LA RIOJA.- El primero en llegar fue el puntano Adolfo Rodríguez Saá, poco antes de las 23. Ya estaban trascendiendo los nombres del nuevo gabinete y, hacía cuatro horas, un grupo de gobernadores peronistas acordaban reunirse con el presidente Alberto Fernández en La Rioja. Almorzarán juntos hoy en la residencia oficial del mandatario local, Ricardo Quintela. El menú: cabrito asado.Desde las épocas de Carlos Menem presidente, La Rioja no se convertía por unas horas en la capital política del país. Hoy es la ciudad elegida por Fernández para relanzar su gestión después de la crisis interna y los cambios de gabinete anunciados el viernes a la noche.El Presidente se mostrará con los gobernadores, los mismos a los que en diciembre de 2019 les prometió un protagonismo que nunca les dio. En los últimos días los buscó nuevamente. Les pedirá apoyo para afrontar el camino hasta las legislativas de noviembre después del desgaste sufrido.Ayer Quintela estuvo en Buenos Aires y empezó a organizar la movida; lo acompañaron el sanjuanino Sergio Uñac y el designado jefe de Gabinete, el tucumano Juan Manzur.Los invitados al almuerzo de hoy son Raúl Jalil, de Catamarca; Jorge Capitanich, de Chaco; Sergio Zilotto, de La Pampa; Mario Arcioni, de Chubut; Ricardo Bordet, de Entre Río; Omar Perotti, de Santa Fe y el santiagueño Gerardo Zamora.El miércoles, pocas horas después de la presentación masiva de renuncias de los cristinistas del gabinete, desde la Rosada les pidieron gestos de apoyo. Sumaron, esa tarde, ocho llamados y mensajes por las redes sociales.Un día después Fernández. avanzó con fotos con Uñac y Manzur, ambos tentados para incorporarse al gabinete. Ayer también pasaron Capitanich -quien más tarde publicó una carta abierta- y Quintela.De esas conversaciones en la Rosada empezó a surgir el encuentro de hoy. Los mandatarios, en general, apoyaron a Fernández pero en paralelo pedían “unión”; ninguno quiere confrontar con la vicepresidenta Cristina Kirchner. Antes de cualquier paso esperaban una señal.Manzur la tuvo en la carta de la vicepresidenta en la que contó que ella lo quería como Jefe de Gabinete. Los mandatarios, en la campaña previa a las PASO, se concentraron en sus territorios y es la idea que tienen -por lo menos hasta ahora- hasta noviembre.La estrategia generalizada, mientras puedan sostenerla, es aprovechar los beneficios de las transferencias nacionales y no jugarse demasiado. “Nadie va a dar la vida por nada”, grafica un legislador nacional del norte.Santiago Cafiero nunca fue cuestionado públicamente por funcionarios provinciales, pero admiten que no era el interlocutor que privilegiaban. En cambio, todos destacaban a Eduardo “Wado” de Pedro, incluso planteando que siendo del riñón cristinista era “flexible”.A Fernández los gobernadores lo apoyan, sostienen la institucionalidad, pero insistían en que no tenían porqué quedar al medio de una guerra cuando nunca participaron antes. Al almuerzo de hoy llegan cuando el Presidente y su vice avanzaron en una “pax” y en la conformación del nuevo equipo de Gobierno.Son varios los mandatarios que prefieren el silencio; siguen con atención el proceso y llegan hasta ahí. Las PASO también les dejaron a ellos tareas hacia adelante y aunque los derrotados en sus distritos apuntan al perfil nacional del resultado, son conscientes de que están alcanzados y quieren tratar de sumar algún punto.

Fuente: La Nación

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