Santino tenía 4 años cuando llegó por primera vez a un hogar de Posadas, Misiones. Venía de una familia muy numerosa, con adultos que no podían sostener su crianza. El tiempo fue pasando, terminó el jardín, empezó primer grado y, años después, la secundaria. Fueron muchos cumpleaños, navidades y primeros días de clases. Toda su infancia y los comienzos de su adolescencia los pasó sin que se le respetara un derecho básico, fundamental: vivir en familia. Hoy sigue esperando.Lo que ocurrió en el medio podría resumirse así: contactos espaciados de familiares que, aunque manifestaban que les era imposible que el niño volviese con ellos, se negaban rotundamente a la posibilidad de que fuera adoptado; idas y venidas con el juzgado; el duelo por la familia de origen, con la que actualmente no tiene ningún tipo de vinculación; y los amorosos e insistentes intentos por parte del hogar para que, cuando finalmente se declaró la situación de adoptabilidad del preadolescente (hace un año y medio atrás), Santino, para quien “su mundo” es esa institución donde se crio, pudiese abrazar la idea de conformar una nueva familia.Adoptar a lo grande: cuatro historias de familias que ahijaron grupos de hermanos y adolescentesPero todavía queda un obstáculo más, el mismo que deben sortear los cientos de preadolescentes y adolescentes que hoy esperan en los hogares: por la edad que tiene ahora, en los registros de postulantes a guarda adoptiva de todo el país, no hay candidatos dispuestos a ahijar a Santino, de 14 años.“Es un adolescente hermoso”, condensa en una frase A., la directora del hogar donde vive el chico (para preservar su identidad, en esta nota vamos a omitir esos datos, así también como el nombre real de Santino). Y agrega: “Es muy tímido, introvertido. Y muy dulce: un amor. Es famoso porque le encantan los animales. En el hogar al principio no queríamos tener ninguno, por todos los cuidados que implica, pero ya nos venció: tenemos perros y gatos a causa de él”.No solo le gustan los animales, sino que asume con mucho compromiso la responsabilidad que conllevan. “Por ejemplo, cuando le dan una propina por un mandado que hace dentro de la comunidad, lejos de gastarlo en algo para él, compra alimento para sus animales. Es muy cómico porque dice que cuando sea grande va a tener muchos perros y muchos gatos. ¡Yo le digo que va a tener que vivir en una granja! Creo que con los animales se expresa mucho más”, detalla A.Adopción: conocé los principales mitosAdemás, a Santino le gusta la naturaleza y las actividades al aire libre como pescar, caminar y treparse a los árboles. Pero también el fútbol, escuchar música, la tecnología, armar y desarmar cosas. “En el hogar hay un señor que tiene un taller y hace mantenimiento. A Santino le llaman mucho la atención los imanes, las herramientas, los tornillos, desarmar un juguete electrónico para ver los elementos. Cuando era chico decía que quería ser científico. Tiene habilidad para esas cosas”, agrega la directora de la institución.En la escuela –va a 1º año de una secundaria pública– es responsable con el cumplimiento de las tareas, pero necesita de acompañamiento para seguir fortaleciendo su rendimiento académico. “No tiene dificultades psicológicas, físicas ni intelectuales pero requiere que la familia o persona que decida ahijarlo, cuente con tiempo y flexibilidad, una actitud reparadora y sobre todo, empatía para reconocer sus competencias y habilidades positivas, fortalecer su autoestima, reparar la confianza y seguridad y acompañar favorablemente la construcción del proceso adoptivo de la mejor manera”, agregan desde el Registro Único de Aspirantes a la Adopción de Misiones (RUAAM), que depende del Poder Judicial de esa provincia.Pensar en la adopciónDurante mucho tiempo, Santino se negó a la posibilidad de tener una familia por medio de la adopción. “Esto lo cuento porque este es su universo, el único espacio que conoce, no tiene vínculo con su familia de origen y tampoco tuvo un referente afectivo u otro tipo de vínculo similar. Es muy aferrado a este lugar. Por eso, la familia o persona que lo adopte, tiene que tener mucha paciencia para acompañarlo en el proceso”, señala A. En ese sentido, agrega: “Nosotros hablamos y trabajamos mucho con él la posibilidad de la adopción, incluso de que se vaya a otra provincia, y él lo fue aceptando”.Con respecto al tipo de familia con la que Santino sueña, el chico manifiesta que preferiría no tener hermanos menores. “No es algo excluyente, pero le gustaría la atención exclusiva. Supongo que es porque le cuesta vincularse afectivamente y abrir su corazón”, asegura A.Cuando recibe visitas del juzgado, Santino está a la expectativa. “¿Hay alguna