CINCINNATI (AP) — Nick Castellanos bateó un jonrón solitario en el noveno capítulo con un out y los Rojos de Cincinnati se impusieron el sábado 7-6 sobre los Nacionales de Washington.Los Rojos permanecieron seis juegos detrás de San Luis en la lucha por el segundo pasaporte de comodín a la postemporada en la Liga Nacional. Cincinnati ganó duelos consecutivos, algo que no conseguía desde que barrió a Miami en una serie de cuatro compromisos, del 19 al 22 de agosto.Con cuenta de 0-1 frente a Patrick Murphy (0-3) en su segundo inning de trabajo, Castellanos bateó una línea por todo el bosque central. Llegó así a 31 vuelacercas, la mayor cifra en su vida.El dominicano Juan Soto, líder de bateo de la Liga Nacional, bateó de 3-1 con dos boletos por Washington. Dejó su promedio en .324.El relevista Mychal Givens (4-3) escapó tras permitir un jonrón al venezolano Keibert Ruiz, quien dio la ventaja a Washington con el batazo pegado al poste de foul del jardín derecho.Por los Nacionales, los venezolanos Alcides Escobar de 5-1 con una anotada, Ruiz de 4-1 con dos anotadas y una empujada. El dominicano Soto de 3-1 con una anotada.Por los Rojos, el venezolano Eugenio Suárez de 3-2 con dos impulsadas. El cubano Vladimir Gutiérrez de 1-0. El dominicano Arístides Aquino de 1-0.

Fuente: La Nación

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La primera semana después de la mayor crisis política del gobierno nacional comenzó el lunes por la tarde. Fue tras la jura de los flamantes funcionarios y se extendió hasta ayer durante buena parte del día. Esa hiperactividad atípica buscó erigirse en una suerte de “lavada de cara” de la imagen de la gestión, con jornadas que empiezan a primera hora y terminan con anuncios en el ocaso del día.Todo ello, junto a actos y reuniones varias, compuso la puesta en escena con la que el oficialismo busca relanzar la gestión rumbo a los comicios generales de noviembre. En ese escenario, el principal cambio en la gestión se dio con la llegada de Juan Manzur a la Jefatura de Gabinete. “Es más volumen y músculo político”, coincidieron las distintas voces consultadas por La Nación. Todos usaron ambas expresiones -repetidas casi hasta el hartazgo esta semana- para referirse a lo que consideran el principal aporte del tucumano, al que le resaltan su experiencia en gestión y que “aporta una cuota de federalismo”.En lo concreto, desde la mañana del martes, apenas horas después de su jura, Manzur buscó imponer una agenda diferente. A primera hora de ese día se reunió con la ministra de Salud, Carla Vizzotti y apuntó a una drástica “vuelta la página’’, como la definieron en el propio gobierno. Juntos anunciaron el fin del uso del barbijo al aire libre, a partir del 1° de octubre. Una respuesta clara y directa a una sociedad que el oficialismo leyó como “muy golpeada” por la pandemia, que implicó más de 18 meses de restricciones.Conferencia de prensa de Juan Manzur y Carla Vizzotti (Presidencia/)“Basta de Comité de Expertos, retomó la agenda política”, resumió exultante un funcionario de primera línea que celebró la llegada de Manzur. “La gente está golpeada económica, sanitaria y psicológicamente, había que darle una buena noticia”, completó. “Le tomamos la agenda a Juntos”, esbozó otro.Sobre el final de ese mismo día llegó el anuncio de la suba en el salario mínimo vital y móvil, que se transmitió desde Balcarce 50 a diferencia de lo que sucedía habitualmente, cuando se conocía desde la cartera de Trabajo.Así, por segunda vez en el día, el Gobierno era “una usina de buenas noticias”. En el mensaje, Manzur se mostró con el ministro del área, Claudio Moroni, y hasta la Casa de Gobierno también se trasladaron los principales actores de la negociación: funcionarios, sindicalistas y empresarios. Antes de eso, Fernández había hablado ante la Asamblea General de la ONU y referido a la deuda argentina como “deudicidio”.Pocas horas después, para la mañana del miércoles llegó la reunión de gabinete, que fue tanto noticia por la atipicidad de su horario como por el contraste con la falta de asiduidad de esos encuentros en el gobierno. Allí cada ministro expuso sobre su gestión y en el próximo encuentro, previsto para comienzos del mes próximo, deberá explicar sobre el estado de cada uno de sus objetivos mencionados en este encuentro.La reunión empezó a las 7.30, lo que motivó que varios ministros se preocuparan por dejar sentado, en off, que para ellos “no era un sacrificio” porque suelen empezar sus gestiones a primera hora, pero que “hasta ahora nunca habían sido convocados”. Nadie quiere quedar en la mira en la nueva gestión de gobierno, en la que casi todos se creen prescindentes y miran con desconfianza lo que sucederá el día después de las elecciones del 14 de noviembre.Tras terminar el encuentro, Manzur viajó a José C. Paz para participar de un acto junto a Fernández. Sobre el final de ese día llegó el anuncio de que el nuevo piso para pagar el impuesto a las ganancias es de 175.000 pesos. El jueves volvió a encontrar a Fernández dando un mensaje ante las Naciones Unidas y a Manzur acompañando el lanzamiento del programa Mi Pieza, junto al ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta.Fue en el partido de Moreno y allí Manzur mostró otro de sus rasgos políticos al tomar de la cabeza a la responsable del comedor local y besarla en la frente, como agradecimiento por su trabajo. Fue otro de los puntos en los que aseguran que marcó diferencia, al acercarse más a la gente. “Viene de ser gobernador, tiene un enorme conocimiento del manejo del Estado y una muñeca política innegable”, completó otra fuente del gobierno.El atardecer del viernes, Manzur entró a la Casa Rosada por la explanada que da a la avenida Rivadavia. Lo hizo sonriente, saludando con las manos en alto a los periodistas ubicados en el Patio de las Palmeras. Era el ocaso de su primera semana a cargo de la jefatura de ministros. A partir de la que viene seguirán los anuncios económicos, día tras día. El objetivo es el 14 de noviembre y la marcha, contra reloj.

