Con una inflación que supera el 50% anual, un presupuesto pierde su condición de establecer límite de gastos y predicción de recursos e, inevitablemente, cualquier hipótesis inflacionaria al momento de proyectar cifras puede quedar superada por la realidad. En este caso, se partió de un 33%, aunque no tiene mayor importancia el valor elegido, pues los analistas económicos lo consideran impracticable, mientras que una visión política confirmaría la dificultad para asegurar un mínimo de estabilidad. Seguramente hay diferencias en el Gobierno entre lo que realmente se pronostica y lo que se quiere mostrar. Este conflicto hace difícil y a veces irrealista cualquier análisis del presupuesto. Si a eso se suman las presiones del jefe del bloque de Diputados del oficialismo, Máximo Kirchner, para no recortar subsidios y acelerar el gasto social, solo queda margen para cotejar la compatibilidad relativa de las variables macroeconómicas entre sí y para estudiar las proyecciones físicas, no monetarias, del gasto.En el proyecto de ley de presupuesto enviado por el Poder Ejecutivo al Congreso la falta de realismo de las hipótesis se aplica también a otras variables, tales como la evolución del tipo de cambio. De ese cotejo surge que esta propuesta del presupuesto es ciertamente criticable desde su consistencia como política económica. Mientras que la inflación proyectada es 33%, en el mismo período la devaluación propuesta para el tipo de cambio oficial es del 28%. Continuará así la revaluación del peso a pesar de la brecha de más del 80% que hoy separa la cotización del dólar comercial de la informal. Esta brecha ya induce comportamientos tales como la subvaluación de exportaciones y la sobrevaluación de importaciones. Continuar con esa política llevará inevitablemente a una balanza de pagos negativa y al rápido agotamiento de las ya muy escasas reservas de libre disponibilidad.El déficit fiscal primario proyectado en el presupuesto de 2022 alcanza a un 3,3% del PBI. Habría una reducción de 0,7% respecto del año en curso, sin computar como ingreso de 2021 los 4334 millones de DEG recibidos del FMI. El déficit financiero previsto en el presupuesto de 2022, incorporando el pago de intereses, es de un 4,9% del PBI. Es un monto muy comprometedor, considerando que el Gobierno ha perdido su capacidad de financiarlo en condiciones razonables. El mismo mensaje de la ley enviada al Parlamento lo reconoce: “Sin un mercado de capitales local desarrollado, la Argentina se ha visto frente a la necesidad de cubrir sus requerimientos de financiamiento a través de dos vías: la deuda en moneda extranjera y el financiamiento monetario. Ambas circunstancias atentan contra el desarrollo de una moneda nacional confiable y dificultan el equilibrio macroeconómico, sin el cual se hace imposible el crecimiento sostenido de la producción y el empleo”. En el proyecto de presupuesto para 2022 se prevé monetizar el 36% del déficit. Esto significa una emisión de 1,1 billones de pesos. Sería inferior a la ocurrida en 2021, aunque la realidad la impondrá el mercado. El nivel alcanzado por el índice de riesgo país está diciendo que el gobierno argentino tendrá que enfrentar tasas de interés prohibitivas si concurre al mercado de deuda. Es altamente probable entonces que deba recurrir a la emisión de moneda en una proporción mayor que ese 36% habida cuenta de las dispendiosas medidas electorales populistas que impulsa en este último tiempo. Esto a su vez impulsará la inflación, ya que la demanda de dinero tiende actualmente a disminuir.No se proyecta una reducción del gasto en personal ni se menciona un proceso de racionalización administrativa. Solo hay una referencia a acuerdos en materia laboral que resultan de negociaciones con los gremios estatales sobre reglamentos y mejoras, no necesariamente de productividad. Tampoco se prevén modificaciones en el régimen de coparticipación federal de impuestos que permitieran inducir hacia un menor gasto en provincias y municipios. Esto y la ausencia de proyecciones de reducción de personal sobrante confirman que el proyecto de presupuesto excluye la imprescindible reforma de un Estado paquidérmico y propone continuar con un nivel de gasto público insostenible.Si bien no hay una mención expresa a la repetición del mal llamado impuesto a la riqueza se prevé sostener el nivel global de presión tributaria frente a un crecimiento del 4% del PBI en 2022, lo cual permite suponer que se volverá a repetir este confiscatorio impuesto. Se sostienen la muy elevadas alícuotas del impuesto a los bienes personales radicados en el exterior, a pesar de la opinión en contrario de calificados tributaristas. El proyecto, en su artículo 82, modifica la expresión de la ley de delegación de atribuciones, donde dice “hasta el 31/12/2020? se sustituye por “durante la vigencia del gravamen”. Con ello extiende, violando preceptos constitucionales, la vigencia de las alícuotas incrementadas, incluso para los anticipos desembolsados durante 2021. Esta acción desalentadora no toma nota de la inmensa cantidad de contribuyentes que han emigrado su correspondiente domicilio fiscal para huir de la asfixiante carga impositiva y que expulsará a más.El proyecto de presupuesto no es una definición de los cambios que debieran esperarse a partir de la urgente necesidad de reformas estructurales que necesita una economía en terapia intensiva. ¿Será que existe la intención de realizarlos, pero no se los quiere exponer? Esta sería la mejor de las hipótesis, pero no parece realista para un gobierno que ha hecho de la irresponsabilidad una norma, del populismo una doctrina, y de su política y de la ley de leyes, un mero dibujo.

