ROMA.- En una movida que causó mucho ruido, Francisco decidió trasladar afuera del Vaticano a un instituto de monaguillos que suelen ayudar en las misas de la Basílica de San Pedro, que precisamente se encuentra en el ojo de la tormenta por un juicio por abusos sexuales cometidos en su interior, en tiempos de Benedicto XVI.Un comunicado difundido por la Sala de Prensa que jamás mencionó este juicio -sin precedente en el Vaticano y por ende, el escándalo que arrastra junto a sí-, aseguró que “desde hace tiempo que se estaba estudiando la hipótesis de un traslado del Preseminario San Pío X fuera de los Muros Vaticanos, también para favorecer la cercanía de los jóvenes estudiantes a los sitios donde desarrollan sus estudios y sus actividades creativas”.Estados Unidos: investigan problemas cardíacos en jóvenes que recibieron vacunas de ARN mensajero“En una reciente audiencia, el Santo Padre Francisco le comunicó al rector, reverendo Don Angelo Magistrelli, la decisión de que el Preseminario, a partir del próximo mes de septiembre, mude su sede al exterior de la Ciudad del Vaticano, en un lugar conveniente”, agregó.Lejos de aludir al juicio en curso –que comenzó en octubre del año pasado y es el primero en el que se juzgan a dos sacerdotes por presuntos abusos cometidos a la sombra de la cúpula de San Pedro-, el comunicado fue más allá. Y aseguró que el Papa también felicitó y expresó gratitud a Don Magistrelli –que no está involucrado en el escándalo-, por la obra cumplida en los 75 años de vida de la institución.Incluso el Papa “reconoció su validez educativa” y pidió que pueda continuar “el apreciado servicio litúrgico desarrollado por los jóvenes estudiantes en la Basílica de San Pedro”, según el comunicado. “Se trata, por lo tanto, de una nueva etapa de la vida y de la actividad del Preseminario San Pío X, que ofrecerá sin dudas nuevas oportunidades de crecimiento y desarrollo sobre todo en la promoción de vocaciones al sagrado ministerio”, concluyó.La noticia del traslado afuera del Vaticano de la denominada escuela de los “monaguillos del Papa” –que desde que se creó, en 1956, dio vida a casi 200 vocaciones sacerdotales, según su sitio web, causó mucha perplejidad. Sobre todo por el contenido del comunicado, que jamás mencionó el juicio en curso que involucra al instituto, probablemente para no inteferir en el proceso, que podría concluir pronto. ¿Por qué no se esperó entonces el fin del juicio para anunciar el traslado? ¿El Papa se está adelantando a la sentencia que se avecina?, fueron algunas preguntas que surgieron.Abusos sexualesEl juicio tiene que ver con abusos sexuales padecidos hace más de una década por niños que vivían y estudiaban para ser monaguillos en un instituto que se encuentra literalmente a la sombra de la Basílica de San Pedro: en el Palazzo San Carlo, entre el cuartel de la gendarmería y la residencia de Santa Marta, en el Vaticano.Murió Shakespeare, el primer hombre que recibió la vacuna contra el coronavirusEn el banquillo se encuentran dos sacerdotes italianos: uno es Gabriele Martinelli, cura de 29 años de la diócesis de Como, ordenado en 2017 y acusado de haber perpetrado uno de los delitos más aberrantes que puedan cometerse en la Iglesia católica; otro es monseñor Enrico Radice, rector del pre-seminario San Pío X, acusado de haber encubierto y defendido al culpable.El caso se remonta a denuncias presentadas por Kamil Jarzembowski, exmonaguillo polaco que, hace más de una década fue testigo de los abusos sexuales cometidos por la noche contra diversos menores por Martinelli, que de día, como si nada hubiera pasado, ayudaba a Benedicto XVI (papa emérito) en las celebraciones eucarísticas. El escándalo había salido a la luz en 2017 en un libro escrito por el periodista Gianluigi Nuzzi –autor de diversos best-sellers sobre trapos sucios del Vaticano-, en el que contaba la dramática historia de Jarzembowski, que había entrado en el pre-seminario en 2009 y que en 2014 había denunciado ante las autoridades eclesiásticas abusos sobre un compañerito de habitación. Denuncias que, en sendas cartas alcanzaron altísimos prelados, pero que nunca fueron escuchadas, es más, fueron silenciadas y que determinaron su expulsión del pre-seminario. Las acusaciones de Jarzembowski, no obstante, tuvieron mucho eco en sendos programas televisivos e hicieron que otros ex alumnos del pre-seminario tuvieran el coraje de salir a denunciar.