Fuente: La Nación

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Cristina Kirchner asiste a prudencial distancia a los primeros pasos de un gobierno que ella propició, pero que siente ajeno. Es la consecuencia de un acto de desesperación que sucedió a la derrota electoral y que entre sus operadores fieles comparan con una “demolición controlada”.En esa lógica, el resultado de las primarias provocó un daño estructural tan inmenso en el esquema de gestión de Alberto Fernández que solo cabía derrumbar la estructura restante de forma rápida y segura para evitar un desastre mayor en el futuro. El motín de las renuncias de ministros y la carta pública que ella firmó fueron la dinamita que la tarea requería, ante el titubeo que percibió en el hombre a quien ella le confió en 2019 las llaves de la Casa Rosada.La batalla en la Corte. La derrota de un poderoso que decidió romper todos los puentesJuan Luis Manzur asumió como virtual interventor presidencial entre los escombros del Frente de Todos. Cristina lo empoderó como quien se resigna a un destino amargo. Tuvo que elegir entre lo malo y lo peor. Darle la botonera a un peronista clásico que hace apenas tres años clamaba por jubilarla o asomarse al abismo de una crisis política capaz de arrasar con el kirchnerismo.Alberto Fernández llega solo a un acto en Pilar que encabezó Manzur; él se reunió después con jubilados, fuera de cámara (Tomás Cuesta/)El nuevo Gabinete responde a una estrategia defensiva de la vicepresidenta. Ella escribió en su carta que sabía que el Frente de Todos iba a perder las elecciones. Después de la caída del domingo 12 empezó a temer cosas más serias. Que el malhumor social se canalice en protestas populares. Que las carencias en la gestión conduzcan a una crisis cambiaria severa. Que un gobierno “sin temperatura de calle” y derrotado en las urnas fuera incapaz de conducir el conflicto con un cierto orden hacia el lejano 2023. Y nunca hay que olvidar el peso que ejerce en su ánimo la amenaza de las causas judiciales irresueltas contra ella.“Se puede volver de una derrota, como demostramos en 2015. De un desastre político no”, sintetiza un legislador de diálogo cotidiano con la vicepresidenta.El movimiento de Cristina tiene doble faz. Un alarde de poder humilló al Presidente y le cambió el Gabinete. A cambio, se expuso en toda su debilidad al cederle la administración al peronismo clásico que ella y sus seguidores venían a reemplazar.Manzur es todo sonrisas, pero no tiene un alma dócil. Ofrece prestaciones que hoy ni Alberto Fernández, ni Axel Kicillof ni los muchachos de La Cámpora pueden ofrecer. Contactos empresariales, diplomáticos y judiciales, experiencia en repartir fondos públicos, cintura para negociar con propios y extraños.Lo demostró apenas juró. Reuniones al amanecer para mostrar acción. Fin de la pandemia por decreto. Y una catarata de anuncios para impulsar el consumo. El plan “platita en el bolsillo”, como lo bautizaron en un sector del oficialismo en homenaje al cinismo creativo de Daniel Gollán.“Vamos a jugar el fútbol que le gusta a la gente”, ironiza un ministro del ala albertista. Es lo que pedía Cristina. El nuevo encargado de Educación, Jaime Perczyk, exige presencialidad total en las escuelas. Julián Domínguez ultima detalles de una flexibilización del cepo a la carne para anunciarles a los integrantes de la Mesa de Enlace la semana que empieza, en sintonía con el clamor de los gobernadores peronistas de provincias agropecuarias. A Aníbal Fernández le pidieron mostrarse con Sergio Berni en el conurbano, en busca de revertir la imagen despreocupada de la ministra a quien la aburría la calma de Suiza. También prevé aumentar el envío de fuerzas federales a Rosario, en plena guerra narco.La mira en noviembreCristina Kirchner sale del Senado después de emitir su carta pública contra Alberto Fernández y antes de partir a El Calafate (Hernán Zenteno/)Recluida en El Calafate, Cristina no se engaña. Remontar en noviembre la diferencia de 9 puntos en las PASO asoma como una utopía. La profundidad del pesimismo social no parece arreglable con un puñado de anuncios paliativos y una revisión del discurso sombrío y gritón. Como en pocos otros aspectos coincide con el diagnóstico del albertismo: el objetivo realista consiste en acercarse a Juntos por el Cambio y si acaso torcer la suerte en alguna de las provincias que elige senadores para no perder la mayoría en la Cámara alta.Es una meta de supervivencia en busca de un piso para la crisis interna. Para eso Cristina se entregó al peronismo clásico. Hasta noviembre Manzur tiene las manos libres para gobernar y hasta para ilusionarse con una candidatura presidencial en dos años. La ciencia ficción es una rama de la política argentina.El gobernador tucumano en uso de licencia (que los sueños no atenten contra el pragmatismo) marcó territorio. Su cuenta de Twitter es una galería de retratos en su despacho de la Casa Rosada con gobernadores, intendentes y ministros a los que atendió desde el lunes con cara de jefe. En cualquier momento lo recibe al Presidente.Mientras, las réplicas del terremoto poselectoral continúan sacudiendo a lo que queda del Frente de Todos. Fernández siente alivio después de la semana de locura que siguió a las PASO. Vivió como un triunfo que Santiago Cafiero pudiera continuar en el Gobierno, aunque corrido del despacho de al lado al suyo. Cree que el empoderamiento de los gobernadores peronistas será al cabo una barrera protectora contra Cristina. Entre quienes lo tratan habitualmente resuena cada vez más seguido aquella frase que se le escapó en el discurso de la derrota el domingo 12: “Nada quiero más que terminar este mandato”.Unidos a la fuerza: Máximo Kirchner, Mario Ishii, Alberto Fernández, Axel Kicillof y Juan Manzur, en José C. Paz (Silvana Colombo/)A diferencia de lo que pasó en la anterior campaña, el Presidente acepta un papel secundario. Le toca hablar menos y esforzarse en el contacto personal. No asistirá a todos los actos o en todo caso irá para mezclarse con la gente mientras los discursos los dan otros, como hizo el viernes en Pilar. El cepo a las declaraciones es incluso más intenso con la candidata bonaerense Victoria Tolosa Paz, que sale en todas las fotos, pero callada la boca. El peronismo también es abstinencia.La reformulación de la campaña es tortuosa. Se eliminó el eslogan “la vida que queremos” y no hay acuerdo de cómo reemplazarlo. Cada gobernador peronista asumirá la misión de buscar votantes desmovilizados con su receta personal. Manzur les proveerá de lo que necesiten, mientras se empeña en transformar el sentir de la calle.La derrota fue tan drástica que no dejó una voz autorizada para apelar al milagro. Kicillof lo sufre en silencio, destratado por su madre política cuando le encomendó a Martín Insaurralde la jefatura del gabinete bonaerense.Máximo Kirchner empujó fuerte para colocar allí a su mejor aliado entre los intendentes. Expuso la interna subterránea que lo enfrenta con modos cuidados a Kicillof. El hijo de la vicepresidenta repite en estas horas una autocrítica basada en las fallas del oficialismo en su acción territorial. Culpa a la pandemia, por el obstáculo que impuso a la conexión entre los dirigentes y los votantes. Una forma de no admitir un problema de raíz en la intermediación política, que se expresa en la enorme disociación entre el discurso de la dirigencia y las preocupaciones profundas de la sociedad.En la digestión de la derrota el camporismo habla de una campaña de brazos caídos de intendentes del conurbano y organizaciones sociales kirchneristas. Y acusan al gobernador de haberse encerrado en su círculo íntimo, sin atender las demandas de la política.Juan Manzur y Martín Insaurralde tuvieron su primera reunión como jefes de Gabinete (Prensa Insaurralde/)Apunten contra GuzmánLa batalla más cruenta de Máximo, de todos modos, es con Martín Guzmán, sobreviviente del cataclismo epistolar de hace 10 días. Con la dulzura desafiante que irrita a sus enemigos, el ministro de Economía enmendó esta semana a Cristina cuando le explicó por radio que él no hizo un ajuste sino que subieron los ingresos. Y se apresta a defender su proyecto de presupuesto, que incluye un significativo ajuste de tarifas para 2022.A Máximo lo alertó Federico Basualdo, el subsecretario al que Guzmán no pudo echar en mayo. Le dijo que para cumplir la letra del proyecto de ley habría que ejecutar subas mayores a la inflación prevista. Del orden del 42% en gas y en las eléctricas que prestan servicios en la ciudad de Buenos Aires (Edesur y Edenor). En otros artículos del proyecto se establecen cifras de actualización módicas en obra pública y otras inversiones que el kirchnerismo considera vitales para una reactivación.Andrés Larroque salió a graznar contra el ministro cuando dijo que no es momento de “amarretear”, anticipo de la resistencia que planteará Máximo en la Cámara de Diputados.El ministro Guzmán, en una reunión de trabajo de esta semana (MECON/)La confianza de Guzmán en que el papel de negociador con el Fondo Monetario Internacional (FMI) lo vuelve intocable contrasta con las quejas que salen de las usinas kirchneristas. Cristina le dio cuerda hasta noviembre. Acaso hasta marzo, si consigue acomodar la deuda. No es el ministro que imagina para un gobierno que la represente de cara a la pospandemia.Se reproduce así el problema fundacional del artefacto que inventó Cristina en 2019: una administración afectada por vetos cruzados que inmovilizan y terminan consagrando un festival de internas inconducentes. Quedó claro que la tregua es frágil en exceso cuando un ministro en general moderado como Claudio Moroni (Trabajo) se animó a criticar en público a Eduardo de Pedro por haber presionado a Fernández con su amenaza de renuncia hace dos miércoles. El Presidente volvió a hablar con el jefe del Interior al que llamaba cariñosamente “Wadito”, pero la relación no es la misma. Hay quienes dicen que celebra la sobreactuación de las reuniones oficiales que hace Manzur con gobernadores, interlocutores naturales del ministro político. El tucumano, cauto, se prodiga en abrazos y elogios públicos a su colega cristinista.Análisis: la jefa ya no es infalibleEn territorio albertista no abunda el optimismo. Guzmán les promete una recuperación franca a partir de los próximos meses, a pesar de las infinitas dudas que generan el aumento del gasto electoral, la fragilidad de las reservas y la incertidumbre sobre la deuda. Pero incluso si eso se cumpliera persiste el problema político de la fractura (por mucho que se disimule) en el Frente de Todos. No hay peor obstáculo para la confianza, vital para fomentar la principal demanda social de este tiempo: trabajo genuino.Las elecciones de septiembre atentaron contra la noción de que la unidad del peronismo garantizaba el triunfo. Visto lo visto, en las trincheras se preguntan: “¿Para qué seguir juntos si no nos soportamos y no alcanza para ganar?”. Hasta noviembre la respuesta es clara: admitir la ruptura sería suicida cuando todavía resta votar.Después se verá.Al peronismo tradicional -Manzur, los gobernadores, Alberto, ¿Sergio Massa?- podría interesarle desacoplarse del kirchnerismo para construir una opción que sintonice con las nuevas demandas ciudadanas. Básicamente, un capitalismo eficiente y un poder menos autoritario. ¿Y Cristina, no vería con agrado ir tomando distancia de un “gobierno ajustador” y preservar capital simbólico para batallas futuras?