Fuente: La Nación

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Carrascal: la gambeta, un bien preciado, que empieza a ganarse un lugar en RiverA Jorge Carrascal le llegó la hora. Y nadie más que él lo sabe. La número 10 de River tendrá muchos flashes encima en el superclásico del domingo en el Monumental. Con una gambeta codiciada y un rendimiento que no ha sido regular desde su llegada en 2019, su figura todavía divide aguas, pero su presente en alza genera una alta expectativa. El volante colombiano, de 23 años, atraviesa uno de sus mejores momentos en el equipo de Marcelo Gallardo y vuelve a tener una oportunidad de lujo: jugará su cuarto partido frente a Boca como titular de los cinco que hubo en el año. Sin haber podido aprovechar al máximo sus anteriores chances, ahora todo está en sus pies.La “10” de River, una camiseta de peso en River que Carrascal acepta llevar con gusto (Twitter @RiverPlate/)Carrascal ha tenido diferentes estadíos en Núñez. Tras llegar desde Karpaty, de Ucrania, en enero de 2019, tuvo un primer año inicial de adaptación física y futbolística en el que solo pudo mostrar chispazos de su talento. Le costó aclimatarse al fútbol argentino, trabajó con el cuerpo técnico en la intensidad y la agresividad para jugar, ganó potencia física y empezó a potenciar su mentalidad para sostenerse. Es un futbolista moldeado y amparado por Gallardo, quien entiende que tiene bienes preciados difíciles de encontrar: calidad para sacarse de encima futbolistas, aprovechar espacios y generar desnivel con la pelota.Nadie puede dudar de que su gambeta –escasa en el fútbol argentino– es una materia prima de lujo. Pero a lo largo de su ciclo ha tenido muchos vaivenes y eso lo hizo ser mirado de reojo por los hinchas. Tras su año de ajustes, en 2020 comenzó a tener un marcado crecimiento tras el receso del fútbol por la pandemia, aunque sufrió las expulsiones frente a Banfield y Palmeiras, y una serie de bajos rendimientos que le hicieron retroceder casilleros. Y en esta temporada todo se le hizo cuesta arriba.Grito de gol: Carrascal anotó tres tantos en los últimos cinco partidos (LA NACION/Marcelo Manera/)Desde comienzos de febrero y hasta fines de agosto, Carrascal no había podido marcar ni asistir. El DT le dio la camiseta número 10 y el volante ofensivo necesitó 30 partidos para participar de forma directa en un gol del equipo. En sus primeros 29 encuentros (16 de titular) había sumado 1482 minutos con rendimientos aislados en los que se mostraba como un arma interesante e inconstante. Y recién en los últimos cinco encuentros logró esa trascendencia directa que se esperaba de su fútbol.Tras perderse el partido con Aldosivi por una fatiga muscular, comenzó una gran racha que sigue vigente: convirtió en Junín su primer gol del año en el 2-1 sobre Sarmiento; armó una gran jugada para el empate de Braian Romero en el 1-1 con Independiente; marcó un golazo en el 4-1 contra Newell’s en Rosario; y abrió el marcador en el 3-1 ante Central Córdoba, en Santiago del Estero. Con tres goles en cinco partidos, se le abrió el arco: antes solo había conseguido cinco tantos en 64 partidos oficiales. Su último festejo se había dado el 17 de diciembre de 2020 en el 6-2 contra Nacional, por los cuartos de final de la Copa Libertadores.¿Festejo a la vista? Carrascal empieza a afirmarse en el once titular de Gallardo (LA NACION/Marcelo Manera/)Carrascal jugó el sábado pasado con cuatro tarjetas amarillas y Gallardo no lo cuidó. Confió en él y el 10 le respondió. “Desde anteayer venía pensando en la amarilla. Estaba más pendiente de eso que del partido. Lo llevé bien y fue una gran prueba, para saber si uno también está metido para el próximo juego. Ahora se viene un lindo partido y esperamos poder dar lo mejor de nosotros. Ojalá, si Dios quiere, se pueda dar un gol en el clásico”, le confió a la TV tras el triunfo millonario. Su fútbol sigue creciendo. Y ya es momento de explotarlo en un duelo trascendental. Cardona: un partido para reconciliarse con los hinchas de Boca y… RiquelmeLos que alguna vez han sido protagonistas en, al menos, un superclásico, sentencian que se trata de un partido bisagra. Colectivamente, pero también desde lo personal. Eso necesita forjar Edwin Cardona, acaso un futbolista que reúne varias cuentas pendientes: tiene poco margen para reconciliarse con el Consejo de Fútbol y los hinchas de Boca. Por eso River es, quizás, su gran (y última) oportunidad de ganarle la pulseada a una estadía irregular en el campo y una fuerte polémica que le dejó parcialmente los números en negativo.Cardona, acaso ante la última oportunidad de mejorar su imagen (Captura de pantalla/)El clásico que se juega el colombiano es mucho más que eso. Puede ser un “nuevo” comienzo en el club o la definitiva puerta de salida de Brandsen 805. No hay grises. Y es que, si bien el equipo de trabajo de Juan Román Riquelme habla de que se esperará hasta diciembre para definir si compran su pase, se olfatea que esa opción está descartada.¿Cuál sería el detonante? Su actitud tras la Copa América: desechó el avión ofrecido por el club, rompió la burbuja y se perdió el cruce (y la eliminación) con Atlético Mineiro, en un escandaloso desquite por los octavos de final de la Copa Libertadores 2021.El vicepresidente jugó a dos puntas cuando se refirió a aquella situación. “Yo, como futbolista, desde Brasil hubiese vuelto para jugar los partidos contra Mineiro. Después, hubiese pedido unos días para ir a Colombia. Por otro lado, lo entiendo un poquito: fue el único que no tuvo vacaciones”, manifestó Riquelme.Edwin Cardona busca recuperar su mejor forma en Boca; por ahora, sólo mostró algunos chispazos de su sello (Javier Garcia Martino/)Es cierto que para un clásico es prematuro dar seguridades con respecto a las titularidades cuatro días antes, pero Sebastián Battaglia tiene apellidos consolidados en este pequeño ciclo que –por ahora– transita invicto. El N°8 disputó los últimos tres encuentros desde el inicio, con un discreto nivel ante Atlético Tucumán y uno apático frente a Patronato (por Copa Argentina) y Colón.De ahí parte la pequeña duda sobre si el enganche será Cardona o el joven Aaron Molinas, que fue la contracara las veces que entró desde el banco de los suplentes. Aunque esa ecuación (arrancar con experiencia y terminar con el ritmo de la juventud) lo posiciona mejor al colombiano.Si se confirma, será su gran chance de sacar a relucir toda la jerarquía en una tarde trascendente y rectificar aquellas decisiones personales que peligran la inversión de los U$S 5.000.000 con los que Xolos, de Tijuana, tasó su pase. De hecho, esa también es una deuda que lo compromete.Porque su debut en un superclásico fue el 5 de noviembre de 2017, en su primer ciclo en la institución. Aquella tarde en Núñez clavó en el ángulo un tiro libre exquisito en el triunfo 2-1. Parecía prometedor, pero fue una anécdota. Cardona confirmó con cuentagotas toda la expectativa que Boca depositó en él.Porque en la Supercopa 2018 cometió un penal y perdió la pelota en los goles millonarios del 2-0, mientras que, en mayo de este año, en la definición por penales de uno de los cuartos de final de la Copa de la Liga Profesional, puso en riesgo la clasificación –finalmente lograda– al subestimar al inexperto arquero Leonardo Díaz y picar su ejecución, quedando en ridículo ante la fácil atajada del debutante.Cardona lo sabe: tiene por delante la gran oportunidad, acaso la última en la paciencia xeneize, en un superclásico que puede marcar su rumbo.

Fuente: La Nación

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PSG vs. Manchester City, “The Oil Derby” (El Clásico del Petróleo), acaparaba ayer la atención de la Champions. Pero una guerra más silenciosa por el negocio futuro de la pelota se libraba también en el Bernabéu. En un rincón, Real Madrid, “El Club del Siglo”. Trece veces campeón de Europa. El poder permanente. Florentino Pérez, su presidente, comanda ACS, líder constructora mundial. Más de 42.000 millones de dólares de facturado. Doscientos mil empleados en el mundo. Rey de los despachos, Florentino logró un fallo inédito de Manuel Ruiz de Lara, un juez madrileño crítico de la “politización” de la justicia, pero halagador de Vox (partido de ultraderecha). Es el juez, ayer recusado por la UEFA, que obligó a anular las sanciones contra los 12 clubes rebeldes y poderosos que quisieron formar su propia Superliga europea. Un club cerrado, sin lugar para equipos como Sheriff, representante, acaso grotesco, del “nuevo rico” que también busca su tajada en la torta del fútbol. Es el equipo que, en su debut europeo, ayer le ganó 2-1 a Florentino en el Bernabéu.Los jugadores del Sheriff celebran su histórica victoria en el Bernabéu; el equipo de Tiraspol superó por 2-1 a Real Madrid por la Champions (JAVIER SORIANO/)Si PSG (Qatar) vs Manchester City (Abu Dabi) son Clubes-Estado, Sheriff, ironizan muchos, es un club sin Estado. La prensa ya nos recordó que pertenece a Tiraspol, capital de Transnistria, un territorio que se separó de Moldavia tras la disolución de la URSS y que no tiene reconocimiento internacional. Ganador eterno en la Liga de Moldavia, Sheriff es la cara visible de un conglomerado fundado en 1993 por dos ex agentes de la KGB favorecidos con el gas ruso y el comercio (o contrabando) de armas y que hoy posee bancos, hospitales, TV, diarios, constructoras, telefonía, petróleo, supermercados, construcción, transporte y voto mayoritario en el Congreso. Para simplificar, a Transnistria la apodan “República de Sheriff”. El equipo tiene jugadores de catorce nacionalidades. Es un vestuario al que hace algunos años le mostraron una granada para convencerlo de que debía revertir un resultado y que hoy suele escuchar a Rodrigo cantando “La Mano de Dios”. Si el plantel de Real Madrid cotiza a 783 millones de euros, el de Sheriff vale 12 millones, 65 veces menos.Festejan Lionel Messi y Neymar, tras el gol del argentino, en el triunfo de Paris Saint-Germain’s sobre Manchester City en el Parc des Princes (FRANCK FIFE/)Mil millones de euros cada uno valen en cambio los planteles de PSG y el City, también “nuevos ricos” pero más poderosos de una Champions cada vez más fascinante. Y anual. Acaso por eso, para ganarle poder a la UEFA, la FIFA de Gianni Infantino insiste con jugar cada dos años su Copa Mundial de selecciones, una idea original de la Federación de Arabia Saudí. Infantino exhibe el apoyo de viejas glorias hoy empleados de la FIFA. Y muestra encuestas entre jóvenes de un Tercer Mundo marginado de la gran torta. La UEFA (aliada con la Conmebol) amenaza con boicotear esos futuros Mundiales. Es la UEFA que creó también nuevos torneos (Liga de Naciones y Conference League) y cuya Champions sufre a su vez amenaza de boicot de Real Madrid y sus socios, clubes ingleses que a su vez niegan jugadores y sabotean la maratónica eliminatoria de una Conmebol que además celebra Copas América cada dos años. Todos inflan la torta. Ofrecen el juguete a las nuevas plataformas. Saben que la pelota sigue siendo la gran zanahoria en la industria del entretenimiento.La Nuestra, el equipo de la Villa 31 (lanuestra.org.ar/)En la era del patrocinio y las transmisiones, la boletería en los partidos, al menos para muchos clubes de élite, representa sólo el 20 por ciento de sus ingresos. El propio Manchester City suele recibir burlas por los vacíos que suelen verse en el Etihad (“Emptihad”). También París era unas décadas atrás una de las pocas grandes capitales descripta como “un desierto de fútbol” por el sociólogo inglés David Goldblatt. Ambos clubes fueron reconvertidos con el petrodólar. Las monarquías autocráticas del Golfo Pérsico lavan más imagen que dinero. Operaciones de Relaciones Públicas disfrazadas de fútbol. Por eso buscan mejor relación con la autoridad. PSG (con Qatar sede del Mundial) ni siquiera se alineó con la Superliga de Florentino Pérez. Cuentan que Manchester City fue el primer club de la Premier que alertó a la UEFA sobre el proyecto separatista. Ayer bajó el precio internacional del petróleo. Las familias reales estaban distraídas mirando cómo Messi-Mbappé-Neymar le ganaban 2-0 al Dream Team de Pep.El equipo de Francia conducido por la Embajadora, Claudia Scherer Effosse, participó en un torneo con varios equipos argentinos de “La Nuestra”, la asociación de fútbol femenino dirigido por su fundadora Mónica Santino. (Embajada de Francia en Argentina/)Hasta la Embajada francesa en Buenos Aires se sumó ayer a la fiesta. “Bienvenue en France Leo” recibió la mansión a sus invitados. La embajadora, Claudia Scherer-Effosse, habló de “deporte emancipador”, igualador de derechos, y de “diplomacia feminista”. Y mencionó especialmente a Mónica Santino, allí presente, pionera en el fútbol femenino en la Argentina. En 2019, “La Nuestra”, su equipo, recibió en su cancha de la Villa 31 al equipo de la embajadora. Scherer-Effosse y sus compañeras llegaron puntuales a la Terminal de Retiro, habitual punto de encuentro de los rivales de “La Nuestra”. El equipo de la Villa 31, con muchos más años de rodaje, ganó por goleada. Fue lo de menos. “Los saberes del territorio son tan importantes como la propia Sorbona”, me dice Santino, que recuerda aquella jornada como uno de esos fugaces momentos igualadores que ofrece el fútbol. Un día se lo ofrece a las pibas de la Villa 31. Y otro día, salvando las distancias, se lo regala al Sheriff de Transnistria, nuevo héroe del Bernabéu.