Fuente: La Nación

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ROMA.- En una movida que causó mucho ruido, Francisco decidió trasladar afuera del Vaticano a un instituto de monaguillos que suelen ayudar en las misas de la Basílica de San Pedro, que precisamente se encuentra en el ojo de la tormenta por un juicio por abusos sexuales cometidos en su interior, en tiempos de Benedicto XVI.Un comunicado difundido por la Sala de Prensa que jamás mencionó este juicio -sin precedente en el Vaticano y por ende, el escándalo que arrastra junto a sí-, aseguró que “desde hace tiempo que se estaba estudiando la hipótesis de un traslado del Preseminario San Pío X fuera de los Muros Vaticanos, también para favorecer la cercanía de los jóvenes estudiantes a los sitios donde desarrollan sus estudios y sus actividades creativas”.Estados Unidos: investigan problemas cardíacos en jóvenes que recibieron vacunas de ARN mensajero“En una reciente audiencia, el Santo Padre Francisco le comunicó al rector, reverendo Don Angelo Magistrelli, la decisión de que el Preseminario, a partir del próximo mes de septiembre, mude su sede al exterior de la Ciudad del Vaticano, en un lugar conveniente”, agregó.Lejos de aludir al juicio en curso –que comenzó en octubre del año pasado y es el primero en el que se juzgan a dos sacerdotes por presuntos abusos cometidos a la sombra de la cúpula de San Pedro-, el comunicado fue más allá. Y aseguró que el Papa también felicitó y expresó gratitud a Don Magistrelli –que no está involucrado en el escándalo-, por la obra cumplida en los 75 años de vida de la institución.Incluso el Papa “reconoció su validez educativa” y pidió que pueda continuar “el apreciado servicio litúrgico desarrollado por los jóvenes estudiantes en la Basílica de San Pedro”, según el comunicado. “Se trata, por lo tanto, de una nueva etapa de la vida y de la actividad del Preseminario San Pío X, que ofrecerá sin dudas nuevas oportunidades de crecimiento y desarrollo sobre todo en la promoción de vocaciones al sagrado ministerio”, concluyó.La noticia del traslado afuera del Vaticano de la denominada escuela de los “monaguillos del Papa” –que desde que se creó, en 1956, dio vida a casi 200 vocaciones sacerdotales, según su sitio web, causó mucha perplejidad. Sobre todo por el contenido del comunicado, que jamás mencionó el juicio en curso que involucra al instituto, probablemente para no inteferir en el proceso, que podría concluir pronto. ¿Por qué no se esperó entonces el fin del juicio para anunciar el traslado? ¿El Papa se está adelantando a la sentencia que se avecina?, fueron algunas preguntas que surgieron.Abusos sexualesEl juicio tiene que ver con abusos sexuales padecidos hace más de una década por niños que vivían y estudiaban para ser monaguillos en un instituto que se encuentra literalmente a la sombra de la Basílica de San Pedro: en el Palazzo San Carlo, entre el cuartel de la gendarmería y la residencia de Santa Marta, en el Vaticano.Murió Shakespeare, el primer hombre que recibió la vacuna contra el coronavirusEn el banquillo se encuentran dos sacerdotes italianos: uno es Gabriele Martinelli, cura de 29 años de la diócesis de Como, ordenado en 2017 y acusado de haber perpetrado uno de los delitos más aberrantes que puedan cometerse en la Iglesia católica; otro es monseñor Enrico Radice, rector del pre-seminario San Pío X, acusado de haber encubierto y defendido al culpable.El caso se remonta a denuncias presentadas por Kamil Jarzembowski, exmonaguillo polaco que, hace más de una década fue testigo de los abusos sexuales cometidos por la noche contra diversos menores por Martinelli, que de día, como si nada hubiera pasado, ayudaba a Benedicto XVI (papa emérito) en las celebraciones eucarísticas. El escándalo había salido a la luz en 2017 en un libro escrito por el periodista Gianluigi Nuzzi –autor de diversos best-sellers sobre trapos sucios del Vaticano-, en el que contaba la dramática historia de Jarzembowski, que había entrado en el pre-seminario en 2009 y que en 2014 había denunciado ante las autoridades eclesiásticas abusos sobre un compañerito de habitación. Denuncias que, en sendas cartas alcanzaron altísimos prelados, pero que nunca fueron escuchadas, es más, fueron silenciadas y que determinaron su expulsión del pre-seminario. Las acusaciones de Jarzembowski, no obstante, tuvieron mucho eco en sendos programas televisivos e hicieron que otros ex alumnos del pre-seminario tuvieran el coraje de salir a denunciar.