Fuente: La Nación

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Siete de julio de 2020. Muertos por coronavirus: 62. Es mediodía y un patrullero de la policía recorre las calles con un megáfono: “Señor vecino, en el marco de la emergencia sanitaria y el aislamiento estricto, se le informa que deberá permanecer en su domicilio. Recuerde que cuidarse es cuidar al otro. Quédese en casa”.21 de septiembre de 2021. Muertos por coronavirus: 61. Es mediodía y aparecen en la pantalla del televisor la ministra Vizzotti y el jefe de Gabinete, Manzur, anunciando, palabras más palabras menos, que se termina el Covid en el país. Tenemos la misma cantidad de personas fallecidas que en julio de 2020, estamos a una bocha del porcentaje de vacunación requerida para la “inmunidad de rebaño” y usted se pregunta, querido lector, qué cambió para que nos liberen del yugo que nos tuvo cortitos. Acá va la respuesta: pasaron las PASO. Ah… por si no lo recuerda, Manzur fue gobernador de Tucumán y estuvo sospechado de hacer desaparecer las estadísticas sobre salud y mortalidad infantil, así como el flamante ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, hizo en su momento desaparecer las del delito. Pero no nos desviemos del tema de fondo: el chatarrerismo.“¡Compro, señora, compro. Heladeras, lavarropas, colchones. Comproooooo!”, va diciendo el hombre, megáfono en mano, desde la cabina de un rastrojero apaleado por el paso del tiempo, un domingo a la hora de la siesta.“Ya puede sacarse el barbijooo, invitar a la parentelaaaa, llenar la casa de amigoooos, ir a la cancha y de viaje de jubiladoooos”, propalan ahora funcionarios de gobierno montados en un avioncito de playa con altavoces y una bandera con la imagen del Nestornauta y la leyenda: “Sale Covid, entra boleta en la urna”. ¿Qué? ¿No los vio? Dese tiempo y verá cómo se le inunda la cuadra de chatarrerismo electoral.Es llamativo cómo están trabajando en Balcarce 50, en Olivos y en la Patagonia. Hasta Axelito atravesó el país para reunirse con la vicepresidenta. Por suerte, viajó en Aerolíneas y no como Cristina, que para ir a votar a Río Gallegos usó el T-04, el jet presidencial cuya hora de vuelo cuesta más de 6000 dólares. El avión oficial la dejó el jueves a la noche y volvió a la Capital. El domingo la fue a buscar para traerla a los no festejos del Frente de Todos. ¡Flor de Cabify aéreo!Al final, Alfonsín tenía razón con el traslado de la Capital. Si todo se cocina en el sur, hagamos una vaquita y despachemos el Gobierno a El Calafate, con megáfono o, mejor aún, con la máquina de hacer avisos en el aire. La de humo, porque, como suele decir Cristina, “todo tiene que ver con todo”.

Fuente: La Nación

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La eternidad puede durar entre 24 y 84 días: ese es el tiempo durante el cual podría extenderse la erupción del volcán Cumbre Vieja, en la isla española de La Palma.Las imágenes se suceden desde hace una semana, junto al retrato de la desolación de los habitantes de esa pequeña isla del archipiélago de Canarias.Entre 24 y 84 días se juega la eternidad para alguien que sabe que su casa está allí, en la línea de fuego abierta por la lava que avanza, lenta y sin pausa, en dirección al mar.Hay población evacuada, hay turistas evacuados, y todos ellos comparten la misma fascinación, un similar terror alucinado. No siempre las entrañas de la tierra se muestran de esta manera: piedras y fuego, un magma ardiente que se desploma sobre rutas, casas, escuelas, piletas, sembradíos. Las pequeñas huellas de lo humano más pequeñas que nunca, los ojos –no en vano esta es la era de las cámaras– desorbitados y nada que hacer más que acordonar, evacuar y esperar que la furia de la montaña termine.Antes de la erupción, a lo largo de ocho días los pobladores de La Palma perdieron la cuenta de los múltiples sismos que se habían ido sucediendo. Los especialistas sí los contaron: 25.000 pequeños y en principio inocuos sismos, la antesala del desastre.Cuentan que, aunque en ese archipiélago de islas volcánicas la reacción del Cumbre Vieja forma parte de lo previsible, los acontecimientos cobraron una velocidad inusual. Tanto, que se pasó de la alerta amarilla a la roja sin tiempo de hacer escala en la naranja; tras temblar, la tierra convulsionó, el volcán bramó, el fuego se desparramó, las cenizas agobiaron al cielo.Casi en simultáneo con el Cumbre Vieja, en Italia el Etna –volcán de historial más frondoso– también entró en erupción. El planeta se mueve, su interior y exterior se transforman y, una vez más, queda claro que no nos concede derecho al pataleo.