Fuente: La Nación

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Es muy impresionante la torsión que produjo Francis Fukuyama en el curso de las últimas tres décadas. En The End of History and the Last Man, aparecido en 1992, tras el colapso del comunismo, proclamaba el triunfo en toda la línea de la democracia liberal y la economía de mercado. Los exitosos gobiernos de Ronald Reagan y Margaret Thatcher parecían homologar esa tesis. Después de algunos libros intermedios en los que insinuaba ciertas dudas sobre aquella sentencia, en 2018 Fukuyama escribió Identity, obra en la que se opera una brusca deriva: la historia no había terminado, sino que había adoptado otra perspectiva. Urgía desmantelar ese dispositivo por el cual los populismos usaban el resentimiento de los perdedores como su materia prima: o el liberalismo económico adquiría cierta plasticidad o pasaba de ser la solución a ser el problema.Asomaba un crujido, una zozobra. El hecho que provocó esa epifanía en Fukuyama fue la Primavera Árabe. El 17 de diciembre de 2010, la policía tunecina confiscó su carro al vendedor ambulante Mohamed Bouazizi, su mercadería y su balanza electrónica, porque le faltaba un permiso. Bouazizi fue a una oficina estatal para quejarse y pedir que le restituyeran sus elementos de trabajo. Como no lo quisieron atender, se dirigió a la plaza del pueblo, se bañó en nafta y se prendió fuego mientras gritaba: “¿Cómo esperan que me gane la vida?”. Toleró todo menos que no lo escucharan. El ser humano del siglo XXI puede soportar ser el perdedor del mercado, lo que no soporta es que no lo miren a los ojos, ser ilegible. En los siguientes meses ese sentimiento de humillación se propagó como un incendio por todo el mundo árabe. Las consecuencias de estas revueltas fueron caóticas y muestran hasta qué punto el capitalismo debe calibrar sus políticas sobre la base del reconocimiento de la dignidad del otro, porque si no cunde el resentimiento, que es la levadura con la que crecen los populismos.La segunda mitad del siglo XX se organizó bajo las ideas de izquierda y derecha empleadas como sustantivos: la izquierda se centraba en el trabajador como sujeto histórico, buscaba más igualdad y redistribución; la derecha, por el contrario, se centraba en el mercado, apuntaba a más libertad y a reducir el Estado. En las dos primeras décadas del siglo XXI el mundo cambió, y quien pretenda seguir pensándolo bajo aquellas categorías cae en un anacronismo similar a imaginarlo inmóvil y con una base plana sostenida por elefantes. Hoy reina otro eje: defensa de grupos marginados (de los refugiados a los LGTB) y respeto del individuo en tanto ente moral, de un lado, contra defensa de la identidad nacional, las tradiciones y la religión, del otro. Hubo en la izquierda democrática un desplazamiento de la búsqueda de igualdad a la búsqueda de dignidad, mientras que la derecha se convirtió en nacionalista. Por eso izquierda y derecha dejan de ser sustantivos y pasan a ser adjetivos: hay un liberalismo de izquierda y otro de derecha, y hay un populismo de izquierda y otro de derecha.El acontecimiento editorial de este verano europeo ha sido un ensayo que va en la misma dirección: El ocaso de la democracia. La autora es la periodista norteamericana Anne Applebaum, que vive en Polonia con su marido, el político Radoslaw Sikorski. La obra comienza con una fiesta realizada en un pueblo polaco el 31 de diciembre de 1999, en medio de la nieve, cuando cundían el optimismo y la confianza en la democracia, y se cierra con un desgarramiento: dos décadas después los invitados de aquella fiesta dejaron de estar del mismo lado, se fracturaron familias y amistades y muchos no solo se cruzarían de vereda para evitar encontrarse con otro asistente, sino que se avergonzarían de haber participado de aquella fiesta. ¿Por qué? Porque un sector de los que hace veinte años eran luchadores contra el comunismo hoy se han convertido en xenófobos, paranoicos y nativistas. En una palabra, han devenido populistas de derecha insensibles a los derechos humanos.El declive de las viejas categorías de la segunda mitad del siglo XX y el proporcional auge de la contraposición entre socialdemócratas y populistas de derecha, que en el mundo resultan una dicotomía nítida, en la Argentina asoman muy desdibujados. El kirchnerismo ensambla una política económica que vulnera la libertad de mercado con los rasgos autoritarios típicos de los nacionalismos de derecha, pero al mismo tiempo se enmascara táctica y retóricamente con algunas de las reivindicaciones de la actual izquierda. Este último matiz precipita en la confusión a muchos comunicadores e intelectuales, que ingenuamente creen ver la posibilidad de que el peronismo migre hacia una posición socialdemócrata, lo que es tan disparatado como querer cultivar tomates en la Antártida: ¿cómo articular esa mutación con putinistas como Cristina Kirchner, corporativistas como Hugo Moyano y totalitarios como Gildo Insfrán, los tres en el corazón mismo del poder?Los llamados libertarios parecen vivir en 1990, en la era glacial que Fukuyama dejó atrás. Descreen de la educación igualitaria. Se burlan del calentamiento global llamándolo “invento de los comunistas”. Muestran desinterés por la cultura, como lo prueba su cosmovisión sobre John M. Keynes, la cual prescinde de su lucha por los derechos civiles, de su participación en el Grupo Bloomsbury o de su afinidad con Bertrand Russell. En esta materia siguen la tradición de los liberales conservadores argentinos: no olvidemos que el ingeniero Álvaro Alsogaray, cuando compró la quinta de Natalio Botana, hizo tapar con pintura a la cal el mural de Siqueiros que estaba allí. Son poco porosos ante esa dignidad que reclamaba el inmolado vendedor tunecino y, peor aún, terminan mimetizándose con los populistas de derecha: admiran a Trump y al partido español Vox. Sus presentaciones teatrales y callejeras tienen algo de ceremonia pentecostal. Suman como aliados a nacionalistas, evangélicos, militaristas y fervorosos malvineros. Imantan a los sub-30, es verdad, pero no por liberales, sino en tanto antisistema o antipolítica. Sus modales atrabiliarios y redentoristas no son democráticos. Sus insultos contra los políticos evocan al Perón de 1944, en cuyos discursos solía enunciar una disonancia dramática entre “nosotros, los soldados patriotas” contra “ellos, los políticos corruptos”. Kirchneristas y libertarios son las dos caras de una misma moneda: el populismo. Ambos propician soluciones simples para problemas complejos, en eso consiste a la vez su poder de seducción y su falla. Como toda nostalgia restauradora, atrasan: los primeros, 75 años; los segundos, 30.Por su parte, Juntos por el Cambio, que estaría llamado a ser esa socialdemocracia que en el mundo se contrapone a los populismos, en su entendible afán por sumar una masa crítica apta para enfrentar al peronismo entremezcla liberales auténticamente progresistas, preocupados por los derechos civiles y el respeto del individuo, herederos de la tradición de Stuart Mill, Bobbio, Rawls y Giddens, con conservadores a los que les brota cierta urticaria no bien escuchan vocablos como “izquierda”, “inmigrante”, o “gay”. A pesar de ese mestizaje, es el lote político fértil en sentido simbólico y práctico donde es posible pensar en un liberalismo inclusivo que ensamble una amplia libertad de mercado con una mirada de respeto a la identidad del otro, mirada que debe reforzarse cuando el prójimo está en problemas o es un histórico invisibilizado. Esa indispensable combustión es el antídoto contra los populismos.

