Adiós al barbijo al aire libre. Vuelven los cumpleaños sin límite de invitados, vuelven el fútbol con público, los viajes de los jubilados y de egresados y los turistas extranjeros. ¿Son medidas adecuadas al tiempo que estamos viviendo o decisiones apresuradas que podrían traer un repunte de casos? Los especialistas coinciden en que, varios indicadores de la situación epidemiológica hacen que se pueda avanzar en estos cambios, aunque advierten que las medidas se deberían tomar localmente, en función de la realidad de cada jurisdicción y no a nivel nacional. ¿Cuáles son los indicadores que miran los especialistas? Primero, el número de contagios diario, que desde hace varias semanas está en torno de los 1000 casos y con una tendencia descendente. Por otro lado, la positividad de los testeos: estas aperturas tienen sentido si la positividad está por debajo del 5%. De todas formas, no hay que relajarse, advierten.“Si nos relajamos y nos olvidamos de todo lo que aprendimos en este tiempo, podríamos tener una nueva suba de contagios”, advierte Ricardo Ruttiman, infectólogo de Funcei y coordinador de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).“Me parece que es una medida anticipada”, dice el infectólogo Hugo Pizzi. “La variante delta está con una incidencia del 5% en nuestro país, y ¿quién garantiza que no vaya a crecer en los próximos días? En ese contexto, dejar de usar el barbijo sería la peor decisión. Porque podría pasarnos lo que ocurrió en Israel, en Alemania y en Suiza, que con niveles de vacunación mucho más altos que los nuestros, sacaron el barbijo y tuvieron una explosión de casos de delta. Ojalá me equivoque, pero no somos una sociedad muy criteriosa como para confiar en que la gente va a dejar de usar el barbijo de forma responsable y adecuada”, apunta.Sin barbijo al aire libre: la primavera debuta con menos restricciones“El barbijo puede dejar de usarse al aire libre, en movimiento y lejos de otras personas. No es para relajarse. Estamos en una situación epidemiológica favorable y es cierto el descenso de casos, pero no hay que abandonar los cuidados. No nos olvidemos lo que le ocurrió a la provincia de Jujuy en la primera ola, donde había cero casos y de pronto hubo un brote. Hay que seguir usando el tapabocas en ciertos ámbitos. Por ejemplo, para salir a la calle nos lo podemos sacar, pero para entrar a un negocio hay que volvérselo a poner. Lo mismo si nos encontramos con algún vecino y nos quedamos conversando en la calle. Lo mismo en la parada del colectivo, ahí porque uno está quieto y hay otras personas debe dejárselo puesto”, dijo a LA NACION la infectóloga Elena Obieta, miembro de la SADI.“La epidemiología es dinámica. Esto no implica que si en 15 días tenemos un brote de delta o un rebrote de casos, no tengamos que dar marcha atrás a estas medidas. Si en medio no se acelera la vacunación de adolescentes, que son los que van a ir a los boliches, en poco tiempo podríamos ver un impacto negativo”, apunta Obieta.Esta mañana ya se veían personas sin barbijo caminando por las calles porteñas (Ricardo Pristupluk/)“Los adolescentes son una población de mayor riesgo hoy porque no están vacunados. Hay que evitar que estas medidas signifiquen un aumento de casos en este segmento. Pero para eso hay que tomar todos los recaudos y concientizar en el buen uso del barbijo y otras medidas. Si los casos aumentan, al igual que pasó en otros países, se deberá dar marcha atrás a estas medidas”, apunta Daniel Stecher, jefe de Infectología del Hospital de Clínicas y asesor del Ministerio de Salud.“Hay una población que hasta ahora fue muy renuente al uso del barbijo y ahora se le está dando argumentos: los adolescentes. Es impensado que dentro de un boliche se pueda cumplir el protocolo como en un teatro. Tal vez si se pueda controlar el aforo, pero la gente no se va a dejar puesto el barbijo en el interior. Hay besos, intercambio de fluidos, y eso podría ser terrible para la propagación de delta”, dice Pizzi.¿En qué casos se debería seguir usando el tapabocas?Ruttiman apunta: “si la persona tiene algún síntoma respiratorio, se lo debería dejar puesto incluso al aire libre. Esto es algo que aprendimos y que las culturas orientales lo tienen muy incorporado. Aunque sea un resfrío o alergia, es recomendable. Lo mismo para todas las personas inmunodeprimidas, la recomendación es seguirlo usando”, dice.Otras situaciones que enuncian los especialistas son, por ejemplo, cuando tomamos un transporte público, o cuando ingresamos a un local a hacer compras. El peligro es que al no usarlo en la calle, la gente se olvide de llevarlo y ponérselo en el interior de los comercios. “Otro caso es cuando, aunque estemos al aire libre, se rompa la distancia de un metro y medio. Ya sea en la pila del banco o en la salida del colegio. Ahí, hay que ponerse el barbijo”, apunta Ruttiman.Los especialistas advierten la importancia de portar consigo el barbijo para usarlo en el transporte público y en lugares cerrados (Ricardo Pristupluk/)Obieta agrega que dentro de los boliches, que se habilitaron con un aforo del 50%, también deberá usarse el barbijo. Lo mismo que en las iglesias. “Una persona en un entorno cerrado, cantando puede ser una fuente de rápida propagación. En estos casos, se deben dejar puesto el barbijo”, agrega.“El virus no desapareció”“El virus no desapareció ni la pandemia terminó. Hay que encontrar un delicado equilibrio entre aperturas y situación sanitaria. Pero es este período que estamos transitando dentro de la pandemia, tiene lógica pensar en que vamos a tener que progresivamente ir ampliando o restringiendo las medidas de protección”, apunta Stecher.Otra de las actividades que quedaron oficialmente habilitadas son las reuniones sociales, sin límite de asistentes. “En cuanto a las reuniones sociales, tampoco nos debemos descuidar. Una cosa es si estamos compartiendo con personas de la propia burbuja o que tienen pocos contactos sociales y otra si nos relacionamos con otras personas. Aunque estemos en el interior, debemos dejarnos el barbijo o mantener la distancia y seguir con ambientes bien ventilados”, dice Obieta. “Usemos todo lo que aprendimos en este tiempo a nuestro favor. No abandonemos las medidas de autocuidado como el lavado de manos y el uso de alcohol ni dejemos ambientes cerrados aunque estemos con barbijo”, dice Ruttiman.Los adolescentes, uno de los rangos etarios que más preocupan por su comportamiento frente a la pandemia (Ricardo Pristupluk/)Entre las medidas que se anunciaron también está la decisión de que los extranjeros que lleguen al país o los argentinos que viajen por motivos laborales, no deberán realizar cuarentena. “No me parece que desde el punto de vista epidemiológico esto tenga algún sustento”, apunta Obieta.“El barbijo ha sido muy útil. Nos sirvió para las alergias, para las neumonías, para las bronquiolitis incluso para disminuir el impacto de la contaminación, además de protegernos contra el coronavirus. ¿Por qué abandonarlo ahora? Al contrario, yo creo que deberíamos seguir usándolo. La pandemia no terminó”, apunta Pizzi.
Fuente: La Nación