Fuente: La Nación

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“Sobrevivimos”, alienta Gabriel Goity en el inicio de la charla con LA NACION. El Puma, ese apodo que le ganó el match al nombre formal y que es la forma en la que todos lo llaman, no disimula su alegría por la reactivación de la producción de ficción y el estreno de materiales rodados previos a la pandemia de coronavirus, tal el caso de la miniserie Entre hombres, que este domingo 26 de septiembre estrenará la plataforma de streaming HBO Max y HBO, señal que emitirá un episodio cada semana.Pablo Fendrik: “Difícilmente pueda superar la violencia de Entre hombres”“Siempre se desea hacer un símil Scorsese o Tarantino, así que cuando me convocaron para este proyecto, me tiré de cabeza porque se trata de un proyecto bien para actores”, sostiene el intérprete, quien en la historia personifica a Garmendia, un sargento de la policía bonaerense, apodado “Mostro”. Mundo hostil, agresivo, con códigos propios en un ejercicio de dudosa civilidad propia. Drama criminal como Casino de Martin Scorsese o el iniciático Perros de la calle de Quentin Tarantino.El relato está basado en la novela de Germán Maggiori, un material de culto para los seguidores del género que alterna el thriller con pinceladas de humor corrosivo. La trama se desarrollará a través de cuatro episodios de una hora dirigidos por Pablo Fendrik, quien también colaboró en el guion que Maggiori formuló a partir de su material original. Entre hombres, producida por HBO, tiene como punto de partida una fiesta marcada por el sexo y las drogas donde acontece un crimen. Los allí presentes se verán comprometidos, incluyendo el poder político y policial, en un contexto de diferencias sociales en el conurbano bonaerense de la década del noventa.EntramadoEl drama criminal no es un género transitado frecuentemente por la ficción nacional. En ese sentido, Entre hombres apuesta a un tono de relato que cuenta con fanáticos y a un elenco dispuesto a entregarse a una poética desafiante. “Es un género maravilloso que nos encanta a los actores. Uno siempre está anhelando estar en este tipo de proyectos, de los cuales hay muy pocos, no es lo común a la hora de elegir trabajos en esta parte del hemisferio”, reconoce Goity, quien se maneja con igual comodidad tanto frente a cámaras como en la escena viva del teatro, ya sea apelando a la lógica del drama, como a la mueca de la comedia hilarante.Bajo las órdenes de Fendrik, director responsable de joyitas de nuestro cine como El asaltante y La sangre brota, Goity hizo el tránsito por un camino no usual y exigido: “No hay manera que vengan los impostores, como decimos entre los colegas, no se aceptan. Acá hay que saber actuar y haber actuado mucho tiempo para llegar a este tipo de personajes, que no son para novatos. De hecho, los actores jóvenes que trabajan en la serie, son de los mejores de habla hispana. (Diego) Cremonesi y (Nicolás) Furtado son muy jóvenes y parece que tuvieran cien años de experiencia”, dice el actor, que conoce muy bien el contexto conurbano, dada su crianza en El Palomar, al noroeste de Buenos Aires.-La buena factura de títulos como Entre hombres demuestra el potencial de la industria argentina.-En la Argentina podemos hacer este tipo de proyectos porque tenemos el material humano y no solo hablo de los actores, sino también de guionistas, directores, técnicos. Estamos capacitados y entrenados para cumplir con un género tan difícil como este, que se sigue expandiendo porque acá lo podemos hacer.Gabriel Goity apuesta a la continuidad de la producción de ficción que aborde géneros menos transitados como el drama criminal de Entre hombres (HBOMAX/)El sargento Garmendia compuesto por Goity, es un ser oscuro que palpita cómo los servicios de inteligencia están detrás de los pormenores de aquella fiesta pecaminosa y oscura donde el poder se dio cita con desenlace fatal. Despiadado, violento y corrupto, la criatura se refugia en el alcohol para sostenerse. Demacrado, con cicatrices y una campera de cuero adosada, la figura del personaje resulta inquietante. Acá los parecidos con la realidad, no son ingenuas coincidencias.-Tanto en la interioridad, como en la composición externa tan particular y definida, ¿cómo abordaste la aproximación a Garmendia?-Las conductas exteriores tienen que ver con una resultante del interior. Para lograr eso conté con un personaje muy claro definido en la novela y con la dirección de Pablo Fendrik, quien tenía clarísimo tanto a mi personaje, como a todos los demás. Él hablaba permanentemente del tono de la partitura, entonces, se trató de un trabajo arduo y de a dos, siempre con él al lado para la construcción.-Trabajaste codo a codo con Diego Velázquez, un actor muy interesante en su forma de abordar sus personajes.-Hacer dupla con uno de nuestros mejores actores facilita todo. Trabajamos mucho con las conductas y tuvimos una gran cantidad de ensayos. Aunque parezca mentira, los actores no solemos tener tiempo para ensayar, en la Argentina los tiempos son cortos.-¿Cómo suele ser la modalidad?-En general, te dan un libro y, en dos días, tenés que armar un personaje, llevarlo a cabo y rendir con excelencia. View this post on Instagram A post shared by HBO Max Latinoame?rica (@hbomaxla)-Esta vez, no fue así.-Se tomaron los tiempos necesarios y pudimos ensayar, trabajar como hay que trabajar, como lo hacen los actores en otras partes del hemisferio. Pero, en general, los actores argentinos trabajamos con poco tiempo.-El ensayo es un laboratorio creativo.-A mí ensayar me encanta, disfruto mucho de la composición de los personajes, ir descartando opciones.-En ese sentido, Garmendia tiene una forma muy particular de moverse y hablar.-Trabajamos mucho con improvisaciones. Yo apostaba a una determinada forma de hablar, pero Pablo (Fendrik) sugirió otra manera.-Entonces…-Se trata de subordinarse y confiar en el director, esa es la clave. Humildemente, creo que hicimos un muy buen trabajo, me siento muy orgulloso de este producto.Ficción y realidadGabriel Goity, sobre Entre Hombres: “Creo que hicimos un muy buen trabajo, me siento muy orgulloso de este producto” (ALEJANDRO LIPSZYC/)-El material navega en el universo de la política y el mundo policial teñido por la corrupción. ¿Cómo te sumergiste en ese ámbito? ¿Apelaste a lecturas o a bucear en casos reales?-Me sumergí de lleno en el mundo de estos policías, de esta casta. En realidad, hay varias subcastas, algo que siempre me pareció apasionante, incluso cuando me tocó hacer el Servicio Militar en el Ejército. No todo es lo mismo, empezando por la división entre oficiales y suboficiales. Garmendia, mi personaje, es un suboficial de la policía bonaerense, una casta más baja de la elite que es la policía federal, la oligarquía. La violencia no es lo mismo para todos, para ellos es cotidiana. Por eso, para los personajes no hay otra opción de resolver los conflictos que no sea violentamente.-¿Quién es Garmendia?-No es mano de obra desocupada, pero vemos su decadencia. Por eso, aunque se perciba muy violento, lleva a cabo trabajos más livianos con respecto a lo que hacía antes. Lo fui armando a partir de experiencias personales y, como actor, a través de mi capacidad de observación de los diversos mundos. Hice un abordaje sin crítica. Estos personajes tienen alma y su propia moral, que yo no las comparta es otra cosa. Ese es el desafío, no criticar a ningún personaje, ya que todos tienen sus argumentos válidos.-Componer entendiendo, pero sin juzgar.-Exacto, aunque uno no comparta sus ideas o ética.-Entre hombres plantea un tipo de masculinidad hegemónica hoy interpelada, ¿una lectura del material puede darse desde ese prisma?-En ese entonces todo eso era muy obvio, aunque sigue sucediendo, pero más disfrazado. El presente es hijo del pasado y no se puede modificar rápidamente. Que haya una conciencia es un avance gigante, pero venimos de una depredación muy grande de parte del hombre hacia el género femenino, de un machismo espantoso. El nuestro es un grano de arena, un aporte a todo lo que se viene haciendo en la Argentina.La posibilidad de trabajar para una plataforma internacional como HBO Max o para la señal de HBO trae aparejada una visibilidad que trasciende la industria doméstica: “En el momento en el que estoy trabajando, no soy consciente de esto, ni quiero serlo. Hoy se demora más en filmar o grabar, pero, en realidad, no es demora, sino que se trata de darle excelencia al material, pensando que es un plano que se registra e irá a 70 países, ni más ni menos. Da un poco de vértigo, no voy a decir que no, pero, gracias a Dios, no soy consciente de eso. No hay que estar atento a esas cuestiones ya bastante uno tiene con ocuparse del personaje en situación”.En el ámbito de la ficción, Gabriel Puma Goity se mueve con igual comodidad en teatro, cine y televisión (Santiago Cichero/AFV/)Previo al estreno de la miniserie, Goity conversó no solo con la prensa argentina, sino también con periodistas de Chile, México, Brasil, Colombia, entre otros mercados de Latinoamérica. “Sin dudas, es apasionante”, reconoce el popular actor, cuya vocación despertó cuando presenció una función de Cyrano de Bergerac protagonizada por el eximio Ernesto Bianco. Epifanía en torno a una tarea que le daría sentido a su vida.-¿Cómo imaginás a la industria de la ficción en la pospandemia?-Soy absolutamente optimista, me impongo serlo, sino no me levantaría a la mañana. En cuanto a la ficción, están viniendo muchas producciones vinculadas a las grandes plataformas. En la Argentina, hay un material humano muy bueno, por eso es un lugar maravilloso para venir a filmar y hacer lo que se te ocurra. En nuestro país se puede producir todo tipo de géneros de ficción. ¿Cuál querés? Acá hay actores y actrices excelentes. Ojalá se les facilite a las plataformas la posibilidad de trabajar porque eso generará muchas fuentes laborales y hará que ocupemos el lugar que deberíamos ocupar y que no estamos ocupando. La ficción argentina es de las mejores del mundo, podemos competir, pero para eso necesitamos que quien quiera venir a producir, lo pueda hacer.