Fuente: La Nación

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NUEVA YORK (AP) — Las empresas que han informado a sus empleados que están obligados a vacunarse contra el COVID-19 aseguran que algunos indecisos se han puesto la vacuna desde entonces. Pero muchos continúan resistiéndose, un posible indicio de lo que sucederá cuando la obligatoriedad federal entre en vigor.Incluso antes de que el presidente Joe Biden anunciara el 9 de septiembre que las compañías con más de 100 trabajadores debían exigirles que se vacunen, docenas de empresas como Amtrak, Microsoft, United Airlines y Disney enviaron ultimátums a la mayor parte de su fuerza laboral. Y compañías más pequeñas de Nueva York, San Francisco y Nueva Orleans tienen la obligación de exigir a clientes y empleados estar vacunados.Las órdenes de vacunación parecen haber convencido a algunos trabajadores indecisos, pero los empleadores continúan enfrentando la resistencia de otros. United dijo el martes por la noche que comenzará a despedir a 593 empleados en los próximos días porque se han rehusado a vacunarse. Otras compañías están ofreciendo alternativas, como la realización de pruebas diagnósticas semanales o trabajo a distancia o muy separados de otro personal.El mandato federal de vacunación abarcará a unos 100 millones de estadounidenses, entre empleados del sector privado, personal de salud y contratistas federales. El carácter forzoso de la vacuna es una táctica de alto riesgo del presidente para incrementar la tasa de inoculación en Estados Unidos. Alrededor de 77% de los adultos estadounidenses se han administrado al menos una dosis de la vacuna, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.En agosto, San Francisco se convirtió en la primera ciudad importante de la nación que exigió a las personas mostrar que ya están totalmente vacunados contra el COVID-19 para poder comer en el interior de restaurantes, y los empleados tienen hasta el 13 de octubre para vacunarse. Akash Kapoor, fundador de la cadena de restaurantes Curry Up Now, dijo que más de 90% de sus empleados en su sucursal del centro de San Francisco ya están vacunados, y que uno o dos por establecimiento se han rehusado. Dispuso que los empleados no vacunados sean sometidos a pruebas diagnósticas dos veces por semana.“Esto permite a los empleados vacunados sentirse seguros”, señaló.Alejandra Segura, de 28 años, coordinadora de aprendizaje y desarrollo en Curry Up Now, manifestó que estaba preocupada de que la vacuna le causara una mala reacción, así que no se la había puesto. Pero debido a la obligatoriedad cambió de parecer y recibió su primera dosis de la vacuna de Pfizer el 20 de septiembre.“Es bueno que se nos obligue a vacunarnos para garantizar la seguridad de las personas”, señaló.“La experiencia indica que estas disposiciones obligatorias impulsan la voluntad de los empleados para vacunarse”, dijo Laura Boudreau, profesora adjunta en la Universidad de Columbia, que estudia asuntos laborales.Dijo creer que sólo una fracción de los empleados preferirán dejar sus trabajos, posiblemente aquellos ya cercanos a la jubilación y los que tengan una fuerte desconfianza hacia las vacunas.El gobierno de Biden ha dicho que las compañías enfrentarán multas de 13.600 dólares por infracción, y que las pruebas semanales obligatorias serán la alternativa a los que no quieran vacunarse.La pregunta de quién pagara las pruebas obligatorias, si los empleadores o el gobierno, continúa sin respuesta. En las próximas semanas serán elaboradas las normativas de la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional, la oficina a cargo de hacer cumplir la obligatoriedad de las vacunas.Mientras tanto, los casos de COVID-19 continúan aumentando en Estados Unidos. El promedio de muertes diarias en un periodo de siete días rebasó la semana pasada el umbral de las 2.000 por primera vez desde marzo.___Koenig informó desde Dallas. La periodista de The Associated Press, Dee-Ann Durbin, en Detroit, contribuyó a este despacho.

Fuente: La Nación

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ARLINGTON, Texas, EE.UU. (AP) — El mánager de los Angelinos de Los Ángeles, Joe Maddon, dijo el martes que los comentarios emitidos el fin de semana por Shohei Ohtani, quien dijo que quería ganar, no significan que el astro quiera abandonar la organización cuando se convierta en agente libre tras la temporada de 2023.Ohtani, el principal candidato a Jugador Más Valioso de la Liga Americana con 45 jonrones y una efectividad de 3.18, dijo el domingo que, a pesar de que le gusta el equipo, los aficionados y el ambiente, su máxima prioridad es ganar.“Todos nos sentimos de la misma forma, todos queremos ganar”, comentó Maddon el martes, previo al juego de los Angelinos en Texas. “Si alguien malinterpreta eso como que él quiere irse, eso es tratar de sacar algunas conjeturas que no fueron necesariamente lo que él dijo en absoluto”, añadió.“También mencionó lo mucho que le gusta estar aquí. El santuario interno que es la sede del club, los chicos, el cuerpo técnico, todo. La zona. Los aficionados. Los ama a todos. Todos queremos pasar al siguiente nivel, y lo vemos como una posibilidad absoluta que va a pasar en un futuro muy cercano”, señaló.Los Angelinos han tenido una foja perdedora en seis temporadas consecutivas y no han accedido a la postemporada en siete años seguidos, los últimos cuatro con Ohtani en el equipo. Maddon y el pelotero estelar Mike Trout han criticado recientemente el inefectivo trabajo del equipo en torno a la construcción de la plantilla.“Esto no puede seguir”, dijo Maddon la semana pasada. “No podemos estar en esta posición. Esta organización es mejor que eso. Merecemos más que eso”.Ohtani dijo el domingo que la situación era “muy frustrante y muy decepcionante”, y añadió que “al final siempre espero estar en la postemporada”.Sin embargo, Maddon cree que Ohtani no planea abandonar al equipo en la primera oportunidad que tenga.”No hay que olvidar todos los tópicos que mencionó con respecto a todo lo demás porque creo que eso anula el hecho de decir que quiere ganar y de alguna manera vincular eso con que quiere irse”, dijo Maddon.

