Vecinos de una zona residencial de La Plata lograron detener por cuenta propia a un ladrón que, momentos antes, le había robado la bicicleta a un chico de 13 años. El caso dejó, entre los moradores de ese barrio del norte de la capital provincial un sabor agridulce: por un lado, satisfacción por la acción ciudadana “solidaria” que permitió atrapar a un asaltante y devolverle a la víctima el bien que le habían arrebatado; por otro, la bronca porque el delincuente, de 16 años, quedó libre el mismo día del hecho.El hecho ocurrió este domingo en Villa Castells. Eran las 18 cuando un hombre y su hijo paseaban en bicicleta y, circunstancialmente, se distanciaron un par de cuadras. En ese momento, tres delincuentes a bordo de una moto alcanzaron al menor, lo amenazaron y le sacaron la bicicleta.“Estábamos a diez cuadras de mi casa; yo me adelanté y llegué primero. Ahí me entró el llamado de mi hijo, pero desde un número que no era de él. ‘Papá, tres pibes me robaron la bicicleta’, me dijo. Contó que habían doblado en una esquina, lo cruzaron y le dijeron ‘bajate que te pincho todo’”, contó a LA NACION Luis, el padre del joven asaltado en esta zona del norte platense cada vez más afectada por la inseguridad, según sus propios habitantes.un repartidor mató a golpes al ladrón que quiso robarle la bicicleta y ahora está preso por “homicidio agravado”Según relató el hombre a LA NACION, tras bajarse de la bicicleta para dársela a uno de los asaltantes, su hijo se quedó en el lugar y apareció un auto conducido por una mujer, que iba con su hijo, de 18 años. Al advertir lo que había lo ocurrido, sin dudarlo, la automovilista le dijo al adolescente: “Subite que los corremos”. Ahí comenzó lo que, según los testimonios, fue una cinematográfica persecución.“Los siguieron, no se les despegaban de atrás, tocando bocina y bocina. Salieron otros vecinos, lo agarraron y lo redujeron. Llamaron a la policía, pero yo llegué antes. Ya sufrí tres robos en dos meses; en la puerta de mi casa, el día de las PASO, me rompieron todos los vidrios de la camioneta, que estaba estacionada. Está complicadísima la zona. A la carnicería de acá a la vuelta también le entraron dos veces en pocas semanas. El delito aumentó muchísimo”, se lamentó Luis.Ataque de motochorros: asesinaron a un oficial de la Policía de la Ciudad en uno robo en la puerta de su casaEl padre del chico asaltado sostuvo, en coincidencia con los testimonios de otras víctimas de asaltos de la zona, que al problema de la escasez de móviles policiales que patrullen la zona se le suma la errática actuación de la Justicia con los delincuentes que son atrapados y que rápidamente salen y vuelven a sus actividades ilegales.La perseguidoraQuien iba al volante del auto que fue tras el ladrón es Belisa, una docente de 46 años oriunda de Ensenada. En diálogo con LA NACION contó que la persecución se extendió por “aproximadamente 15 minutos” a lo largo de las calles de Villa Castells. Dejó bien en claro que en su intervención “nunca quiso arriesgar la vida de nadie, incluida la del delincuente”.“Salí a buscar a mi hijo en la República de los Niños. Crucé la vía para agarrar Villa Castells cuando vi al nene y a uno de los ladrones que estaba forcejeando para quitarle la bici. De la mano de enfrente había tres delincuentes más. Frené y le exigí que dejara la bicicleta, pero se escapó. Entonces, le dije al chico que subiera al coche, que lo seguiríamos”, explicó.Un raid delictivo que se extendió por tres barrios terminó con un violento choque en San CristobalAñadió que, mientras le gritaba al asaltante y le insistía con que soltara la bicicleta, el ladrón la miraba “como si no le importara nada”. Ella comenzó a tocarle bocina y hacer señales de luces. Y esto llamó la atención de los vecinos del barrio, que comenzaron a salir a la calle para ver qué ocurría.“La gente me iba guiando, yo seguía tocando bocina y prendiendo y apagando las luces; me metí atrás de él por varias calles, pero no le importaba nada, iba rápido. En un momento se tiró de la bici, aparentemente se dobló el pie y ya no podía correr más. Ahí lo acorralaron los vecinos para que no se escapara. Yo me bajé del auto y me puse al lado. Con mi hijo solo queríamos que le devolviera la bicicleta al chico, que estaba absorto por lo sucedido”, recordó Belisa.“La policía en algún momento los agarra, y la Justicia, como los chorros son menores, los libera. Estábamos haciendo la denuncia en la comisaría con mi hijo anoche, serían las 21, y la jueza ya había dispuesto que se le hiciera un examen médico y luego quedara libre. El ladrón era menor de edad. Acá, hace un par de años, un delincuente le dio un tiro en la cabeza a una nena y la mató, en la calle 510 y 9. Eso fue a siete cuadras de lo de ayer con mi hijo”, sostuvo el padre del adolescente asaltado.
Fuente: La Nación