Fuente: La Nación

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Han pasado 22 meses del gobierno de Alberto Fernández y ninguna causa judicial contra Cristina Kirchner se cerró. Esa es una de las muchas razones del fastidio que ella cultiva contra el Presidente. Hace dos meses, la vicepresidenta recordó en público que el actual jefe de Gabinete, Juan Manzur, no había sido procesado nunca por el plan Qunita, aunque él era ministro de Salud cuando se lanzó ese programa. En julio pasado, cuando la vicepresidenta destacó la supuesta impunidad de Manzur, este era un aliado de Alberto Fernández. Cristina subrayaba que el Presidente cuida en los tribunales solo a sus amigos. Y que no hace nada por ella. Es una mirada conspiranoica de la historia. A pesar de su condición de abogada exitosa, según se calificó ella misma, Cristina ignora que la Justicia no puede hacer magia. “No hay suicidas en los tribunales dispuestos a prenderles fuego a los expedientes con pruebas y testimonios”, asegura un juez que instruyó una de las causas por supuesta corrupción contra la expresidenta. Después de la derrota de hace 15 días, la estrategia del cristinismo cambió: ahora la prioridad es la impunidad más que la venganza. Antes, la impunidad propia y la venganza (sobre todo, contra Macri y su gobierno) iban juntas.El tiempo es ansioso. La vicepresidenta quiere conseguir algo en la Justicia antes de las elecciones generales del próximo 14 de noviembre, porque olfatea que la derrota llegó para quedarse. Las encuestas le dicen que el humor de mucha gente común está peor con el Gobierno que antes de las primarias. “Se rompió una pared. Muchos que no querían votar contra nosotros ahora están dispuestos a hacerlo”, le comentó a ella un intendente del conurbano. El próximo objetivo de los abogados de Cristina es demorar o cerrar sin juicio el debate oral y público por las causas Hotesur y Los Sauces por lavado de dinero, en las que están procesados la vicepresidenta y sus hijos, Máximo y Florencia. El juicio oral debería comenzar a fines de este año. Esa causa no tiene a exfuncionarios en el medio. Están la familia Kirchner y los empresarios Lázaro Báez y Cristóbal López. Los que presuntamente lavaban dinero y los que los ayudaban a lavar. Son causas muy difíciles de disimular. Hasta ahora no han logrado nada. “Antes de las elecciones, algunos jueces podían demorar los expedientes; ahora, ni eso”, dice un funcionario con larga trayectoria en los tribunales. La Justicia parece haber llegado solo hasta la liberación de exfuncionarios que estaban con prisión preventiva. Casi todos fueron liberados. Pero no habrá quema de expedientes.En la semana que pasó, el fiscal Patricio García Elorrio dio por probado el delito de defraudación al Estado de los empresarios Cristóbal López y Fabián de Sousa porque retuvieron impuestos por valor de 8000 millones de pesos. Eran retenciones del impuesto a las naftas que esos empresarios debían trasladar en el acto al Estado. Al revés, usaron ese dinero y lo invirtieron en la compra de nuevas empresas. La AFIP se había retirado como denunciante en la causa. Solo el fiscal García Elorrio podía mantener en pie la causa que está en juicio oral y público. La mantuvo. García Elorrio sostuvo en su alegato que el delito que cometieron López y De Sousa está probado. La directora de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont, paseará por los tribunales durante los próximo años porque ya le iniciaron dos causas por encubrimiento. Ella retiró a la AFIP como querellante. La Justicia tiene ahora otro ímpetu.En ese contexto, una mayoría de la Corte Suprema eligió al juez Horacio Rosatti como su presidente y a Carlos Rosenkrantz como su vicepresidente. No participaron de la reunión, convocada por Rosenkrantz, Ricardo Lorenzetti ni Elena Highton de Nolasco. Un tuit posterior de la abogada Graciana Peñafort, una persona muy cercana a Cristina Kirchner, dio cuenta de que esa elección no le gustó a su jefa. Peñafort dijo que Macri, a través de su amigo Fabián Rodríguez Simón, había impuesto la nueva conducción del máximo tribunal. Si bien Rosenkrantz y Rosatti fueron jueces propuestos por Macri, lo cierto es que este se arrepintió públicamente de haberlo elegido a Rosatti. Lo escribió en su libro. Peñafort manipuló la historia para expresar el disgusto del cristinismo. La ausencia de Highton de Nolasco señala el obvio desacuerdo de Alberto Fernández con la designación de Rosatti. La jueza fue siempre una amiga leal del actual presidente. En ese tribunal están varias apelaciones de Cristina Kirchner. La más importante es la que se refiere a la causa de Vialidad por las monumentales obras públicas que recibió Lázaro Báez. La expresidenta pidió un auditoria de la obra pública desde el 2003 antes de que la causa siga adelante. Es la mejor manera de pedir que el expediente entre en la noche de los tiempos. La causa está paralizada. La Corte debería expedirse cuanto antes.Lo que sucedió en la Corte fue un decisivo desempate por parte del juez Juan Carlos Maqueda, que se unió a Rosatti y Rosenkrantz. Maqueda, que se convirtió en un gran elector porque no tiene la ambición de presidir el cuerpo, venía cansado con la insistencia de Lorenzetti en volver a presidir la Corte. Lorenzetti asegura que hace un mes les dijo a sus colegas que aspiraba a dedicarse al medioambiente y que no quería ser presidente del tribunal. Nadie recuerda haberlo escuchado. Es cierto, sin embargo, que hace unos diez días le ofreció su voto a Rosenkrantz para la reelección de este como presidente. Se uniría Highton de Nolasco. Era una mayoría, pero Rosenkrantz le contestó que no estaba atornillado en el sillón y que prefería la renovación y la rotación en la conducción del tribunal. Rosenkrantz se inclinó por Rosatti. Luego, Lorenzetti, dicen a su lado, le ofreció su voto a Rosatti, pero con la condición de que este despidiera a un estrecho colaborador suyo, Silvio Robles. Rosatti rechazó la condición. Cada juez tiene derecho a elegir sus colaboradores.También el viernes, un día después de la votación, Lorenzetti les hizo llegar a sus colegas una vieja acordada en la que el fallecido juez Enrique Petracchi cuestionaba el autovoto en la Corte a propósito de que el entonces presidente Julio Nazareno se había votado a sí mismo. Nazareno iba por el tercer mandato consecutivo. Rosatti, que accede por primera vez a la presidencia, se votó a sí mismo para alcanzar la mayoría de tres. Pero, ¿no era también el voto a sí mismo lo que Lorenzetti le había propuesto a Rosenkrantz? Solo votándose a sí mismo, junto con Lorenzetti y Highton de Nolasco, Rosenkrantz hubiera alcanzado la mayoría de tres votos en la Corte. Hay ahí una contradicción de Lorenzetti, que no aceptó la derrota y cuestionó la legitimidad de la elección de Rosatti. El pataleo durará poco: hay otra mayoría que conduce la Corte.La nueva mayoría en la Corte (Rosatti, Rosenkrantz y Maqueda) está integrada por los jueces menos cuestionados o no cuestionados públicamente. Lorenzetti tenía influencia en los jueces federales de Comodoro Py. El mismo viernes, esos mismos jueces llamaron a la Corte para felicitar por la nueva conducción. Los jueces saben hacia dónde sopla el viento. Pero la Corte deberá hacer algo para sacarles el control de la oficina de escuchas telefónicas a los funcionarios de Comodoro Py. Esa oficina fue a la Corte como una garantía de legalidad y transparencia. También el tribunal necesita remozar su administración, que Rosenkrantz no pudo cambiar luego de suceder a Lorenzetti. Nadie les puede pedir a los tres jueces que voten en el mismo sentido (tienen formaciones e historias distintas), pero hay decisiones de orden moral que deben suceder en el máximo tribunal.Rosatti fue una mala noticia para el Gobierno. No fue una buena noticia para la oposición, según el testimonio del propio Macri. Puede significar, entonces, la imparcialidad política que se espera de los máximos jueces de un país en serio.