Fuente: La Nación

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El brasileño Flamengo, blindado por los dos goles de ventaja que tomó en la ida, buscará este miércoles sellar el pasaporte a la final de la Copa Libertadores en Guayaquil, donde le espera Barcelona, de Ecuador, que en el duelo de ida lo tuvo contra las cuerdas. El ‘Fla’, monarca del torneo continental en 1981 y 2019, quedó a un paso de la final única del 27 de noviembre en el estadio Centenario de Montevideo gracias al doblete de Bruno Henrique para el 2-0 sobre los ‘toreros’ en el Maracaná. El desquite se disputará desde las 21.30 de nuestro país, con transmisión por ESPN.“Mucha gente piensa que no, pero es una buena ventaja para el segundo partido”, dijo el estratega del club carioca, Renato Gaúcho. Una victoria, un empate e incluso una derrota por un gol de diferencia pondrá al rojinegro en una tercera final de la Libertadores, en la que el conjunto ‘canario’ fue segundo en 1990 y 1998. “Barcelona no vino aquí siendo invitado, llegó por mérito propio y venciendo a grandes equipos”, consideró el técnico brasileño.Leandro Martínez y Willian Arao, durante la primera semifinal de la Copa Libertadores entre Flamengo y Barcelona de Ecuador (Carl de Souza/)El ‘ídolo del Astillero’ se encomienda para superar de manera épica el revés de hace una semana y también pelea por su tercera final en pos de que sea la vencida, luego de caer ante el paraguayo Olimpia y el brasileño Vasco da Gama. ”Estamos felices, pero conscientes de la responsabilidad que tenemos”, manifestó el conductor del plantel guayaquileño, el argentino Fabián Bustos.El conjunto canario tiene la misión cuesta arriba, pues tan solo le servirá vencer por tres goles de diferencia para quedar a un paso de la corona o forzar con un empate en el global la definición desde los once metros. Bustos no desestimó esa última alternativa y ordenó la práctica de los tiros desde el punto penal “porque es una posibilidad” para ser finalista. “Soñamos con esto y ojalá lleguemos”, agregó.Tampoco ve como un imposible la chance de doblegar al ‘Mengao’, en el que sólo la soberbia actuación del arquero Diego Alves, auxiliado por David Luiz, pudo evitar el gol ecuatoriano en el Maracaná, donde los ecuatorianos revelaron cierta fragilidad de la defensa rojinegra, aunque insuficiente para anotar un gol tranquilizador. Flamengo, que arribó el lunes a Guayaquil, recuperó dos piezas claves en el equipo titular al superar problemas físicos el lateral zurdo Filipe Luis, y el mediocampista y manija del equipo, el uruguayo Giorgian De Arrascaeta.Bruno Henrique celebra después de anotar uno de sus goles en la ida (SILVIA IZQUIERDO/)Bustos, un exvolante que jugó en clubes de Argentina, Uruguay, Bolivia y Ecuador, ha depositado su esperanza para alcanzar un título internacional. ”Es el partido más importante de mi vida. Sabemos que podemos conseguir algo muy grande para Barcelona”, manifestó el argentino, que como entrenador ha conducido solo a equipos ecuatorianos desde 2009. Fue campeón nacional con Delfín (en 2019) y Barcelona (2020).Uno de los posibles duelos en el desquite: Gabriel Barbosa y el arquero argentino Javier Burrai, de Barcelona (SILVIA IZQUIERDO/)Probables formaciones:Barcelona: Javier Burrai; Byron Castillo, Luis León, Williams Riveros, Mario Pineida; Leandro Martínez, Bruno Piñatares, Damián Díaz, Michael Carcelén; Adonis Preciado y Gonzalo Mastriani. DT: Fabián Bustos.Flamengo: Diego Alves; Mauricio Isla, Rodrigo Caio, David Luiz, Filipe Luis; Everton Ribeiro, Willian Arao, Vitinho, Giorgian De Arrascaeta; Bruno Henrique y Gabriel Barbosa. DT: Renato Gaúcho.Estadio: Monumental de GuayaquilHora: 21.30 (Argentina)Árbitro: Roberto Tobar (Chile)TV: ESPN

Fuente: La Nación

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En una nueva edición de 100 argentinos dicen (eltrece), Darío Barassi vivió otro de sus divertidos y actuados momentos de exasperación al aire al notar que una de las familias que fue a participar no podía responder correctamente la consigna planteada.Uno de los juegos favoritos del conductor, titulado por él mismo como “100 argentinos cantan”, empezó como un gracioso desafío. Sin embargo comenzó a complicarse y, en medio de un ida y vuelta con los concursantes, Barassi lanzó una exclamación contra el ciclo que tiene a cargo. “¡Qué programa de mier..!”, expresó tapándose la cara. Al escucharlo, todos en el estudio comenzaron a reír sin parar.La sorpresiva reacción de Javier de Miguel cuando le preguntaron si sale con la China SuárezTodo comenzó cuando Barassi le leyó la consigna a uno de los participantes que consistía en adivinar el nombre de una canción: “Es de una banda emblemática, los temas los conocés seguro”, le dijo alentándolo. Como pista, le dio algunas palabras que estaban presentes en la letra: “Comer, dar, verte, amor, mejor, baila”.El hombre logró con éxito que su familia tuviera las chances de ganar. “Te quiero comer la boca”, de La Mosca, fue el título de la canción que acertó. Sin embargo, no pudo adivinar ningún otro tema.En una segunda opción arriesgó a mencionar otra canción pero, en lugar de decir “Baila para mi”, lanzó “Baila conmigo”. La cara del conductor se transformó y con mucho fastidio le remarcó: “Esa es Cristina Aguilera”. Además se lamentó: “Yo diciendo que juegan bárbaro estos…”. Pasaron unos segundos de silencio y, con las dos tarjetas de consignas que tenía en las manos se tapó la cara y mirando a cámara sentenció: “¡Qué programa de mier…! ¿Qué hacemos?”.Mientras se trasladaba hacia el otro lado del estudio para darle la oportunidad de participar a otra de las familias presentes, manifestó ofuscado: “La Mosca es un ícono, no hay fiesta sin que suenen sus canciones”.Wanda Nara quiso compartir una buena noticia con sus seguidores pero le llovieron las críticasEn las redes se hicieron eco de lo que pasaba en la pantalla de eltrece y los memes y comentarios no tardaron en aparecer. Mientras que el programa se volvió tendencia en Twitter por superar en rating a su rival de Telefe, Pasapalabra, los televidentes se lamentaban que nadie hubiera podido adivinar más de dos canciones de la conocida banda liderada por Guillermo Novellis.Darío Barassi lanzó una frase que lanzó las risas de todos en el estudio (Captura de video)“Esta familia me pone nerviosa”, indicó una usuaria. “¿Cómo no van a saber más?”, se lamentó otro. “¿Cómo no van a saber canciones de La Mosca?”, exclamó un tercero acompañando su queja con una foto del propio Barassi tapándose la cara.En redes muchos se hicieron eco de la consigna (Foto: Captura Twitter/@FlorFernandezzR)

