No había pasado nada en la final de la Copa América. De repente, un pase de más de 40 metros de Rodrigo De Paul dejó solo a Ángel Di María, lejos de su marcador, Renan Lodi, y cerca del borde del área. Tras un leve desvío-pifia de Lodi, el jugador de PSG controló con la pierna izquierda, calibró la mira y definió con una sutileza, por encima del arquero Ederson. Golazo y ventaja para la Argentina, a los 21 minutos.La jugada fue un espejismo en medio de una final más disputada y trabada que jugada. Ninguno de los dos equipos había llegado con peligro, y bastó ese pelotazo de De Paul para que el visitante encontrara la ventaja. Otra vez en el primer tiempo, como en toda la Copa América: contra Chile (Lionel Messi a los 33 minutos), Uruguay (Guido Rodríguez a los 12), Paraguay (Alejandro Gómez a los 9), Bolivia (el propio “Papu” a los 5), Ecuador (De Paul a los 40) y Colombia (Lautaro Martínez a los 6), la Argentina convirtió en el período inicial.El gol de Di MaríaMinutos después de convertir el gol, Di María asustó a todos. Solo, sin rival a la vista, quedó tendido a metros del arco brasileño, tomándose la pierna derecha. Por un momento se pensó en una lesión grave en su tobillo derecho. De hecho, Lionel Scaloni, el entrenador argentino, mandó a calentar a Nicolás González para jugar en su lugar. Fideo fue asistido por los médicos y pidió tiempo para probar. Hizo un par de piques y se mostró recuperado. Consiguió terminar el primer tiempo.Di María, doloridoLa definición de Di María hizo acordar a la suya en la final olímpica de 2008, en Pekín. Aquella vez fue contra Nigeria, y en la banda izquierda del ataque argentino. Pero la resolución fue idéntica: Fideo hundió su pie en la pelota y convirtió con una estupenda resolución, por encima del arquero nigeriano.El gol contra Nigeria en 2008
Fuente: La Nación