Fuente: La Nación

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Pensar mal, como regla de vida, enrarecería todas las relaciones humanas al presumir intenciones aviesas por doquier. La desconfianza no ayuda a construir capital social.La frase del título no es un consejo para la vida cotidiana. Atribuida a Nicolás Maquiavelo, fundador de la ciencia política moderna, coincide con su aviso a los Médicis, de quienes aprendió sus prácticas para dominar Florencia durante tres siglos. Según Niccolò, para tener éxito en la política, el gobernante debe saber que “todos los hombres son perversos y están preparados para mostrar su naturaleza, siempre y cuando encuentren la ocasión para ello”.La advertencia de Maquiavelo implica que, cuando se trata de lograr el poder o permanecer en él, los actores ocultan sus verdaderas intenciones para confundir al pueblo y engañar al príncipe ingenuo.El polémico autor de El Príncipe (1513) hubiera corregido su obra de haber sabido que 500 años más tarde, en un continente recién descubierto, surgiría una nación donde su consejo sería absolutamente inútil. En la Argentina de 2021, el gobernante, sus amigos, correligionarios y compañeros de ruta, son tan explícitos al mostrar su naturaleza perversa, que lo difícil es pensar bien y no mal de ellos. Como consecuencia de que el Frente de Todos perdió en las PASO del 12 del corriente mes, se produjo una implosión en esa coalición que expuso todas las bajezas de la política en su versión más ruin e indecorosa. Una serie tan desopilante de manoseos, deshonras y humillaciones que no alcanza esta opinión editorial para enumerarlos.Si la diputada Fernanda Vallejos es el “alter ego” de la vicepresidenta Cristina Kirchner, basta escuchar su difundido mensaje para saber cuál es su opinión acerca del presidente que ella misma eligió. No queda ningún resquicio para la interpretación benevolente. Y si la exsindicalista aérea Alicia Castro también refleja su pensamiento en materia sanitaria, poco queda para crédulos y bien intencionados.El gobernador de Tucumán, Juan Manzur, reemplazó al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, no para dar mayor jerarquía al cargo, sino por su probada experiencia de cirujano para operar urnas adversas en elecciones reñidas. No se requiere leer El Príncipe para advertirlo.El veterano Felipe Solá fue notificado de su remoción del cargo de canciller por el citado Cafiero, a su vez desplazado por Manzur. Para agregar agravio a la injuria, le informó que su sucesor en el cargo sería… él mismo. Solá habrá pensado como el Julio César de Shakespeare: “¿Tú también Bruto?” al escuchar al joven Santiago, hijo de Juan Pablo Cafiero, su ministro de Justicia y Seguridad de la provincia de Buenos Aires durante cinco años. No se requiere pensar mal para reparar en la bajeza del hijo de “Juampi” con tal de aferrarse a un cargo, más aún al considerar su absoluta falta de calificaciones para el ejercicio de la cancillería de la república, incluida la incapacidad para hablar inglés que comparte con su antecesor.El mismo Solá, en compañía de Daniel Arroyo, había asociado públicamente la figura de Aníbal Fernández, nuevo ministro de Seguridad, con el narcotráfico. Y tampoco se privó de cuestionarlo Julián Domínguez, su ahora compañero de gabinete, en la cartera de Ganadería, Agricultura y Pesca. Es más sencillo escucharlos a ellos que esforzarse por pensar mal.Aníbal reemplaza a Sabina Frederic, la antropóloga social que, emulando a Margaret Mead en Oceanía, estudió las causas de la delincuencia en las villas del conurbano. Por contraste, su sucesor conoce el tema desde adentro y de él se espera que, en lugar de analizar las causas, reprima las consecuencias que acarreará el desgobierno para la victoria.El Presidente no aceptó la renuncia de Eduardo “Wado” de Pedro, a pesar de que el joven de buenos modales fue quien sacudió el tablero del gabinete con una ficción de renuncia ordenada por la vicepresidenta, para luego sacar y poner. De ninguna manera se iba a privar del Ministerio del Interior con elecciones en pocas semanas. No se requiere pensar mal para entender lo ocurrido. Basta la carta de la ajedrecista respecto a sus peones.La mimetización del ministro de Economía, Martín Guzmán, con el presidente Fernández es ahora completa. Ambos, de rodillas, ante la dueña del poder, aun a costa de incinerar su ya muy menguada autoridad y honra profesional. Maquiavelo quedaría boquiabierto si supiese que, en un país quebrado, con déficit fiscal descontrolado, inflación rampante y sin crédito alguno, su ministro, en lugar de disimular, se excusase jurando haber gastado todo lo que pudo, sin ajuste fiscal alguno.No se requiere ser malintencionado para descubrir por qué razón el Gobierno ha dado un giro de 180 grados en su política sanitaria, como si la pandemia hubiese terminado, y en las clases presenciales, después de haber arruinado la vida de tantas familias durante tanto tiempo. ¡Son los votos, estúpido! – diría Bill Clinton a quien no se percatase de esa obviedad.Lo ocurrido tras las PASO es tan explícito y torpe que hasta un impúber advertiría la desesperación de Cristina Kirchner por ganar en noviembre para obtener impunidad. No faltan tampoco quienes entienden que relajar los protocolos sanitarios podría eventualmente conducir a un nuevo pico de pandemia que permita suspenderlas.Sin embargo, continúa siendo un interrogante qué ocurrirá con la inflación, la pobreza, el desempleo y la inseguridad luego del festival de pesos y deuda pública (fiscal y cuasifiscal) puesto en marcha para intentar recuperar votos perdidos.Para responderlo, esta vez vale utilizar el aforismo maquiavélico: “Piensa mal y acertarás”.

