10 ago (Reuters) – Eldric Sella, un boxeador venezolano que
luchó en los recientes Juegos de Tokio como parte del Equipo
Olímpico de Refugiados, agradeció el martes a Uruguay por
haberlo recibido.Sella, de 24 años y quien salió en 2018 a Trinidad y Tobago
escapando de la crisis de Venezuela, perdió en su primer combate
olímpico tras el cual pidió disculpas a sus compatriotas,
desatando una oleada de solidaridad entre los venezolanos.En su cuenta de Instagram, Sella publicó el jueves una foto
suya con un mensaje indicando que “hoy tengo la bendición de
empezar de nuevo en este país que sin pensarlo dos veces me
abrió las puertas y me entregó la llaves para que haga de este
mi nuevo hogar (…) Gracias Uruguay!”.El padre de boxeador, Edward Sella, dijo poco después de la
pelea en Tokio que Trinidad y Tobago no permitiría el regreso
del atleta. No quedaron claras las razones por las que el
deportista no podía volver al país antillano, donde había
solicitado asilo.La agencia de refugiados de Naciones Unidas (ACNUR) dijo a
finales de julio que buscaba ayudar a Sella y su familia.Luego el canciller, Jorge Arreaza, señaló el mes pasado que
Sella “no era un refugiado” y podía regresar a VenezuelaUn portavoz de ACNUR Américas dijo el martes a Reuters vía
telefónica que Uruguay había aceptado su petición de otorgale a
Sella el “reasentamiento”, que consiste en el traslado de
personas refugiadas de un país de acogida a otro Estado que
convino recibirlas y, en última instancia, otorgarles residencia
permanente.El vocero dijo que ACNUR no comentará más detalles del caso
por seguridad y privacidad.En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de
Uruguay agregó que había acordado reasentar a un ciudadano
venezolano a pedido del ACNUR, pero no nombró a Sella. Agregó
que el reasentamiento contará con el apoyo financiero y técnico
de ACNUR.
El Ministerio de Información de Venezuela no respondió de
inmediato un pedido de comentarios.
(Reporte de Vivian Sequera. Reporte adicional de Fabián Werner
en Montevideo.
Edición Mayela Armas.)
Fuente: La Nación