Fuente: La Nación

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James Bond está de vuelta. Llega por fin después de una larga espera con su aventura número 25 en el cine. Un número redondo que se abre a numerosas lecturas y significados. Sin tiempo para morir (No Time to Die) se estrena mañana en los cines de la Argentina y llegará, días antes o después, a todos los rincones del planeta.Ese regreso incluye un ritual, que los fans bondianos conocen de sobra y repetirán como un mantra en el momento de la despedida. Es una leyenda ya clásica, impresa en la última imagen que aparece en la pantalla, tras el largo desfile de los créditos finales. La historia cinematográfica del agente secreto con licencia para matar está hecha de pequeños grandes momentos que se conservan inalterables.La fiel legión de seguidores de 007 estará lista para volver a ver una frase que ya conoce de memoria: “James Bond Will Return” (James Bond volverá). Y será imprescindible esta vez volver a leerla y tenerla en cuenta, porque aventura un tiempo de cambios a los que también los bondianos se acostumbraron. El momento en que un actor identificado con el personaje deja su lugar a la llegada del nuevo Bond.Desde esa leyenda, el cine nos ofrece la máxima garantía de continuidad de un contrato que se renueva desde hace 59 años para sorpresa de algunos y satisfacción de muchos más. Bond llegó al cine en 1962 como exponente de una época política, cultural y social que hace mucho se extinguió, según cuentan hasta los manuales de historia más básicos. Si el tiempo que le dio sentido pasó, entonces el personaje también debió habernos dejado. Pero Bond sigue en este mundo. El tiempo demostró otra cosa. La de 007 es la saga cinematográfica más longeva de la historia y su personaje central logró vencer al tiempo de muchas maneras.La principal es su capacidad de reinventarse y conservar intacta su esencia más allá de las modas y de los nombres que circunstancialmente se encargaron de representarlo. Esa vigencia se apoya en una cuidada maquinaria que sostiene la identidad del mito Bond a partir de una rigurosa premisa: todo cambio es posible si se mantienen vivos a lo largo de los años ciertos rasgos, señas y marcas de comportamiento que el público reconoce de inmediato. El inexorable cambio de rostro que se produce de tanto en tanto puede abrir y cerrar ciclos, como ahora, pero sobre todo funciona como factor esencial de construcción de identidad. Cada una de las caras del personaje encarna una mística única, inalterable.Todo eso es lo primero que imaginamos de regreso cuando Sin tiempo para morir está por llegar después de varias demoras y no poca incertidumbre. La quinta y última aventura de 007 protagonizada por Daniel Craig fue una de las primeras víctimas del estrago que causó la pandemia en el mundo del entretenimiento. Su lanzamiento original estaba previsto para abril de 2020 y debió postergarse varias veces, sorteando inclusive las especulaciones de una posible llegada directa al streaming. Aquí también se impuso la memoria. Si esperamos tanto para verla es porque desde el comienzo se tomó la decisión de estrenarla sí o sí en los cines.La de Bond es una historia que no podría manifestarse fuera de la pantalla grande, al menos en la primera visión de cada nueva aventura. La grandiosidad desde la que se conciben las peleas de 007 para salvar al mundo, sus viajes por lugares exóticos y remotos, sus enfrentamientos con villanos casi inverosímiles y sus autos y gadgets convertidos en armas letales nunca podrían apreciarse con la misma intensidad en la pantalla de un celular o de una tablet. Bond también se define como un clásico por su pertenencia a la pantalla grande.Larga esperaAntes de que el coronavirus forzara sucesivos cambios en la fecha de estreno, Sin tiempo para morir también tuvo que soportar otro tipo de postergaciones. El rodaje de la película, que se hizo entre abril y octubre de 2019 (¡hace ya dos años!) estuvo marcado por varios accidentes e infortunios, entre ellos una lesión en el tobillo sufrida por el propio Craig, que debió someterse a una cirugía menor y pasó unos cuantos días alejado de los sets.Las sucesivas suspensiones del estreno de Sin Tiempo para morir incrementan la expectativa de los fanáticosTodos estos retrasos no hicieron más que aumentar los ya elevados niveles de incertidumbre que venían manejándose alrededor de la sucesión de Craig. A diferencia de todas las experiencias previas, las especulaciones sobre el futuro rostro de James Bond crecieron mucho antes del estreno de Sin tiempo para morir. Entre otras cosas porque muchos creyeron que Craig no aceptaría una quinta película como Bond.La posición del actor era muy clara antes de anunciarse esta película. Estaba cada vez más incómodo con un personaje que le condicionaba el futuro. Pero al mismo tiempo sabía que su ciclo como 007 no se había cerrado por completo. Hacía falta una aventura más para completar el largo capítulo que había abierto su llegada y quedó expuesto en la trama de Casino Royale. Estaba claro desde mucho antes que iba a tener una quinta oportunidad como Bond, lo que pocos creían. En medio de la danza de nombres que se aceleró en las últimas semanas, una de las dueñas de la majjj Bond, Barbara Broccoli, debió salir al cruce de todos los trascendidos para mantener el preciado equilibrio con el que maneja su estrategia.“Es difícil pensar en el futuro hasta que esta película tenga su momento. Creo que realmente queremos celebrar esto y celebrar a Daniel. Y luego, cuando el polvo se asiente, miraremos el paisaje y descubriremos cuál es el futuro. Una cosa que sin duda hemos aprendido en los últimos 18 meses es que nunca se sabe cuál es el futuro. Así que tenemos que sentarnos y pensar en ello”, dijo hace poco Broccoli, la hija de uno de los fundadores de la historia cinematográfica de James Bond y actual dueña de la marca y custodia de todas las tradiciones de este universo autoconsciente.Fue el neoyorquino Albert Romolo Cubby Broccoli (el segundo nombre siempre aparecía en los títulos sólo con su letra inicial) quien tuvo junto al canadiense Harry Saltzman la idea de adaptar a la pantalla las novelas de espionaje de Ian Fleming. El capítulo inicial, como todos saben, se escribió en 1962, con Sean Connery como protagonista de El satánico Dr. No.La frase de Barbara Broccoli es clave para entender la encrucijada en la que se encuentra hoy el personaje, que sigue marcado por la sombra de su intérprete original. Muchos consideran todavía a Connery como el mejor Bond de la historia. Nadie duda de que la discusión sobre ese punto reaparecerá muy pronto, cuando se cumpla el 31 de octubre el primer aniversario del fallecimiento del actor escocés.Cada vez que se habla del futuro de Bond vuelve a aparecer la figura de Connery. Pero habrá que volver a leer entrelíneas las palabras de Broccoli y sobre todo analizarlas a la luz de lo que muestre Sin tiempo para morir para descubrir las pistas que nos ayuden a vislumbrar lo que pasará con 007 a partir de ahora.En ese sentido, Craig resulta tan importante como Connery para anticiparnos a la idea de futuro que se tiene de James Bond. Craig es el sexto rostro oficial de 007 (después de Connery, George Lazenby, Roger Moore, Timothy Dalton y Pierce Brosnan) pero también es el primero en la historia que encarna una idea de reinvención completa del personaje. Como si a partir de su arribo se quisiera contar de nuevo la historia completa de Bond en el cine, cuatro décadas y media después de su primera aparición.El 15 de octubre de 2005, en una tumultuosa presentación ante la prensa londinense a orillas del Támesis, Craig fue presentado en sociedad. Lo primero que llamó la atención fue que estábamos en presencia del primer Bond rubio de la historia. Craig tenía 37 años y cuando llegó al encuentro con los medios en una lancha de la marina real británica no estaba en el radar de casi nadie. Su nombre nunca fue tenido en cuenta en los frenéticos pálpitos de los supuestos expertos en la “Bondmanía”.Pero el tiempo le dio la razón a quienes lo eligieron y Casino Royale (2006), una de las mejores películas de toda la historia bondiana, empezó a insinuar que Craig podría convertirse en el mejor 007 para este tiempo. Violento, áspero y expeditivo en su nuevo traje (de paso hay que decir que luce mejor que nadie la indumentaria a medida diseñada por Tom Ford), Craig exigió a fondo toda su fibra de notable actor para que afloraran los fantasmas interiores del personaje, su pasado desconocido, un ánimo de venganza desconocido hasta aquí y un corazón roto, detalle que explicaría mucho más que la adecuación a un tiempo de mayor corrección política el modo en que ahora se acerca a las mujeres.Adiós al seductor incansableAquí sí la tradición se rompe. Desde la llegada de Craig ya no corre más la antigua y estereotipada imagen de Bond como un seductor incansable. La idea misma de las “chicas Bond” desaparece en esta etapa y pasa a formar parte de una historia previa que tiende a esfumarse. La vieja costumbre de mostrar cómo un espía puede ser capaz de llevar a la cama a todo tipo de mujeres (incluyendo a algunas de sus archienemigas) deja su lugar a un Bond atormentado también por cuestiones afectivas. Y sobre todo por la muerte en Casino Royale de Vesper Lynd (Eva Green), el gran amor de su vida (mucho más que Teresa “Tracy” Draco, con quien se casa en Al servicio secreto de su Majestad) y a la vez su némesis desde el momento en que se trata de una doble agente.Esa desaparición deja su sello en las siguientes aventuras de Bond y al mismo tiempo va dejando de a poco la sensación de una certeza mayor. Toda la etapa Craig, que se propone desde el vamos contar de nuevo la historia completa de 007, funciona en definitiva como un ciclo. A lo largo de esas películas (Casino Royale, Quantum of Solace, Operación Skyfall, Spectre y la que está por estrenarse) se plantean los mismos temas, que entran y salen en distintos momentos al igual que algunos personajes.En Casino Royale, emerge un Bond atormentado también por cuestiones afectivasEn la cabeza de sus ideólogos (con Barbara Broccoli y su hermanastro Michael G. Wilson a la cabeza en EON Productions), el “nuevo” Bond que llegó en 2006 quiere ser lo más parecido al Bond original imaginado por Ian Fleming en sus novelas. Con otra mirada, con otro semblante y hasta con otro color y corte de pelo. Mientras trata de volver a las fuentes, el Bond de Craig se instala en la actualidad y responde desde su frialdad de agente secreto del MI6 británico con licencia para matar (otra condición esencial, insoslayable, decisiva) a los desafíos de un tiempo histórico marcado sobre todo por las amenazas terroristas. Los científicos locos decididos a apoderarse del mundo con las armas más sofisticadas de los tiempos de Connery y de Moore ahora son los ideólogos del terror globalizado. Y hasta se las ingenian para infiltrarse en la inteligencia británica. Basta ver Operación Skyfall para comprobarlo.Muchos estudiosos sostienen que este último requisito (la conexión con una actualidad reconocible, dominada por las amenazas terroristas y el nuevo mapa geopolítico internacional) es la otra garantía de la continuidad de Bond, que en las últimas décadas vio peligrar la exclusividad de su liderazgo en el mundo de los espías de ficción, condicionado y amenazado desde la llegada de colegas mucho más “modernos”, más creíbles y menos anacrónicos como el Ethan Hunt de Tom Cruise (Misión Imposible) y el Jason Bourne de Matt Damon.El personaje más conocido del planteaEn 2002 se aseguraba que unos 2000 millones de personas (el equivalente a dos quintos de la población mundial) vieron alguna vez en su vida al menos una película de 007, convirtiéndolo en el personaje de ficción más conocido de todo el planeta. Todo eso, claro, pasó antes de que llegara Harry Potter o