Fuente: La Nación

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Ole Ginnerup Schytz se compró un detector de metales para practicar un nuevo hobby, vinculado a uno de los temas que más le interesa: la arqueología. Sin embargo, el danés nunca se imaginó que iba a ser lo que motivara el hallazgo de 22 objetos únicos que ahora constituyen uno de los mayores tesoros de oro de la historia previkinga de Dinamarca.Fascinante hallazgo: descubren huellas que indican que América se pobló mucho antes de lo pensadoTodo comenzó como un juego. A principios de 2021, el hombre decidió adquirir el dispositivo y le pidió a un amigo suyo que lo dejara explorar un campo de su propiedad. Tras algunos tímidos descubrimientos, Ole Ginnerup Schytz alertó a los arqueólogos profesionales del museo Vejlemuseerne que, con financiación de la Agencia de Cultura y Palacios, consiguieron encontrar un tesoro clave para reconstruir la historia de país.Según explicó Ravn, son los símbolos de los objetos los que los hacen únicos, “más que su valor en oro, que es de un kilogramo”Según los especialistas, estos objetos habrían sido enterrados hace alrededor de 1500 años. Se trata de piezas que ayudarán a los arqueólogos a reconstruir una cultura y que, ahora, abrieron un gran interrogante: ¿por qué la comunidad de Vindelev, en la Edad del Hierro nórdica, enterró ese oro? Lo que demuestra este hallazgo, aseguran, es que el área era un centro de poder. “Sólo un miembro de la alta sociedad habría podido recoger un tesoro como el que se encuentra aquí”, explicó a AFP Mads Ravn, jefe de investigación del Vejlemuseerne.Enigma resuelto: descubren qué se oculta en las profundidades del misterioso “pozo del infierno”El conjunto de piezas que asombra a los daneses incluye un puñado de medallones del tamaño de un platillo, delicadamente ornamentados, que se conocen como bracteates. Además, se hallaron monedas romanas que se convirtieron en joyas y un objeto que refiere al emperador romano Constantino, de principios del siglo IV, algo que convierte en único este descubrimiento.Según explicó Ravn, son los símbolos de los elementos los que los hace tan especiales, “más que su valor en oro, que es de un kilogramo”.De acuerdo con los historiadores, la localidad donde se produjo el hallazgo supo ser la cuna de los reyes vikingos entre los siglos VIII y XIILos especialistas creen que el tesoro podría haber sido enterrado para entregar una ofrenda a los dioses en un momento de duros cambios climáticos, cuando las temperaturas descendieron de forma abrupta tras una erupción volcánica ocurrida en Islandia en 536. Este hecho habría provocado no solo que el cielo se cubriera con ceniza, asustando a toda la población, sino también períodos de hambruna.Científicos vuelven a la cavernas para desentrañar un secreto prehistórico de los neandertalesEl hallazgo se produjo en Jelling, en el suroeste de Dinamarca. De acuerdo con los historiadores, esta zona del país supo ser la cuna de los reyes vikingos entre los siglos VIII y XII. Ahora, lo encontrado será exhibido en el Vejlemuseerne como parte de una gran muestra vikinga que se inaugurará el 3 de febrero próximo.