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ROMA.- En una movida que causó mucho ruido, Francisco decidió trasladar afuera del Vaticano a un instituto de monaguillos que suelen ayudar en las misas de la Basílica de San Pedro, que precisamente se encuentra en el ojo de la tormenta por un juicio por abusos sexuales cometidos en su interior, en tiempos de Benedicto XVI.Un comunicado difundido por la Sala de Prensa que jamás mencionó este juicio -sin precedente en el Vaticano y por ende, el escándalo que arrastra junto a sí-, aseguró que “desde hace tiempo que se estaba estudiando la hipótesis de un traslado del Preseminario San Pío X fuera de los Muros Vaticanos, también para favorecer la cercanía de los jóvenes estudiantes a los sitios donde desarrollan sus estudios y sus actividades creativas”.Estados Unidos: investigan problemas cardíacos en jóvenes que recibieron vacunas de ARN mensajero“En una reciente audiencia, el Santo Padre Francisco le comunicó al rector, reverendo Don Angelo Magistrelli, la decisión de que el Preseminario, a partir del próximo mes de septiembre, mude su sede al exterior de la Ciudad del Vaticano, en un lugar conveniente”, agregó.Lejos de aludir al juicio en curso –que comenzó en octubre del año pasado y es el primero en el que se juzgan a dos sacerdotes por presuntos abusos cometidos a la sombra de la cúpula de San Pedro-, el comunicado fue más allá. Y aseguró que el Papa también felicitó y expresó gratitud a Don Magistrelli –que no está involucrado en el escándalo-, por la obra cumplida en los 75 años de vida de la institución.Incluso el Papa “reconoció su validez educativa” y pidió que pueda continuar “el apreciado servicio litúrgico desarrollado por los jóvenes estudiantes en la Basílica de San Pedro”, según el comunicado. “Se trata, por lo tanto, de una nueva etapa de la vida y de la actividad del Preseminario San Pío X, que ofrecerá sin dudas nuevas oportunidades de crecimiento y desarrollo sobre todo en la promoción de vocaciones al sagrado ministerio”, concluyó.La noticia del traslado afuera del Vaticano de la denominada escuela de los “monaguillos del Papa” –que desde que se creó, en 1956, dio vida a casi 200 vocaciones sacerdotales, según su sitio web, causó mucha perplejidad. Sobre todo por el contenido del comunicado, que jamás mencionó el juicio en curso que involucra al instituto, probablemente para no inteferir en el proceso, que podría concluir pronto. ¿Por qué no se esperó entonces el fin del juicio para anunciar el traslado? ¿El Papa se está adelantando a la sentencia que se avecina?, fueron algunas preguntas que surgieron.Abusos sexualesEl juicio tiene que ver con abusos sexuales padecidos hace más de una década por niños que vivían y estudiaban para ser monaguillos en un instituto que se encuentra literalmente a la sombra de la Basílica de San Pedro: en el Palazzo San Carlo, entre el cuartel de la gendarmería y la residencia de Santa Marta, en el Vaticano.Murió Shakespeare, el primer hombre que recibió la vacuna contra el coronavirusEn el banquillo se encuentran dos sacerdotes italianos: uno es Gabriele Martinelli, cura de 29 años de la diócesis de Como, ordenado en 2017 y acusado de haber perpetrado uno de los delitos más aberrantes que puedan cometerse en la Iglesia católica; otro es monseñor Enrico Radice, rector del pre-seminario San Pío X, acusado de haber encubierto y defendido al culpable.El caso se remonta a denuncias presentadas por Kamil Jarzembowski, exmonaguillo polaco que, hace más de una década fue testigo de los abusos sexuales cometidos por la noche contra diversos menores por Martinelli, que de día, como si nada hubiera pasado, ayudaba a Benedicto XVI (papa emérito) en las celebraciones eucarísticas. El escándalo había salido a la luz en 2017 en un libro escrito por el periodista Gianluigi Nuzzi –autor de diversos best-sellers sobre trapos sucios del Vaticano-, en el que contaba la dramática historia de Jarzembowski, que había entrado en el pre-seminario en 2009 y que en 2014 había denunciado ante las autoridades eclesiásticas abusos sobre un compañerito de habitación. Denuncias que, en sendas cartas alcanzaron altísimos prelados, pero que nunca fueron escuchadas, es más, fueron silenciadas y que determinaron su expulsión del pre-seminario. Las acusaciones de Jarzembowski, no obstante, tuvieron mucho eco en sendos programas televisivos e hicieron que otros ex alumnos del pre-seminario tuvieran el coraje de salir a denunciar.

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En distintos puntos del país, manifestantes autoconvocados marchan en contra de las restricciones del Gobierno para frenar el avance de la segunda ola del coronavirus. “¡Queremos trabajar!”: fue uno los reclamos más solicitados por los asistentes.En la ciudad de Córdoba, alrededor de las 16, se congregaron en calles Belgrano y Achával Rodríguez, y marcharon hacia el frente del Patio Olmos, en pleno centro capitalino. Según el medio local La Voz, con banderas argentinas y carteles alusivos al reclamo, comerciantes de todos los rubros pidieron la reapertura de las actividades y cantaron el himno nacional.Cordoba “Queremos trabajar” #25MTODOSaLasCalles pic.twitter.com/qVXXSF6adB— Ignacio (nacho) (@ponsiconacho) May 25, 2021La misma escena se repite en el norte y en sur del país. En San Miguel de Tucumán (Tucumán) y en Bariloche (Rio Negro), comerciantes reclaman la reapertura de los negocios y el cese de las restricciones al trabajo.#25MTODOSaLasCalles #ResistenciaCivil#Bariloche https://t.co/3WTM8GiKr6— El Guaso (@ChSWagner) May 25, 2021Tucumán, de PIE pic.twitter.com/O0WEC6m9BQ— Ariel Squeff (@ArielSqueff1977) May 25, 2021Noticia en desarrollo

Fuente: La Nación

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En distintos puntos del país, manifestantes autoconvocados marchan en contra de las restricciones del Gobierno para frenar el avance de la segunda ola del coronavirus. “¡Queremos trabajar!”: fue uno los reclamos más solicitados por los asistentes.En la ciudad de Córdoba, alrededor de las 16, se congregaron en calles Belgrano y Achával Rodríguez, y marcharon hacia el frente del Patio Olmos, en pleno centro capitalino. Según el medio local La Voz, con banderas argentinas y carteles alusivos al reclamo, comerciantes de todos los rubros pidieron la reapertura de las actividades y cantaron el himno nacional.Cordoba “Queremos trabajar” #25MTODOSaLasCalles pic.twitter.com/qVXXSF6adB— Ignacio (nacho) (@ponsiconacho) May 25, 2021La misma escena se repite en el norte y en sur del país. En San Miguel de Tucumán (Tucumán) y en Bariloche (Rio Negro), comerciantes reclaman la reapertura de los negocios y el cese de las restricciones al trabajo.#25MTODOSaLasCalles #ResistenciaCivil#Bariloche https://t.co/3WTM8GiKr6— El Guaso (@ChSWagner) May 25, 2021Tucumán, de PIE pic.twitter.com/O0WEC6m9BQ— Ariel Squeff (@ArielSqueff1977) May 25, 2021Noticia en desarrollo

