El Papa ha instado a los católicos a no reducir la fe al plano del “legalismo” o al “estatismo de una religiosidad individual” al tiempo que ha instado a alejarse de “las lógicas mortíferas del egoísmo” comprometiéndose en favor “de los más pobres”.”Nunca se debe neutralizar esta dimensión social de la fe cristiana. Como recordé también en la Evangelii Gaudium, el kerigma de la fe cristiana tiene en sí mismo un contenido social, que invita a construir una sociedad en la que triunfe la lógica de las Bienaventuranzas y un mundo solidario y fraterno”, ha señalado el Pontífice.Se expresa así en el prefacio del libro ‘Fraternità Segno dei Tempi. Il magistero sociale di Papa Francesco’ (Fraternidad signo de los tiempos. El magisterio social del Papa) escrito a dos manos por el Subsecretario de la Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el cardenal Michael Czerny, y el teólogo italiano Christian Barone. El volumen escrito en italiano llegará a las librerías este jueves.El Papa ha insistido en que el Reino de Dios nunca “debe identificarse o confundirse con alguna conquista terrenal y política” pero ha advertido de que tampoco “debe imaginarse como una realidad puramente interior, personal y espiritual, o como una promesa que sólo concierne al más allá”.Así, ha llamado a “contribuir a realizar la obra del Reino de Dios en el mundo, abriendo espacios de salvación y liberación, sembrando esperanza”, de manera que sean contrarrestadas “las lógicas mortíferas del egoísmo con la fraternidad evangélica” y nazca un compromiso “con la ternura y la solidaridad a favor del prójimo, especialmente de los más pobres”.Para el Pontífice, la fraternidad será “más creíble” en el mundo si también en la Iglesia se empieza a vivir como si todos fueran hermanos, viviendo los “respectivos ministerios como un servicio al Evangelio y a la construcción del Reino de Dios y al cuidado de la Casa Común”.Francisco ha dejado claro que el “compromiso de construir una sociedad solidaria” que es parte fundamental de la doctrina Social de la Iglesia no “se trata de un simple aspecto social de la fe cristiana, sino de una realidad que tiene un fundamento teológico”. “El anuncio como la experiencia cristiana tienden a provocar consecuencias sociales”, ha incidido.Por otro lado, ha dicho que es necesario “hacer más explícitos los conceptos clave del Concilio Vaticano II, los fundamentos de sus argumentos, su horizonte teológico y pastoral, los argumentos y el método que utilizó”.De este modo, ha hecho hincapié en que la fraternidad “es uno de los signos de los tiempos que el Vaticano II saca a la luz” y es también “lo que necesita” el mundo y el planeta. “Especialmente en una sociedad fuertemente marcada por los desequilibrios, las heridas y las injusticias, nos damos cuenta de que esto también está en el espíritu del Concilio, que nos invitó a leer y escuchar las señales que nos llegan de la historia de la humanidad”, ha concluido.
Fuente: La Nación