Fuente: La Nación

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Cuando Barclays, que está casado con una mujer hace diez años, que ha sido fiel a ella todo ese tiempo, batiendo sus récords de fidelidad, que se proclama bisexual, que ha tenido un novio antes de enamorarse de su esposa y no ha estado íntimamente con un hombre hace doce años, se pregunta si todavía desea acostarse con un hombre, como en sus tiempos de juventud intoxicada y desenfrenada, termina pensando siempre, siempre, en tres hombres de su pasado, tres hombres a los que no ve hace muchos años.El primer hombre que viene como un rayo fulminante o un arcoíris inesperado a su memoria es un actor talentoso, de mucho éxito, que fue su amante cuando ambos eran jóvenes y tenían novias, su amante por consiguiente en el armario, y que, lo mismo que Barclays, se casó con una mujer, tuvo varias hijas y suspendió su pasión furtiva por los hombres o la confinó al territorio de los secretos indecibles. Ese hombre, el actor, fue el primer hombre con el que Barclays se acostó, el primero del cual se enamoró, y por tanto ocupa un lugar privilegiado en la memoria del escritor, una casa habitada por mucha gente, gente a la que la memoria de Barclays, arbitrariamente, maquilla y embellece, o gente como su padre y sus demás enemigos, a quienes la memoria, esa máquina de mutilar, rebaja y afea.Barclays conoció al actor viéndolo en obras de teatro en las que descollaba por su talento camaleónico para ser muchas personas distintas y por una fuerza expresiva, persuasiva, que se parecía a la de un huracán. Luego lo entrevistó en la televisión. Aquella noche fue Barclays quien, de novio ya con una chica que estudiaba en Ginebra, se enamoró hasta los huesos del actor, aunque no se lo dijo y procuró ocultarlo durante la entrevista, en la que el actor hablaba a sus anchas de sí mismo, como suelen hacer los actores, tan contentos de estar en sus pieles, de escuchar el eco de sus propias voces, al tiempo que Barclays lo miraba arrobado, maravillado, como si hubiese descubierto un pequeño tesoro, una joya preciosa, unas monedas de oro al fondo del mar turbulento de la religión, un mar en el que Barclays, de joven, hundido por sus padres, lastrado por los curas, casi se había ahogado.No tanto por los deseos del actor, sino porque Barclays se rindió ante él, le confesó que se había enamorado y le suplicó que lo educase en el arduo amor entre hombres (unos riesgos o unos placeres que el actor ya conocía con otros hombres), terminaron acostándose en un apartamento que Barclays había comprado con los dineros malolientes de la televisión. Aquella noche, sin saber que sería un encuentro que recordaría vivamente hasta el fin de los tiempos, Barclays confundió sus deseos secretos con los del actor y se inauguró en ciertas formas de amor que hasta entonces sólo había maliciado en su imaginación, pero no se había atrevido a vivir. Se amaron con toda la destreza del actor y la impericia de Barclays, se amaron con la premura de quienes compartían un secreto inefable, se amaron con la certeza de que aquella pasión los uniría siempre, se amaron con la sospecha de que el amor que sentían por sus novias era vago, pálido, tibio, por comparación con el que, entremezclando el dolor con el placer, acababan de fundar entre ambos.Pero no pudieron ser una pareja, o no se atrevieron a serlo, no encontraron coraje para romper con sus novias y, siendo ya famosos en aquella ciudad, famosos por salir en televisión, por hacer teatro y películas el actor, por conducir programas de entrevistas el escritor, decirles a sus familias y sus amigos, y finalmente a la prensa del corazón, que estaban enamorados. Continuaron viéndose a escondidas, de un modo clandestino, fingiendo que eran amigos, escamoteando a sus novias la verdad que los unía. Barclays sentía que no podría enamorarse nunca de una mujer ni de otro hombre como se había enamorado del actor. Sentía que el actor era el hombre de su vida. Sentía poderosamente que no podía perderlo, que no quería perderlo. Pero lo perdió. Ahora, tantos años después, cuando lo recuerda ciertas noches insomnes, sigue extrañando al actor, un amante formidable, incansable, un compañero divertido, ocurrente, cantarín: ¡cómo le gustaba cantar al actor cuando estaban en la playa, en el mar!Entonces Barclays le decía:-Haremos una película. Tú serás mi Banderas, mi actor fetiche. Yo seré tu Almodóvar, tu director gay.Pero no hicieron una película ni un corto ni un documental. No salieron del armario. Se casaron, tuvieron hijas. El actor hizo un esfuerzo descomunal por amar a su esposa y al parecer fracasó, pues se divorciaron, aunque de un modo amigable. Barclays lo entrevistó nuevamente, pero ya las cosas habían cambiado y no se amaban con la furia y el candor de los primeros combates, de los más memorables escarceos eróticos, unas refriegas que perviven en la memoria de Barclays y, ciertas noches desveladas, le hacen pensar que algún día volverá a acostarse con el actor. No parece tan probable, sin embargo: desde que Barclays publicó su primera novela, traspasada de angustia gay, hace casi treinta años, el actor llegó a la conclusión de que el escritor era un amante pérfido, felón, que contaba literariamente todos sus secretos y al que era mejor no ver en modo alguno. Desde entonces no se han visto. Pero Barclays, terco como una mula, sueña con volver a seducirlo.También asalta la memoria de Barclays un hombre, profesor universitario, profesor de literatura, que vivía en Kingston, Ontario, un remoto pueblito canadiense, que había leído con devoción las novelas de Barclays, que soñaba con conocerlo y por eso lo invitó a dar una charla en aquella universidad perdida entre montañas de nieve. Tantas veces le escribió, rogándole que fuese a ese pueblito canadiense a dar una conferencia ante sus alumnos en la universidad de Queen’s, que Barclays, estando en Montreal, en un festival literario, y abocándose principalmente no a pasear por el festival, sino por el cuerpo irresistible de una canadiense, lectora de sus libros, a la que conoció en dicho evento, una amante singular, memorable, que estaba tatuada y usaba drogas, y que parecía impaciente por corromper y pervertir a Barclays y devolverlo a los años en que fue adicto a ciertas drogas, decidió darse un descanso de aquella mujer infatigable para el amor, subir a un tren, recorrer centenares de kilómetros y llegar horas después a dar una charla en la universidad del profesor canadiense, su devoto lector. El profesor era joven, guapo, coqueto, deseable, y, nada más verlo, Barclays comprendió que quizás no volvería a Montreal en el tren de esa noche y, aceptando la invitación del profesor, se quedaría a dormir en un hotel de ese pueblito al que sólo llegaban los valientes o los que se habían extraviado. La charla literaria en la universidad tuvo un punto de humor porque no había más de diez o doce estudiantes, escuchando en estado de sopor a Barclays. Estaba claro que el profesor canadiense se había inventado la charla para convencer a Barclays de tomar el tren, cuando su propósito era conocerlo, seducirlo, acostarse con él, un afán en el que no encontró resistencia alguna por parte del escritor, quien se sintió vigorosamente atraído por ese muchacho con aires de intelectual, que, contra todo pronóstico, resultó un amante delicado, humilde, servicial, un amante que ocuparía un lugar conspicuo en la memoria de Barclays. Por supuesto, el escritor volvió a Montreal, no ya al pueblito remoto de Kingston, y no a encontrarse con la ninfómana tatuada, sino con el profesor canadiense que lo veneraba como si fuese un dios de los Andes.El tercer hombre, y el último de ellos, que todavía perturba o eriza la memoria del deseo en Barclays, era un famoso modelo al que conoció en Nueva York. Alto, fornido, hijo de alemanes, asombrosamente bello e impúdico, embriagado de estar en su propio cuerpo, ese modelo, bastante menor que Barclays, había desfilado para los mejores diseñadores, posado para los más cotizados fotógrafos de modas, ganado un dinero apreciable y se había hecho famoso por su belleza salvaje, su facilidad para desnudarse y su raro talento para amar otros cuerpos, sin enamorarse de ninguno: por eso, Barclays, sin saberlo, estaba condenado a sufrir penas de amor, cuando se enamoró repentinamente de ese modelo egoísta, hedonista y un tanto vulgar. Se conocieron en un restaurante japonés, Barclays se acercó a él y le habló con naturalidad, el modelo dijo que era pintor, lo que era cierto, pues había expuesto cuadros en los que pintaba únicamente pies de hombres, y esa noche, a sugerencia del modelo, terminaron fumando una marihuana muy potente y tomando tragos en los clubes a los que el modelo entraba como toda una celebridad. Al final de la noche, Barclays quiso acostarse con el modelo, pero este declinó amablemente. Entonces Barclays le ofreció dinero y el modelo soltó una carcajada. Luego le dijo:-Sólo me acostaré contigo si te pones unas medias pantys negras y me esperas mañana en tu hotel, a medianoche.Como Barclays no llevaba en su maleta unas medias pantys negras, ni se había puesto nunca unas medias pantys negras, tuvo que comprarlas, al día siguiente, en una tienda de ropa interior para mujeres. Al probárselas en el camarín de la tienda, se erizó de deseó, se afiebró de lujuria, tramó unos placeres que, con suerte, se atrevería a experimentar aquella noche con el modelo.A medianoche, Barclays, vestido apenas con las medias pantys negras, como una hetaira en decadencia o una meretriz de combate, esperó al modelo. Nunca llegó. Humillado, el escritor lo llamó y le dijo que estaba esperándolo con ilusión, que ardía por verlo.-No voy a ir -dijo el modelo, riéndose con un cinismo cruel-. No me acuesto con hombres gordos. ¿Te has mirado en el espejo? Estás gordo, ¡gordísimo!A pesar de que el modelo se portó como un patán y lo dejó triste y descorazonado, Barclays, o su memoria arbitraria e irracional, aún vuelve imaginariamente a ese joven en Nueva York, y entonces las fiebres y los delirios de la ficción, las fábulas y las ensoñaciones del deseo, hacen posible lo que la miserable realidad frustró: que Barclays, con las medias pantys negras, reciba al modelo y que ambos, despojados de todo pudor, de todo sentido de la decencia y el honor, se amen como animales salvajes, sin decirse cursilerías, sin prometerse nada, como se amarían dos hombres en una cárcel, uno de ellos, a no dudarlo Barclays, deseando sentirse una mujer, la señora de las pantys negras.

Fuente: La Nación

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