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En distintos puntos del país, manifestantes autoconvocados marchan en contra de las restricciones del Gobierno para frenar el avance de la segunda ola del coronavirus. “¡Queremos trabajar!”: fue uno los reclamos más solicitados por los asistentes.En la ciudad de Córdoba, alrededor de las 16, se congregaron en calles Belgrano y Achával Rodríguez, y marcharon hacia el frente del Patio Olmos, en pleno centro capitalino. Según el medio local La Voz, con banderas argentinas y carteles alusivos al reclamo, comerciantes de todos los rubros pidieron la reapertura de las actividades y cantaron el himno nacional.Cordoba “Queremos trabajar” #25MTODOSaLasCalles pic.twitter.com/qVXXSF6adB— Ignacio (nacho) (@ponsiconacho) May 25, 2021La misma escena se repite en el norte y en sur del país. En San Miguel de Tucumán (Tucumán) y en Bariloche (Rio Negro), comerciantes reclaman la reapertura de los negocios y el cese de las restricciones al trabajo.#25MTODOSaLasCalles #ResistenciaCivil#Bariloche https://t.co/3WTM8GiKr6— El Guaso (@ChSWagner) May 25, 2021Tucumán, de PIE pic.twitter.com/O0WEC6m9BQ— Ariel Squeff (@ArielSqueff1977) May 25, 2021Noticia en desarrollo

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Este fin de semana, Lorena Paola vivió unas horas de pánico cuando su mamá, Betty, tuvo un infarto. La actriz, que está en contacto permanente con ella, comenzó a preocuparse cuando su madre no le contestó una serie de mensajes, y gracias a eso, pudo salvarle la vida.“Todos saben la relación que tenemos con mi vieja, somos súper compañeras. No la estoy viendo tanto por la pandemia, pero hablamos 18 mil veces por día”, contó en diálogo con Juan Etchegoyen en Mitre Live (Radio Mitre). “Tengo la costumbre de amanecer con mi mamá cada vez que me levanto y no es normal en nosotras que pasen dos o tres horas y no sepamos nada la una de la otra. Gracias a eso pudimos salvarle la vida, literal”.Orgullo y prejuicio: romances en el set, problemas con el elenco y el final que no fue“El sábado le mandé lo que me iba a poner para ir al programa y no me contestaba”, contó haciendo referencia a El Run Run del Espectáculo, que se emite por Crónica TV y del cual ella es conductora. “No me preocupé tanto porque a veces se le llena la casilla del WhatsApp y no le entran los mensajes. Me ha pasado de irme volando a su casa y de repente que me suene el teléfono diciendo eso de los mensajes, pero esta vez esto no iba a suceder”, dijo. View this post on Instagram A post shared by Lorena paola (@lolopaolaok)Un rato después, su madre la llamó para manifestarle que sentía cierto malestar. “Para que te llame diciéndote que se siente mal, se tiene que estar muriendo”, explicó la actriz y conductora. “Lo agarré a mi marido y nos fuimos para allá porque en esas situaciones me anulo, soy capaz de desmayarme”.“Si tengo que agradecer a alguien es al 911 porque llegaron al toque. Mi mamá se estaba muriendo, estaba teniendo un infarto. La tuvimos que trasladar al Hospital Santojanni”, contó sobre lo sucedido.Gracias al rápido accionar de todos, Betty pudo ser atendida a tiempo. “Fue como un equipo que se armó, actuamos todos en muy poco tiempo. Ahí también estuvo realmente mi viejo mandándola para acá. Nunca presencié una cosa igual, y más con mamá, no sabiendo qué hacer. Encima, en medio de la pandemia”, dijo sobre el tenso momento vivido. “Ahora está estable y está saliendo”, agregó aliviada. Y sumó: “Mil veces le dije que tenía que dejar de fumar y ahora tomó conciencia”.