que el mundo de Star Wars y el universo de Marvel superaran en expansión todo lo imaginado hasta ahora en el terreno del entretenimiento. Todos los cambios exigen una adaptación.Por eso, es muy probable que los planes de los responsables de la marca Bond y los deseos de los fans confluyan en un punto: para darle futuro al personaje hay que sostenerlo dentro de un universo propio, reconocible, autorreferencial. Habrá que mirar con mucha atención lo que muestre Sin tiempo para morir como desenlace de la etapa Craig y extraer desde allí las claves para el futuro.Habrá tiempo de sobra para hacerlo, porque Sin tiempo para morir es la película más larga de la historia de James Bond: dos horas y 45 minutos. Supera así a las dos horas y 23 minutos de Operación Skyfall. Todos descuentan que el Bond 25 cerrará unas cuantas historias abiertas desde Casino Royale y al mismo tiempo abrirá otras. Será clave en ese sentido lo que ocurra con Blofeld (Christoph Waltz), el eterno villano de Bond que se suma en este terreno a Rami Malek, y también con Madeleine Swann (Lea Seydoux), alguien que también reaparece y será el personaje femenino más cercano a nuestro héroe. Una psicóloga transformada en objeto de deseo de un héroe atormentado. Para más de una lectura.Hay otros personajes secundarios recurrentes como M (jefe inmediato de Bond, encarnado ahora por Ralph Fiennes), Q (el clásico creador de su armamento, con el rostro de Ben Whishaw) y la señorita Moneypenny (ahora más activa y decidida, de la mano de Naomie Harris) que contribuyen al armado de un universo propio en el que Bond, para algunos, hasta podría dejar de ser un personaje y convertirse en otra cosa: un nombre cifrado en clave que pasa de mano en mano (y de persona a persona) como si se tratara de un instrumento. Desde esa perspectiva, Bond no sería una persona de carne y hueso sino un código. Y el arma más sofisticada y racional de la inteligencia británica. Un arma mortal, en el sentido más amplio del término.Desde esta especulación, que tendrá que probarse en la película, también empieza a definirse de otra manera la construcción del futuro de James Bond. La ardua elección de su protagonista estará determinada por todos estos requisitos. Hay una veintena de nombres dando vueltas. A primera vista parecen muchos, pero vale recordar algo que contó Wilson hace poco: antes de decidirse en 2005 por Craig fueron evaluados unos 200 actores.¿Una mujer?Por lo pronto, ya tenemos en los trascendidos que rodean la llegada de la nueva película un primer indicio de este cambio de configuración. Es el posible final de la confluencia de Bond con la sigla 007, que identifica a los agentes con licencia para matar. Todos los adelantos de Sin tiempo para morir mencionan que entre los agentes “doble cero” ese número pasa a manos de una mujer, interpretada por Lashana Lynch. Esa mención alcanzó en su momento para entusiasmar a quienes creen que llegó el momento de que el futuro Bond tenga cara de mujer.Pero Barbara Broccoli, en enero de 2020, ya se encargó de aplacar todas las expectativas. Dijo de manera tajante que Bond solo puede y podrá ser interpretado por hombres. “A mí no me resulta interesante tomar un personaje masculino y poner a una mujer a representarlo. Creo que nosotras estamos para más que eso y tenemos que trabajar para crear nuevos personajes femeninos fuertes que podamos representar”, señaló la productora.Aunque haya decepcionado a quienes soñaban con un futuro femenino para Bond, las palabras de Broccoli funcionan como otro guiño para el futuro, en este caso relacionado con la ingeniería empresaria y corporativa de Hollywood. Hace un tiempo que las películas de James Bond llevan el sello de Metro-Goldwyn-Mayer, el viejo y clásico estudio que acaba de ser adquirido por Amazon. Y ya se sabe que el gigante del comercio electrónico (que además cuenta con un estudio de cine y una plataforma propia de streaming) tiene la intención de aprovechar de todas las maneras posibles el potencial de las marcas. ¿Estaría imaginando Amazon un multiuniverso alrededor de James Bond para el futuro, con varios desprendimientos (spin offs), aventuras propias de personajes secundarios y toda clase de interconexiones entre ellos? El caso de Nomi (el personaje interpretado por Lynch) puede ser un anticipo de todo lo que viene.La única puerta que abrió Broccoli es la de imaginar al próximo Bond “de cualquier color que quieran”. Wilson agregó, para darle una perspectiva geopolítica al asunto, que el Commonwealth (la mancomunidad británica de naciones) es lo suficientemente amplia y diversa en términos raciales como para explorar al respecto toda clase de posibilidades. El próximo Bond debe conservar el acento británico, pero puede llegar desde el enclave más exótico. La amplia lista de candidatos que circula hasta ahora contempla también esta posibilidad.El mejor ejemplo es el de Idris Elba, siempre arriba de todo en la ronda de herederos al título de futuro Bond. Pero hay más: acaba de sumarse con parecidas chances el ascendente Regé-Jean Page, galán de Bridgerton. También podrían pelear ese lugar Daniel Kaluuya (reciente ganador del Oscar por Judas y el Mesías negro) y John Boyega (el Finn de Star Wars), ambos de ascendencia nigeriana, por un lado, y Henry Golding (nacido en Malasia, con padre inglés), por otro.Habrá que tener en cuenta el factor racial (y hasta exótico), pero siempre subordinado a un elemento esencial: la continuidad de un camino que viene definido de antemano y que en los últimos años, de la mano de Craig, mostró un regreso al origen. Cada nuevo Bond cuenta con la ventaja de tomar como referencia, por acción u omisión, lo que hicieron y dejaron como legado sus predecesores. Hacia adelante, Bond es un modelo para armar. Y la historia tiene mucho para decir sobre un retrato que nunca es definitivo.Los Bond y sus sellosSean Connery empezó a escribir la historia como un caballero inglés decidido, viril y muy aguerrido. Un hombre fiel a lo que imaginó Fleming desde el papel: alguien dispuesto a cumplir su misión como espía y agente secreto sin el mejor complejo mientras se dispone a disfrutar de lo mejor de la vida, sobre todo en materia de placer. El Bond de Craig tomó el primer factor y desdeñó el segundo.Connery, el primer 007, durante un rodaje en 1966, en TokioGeorge Lazenby es el ejemplo fallido de una segunda búsqueda, la de un héroe con marcado espíritu patriótico y rostro humano, expresado a través de las vicisitudes de una historia de amor que concluye en tragedia. También hay huellas visibles de este comportamiento en el Bond encarnado por Craig.Tras el fracaso de Lazenby (protagonista de una única aventura, la de Al servicio secreto de su Majestad) y el regreso fugaz de Connery en Los diamantes son eternos llegó la etapa de Roger Moore, el Bond más divertido de la historia, que en cada nueva película se volvía más y más autoparódico. El Bond de Craig puede ser tan cínico y elegante como el de Moore, pero no tiene una pizca de aquel humor y está más lejos aún de la vida de seductor a toda prueba del tercer 007 de la historia. Además, Craig muestra en sus películas que sufre por cada golpe recibido. Todo lo contrario a lo que le pasaba a Moore, a quien las balas y los puñetazos no le hacían ni cosquillas.Cuando Moore envejecía y ya se acercaba peligrosamente a la caricatura después de ocho apariciones, llegó Timothy Dalton con promesas de intensidad, entereza y otros atributos propios del retrato originario de Fleming, pero nada de eso funcionó y los 25 años de Bond se cumplieron con el temor de que la historia terminara allí. Tuvo que llegar Pierce Brosnan para rescatar a 007 del naufragio y hubo que esperar hasta Craig para ese soñado regreso a las fuentes.Brosnan fue el Bond más carismático, de un encanto tan fuerte como su riqueza psicológica. Impecable en la percepción de su trabajo y consciente más que cualquier otro 007 de su lugar en el tablero geopolítico. Esa misma autoconciencia, de manera mucho más directa, áspera y brusca, aparecerá con la llegada de Craig, sucesor directo del actor irlandés.Cuatro años pasaron desde 007: Otro día para morir (2002), la cuarta y última aparición de Brosnan, hasta Casino Royale (2006), el debut de Craig. Todo el tiempo que se tomaron Broccoli, Wilson y su equipo para encontrar al nuevo Bond podría repetirse en esta oportunidad. Es lo que indica la tradición. Del otro lado están las ansiedades, las urgencias y las demandas de este tiempo: la certidumbre de futuro reclama certezas y decisiones rápidas. No puede esperarse demasiado, porque de lo contrario el espacio será ocupado por otros.Próximos nombresLos tiempos se aceleran y los nombres que circulan son muchos. A la cabeza de todos los pronósticos siempre aparece Tom Hardy, cuya apariencia de tipo duro y resuelto se aproxima bastante al perfil de Craig. Su carrera en el cine, de paso, registra más apariciones como villano que como héroe.También se menciona a Henry Cavill, el último Superman, que según todos los indicios estuvo cerca de convertirse en Bond cuando se decidió el reemplazo de Brosnan. Cuenta con la gran ventaja de su edad (37), la misma que tenía Craig cuando fue elegido, lo que le asegura si todo funciona bien un par de décadas como propietario de un personaje que para su último dueño siempre sintió como una jaula de oro. Ese es otro aspecto a tener en cuenta: el riesgo de que un actor se sienta atrapado por un personaje que en vez de satisfacerlo termine haciéndolo sufrir y bloqueando otras posibilidades de crecimiento profesional. Es un riesgo siempre latente.Hay más nombres. Está Cillian Murphy (el Thomas Shelby de Peaky Blinders), que podría responder a las necesidades de un Bond introspectivo, de personalidad compleja y tendencias agresivas. Además, con sus 44 años respondería a un nuevo Bond, marcado por los efectos el paso del tiempo, un aspecto que también adquiere relevancia, según se anticipa, en Sin tiempo para morir. Y también Sam Heughan, el héroe-galán de Outlander, con una presencia física y escénica muy adecuada y un aire renovador, además de ser escocés como Connery (sería el segundo Bond de la historia con ese origen).James Norton, Jack Lowden, Richard Madden, Riz Ahmed, Michael Fassbender, Aidan Turner, Tom Holland (el actual Hombre Araña) y Jamie Dornan (50 sombras de Gray) suman algunos puntos menos en las encuestas. Entre todos ellos la sorpresa podría ser una figura que llega desde Marvel y que abriría toda clase de interrogantes y expectativas si llegara a ser designado: Tom Hiddleston, que dejaría el mundo legendario de Loki para entrar en la historia de otro mito mucho más contemporáneo.Conclusión: cada actor dejó su marca en el personaje, pero Craig logró acopiar lo mejor de cada uno. No será el Bond definitivo, porque la historia todavía se está escribiendo, pero en la suma de aptitudes y en su adecuación a este tiempo no hay manera de superarlo. Se lo va a extrañar mucho.Mientras tanto, los fans ya empiezan a imaginar a cada uno de los candidatos en momentos icónicos de las películas de 007. La música que inicia cada una (el “James Bond Theme” compuesto por Monty Norman) junto al ojo que sigue a Bond y la pantalla teñida de rojo sangre luego de un par de certeros disparos. El momento en que se acerca a la barra para pedir un Martini agitado (shaken), pero no mezclado (not stirred). La visita al bunker de Q para conocer qué clase de objetos de uso cotidiano esconderán esta vez las armas letales que en algún momento usará contra sus enemigos. Y el momento infaltable en el que se presenta. La hora del “Bond, James Bond”.¿Cuál será la cara del agente secreto más famoso de la historia en su sexta década de vida cinematográfica? El juego va a empezar en el mismo momento en que termine la película número 25. Apenas aparezca en pantalla esa leyenda que dice “James Bond Will Return”?

