La epidemia de neumonía viral provocada por un nuevo coronavirus se expande por el mundo y la preocupación también va en aumento.

Hasta el día de hoy 26 de Mayo, se reportaron en Italia 4197892 casos de infectados, 125501 de muertos y 3804246 de recuperados.

Estas cifras son difundidas diariamente por la Organización Mundial de la Salud (OMS).Con respecto al día anterior, no se conocieron casos nuevos de infectados, según lo informado por el organismo internacional.Coronavirus: cuáles son los síntomas y cómo actuar ante sospechas de estar contagiadoToda la información sobre el coronavirus en la ArgentinaItalia se encuentra en el puesto 8 de países con mayor cantidad de infectados. La lista de los primeros diez se compone de la siguiente manera: Estados Unidos 33944107, India 27156382, Brasil 16195981, Francia 5727539, Turquía 5203385, Rusia 5017795, Reino Unido 4483106, Italia 4197892, Alemania 3662568, España 3652879.

Fuente: La Nación

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Vivimos en el país más longevo de América Latina. Más de 7 millones de personas, el 15% de la población, supera los 60 años. Un 57% son mujeres. Mientras la esperanza de vida sigue creciendo, los mayores de hoy son claramente más vitales que sus padres y abuelos, a pesar de que muchas veces el marketing y la publicidad parecieran no enterarse.Nuestra sociedad ha hecho un culto de un estereotipo de juventud, aunque al mismo tiempo se la excluye, y la natural maduración a la que estamos tan felizmente condenados, con salud y vitalidad inimaginables hace unas décadas, despierta temor y rechazo. Lo cierto es que el halo negativo que rodea a la vejez ha quedado desactualizado frente a una realidad mucho más auspiciosa. Aun así, se trata de un tema del que se habla poco, al punto que se lo llama “la revolución silenciosa”. Instalar esta conversación sobre una imparable transformación demográfica es abrirnos también a nuevas y valiosas oportunidades en infinidad de terrenos, en lugar de abonar supuestos ya vetustos que solo asocian la longevidad a problemas del sistema previsional o de salud, entre otros.Coronavirus. En detalle: los 67 controles de fuerzas federales en 31 partidos del AMBAAsí lo entendieron en el Centro de Innovación Social (CIS) de la Universidad de San Andrés cuando, junto con el Grupo Mapfre, encararon recientemente el seminario virtual internacional “La revolución de la longevidad y las oportunidades estratégicas para las empresas”. Hacer foco en el potencial del intercambio generacional demanda incorporar nuevos modelos de gestión y articulación de la longevidad para beneficio de las propias empresas y del ecosistema que nuclea a actores del sector privado, al Gobierno y a la sociedad civil.Es enriquecedor tomar contacto con la experiencia de empresas como Mapfre, que globalmente ya han asumido un comprometido liderazgo corporativo en la temática de la longevidad. Los nuevos escenarios invitan a la innovación y acercarse a las experiencias de otros agiliza procesos. En esa dirección se compartieron también en el encuentro interesantes datos surgidos del Barómetro del Consumo Senior en España y del libro La revolución de las canas presentado por Iñaki Ortega Cachón y Antonio Huertas Mejías.Desde una mirada económica, los autores desarrollan lo que han llamado “los dividendos de la longevidad”. Las empresas que prescindan de ese legado no serán ya reflejo de la sociedad y habrán perdido las ventajas de sumar más talento, más experiencia, más resiliencia.Cuando de potenciar recursos humanos se trata, ¿cómo podría la Argentina prescindir del 25% de su población que supera los 50 años? Está cada vez más estudiado cuánto suma al PBI de un país emplear a sus seniors. Los jóvenes y activos adultos mayores despliegan hoy habilidades emprendedoras, promueven su autonomía y participación, plantean nuevas demandas en terrenos diversos como bienes y servicios, turismo, aprendizajes, que bien podrían desplazar el monopolio del consumo que ejercen para el marketing los jóvenes, y proponen nuevas perspectivas y estrategias para el crecimiento económico. La silver economy, o economía plateada, llegó para quedarse con todo su impacto y carga de transformaciones sociales positivas.Vejez es hoy sinónimo de vitalidad y no puede más asociarse de manera excluyente con bastones y dependencias. Asistimos a un cambio radical de paradigma con millones de personas que veníamos definiendo como “clase pasiva”, que seguirán trabajando, creando, consumiendo y desarrollando sus talentos. Mayores que siguen activos y trazan una nueva frontera. La longevidad positiva abre entre nosotros terrenos inexplorados y un sinfín de oportunidades que demandan sensibilidad, inteligencia y coraje.