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Diego y Esteban eran amigos desde la secundaria. Desde siempre coincidían en gustos, códigos y estilos. Leían enfervorizadamente ciencia ficción, eran serios y reservados pero con un humor ácido que solo ellos compartían y disfrutaban, no les gustaba ser parte de la manada, preferían mantenerse separados mirando a los demás con cierta displicencia y un ligero desprecio. Si alguno encontraba en DVD esa película inhallable de un cuento de Philip Dick, se sumergían el fin de semana entero para verla una y otra vez, revisando casi fotograma por fotograma, buscando y encontrando detalles reveladores. No les gustaba el fútbol pero sí el tenis, se entrenaron juntos y terminaron siendo una pareja imbatible, en las canchas.Male y Tamy vivían en el mismo edificio, una en el tercero, la otra en el séptimo. Se conocían desde que habían nacido. Sus padres se hicieron amigos en principio por la vecindad y luego por elección. Para ellas la vida era inconcebible la una sin la otra. El mismo jardín, la misma primaria, la misma secundaria. Les encantaban los juegos de ingenio, desde rompecabezas sencillos hasta juegos de palabras y cálculos. Pasaban horas inventando palabras cruzadas y juegos gráficos con los que después desafiaban a sus padres y a sus compañeros de clase. Adoraban pasear juntas en bicicleta y lo hacían toda vez que podían en trayectos cada vez más largos.Diego y Esteban eligieron estudiar ingeniería.Male y Tamy se anotaron en exactas una en física, la otra en matemáticas.La iniciación sexual había sido tibia para los cuatroYa habían debutado pero a la hora de comenzar la universidad para ninguno había llegado el amor así como lo imaginaban o esperaban.Male y Diego se conocieron haciendo cola para comprar entradas para un recital de Paul McCartney en River. Parecía que iba a llover, estaban cansados después de largas horas esperando, empezaron a hablar de esas cosas que gente desconocida y aburrida habla en las colas. Pegaron onda de entrada. Para ambos los Beatles eran parte de sus infancias porque sus respectivos padres los escuchaban todo el tiempo. Tener la oportunidad de ver a uno de ellos era un sueño hecho realidad. Para los dos.Cuando empezó a llover, Male desplegó su paraguas e invitó a Diego a guarecerse debajo. Cerca, casi tocándose, sintieron que nacía algo allí. Cuando llegaron a la boletería compraron entradas adyacentes, dos para cada uno. “¿Con quién vas a venir?” preguntó Male queriendo saber si tenía novia, “Con Esteban, mi mejor amigo” escuchó aliviada, “¿y vos?” con un brillo inquieto en la mirada, “Con Tamy, mi mejor amiga”… y la coincidencia les resultó tan divertida que estallaron en una carcajada.El recital fue maravilloso. Escucharon al calor de los miles de asistentes esos temas tan conocidos con el ídolo en vivo, ahí adelante. Al final estaban felices, plenos y hambrientos. Salieron juntos, caminaron muchas cuadras hasta que dieron con un lugar en donde entrar y empezó la relación entre los cuatro como un acorde musical armónico y melodioso. Esteban y Tamy simpatizaron inmediatamente. La situación era perfecta. Los cuatro formaban una combinación dichosa de, sabores, gustos y colores. Durante varios meses las relaciones prosperaron y se ahondaron. Salían a veces juntos los cuatro y otras cada pareja por separado, pero se hacían confidencias, se aconsejaban, se estimulaban y se contenían como lo habían hecho siempre.Cuatro amigos, dos parejasCon la pandemia y el forzado aislamiento, las oportunidades de verse personalmente fueron menguando hasta desaparecer. Se veían por zoom. Como hacemos casi todos.La piel, la cercanía, la presencia, el olor, la energía se reconvirtieron en los cuadraditos del video chat. La visión y la audición reinaron sobre el olfato, el gusto y la piel. Los cuerpos se redujeron a las caras y parte del torso, los contextos fijos, cada uno siempre en el mismo lugar, con el mismo fondo. Se reían mostrándose lo que llevaban debajo de la cintura: ojotas, shorts, yoguinetas, zapatillas desflecadas… seguían siendo amigos y compinches.Pero algo impensado fue pasando a medida que transcurrían los días y la presencialidad se alejaba. Diego empezó a encontrar en Tamy, la novia de su amigo, cosas que antes no había advertido, una cierta picardía, un cierto rincón secreto intrigante que se descubría fantaseando con explorar. Se lo guardó para sí. ¿Cómo decirle esto a Esteban? ¿Es que le estaba gustando Tamy? Se sentía super mal con Male a quien, de repente, empezó a sentir como una hermana, como alguien muy querido pero nada erotizado.Esteban a su vez, y casi al mismo tiempo, vio crecer una gran incomodidad cada vez que se encontraban los cuatro por zoom porque su mirada iba derechito a Male, la novia de Diego, en lugar de a Tamy. No podía dejar de mirar esas pecas en sus mejillas, el modo en que fruncía la boca con su semi sonrisa desafiante, su imagen era lo último que veía antes de dormir y lo primero que se le aparecía al despertar. Se sentía un traidor, una mala persona, no se lo podía perdonar. Pero no lo podía evitar.Male y Tamy dejaron de llamarse todos los días y dejaron de subir a la terraza de su edificio que era donde solían encontrarse. También a ellas les estaba pasando algo con los muchachos, algo incómodo, algo que crecía y que no conseguían frenar. También ellas sentían que los sentimientos las abrumaban, que el novio de la otra las conmovía hondamente. No sabían qué hacer ni cómo manejarlo. Todos creían que algo ingobernable les estaba jugando esa mala pasada. No sabían que a los cuatro les estaba pasando lo mismo.Es que creían, como solemos creer todos, que lo que sentimos hacia alguien es cosa nuestra, como guardada en una cajita, en el corazón por supuesto, y que lo que siente el otro es un misterio porque tiene su propia cajita. Una analogía más justa es imaginar nuestros sentimientos como el registro de lo que nos pasa cuando estamos con esa otra persona. No está dentro de uno sino que flota en el “entre”, es el clima, tanto amable como hostil, en el que transcurre el encuentro. Por eso los sentimientos, si ambos leen bien el clima compartido, son mutuos, sentirán lo mismo. Por eso las dos parejas estaban sintiendo de manera similar, pero no lo sabían. Male también había descubierto a un Esteban que le había sido invisible y Tamy, azorada, tenía en Diego un atractor, un imán del que no se podía sustraer. Se habían cruzado los cables y había pasado simultáneamente.Emociones mezcladas en pandemiaLos cuatro amigos entraron en una zona de penuria y sufrimiento. Ninguno sabía que a los otros tres les estaba pasando lo mismo. Cada uno se creía una especie de monstruo malévolo y desleal que no merecía sostener la amistad que había vivido hasta entonces. Ninguno dejaba entrever lo que estaba sintiendo por temor a destruir para siempre esa red de confianza y amistad construida a lo largo de la vida.Pero cuando uno contiene de esta manera sus emociones tienden a escaparse sin que las podamos controlar. Todo explotó con un lapsus de Esteban. Hablando con Diego, en lugar de decir Male dijo Tamy. Empezó a trastabillar, se le llenaron los ojos de lágrimas. el “¡uh! no sé qué me pasó, quise decir ¡Male!” sonó a falso, a poco, a lastimoso. Diego se dio cuenta al toque. Y se preguntó, casi sin atreverse a pensarlo, si a su amigo no le estaría pasando lo mismo que a él. Derechos como eran, francos y buenas personas, amigos hasta el caracú, Diego se animó y ante los titubeos y el azoramiento de Esteban dijo “también yo podría confundirme como vos y decir Tamy en lugar de Male”. Era por zoom. Se quedaron detenidos, suspendidos, casi sin respirar, mirándose en silencio hasta que Esteban preguntó “¿estoy entendiendo lo que estoy entendiendo?”. “Sí” dijo escuetamente Diego, “no sé qué pasó ni cómo pasó pero se me dieron vuelta las fichas y la veo a Male como una hermana querida, una amiga entrañable, pero no una pareja… así la estoy sintiendo a Tamy y me odio a mi mismo, no te lo quería decir porque sé que no me lo vas a perdonar porque no tengo perdón, pero no fue voluntario, no sé, no es a propósito, no puedo dejar de pensar en ella….” La sorpresa de ambos fue mayúscula cuando se confesaron que a ambos les estaba pasando lo mismo. Volvió la sonrisa que había estado ensombrecida hacía un tiempo, el alivio despejó esas nubes tormentosas y volvió a salir el sol.¿Cómo decirle a las chicas? ¿Cómo hacerle esto a Male y a Tamy? Pero una vez que lo blanquearon entre ellos se dieron fuerzas, decidieron no esperar y decirles de una y en un encuentro de los cuatro, también por zoom, claro.mejores amigas, enamoradasDe pronto, como en en los caleidoscopios que cuando uno los mueve, las piezas cambian de lugar y construyen una nueva estructura igualmente armónica que la anterior, estas cuatro personas se reacomodaron a la nueva realidad. El momento de la confesión culpable de los muchachos se transformó en jolgorio cuando las chicas confesaron que les estaba pasando lo mismo y que se habían sentido muy mal la una con la otra por esta irrupción de un sentimiento que no habían buscado.Cuando el amor es más fuerteY se cruzaron las parejas. Los espera el momento de la presencia concreta, el momento que todavía no saben cuándo será. Se están descubriendo online, aprendiendo a conocerse y a construir la necesidad del otro, los espacios de encuentro, los sueños compartidos y las mismas ganas. Cuando lleguen los besos y las caricias se verá si esto que descubrieron crecerá y se volverá ese lazo fuerte y sólido que les permitirá caminar a la par. Mientras tanto no paran de reír por esta travesura sorpresiva de la vida.