novedad sobre mi caso? Acá seguimos esperando”, dice. Aunque le cuesta expresar sus emociones, el anhelo de una familia, está. “Lo único que pido es que quien quiera adoptarlo le tenga mucha paciencia porque es un hermoso chico, pero muy tímido y le cuesta adaptarse a los cambios. También es muy buen compañero, súper atento a las necesidades de los demás”, asegura la directora del hogar. Y detalla: “Yo soy maestra y él es más inocentón que el común de los adolescentes. Si bien le gusta la TV y la tecnología, no tiene celular, y no se maneja con redes sociales porque no quiere”.Para encontrar una familia para Santino, recientemente se lanzó una convocatoria pública, donde el RUAAM invita a comunicarse a quienes deseen ahijarlo en un entorno de cuidado y protección. Las convocatorias públicas surgieron como el último recurso para darle respuesta a las infancias y adolescencias que desde hace más tiempo esperan una familia. Cuando las juezas y los jueces agotan todas las instancias de búsqueda dentro de la red de registros de postulantes a guarda adoptiva, se recurre a estos llamados a toda la comunidad.¿Cómo funcionan? Los interesados deben comunicarse con los registros o juzgados para solicitar más información y postularse, luego de lo cual atraviesan un proceso de selección, con entrevistas y evaluaciones. Los especialistas recuerdan que postularse a una convocatoria no es “un acto de solidaridad” ni algo que deba realizarse de forma impulsiva ante lo conmovedor que pueden resultar estas historias, sino que implica el deseo profundo de iniciar junta a esas niñas y niños la construcción de un vínculo familiar por medio de la adopción, con los enormes desafíos que eso implica.Las personas interesadas en conocer más sobre Santino, puede comunicarse con el RUAMM llamando a los teléfonos fijos (0376) 44436169 – (0376) 4446416 al 6419 int. 102/103/108 de lunes a viernes de 7 a 12; o escribiendo a adopcion@jusmisiones.gov.ar, ruaam@jusmisiones.gov.ar o cepgaleano@jusmisiones.gov.arMás informaciónQuiero adoptarAdoptar no es un acto de solidaridad. La adopción es una institución que nació para garantizar el derecho fundamental de todas las niñas, niños y adolescentes a vivir en una familia. En el especial Quiero una familia de LA NACION podes encontrar desde preguntas frecuentes y los pasos a seguir si estás interesado en inscribirte en un registro de postulantes a guarda adoptiva, hasta las convocatorias públicas que actualmente se encuentran abiertas para niñas, niños y adolescentes de todo el país que esperan tener una familia. Además, en la web de la Dnrua hay una guía sobre la adopción en la Argentina, servicios en línea y se realizan charlas informativas de forma mensual. Por otro lado, en este link podés conocer el listado de los registros de cada jurisdicción para saber cuál es el que te corresponde.Quiero una familia: las historias de los chicos que desde hace más tiempo esperan ser adoptados Quiero ser cuidador familiar:El Registro de Cuidadores Familiares es una experiencia que se orienta a cubrir la necesidad de contar con figuras de cuidado para niñas, niños y adolescentes de 10 a 17 años alojados en instituciones y para quienes la figura de adopción no resulta una alternativa posible, ya sea porque no se han encontrado postulantes en el Registro Central de Aspirantes a Guardas con Fines de Adopción, porque no brindan su consentimiento subjetivo para ser adoptados, o bien porque la adopción no resulta ser para ellos la figura adecuada. Se convoca a personas que residan en la provincia de Buenos Aires dispuestas a prepararse para asumir el cuidado estable y sostenido (con o sin convivencia familiar) de estas infancias y así poder acompañarlas en sus trayectorias hasta que puedan tener una vida autónoma. Por ahora, esta experiencia, que comenzó en el Juzgado de Familia Nº 2 de San Miguel, se extendió a los Juzgados de Familia Nº 5 de Mar del Plata, Nº 1 de Tigre y Nº 5 de La Plata. Más info: cuidadoresfamiliares@pjba.gov.arQuiero conocer otras formas de involucrarme con las chicas y chicos que viven en hogares:En los hogares se busca brindar una atención lo más personalizada y amorosa posible, y es ahí donde el compromiso de la ciudadanía puede marcar una diferencia fundamental: desde sumarse como voluntarios dando apoyo escolar, hasta contribuir con una donación que ayude a sostener todo lo que implica la vida de estas infancias y adolescencias en las instituciones. ¿Cuáles son las formas en que podemos involucrarnos desde nuestro lugar para mejorar su calidad de vida o generar un impacto positivo en su realidad? Para conocerlas, hacer click aquí.

Fuente: La Nación

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