamos llevando a nivel regional y con algunas diferencias pasa algo parecido en otros países donde estamos como Brasil, Colombia o Venezuela.Como todos los autoservicios mayoristas, Makro creció de la mano de la incorporación de consumidores finales (Ignacio Sánchez/)-El año pasado inauguraron una tienda en Benavídez. ¿Analizan nuevas inversiones en la Argentina?-Siempre estamos analizando inversiones en nuevas tiendas y también en la adecuación de las sucursales que ya tenemos y en las posibles alianzas con nuevas empresas. Además hicimos una inversión importante en la incorporación de Oracle Retail como sistema central de gestión, lo que nos permitirá mejorar los procesos de abastecimiento en las sucursales, haciendo más eficiente la distribución, almacenamiento y gestión de inventarios.Una sociedad que vive implosiones silenciosas-¿El canal gastronómico se recuperó o todavía sigue muy golpeado?-2020 fue un año terrible para el canal Horeca. Sin embargo, más o menos el 50% de nuestros clientes del rubro se mantuvo activo todo el año, mientras que la otra mitad estuvo entrando y saliendo de acuerdo a la evolución de la pandemia y las aperturas. En 2021 nos estamos adaptando a la nueva normalidad y vemos una recuperación progresiva y lenta del sector, que marcha en paralelo con la apertura progresiva de la actividad.-¿Y la demanda de los autoservicios chinos se recuperó?-La verdad es que trabajamos poco con los chinos. Se trata de clientes que buscan agresivamente la oferta. Es una estrategia completamente respetable, pero no es un sector que ataquemos activamente. Nosotros como cadena apostamos al volumen, pero también cuidamos mucho el margen.-En el último tiempo se produjo un éxodo de muchas multinacionales incluyendo algunos competidores de Makro como Walmart. ¿Analizaron en algún momento irse del mercado local?-Hace 33 años que estamos en la Argentina y pertenecemos a SHV, un grupo de los Países Bajos que tiene más de 120 años de antigüedad con presencia en 60 países, más de 60.000 empleados, y siete negocios diferentes. Cuando llegamos a un país es para quedarnos. La Argentina tiene muchos vaivenes, sabemos muy bien los vaivenes que tuvo durante estos más de treinta años. Siempre estamos buscando oportunidades, incluso seguimos abriendo en pandemia, como la sucursal que inauguramos a fines del año pasado. Y ahora la idea es seguir creciendo, con más aperturas.Se fundió dos veces y ahora es el mayorista más grande del país-El Gobierno acaba de presentar Súper Cerca, una nueva canasta dirigida para los mayoristas y sus clientes, como almacenes y autoservicios chinos. ¿Cree que puede funcionar?-Como empresa siempre acompañamos los planes del Gobierno y creemos que este tipo de programas siempre van en beneficio de los consumidores y de hecho estamos participando. En el caso puntual de Súper Cerca todavía es un programa muy reciente y estamos hablando con los proveedores. La promesa está de que los productos se van a ir entregando.-¿Cómo ven la evolución de la inflación? ¿Hay señales de alguna desaceleración en el rubro alimentos?-La meta del 29% para todo el año obviamente ya quedó atrás y los números hablan por sí solos. Estamos en una inflación del 48 o 50% anual. Los programas que impulsa el Gobierno tienen cierto impacto favorable, pero la experiencia dice que es muy difícil controlar a la inflación con leyes o decretos. En los últimos dos meses, el ritmo de aumentos bajó un poco y ojalá la tendencia se mantenga, pero no vemos un descenso muy sensible.-Antes de volver a Makro, trabajó como CEO en una firma petroquímica en Venezuela. ¿Cómo es presidir una empresa en un mercado como el venezolano?-Es complejo. Ser CEO en Venezuela implica adaptarse a una dinámica de cambio constante y a todo tipo de regulaciones. Pero después de trabajar durante 36 años en distintos destinos y en distintos sectores, lo único que puedo decir es que cada país tiene su complejidad. Venezuela tiene sus cosas, pero la Argentina y Colombia también son mercados complicados. En Colombia, por ejemplo, la competencia en nuestro negocio es altísima, más grande incluso que la que hay en la Argentina.-Pero me imagino que Venezuela debe ser un entorno mucho más complicado para hacer negocios?-Esa pregunta me la hizo una vez el CEO mundial de Phoenix, la compañía para la que ya trabajé entre 2012 y 2017. Me pidió que les comentara a los compañeros de otras filiales cómo era hacer negocios en Venezuela. Y yo contesto siempre lo mismo: no se puede aplicar lo que te pasa en un país a otra realidad. Por ejemplo, en Venezuela tenés muchas más regulaciones para operar, pero por otro lado la competencia es mucho menor lo que en un punto representa una ventaja.

Fuente: La Nación

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