Si quedaba una última oportunidad en este Rugby Championship para mostrar una mejor imagen, los Pumas, como el sábado pasado en la cancha, volvieron a autoboicotearse, esta vez afuera. Parece increíble: después de lograr la victoria más resonante de la historia, el año pasado ante los All Blacks, una seguidilla de episodios ajenos al juego ha minado profundamente el interior del seleccionado argentino. A ver: no homenaje a Maradona-tweets racistas-quita de capitanía a Matera-ruptura de una burbuja sanitaria. Si le agregamos el bajo nivel y la seguidilla de derrotas –la foto en la que se omitió al capitán argentino responde a otra cuestión, ajena en este caso– la película no puede ser más brumosa.Es difícil reconstruir a un equipo tras todas estas situaciones. Otra vez no hay excusas. Está claro, por otro lado, que al margen de la crisis que generó la pandemia, motivando el final de la franquicia Jaguares y el proyecto profesional para el alto nivel, la UAR no está dando la talla para lo que significa formar parte del poder del rugby. Falta eso: profesionalismo. No es un dato menor que uno de los que ayer cometieron la infracción fue el manager de la delegación. Si bien el cambio de normativa en Australia fue ese mismo día –que coincide con la jornada libre que tiene el plantel siempre los miércoles–, alguien tiene que ocuparse de revisar hasta el último detalle, más tratándose de una pandemia y del frágil escenario que rodea a la Argentina como miembro de la Sanzaar. No se trata de la gira de un club.Tiempo de replanteo para los Pumas, cargados de inconvenientes dentro y fuera del campo de juegoCasi como un sino aciago, otra vez, como el año pasado, Matera y Socino se quedan fuera del equipo en el último test ante Australia. Algo, sin dudas, está fallando adentro. Hay un staff de 19 personas, que fueron, se supone, para atender a un plantel numeroso, por lo cual es increíble que se haya escapado un episodio como este.Lo mejor para los Pumas, más allá de lo que pueda pasar el sábado, es que este torneo se termine, y cada uno, staff y jugadores, pueda volver a su casa y hacer su procesión de lo que ha pasado y de cómo se sale de este pozo. Masticar todo hasta que no quede nada.En estas últimas semanas han arreciado los pedidos de renuncia de Mario Ledesma, el hombre señalado como máximo culpable de las derrotas en esa compulsa a veces falsa, muchas veces dañina, que se arma en redes sociales y foros. El entrenador también es criticado en otros ámbitos más reflexivos y valiosos. Está claro que los Pumas han perdido la brújula, que no tienen un patrón de juego y, al menos en estos partidos, ni un aspecto del cual agarrarse, y en todo esto Ledesma tiene su parte importante como conductor del grupo. También en lo que sucedió ayer. Pero quedarse solo con esa foto, la de reemplazarlo, quizá no sea la mejor ni la única manera de mirar el álbum completo.En crisis: los Pumas, en un momento crítico (Shaun Roy / Gaspafotos/)El rugby argentino de alto nivel profesional está en una seria crisis, que repercute directa y exclusivamente en los Pumas. Los jugadores están en distintos clubes del extranjero –en otros sistemas, en otros puestos– y ya quedó en evidencia que los clubes harán todo lo posible por burlar la regla 9, la que la UAR en su momento logró modificar para tener a sus jugadores en el Rugby Championship. Nadie quiere perder en este escenario. Si aquel ideario de comienzos de 2019 de que el mundo iba a ser más solidario tras la pandemia quedó hecho añicos por esta cruda realidad –los ricos son más ricos y los pobres son más pobres– por qué no iba a alcanzar también al rugby.No hay una competencia de categoría en un escalón entre la SLAR y los Pumas. No surgen tampoco nuevas ideas. Un torneo interno, como el Argentino, sigue siendo descartado. La UAR, en tanto, siente la ida de Pichot, a quien los dirigentes de estos últimos años le dieron el poder para todos los rumbos. La disputa de Pichot con Europa por la presidencia de la World Rugby también repercute negativamente. Es un momento de inflexión.
Fuente: La Nación