La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) funciona como un Estado más del continente. El avance del coronavirus nunca ha frenado su afán por jugar a cualquier precio. Alzar la voz y oponerse a sus reglas no es común en la región. Y la Argentina no es la excepción. Hay motivos económicos, políticos y sociales para mantenerse alineado. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA), pero tampoco el gobierno que encabeza Alberto Fernández romperán por ahora el status quo.Procuración: los 23 diputados que sellarán la suerte de la reforma kirchneristaFernández, a pesar de las dificultades domésticas que impone el rebrote de coronavirus, ofreció hoy que la Argentina sea el único país anfitrión de la Copa América, que comenzará el 13 de junio próximo y contempla por el momento disputarse en cuatro ciudades de nuestro país y en otras cuatro de Colombia, que está sumida en una violenta crisis política y social, que avanza en las calles y que no tiene visos de aflojar. “Si se cumplen todos los protocolos, estamos dispuestos a ver la posibilidad de ser únicos organizadores”, dijo el Presidente en una entrevista con Radio 10. Música para los oídos de la Conmebol, que evalúa desde hace al menos 15 días esta posibilidad que Fernández deslizó en una conversación radial. No sería descabellado, suponen en el Gobierno y en la AFA, un intercambio entre Fernández y el presidente colombiano, Iván Duque, antes de avanzar en cualquier modificación. Pero la última palabra la tendría la Conmebol.“Nosotros podemos analizar la posibilidad de ser únicos organizadores de la Copa América en la medida de que todos estrictamente cumplan las condiciones de controles, porque lo que pasó en River estos días demuestra lo que objetivamente puede pasar”, dijo Fernández. En el Gobierno, sin embargo, hay dos áreas que están al tanto de los preparativos para el certamen, que piden cautela y evitan dar por hecho que se jugará solo en las cuatro sedes locales: Buenos Aires, Mendoza, Córdoba y Santiago del Estero. “No hay nada definido”, dijo a LA NACION un funcionario que participa de las gestiones con la Conmebol.Antes de que se resuelva lo de la Copa América, el Gobierno deberá definir si es que habilita que se termine el calendario del fútbol doméstico. “Quedan menos de dos semanas de competencia, no creemos que puedan haber cambios, más allá de los horarios de los partidos por las restricciones en la circulación”, evaluó un dirigente de un club porteño de primera división y que tiene lazos directos con funcionarios nacionales. Es decir, el fútbol profesional continuará a pesar de la suba de contagios y de la probable renovación del decreto presidencial con nuevas restricciones.Después de haber estado paralizado por meses, el fútbol local se retomó el año pasado casi a la fuerza, porque comenzaban en paralelo las competencias de Conmebol, que son las que alimentan con dólares y recursos a los clubes de la región. Para facilitar la reactivación de la actividad, el Ministerio de Salud de la Nación hasta diseñó un protocolo especial para el fútbol. Definió, por ejemplo, que un futbolista es solo contacto estrecho de un contagiado si es que compartió habitación con él. Flexibilidades ajustadas por conveniencia. “Chupete electrónico”, “el show debe seguir”, y “algún divertimento la gente tiene que tener”, son apenas tres frases que recolectó LA NACION de dirigentes del fútbol sobre las razones por las que la pelota no se detuvo.El Presidente, que conoce el ambiente del fútbol y hasta influye políticamente en el ajedrez de la AFA, lo reconoció hoy en su mensaje radial. “Tenemos que tratar de garantizar protocolos que hagan posible esta Copa América, y hablemos con toda franqueza: es una Copa América para la TV, para cumplir con contratos televisivos”, dijo. Reconoció así que el fútbol es un negocio que puede trascender incluso a una pandemia.
Fuente: La Nación