Fuente: La Nación

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Los aumentos en los alquileres pueden diferir en los grados, pero todos los relevamientos y estudios que se publican desde hace un año dan cuenta de una tendencia alcista imparable. El último fue un informe de Zonaprop para los departamentos en el Gran Buenos Aires, con números de abril.En las zonas suburbanas se combinan dos factores principales: los efectos de la Ley de Alquileres, que por poner durísimas condiciones a los propietarios forzó una drástica baja en la oferta y por lo tanto provocó aumentos en los precios para los inquilinos; y por otro lado la tendencia que provocaron la pandemia y la universalización del teletrabajo, que llevaron a un aumento de demanda en zonas alejadas de la ciudad, con más espacios abiertos y verde.Particularmente, en zona Norte los precios de los alquileres de departamentos aumentaron 87.8% durante el último año, y si se pone la lupa en el primer cuatrimestre de este 2021, los números de Zonaprop reflejan un incremento del 23,7%.La zona más cara del Norte es, hoy por hoy, Nordelta, una zona que en el rubro departamentos disputa los precios más elevados con Olivos. En el emprendimiento de Tigre, alquilar un departamento de dos ambientes, con 50 m² y balcón, cuesta unos $54.100 en promedio. Solo el mes pasado, el precio promedio rondaba los $50.800, lo cual representa un aumento intermensual superior al 6%. Cuando se hace la comparación interanual, los datos son contundentes: en abril del 2020, el alquiler de un departamento de las mismas características en Nordelta costaba unos $19.544, según Zonaprop. El aumento es de casi 177%.Si bien este enclave residencial es más conocido por la amplia oferta de casas con jardines en los diversos emprendimientos cerrados que lo componen, lo cierto es que los departamentos se cuentan de a miles, generalmente en complejos con buenos amenities y que pueden disfrutar de toda la infraestructura que ofrece Nordelta con colegios, centro comercial gastronomía, espacios verdes comunes. “En el rubro departamentos hay de todo”, dice Gustavo Iglesias, de Gabriela Iglesias Propiedades, una inmobiliaria especializada en la zona. Lo que más se demanda, dice, son las unidades de 3 ambientes, cuyo valor promedio de alquiler está en los $80.000. Las siguen de cerca las unidades de 2 ambientes, y llegan incluso, aunque en menor medida, quienes buscan monoambientes o departamentos de 4 ambientes.“Están habiendo cada vez más desarrollos de departamentos más grandes, habrá que ver qué ocurre con la demanda en ese rubro”, dice Iglesias. Es que el valor de venta en una unidad de esas características puede ser similar a lo que sale una casa con jardín en otro municipio.Quienes llegan para alquilar departamentos en Nordelta en general son solteros entre los 30 y los 40; también son usuales hombres o mujeres divorciados, e incluso personas mayores que llegan para instalarse luego de que sus hijos casados con sus nietos se hayan radicado en alguno de los barrios.Los jóvenes, cuenta Iglesias, no son predominantes como inquilinos de departamentos en el área. “Son alquileres caros, y generalmente, con expensas también elevadas. Es difícil ‘bancarse’ eso sin un sueldo alto”, explica. “A veces hay hijos de familias que viven en Nordelta, o alguna demanda marginal para los monoambientes, pero en general poco”, describe.Amén de la falta de jóvenes entre los inquilinos, lo cierto es que la demanda de departamentos en alquiler se mantiene estable, con tasas de ocupación altas. “Nordelta tuvo una sobreoferta de departamentos que recién se está terminando de digerir. Venía de hace 10 años: hasta el 2011, aproximadamente, hubo un boom de construcción y compra. Todo se vendía con facilidad”, explica Iglesias.Si bien el aumento del valor de los alquileres en departamentos en Nordelta es pronunciado, lo es al igual que en prácticamente todas las categorías en zona Norte. Cuesta inferir razones más estructurales para las subas. Incluso, dice Iglesias, el aumento meteórico de la demanda que se observó en todas las áreas suburbanas fue menos pronunciado para los departamentos en el desarrollo ideado por Eduardo Costantini. “Se sacudió, pero menos que otras categorías”, apunta. “En general el que venía para acá buscaba tocar el verde”.Conocé toda la información del mercado inmobiliario en LN Propiedades

