Por los efectos del COVID-19, el gremio de agricultores de papas de Bélgica teme que se puedan perder 750.000 toneladas entre abril y mayo de este año, y aseguraron que eso tendría efectos catastróficos en la economía.
Es por esa razón, productores rurales agrupados indicaron que las familias belgas deberían consumir papas fritas al menos dos veces a la semana, para evitar que se pierda producción, indicó Forbes.
Desde el propio gobierno belga se comprometieron a comprar una gran cantidad de productos para abastecer bancos de alimentos hasta fines de mayo, y en total serían 25 toneladas de papas a la semana, para apoyar a las familias menos favorecidas en medio de la crisis sanitaria y económica.
Cabe destacar que las papas fritas es un plato nacional en Bélgica, donde se crearon a fines del siglo XVIII en los barrios bajos de Bruselas. Hoy en día, con los restaurantes con sus puertas cerradas, y sin transición significativa de consumo hogareño, los productores están en un dilema de consumo interno muy importante.

Fuente: InfoCampo

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