Sin dudas, los envases son una parte importante de nuestra vida moderna. Debido a su versatilidad, ofrecen un gran abanico de utilidades: con ellos se pueden transportar desde alimentos y bebidas hasta medicamentos y vacunas, pasando por todo tipo de productos que se pueden encontrar en el mercado fácilmente. El problema, claro está, es cuando se transforman en residuos, perdiendo su valor y generando consecuencias en el ambiente. En Coca-Cola lo tienen claro: “Como fabricantes de productos envasados somos parte del problema. Pero también asumimos la responsabilidad y el compromiso de ser parte de la solución”.En la Argentina Coca-Cola ya recupera y recicla el 54 por ciento de los envases que pone en el mercado. Y en 2020 la compañía logró que el 100 por ciento de ellos sea totalmente reciclable, una meta que estaba prevista para dentro de 5 años. Entretanto, la marca aspira a recuperar y reciclar para 2030 el equivalente a la totalidad de los envases que pone en el mercado y a fabricarlos, al menos, con un 50 por ciento de material reciclado, cifra que actualmente llega a un 15 por ciento en Argentina.Lo que se hace en la ArgentinaLa meta de Un Mundo Sin Residuos no resulta fácil (ni posible) de realizar de manera individual. Es decir, por una sola empresa o actor. Ni siquiera una del tamaño de Coca-Cola. Es por eso que en todo el mundo la compañía promueve alianzas con gobiernos locales y organizaciones de la sociedad civil con miras a incrementar los niveles de recupero de residuos sólidos urbanos, ya sea plástico PET, vidrio, cartón, papel o aluminio, entre otros materiales reciclables.El objetivo es claro: se trata de que los envases puedan permanecer en el circuito productivo para fomentar la Economía Circular mediante el reciclaje, una actividad que brinda trabajo a miles de familias en todo el planeta, así como en Argentina, a través de diferentes iniciativas.Ruta Verde: reciclaje colaborativo en Buenos Aires“Ruta Verde” es un claro ejemplo del impacto positivo que generan las alianzas. Se trata de un proyecto de reciclaje colaborativo que Coca-Cola articula desde 2019 en el interior de la provincia de Buenos Aires. ¿De qué se trata? De conectar en un radio de 300 kilómetros a ocho ciudades – Carmen de Areco, Salto, Junín, Chacabuco, Chivilcoy, Moquehuá, Alberti y Bragado- en una red que optimiza la logística y da lugar a gestión más eficiente de los residuos.Juan Ignacio Báez y Mario Alagna, de la Cooperativa de Trabajo RSU Ambiental, posan en la planta donde separan y organizan el material reciclable que recolectan en la “Ruta Verde”. (PABLO AHARONIAN/)De esta manera, esta Ruta Verde propone un esquema sencillo pero eficaz: en lugar de que cada ciudad gestione sus propios residuos, lo que implica afrontar de manera individual el costo del procesamiento y traslado a las plantas recicladoras de las afueras de la Ciudad de Buenos Aires, el programa apela al trabajo en equipo agrupando la recolección.La iniciativa se lleva adelante en alianza con la empresa RSU Ambiental, que tiene a cargo la logística de recolección del material, la instalación de Puntos Limpios –centros de acopio de materiales ubicados estratégicamente en varios puntos de cada ciudad- y el desarrollo de capacitaciones orientadas a los vecinos (que así se convierten en promotores ambientales), siempre en alianza con los gobiernos municipales de cada distrito.Desde la Cooperativa de Trabajo RSU Ambiental recolectan residuos reciclables en distintos puntos de la ciudad de Chivilcoy que luego separan y organizan en la planta de reciclaje que forma parte Ruta Verde. (PABLO AHARONIAN/)Cada localidad tiene garantizadas, al menos, dos visitas del camión recolector por semana, lo que les permite por un lado amortizar costos y por otro generar en menos tiempo un mayor volumen del material reciclable. Como resultado, las seis cooperativas de recicladores y los 59 operarios involucrados tienen la posibilidad de reunir, clasificar y vender el material mucho más rápido, mientras que los vecinos pueden depositar sus reciclables en más de 460 Puntos Limpios. Una vez recolectado, todo el material reciclable se traslada a plantas recicladoras cercanas, en donde se prepara y enfarda para su tratamiento final.