El fin de semana pasado, las Casas Reales de Liechtenstein, Luxemburgo y Bélgica volvieron a celebrar. Esta vez, en Italia. Tres semanas después de la boda real de su hermana mayor, María Anunciata, en Viena, la princesa María Astrid de Liechtenstein (34) le dio el “sí, quiero” al heredero norteamericano Ralph Worthington (36), en una espectacular ceremonia celebrada el sábado 25, en la catedral Santa María Asunta, en Orbetello, un antiguo pueblo de la Toscana.María Astrid y su padre, Nicolás de Liechtenstein (es hermano de Hans Adam, soberano del principado), en su entrada a la iglesia. Ella lució un vestido de la diseñadora italiana Marta Ferri y su papá, riguroso jacquet. (LUXPRESS/)Casada con el príncipe Christian de Hannover, la socialité peruana Alessandra de Osma deslumbró en su llegada a la ceremonia con un vestido con motivos florales de Jorge Vázquez. Su cuñada, Ekaterina Malysheva, asistió sin su marido, el príncipe Ernst August de Hannover. (LUXPRESS/)El enlace real de la segunda heredera de Nicolás de Liechtenstein (73) y Margarita de Luxemburgo (64) contó con la presencia de royals europeos, como los príncipes Felipe e Isabelle de Liechtenstein (tíos de la princesa), Guillermo y Stéphanie de Luxemburgo (herederos del Gran Ducado), y Christian de Hannover, el hijo menor del príncipe Ernst, y su mujer, Alessandra “Sassa” de Osma. También, de un puñado de socialités, como la argentina Concepción Cochrane Blaquier, que volaron de distintas partes del mundo para acompañar a los novios en un día tan especial.La princesa completó su look nupcial con un velo de su abuela materna, la gran duquesa Josefina Carlota, y la tiara Kinsky Honeysuckle, una joya que está en la Casa de Liechtenstein desde el siglo 19. (LUXPRESS/)Un plano interior de la iglesia. En el altar, se distingue una representación de la Virgen y el Niño, entronizados entre ángeles, y en la bóveda, imágenes de los Cuatro Evangelistas. (LUXPRESS/)Los novios partieron rumbo a la recepción a bordo de un Fiat clásico convertible que condujo Ralph, bisnieto de William G. Morrisey, fundador de Metropolitan Oil. (LUXPRESS/)DOS BODAS REALES EN UN MESEn su llegada a la iglesia, María Astrid impactó con un traje de seda bordado con motivos en zigzag de Marta Ferri. La novia coronó su look nupcial con un gran velo que perteneció a su abuela materna, la gran duquesa Josefina Carlota, y la tiara Kinsky Honeysuckle, que está en la Casa de Liechtenstein desde 1870, cuando la princesa María Josefa la recibió como regalo de bodas. La joya –una verdadera reliquia familiar– está realizada con un diseño de madreselvas en diamantes, plata y oro.María Astrid y “Rafe” (así lo llaman a él), posan con sus familiares. Junto a la novia, vemos a sus padres, Margarita de Luxemburgo y Nicolás de Liechtenstein, a su hermana, María Anunciata, y el flamante marido de ella, Emanuele Musini. Detrás de la novia, José Manuel, su hermano, y su prometida, María Claudia Echavarría, el príncipe Hans Adam de Liechtenstein y su hermana, la princesa Nora, y Luis de Liechtenstein con su mujer, la princesa Sofía. Junto al novio, vemos a sus padres, Lucinda Earle Morrisey (es nieta del creador de la Metropolitan Oil Company) y el financista Ralph Worthington IV. (LUXPRESS/)Guillermo de Luxemburgo, heredero del Gran Ducado, y su mujer, Stéphanie. (LUXPRESS/)La socialité argentina Concepción Cochrane Blaquier estuvo entre los invitados. Lució un vestido a medida de Martin Raffa, que hizo en tiempo récord en París. A principios de septiembre, Concepción viajó a Barcelona para encontrarse con su hermana, Astrid Vianini, su marido, Petrus Dufaur, y su hijo, Petrus (LUXPRESS/)Como su hermana mayor, María Astrid caminó hacia el altar del brazo de su padre, Nicolás de Liechtenstein, que volvió a ejercer con orgullo su rol como padrino de bodas. Tras dar el sí, la novia y su flamante marido, a quienes todos llaman “Rafe”, fueron aplaudidos por sus invitados mientras partían rumbo a una recepción para doscientas personas, a bordo de un Fiat clásico descapotable conducido por el novio. La Casa de Liechtenstein es una de las más ricas y discretas de Europa y, en las últimas semanas, fue noticia en más de una ocasión. Primero, por la muerte de la princesa Marie (la mujer del príncipe Hans Adam, soberano de Liechtenstein, murió a los 81, tras sufrir un infarto cerebral), y, luego, por los casamientos de sus sobrinas, María Anunciata y María Astrid.Astrid y Ralph viven en Roma (ella diseña tableros de backgammon y él gerencia proyectos de hotelería e infraestructura) y quisieron celebrar su unión en su finca de Capalbio, a 130 kilómetros. (LUXPRESS/)Las princesas y su hermano, José Manuel (32), se criaron entre Francia, Suiza y Bélgica y solían pasar parte de sus vacaciones en Cabasson, cerca de Saint Tropez. Su padre, Nicolás, es hermano del príncipe reinante de Liechtenstein, y su madre, Margarita, del gran duque Enrique de Luxemburgo. Además, los tres son primos del rey Felipe de Bélgica a través de su abuela materna. María Astrid tiene un MBA del London School en Negocios y Finanzas, se diplomó como cocinera y pastelera en Le Cordon Bleu y se dedica al diseño de tableros de backgammon. Su flamante marido, en tanto, es bisnieto de William G. Morrisey, fundador de Metropolitan Oil. Vivió varios años en Dubái, donde dirigió una galería de arte contemporáneo y, después, una consultora para asesorar al gobierno de Abu Dabi en gestión hotelera y proyectos de infraestructura.Los novios escuchan, divertidos, el discurso del príncipe Christian de Hannover, uno de los testigos de su boda. (LUXPRESS/)La novia se sacó la fabulosa tiara Kinsky Honeysuckle para la fiesta y llevó otra espectacular joya familiar a modo de tocado, en forma de hojas felices. Aquí, los recién casados bailan su primer vals. (LUXPRESS/)La tapa de revista ¡Hola! de esta semana (Tadeo Jones/)
Fuente: La Nación