Rosario Central cayó de pie. Perdió por 1 a 0 con Bragantino, en Brasil, quedó eliminado y ya no quedan equipos argentinos en la Copa Sudamericana, rumbo a las semifinales. Es un golpe duro para el equipo rosarino, que hizo méritos para quedarse con un premio mayor, pero no pudo resolver el embrollo que sufrió en su casa, el 3-4 que pareció imposible.Hubo amenazas en el final, provocaciones, discusiones. Marco Rubén marcó dos goles… el primero, anulado por posición adelantada, un hallazgo del VAR. Luego, por una supuesta infracción en la jugada previa. Más allá de las polémicas, resulta un símbolo de la crisis de nuestro fútbol: solo queda en pie River, en la Libertadores…, y ya perdió en el Monumental el primer encuentro frente a Mineiro.Sebastián Battaglia asumió en Boca: “Mi idea es tener un equipo protagonista. Es lo que merece este club”El gol anulado a Marco RubenLos primeros 15 minutos de Rosario Central fueron electrizantes. Punzante, agresivo, con el control total del desarollo, hasta marcó un golazo: pase genial de Vecchio, zurdazo imposible, desde un ángulo cerrado, de Marco Ruben. Sin embargo, el tanto fue anulado, basado en la tecnología del VAR: parte de la pierna izquierda del delantero estaba fuera de juego.No se encogió Central por ese impacto, siguió con el mismo ritmo, con avances veloces, en los que no solo el número 10 conducía: aparecían por sorpresa Zabala y Ferreyra, solo Caraglio estaba fuera de órbita. Sin demasiado esfuerzo, Bragantino se recompuso y contó con tres situaciones claras que no pudo resolver, como un cabezazo que chocó contra un palo. Sin la voracidad en las áreas del encuentro anterior, el espectáculo era interesante, movido, sin pausas.Natan y Emiliano Vecchio luchan por la pelota durante el partido de cuartos de final de la Copa Sudamericana que disputan Bragantino y Rosario Central (ALEXANDRE SCHNEIDER/)Era una digna tarea del conjunto rosarino, en un campo complejo -el césped no estaba en las mejores condiciones- y con el resultado global adverso, que jugaba en la cabeza a medida que transcurrieron los minutos. No tuvo demasiada inspiración en los metros finales, pero insistió, buscó, quería en todo momento Central. Lejos de la apatía, con orgullo.La prueba que dio sin saberlo y una vida en Boca: Battaglia, el hombre que llega en silencioEs un buen equipo Bragantino. No siempre con la pelota, no siempre enfocado, tiene una ambición desmedida, no precisa ni del control ni de los merecimientos para crear situaciones, para ser profundo. A pura velocidad, con Bruno Praxedes, con Artur, con un par de destrezas, asoma con peligro real.Marco Ruben convirtió a los 8 minutos frente a Bragantino, pero el tanto fue anulado, apoyado en la tecnología, por posición adelantada (ALEXANDRE SCHNEIDER/)Fueron fascinantes los minutos finales. Porque Central no bajó la guardia y porque el equipo local aprovechó los espacios, sobre todo, por las bandas. Fue un misterio que no se hayan convertido goles, más allá de otro gol anulado a Marco Ruben. El 1 a 0 de BragantinoEn realidad, no convalidado, luego de una supuesta falta del delantero. Un mínimo roce provocó la caída del defensor, cuando el atacante se disponía a rematar. Lucas Gamba, lejos de su mejor forma física, se sumó a los ataques canallas, a todo o nada. Kily González hace un gesto durante el partido de cuartos de final de la Copa Sudamericana que disputan Bragantino y Rosario Central: el equipo argentino hizo todo lo posible, pero no le alcanzó (SEBASTIAO MOREIRA/)Y fue nada. En el final, Artur marcó un golazo, por encima de Broun, luego de un córner a favor del Canalla. Un símbolo de la desesperación del final. Hubo discusiones, provocaciones, empujones, en el final. Hay que saber ganar… y también, perder.

Fuente: La Nación

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