Fuente: La Nación

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Diego y Esteban eran amigos desde la secundaria. Desde siempre coincidían en gustos, códigos y estilos. Leían enfervorizadamente ciencia ficción, eran serios y reservados pero con un humor ácido que solo ellos compartían y disfrutaban, no les gustaba ser parte de la manada, preferían mantenerse separados mirando a los demás con cierta displicencia y un ligero desprecio. Si alguno encontraba en DVD esa película inhallable de un cuento de Philip Dick, se sumergían el fin de semana entero para verla una y otra vez, revisando casi fotograma por fotograma, buscando y encontrando detalles reveladores. No les gustaba el fútbol pero sí el tenis, se entrenaron juntos y terminaron siendo una pareja imbatible, en las canchas.Male y Tamy vivían en el mismo edificio, una en el tercero, la otra en el séptimo. Se conocían desde que habían nacido. Sus padres se hicieron amigos en principio por la vecindad y luego por elección. Para ellas la vida era inconcebible la una sin la otra. El mismo jardín, la misma primaria, la misma secundaria. Les encantaban los juegos de ingenio, desde rompecabezas sencillos hasta juegos de palabras y cálculos. Pasaban horas inventando palabras cruzadas y juegos gráficos con los que después desafiaban a sus padres y a sus compañeros de clase. Adoraban pasear juntas en bicicleta y lo hacían toda vez que podían en trayectos cada vez más largos.Diego y Esteban eligieron estudiar ingeniería.Male y Tamy se anotaron en exactas una en física, la otra en matemáticas.La iniciación sexual había sido tibia para los cuatroYa habían debutado pero a la hora de comenzar la universidad para ninguno había llegado el amor así como lo imaginaban o esperaban.Male y Diego se conocieron haciendo cola para comprar entradas para un recital de Paul McCartney en River. Parecía que iba a llover, estaban cansados después de largas horas esperando, empezaron a hablar de esas cosas que gente desconocida y aburrida habla en las colas. Pegaron onda de entrada. Para ambos los Beatles eran parte de sus infancias porque sus respectivos padres los escuchaban todo el tiempo. Tener la oportunidad de ver a uno de ellos era un sueño hecho realidad. Para los dos.Cuando empezó a llover, Male desplegó su paraguas e invitó a Diego a guarecerse debajo. Cerca, casi tocándose, sintieron que nacía algo allí. Cuando llegaron a la boletería compraron entradas adyacentes, dos para cada uno. “¿Con quién vas a venir?” preguntó Male queriendo saber si tenía novia, “Con Esteban, mi mejor amigo” escuchó aliviada, “¿y vos?” con un brillo inquieto en la mirada, “Con Tamy, mi mejor amiga”… y la coincidencia les resultó tan divertida que estallaron en una carcajada.El recital fue maravilloso. Escucharon al calor de los miles de asistentes esos temas tan conocidos con el ídolo en vivo, ahí adelante. Al final estaban felices, plenos y hambrientos. Salieron juntos, caminaron muchas cuadras hasta que dieron con un lugar en donde entrar y empezó la relación entre los cuatro como un acorde musical armónico y melodioso. Esteban y Tamy simpatizaron inmediatamente. La situación era perfecta. Los cuatro formaban una combinación dichosa de, sabores, gustos y colores. Durante varios meses las relaciones prosperaron y se ahondaron. Salían a veces juntos los cuatro y otras cada pareja por separado, pero se hacían confidencias, se aconsejaban, se estimulaban y se contenían como lo habían hecho siempre.Cuatro amigos, dos parejasCon la pandemia y el forzado aislamiento, las oportunidades de verse personalmente fueron menguando hasta desaparecer. Se veían por zoom. Como hacemos casi todos.La piel, la cercanía, la presencia, el olor, la energía se reconvirtieron en los cuadraditos del video chat. La visión y la audición reinaron sobre el olfato, el gusto y la piel. Los cuerpos se redujeron a las caras y parte del torso, los contextos fijos, cada uno siempre en el mismo lugar, con el mismo fondo. Se reían mostrándose lo que llevaban debajo de la cintura: ojotas, shorts, yoguinetas, zapatillas desflecadas… seguían siendo amigos y compinches.Pero algo impensado fue pasando a medida que transcurrían los días y la presencialidad se alejaba. Diego empezó a encontrar en Tamy, la novia de su amigo, cosas que antes no había advertido, una cierta picardía, un cierto rincón secreto intrigante que se descubría fantaseando con explorar. Se lo guardó para sí. ¿Cómo decirle esto a Esteban? ¿Es que le estaba gustando Tamy? Se sentía super mal con Male a quien, de repente, empezó a sentir como una hermana, como alguien muy querido pero nada erotizado.Esteban a su vez, y casi al mismo tiempo, vio crecer una gran incomodidad cada vez que se encontraban los cuatro por zoom porque su mirada iba derechito a Male, la novia de Diego, en lugar de a Tamy. No podía dejar de