Fuente: La Nación

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Por un lado, la belleza. No hablo del supuesto “lirismo” del que volverán a burlarse algunos si este sábado Pep Guardiola y Manchester City pierden la final de la Champions contra Chelsea. En rigor, hay pocos técnicos tan “resultadistas” como Guardiola (31 trofeos en apenas 13 años y en tres Ligas diferentes). “¿Adaptas tu táctica según el rival?”, le preguntaron una vez a Pep. “Por supuesto que sí. ¿Contra quién jugamos? ¿Contra el vacío?”, respondió el DT. No hay lirismo ni “tiki taka”. La belleza de los equipos de Guardiola es la obra colectiva que somete al rival. A veces, es cierto, tanta superioridad enfría la batalla emocional. Cuando dirigía a Barcelona, Pep confrontaba al menos contra la “central lechera” (Real Madrid) y el “puto amo” (José Mourinho). Hay menos épica, en cambio, cuando el Estado autocrático de Abu Dhabi, dueño de Manchester City, gasta en plena crisis de pandemia casi 120 millones de euros por dos zagueros.Marcelo Bielsa, el mejor técnico de la Premier League, según los hinchasDesde 2008, la monarquía del Golfo Pérsico lleva invertidos casi 3000 millones de euros en Manchester City. Está ahora a las puertas de su objetivo máximo, la Champions, de la que había sido originalmente expulsado por la UEFA por violar las reglas de Fair Play Financiero. El City amenazó entonces con contratar a los “cincuenta mejores abogados del mundo” para librar “una pelea épica” que podía “destruir al fútbol tal como lo conocemos”. El TAS revirtió la sanción, pero los balances inflados del club siguen bajo investigación de la Premier League y la causa se trasladó inclusive a los tribunales civiles de Inglaterra. Periodistas que buscaron investigar las finanzas del City vieron sus direcciones publicadas en la web. Uno de ellos le contó al periodista Nick Cohen que jamás había sufrido antes tanto abuso en las redes. A otro le arrojaron ladrillos en la ventana de su casa. El City de Guardiola, escribió Cohen, “es el equipo de fútbol más hermoso de Inglaterra y probablemente del mundo”, pero cuando alguien quiere investigar sus cuentas “se desata el infierno”.Manchester City campeón y Sergio Agüero con una camiseta especial: el “93:20” es la hora de su gol que le valió a los Citizens el histórico título de la Premier League 2011/12 (Getty/)El sello de una obra eterna¿Cómo celebrar un fútbol tan bello sin decir que detrás del éxito está el dinero de un Estado que prohíbe oponentes políticos, encarcela disidentes y esclaviza su sistema laboral?, se pregunta Cohen. Como sea, y aun con toda una carrera por delante (recién tiene 50 años), Guardiola, su sello de autor, amaga una obra que será eterna. El fútbol no olvidará jamás a su primer Barcelona. Pep emigró para seguir aprendiendo. Su Bayern Munich dictó clase en la Bundesliga. Ahora, con el City, lleva ganadas tres de las cuatro últimas Premier League. La billetera, es cierto, acompañó siempre y Pep lo sabe. Pero no fue sólo eso. “El fútbol es evolución”, le dijo Guardiola a Martí Perarnau, autor de los mejores libros sobre el DT catalán. Según el economista Xavier Sala i Martin, amigo del entrenador, “Pep es innovación constante”. ¿Qué cambió esta temporada cuando seis meses atrás sufría con el City su peor inicio de campeonato?El Jeque Mansour charla con Khaldoon Al Mubarak y Pep Guardiola (Victoria Haydn/)A fines de 2020, el ciclo de Pep parecía terminado. El City iba décimo y se filtró una supuesta rebeldía en un vestuario agotado por tanta intensidad. Fue sorpresivo el anuncio de que, aún así, Pep renovaba su contrato con el club. Algunos especialistas dicen hoy que Guardiola, siempre adelantado, descubrió antes que nadie “la era del fútbol pandémico” y achicó ritmo y presión para llegar entero a la recta final. Se hizo más fuerte en defensa con el fichaje del portugués Ruben Dias y ordenó el ataque sin un nueve clásico. Jamás un campeón de la Premier tuvo un máximo goleador tan escaso (Ilkay Gundogan con 12). Cuentan que tras un empate de diciembre ante West Brom, con el City corriendo mucho pero jugando poco, Pep dijo que “tenemos que recuperar nuestra esencia”. El equipo se hizo imparable, favorecido más por la irrupción de Phil Foden que por el astrofísico contratado para ayudar al análisis de datos. Hubo exhibiciones en Anfield y en Stamford Bridge. “Vemos menos videos y Pep no habla tanto”, confesó el atacante brasileño Gabriel Jesús. La Premier, dijo The Times en una estadística, redujo a casi la mitad sus pelotazos y aumentó su número de pases. ¿Influencia de Guardiola?Facundo Campazzo, su primera victoria en playoffs y la asistencia de cañoAño pandémico, el City anunció pérdidas de unos 150 millones de euros en el último ejercicio. Es una minucia para el jeque Mansour bin Zayed al-Nahyan y su fortuna estimada de 25.000 millones de euros, que reinventó al City y además ayudó con obras a la ciudad de Manchester. Sus hinchas, agradecidos, ni siquiera protestaron (como sí lo hicieron los de Chelsea) cuando el club, temeroso de quedar afuera, se sumó al proyecto fallido de Superliga europea. Fue el primero en abandonarlo. La familia real de Abu Dhabi no precisa más dinero. Precisa visibilidad. Por eso respeta tradiciones y el último domingo homenajeó con gran estilo al Kun, pese a que la relación de Agüero con Guardiola nunca fue fácil. “El Kun, me dicen desde Manchester, es un alma libre, difícil de congeniar” a veces con el orden colectivo que impone Pep. En la final del sábado, el Chelsea de Thomas Tuchel buscará cerrar todos los espacios. Y en el City no descartan un último aporte de Agüero desde el banco. “Porque el Kun –me dicen– no tiene métrica, pero tiene potrero”.Sergio Agüero es despedido por sus compañeros del Manchester City (PETER POWELL/)