¿Cuáles fueron hasta ahora los resultados?A 2020 se recuperaron 306 toneladas de plástico PET, entre otros materiales reciclables. Hoy se procesan 240 toneladas al mes, de las cuales 110 corresponden a plástico PET, aproximadamente.Ya se instalaron más de 460 puntos limpios.Se impactó de manera positiva a cerca de 250.000 personas.Puerto Iguazú, ciudad sustentableDesde 2019 Coca-Cola viene trabajando en articulación con el Municipio de Puerto Iguazú en un convenio de colaboración cuya meta es generar un ámbito de trabajo conjunto y coordinado para mejorar la gestión de los residuos sólidos urbanos y convertir así a Iguazú en una ciudad más sustentable.Julio Ferreyra, presidente de la Cooperativa Recicladora de Cataratas. (DANIEL JAYO/)¿Qué se hizo?Se instalaron diez Eco Puntos en la ciudad, para que los vecinos tengan lugares accesibles donde depositar sus residuos secos y la Cooperativa de Trabajo Recicladora Cataratas del Iguazú disponga de más sitios en los que conseguir el material en condiciones de ser reciclado. Otra prueba de que la economía circular funciona como una gran cadena en la que cada eslabón depende de lo que haga el resto. Antes, los recicladores recibían los materiales mezclados con desechos húmedos, algo que complicaba infinitamente su trabajo.La Cooperativa Recicladora de Cataratas.¿Qué es la botella única?Hablemos de diseño.Además de poner en marcha distintos proyectos de reciclaje, Coca-Cola también trabaja desde la óptica de la sustentabilidad puertas adentro. La compañía invierte constantemente en investigación para modificar el diseño de sus envases y volverlos más amigables. Un ejemplo de ello es el desarrollo de su “botella única”, un envase retornable que utiliza menos plástico en su elaboración y a la vez mantiene su diseño para todas las opciones del portafolio, lo que permite que una misma botella –ya sea de PET o de vidrio- pueda ser rellenada con diferentes bebidas.Esta opción es 100 por ciento reciclable, mejora la experiencia con el consumidor y simplifica la logística de recupero en la búsqueda de Coca-Cola por alentar y elevar el uso de retornables, que representan un 35% de las ventas en Argentina.El caso Sprite: de verde a transparente para cuidar el ambienteArgentina se convirtió en uno de los países pioneros en la región y el mundo en modificar el icónico envase verde de Sprite por uno transparente, más sustentable y amigable con el entorno. Esta transformación significa una enorme diferencia a la hora de que esos envases se reincorporen al círculo virtuoso del reciclaje y se puedan convertir en nuevas botellas o, incluso, en nuevos objetos. “Los plásticos pigmentados pueden presentar una mayor complejidad en el proceso de reciclaje, ya que lleva más tiempo conseguir las cantidades necesarias para las entregas a las plantas recicladoras y permanecen más tiempo acopiados, mientras que los transparentes se pueden reinsertar mucho más rápido en el circuito, y nos permiten reunir una mayor cantidad de toneladas”, explican desde las cooperativas de reciclaje.Todo esto, sumado a diversas acciones precompetitivas con las empresas del sector, forma parte de Un Mundo Sin Residuos: acciones concretas para repensar soluciones integrales y colectivas y acelerar los avances de una problemática global.___________________________________________________Content LAB es la unidad de generación de ideas y contenidos de LA NACION para las marcas con distribución en sus plataformas digitales y redes sociales. 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Fuente: La Nación