Fuente: La Nación

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El Gobierno espera la autorización de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para administrar vacunas contra el coronavirus a menores de entre 3 y 11 años. Así lo pudo confirmar LA NACION de fuentes que participaron de la reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa), que incluye a la ministra nacional, Carla Vizzotti, con las autoridades sanitarias de cada provincia.De hecho, al terminar ese encuentro, ayer, Vizzotti dio una pista de lo que se venía: “Contamos con mucha información que compartimos en marco de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain), expertos y Cofesa para seguir trabajando en ampliar a más edades la vacunación”. Y agregó que hay consenso para reservar dosis de la vacuna Sinopharm con ese objetivo.Cristina Kirchner, contra Mauricio Macri por una noticia sobre el blanqueo: “Hasta llegaron a enfermar a mi hija”Sin embargo, no se precisó la edad desde la cual se vacunaría a los chicos. Según pudo saber LA NACION tras consultar con algunos de los ministros presentes, la decisión sería que en el país se avance con la inoculación de niños desde los 3 años en adelante.“Será para menores de 3 a 11 años y con Sinopharm. Se está esperando la aprobación de la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) que podría estar en octubre o noviembre. Mientras, las vacunas se irán reservando. Serían unos 5 millones de chicos así que se van a separar 10 millones de dosis”, contó a LA NACION uno de los ministros participantes del encuentro en el Hotel Provincial de Mar del Plata donde se llevó adelante la cumbre que culminó este mediodía.Consultada por este medio, Ángela Gentile, jefa del departamento de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, analizó: “En Chile ya comenzaron a vacunar con una vacuna con la misma plataforma de Sinopharm. Como en todos los casos, lo que hay que ver es cual es la evidencia científica que se tiene”.“Pienso que la vacunación pediátrica está bien y que se debe llevar en una forma escalonada. Primero se trabajó con el riesgo mayor que, claramente, eran los adultos mayores y después se fue abarcando otros grupos hasta llegar a los adolescentes con comorbilidades y luego con los que no son priorizados por sus enfermedades previas. Después es el turno de los más chicos. ¿Por qué? Porque este es un virus que se transmite muy eficazmente de persona a persona, especialmente, en grupos no vacunados o parcialmente vacunados. Si bien los chicos tienen menos receptores y no se transmite tan fácilmente entre la población pediátrica, también es verdad que mientras más se avanza con la vacunación con dos dosis de los adultos, va quedando ese gran canal de transmisión que son los chicos porque no encuentra barreras”, explicó Gentile.La profesional que está al frente del hospital pediátrico porteño más grande sumó: “Hay que tener en cuenta que el riesgo de contagios y enfermedad grave en los chicos no es de cero. Hemos internado chiquitos sanos inmunocompetentes con cuadros de neumonía que tampoco es gratuito. Por otra parte también hubo casos de sindrome inflamatorio multisistémico”.“Es un intento de golpe”: una senadora oficialista opinó sobre la posibilidad de que el kirchnerismo pierda la presidencia de Diputados“El otro tema es que aún no sabemos cuál es el impacto a futuro en el caso de los chicos que tuvieron coronavirus. Por ejemplo, si puede llegar a tener trastornos del desarrollo, o alguna otra secuela que se debe hacer seguimiento. En nuestro hospital, en el sector ambulatorio, tenemos un área de seguimiento pediátrico para todos los chicos que tuvieron Covid-19. Por ahora no se detectó nada relevante, ni sigue el patrón de los adultos”, dijo Gentile.Luego resumió: “Vacunamos a los chicos primero porque si no lo hacemos podrían favorecer la transmisión del virus en un contexto de mayor cantidad de adultos vacunados con dos dosis, la enfermedad por este virus, si bien se presenta en forma más leve que en los adultos tampoco es gratuita. Por otra parte, pueden haber adultos no vacunados y los niños conviven con ellos”.Sobre la seguridad que tiene Sinopharm para ser aplicadas en chicos, dijo: “Tanto Sinopharm como Sinovac son vacunas de virus inactivado, muy parecidas a las vacunas de la influenza. En general, son vacunas muy seguras con muy pocos efectos adversos. El tema es que estén aprobadas por Anmat. Si lo están, adelante porque es una buena estrategia. Lo más importante es tener un altísimo porcentaje de población vacunada con dos dosis”.Cómo funciona la vacuna El estudio en The Lancet publicado hace 10 díasHace 10 días, en un artículo publicado en la revista investigación británica The Lancet, se concluyó que la vacuna de origen chino generó una “fuerte respuesta inmunitaria tras dos dosis”en chicos desde los 3 y hasta los 17 años.La vacuna Covid-19 inactivada BBIBP-CorV, conocida comercialmente como Sinopharm, “es segura y bien tolerada en todos los niveles probados en participantes de tres a 17 años”, aunque se aclara en el estudio, que deberá analizar la eficacia en la etapa siguiente.Según el trabajo, Sinopharm “provoca fuertes respuestas humorales (generación de anticuerpos) contra la infección por SARS-CoV-2 después de dos dosis”, basados en investigaciones de la fase uno y dos en niños y jóvenes menores de 17 años.Los científicos encabezados por ShengLi Xia realizaron un ensayo aleatorio, doble ciego y controlado con voluntarios sanos divididos en grupos por edades, de entre 3 y 5 años, 6 y 12 años, y 13 y 17 años. Todos ellos recibieron distintas dosificaciones del fármaco con 28 días de diferencia. The Lancet aclara que en la primera participaron 445 niños, mientras que en la segunda etapa los científicos seleccionaron a 810.La reacción adversa más común reportada fue un dolor en el lugar de la inyección, seguida por fiebre, caracterizada “en su mayoría de leva a moderada”. Asimismo, se indicó que fueron “transitorias o se resolvieron en pocos días”.Asimismo, las reacciones adversas tuvieron lugar después de la aplicación de la primera dosis predominantemente. Además, la frecuencia fue similar a las registrada para los voluntarios de 18 a 59 años, y para aquellos de más de 60 años.La tercera etapa del estudio para este grupo etario se realizará en los Emiratos Árabes Unidos, donde las inyecciones se administrarán con 21 días de diferencia, adelantaron los científicos, para obtener datos adicionales de seguridad y eficacia.

Fuente: La Nación

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