Fuente: La Nación

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El expresidente Mauricio Macri dio una entrevista a CNN en Español en la que defendió a Fabián “Pepín” Rodríguez Simón y apoyó la acusación de Patricia Bullrich sobre una negociación con pocas explicaciones entre el Gobierno y Pfizer por las vacunas. “No nos terminan de explicar, no hay claridad en la administración de esta pandemia, ni siquiera en la compra de vacunas”, señaló el expresidente en el programa de Camilo Egaña.“No tengo precisiones, es lamentablemente que el Gobierno no las haya dado. Es increíble que el país que hizo el ensayo más grande, nos daba directo a comprar 13 millones de vacunas y el Gobierno no las compró. Es algo que no pueden explicar, no hay una explicación que conforme”, afirmó.Sobre el caso de su exasesor jurídico, Fabián Pepín Rodríguez Simón, aseguró: “Hay una persecución, no se puede discutir. Está siendo perseguido y juzgado por querer cobrar impuestos de dinero de personas que se apropiaron indebidamente. Es un absurdo”.La Justicia argentina pidió la extradición de Rodríguez Simón, luego de que el exasesor pidiera refugio político en Uruguay.El propio Macri dijo ser un perseguido político. “He sido sometido a una persecución inédita en la Argentina, también mi equipo de gobierno, mi familia, gente cercana. Pero estamos tranquilos, a través de diferentes instancias de la Justicia, la Justicia llegará. Estamos en la batalla de defender la institucionalidad frente a un intento de defender la democracia en la Argentina. Sin libertad y sin democracia no hay futuro”.Noticia en desarrollo

Fuente: La Nación

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NUEVA YORK (AP) — Joe Harris empató el récord de la franquicia en postemporada con 7 triples, Kevin Durant anotó 26 unidades y los Nets de Brooklyn derrotaron el martes 130-108 a los Celtics de Boston para tomar ventaja de 2-0 en la serie de primera ronda de la postemporada.Harris tuvo un máximo en postemporada de 25 unidades y James Harden agregó 20 por unos Nets que ostentaron su letal ofensiva tras ganar el primer partido prácticamente con la defensa.El tercer duelo está previsto para el viernes en Boston, donde los Nets intentarán ampliar su ventaja de 2-0. No ostentaban esta delantera desde la primera ronda de los playoffs de 2004, cuando barrieron a los Knicks de Nueva York.Esta serie parece seguir el mismo camino, debido a que los Celtics no pudieron anotar mucho en el primer partido y no pudieron parar a los Nets en el segundo.Marcus Smart encestó 19 tantos y Kemba Walker añadió 17 para los Celtics. El máximo anotador Jayson Tatum tuvo sólo nueve puntos, encestando 3 de 12 tiros de campo antes de salir.Tatum se marchó 21 minutos después de que le picaron el ojo derecho.Luego que los Nets anotaron apenas 16 puntos en el periodo inicial del primer partido, Harris tuvo que ser él mismo en el primer cuarto de este encuentro, encestando 4 de 4 triples.Los Nets iniciaron lento el primer partido de la serie, así como en el otro encuentro en que contó con su trío de astros al final de la campaña regular. El lunes el entrenador Steve Nash reconoció que tomaría tiempo antes de que las tres estrellas pudieran entrar juntas a la cancha y mostraran su máximo desempeño.

Fuente: La Nación

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Cuando don Miguel de Unamuno escribía sus artículos lo hacía más bien sin plan. Ni siquiera los llamaba artículos. “Ensayos a lo que salga”, decía que hacía. En realidad, es propio del ensayo, de todo ensayo, que sea escrito “a lo que salga”. Lo que pasa es que eso “que salga” no a todos les sale bien. Son innumerables las notas que Unamuno prodigó en las páginas de El Imparcial, de Madrid, y sobre todo en LA NACION. Muchas fueron recopiladas en los volúmenes que Manuel García Blanco tituló De esto y de aquello. Decía también Unamuno: “En vez de recogerse uno a meditar sus propias concepciones y organizarlas y tramar una obra orgánica y completa, se apresura a echar fuera lo que se le vaya ocurriendo. Y hasta los libros suelen hacer el efecto de colecciones de artículos”. El vínculo con este diario era sin embargo diferente del resto. El propio Unamuno explica la situación en un artículo de 1908 a propósito de un libro del poeta murciano Vicente Medina, recién emigrado en la Argentina: “Es que yo, por ejemplo, ¿no he emigrado, por mi parte? Desde hace más de un año casi todo lo que escribo es para América, y de esto que para América escribo casi todo es para LA NACION. Fuera de ello, me atengo a preparar mis futuros libros”. Afirmar que fue una época irrepetible del periodismo en el Río de la Plata es una estupidez porque todas las épocas son irrepetibles. Con todo, algunas logran parecerse. Será difícil que alguna se le parezca a esa en la que escribía Unamuno. La dificultad no consiste únicamente en que haya cambiado la manera de escribir en los diarios, y aun los diarios mismos; también cambiaron los lectores, y es difícil decidir (o será cuestión de especialistas en comunicación) qué cambio ocurrió primero, y si ese cambio primero trajo el otro.Como sea, quien quiera conocer esa época tendrá que leer Retratos a medida. Entrevistas a personalidades de la cultura española (1907-1958), que publicó hace un mes en España la Fundación Santander en la formidable Colección Obra Fundamental que dirige Francisco Javier Expósito Lorenzo. Ahí están, además de Unamuno, Pío Baroja, Julián Marías, Ramón Menéndez Pidal, Margarita Xirgu, Pablo Picasso, Lola Membrives, Camilo José Cela, Camilo José Cela. Pero la razón para leer este libro cae más del lado de quien entrevista que de quien es entrevistado. No podría decirlo mejor Beatriz Ledesma Fernández de Castillejo, autora de esta inteligentísima y sensible antología, en el estudio preliminar: “La originalidad, la rareza y la magia de esta antología radican tanto en lo que se cuenta como en el cómo se lo cuenta. La relevancia histórica de las figuras entrevistadas y el valor de su testimonio solo es equiparable al talento y el arte desplegados por entrevistadores… de tal manera que ellos mismos se proyectan en escena”.Hay dos extremos: en uno, leemos a Andrés Muñoz, otro español que encontró casa en LA NACION; en el otro, a Juan José de Soiza Reilly, sobre todo en Caras y Caretas. De las dos maneras de poner a salvo la voz de entrevistado (y no es otro el fin último de la entrevista), Muñoz opta por la estrategia del repliegue: tira la piedra y esconde la mano, pregunta lo que hay que preguntar y se ausenta. Soiza Reilly, en cambio, logran transcribir lo que no se dice, el silencio. Pasa entonces que pueda haber una entrevista casi sin citas del entrevistado, y que aun así, o por eso mismo, oigamos la voz. Uno de los golpes de genio de Beatriz Ledesma es haber incluido, a modo de coda, una entrevista al entrevistado Soiza Reilly, que dice: “¿Cómo se hace un reportaje? Como un cuento. Haciéndolo”. También él, igual que Unamuno, trabajaba “a lo venga”. No hay planes. En la presentación de Retratos a medida, director hasta hace nada del diario ABC, señaló que entonces, en las primeras décadas del siglo XX, además de potencia periodística, la Argentina era potencia mundial. Desde entonces, también la patria cambió mucho; tanto que cuesta a veces reconocerla.

