Luego de cinco años de trabajo, productores de hongos comestibles de las localidades de Lago Posadas, Los Antiguos y Perito Moreno, ubicadas en el noroeste de la provincia de Santa Cruz, se consolidan en la comercialización de gírgolas (Pleurotus ostreatus), un producto muy versátil y de alto valor nutricional.
En un análisis económico de la actividad afirma que en este año se incentivó el cultivo de gírgolas en troncos. “A partir de información local, hemos determinado que por cada U$S1 invertido para el cultivo de gírgolas sobre troncos se recupera U$S1.3”, apuntó Martín Roa, integrante del Equipo Técnico Institucional.
Por su parte, Lorena Miño, productora de gírgolas de Lago Posadas, comentó: “nosotros arrancamos con poquitos troncos, 40 aproximadamente, para familiarizarnos con el cultivo, conocer la gírgola, probarla, cocinarla y realizar diferentes preparaciones; creo que esta es la manera para quien se inicia, arrancar con algo que se pueda manejar bien en muy poco tiempo”.
En línea con el estudio de rentabilidad, Miño decidió ampliar el cultivo de hongos para venta y quintuplicó la cantidad de troncos respecto del inicio. Sembró alrededor de 200 troncos. “La idea es apuntar a un producto seco, de muy buena calidad, deshidratado y envasado en origen”, detalló la emprendedora.
Lago Posadas está rodeado de montañas, lagos y ríos. “Es nuevo para muchos nosotros pensar que podemos degustar comidas con hongos sembrados en madera del lugar y que crecen en este ambiente”, indicó Miño, y añadió que por su calidad y origen, deberían ser destacados en la vidriera.
De acuerdo con Santiago Arhancet, técnico de la agencia de extensión rural del INTA en Los Antiguos, los productores participan en ferias, espacios de capacitación y degustaciones y realizan siembras grupales que son abiertas a quienes quieran aprender sobre el tema de manera práctica.
“A lo largo de casi cinco años de difusión y trabajo, creció el interés surgido en potenciales productores y en el público que busca consumir estos hongos (restaurantes, hoteles, casas de productos regionales, etc.), al punto de constituir una producción muy interesante para desarrollar en la zona”, celebró el técnico.
En el marco del proyecto planteado por el INTA con el apoyo del programa ProHuerta, los productores reciben acompañamiento técnico en aspectos productivos (capacitación, trabajo a campo, selección de cepas) y económicos (cálculos de costos de producción y precios de mercado, ambos generados para la zona en base a datos discutidos con los productores).

Además, trabajan en la gestión de habilitaciones comerciales para la venta dentro y fuera de las localidades y en la adquisición de una inversión inicial para la construcción de infraestructura básica: umbráculos (nylon, media sombra), riego (manguera, bombas, aspersores), inóculo.
Para finalizar, el técnico Arhancet sostiene que “la finalidad de estas tareas es generar un grupo de productores vinculados entre sí, con la capacidad de crecer comercialmente y de funcionar sin depender de la institución que hoy los acompaña”.
 

Fuente: InfoCampo

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