mirar esas pecas en sus mejillas, el modo en que fruncía la boca con su semi sonrisa desafiante, su imagen era lo último que veía antes de dormir y lo primero que se le aparecía al despertar. Se sentía un traidor, una mala persona, no se lo podía perdonar. Pero no lo podía evitar.Male y Tamy dejaron de llamarse todos los días y dejaron de subir a la terraza de su edificio que era donde solían encontrarse. También a ellas les estaba pasando algo con los muchachos, algo incómodo, algo que crecía y que no conseguían frenar. También ellas sentían que los sentimientos las abrumaban, que el novio de la otra las conmovía hondamente. No sabían qué hacer ni cómo manejarlo. Todos creían que algo ingobernable les estaba jugando esa mala pasada. No sabían que a los cuatro les estaba pasando lo mismo.Es que creían, como solemos creer todos, que lo que sentimos hacia alguien es cosa nuestra, como guardada en una cajita, en el corazón por supuesto, y que lo que siente el otro es un misterio porque tiene su propia cajita. Una analogía más justa es imaginar nuestros sentimientos como el registro de lo que nos pasa cuando estamos con esa otra persona. No está dentro de uno sino que flota en el “entre”, es el clima, tanto amable como hostil, en el que transcurre el encuentro. Por eso los sentimientos, si ambos leen bien el clima compartido, son mutuos, sentirán lo mismo. Por eso las dos parejas estaban sintiendo de manera similar, pero no lo sabían. Male también había descubierto a un Esteban que le había sido invisible y Tamy, azorada, tenía en Diego un atractor, un imán del que no se podía sustraer. Se habían cruzado los cables y había pasado simultáneamente.Emociones mezcladas en pandemiaLos cuatro amigos entraron en una zona de penuria y sufrimiento. Ninguno sabía que a los otros tres les estaba pasando lo mismo. Cada uno se creía una especie de monstruo malévolo y desleal que no merecía sostener la amistad que había vivido hasta entonces. Ninguno dejaba entrever lo que estaba sintiendo por temor a destruir para siempre esa red de confianza y amistad construida a lo largo de la vida.Pero cuando uno contiene de esta manera sus emociones tienden a escaparse sin que las podamos controlar. Todo explotó con un lapsus de Esteban. Hablando con Diego, en lugar de decir Male dijo Tamy. Empezó a trastabillar, se le llenaron los ojos de lágrimas. el “¡uh! no sé qué me pasó, quise decir ¡Male!” sonó a falso, a poco, a lastimoso. Diego se dio cuenta al toque. Y se preguntó, casi sin atreverse a pensarlo, si a su amigo no le estaría pasando lo mismo que a él. Derechos como eran, francos y buenas personas, amigos hasta el caracú, Diego se animó y ante los titubeos y el azoramiento de Esteban dijo “también yo podría confundirme como vos y decir Tamy en lugar de Male”. Era por zoom. Se quedaron detenidos, suspendidos, casi sin respirar, mirándose en silencio hasta que Esteban preguntó “¿estoy entendiendo lo que estoy entendiendo?”. “Sí” dijo escuetamente Diego, “no sé qué pasó ni cómo pasó pero se me dieron vuelta las fichas y la veo a Male como una hermana querida, una amiga entrañable, pero no una pareja… así la estoy sintiendo a Tamy y me odio a mi mismo, no te lo quería decir porque sé que no me lo vas a perdonar porque no tengo perdón, pero no fue voluntario, no sé, no es a propósito, no puedo dejar de pensar en ella….” La sorpresa de ambos fue mayúscula cuando se confesaron que a ambos les estaba pasando lo mismo. Volvió la sonrisa que había estado ensombrecida hacía un tiempo, el alivio despejó esas nubes tormentosas y volvió a salir el sol.¿Cómo decirle a las chicas? ¿Cómo hacerle esto a Male y a Tamy? Pero una vez que lo blanquearon entre ellos se dieron fuerzas, decidieron no esperar y decirles de una y en un encuentro de los cuatro, también por zoom, claro.mejores amigas, enamoradasDe pronto, como en en los caleidoscopios que cuando uno los mueve, las piezas cambian de lugar y construyen una nueva estructura igualmente armónica que la anterior, estas cuatro personas se reacomodaron a la nueva realidad. El momento de la confesión culpable de los muchachos se transformó en jolgorio cuando las chicas confesaron que les estaba pasando lo mismo y que se habían sentido muy mal la una con la otra por esta irrupción de un sentimiento que no habían buscado.Cuando el amor es más fuerteY se cruzaron las parejas. Los espera el momento de la presencia concreta, el momento que todavía no saben cuándo será. Se están descubriendo online, aprendiendo a conocerse y a construir la necesidad del otro, los espacios de encuentro, los sueños compartidos y las mismas ganas. Cuando lleguen los besos y las caricias se verá si esto que descubrieron crecerá y se volverá ese lazo fuerte y sólido que les permitirá caminar a la par. Mientras tanto no paran de reír por esta travesura sorpresiva de la vida.