Fuente: La Nación

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Llega con su paraguas doblado, su gorra de parisiense provisional y su sobre todo antiguo. Se presenta, como si fuera un novato, ante la recepcionista de una de las grandes editoriales del mundo, Gallimard, en París, la misma en la que publica su amigo Mario Vargas Llosa. Viene a ser entrevistado. No muestra prisa ni fastidio. Ante el periodista parece que tiene más tiempo que el que le queda, acaso porque, como el personaje constante de sus libros, y sobre todo de este nuevo en español, Canción de infancia (Lumen, recién distribuido en la Argentina), es aún un niño como el que, cuando tenía tres años, en 1943, empezó a conocer, en un poblado de Niza, la tremenda potencia del mal y de la guerra. Sobre ella escribe para contar el odio, el hambre y la desolación. Es J. M. G. Le Clézio (81 años), francés que nació en Isla Mauricio, premio Nobel de Literatura en 2008.-Vivió con su familia la violencia de la Segunda Guerra Mundial. Imágenes así se ven ahora en la televisión: niños escapan de la miseria y de la muerte, parece que no hay sufrimiento, sino imágenes. ¿Cómo vive este periodo del mundo?-Si el mundo fuera perfecto no tendría necesidad de escribir libros como este. Podría escribir, como Kant, para ilustrar mi felicidad de vivir, porque, aparte de lo que uno puede ver o leer, el mundo europeo es bastante pacífico, puedes salir de noche y no arriesgar la vida. En otras partes, también en EE UU, eso no es posible. Una vez estuve en Río Grande para ver los coyotes por la noche, y de repente me vino la impresión de que estaba en un lugar peligroso, porque ese es un camino de la emigración desde el sur al norte, y es un enclave difícil para pasar la noche solo. En Europa tenemos sociedades muy civilizadas. Han experimentado las guerras y las tragedias desde hace tanto tiempo que hay una especie de sabiduría instintiva. Pero en otros países no sucede. Así que el mundo no es perfecto. Cada vez que hay noticias de guerra, de inmigración, de muertes en el mar, me viene este sentimiento de que soy un privilegiado, y en buena parte de mi vida he estado donde había peligro. Ese sentimiento de la paz es un lujo para poca gente. La mayor parte de la humanidad vive en estado de guerra, de peligro, de venganza, de hambre, de miedo. Me viene la voluntad de expresarlo. Y por eso escribí este libro.-Dice usted: “Conocí al mismo tiempo el verano y la muerte, la felicidad y la miseria”.-Mi memoria está compuesta de imágenes recibidas por los libros y las películas, y también por lo que le escuché a mi abuela. Ella era una cuentera, una hacedora de cuentos. Vivió una guerra de joven y la segunda cuando ya era una anciana. Así que me dio parte de su memoria. La otra memoria es personal, de sensaciones que me impactaron cuando tenía tres, cuatro años. Me acuerdo de Mario, un muchacho con el que yo jugaba en el río, una especie de chorro de agua en medio de las montañas de Niza. Un día llamaron a la puerta diciendo que se había muerto Mario y habían encontrado un mechón de su pelo rojo. Era mi amigo, él tenía 14 años y yo tenía cuatro. Era la felicidad jugando en el agua bajo el sol del verano y de repente la noticia de su muerte brutal, únicamente quedó su mechón. Era para mí la prueba de que existía la muerte.-Ese niño que es usted sigue viviendo. ¿Acaso por eso escribe aún recuerdos de la niñez?-Quise escribir el libro porque también es muy raro que se encuentren textos en los que se hable de la guerra desde el punto de vista de los niños. Se habla desde el de los resistentes, de las mujeres que combatieron para sobrevivir, pero de los niños no hay mucho, porque ellos no saben qué es una guerra. Pueden jugar a la guerra, y eso hice con mi hermano después de las batallas, imaginando que teníamos armas. Pero los niños no entienden qué es una guerra, pertenece a otro mundo para ellos… Hay países donde los niños pertenecen a la guerra. En Palestina participan en la guerra, y hasta desafían la muerte. Son las víctimas que no quieren huir de los bombardeos, están ahí provocando y no saben qué es la muerte. Tienen la idea de que es como una especie de juego en el que ellos son invencibles, tienen la confianza en una especie de invisibilidad de su cuerpo. Y hay países, como en Ruanda o Nigeria, donde verdaderamente pertenecen al ejército y participan en matanzas. Es muy difícil de entender cómo en nuestras sociedades, tan civilizadas, los niños son muy protegidos y en otras pertenecen a la violencia y actúan en la violencia.