El primer ministro de Australia, Scott Morrison, ha asegurado que su gabinete se sentía preocupado por la calidad de los submarinos que había ordenado a Francia y ha reconocido su temor a que estos no satisficieran sus necesidades.A mediados de la semana pasada Australia, Reino Unido y Estados Unidos rubricaron el pacto AUKUS –el acrónimo de las iniciales de cada uno de los tres países angloparlantes– por el cual, entre otros aspectos, se contempla la cesión a Canberra de la tecnología necesaria para desarrollar submarinos de propulsión nuclear.Así bien, el país oceánico rompía con este acuerdo uno previo y en vigor que tenía con Francia para este mismo fin. Sin embargo, a la horade tratar de explicar su cambio de sentido, que ha causado una gran irritación en París, el primer ministro australiano ha reconocido el enfado pero ha remarcado que “el interés nacional de Australia es lo primero”, recoge la cadena CNN.Sin embargo, Morrison ha detallado que existían una serie de preocupaciones sobre el acuerdo con Francia antes incluso de que fuera cancelado. “Teníamos preocupaciones profundas y graves de que la capacidad que estaba entregando el submarino clase Attack no iba a satisfacer nuestros intereses estratégicos y habíamos dejado muy claro que tomaríamos una decisión basada en nuestro interés nacional”, ha explicado.”Debe ser lo primero y fue lo primero, y los intereses de Australia están mejor servidos por la asociación trilateral que he podido formar con el presidente (de Estados Unidos) (Joe) Biden y el primer ministro (de Reino Unido) (Boris) Johnson”, ha apuntado Morrison en una conferencia de prensa.La decisión de Australia pareció haber tomado a Francia por sorpresa a principios de esta semana, e incluso el portavoz del Gobierno francés, Gabriel Attal, ha afirmado este domingo que el presidente francés, Emmanuel Macron, mantendría una conversación con Biden sobre este asunto.Por su parte, en declaraciones al canal de televisión France 2, el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, aseguró que la decisión de descartar el acuerdo que había estado en proceso desde 2016 equivalía a una “crisis”.”Ha habido mentiras, duplicidad, un gran abuso de confianza y desprecio. Esto no servirá. Las cosas no van bien entre nosotros, no van nada bien”, advirtió Le Drian.Pero Le Drian ha ido más allá e incluso ha señalado a Reino Unido por su papel en este acuerdo: “Gran Bretaña, no hay necesidad, conocemos su oportunismo permanente, por lo que no es necesario traer a nuestro embajador para que nos lo explique”, ha criticado.La cancelación de este trato tiene consecuencias económicas para Francia, como muestra, el constructor de submarinos francés Naval Group ya ha detallado que 500 de sus empleados en Australia y 650 en Francia están afectados por la ruptura del acuerdo.La compañía ha explicado este domingo que ha suspendido sus esfuerzos de contratación para priorizar las necesidades de los afectados por el final del contrato.

Fuente: La Nación

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