Fuente: La Nación

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Con 45 años, Sean Ono Lennon, hijo de la leyenda de los Beatles y Yoko Ono, sabe utilizar sus redes sociales para emitir sus opiniones que -muchas veces- han generado una gran controversia. Conocido por sus ácidos comentarios, esta vez puso en la mira a la corrección política, además de revelar haber sido víctima de tratos racistas.Los caprichos más caros y sorprendentes de Jeff Bezos“Cuando era joven, la gente solía decir mier… racistas sobre asiáticos y luego me decían: ‘Oh, perdón. Pero vos no sos realmente asiático…’. Crecí en una época donde no había ninguna corrección política”, expresó en sus redes. “La corrección política se inventaba frente a mí y se distribuía como si fuera una ideología”, precisó.When I was young ppl used to say racist shit about Asians around me all the time and then be like ‘Oh sorry! But you’re not reeeally Asian so…’ and I think they sincerely thought that would make me feel better. I’m not exactly sure why I brought that up but I think…— Sean Ono Lennon (@seanonolennon) May 23, 2021 Conforme fue avanzando en su exposición hecha en Twitter, afirmó entender que la idea de ser políticamente correcto conduce a una sociedad más “integrada y comprensiva”. No obstante, rechazó la idea de que esto fuera una buena práctica.Sean Ono Lennon junto a Yoko Ono“Las soluciones aparentemente obvias fallan e incluso empeoran las cosas”, sentenció. Asimismo, contó nuevamente que recibe mensajes con insultos hacia él y hacia los asiáticos “pese a la ‘vigencia de la moralidad’”. “El problema no son los asiáticos, no son los negros, no son los judíos y tampoco son los blancos. La cultura es ‘el problema’”, apuntó el hijo de John Lennon.El tenso cruce entre Paoloski y Christian Martin: “No lo saquemos más al aire”“Hay algo mal en la estrategia y dirección que elegimos. No culpo a la corrección política de todas las cosas malas que estamos viviendo, no sé cuál es la solución pero sospecho que sensibilizar demasiado a las personas a características arbitrarias como el color de piel pueda estar haciendo más daño que bien”, sentenció.Por otro lado, su extensa exposición en Twitter logró recorrer el mundo entero y generar controversia en varias partes del mundo. En ese sentido, se pueden ver en las respuestas a su hilo distintos comentarios tanto a favor, como en contra de sus dichos.

Fuente: La Nación

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