-¿Qué sensación le produce que aún nos matemos?-Pierre Clastres tiene un libro sobre la necesidad de la violencia. Sin violencia la sociedad humana no puede realizarse; no es porque sea una catarsis, sino que la guerra es un modo de comunicación. No es una violencia gratuita… No sé si es verdad o no esa teoría. Me asusta un poco esa teoría de la violencia necesaria. Viví un tiempo en la selva de Panamá, en un pueblo que fue guerrero durante muchos siglos. Cuando fueron conquistados por los españoles decidieron acabar con la guerra. Así que no se resistieron, aceptaron la conquista y mantuvieron una sociedad donde los conflictos se resuelven con la palabra. Puede parecer idealista, pero lograron hacerlo. Ahora están en peligro porque vienen los narcotraficantes de Colombia. Son violentos, no es posible hablar con ellos. Estos panameños se han agrupado en pueblos porque estar unidos es una manera de resistir, así que cuando llegan los narcos logran hacer un frente como el de los búfalos en la selva africana, armados con cerbatanas, arcos, flechas, y rifles. Los narcos tienen algo que los hace débiles, son supersticiosos. Cuando ven esta fuerza humana que no tiene miedo a la muerte escapan, no hay violencia.-Dice usted que lleva años escribiendo el mismo libro. Aquí también se descubre ante el miedo y descubre el hambre. ¿Para qué sirven las experiencias dolorosas?-No sé si sirven para algo. Para crecer, para madurar, probablemente. Pero en mi vida no he vivido nada doloroso, sino pequeños problemas. Si comparo con lo que viven los niños de Palestina o de Libia o de Siria o de países de América Latina o de Oriente, no es nada. El único dolor que he vivido del que me acuerdo es el del hambre. He vivido el hambre. Estábamos en una parte desdichada de Francia, el sur, donde ahora acuden los ricos, pero en aquella época no había nada que comer. Esperábamos algo para comer y no había nada. Mi abuela cocinaba la piel de las patatas y recogía hierbas para engañar nuestra hambre. Tuvimos que vivir luego, tras la guerra, al ritmo de las cartillas de racionamiento, esos folletos donde te asignaban ciertas cantidades de grasa y de harina. No sé si es un dolor, pero es una experiencia.-Tiene familia, tiene pasado, tiene el futuro de sus hijas, usted tiene futuro. ¿Qué miedo habría hoy?-Ahora las pesadillas tienen que ser totalmente diferentes. Tengo niñas que ya son mayores, pero recuerdo cuando eran pequeñas y se despertaban de noche. Eran pesadillas por películas que habían visto. Cuando yo era niño, no había ni cine ni televisión, apenas había libros sin imágenes. Pero ellas han aprovechado las imágenes y como en su mayor parte son imágenes muy violentas las que ven en las películas se despiertan a medianoche… Probablemente el miedo o esas pesadillas sean la necesidad de tener miedo de noche.-En su libro se refiere a Matisse y sus colores felices. ¿Cuáles son para usted los colores de la alegría?-Somos de Isla Mauricio. Para los que viven en el mundo árido de Europa, estas imágenes de las playas blancas, de las palmeras, de las frutas abundantes, son imágenes que dan felicidad. Pasar por Canarias te da felicidad, pero también vienen barquitos en los que se hunden personas que quieren huir de la miseria. En Isla Mauricio, de paisajes tan felices, hay mujeres en las cárceles por traficar o consumir anfetaminas. ¿Por qué tienen que drogarse? El cielo y el mar son colores felices y son las mejores drogas que pueden consumir.

