En las PASO de 2019, de manera inesperada, el principal partido de oposición le ganó por goleada al oficialismo. En las PASO de 2021 ocurrió exactamente lo mismo. Pero desde el punto de vista de la toma de decisiones económicas, la situación no es igual. Porque en 2019 al Poder Ejecutivo le faltaban cuatro meses para completar su período, mientras que ahora le faltan 27 meses. En Inglaterra, Israel o Japón, gobernados por regímenes parlamentarios, el gobierno hubiera caído; pero no en la Argentina, Brasil o Estados Unidos, regidos por regímenes presidencialistas.Lamentablemente, el presidente Fernández no tuvo tiempo ni ámbito adecuados para recomponerse física y anímicamente de las tensiones que vivió en los últimos meses y los resultados del domingo pasado. Sólo en las películas de Hollywood la agenda de trabajo de un presidente depende mucho más de los grandes principios que de las circunstancias.¿Qué debería hacer el primer mandatario con las renuncias que le presentaron ministros afines a la vicepresidenta de la Nación? Aceptarlas y tomarse algunos días para encontrar los correspondientes reemplazos.Tarea nada fácil, porque no sé cuántas personas tiene de su confianza, y cuántas de ellas lo acompañarían en esta circunstancia tan peculiar. Pero cuando alguien ejerce una responsabilidad ejecutiva, el peor pecado que puede cometer es el de no intentarlo.En esta línea, tampoco habría que descartar una conversación reservada con selectos líderes de la oposición. Otra vez, tarea nada fácil, pero; ¿quién dijo que la vida es fácil?La credibilidad difícilmente se recupera, lo cual le pone un techo a lo que cabe esperar. Pero el comportamiento presidencial y ministerial determinará si operaremos cerca del techo o en el cuarto subsuelo. Esta importante incógnita se irá develando con el tiempo.¿Qué hará el Poder Ejecutivo, en materia económica de aquí al 10 de diciembre de 2023? Ni ellos lo saben. ¿Qué intentarán hacer? Lo menos posible, porque las crisis paralizan la mayoría de las decisiones, lo cual implica que los cambios terminan siendo subproductos de la urgente necesidad y son adoptados de la noche a la mañana con escaso respaldo político.Nada de esto estaría ocurriendo si el domingo pasado el Frente de Todos hubiera obtenido nueve puntos porcentuales más que Juntos por el Cambio. Pero tendríamos otros problemas. Prefiero estos.
Fuente: La Nación