Fuente: La Nación

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El problema de la corrupción siempre puede, a fin de cuentas, reducirse a elecciones individuales de las personas que deben decidir si, incluso en soledad, hacen lo correcto o no; pero la cuestión se complejiza frente a contextos de deterioro estructural, porque son muchas veces las circunstancias de hecho particulares las que influyen y determinan que una persona pueda tolerar o participar en actos de corrupción, desdeñando incluso las consecuencias de derecho de sus acciones.Frente a este panorama, la Corte Suprema ha definido claramente cuáles son los actores fundamentales para combatir la corrupción y cómo debe actuarse en el plano judicial frente a este flagelo.Un actor central es el periodismo, que, según la doctrina judicial de la “real malicia”, tiene como únicos límites –en especial cuando informa sobre hechos de corrupción– el fin lícito (que no busquen directamente causar un perjuicio) y la verdad de lo informado (que los datos hayan sido “chequeados”). Bajo esos parámetros, dijo la Corte, la prensa tiene una “responsabilidad histórica” y un “papel fundamental” en la lucha contra la corrupción, porque en muchos casos “el Poder Judicial actúa bajo el estímulo de la denuncia periodística” (caso “Gesualdi”, de 1996).El otro protagonista es el Poder Judicial, identificándose, en el último tiempo, tres señales claras de la Corte Suprema contra la corrupción, en distintas direcciones.Hacia abajo, en el caso “Stancanelli” (de 2001) la Corte –primera y única vez que lo hizo en su historia en esos términos– llamó “a la reflexión a los jueces y fiscales” para “extremar la atención en el encuadramiento legal de los hechos imputados a funcionarios o exfuncionarios” en hechos de corrupción administrativa, a fin de no generar falsas expectativas públicas de punición “que, en caso de quedar luego desvirtuadas, alimentan sospechas o interpretaciones torcidas o aun malévolas sobre la intención de los órganos judiciales que en definitiva hacen respetar el ordenamiento jurídico”.Hacia adentro, en dos sumarios administrativos internos (casos “Avocación Schiffrin”, de 2004, y “Decano Dr. Peralta”, de 2007), la Corte Suprema sostuvo que a ella misma le corresponde preservar la transparencia de la actividad de los miembros que integran ese poder del Estado, resultándole inadmisible “que se produzcan situaciones que generen inquietudes públicas sobre supuestas irregularidades cometidas por funcionarios o empleados judiciales, que resientan la imagen y la dignidad del Poder Judicial”.Hacia afuera, en el caso “López Romero”, de 2016, la Corte recalcó la necesidad de honrar los compromisos internacionales asumidos por la República Argentina al suscribir las convenciones Interamericana y de la ONU contra la Corrupción (recientemente lo reiteró en forma indirecta en el caso “Bastidas Ramírez”, de 2020), y anticipó que en las causas “que involucren el manejo de fondos y bienes públicos” la decisión que se adopte “debe estar determinada por un mayor rigor al apreciar los hechos”.De esta manera, la Corte Suprema ha plasmado un prudente mensaje –que sería aconsejable seguir por los otros poderes del Estado– de repudio a los actos de corrupción, sin distinciones en cuanto a su origen, el nivel en que ocurren y el color político o ideológico con el que se puedan asociar, sentando así las bases para construir una adecuada moralidad estatal y para promover con seriedad la investigación y el castigo de esos hechos.ßSecretario Federal del Juzgado Federal N° 1 de Bahía Blanca

Fuente: La Nación

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En 1776 nace el economista británico Thomas Malthus, quien ocupa un lugar de relevancia en la historia económica, a raíz de sus presagios pesimistas sobre el futuro de la humanidad. Malthus afirmaba a fines del siglo XVIII que el ritmo de crecimiento de la población era muy superior a la tasa en que crecía la producción de alimentos para esa mayor demanda (lo que era rigurosamente cierto). Su sólida aritmética pronosticaba que el mundo se dirigía a una etapa de conflictos, hambrunas y muertes. A diferencia de otros presagios apocalípticos basados en hipótesis esotéricas, el diagnóstico era matemáticamente sólido y se basaba en estadística de la época: en las iglesias, la cantidad de bautismos registrados superaba ampliamente la de fallecimientos, por progresos en la medicina.El presagio infundió lógicos temores a las autoridades de entonces, y aquí surge algo familiar para los argentinos: la primera reacción de “política económica” fue intentar reducir el consumo de alimentos, es decir, un modelo basado en represión de la demanda. Las propuestas oscilaban desde aplicar impuestos a la cantidad de hijos, regulaciones para limitar ese número, exigir un patrimonio mínimo para procrear o apelar a “la moral” de los jóvenes. Es decir, el diagnóstico inicial consideraba que había un problema de “demanda excesiva” y la solución inicial propuesta fue lo que aquí llamaríamos un cepo a las familias.Como sabemos, el mundo afortunadamente no desapareció. La lección aprendida en la ciencia económica de aquel dramático debate es que la solución al presagio de Malthus vino “por el lado de la oferta”, es decir, expandir la producción de alimentos y no reducir el número de consumidores. A lo largo de la historia los humanos han sufrido innumerables desafíos “terminales” que exigían, prima facie, cruentos sacrificios y elevar la moral para atenuar espíritus díscolos o voraces. Por fortuna, todos estos retos históricos fueron científicamente resueltos, superando siempre propuestas dramáticas y cortoplacistas, usualmente concebidos en la nebulosidad del pánico.En este caso, fue la revolución industrial. Un extraordinario shock de oferta expandió la frontera de la producción y hubo alimentos y productos para todos. Como decimos los economistas, la ecuación se resolvió por la oferta agregada, es decir, la amenaza de la escasez se diluyó por un shock de progreso tecnológico que surgió de la inversión y la mejor productividad obtenida.Lo descripto nos resulta habitual. Todos nuestros gobiernos terminan aplicando cepos o reprimiendo la demanda en contextos austeros. La urgencia del corto plazo y la ansiedad de la incertidumbre nos han dejado en las banquinas de la pobreza y la desazón, llevando a la sociedad toda a aplaudir lo urgente por sobre lo importante, a premiar la deuda salvadora por sobre el ahorro, a saltar la ley en pos de la emergencia.Llevamos lustros intentando resolver nuestra restricción estructural de reservas y bienes (y prosperidad) reprimiendo la demanda de divisas, cuando realmente lo que nos hace vulnerables al resto del mundo es la falta de confianza, inversión y exportaciones. Por estos días, observamos absortos una nueva represión de demanda agregada, la exportación de carne, para felicidad de brasileños y uruguayos. Si sube el precio de un bien, la solución es incentivar la oferta, esto es, motivar a quien lo produce para que produzca más, (eso respondería un alumno de primer año de Economía). Estamos haciendo exactamente lo contrario, desincentivando la oferta para exportar, en un país sin dólares. Hemos apelado a impuestos, cepos, retenciones, listas, regulaciones que solo han anestesiado y agravado nuestra real restricción estructural. Países vecinos, frágiles y emergentes sin premios Nobel en ciencias, ni papa ni unicornios, lo han resuelto como indica la historia, con previsibilidad e inversión y su consecuente productividad que derrama en mejores salarios y competitividad de sus exportaciones.Salir del ciclo ruinoso en que estamos atrapados enfrenta limitantes en nuestra dirigencia y nuestra sociedad; un temor paralizante al progreso y un enquistado pesimismo socioeconómico cultural que nos impide ver la extraordinaria oportunidad en la que nuestro país se encuentra. Ello explica nuestro sesgo proteccionista y cortoplacista.Debemos aceptar que la prosperidad tiene dos etapas: la primera (corto plazo, la que nos asusta) son los costos lógicos de ceder consumo hoy por un futuro más próspero mañana, es la etapa de quien estudia, del que prepara la tierra, del juvenil de inferiores, que incurre en enormes sacrificios sin una compensación acorde hoy. La segunda etapa (mediano plazo, adonde hay que llegar) es la cosecha de los beneficios germinados en la etapa anterior, pero esto exige tiempo y credibilidad.Un simple ejemplo ilustra el dilema. Supongamos un campo con mil hectáreas y dos trabajadores que a pesar de su esfuerzo, por disponer solo de palas, producen 10 hectáreas cada uno, quedando ociosas 980 hectáreas. Pero en los campos vecinos, que disponen de un tractor, un solo trabajador produce las mil hectáreas, es decir, la productividad/hombre es 100 veces mayor; la producción total, 50 veces más, y sus salarios, muy superiores. Por ende, el vecino vende más y paga mejor. La decisión parece simple, debemos invertir en un tractor, pero aquí es donde emerge la incertidumbre paralizante. Al principio, se necesitará solo un trabajador (usualmente el más capacitado), pero este, luego, aumentará 100 veces su productividad. Claro, el segundo hombre, por el corto plazo, quedará desempleado. Y aquí radica la tragedia, que no podemos superar por no confiar en que, en la segunda etapa, la mayor productividad llevará la producción total de 20 a 1000 hectáreas, por lo cual habrá empleo no solo para el trabajador desplazado, sino también para muchos más. Por ello, en potencias tecnológicas como Japón y Alemania no hay desempleo, es la productividad de su mano de obra.Claro que esa transición del reordenamiento tiene costos. Pero aquí contamos con una ventaja, ya que los gastos “transitorios” para subsidiar el viaje a la segunda etapa (no es justo ni viable por el cambio de paradigma dejar en la indigencia al segundo trabajador) ya los estamos realizando. Solo habría que transformar los “gastos” de subsidios por “inversión” social, exigiendo un retorno en educación y salud de sus niños para que mañana puedan “manejar el tractor” o realizar los nuevos trabajos requeridos.La prosperidad tiene costos presentes y conocidos a cambio de beneficios dudosos a futuro. Y si agregamos la política, la duda de quién se los apropiará. La salida para nuestros hijos no es Ezeiza, es aumentar la oferta, es decir, la inversión. El mundo se dirige a una prosperidad sin precedente y quedamos extraordinariamente posicionados. Poseemos todos los recursos naturales, excelente capital humano y una pirámide poblacional óptima para un mundo con temor a pandemias. Debemos convertir los gastos elefantiásicos en inversión social, crear un Estado ágil y facilitador del que emprende, volvernos confiables honrando nuestros compromisos y leyes, renunciar a la comodidad que otorga el rol de víctima para volvernos protagonistas de nuestro futuro.Necesitamos otro éxodo como el jujeño, abandonar la Argentina pobrista y mendiga para volver a aplaudir el progreso y la educación, viajar al mundo a vender, no a pasar la gorra. Pero esto exige generar confianza en un pueblo agotado, un liderazgo que diga la verdad, un estadista que genere transferencias temporales de mérito para dejarles a nuestros hijos un país mejor y evitar así la angustia del destierro como opción para vivir. Millones de niños en la pobreza nos esperan. También el mundo aguarda allá afuera, con condiciones inmejorables para lo que somos, una extraordinaria e histórica oportunidad.ß

Fuente: La Nación

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